El blog de Alberto Alcoventosa

QUIERO BESARTE LA VOZ

Quiero besarte la voz
del fondo de tu garganta,
quiero sentir el sabor
del amor en tus palabras.

Quiero apresarte los ojos
en una sola mirada;
de tu boca hacer mi gozo
y de tu abrazo, mi casa.

Quiero enamorarte el alma
y esta angustia de mi pecho
desterrar de mis entrañas
por los tiempos de los tiempos.
​

LA MUSA ESQUIVA


¿Por qué feliz prodigas los favores
y brindas el sonido de tu lira
solamente a contados escritores
y a mí en tanto me arrojas a la pira?

Versátil musa, siempre caprichosa,
¡atiende alguna vez a mi llamada!,
no te muestres arisca y orgullosa
permaneciendo siempre distanciada.

Piensa que necesito tu concurso,
que el alma con tu ausencia se desnuda,
privada de tu verbo y su discurso
es una sinfonía sorda y muda.

Concédeme de nuevo el privilegio
de acudir cuando invoque el sortilegio.
​

QUIERO SENTIR TU PRESENCIA

​

Hoy he vuelto a transitar,
en mi oscura madrugada,
por esa calle olvidada,
en mi deseo de hallar
las huellas que allí dejaras...​

Quiero pasar por tu calle
y adivinar tus pisadas;
quiero que tu olor me hable
del color de tu mirada.

Quiero sentir tu presencia
tras las inertes paredes
impregnadas de tu esencia
anhelada tantas veces.

Quiero respirar el aire,
aire que tú has respirado,
aunque solo sea un ápice
de suspiro enamorado.

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ALMA CONDENADA
(Soneto de versos dactílicos de gaita gallega)


Tímidos labios que busco en mis besos,
esos que añoro mas quieres negarme,
besos que ansioso quisiera encontrarme
siempre en la noche de amores confesos.

Lánguidos ojos, hogar de embelesos,
dulce destello en que ansío mirarme
para en tu triste mirada quedarme
y ávido alivio prestar sin recesos.

Luna que enciendes la noche apagada,
luz de mis ojos en días tan grises
como ceniza de amor calcinada.

Mientras te muestres de mí distanciada,
y esa postura cambiar no precises,
mi alma estará de dolor condenada
​

LÁGRIMAS SECAS

Rasga el silencio en su mente
el grito de su recuerdo,
un sonido persistente
que atormenta su cerebro.
Fue una aventura truncada
cuando su vida era un sueño,
cuando de joven reía
lo que hoy lamenta de viejo.
Bebió el néctar del amor
de la mano del deseo
y saboreó la esencia
de la dulzura del lecho.
Mas lo bueno en este mundo
nunca es cómplice del tiempo:
jamás la dicha y los años
pudieron tener consenso.
El suceso dejó huella
en el alma y en el cuerpo,
prendiendo en él la tristeza
hasta devenir enfermo.
La congoja se atrinchera
bajo la piel de su pecho,
y en su mirada una lágrima
se le adivina al acecho.
Lágrima que nunca asoma
porque tiene el llanto seco
de tanto llorar sus penas
en el reino de los muertos.​

POR UNA NOCHE CONTIGO

Por una noche contigo,
amor mío..., ¿qué daría?
Por enredarme en tu pelo
y, entregado a tus caricias,
besar el séptimo cielo
abrazado a tu sonrisa...
Adentrarme en tu mirada
y, a la vez, hacerte mía.
Por una noche contigo
daría...¡toda mi vida!
​

EN TU CÁLIDO REGAZO

Quiero quedarme dormido
en tu cálido regazo
para soñar que contigo
me despierto entre mis brazos.

Y susurrarte -te quiero-
acercándome a tus labios
hasta robarte el aliento
con un beso enamorado.

Sentir tus dulces suspiros
de placer, entrecortados,
acariciar mis oídos
con su son acompasado.

Y ver la noche en su seno
acoger miles de estrellas,
y su reflejo en tu pelo
encender bucles de seda.
​

A TRAVÉS DE LA VENTANA

¿Por qué pagas con ausencias
mis inútiles presencias?
¿Por qué cuando el alba asoma
jamás te encuentro en tu alcoba?
¿Acaso no me perdonas
que te busque a todas horas?
​

He buscado a través de la ventana
la flor de mi jardín,
pero, por muchas veces que mirara,
la flor no estaba allí.
Cerré los ojos para ver su cara...
¡tampoco así la vi!
Miré en lo más profundo de su alma
y entonces..., ¡comprendí!​

TUS OJOS

La belleza de tus ojos tan solo es comparable a la dulzura de tu mirada.
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Tus ojos bien reflejan la hermosura
del tibio sol brillando a mediodía
y miran tan radiantes de alegría
que expresan de tu alma la ternura.

Castaños que transmiten la dulzura
común entre las uvas malvasía
y ofrecen el sabor de la ambrosía
que el fino paladar sagaz procura.

Quisiera sucumbir ante esos ojos
que inspiran mi poesía y gran amor
mostrando su belleza sin sonrojos.

Por siempre cumpliría sus antojos,
rendido por su mágico esplendor,
con tal de no ganarme sus enojos.
​

NUNCA TE OLVIDARÉ


En mi vida te adentraste
sin señales, de repente,
de entonces en adelante
no hubo otra cosa en mi mente.

Vi en cada mujer, tu esencia,
en sus ojos, tu mirada,
en sus manos, tus caricias
y tu voz en su garganta.

Me robaste la existencia
sin ni siquiera avisarme
y aun marcados por la ausencia,
ya nunca podré olvidarte.
​

​

DESENFRENO


Cuando miro ese cuerpo tan perfecto
que con trémulos dedos acaricio,
siento esta gran pasión tornarse en vicio
y tomarte mi juego predilecto.

Siempre dejo volar el intelecto
en busca de tu íntimo resquicio,
cuya ausencia me sume en el suplicio
y su presencia en sueño más dilecto.

Asomado al misterio de tus ojos,
me adentro en la espesura de tu seno
aterrizando en esos labios rojos.

Mi insaciable deseo es un veneno
que me arrastra hacia múltiples antojos
a los que no consigo poner freno.​

VUELVE A LLOVER SOBRE LOS CEDROS


Comienza ya a llover sobre los cedros
que un día presenciaron nuestro amor
y vuelve a florecer el rododendro
que tras marcharte ajara su esplendor.

Ya mana nuevamente la alfaguara
las aguas que saciaron nuestra sed
y he vuelto a desgranar en mi guitarra
las notas que inspiraron tu querer.

Hoy he vuelto a sentirme emocionado
evocando momentos del ayer
y tomando tu mano, enamorado,
he besado tus labios otra vez.
​

QUISIERA TENER TU CUERPO

Nos encontramos de nuevo
solos en la madrugada,
llamados por un deseo
que se estrella en la distancia.

Quisiera tener tu cuerpo
para besarte hasta el alma,
empezando por tus labios
y acabando en tu mirada.

Desvelarnos los misterios
sin que nos detenga nada,
que la noche, en su silencio,
sea siempre una aliada.

Y hacer de este hermoso encuentro
la historia jamás contada:
¡Que sea nuestro secreto
compartido con la almohada!
​

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DUÉRMETE, ELISA.
(Nana)

No te desveles,
duérmete ya,
quiero que sueñes
toda la noche
sin despertar;
hasta que asome
la luz del alba
y el mirlo entone
dulce balada
con su cantar.
Mi niña hermosa...,
¡vuelve a la cama!,
puse una rosa
bajo tu almohada
que de cariño
dejé impregnada.
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EL REGRESO


Te alejaste sin motivo,
sin darme alguna razón
y me dejaste cautivo
de infinita desazón.

Pero el noble sentimiento
que en nuestras almas bullía
no se apaga en un momento
como mustia flor de un día.

Hoy mi dolor se debate
en el pozo del olvido,
y mi corazón ya late
a un ritmo más encendido.

Porque al mirar tu sonrisa
de deslumbrante esplendor,
siento que una fresca brisa
se lleva cualquier temor.

De nuevo, has vuelto a mi vida
y recobro la ilusión
que ya creía perdida
sin hallar explicación.
​