Los días sin ti son terribles, que malvado es el amor, lástima que no fui elegible, para ser tu protector. Nunca fuimos compatibles, tal vez ese fue mi error, me aferré a lo imposible, por ser tan soñador. Que te amara fue increíble, sólo vi tu resplandor, siempre fuiste tan flexible, nunca estuve en tu interior. Mira mi mano insensible, como deja escapar el dolor, mi adicción es tan predecible, que ignorarte sería un traidor. Versión musicalizada
Ella me mira y yo la miro, se nos cruzan las miradas, aunque no sé si yo le inspiro, quisiera una corazonada. De ella lo que más admiro, su pelo y su voz pausada, en mi mente yo conspiro, tocar su piel delicada. Si supieras que respiro, tú aroma y en mi almohada, sueño todas las noches contigo, mi alma es terca y obstinada. Abrazarte es a lo que aspiro, tus ojos brillan con luz de enamorada, te amo tanto que, en cada suspiro, mi corazón palpita, y hoy sin ti soy nada. Versión Musicalizada
No llores por mí que no es justo, siempre fuimos grandes amantes, compartíamos los mismos gustos, lo que vivimos ha sido impresionante. El amor que siento por tí, no lo borra nada, ni el tiempo, en tus labios descubrí, que eras tú mi complemento. Todo tu cuerpo recorrí, nos sentíamos en el firmamento, por eso fue que te elegí, por ser la paz en mi tormento. La verdad es que fui feliz, sería ironía si te miento, pues contigo florecí, fue como un renacimiento. Gracias aún sigues aquí, regalándome sentimientos, ayudándome a construir, un mundo de sueños intensos.
En la vida hay tantas cosas, a las que yo le he puesto empeño, que si en mi mente las diseño, yo las sueño más hermosas. No te culpo si me odias, quien soy yo para culparte, nada empañará nuestra historia, que fue una obra de arte. Estás viva en mi memoria, como Dios mandó a guardarte, vives como una recordatoria, que el amor es estandarte. Esta es mi dedicatoria: está prohibido olvidarte, fue tan bella trayectoria, que lo que hice fue adorarte.
Yo conozco de los tormentos, y de las horas ociosas, de la luz, que desde el firmamento, te hace ver más hermosa. Yo creo en la verdad, como creo en las cosas, apoyo a la oportunidad, arreglo lo que tu destrozas. También creo en la igualdad, aún hay gente talentosa, que gozan de dignidad, y no suelen ser tan envidiosas. Que se aleje la maldad, hoy está de moda y es contagiosa, no apoyo la vanidad, ni la mentira piadosa. Abogo por la libertad, conque vuelan las mariposas, prefiero visualizar, en mi jardín creciendo rosas. Considero que la lealtad, de por si es beneficiosa, pues te ahorra falsedad, y una muerte silenciosa. No te apartes de tu identidad, la vida es dulce y fabulosa, crecer en la adversidad, te hace una persona exitosa. Ponerle siempre voluntad, por más que sea dolorosa, nunca dudar de la integridad, de nuestra mente caprichosa. Vivimos en una sociedad, que no es tan generosa, a veces la inseguridad, se nos hace sospechosa. Quien pruebe la felicidad, y sienta que es tan deliciosa, tendrá más probalididad, de ser feliz y ser dichosa. ¿Qué te hable con claridad, y de manera respetuosa?, mira cuanta realidad, emanan de estas estrofas. Mantener la imparcialidad, de la palabra es tediosa, las adornan con propiedad, pero su sentir es vergonzosa. La sensación de sensibilidad, se siente tan virtuosa, que no permite caer en banalidad, ni en situaciones embarazosas. Amar sin caducidad, vivir la vida orgullosa, saber que en la eternidad, la vida también es maravillosa. Tú has sido mi mayor debilidad, seguirás siendo la más valiosa, en los días de tanta oscuridad, tú luz se ha vuelto milagrosa.
Quiero escribirle amiga, porque me ha suscitado el deseo, he aprendido en esta vida, a ver la luz sin parpadeo. Como está mi confidente, aquella mano que ilumina, aquella flor inteligente, con gran destreza y disciplina. Amiga, cuanto me haces falta, cuanto necesito de tus consejos, de tus ideas, de tus nostalgias, y si vez que no puedo, me animas, sé que sabes tanto de mí, que logras cambiar mi autoestima. Amiga, cuanto daría, por sentir de nuevo, de tú cuerpo, aquel aroma que me incrimina, cuando te robé aquellos besos, que tú, por respeto me hablaste, y que aquel error olvidaste. Amiga, que bien me hace, saber que eres feliz, que aún piensas en mi, que soy tu sueño, y tú el mío, que dulce es el amor, cuando puedes darle color. Amiga, culmino estos versos, hilvanando esta bella canción, exceso de sensación, de emoción y locura, quién sabe si el corazón, nuestros sentimientos murmura. Te quiero, y tú lo sabes, me amas, eso lo sé, he ahí la clave, de lo que un día soñé.
Hoy me siento en mi jardín, en donde te veía pasar, donde me hacías reír, y también me hacías vibrar. Las rosas blancas las perdí, ya no han vuelto a resucitar, aquel aroma que tanto olí, no ha logrado despertar. ¿Qué hago?, confío en tí, te dejaré volar, no sé por qué presiento que te perdí, sin poder llegarte a besar. A mi vida le puse fin, no quise volver a amar, la desgracia vino a mi, y no me he podido levantar.
Estoy pensando que si te escribo, veré de que forma lo hago, escribirte a tí no es tan sencillo, tus exigencias me han mal acostumbrado. Pero ahora si podrás tener, toda esa pasión que tanto te gusta, mañana podrás escoger, entre líneas versos, entre palabras busca. Habrá dedicado para tí, un gesto dulce, una expresión sincera, tendrás en tus manos una parte de mí, y la otra estará escondida. ¿Pudieras? Decirme todo cuanto mal hago, hablarme de todo cuanto bien hice, pensar en todo lo que yo te amado, decirme lo que siempre oír quise. Tendrás tiempo para meditar, tiempo para pensar y dar una conclusión, piensa bien con lo que me vas a pagar, no quiero que lo hagas con una traición. Siempre hemos sido buenos amigos, hemos compartido lo malo y lo bueno, no quisiera que uno de los dos vaya a salir herido, por tomar desiciones sin pensarlas primero. De más está decirte que yo te amo, para que esconder lo que no sé ocultar, para que esperar todo lo que ya esperamos, es hora de que decidamos como vamos a quedar. A pesar de la decisión que tomes, nada cambiará, nada será diferente, a donde vayas tú, a dónde tu cabeza asomes, allí estaré contigo para siempre.
No sé como empezar estos versos, tal vez con un te quiero, o que llegue a tu mano una flor, de sólo pensar que puedes leerme, suscita en mi el deseo de nombrarte. No serán las mejores líneas, pero salen desde el corazón, y eso las hace brillar más que otras, no podré adornarlas con rimbombantes frases, pero si con pasión y sentimiento. A lo que he venido: a decirte que te amo, que la vida me ha enseñado, que el amor es el mejor camino, y quién te ama, te ilumina. He aprendido contigo, a reír, he vuelto a soñar, mi vida a tomado un rumbo feliz, en el que tú y yo somos su centro, y nuestras almas, son quién nos guía. He descubierto que vale mucho lo que sentimos, lo sabemos, que quienes se aman construyen el porvenir, y nadie puede contra ellos, es así de bueno. Que te puedo cantar, y hasta juntos podemos llorar, pero creo que nada nos debería preocupar, porque la llama del amor que hemos encendido, quedará irradiando para siempre.
Te pediré ser fuerte mujer: del amor nadie saca provecho, si los justos suelen vencer, por ser justos, es su derecho. Yo no quiero hacerte entender, lo que sabemos por concepto, no nos vamos a detener, a ilusionarnos, cuando la ilusión ha muerto. Amar, soñar y crecer, hasta de mi sombra sospecho, tú que admiras suponer, y crees que es bien, lo que es mal hecho. Nadie puede detener, a la verdad en su trayecto, no me deja de sorprender, quien siembra odio y desafecto. Hoy te invito a converger, que tal si nos juntamos en un proyecto, donde hagamos prevalecer, que la amistad es lo correcto. La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea. AM
Quiero vivir un sueño, darle a mi vida sentido, saber que si le pongo empeño, no todo está perdido. Quiero amar y ser bueno, ser también correspondido, para dar amor estoy pleno, eso lo tengo bien definido. Ella bella, y yo sereno, su sencillez me ha conmovido, mi corazón destila eno, la tentación me ha sorprendido. Si es una flor, una azucena, besar sus labios fue atrevido, sentir su aroma en una escena, de deseos enaltecidos.
Hoy me tienes que decir, por qué sólo me veías como amigo, como pudimos vivir, tantos años sin sentido. Como no pude percibir, cuando me brindabas abrigo, que lo que querías trasmitir, era amistad, yo fui testigo. Mira cuanto se pudo construir, que gran relación tuve contigo, disfrutábamos tanto, me hacías reir, tu fuiste mi sol, una luz que aún persigo. Hoy te vienes a despedir, no sé si es bueno o es un castigo, no sé si pueda sobrevivir, a tanto dolor, no lo consigo. A decir verdad siempre disfruté nuestros momentos. Hoy te recuerdo más que nunca. Tristemente, tu amigo.
Dicen que escribir es una ardua tarea, que tiene sus encantos y sus secretos, que el escritor siempre recrea, su sentir en un gran reto. Yo que escribo me rodea, la ingravidez por completo, si mi verso se estropea, pierde sentido mi alfabeto. La mente es dulce y fantasea, a veces estoy un poco inquieto, cuando ella fisgonea, y luego me pone en aprieto. Nadie juzgue cuando me lea, si en mi no puede encontrar sonetos, la vida es así, para que vea, que aún estamos incompletos. Amar al prójimo, como escasea, para llevarse bien, concreto: que no se necesitan las mismas ideas, sólo se necesita el mismo respeto.
Ella implora que la deje, dice que ya por mi no siente amor, que viaje lejos, que me aparte de su vida, que es mejor así, para que no haya dolor. Realmente no sé lo que ella sugiere, que injusticia puede ser peor, si despertar sin ella, sin su mirada, si dejar de sentir su dulce olor. Si ya no me ama por qué me hiere, me aferré a ella, sin perder color, y me duele tanto que me ponga a prueba, yo no sé si es cariño o me guarda rencor. Que hago entonces si ya no me quiere, que hago cuando dice que soy un perdedor, no me importa lo que digan, si la deseo más que ha nada en esta vida, yo no soy conservador. Y si crees que esto es una despedida, y dejas en mi un triste amargor, quiero que sepas, que nunca se olvida, la huella que deja, un gran amor.
Si muero, no quiero que me lloren, no soportaría tanto dolor, me mantendrá vivo el amor, mi muerte, que todos la ignoren. Si muero, no quiero que valoren, que no hice o pude hacer mejor, no deseo que me rindan honor, no soy Dios para que me adoren. Si muero, quiero que se cercioren, si de mi no quedó ni el estupor, nunca he sido merecedor, de testimonios, para que conmemoren. Si muero, sólo quiero que incorporen, a mi tumba una bella flor, y que me lea un recitador, lindos versos que enamoren. Si muero, dejen que me devoren, la verdad del silencio acusador, ya nada será perturbador, mi muerte, que todos la ignoren. Sólo fui en esta vida, alguien contento con su medianía.
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