El blog de Alde

Amo soy de mis costumbres,
amo soy de mis lamentos,
amo soy porque recubren,
mis palabras, sentimientos.

Y que tanto mal pensar,
¿y cómo piensas tú que eres?,
y que tanto, tanto mal,
tú me brindas, tú me quieres.

​

Es de amores locos,
que yo te escriba mi ángel,
no es que representes poco,
pero es de cuerdos saber quejarme.

Al desprecio me llevaste,
a mentir me transformaste,
a jugar, más tú jugaste,
a equivocar, te equivocaste.

A ser hombre traicionero,
a ser figura de muerte,
me llevaste a ser prisionero,
de la maldad de la suerte.

Apenas sé como lograste,
tanto odio en mis sentimientos,
reconozcos que tomaste,
la delantera con tus conocimientos.

Pero no importa, ya que me usaste,
y que dejaste mi alma herida,
te doy las gracias por saber burlarte,
quien burla a otro, luego lo burla la vida.

Y no es que esté desesperado,
pero quiero ver como te ha llevado el camino,
al final quedarás como el burlador, burlado,
la burla es droga del temor divino.

​

Yo pensé que me querías,
tal ves nunca me creíste,
¡vaya!, que dulce ironía,
como nuestro amor rompiste.

Yo no sé por qué sufrías,
ya ni sé por qué te fuiste,
transformaste la alegría,
en algo sucio y triste.

Ya no creo en cobardía,
ya ni sé si me quisiste,
me dejaste a sangre fría,
y nunca te arrepenstiste.

Mi alma rota nos decía:
¡no sigas!, ¡mejor desiste!,
más empeño le ponía,
pero nunca lo entendiste.

​

Quien busca y no encuentra,
o no tiene donde encontrar,
le remuelde la conciencia,
quizás nadie lo va escuhar.

Estas son palabras de un amigo,
que hace de sus rimas y versos,
palomas pintadas en lino,
paisajes pintados en lienzo.

Pensé quizás, que tal vez,
debiera dedicarle una poesía,
pues es tan honesto usted,
que sentí el compromiso, debía.

No se preocupe que quien le escribe está,
más que agradecido por su poemario,
no seré yo quien juzgue su digninad,
usted es más digno que un Santuario.

Sólo me atreví a escribir,
y a devorverle el favor que me pidió,
mis últimas palabras le podrán decir,
el mismo sentir que usted me obsequió.

Quien busca encuentra, quien busca puede,
quien busca tiene, quizás lo que otro le dió,
habrá quien nos escuche, la conciencia tiene,
ese infinito universo que usted dejó.

​

Espero que me recuerdes
mientras estamos tan lejos,
cumpliendo tú, con el deber, la suerte
me ha convertido un poco viejo.

Tú allá y yo aquí,
pero te siento tan cerca,
tú pensando en mi, yo pensando en tí,
entre horas vivas y horas muertas.

Te quiero tanto, dejemos partir,
las horas de angustia y de tanta espera,
me duele tanto tener que sufrir,
el no verte me desespera.

Espero por ti, aquí estoy,
sentado en casa, escribiendo un verso,
tú estás allá, pero sé que hoy
cuando los leas, partirás de regreso.

Aquí te espera tú corazón,
tú laberinto de pasiones,
aquí te espera la tentación,
aquí te esperan tus emociones.

Tranquila, sigue allá,
cumple con tú deber, que yo te acompaño
en las horas en que tienes que trabjar,
y en las otras que descansas, nada más te extraño.

​

¿Vió que aprendí un poco?
le regalé su soneto,
no crea que estoy tan loco,
pero a usted le debo respeto.

No acostumbro a jugar,
a los juegos prohibidos,
pero debía incursionar,
ya que usted lo había pedido.

Me enseñó un poquito a amar,
hoy realmente se lo agradezco,
quizás no lo merezco,
pero para qué lo voy a ocultar.

Si sé que usted va a probar,
de lo que yo le ofrezco,
de tanto hablar parezco,
que me voy a sofocar.

Pero a decir verdad quería,
no quedar como burlesco,
a mis juicios obedezco,

usted no me lo perdonaría,
pero a veces creo que padezco,
de una terrible melancolía.

​

Tengo a veces la sensación,
de escuchar tú voz dentro de mi casa,
de oírte tarareando la canción,
de sentir tu perfume organza.

Que pasó vida mía, por qué no estás,
por qué duró tan poco nuestro amor,
en qué lugar ahora te encontrarás,
que ya no aguanto más este dolor.

Te fuistes sin darme una explicación,
y eso sigue siendo aún hoy, lo que más me duele,
lo único que me sostiene el corazón,
es recordar lo especial que eres.

Me sentí con la obligación,
de dedicarte esta poesía,
por mis sentimientos, me llevó la pasión,
a que te recuerde todavía.

Dónde estarás vida mía,
hoy mi corazón te llama,
hoy me he dado cuenta de que no sabía,
cuanto hace falta tú olor en mi cama.

Si jamás te vuelvo a ver,
quiero que sepas mi agonía,
que jamás volveré a tener,
una chispa de alegría.

Daría lo que no tengo,
por tenerte de nuevo cerca,
daría mi vida, no miento,
porque tocaras de nuevo mi puerta.

Te estaré buscando y esperando,
hasta el día en que te vuelva a ver,
pasaré la vida llorando,
yo no quiero a otra mujer.

Si algún día llegas a leer,
estos versos que te he dejado,
piensa, que te pude querer,
y que hoy continúo eternamente enamorado.

​

Siéntase cómodo en casa,
donde el sol y la cama,
vió nacer a la cubana,
imágen de niña casta.

Sepa que estoy aquí,
conversando con usted de nuevo,
que no puedo dejar para luego,
las letras que le prometí.

Mire usted como se aleja,
la ignorancia de mi cuerpo,
cuando creí que había muerto,
despertó la verdad compleja.

Dice aquel que en cada estrofa,
que repito la expresión,
que brota de mi corazón,
la hace menos hermosa.

Pero tengo la sensación,
de como yo no soy poeta,
si digo algo que no sepa,
nace de mi inspiración.

Que piense aquel que puede,
con sus bonitas palabras,
hacer el bien, mis líneas hablan,
de lo que más nos duele.

Agradezco el esfuerzo,
de que guíe mi pensamiento,
pero sólo, el conocimiento,
es el que hace al verso.

A usted mi querido amigo,
quiero que pierda cuidado,
que jamás le he regalado,
algo de lo que yo no haya sentido.

Peró es que alguién osó decir,
que escribía demasiada bobería,
y me ha dado tanta alegría,
de que yo los haga reir.

Eso me hace vivir,
llorar pensaban, que yo podía,
ello hace a mi poesía,
más hermosa de lo que creí.

No se preocupe usted, oír,
a todos los hombres buenos,
que gustan del gran anhelo,
de expresar su sentir.

Yo no me tiro a morir,
yo crezco dentro de los sueños,
a veces a tanto empeño,
nos pone la vida a sufrir.

Quiero que tenga en sus manos,
mi libro de confesiones,
en donde mis entonadas canciones,
le recuerden lo que más amamos.

No son tiempos de criticar,
son tiempos de revivir,
la verdad que se ha de fundar,
las ideas que se han de esparcir.

Sepa que ayer noté,
que el enemigo osado,
estaba arrinconado,
por lo que fue, no lo sé.

Está en cama casi muerto,
enfermo por la gran mentira,
la verdad venció a la ira,
el mundo de nuevo ha vuelto.

Noté sus manos delgadas,
noté su pecho desierto,
pensaba que había envuelto,
sesos entre la almohada.

La verdad descontrolada,
aniquiló la injuria triste,
siento pena que perdiste,
la maldad que te opacaba.

Siento pena por los hombres,
que viven bajo los gobiernos,
que no han probado el amor tierno,
un amor que no tiene nombre.

Es difícil pensar que puede,
el enemigo ingrato,
estar tanto rato,
haciendo lo que quiere.

Pasaran bastantes años,
la cuerda se suele partir,
cuando deje de existir,
jamás podrá reparar su daño.

Dígame usted que siente,
de tanta pena profunda,
de tanto dolor que abunda,
que nos hiere lentamente.

Sé que es tan decente,
y que tiene un corazón noble,
que ayuda también al pobre,
sé, que la pena siente.

De mi le diré que estoy,
aprendiendo poco a poco,
que cada mano que toco,
me muestra como soy.

Tenga de mi el ragalo,
de estos humildes versos,
a lo que con tanto esfuerzo,
le he dedicado, sin reparo.

Quizás haya olvidado,
entre líneas algunas cosas,
sólo queda en mis estrofas,
el amor que le he confiado.

Quiero que tenga de mí,
aunque sea por un momento,
un recuerdo, un pensamiento,
del amor conque crecí.

Pierda cuidado que estaré,
a pocos días de enviarle otras letras,
mis manos nobles respetan,
las manos puras de usted.

Cuando crea que haya pasado,
tanto tiempo y no le escribo,
sepa que tiene a un amigo,
mi verso es suyo, si no lo ha notado.

Me despido de usted, ¿vió que aprendí,
de mi amigo que tanto quiero?,
del que sé, que entre tantos desvelos,
tiene un rinconcito para mi.

​

Yo quiero cuando ya no esté,
este amor y esta alegría,
que leas esto que cree,
no sé, si llamarle poesía.

De un dulce sueño desperté,
convertido en agonía,
una partida, que no acepté,
un dolor que no merecía.

Yo no sé, si fui descortés,
y si ella me quería,
yo no sé en que fallé,
o si perdí la valentía.

Sé que de ti me enamoré,
te dí mi amor en garantía,
lo pisoteaste, si fracasé,
fue porque me usaste como mercancía.

No lo niego, me asusté,
cuando vi que te perdería,
¡cómo te quise!, nunca te abandoné
no creí que esto me afectaría.

De verdad nunca pensé,
que esta tristeza me alcanzaría,
mira que tanto me acerqué,
me destruiste, vida mía.

​

El mundo del lector es introvertido,
tiene pasos perdidos y equivocados,
¿quién dijo que no existen poemas para los amigos,
qué sólo son para los enamorados?

El mundo del leyente, que bonito mundo,
es el mundo de la pasión, de la emoción y de la espera,
es el clamor intenso al bienestar profundo,
es apreciar a todos, no es sólo amor, cual fuera.

El amor que se tiene a la mujer,
el amor que se le tiene a un amigo,
hasta amor al enemigo se ha de tener,
Martí lo dijo: yo aprecio a mi enemigo.

Comparto estas letras al buen autor,
cualquiera es bueno mientras sepa leer,
el que escuha también, bueno es el amor,
y no hay diferencias, no se deja vencer.

El mundo del lector es introvertido,
dejemos los prejuicios en el pasado,
expresamos amor a la mujer y al amigo,
aunque los dos se diferencien, lector equivocado.

​

Presiento que estuve cerca,
tus manos casi rozaban las mías,
eres una mujer tan apuesta,
que apenas la palabras me salían.

Tengo el valor para hablarte,
pero cuando estoy frente a tí no sé,
empieza mi cuerpo a sudarse,
y mudo me vuelvo a la ves.

Tal vez podré superar,
todo ese miedo que me acecha,
quizás cuando te vuelva hablar,
sigas siendo más apuesta.

Te quiero, te quiero mucho,
y la sencilla razón mía,
es que te quiero más que al mundo,
y eso tú, no lo sabías.

​

Tengo que decirte mi amiga,
algo que realmente no quería,
pero antes que se rompa nuestra alegría,
tengo que ser sincero, amo la vida.

Yo la quiero tanto, tanto,
que lo que siento es verdadero,
a veces pierdo mi esmero,
cuando de la verdad estoy hablando.

No me voy equivocando,
pero que más te diría,
no quiero que vayas un día,
a saber lo que estoy pensando.

Y es que con tantas fuerzas te estoy amando,
que creo que es mejor que tú lo sepas,
porque la vida es sabia, más se respeta,
no lo podemos seguir ignorando.

Y si la verdad por fin levanto,
y expulso aquello que llevo dentro,
es que no quiero que el remordimiento,
sea el motivo de mi espanto.

Mientras tanto voy contando,
porque pasen bien los días,
aquellos, en que no sabías,
quien te estaba enamorando.

Y si del amor que hoy te canto,
tú que provocas esta melodía,
haz del amor el encanto,
que aún no he probado, vida mía.

Te quiero, te quiero tanto,
y eso tú no lo sabías.

​

Escribí ocho melodías ,
dentro de una sola canción ,
hablé de amor y melancolía,
de desengaños y traición.

Ella leyó lo que decía,
y me vino a pedir perdón,
cuando vino no sabía,
que sangraba el corazón.

La nostalgia se moría,
se quebraba la pasión,
ella, sueños no tenía,
sólo queda la ilusión.

Mira que tanto te quería,
fuiste mi mejor expresión,
y hoy te siento tan fría,
que triste desilución.

​

Es apenas de madrugada,
y te confieso que si te escribo,
es porque mi mente no está agotada,
está alegre, porque está contigo.

A esta hora yo soñaba,
y entre los sueños perdidos,
eras tú, a quien encontraba,
eras tú, quien estaba conmigo.

Y descansando sobre la almohada,
sentía a veces tús latidos,
y eras tú, quien recordabas,
estos versos que hoy te escribo.

​

Mi amiga que hoy sabe,
que me encuentro más calmado,
y que estoy menos apurado,
vamos a ver si la rima sale.

No es gran cosa, pero vale,
no crea que he olvidado,
aquellas letras que han quedado,
donde en su rinconcito cabe.

Pero es que a veces divagando,
en lo que no estoy preparado,
encuentro que voy sacando,

más provecho de lo que había pensado,
quizás no sé por qué me atreva a tanto,
o quizás me haya equivocado.

​