El blog de Alfredo Grajales Sosa

Me encanta el color café,
el de tus ojos hermosos
dos luceros luminosos
con los que yo tropecé.
Al firmamento robé
al momento fui a ocultarlos
para así poder mirarlos
cuando la angustia me invada,
por extrañar tu mirada
y así poder admirarlos.

He llegado a acariciarlos
en mis sueños con ternura,
desbordantes de dulzura
que hasta he podido tocarlos.
Y con mis besos cerrarlos
para ver en su interior,
como al sentir el calor
en el roce con los míos,
se desvanecen tus fríos
con mi fuego abrazador.

Es por demás tentador
en su mirada perderse,
de observarlos abstenerse
totalmente abrumador.
Me declaro admirador
del hechizo en tu mirada,
cual la flor más delicada
en pétalos se convierten,
esos párpados que advierten
su majestuosa mirada.

Me perdí en la inmensidad
que refleja tu mirada
con luceros decorada
de gran majestuosidad.
Supliqué a la eternidad
me concediera un momento,
alumbraran mi aposento
desde el cual yo los venero
pues míos los considero:
de mi pasión alimento.

Completamente hechizado
que me lleno de rubor,
por ese sutil amor
que me tienen atrapado.
Por completo trastornado
admirarlos es mi anhelo,
mi pedacito de cielo
el que tu cara refleja,
al firmamento asemeja
cubriéndote con su velo.

Por admirarlos siquiera
por lo menos un segundo,
capaz de cruzar el mundo
sería si lo pidiera.
Por ello la vida diera,
probaría con empeño
el volver a ser su dueño,
por mirarlos otra vez
tus bellos ojos cafés
los que me quitan el sueño.

Es imposible ocultar
lo que a la vista se nota
si tu presencia alborota
completo mi bienestar.
Quisiera poder estar
a tu lado, vida mía
con anhelo espero el día
para amarnos sin censura
y termine la locura
que a mi ser aquietaría.

A tu recuerdo abrazado
siempre me quedo dormido
pero tú duermes conmigo
no te apartas de mi lado.
Junto a mí siempre has estado
gozando de nuestro amor
disminuyendo el dolor
de tu ausencia en la distancia
y de este amor la fragancia
siempre recuerdo su olor.

Es imposible arrancar
tu recuerdo de mi ser
porque eres la mujer
que yo siempre quise amar.
¡Cómo te voy a olvidar!
si grabado está en mi piel
tu nombre con el cincel
del amor grande y profundo
no existirá otro en el mundo
que se logre igualar con él.

Un solo corazón basta
para mantenernos vivos
son tus besos adictivos
lo que a esta espera desgasta.
Y a la soledad aplasta
con su imponente recuerdo
a veces siento te pierdo
por esta angustia infinita
pero al par tuyo palpita
justo por tu lado izquierdo.

Para los dos, suficiente
con un solo corazón
si al amarnos la razón
compartimos mutuamente.
Jamás habrá entre la gente
un amor más infinito
que el mío y tuyo repito
cual llegará hasta la gloria
y una página en la historia
con él habremos escrito.

De tus sueños quien pudiera
convertirse en el guardián,
protegerlos con afán
en una noche cualquiera.
Y esperar que amaneciera
para verte abrir los ojos,
y limpiarte los despojos
de un mal sueño concebido,
y observar ya amanecido
esos ojos tan hemosos.

Los que luces caprichosos
al desden de sus miradas
bellamente acompañadas
con destellos luminosos.
Bajo esos arcos hermosos
que de sombra los prodigan,
y a todos los que los miran
los dejan enamorados,
completamente extasiados
que al solo verlos suspiran.

Espero nunca decidan
el negarme esas miradas,
con ternura acompañadas
que caricias me prodigan.
Observandome prosigan
eternamente extasiados,
y por siempre enamorados
de su mirar no me aparten,
esos ojos que comparten
sus detellos platinados.

Si la vida lo dispone
volveremos a encontrarnos
y tal vez permita amarnos,
a ella nada se le impone.
Nada que no solucione:
no se ha visto hasta el momento,
es la verdad no te miento
que te amaré hasta la muerte,
hasta que al fin quede inerte:
cuando se esfume mi aliento.

Por el momento este cuento
de amor, quedará inconcluso,
a olvidarte me rehuso
cada ocasión que lo intento.
Por más argucias que invento
no puedo dejar de amarte,
pero tengo que dejarte
salir de mi pensamiento,
vueles libre como el viento:
y hacia el olvido llevarte.

Donde consiga enterrarte
en una playa desierta,
por rayos de sol cubierta
y ahí poder sepultarte.
Que no logres liberarte
de las rejas del olvido,
porque mejor me suicido
que volver al sufrimiento,
a tu lado es un tormento:
ya de amarte he desistido.

Retornaste a mi vida en el momento
que mi alma se econtraba mal herida,
entre tus brazos encontré guarida:
llegué a hacer de tu pecho mi aposento.

Mi vida entera, te entregué al momento
perdí la noción de tiempo y de espacio,
el mundo, junto a ti iba tan despacio:
llegó a ser ese mi mayor tormento.

Te lo juro por Dios, no me arrepiento
quisera verte, aunque sea un instante,
besarte sin morir en el intento.

Si tengo que morir, pues adelante,
ya no cabe en mi alma más tormento
pero en pie me mantengo cual atlante.

Se cierne la tempestad
con el cielo gris ceniza
en esta tarde plomiza
que se llena de humedad.
Atronando la ciudad,
de repente un estallido,
ensordeciendo el oído,
hace caer en la cuenta
del rigor de la tormenta
con tan fantástico ruido.

Nos sorprende el colorido
con que a la ciudad dibuja,
a nuestras almas estruja
con el estruendo vertido.
Como un intenso bramido
un gran rayo nos despierta,
a todos nos pone alerta
esperando el vendaval,
rogando nuestro final
no se halle tras de la puerta.

El viento contra el cristal
es látigo en la ventana,
y el tañer de la campana,
avisa del temporal.
Con la alarma general
los barcos de pescadores,
dando fin a sus labores,
a puerto fijan sus rumbos
en medio de los retumbos
a pesar de sus temores.

Rogando que sus motores
no sufran un desperfecto,
se hace infinito el trayecto
entre rezos y clamores.
Ya de la mar sabedores
que al iniciar la tormenta,
su bravura al mar aumenta
tornándola innavegable,
mas con pericia palpable
su rumbo no desorienta.

Los rayos cortan los cielos
ensangrentando las olas,
en rojizas aureolas
como finos escapelos.
Con ellos vienen anhelos
que como el mar se iluminan,
¡Tanto a poetas fascinan…!
y con la solaz bonanza
también vendrá la esperanza
de tristezas que terminan.

Llegando a puerto se inclinan
con un respeto infinito
a nuestro creador bendito
y un largo tramo caminan.
A su hogar el rumbo afinan
entre el tumulto de gente
la que los mira sonriente,
añoran la bienvenida
de su familia querida,
quien los espera paciente.

En el inmenso mar de tu mirada
una tarde lluviosa en que de prisa
al pasar frente a ti, dejé plasmada
en esbozo, una mágica sonrisa.

Tu cabello agitado por la brisa
tus hombros suavemente acariciaba,
la lluvia por tu faz de desizaba
descendiendo muy trémula e indecisa.

entonces me acerqué a darte mi abrigo
escuchando tu voz como un murmullo,
no deseo vivir, si no es contigo.

Como trémula rosa en el capullo
que alguien corta para llevar consigo:
así nació este amor, al dulce arrullo

Eres flor, eres aroma,
una florida pradera,
eres ave en primavera,
eres del amor idioma
eres magia que ilusiona:
eres sonrisa, eres canto,
de las ninfas el encanto
en tu ser lo derramaron
a los ángeles mandaron
te cubrieran con su manto.

Por fino cincel tallada
tu figura esplendorosa
de todas la más hermosa
nunca jamás encontrada.
Dos luceros tu mirada
con que imponente divisas
las majestuosas sonrisas
de esos tus labios carnosos,
carmesí maravillosos
tan sublimes como brisas.

De una celestial belleza
tu hermoso ser fue formado
y con perlas decorado
de magnífica realeza.
Resaltando la grandeza
de pureza inmaculada
que en luz de luna enmarcada
resplandece en tus cabellos,
atributos todos bellos
los que adornan a mi amada.

Fuiste una luz a la vera del camino
con tu aroma perfumaste el campo entero,
fuiste capaz de aromar al mes de enero
y dar certeza al desviado peregrino.

En mi mesa fuiste pan y fuiste vino
fuiste ese manto con que cubrí mis miedos,
el templo firme donde recé mis credos:
remanso dulce que me otorgó el destino.

Ahora descansas en tu tumba inerte,
mas tu recuerdo en mi pensamiento vive:
en mí vivirás hasta que pueda verte.

Sea la esperanza que a mi ser motive
en mis brazos un día, vuelva tenerte,
es la ilusión que a mi corazón revive.

Un jilguero sentado en una rama
entonaba su tierna melodía,
entre sus bellas notas me decía:
esa dulce mujer, cuanto te ama.

Ella es Maryengel dijo, así se llama
la mujer que el corazón te ha robado
y vives por completo enamorado:
pues te ilumina con su eterna flama.

De tu corazón, es la soberana,
es la dueña total de sus latidos:
es la brillante luz de la mañana.

La almohada de sueños compartidos,
rayo de sol que cruza tu ventana
y en tu pecho acelera tus latidos.

Cada quién por su camino
cada quién su propia historia,
y a borrar de la memoria
lo que no quiso el destino.
Por completo el desatino
con tan malas decisiones,
fueron buenas intensiones
mas no fueron suficientes,
o tal vez no convincentes
para amarnos las razones.

Entonces, no nos queda más
que en silencio despedirnos,
y no llegar a agredirnos
como llegaste te vas,
tú no encontrarás jamás
amor como este en el mundo
así de inmenso y profundo;
tal como llegué a adorarte
así mismo puedo odiarte
con un desprecio rotundo.

Me empeñé en buscar amor
maldita sea mi suerte,
quedando herido de muerte
y envuelto en un gran dolor
volver a amar el temor
a este corazón gitano
el cual tuviste en tu mano
y oprimiste con desprecio
por amarte y ser tan necio
todo ha resultado en vano.

Para ambos mejor así
llevar caminos aparte,
nunca intentaré buscarte
si dios te apartó de mí,
no recuerdo si te vi
o si llegué a conocerte,
no tuviste tanta suerte
en ser parte de mi vida,
en ti la maldad anida
solo puedo aborrecerte.

Solo un camino nos queda
y es tan solo el del desprecio,
debemos pagar el precio
el que el desamor hereda,
entre los dos nada pueda
resurgir del corazón,
compartimos con razón
que lo nuestro ha terminado,
y cada quién por su lado
es la mejor decisión.

Por eso mejor te digo
dios tu camino bendiga,
la dicha contigo siga
la que no hallaste conmigo.
Que el amor viva contigo
siempre conceda el divino,
ser feliz es tu destino
te digo de corazón,
esa es la mejor opción
cada quién por su camino.

A través de la ventana
que nos divide al pasado,
muchas veces te he observado
radiante cual la mañana.
Cual la brisa campirana,
como el sol resplandeciente,
como el cielo reluciente:
de gran belleza brillante,
tu sonrisa resonante
recorriendo en el ambiente .

Tus ojos son la ventana
que me llevan al pasado,
donde se quedó atrapado
este gran amor que emana.
Como el sol de la mañana
con brillantez majestuosa,
así es tu sonrisa hermosa
que acaricia mis sentidos
a la par de mis latidos
en armonia cadenciosa .

Abierta ha permanecido
esa ventana al pasado,
porque vivir a tu lado
es lo que siempre he querido.
Que amanescas tú conmigo
acurrucada en mi pecho,
tu mundo entero mi lecho
como siempre lo soñamos,
ser solo uno, deseamos,
nuestro dios acorte el trecho.

Esa ventana nos une
cada vez en que la abrimos,
y a ese pasado acudimos
pues los corazones reune.
sin nada que inoportune
lo mágico del momento,
en que con gran sentimiento
nuestra pasión nos invade,
a dios pedimos se apiade
de nuetro gran sufrimiento.

La ventana a nuestra historia
son dos luceros hermosos,
ese bello par de ojos
que me llevan a la gloria.
Al evocar mi memoria
cuando en mis brazos temblabas,
cada vez que me abrazabas
tu hermosa boca decía,
que siempre serías mía
y a mi pecho te aferrabas .

Se ha quedado en mi memoria
atrapada tu sonrisa,
que en el tiempo va sin prisa
y suspendida en la historia.
Aquellos días de gloria
y de pasión infinita,
que por mis venas transita
y me emosiona evocarte,
porque gozo al recordarte
cuando el corazón palpita .

Quisiera pintar tu vientre
con el pincel de esperanza,
y florezca sin tardanza
quien nos una para siempre.
Y que un angelito encuentre
el camino a nuestra vida,
ojalá el creador decida
regalarnos tal milagro,
en él mi esperanza labro
con eufória contenida.

Las noches en que te sueño
entre mis brazos dormida,
siempre imagino querida
cuando llegue a ser tu dueño.
Esperando con empeño
el creador otorgue el día,
y conceda todavía
un retoño floreciente,
que provenga de tu fuente
y nuestro creador su guía.

Quisiera que mi semilla
en tu vientre floreciera,
y que alegria por doquiera
regaras como avecilla.
Como tierna florecilla
que esparciendo su fragancia,
se percibe a la distancia
entre la brisa primera,
que trae la primavera
y nos llena con su estancia.

Si dios nos enviara un ángel
y llegara a ser mujer,
seguro le iba a poner
igual que tú: Maryangel.
Y en nuestro hogar cual arcángel
la alegría mantuviera,
las dudas dejara fuera
los celos y desconfianza,
solo hubiera concordanza
la que nuestro ángel trajera.

Si en tu jardín se pudiera
hacer florecer las rosas,
serían las mas hermosas
que en todito el mundo extiera.
De las mas bellas que hubiera
a lo ancho del mundo entero,
yo seria su jardinero
y cuidaria complaciente,
cada retoño naciente
cultivaria con esmero.

Quisiera pintar tu vientre
con la sonrrisa infinita,
de una niña que repita
la ilusión de amarte siempre.
Nuestro corazón encuentre
con felicidad constante,
siempre en dicha rebozante
y llegue a ser nuestro orgullo:
en ti floresca el capullo
fruto de amor abundante.

Si te marcharas primero
nuestro creador permitiera,
espero me concediera
convirtirte en un lucero.
De mis noches compañero
con rayos de luna llena,
que en la mar dulce y serena
como espejo se refleja,
y entre la bruma se aleja
llevando toda mi pena.

En ángel te convirtiera
para poder guiar mis pasos,
y dejar que entre tus brazos
todas las noches durmiera.
Conmigo por donde quiera
llenando mi pensamiento,
feliz a cada momento
recorando nuestro amor,
disminuyendo el dolor
de este tan cruel sufrimiento.

En mis noches de desvelo
tu recuerdo me acompaña,
mis ojos el llanto empaña
por tan grande desconsuelo.
Ya mi alma en completo duelo
al saber de tu partida,
moribunda y abatida
yace postrada en su lecho,
aquí dentro de mi pecho
completamente sin vida.

Si acaso el destino cruel
te arrancara de mi lado,
por completo devastado
¿cómo vivir sin aquel?.
Cariño que fue tan fiel
y en mi vida compañera,
que a mi lado por doquiera
caminaba de la mano,
porque fue un amor tan sano
como jamás existiera.

La verdad yo no podría
soportar el abandono,
ya no tendría un asomo
mi triste alma de alegría.
Moriría en ese día
que inerte tu cuerpo viera,
o que rígida sintiera
esa piel tan tersa y pura,
que acaricié sin censura
cuando conmigo estuviera.

No me atormente el dolor
de verte partir primero,
pues junto a ti yo me muero
al no sentir tu calor.
A el cielo elevo el clamor
y al dios del cielo le pido,
me lleve junto contigo
pues me dejas muerto en vida,
sin tu presencia, querida
si tu no estas más conmigo.

Vamos tejiendo ilusiones
con hilos de mi ansiedad
y esta gran necesidad
de unir a dos corazones.
Pues nos sobran las razones
de esta distancia abatir
y nuestras vidas unir
cual perfecto complemento,
de Dios espero el momento
que se pronto ha de venir.

Son tus besos las agujas
que a este reloj cuerda dan,
las que impacientes están
se esparcen como burbujas.
Y las dudas desdibujas
de volvernos a reunir
y para siempre vivir
amandonos plenamente,
fieles en cuerpo y mente
nos los dicta el porvenir.

La promesa de abrazarte
me mantiene aún con vida,
ya mi pobre alma abatida
se muere por abrigarte.
Esperando acariciarte
con ese rostro de rosa,
en mi esperanza reposa
la gran pasión contenida
y la ansiedad adherida
creo será bondadosa.

Son hilos inquebrantables
los que nos tienen atados,
perfectamente amarrados
ya que son inexpugnables.
Si por amarnos, culpables
el mundo entero nos llama
y en nuestro interior la flama
de eterno amor está viva,
así encendida que siga
pues nuestro amor lo reclama.

Los hilos de este tejido
de material apropiado,
el señor los ha creado
y con ellos nos ha unido.
has en mí permanecido
y con ternura he cuidado,
con amor lo he acariciado
en mis sueños con anhelo,
espero que un día el cielo
te devuelva aquí, a mi lado.