LAS MANCHAS DE MI PIEL MORENA Llevo en la piel las manchas de mi tierra, los rigores de un sol que a la intemperie se empeña en recordarme que me aterra el reporte final, cutánea serie. Tengo el cansancio acumulado en huesos de los que ignoro el nombre y que no uso, conscientemente al menos, y son esos que me tienen y traen inconcluso. Tengo puestos los pies a la fatiga, los dedos correosos como garras que se aferran al suelo que castiga y al horizonte sueltan sus amarras. Llevo un reloj que atrasa y adelanta las horas, el momento y circunstancia, y un cristal con arena que decanta el frío y el calor de la arrogancia. Traigo conmigo el sobrante y sudor de un día trabajado entre puñales; son los árboles vida en derredor y un derroche continuo de frutales. Otoño llega y vive por mis venas, una nueva cosecha, cinco meses, seis a lo sumo, y luego tres verbenas que confunden el trigo con las mieses. Llega el invierno y uno persevera, castiga y se castiga por si acaso fuera el castigo flor en primavera... Y por dios, que no llegue con retraso. Esta mente se sabe en estaciones, irracionalidad de lo sentido, y mira en ventanillas y balcones las vistas, entre tiempos, de lo ido. Después llegar, no importa, a cualquier lado, pero llegar con ilusión y a tiempo al destiempo final de lo acordado; blanco llegué y me voy cansado y lempo.
NACER HASTA EL FINAL Naces y el mundo está a tus pies; lloras, pero respiras aunque no puedas ni dar un solo paso. Ríes, porque te tocan una parte de esta recién estrenada vida y hueles que todo va a ir bien. Después gateas y escoges los alcances de tu mano, y miras con esos ojos que ya empiezan a ver. Sufres las reprimendas y gozas, sé que gozas, cuando las reacciones se confunden, te indultan, te dejan hacer. Más tarde, crecer nos traerá alguna que otra condena: adolescencia, juventud, madurez (no es el camino fácil, tampoco incierto), senectud. Nunca fueron los pasos perdidos ni fue lo que no fue. Seguimos empeñados en ser sobrevivientes con ansias de trascender. Existe una enfermedad que no tiene cura, la vida, esta vida que nos concierne desde el principio al final. No elegimos morirnos un día, pero si hay que hacerlo, por supuesto, habrá que tomarse un tiempo. Yo estoy acostumbrado a las esperas y esta, actualmente, no la llevo mal.
LUNES Los lunes no salgo de mi asombro, todo sigue en su sitio menos mi ánimo; arrimo el hombro y me descubro a la intemperie al tiempo que emprendo otro viaje. Suele ocurrir que los lunes empiezan el domingo por la tarde cuando nos invade un abismo de esos de como si el martes no existiera. Pero los lunes, los transeúntes también pueblan las aceras y corren a compartir su pesadilla con los demás usuarios por la estrecha frontera en que los sueños lindan con las peores realidades. Los lunes cae herido un argumento y convalece el optimismo y la esperanza.
MIRAS ABIERTAS. Me estoy dando cuenta de que la vida sigue su curso: te subes, te bajas, dudas (siempre dudas), te ofende, te llena, la discutes. Puede que un día la vida seas tú, puede que un atardecer se te caiga el cielo, puede que puedas o que te des por vencido. Amanece al gusto o al disgusto, anocheces con estrellas o estrellado; pero la vida sigue y no somos sus únicos clientes. Si la vida fuera una empresa, que lo es, habría que hacer balance de pérdidas y ganancias, de hurtos y regalos, de desahucios y apropiaciones. Si la vida fuera esto que ahora mismo me tiene en sus manos, le tendería el cuerpo entero para que dispusiera de una parte de ella misma; siempre que siguiera permitiéndome ser dueño de un espacio en el que poder decir NO. Hice un cursillo para decir los "noes" y otro para lidiar con las propias y ajenas libertades. Los “sis” venían umbilicalmente impuestos.
SÁBADO NOCHE. Le doy gracias a este cuerpo por aguantar a un inconsciente que siente que no hay peor delito, y cito, que morir en vida o al relente. Y ahora, si acaso, me aseo, paseo; para salir de copas o bastos me basto. La baraja anda servida y, con mida, en la noche me disuelvo y vuelvo a soñar como solía.
UN AÑO MÁS Un año más, viniendo y escapando de un nunca jamás, de un mientras tanto. El mismo siglo, otras edades, los mismos cuerpos deteriorados que atacan y se defienden en esta jungla de asfalto. Que atracan y se dejan atracar, que miran hacia otro lado sin robar, ni dejarse robar, más de lo que quepa en una mano; en una mano y en los ojos de quien sigue su camino inexorable, de paso a paso, de mirada en ceguera, de tanto y tanto. Si quieres que te cuente flores de mayo, habrá que esperar a la primavera... ¡Pero qué te estoy contando!
ALGUIEN, UNA VEZ... (once de enero) Alguien, una vez, me dijo que vivir mata y le creí a pies juntillas. Es más, me dije, ¡cuánta razón en tan pocas palabras, cuánta ironía! Fue otro alguien quien me comentó, y era otro día, que ya está muerto quien no vive ni arriesga su piel en esta vida. Otros “álguienes”, otras veces, me dijeron, pero ya no me acuerdo; resté importancia a las palabras, había tomado partido, estaba viviendo. Con el tiempo aquí sigo, matándome y dejando que me maten entre comillas, entre milongas. Hoy sólo le temo al final de la historia; y no porque se acabe sino por el poder de destrucción de la posible moratoria o del arma que tenga que descargar sobre mí el último golpe.
MI HIJO, A GOZAR VINIMOS. Fue mi madre quien me dijo -mi hijo, no te debieras casar; gozar, para eso fue que, con mimos, vinimos. Desde entonces los dos fuimos, mi mujer y yo, sin madre; que la vida es un "des-madre", ¡mi hijo, a gozar vinimos!
ALGUIEN ME DIJO QUE ERA MARTES Llevamos escribiendo tantos años que los bolígrafos nos salen al encuentro hasta en el trabajo, aunque el papel escasee. Solo con mirar surge el verso y si uno se acomoda al silencio, las manos trabajan solas; esto promete. Lo que fuimos, lo que somos, lo que en realidad nunca sabremos; la seguridad de estar de paso intentando no defraudar y, sobre todo, no defraudarnos. Qué más da si los caminos se toman por sí mismos un rodeo. El caso es que al caminar, mirando al frente, se deja atrás el rastro y muchos recuerdos. Llevamos viviendo tanto tiempo que se agradecen las nuevas sensaciones; y si hay que llorar, pues se llora, y si hay que reír, se ponen los ojos y las arrugas y la felicidad. Después... Se acabó la cítrica jornada. Guardo el boli y el capazo y pregunto. Alguien me dice que es mediodía, que hoy es martes. Y ahora no sé muy bien qué hacer. Pero me dirijo a la guagua de traslados, tomo asiento, y volver, volver, volver.
DESVELOS Plañían las campanas del desvelo con un timbre metálico de muerte la hora incierta, el cuerpo como inerte, la vigilia a sus anchas sin consuelo. La mente descorrió un tupido velo y me halló en el vacío de quererte. Fue el vértigo sentir pero no verte, la noche un mal de altura en pleno vuelo. Me vi como un rehén entre dos luces, sin rescate, ni proa, ni cubierta, presto de nuevo a dársela de bruces. La suerte, como siempre, siguió incierta jugándosela a cara, cuerpo y cruces en medio de cualquier noche desierta.
DOMINGO Un día me di cuenta de que tenía rostro y me dio por escuchar la nieve; todo un gusto y un regalo, ¡qué bien huele! Me inventé una casa a ojos vista, un techo a quilómetros de altura y una relación que cupiera en un mínimo espacio…uno nunca supo de espacios sin coberturas; en un metro cuadrado, ¡cuánta vida! Hace tiempo que mi mundo no es España, ni Europa, ni el mundo; solo es un espacio que huele a azahar y a romeros, y sabe que su espacio es mi espacio: un regreso, una huida, un encuentro. Fuera de la ley, la ley cobra sentido. Uno se refugia sin dejar rastro, aunque el viento intuya un recorrido, aunque deje alguna pista el aliento, aunque la voz derrita la escarcha y nos delate el silencio. Pero qué importa. Un día fue otro día. Hoy escucho los pájaros, es domingo, descanso.
CON UN BOLÍGRAFO EN LA MANO Si pongo una raya para empezar a escribir un poema, posiblemente alguien piense que hice un inciso; pero no, era una raya. Si pongo cuatro puntos suspensivos, suspéndeme. Si no guardo un espacio donde un espacio (me) quepa es que se me olvidó guardar las distancias. Si ves que no lo ves, si hueles que las comas se enraízan y se olvidan de su verbo, de su complemento, y predican en el desierto; no pasa nada. Todo está inventado, dicen, aunque lo necesario, lo primordial, lo correcto, lo sostenible, lo estipulado es hacerse entender aunque no nos entendamos ni con nosotros mismos. Punto, espacio, coma (paréntesis). Guion largo, guion corto... ...Pero ponme un guion para poder seguirte y llegar hasta el último punto aunque no sea el final ni definitivo.
HOY De la primera a la postrer naranja todo es jornal. Baja la niebla al campo de naranjos; me voy al bar. Por la ventana miro la perspectiva, ¿seremos humo? Estos bancales nos muestran su grandeza, yo diminuto. Y ahora llueve; un día regalado, todos contentos. Me vuelvo a casa con el día cumplido, ni más ni menos.
VARIACIONES DE INVIERNO Y ESCARCHAS Por la mañana a la espera del sol brilla la escarcha. Brilla la escarcha a la espera del sol, hielo en las hojas. Hielo en las hojas, destellos en espera, la madrugada. De madrugada mirando al sol naciente brilla la escarcha.
ENCUENTRO Para quererte y que me quieras me centro, me reconcentro, y el centro busco de tu ombligo y de mi tacto. Me tocas, te toco, nos tocamos el alma en el empeño para el resto de los días empeñados.