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  1. Una vez quise ser malo
    y me empeñé en el asunto…
    un auténtico fracaso.
    Después ser bueno, lo juro,
    pero tenía intereses
    pendientes desde hace mucho;
    pretendiendo equiparar
    sólo logré ser injusto.

    Ahora las cosas cambiaron,
    no finjo ni disimulo,
    cuando no soy no me encuentro
    y a quien me busca lo busco;
    quedamos y departimos,
    que más perdió el que no puso.

    El tiempo sigue contando
    sus porciones con orgullo
    (cuando pasa ni saluda,
    yo a lo mío, él a lo suyo).
    Si al cruzamos nos hablamos,
    aún me recuerda el futuro
    que me presentó una tarde
    que con los años confundo.

    Pero ya no soy de nadie,
    y a nadie le pido mucho.
    Ya no hipoteco el mañana,
    ya no me visten los lutos;
    las quimeras no me tientan,
    que el presente ya es un triunfo,
    derrocho a diestro y siniestro
    y me ahorro los disgustos.
    Soy por ser, mientras se pueda,
    y existo, que es todo un lujo.
    2010
    A Anamer, Gogui, Desairado postrimero. y 3 otros les gusta esto.
  2. MIGUEL HERNÁNDEZ

    El palomar de las cartas
    abre su imposible vuelo
    desde las trémulas mesas
    donde se apoya el recuerdo,
    la gravedad de la ausencia,
    el corazón, el silencio.
    Miguel Hernández


    El palomar de las cartas
    hoy me acerca hasta estos pliegos
    y al espacio donde vuelan
    las plumas entre los dedos
    y en el aire centellean
    antes de llegar al suelo
    y al domicilio preciso
    del hogar de nuestros sueños.
    Un trayecto que entre letras
    abre su imposible vuelo
    para llevar un presente,
    carta con la firma y sello
    del que en el centro se abre
    y la cierra con un beso.
    Besos hay que se liberan,
    besos que llegan de lejos,
    bocas que exigen su boca,
    sobres, papeles, tinteros
    y un alma que las escribe,
    un alma que quiere serlo
    desde las trémulas mesas
    al palpitar de otro pecho.
    Cartas nuevas, cartas viejas
    donde se apoya el recuerdo
    y se posan las miradas
    que nos miraron sin vernos.
    Dormitan en un cajón
    o se esconden en un hueco
    donde se mide el latido,
    donde descansan los huesos,
    la gravedad de la ausencia
    y un lejano pensamiento.
    Pasión que en amor mudó
    todo su estremecimiento
    y que guarda de lo humano
    la inconsciencia de lo eterno.
    Cartas viejas, cartas nuevas,
    el corazón, el silencio.


    MARIO BENEDETTI

    cuelgo la soledad en el perchero
    y ella me mira con sus ojos pardos
    entonces me conmueve y la descuelgo
    y la llevo conmigo a conocerme
    Mario Benedetti


    Cuelgo la soledad en el perchero
    por si acaso en mi espalda se incomoda
    tanto cargué sobre su vasto eco
    que me basta saber que sigue cerca.

    A veces callo digo o me desdigo
    y ella me mira con sus ojos pardos
    sus ojos de saberme en los colores
    y en los matices que de tanto en tanto
    ni yo mismo me atrevo a confesar.

    Otras veces se ofende y es tristeza
    se hace toda un ovillo y es olvido
    entonces me conmueve y la descuelgo
    y la acuesto digamos en la cama
    para intimar con todos sus silencios.

    Cuando salgo no siempre me acompaña
    y aunque a veces burlarla reconforta
    las más suelo invitarla como aliada
    y la llevo conmigo a conocerme.


    PEDRO SALINAS
    Para vivir no quiero
    islas, palacios, torres
    ¡qué alegría más alta
    vivir en los pronombres!
    Pedro Salinas


    Para vivir no quiero
    que me lleven o traigan,
    pero sí que me digan
    y ser en las palabras.

    Mi morada eres tú;
    islas, palacios, torres
    los dejo para otros,
    me bastan tus adobes.

    Y ser, y ser, y ser,
    y que seas conmigo;
    ¡qué alegría más alta
    cruzarme en tu camino!

    Confundir nuestros pasos
    sintiéndonos los bordes.
    Vivir, vivir, vivir,
    ¡vivir en los pronombres!


    RUBÉN DARÍO

    Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
    y más la piedra dura porque esa ya no siente,
    pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
    ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
    Rubén Darío


    Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
    que se deja llevar incluso por el viento,
    que espera primaveras para volverse aliento
    y a sus muertes resiste, albura de lo esquivo.

    Dichosa la finura de la arena y el polvo
    y más la piedra dura, porque esa ya no siente,
    maldita la erosión del múltiple accidente
    sangrante que es la herida que con el tiempo azolvo.

    No nos duelen los años ni el tiempo ni la espera,
    nos duele más el ansia que existe en el motivo;
    pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
    en el esfuerzo eterno del remo y la galera.

    Hoy, callarme podría mas digo abiertamente
    que es tránsito la vida, una quimera el cielo,
    y entre colores siento que no hay peor desvelo
    ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
  3. UNOS CUANTOS POEMAS A LA DERIVA

    POR LAS OBRAS NOS CONOCEREMOS

    Yo no he escrito nunca "Los versos más tristes esta noche",
    ni un “Arte poética” que no sea de andar por casa;
    yo no tengo unos “Campos de Castilla”
    ni un palomar de “Las cartas”.
    Mis letras son sencillas,
    mis imágenes demasiado claras.
    No tengo ninguna obra maestra de la que no me considere su alumno;
    es más, las obras me declaran.
    La tristeza la llevo abrazada de continuo,
    aunque me saque a bailar cada mañana.
    La alegría, ¿qué puedo decir?,
    es mi aliada.
    Las obras son, tan solo, aquello por lo que nos conoceremos:
    las mías, las tuyas y otras tantas.
    Me suena otros ojos tanto como los míos,
    reconozco mis rasgos al mirarme en las caras,
    tengo de invisible lo mismo que de piedra;
    la transparencia y la textura nos delata…
    …Y las letras, y los poemas;
    todo, todo, todo, que es nada.


    ME SUSPENDO Y ME PUBLICO

    Por oírme los silencios
    y escuchar, en parte, escribo,
    por acompañar mis tardes,
    por ausentar el hastío
    que me consume una parte
    que siempre llevo conmigo.
    Pero mis pobres vocablos
    no existen por ellos mismos.
    Es por eso que en el aire
    me suspendo y me publico
    confiado de los vientos
    cómplices de mis sentidos.
    Cuando asiento lo que pienso,
    o acierto en mis desvaríos,
    espero que llegue el eco
    a alguno de tus oídos.
    Si encontraras estas letras
    por azares del destino
    y quieres seguir su curso
    o apuntar en lo no escrito,
    el papel te pertenece,
    sin ti no tiene sentido.
    Si al leerlo oyeras algo,
    no importa quién lo haya dicho;
    si yo pinto mi paisaje
    y tú ves otro distinto,
    que viva la diferencia
    y el placer, que ha sido mío.
    Yo dibujo mis retazos,
    tú les pondrás colorido.


    VA POR USTEDES

    Políglotas de tantos sentimientos,
    viajeros incansables de sus lunas,
    pensadores de tardes y de esperas,
    poetas de las noches más oscuras.

    Reflotados de un mar de mil sargazos,
    rodeados de escualos y de dientes,
    con lo puesto sortean las derivas
    que firman los dictados de la mente.

    Tempestades de nubes pasajeras
    dirigen su bajel hacia las rocas,
    liberando a la rosa de los versos
    que compone la cresta de sus olas.

    Ilusionistas ávidos de encuentros,
    de magia entre las letras y sus rimas,
    acróbatas de un tiempo que no existe,
    artistas de una voz que no es pasiva.

    Y yo, que siempre atiendo a las razones,
    me quito mi sombrero ante la gente
    enamorada, triste o afligida
    que escribe con el alma lo que siente.


    RECAPITULANDO

    Sin pena ni gloria vengo,
    con los amigos,
    y afilo los lapiceros,
    van quedándose cortitos,
    pero me quedan repuestos
    para el camino
    y tinta para el tintero
    que siempre llevo conmigo.
    Me allego de cuerpo entero,
    que sigo vivo,
    y en los versos me reitero
    de lo hecho y de lo dicho.

    Cantar por cantar, se canta
    (y de corrido),
    para algo está la garganta...
    !Venga, sírveme otro vino!,
    que llego seco y con ganas
    de mi retiro.
    Traigo escritas unas páginas
    que calcaron lo que digo
    cuando hablé en las tierras altas,
    en pleno estío,
    y del foro recordaba
    la estancia y los entresijos.

    Tengamos claro, señores,
    que aquí venimos
    a contar los pormenores
    unos, a lucir palmito
    otros, o a embastar sermones
    casi medidos;
    todos traemos razones,
    ilusiones o "quejíos".
    También sé que hay corazones
    en cada escrito,
    que viven sus horizontes,
    que incluso piensan distinto.

    Conexiones ha de haberlas,
    es el principio;
    concordancias, diferencias
    y un poco más de lo mismo.
    Maestros… como en la escuela,
    como de niños;
    alumnos cuando nos tienta
    ligar dos versos seguidos.
    Cada cual es como llega
    a nuestro oído
    en un mundo que es poema
    de mundos desconocidos.

    Libre, que me escribes libre,
    libre albedrío.
    Clásico, con voz y timbre,
    con metro y con hemistiquios.
    Cada uno en sus “decires”
    tiene su estilo
    y apunta, se calla o dice
    una parte de sí mismo.
    Recapitulando vine,
    con los amigos,
    y permítanme que firme
    abajo, a renglón seguido.


    LLEVO UNA DOBLE VIDA.

    Llevo una doble vida en el trabajo,
    se curte al sol mi cuerpo mas la mente
    se escapa, huye, sube y es ausente
    para hacer más liviano mi destajo.

    Ya después, cuando vuelvo, me relajo,
    me amoldo a la rutina que, solvente,
    permite que patine por mi frente
    el sudor que por siempre fue y me atrajo.

    No le cuentes a nadie que me escribo
    ni que soy, cuando puedo, un viajero
    atado a su caballo y a su estribo.

    Que quede entre nosotros, compañero,
    que parto, me reparto y me suscribo
    sin olvidar que soy un jornalero.


    CON UN TECLADO ENTRE LOS DEDOS

    Un logaritmo indescifrable de emociones
    se fue apoderando del cuerpo,
    creó sus paralelos mundos,
    con sus frustraciones, sueños,
    culpas y escapes.
    Redes neuronales de inalámbricos puertos,
    bocetos de paisajes
    técnicamente imperfectos;
    pero paisajes al fin y al cabo
    sostenidos por el fuego,
    alentados por el aire
    incontinente de los centros
    de una estancia inubicable
    de vivencias y entretiempos.
    Un butrón en la pared de lo establecido,
    y un teclado entre los dedos.


    QUE DESCUIDO TAN GRANDE EL MIO

    Qué descuido tan grande el mío,
    Dios, qué descuido,
    perder la mayor parte de lo que fui a buscar
    por el camino.

    Me levanté temprano,
    me adelanté a mí mismo,
    cogí un cesto y fui al barranco
    bordeando los lentiscos
    a recolectar versos
    a la hora en que el roció
    les da ese brillo especial
    y en parte un doble sentido.

    Para componer busqué
    y de una higuera cogí un higo,
    de una madreselva la hoja
    y una espina de un espino.
    Al enebro le pedí prestada
    una baya de color rojizo,
    al alcornoque un corcho
    y a la niebla el hechizo
    que abre los corazones
    que se acercan a un escrito.
    Pisé un charco y me apropié
    de parte de ese camino
    que baja, sube y da la vuelta
    a la sombra de los pinos.

    Pero, ay Dios, qué torpeza,
    qué torpeza y qué descuido.

    De vuelta al hogar,
    reunido ya mi alijo,
    presuroso por rimar,
    tropecé con un destino
    que esparció toda mi obra,
    por los márgenes del río.
    Con prisas me levanté
    para recuperar lo perdido
    pero los versos no tienen dueño
    hasta que no están escritos.

    Al llegar a casa volqué
    el cesto y su contenido,
    reducido a la mitad
    después de haberme caído.

    Yo que lo había llenado
    de sonetos y romancillos,
    lo único que pude engarzar
    es lo que les he traído.

    Qué descuido tan grande el mío,
    Dios, qué descuido,
    perder la mayor parte de lo que fui a buscar
    por el camino.
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  4. PIEDRAS


    Duermen los siglos
    en la calcárea piedra
    sin inmutarse.



    NO SIEMPRE CUERPO

    Piedras, siempre piedras,
    en mi vida siempre piedras:
    con tierra, con arena
    mineral, cimientos.
    Verde, siempre verde:
    rebrotes, tallos, esquejes
    que entre piedras reverdecen
    compinchados con el viento.
    Sudor, siempre sudor:
    sal de la piel, sazón
    que va madurando un cuerpo.
    Cuerpo...
    No siempre cuerpo.


    VERSOS CON PIEDRAS PARA ROSARIO

    Rosario, hoy traigo piedras para leer.
    El cielo raso tiene la culpa
    y lo que hay es lo que ves.
    Esta es de pizarra, negra, llana
    con láminas como mi piel.
    Sirve para cubrirse del entorno,
    para que resbale la intemperie,
    para guardarse del frío y del sol.
    Traigo también un canto de río;
    redondo, blanco, sin fisuras,
    salado como el mar que nunca vio.
    Nos servirá para relajar el tacto,
    para suavizar las manos,
    para asomarse al mundo desde otra dimensión.
    Estas otras dos son de una cueva
    que me aguarda cuando voy,
    que me aguarda y que me guarda
    entre frescura calcárea,
    que sabe a bóveda y siglos
    e ignora el alrededor.
    Volví de donde las rocas sembradas,
    de donde el romero y la adelfa en flor;
    y llego a casa, entro al patio,
    ¡sorpresa!,
    y veo que las plantas el calor de julio me las regó.
    Agradecido le estoy...
    ...Y esto verde que mi perro se encontró
    es una esmeralda,
    pero no le veo utilidad yo.
    De todas formas te la traigo,
    tuya es, mía ya no.

    Dedicado a Rosario Martín.


    HABLANDO CON UNA PIEDRA.

    Me dejé llevar y tropecé
    con la piedra más lista del camino,
    hablamos largo y tendido
    y al final le confesé
    que tropiezo de seguido
    cuando mi libre albedrío
    se me acomoda en los pies.

    La piedra me confesó a su vez
    que solo confiaba en el destino
    y en el mal o en el buen tino
    de quien de bruces se dé
    con su sombra que es testigo
    de que ser piedra es castigo
    por no poderse mover.


    LE CAILLOU DE LA RIVIÈRE

    Tout est facile
    quand on n’a rien à perdre
    ni à gagner.

    Tout est facile
    quand on n’a pas soif
    ni faim.

    Tout est plus facile
    quand on ni se méfie
    ni rien ne craigne.

    Tout est encore plus facile
    quand on n’a pas envie
    de rire ni de pleurer.

    Tout est beaucoup plus facile
    pour un simple caillou
    de la rivière.



    Pizarra negra,
    después del aguacero
    recobra el brillo.
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  5. ME MUDO A LA IGNORANCIA
    "Cuando llegas a saber demasiado de la muerte, se hace duro vivir con ello.
    Cuando crees saber demasiado de la vida, esta siempre te sorprende."

    Me mudo a la ignorancia tras lo visto,
    me vuelvo sordo para aquel que grita
    y si la Parca ronda o se encabrita,
    la invitaré a una copa, me haré el listo.

    "Savoir faire", ante todo, ante lo incierto,
    y dejarse llevar si hay buena chanza,
    mientras hay vida sigue la esperanza
    de formar parte de este gran concierto.

    Me olvido del peligro, y sé que existe,
    demasiada es la muerte que se huele
    cuando el simple vivir es lo que duele
    y lo contrario de lo alegre es triste.

    Si tienen que pedirme alguna cuenta,
    espérenme en el bar o alguna venta.
  6. APOLOGÍA DE UN YO QUE ME SUBSISTE.

    Tengo una pequeña vida
    en un rincón de mis islas neuronas;
    no es el espacio material,
    más bien es un lugar donde te acomodas
    e intentas ser y dejar que sean...
    y dejar, dejar que todo nos envuelva.
    Allí vivo la yema de mis dedos,
    incluso cuando el tacto está en el aire
    late la tinta en las sienes
    y el corazón se expande.
    Cuando escribo soy y no soy,
    y creo que somos,
    en el centro de un poema
    que dice mientras escucha,
    que asiente cuando no niega.
    Si alguien llega a estas orillas,
    en que el suelo es sólo arena,
    que camine con la tranquilidad del paso
    y que sepa
    que en un pequeño rincón de lo dicho
    y lo escuchado
    dejó su huella.
    A ti, Desairado postrimero. y catia-love les gusta esto.
  7. ENCUENTRO

    Cuando llegaste a mí contuve el aire,
    dibujé con los párpados tu ombligo,
    me adentré en tu perfil y en tu perfume
    e hice de tu cuerpo el cuerpo mío.
    Bebí del manantial que me ofrecías,
    me alimenté del germen de tu trigo,
    aprendí a ser en el plural contagio
    de unos labios que saben de su instinto.
    En la sombra que antaño me nombraba
    creció tu planta donde fue el vacío
    y el susurro que siempre era callado
    se encontró en el remanso de tu oído.
    Una respiración acompasada
    amaneciendo libre a los sentidos:
    el calor, la humedad, la suave luz
    para saber que aún estaba vivo.
  8. ÁRBOLES

    En mi aldea

    Nos gusta plantar árboles en esta aldea; lo hacemos desde tiempos inmemoriales, cada uno planta los suyos y crece con ellos. Los cuidamos y nos cuidan de por vida.Cuando alguien muere en mi aldea, se le entierra cerca de alguno de sus árboles para que no se sienta solo y de alguna manera pueda seguir creciendo. Es una forma de permanencia entre nosotros.Mis padres hace tiempo que son dos encinas: fuertes, saludables, majestuosas; rodeadas de pinos, higueras, olivos y amigos.


    Sobre dura piedra

    [​IMG]

    Un pino crece
    sobre la dura piedra
    y echa raíces.

    Sobre una roca
    va envejeciendo el árbol
    falto de tierra.

    Duro y forzado
    por el paso del tiempo
    sobrevivido.

    ..................................

    Do caiga la simiente
    la vida pare,
    después queda la lucha
    siempre constante.

    Adaptarse o morir
    sin más alarde
    que aferrarse al entorno
    por mor del aire.

    Y al aire la conquista
    de nuevos valles,
    la promesa de tierras
    primaverales.


    Soy un árbol, no me escondo

    Soy un árbol en un pueblo,
    en un pueblo con su playa,
    estático e inhiesto
    que cuenta lo que le pasa.
    Le doy sombra al marinero
    que en mis dominios atraca
    y me miro en los reflejos
    y me envuelvo en las palabras;
    mi mundo son sus trayectos,
    sus ecos son mi morada.
    El mar es solo un espejo
    de superficie empañada
    donde escribir con el dedo
    corazón de la distancia.
    Con el viento me requiebro
    cada vez que hay marejada;
    y es mi quiero y mi no puedo
    el que en la orilla me clava.
    Una y mil veces invento
    bogar sin remos ni barca,
    surcar con el pensamiento
    las millas que me separan
    de otra orilla y otros vientos,
    de brisas, selvas y escarchas
    ancladas en el barbecho
    de un porvenir sin mañana.
    Soy un leño más del puerto,
    con una enorme ventana.


    El árbol habitado

    [​IMG]

    Quiso madre que naciera,
    es Natura caprichosa,
    en un erial de la Mancha
    para ser la única sombra
    del jornalero y el amo
    que se tumba a la bartola,
    del capataz que se allega,
    del que se va y no retorna,
    del que se pierde entre llanos
    y en mi tronco se acomoda.

    Triste sería mi vida
    en este remoto páramo
    si no fuera porque albergo,
    hecho de ramas y tallos,
    un nido que es la alegría
    de mis hojas y del campo.
    Llegaron un día gris,
    con un colorido alado,
    dos loritos jubilosos
    escapados de un rejado
    y hallaron entre mis ramas
    su refugio libertario.
    Desde entonces son sus alas
    extremidades del árbol
    que soy y siente con ellos
    el vuelo de lo cercano
    y los requiebros de amor
    y sus parlanchines cantos.


    Árbol

    Temer al fuego es propio de mi sino,
    sentir la leña seca que amontono,
    alburas entre anillos colecciono
    y algunos que otros cortes apadrino.

    Si el viento sopla en contra, transalpino,
    y se cubren los valles de abandono,
    disculpen el crujir que lleva el tono
    de las ramas que pierdo en el camino.

    Por abajo, entre sombras, temo al hacha,
    la altura la acomodo al mes de mayo,
    la lucha es permanente con lo incierto.

    Luzco el tronco clavado como tacha,
    la raíz es el lar donde me explayo
    y el entorno el futuro en el que invierto.


    Árbol del Tule

    [​IMG]

    Naciste para ser con los años la casa,
    el jardín y el entorno de tu mundo soñado,
    semilla germinada, en un atrio apostado,
    que luce su ramaje mientras el tiempo pasa.

    Tierra que se hizo fruto de la materia escasa,
    que creció como crece en la tierra lo anclado
    sin la prisa que llega, sin del fuego un bocado,
    ileso de una suerte que lo que toca arrasa.

    Lucen contigo todas las nuevas primaveras,
    descansa en cada sombra que robas al estío
    la savia de otro invierno que late en tus maderas.

    Es en tu pie que veo la pequeñez del mío,
    en tu copa que brindo con las lluvias primeras,
    a tu centro que vuelvo cuando me desafío.

    * El árbol del Tule se considera que es el que tiene el tronco más grande del mundo con sus 14,05 metros de diámetro.
    Está ubicado en el atrio de la iglesia de Santa María de Tule, en Oaxaca, México.
    A ti, a Desairado postrimero., a catia-love y a 3 otros les gusta esto.


  9. ESPAÑA, MI OTRA PATRIA

    [​IMG]

    Una vetusta piel de toro clama
    dentro de un gran y libre desconcierto;
    entre sus sombras polvo de un desierto
    y mil rencillas que una patria inflama.

    Dos campesinos lindan con su muerto
    en una frontera impuesta por las mentes;
    nunca da más quien tiene entre los dientes
    airada la palabra, el gesto yerto.

    Con sus disputas siguen, tan ausentes,
    inventando querellas y sofismos;
    la piel y el toro, son por ellos mismos,
    no precisan cazurros combatientes.

    Una nación con puertas, con abismos;
    cerradas unas, insondables otros,
    banderas que no aúnan un nosotros
    y confunden futuros y espejismos.

    Y, ¿qué decir de un ellos, de un vosotros?
    Cada cual es y vive a su manera
    y, a su modo, la luna lisonjera
    alienta el trote de los nuevos potros.

    Dejad que pueblen toda la pradera,
    que ahuyenten el testigo y la proclama
    arcaica de un pasado ya sin llama.
    ¡Dejad que inventen otra primavera!
  10. GLOSANDO A MANUEL MACHADO

    [​IMG]

    I

    Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron,
    soy de la raza mora, vieja amiga del sol,
    que todo lo ganaron y todo lo perdieron
    tengo el alma de nardo del árabe español.
    Manuel Machado



    Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
    con la mirada al frente, igual que el girasol,
    nací a la vida solo, como los que nacieron
    más allá de los mares de mi propio control.

    Pude ser blanco o negro, rosáceo me trajeron,
    soy de la raza mora, vieja amiga del sol,
    fui curtiendo mi piel, golpes me la curtieron,
    a las órdenes siempre de un imperio esquirol.

    Siento latir mi sangre, con ella combatieron
    mis hermanos del mundo que alumbra otro crisol,
    que todo lo ganaron y todo lo perdieron
    al traspasar el límite rojo del ababol.

    Es mi ayer compartido por los que aquí anduvieron:
    fenicios y romanos, griegos... y yo, un guiñol,
    con mi corazón bárbaro, con el me concibieron,
    tengo el alma de nardo del árabe español.




    II

    En mi alma, hermana de la tarde no hay contornos...
    y la rosa simbólica de mi única pasión
    es una flor que nace en tierras ignoradas,
    y que no tiene aroma, ni forma, ni color.
    Manuel Machado



    En mi alma, hermana de la tarde no hay contornos...
    el crepúsculo cierne todo el alrededor,
    se fue lo que quería dejándome de lado;
    más que los años siento el hueco que dejó.

    Cada vez más el día se convierte en otoño
    y la rosa simbólica de mi única pasión
    florece en cada sombra, florece y es en vano;
    no me llega el perfume ni a ella llego yo.

    Sólo queda el paisaje, como un campo olvidado,
    cuatro hierbas se yerguen, al fondo está la flor;
    es una flor que nace en tierras ignoradas,
    distante, que no acerca mi menguada visión.

    Mi vida es como el tiempo de un reloj sin adornos,
    es el mismo vacío que nombra lo que soy,
    que sólo me acompaña para que no esté solo,
    y que no tiene aroma, ni forma, ni color.




    III

    Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme
    lo que hago por vosotros hacer podéis por mí...
    ¡Que la vida se tome la pena de matarme,
    ya que yo no me tomo la pena de vivir!...
    Manuel Machado



    Nada os pido. Ni os amo ni os odio, con dejarme
    un mínimo de espacio puedo sobrevivir;
    la luz es de prestado, de prestado es el aire,
    lo demás es dejarse, dejarse y transcurrir.

    Por no entrar en conflictos, me aplico en el desarme,
    lo que hago por vosotros, hacer podéis por mí;
    por armas las palabras, la munición el arte
    de poderse callar o de poder decir.

    Para la muerte hay tiempo, si queréis esperarme,
    y en la espera me ofrezco a avanzar y seguir,
    que la vida se tome la pena de matarme,
    que se moleste al menos en planear su ardid.


    Y si acaso, la suerte, decide abandonarme
    que me ajuste la cuenta de lo que ya perdí,
    y si lo que me queda es poco que me mate,
    ya que yo no me tomo la pena de vivir.

    A Desairado postrimero. le gusta esto.
  11. AUSENCIA

    [​IMG]

    (Echo de menos a la gente que debería estar presente en los días felices de mi vida.)

    El presente se somete,
    promete.

    Sale el sol y me acompaña,
    engaña.

    Es un gran día sentencio,
    silencio.

    Aunque lo bueno potencio,
    en mi vida falta algo,
    entre la ausencia cabalgo:
    promete, engaña... silencio.
    A ti, a Desairado postrimero., a Nancysant y a 2 otros les gusta esto.
  12. [​IMG]

    MI PATRIA

    Es la casa del cerro,
    donde el barranco asienta su alto vuelo
    y comparto los aires que me rozan.
    Es la casa de piedra
    que acoge los espíritus con cuerpo
    y regala su estancia a mi persona.

    Es allí donde suelo
    acomodar mis carnes y mis huesos,
    y se curten mis pies entre las rocas
    que son en sí camino;
    allí donde me escuchan los silencios
    leyendo de mis labios las estrofas.

    En los muchos senderos
    abiertos por las cabras me requiebro,
    los sigo, las persigo y me demora
    lo furtivo del paso
    y la dificultad de los trayectos
    que elijo, que me eligen y acomodan.

    Allá me llevo el verso
    y me voy con los ojos bien abiertos,
    entre algarrobos, pinos y coscojas,
    para oír los latidos
    que el verano propaga con el viento
    de la tierra que escribo en cada hoja.

    Pronto me iré al encierro,
    dejaré el pueblo, el mundo y sus linderos,
    mas hoy vengo a contaros esta historia;
    mi coartada perfecta,
    esa que ha de ocupar mis entretiempos
    en la casa del cerro que me nombra.


    MON PAYS

    Mon pays est tout petit,
    Il y a une seule maison
    Mais avec deux bâtiments
    Pour accueillir un peu tout le monde
    Que ce soit pour un week-end ;
    Ça ne fait rien à personne.
    Il se compose de montagnes,
    De pins, d’oliviers, de vallons,
    De chênes et de caroubiers,
    De terre, de pierres et d’eau.
    Là y habitent des aigles,
    Des renards, des sangliers et des oiseaux
    Qui au-dessus des chèvres
    Accompagnent mes vols.
    Il y a aussi de minuscules:
    rampants, ailés, qui sautent.
    Il est un libre domaine
    Où la maxime c’est le nord;
    Le nord que chacun garde
    Dedans, pas dehors.
    Qu’on nous foute la paix
    Parce que nous y sommes,
    Ensembles,
    Sous la loi de la raison.
  13. I

    Mi locura no es otra
    que la de vivir
    en un mundo de locos,
    y entre locos seguir,
    y querer saberlo todo
    de los locos y de mí.
    Mi locura no es otra
    que despertar de un sueño
    y olvidarlo despierto,
    como olvida el pájaro
    el nido ya seco.
    Mi locura no es otra
    que pararme en el tiempo
    y no creer en nada;
    Sólo en el viento
    que pasa,
    que deja su aroma
    y se marcha.
    Mi locura no es otra
    que vivir el presente,
    soñar, cantar, llorar
    y morir de repente
    después, con mi alma,
    solo, entre tanta gente.
    1981


    II

    Ser libre no sólo es
    volar
    y andar
    los caminos,
    recorrer el tiempo
    o atravesar el mar,
    jugar a vivir
    y luego parar
    bajo un cielo azul
    a contemplar
    el amanecer,
    amar,
    jugar al amor
    y contar,
    con una sonrisa,
    lo que cierto día pasó;
    Luego reír o llorar
    y querer enamorar
    un corazón.
    1981


    III

    Yo quise un día volar
    y, enamorado de un amor,
    quedar como un beso
    creado entre los dos,
    en el mundo de mis sueños.
    ………………………
    Pero es difícil encontrar
    un amor,
    un cuento
    o una flor
    que no pierda su aroma.
    Es difícil llorar por nada
    o soñar sin alma.
    1981


    MI MUNDO

    Mi mundo es una gran cárcel
    donde como, visto y duermo,
    y donde a veces descanso
    imaginándome dentro.
    Mi vida es, como tantas,
    una historia mal contada:
    una mentira vivida,
    una realidad soñada,
    una suerte, una desgracia
    y un mirar que se termina
    y un creer que nunca acaba.
    Mi tierra es la de todos,
    por desconocida extraña.
    Me suena a fosa entreabierta
    por donde la dicha escapa;
    la dicha de sentirme afuera
    hoy; quizás mañana
    me entierren por efusivo.
    ¡Lástima!

    Mi amor Mi dios
    mi yo. el sol,
    Perdonadme. cuando sale.

    Mi amigo, Mi enemigo,
    sinceramente yo...
    nadie. Y ya os vale.
    1984


    VOLUNTADES

    Quiero una relación diferente
    en un carácter usual
    que despierte mi mirada y mis sentidos,
    fácil de llevar y de conducirme.
    Quiero algo íntimo
    para el dominio público,
    algo sencillo e intencionado
    que atraiga vuestra miradas sin molestarme.
    Quiero un trozo de cuerpo ajeno
    para privatizarlo,
    que se muestre tal cual:
    con su carne, con sus huesos
    y con su piel morena en verano.
    Quiero un trozo de cielo en el que descansar
    y una sombra fresca en la que reponer mi aliento.
    Quiero notas para la hora del silencio,
    su calor para sentirme vivo,
    para poder resumirme y ampliarme,
    para saber que estoy contento, tan contento.
    Quiero, en la noche oscura,
    luz en los ojos que me miran,
    voz en los labios que me besan,
    susurros de entreacto abiertos a la fantasía.
    Y también quiero
    la locura necesaria para ser feliz
    y la cordura que conlleva.
    1984
  14. SONETO POSTRERO DEL AÑO

    No pido ni el favor ni la tortura,
    ni un cielo más azul del que ya existe;
    me miro en el espejo de lo triste
    sin perder del reflejo la cordura.

    Pienso aún, y lo hago con soltura,
    me ajusto el sobretodo que desviste,
    me asomo a lo que veo y que no viste
    y siento cómo aprieta mi atadura.

    No es el mundo un hogar cuando se pierde
    ni somos más allá de la batalla
    ni fuimos si el recuerdo nos traiciona.

    No es la boca una boca si no muerde
    ni es labio el labio que al besar no calla
    cuando con otros labios colisiona.


    NACÍ EN UNA REPÚBLICA DE BESOS.

    Nací en una república de besos,
    en un estado libre y solidario;
    crecí en puertas con luna y sin armario
    y en ventanas que huían de sus presos.

    Al aire me curé de los decesos,
    me empapé del sabor a vecindario,
    me acomodé el papel y el escenario
    y compartí mis carnes y mis huesos.

    A la carne agradezco mil placeres,
    a los huesos les debo un gran apoyo,
    al vecindario poco, pero gracias.

    Al escenario subo por poderes,
    para la sed me agencio un buen arroyo;
    lo demás, unos saltos y acrobacias.



    SI TIENES QUE DEJARME.

    No me dejes exento de tu boca
    ni preso de un color que sepa a labio
    pintado con la tinta del agravio
    en que el paso del tiempo desemboca.

    Si tienes que dejarme recoloca
    el carmín invisible que es el sabio,
    el que no disimula lo que rabio
    por haberte sentido en lo que toca.

    No me dejes del todo abandonado
    en mitad de la nada que no encuentro
    ni me des por perdido o encontrado.

    O aún mejor; secuéstrame por dentro
    el recuerdo de haberte acaparado
    y déjame salir de tu epicentro.



    SONETO A LA LLUVIA EN LOS CRISTALES Y EN MI ALFOMBRA.

    El día es gris como si el alma fuera
    parte cortante de un fatal acero,
    y de tus ojos el azul que espero
    anclara cielos sobre un mar de cera.

    Llueve en la alfombra de la casa austera
    que te albergó del torrencial enero,
    que cobijó con delicado esmero
    tu transcurrir y mi paciente espera.

    Como de lágrimas que sé perdidas,
    en los cristales martillean gotas
    faltas de ritmos y de bellas notas.

    Trae la lluvia al socavón que anidas
    un mar de lodo que mantiene asidas
    a ras de suelo mis mojadas botas.


    SUPÓN QUE ESCRIBO EN MARTES TRECE ESTE SONETO

    Supón que escribo en martes trece este soneto
    después de un lunes casi inexistente y frío;
    supón que ya no existe nada, ni el vacío
    de verse impar, y falta, íntegro, mi asueto.

    Nadie me espera a la salida de un prometo,
    ni me calienta el borde airoso de un estío
    que la sequía dibujó en lienzo baldío
    para borrar después su trazo y mi boceto.

    Pasó la nube y la locura del que empeña
    a largo plazo la ilusión y su camino;
    quedó el aval, sin firma, dueña ni destino.

    Llegó la hora del balance y, a la greña,
    un despropósito partido y sin medida;
    llegó la noche, con su insomnio y resentida.


    ROSA

    Ando cicatrizando treinta años
    y aún sangra la herida por mi piel;
    nos dieron a beber de nuestra miel;
    después cielo e infierno, dos extraños.

    El tiempo no curó mis cumpleaños
    ni fue el abrazo de la muerte fiel
    al compartido espacio que un garniel
    brindó a la adolescencia con engaños.

    Una cosa falló, que fue yo mismo;
    una motocicleta acelerada,
    una pizca de más de egocentrismo.

    Dieciocho; maldición en mi morada,
    precipitada toda en un abismo.
    Pudimos serlo todo y fuimos nada.


    QUIERO DEDICARLE A NANCYSANT ESTE SONETO.

    Poeta que al amor le cante el verso
    como lo hace "my Nancy" no hay ninguno,
    y lo digo, señores, por si alguno
    en sus propias ideas anda inmerso.

    De su palabra soy un buen converso
    y a su timbre de voz mi voz aúno;
    no vayan a creer que soy un tuno,
    si acaso un escritor casi perverso.

    Sabemos que decir siempre hay quien diga
    y también que cantar siempre hay quien cante
    rimando con los pies o en disonante.

    Pero con Nancysant el verso liga
    la estrofa, el sentimiento y el instante;
    ¡Menuda amiga tengo! ¡Qué talante!



    MARGINADA

    Con su vestido de colores viene
    la triste niña que olvidó el futuro,
    huérfana, sola y adosada a un muro
    que en su pequeña espalda se sostiene.

    Ya puede hacer calor, que llueva o truene,
    o que le lancen el peor conjuro;
    es el color de su vestido puro
    reflejo fiel del alma que contiene.

    Llega a mi altura y reconozco el paso
    leve, presente, frágil, dulce; ido.
    Sigue y se pierde, sombra de su sombra.

    Vaga soñando en alas de un Pegaso
    que rescató de entre su propio olvido.
    Vive y subsiste en lo que no se nombra.


    SOMOS

    Eres con mucho el fulgor que me ciega,
    soy el espejo del ojo que mira,
    ciegos los dos por amor en la pira,
    fuego candente que en sangre se riega.

    Todo se pierde con gusto, y se niega
    otro futuro, otra huella, otra lira;
    otra mirada, poema o mentira
    libre de culpa y propensa a la entrega.

    Dos principiantes cosidos a besos,
    dulce en los labios el labio que asoma,
    fuerte el instinto al saberse traviesos.

    Somos con creces el máximo axioma,
    suma de carnes, de sueños y huesos,
    resta que ignora del tiempo la broma.



    ¿QUÉ ES EL AMOR? (soneto blanco)

    ¿Qué es el amor sino una dulce guerra
    en la que intiman los vocablos sordos.
    ¿Qué es, pues, sino el saberse preso, adicto
    a un movimiento ciego y virginal?

    ¿Y qué decir de la anestesia propia
    y de la ajena, del sentirse dos,
    uno con otro, uno simplemente
    entre los astros, sin pisar el suelo?

    Que es para siempre dicen, luego callan;
    para lo bueno a medias y en lo malo
    un frente unido para más poder.

    Que hasta la muerte todo es un vivir
    aunque se muera cada día un mundo.
    Que es el amor una mudanza dicen.
  15. TE LEVANTAS UNA MAÑANA.

    Original(Primer soneto y con muchos fallos)

    Te levantas una mañana y sientes

    más cerca que nunca tus soledades.
    El gentío que llena las ciudades
    te alejan del río y sus corrientes.

    Y en vez de amanecer a tempestades,
    bebes de tu cuerpo y de sus fuentes,
    mal nutres de tu vida los orientes
    y te centras en ti y tus heredades.

    Reniegas del rugido de las fieras,
    del insistente olor a podredumbre,
    de mártires quemados en la hoguera,

    de perjuros tomados por costumbre,
    y piensas que no eran éstas maneras
    Ni formas de alcanzar ninguna cumbre.

    ...Y pides que te alumbre
    otra luz, otro sol, otra mirada.
    Ya sabes que tuyo es todo y nada.


    Revisado
    Al levantarte una mañana sientes
    el amparo que dan las soledades
    y que el gentío llena las ciudades
    huérfanas de tus ríos y corrientes.

    Y en vez de amanecer con tempestades
    alimentas el cuerpo de tus fuentes,
    mal nutres de tu vida los orientes
    y te centras en ti y tus heredades.

    Reniegas del rugido de las fieras,
    del insistente olor a podredumbre,
    de mártires quemados en hogueras,

    de perjuros tomados por costumbre
    y piensas que éstas no eran pues maneras
    ni formas de alcanzar ninguna cumbre.

    ...y pides que te alumbre
    otra luz, otro sol, otra mirada,
    y entiendes que lo tuyo es todo y nada.



    UN ANHELO PROVOCAS EN MI MENTE.

    Un anhelo provocas en mi mente,
    un soplo en la mejor de las edades,
    un sueño que es deseo en soledades
    y un gris amanecer que no me miente.

    Me dejo deslizar por tu pendiente,
    reniego de mis otras amistades,
    me salvas de mis propias tempestades,
    para alejar después tu alma inclemente.

    Con sentimiento das lo que no pido,
    con gran pasión te entregas en mis brazos,
    me robas tu presencia y desvalido

    pruebo a atrapar luceros a plumazos,
    quedando roto, triste y descosido
    cuando al vacío caen mis abrazos.


    COMO UN PRESENTE.

    Como un presente vine al mundo, huido
    de maternales vientres y gimiendo,
    y vivo en armonía conviviendo
    con un gerundio siempre compartido.

    A un futuro, quizás sea el olvido,
    no empeño mi existencia si no entiendo
    la razón de mi empeño persiguiendo
    lo que en condicional deseo pido.

    Sujeto soy, en parte, de un momento
    y predicado en claras alusiones
    a la espera de un simple complemento.

    Declino a mi manera el pensamiento
    y conjugo mis torpes emociones
    para intentar mostrar mi sentimiento.


    A LA GRUPA DE MIS NUBES

    A la grupa de nubes la adivino
    blanca, serena en la distancia, pura,
    acariciando el cielo con soltura,
    libre para seguir cualquier camino.

    Burlando con sus ondas al destino
    con el agua pegada a su cintura,
    trasluce su reflejo y su frescura
    en ríos y veredas que imagino.

    Montado en una racha de su viento,
    surfeando las olas de mi infancia
    reencuentro mi memoria y sentimiento.

    Todo me huele a libertad, la siento,
    camina hoy conmigo su fragancia
    y la brisa que escapa de su aliento.


    ESTA NOCHE DESCANSÉ DEL PASADO.

    Esta noche he dormido muy arrimado al cielo,
    mi mente a las estrellas ligada y confundida,
    mi cuerpo en la distancia lunar que comedida
    regaló la quietud que lo elevó del suelo.

    El murmullo del viento corrió un ligero velo
    traslúcido en el bosque que protegió mi huída
    hacia el pleno satélite, y su luz compartida
    alumbró la odisea convertida en consuelo.

    Esta noche, tranquilo, descansé del pasado,
    la oscuridad nocturna envolvió mi presente
    y volatilizó a su gusto mi estado.

    Soñé por la mañana mil noches en mi mente
    y me quedó el recuerdo de todo lo soñado
    y el ansia de volver de nuevo a estar ausente.


    ZARPÓ MI VIDA.

    Zarpó mi vida y fui su polizón
    en ríos, mares, lagos y arroyuelos,
    prendida la ilusión de unos ojuelos
    quise robarle al mundo la razón.

    Primero tuve que aprender el son
    y pintarme de tonto cuatro pelos
    para quitar de mi antifaz los velos
    que entorpecían harto la visión.

    Cuando lidié mi vida fui torero,
    anti taurino, al natural y fino
    en las faenas exigidas, pero

    con armas de juguete y un buen vino
    asalté los fortines con esmero
    y compartí el botín con el destino.


    UN DÍA GRIS.

    Aquí me allego hoy con la simpleza
    de un cielo gris que de repente trajo
    un chaparrón de penas y tristeza,
    un hacha brota de su propio tajo.

    Recubre el aguacero mi bajeza
    y empieza a laborarme con destajo,
    a buscar en mi falta o su destreza
    cubrirme la salida o un atajo.

    Una simple tormenta nos derrama
    el alma por el suelo que nos pisa
    apagando del fuego nuestra llama.

    Y un sol espera afuera en la cornisa
    que pase el nubarrón que nos encama
    trayendo en cada rayo una sonrisa.


    MI DOCUMENTO.

    Un nombre, ocho cifras y un te quiero
    en el carnet de identidad que avalo,
    y una letra que dice poco, pero
    que marca el documento con tu halo.

    Desde la redondez firme del cero
    en tu cartera, corazón, lo instalo;
    deja latir su banda gris de acero
    que entre sus magnetismos me intercalo.

    Con mi firma te ofrezco aquí el papel
    para que selles con tu boca el labio
    que prolongue tu cuerpo hasta mi piel.

    No me creas ni estúpido ni sabio,
    sólo pretendo que le des cuartel
    sin temer de mi rúbrica el agravio.



    HOY QUIERO DEDICARLE A MI MORADA EL VERSO.

    Hoy quiero dedicarle a mi morada el verso,
    a sus muros de piedra, sus techos de cañizo,
    sus vigas de madera, su sótano plomizo
    húmedo en sus cimientos, escondido e inmerso.

    No me asustan las almas que viven en su anverso;
    fue cementerio el patio, muerto queda el hechizo
    de enterrados sin vida: caballero, mestizo,
    cristiano arrepentido o judío converso.

    La iglesia, con su torre, vigila nuestro espacio
    abriendo dos ventanas, cerradas por los años,
    que no saben del mundo, que ignoran sus engaños.

    Mi casa es mi refugio, que no es ningún palacio,
    y se llena a menudo de seres muy extraños
    que piensan que a mi hogar le faltan cuatro apaños.



    HOY QUIERO DEDICARLE A MI “MORADO” EL VERSO.

    Hoy quiero dedicarle a mi “Morado” el verso;
    Elena por más señas, de sexo femenino,
    residente en su tierra, que como un torbellino
    arrasa mis poemas leyéndome el anverso,

    dejándome desnudo pero compuesto y terso
    de palabra y espíritu. Que me importa un comino
    y parte de la parte de otro, que aún no domino,
    que me tiendan al sol si en sombras me disperso.

    Ahora sí, te dedico toditas las vocales
    y alguna consonante que se me acalla, “loka”,
    que sin pasar de pobres gozamos los panales

    de rica miel al aire que menos nos sofoca.
    Tráeme tu escayola, te espero en los trigales,
    que tibia y peroné firmo, que ya me toca.


    TORMENTA.

    Del cielo huyo como al cielo imploro,
    estallo en lo profundo de mi sino
    y me disuelvo en esa luz airada
    de lo gris, de lo negro y de las nubes.

    Parto el silencio, el blanco pentagrama
    se quiebra en líneas de energía hueca,
    atona el sístole en la densa noche
    de un corazón furioso y exaltado.

    Siento el temor de los que escuchan sordos,
    de los que ven en su ceguera el miedo,
    de quien corre por dentro y no se mueve.

    Soy la explosión del equilibrio frágil
    que trae tras de sí la recia calma
    y entre dos calmas soy un intervalo.



    UNA HISTORIA SORDA.

    Amanece el silencio y gesticula,
    se adivina su voz, yo la hago mía;
    no se escucha el nacer de un nuevo día
    pero se ve, se huele y estimula.

    La sombra de los labios, casi nula,
    deletrea el instante y es la vía
    que comunica al mundo la alegría
    que en el cuerpo y los ojos se acumula.

    Las pequeñas historias necesitan
    de la complicidad de la sordera.
    De los cinco sentidos cuatro habitan

    en la profundidad que nos libera
    del tono que mal suena y que nos gritan…
    y afloran aunque uno no lo quiera.



    AL PALADAR ME ASOMO DE TU SUEÑO.

    Al paladar me asomo de tu sueño
    para que albergues en tu boca el mundo
    y en tu cama estos labios que confundo
    con tus labios de noche con mi empeño.

    Cuando amanece frunzo al sol mi ceño
    y en mi ventana me cobijo, y hundo
    mis ojos en tus vistas tan profundo
    que me vuelvo ante ti lo más pequeño.


    Por las noches te sueño, por el día
    me acobardo al pensarte tan cercana
    y ver que muere toda mi alegría.

    Sin embargo este hoy, aún mañana,
    sigue siendo un ayer y un todavía
    cuando huelo a futuro y a manzana.



    POR SI NO ME DESPIDO DENTRO DE TREINTA AÑOS.

    Es duro despedirse, yo lo hago,
    me adelanto a los tiempos y a la espera,
    que no sé si será por primavera
    pero ha de ser morir el fin del pago.

    Dudo que para entonces ese trago
    me permita ajustarme la chorrera
    y que salga mi voz, febril o entera,
    para decirte adiós sin empalago.

    Por si acaso ese día no me centro
    y no acudo a la cita para verte,
    me disculpo y despido para dentro

    de treinta lustros más, si es que la suerte
    me acompaña y de bruces no me encuentro
    con la amarga compaña de la muerte.



    SONETO DESPRENDIDO.

    Se me corta el aliento
    si suspiro
    y una lágrima asoma
    por mis ojos,
    y escapan de mi vida
    los arrojos
    por las gotas del aire
    que deliro.

    La oscuridad de un pozo
    gris transpiro,
    océano profundo
    de rastrojos,
    y los golpes de sangre
    rojos, rojos,
    enturbian el color
    de lo que miro.

    Que no es noche la noche
    sin su luna
    aunque renazca el día
    tras la espera,
    ni ha de ser el dolor
    que nos aúna

    ninguna penitencia.
    Ni siquiera
    existe, que yo sepa,
    la vacuna
    que cure la pasión
    de primavera.



    ME ENSEÑARON LO JUSTO.

    Me enseñaron lo justo y me subí a horcajadas
    en una bicicleta sin vergüenza ninguna,
    que paseó mis tardes y me curó la hambruna
    de saber lo no escrito entre dos pedaladas.

    A favor de la adversa corriente, en las bajadas,
    encontré desengaños y también su vacuna,
    e intentando aliarme con mi buena fortuna
    acometí subidas de lo más arriesgadas.

    Fui aprendiendo, sin prisas, el quid de la cuestión,
    llenándome el bolsillo y en parte el corazón
    de lo que buenamente pude y quise aprender.

    Conseguí combinar un cuarto de razón,
    otro de buena fe y un tercio de ilusión;
    del resto no me acuerdo. ¡Qué le vamos a hacer!



    VIENTO.

    I

    Aúlla tras la calma de un segundo
    nacido en el desorden de este cielo,
    acomete al viandante con su celo
    deformando la sombra de su mundo.

    Trastorna la ordenanza y me confundo
    por el amor al aire, ¡qué canguelo!
    Revienta las barreras, me desvelo
    cuando esparce los restos que circundo.

    No respeta oquedad ni un par de ojos,
    y embota los oídos con su canto;
    son espanto y chirrido sus enojos.

    ¡Maldito viento!, eco que no aguanto
    cuando traspasa airado mis cerrojos.
    ¡El día que te pille te asonanto!



    II
    Aúlla tras la calma de un segundo
    nacido en el desorden de los cielos,
    acomete al viandante y a su sombra,
    escondida en rinconessu silueta.

    Trastorna la ordenanza de lo fijo
    por el amor al aire que lo nutre,
    revienta las barreras, las asica,
    esparciendo sus restos y mis sumas.

    No respeta oquedad ni un par de ojos
    y embota los oídos con su canto
    que en espanto y chirrido desemboca.

    Maldito viento que a deshoras vienes
    para enfrontarnos a la vez que tornas.
    ¡Te he de cazar un día!, tengo espera.


    III

    Trastocó el sosiego en solo un segundo,
    nació del desorden cruel de los cielos
    que atacó mis pasos hoy, mis anhelos;
    dos formas que fácilmente confundo.

    Por amor al aire sigo en el mundo
    y por su ordenanza vuelven desvelos;
    este viento ruge fuerte sus celos
    aunque servidor se muestre rotundo.

    Yo que siempre quise calma y no enojos,
    mis oídos tiene sordos su canto
    y ciega la vista fiel de mis ojos.

    Maldigo el fenómeno, no lo aguanto,
    que siempre traspasa mudos cerrojos.
    ¡Tú quieres joderme, yo me agiganto!
    A ti y a Nancysant les gusta esto.