1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. MATEMÁTICAS
    Me dijiste que el amor eran puras matemáticas:
    sumas, restas, divisiones
    y un múltiplo del infinito.
    Te dije que yo era química
    y en lo físico un teorema
    a la espera de su resolución.
    Después sacamos cuentas,
    urdimos teorías y nos convertimos
    en axiomas de tiempo y tiza;
    cada cual con sus principios y sus proposiciones,
    al fin y al cabo indemostrables.
    A Capasa, Eratalia y Bernardo de Valbuena les gusta esto.
  2. CORRESPONDENCIA

    Musícame el tiempo,
    róbame el espanto,
    canta y báilame los gestos
    con el compás que prefieras.
    Yo utilizo cinco dedos
    para contarme las sílabas
    que me encuentro.
    Trae una estrofa rota
    para adosarle un contratiempo.
    ¿Qué es el tiempo? ¿Quiénes somos
    ante un empañado espejo?
    No hay metro, no hay consonancia…
    con asonancias llego
    a la puerta de mi patio;
    si es el tuyo, me alegro.
    Las letras, la musicalidad,
    este ir y venir eterno;
    romper los moldes,
    amoldarse de nuevo.
    Posiblemente esto sea simplemente
    un contagio de versos.
    Cuéntame, si te apetece,
    un presente o tres recuerdos.
    Yo, por mi parte, suelo recordar los olvidos
    solo cuando me pongo o me centro.
    Pero no importa;
    en la memoria nos seguimos viendo.
    Un saludo, entre líneas,
    y hasta luego.
    A Anamer y MASTER LY 22 les gusta esto.
  3. BUENOS DÍAS

    Te levantas; no hay dolor
    que un tentempié no redima
    amoldándonos el clima,
    resucitando el color.
    Este cuerpo es el mejor
    que en suerte me haya tocado.
    Arranca, aunque apocopado,
    tiene sus más y sus menos,
    su acelerador, sus frenos,
    un nativo, un exiliado.

    Buenos días corazón,
    piernas, brazos... Hola espejo;
    cuando me acerco me alejo,
    escapada y evasión.
    A abrocharse el cinturón
    me suena la madrugada.
    Adiós mi noche soñada
    desembocada en la luz;
    me la juego a cara o cruz
    y a por la nueva jornada.


    MIEDOS A LA MEDIDA

    Los tramperos tienen miedo
    de caer en una trampa;
    los mafiosillos, del hampa;
    los toros, siempre del ruedo;
    la religión, de otro credo.
    De que los juzguen, los jueces;
    las piedras, de que tropieces
    con daños y con perjuicios
    sin oficio o beneficios
    manteniéndote en tus treces.

    Tan distintos, tan iguales,
    tan por el mundo perdidos:
    transgresores, comedidos,
    al fin y al cabo mortales.
    Objetos circunstanciales
    con miedos a la medida.
    Y, decida quien decida
    hasta que llegue el infarto,
    toros y piedras comparto
    libremente en estampida.


    SIN PECADO NI CULPA

    “Pedid y recibiréis”.
    “Dad, seréis recompensados”.
    “Expiad vuestros pecados”…
    no os mováis de donde estéis.
    Por favor, no os castiguéis
    ni permitáis que os castiguen.
    Cuando otra verdad persiguen,
    las palabras, solo son
    la misma u otra traición.
    Si quieren más investiguen.

    “El trabajo dignifica”.
    “El trabajo te hace libre”…
    y aunque el corazón desfibre
    el poder nos lo medica.
    El mundo es una canica,
    una canica que estimo.
    Y, ¿qué es el poder? Un timo
    cuando impone sus preceptos
    cual si fuéramos ineptos.
    De esta transgresión me eximo.


    ALZEIMER

    ¿Recuerdas aquel castillo
    que a mano construimos juntos,
    con almenas, contrapuntos,
    con el cincel y el martillo?
    ¿Recuerdas aquel chiquillo
    que para alcanzarte el beso,
    para dejar de ser preso,
    fue y se montó en una nube
    sin temor a lo que sube
    en un velero travieso?

    Que no recuerdas, princesa,
    que te confundió el olvido
    con lo que fue o no ha sido,
    con lo que el silencio expresa.
    Del futuro fuiste presa,
    que no recuerdas, recuerdo.
    Y aunque la lengua me muerdo,
    el pasado no lo cambio.
    Es el presente intercambio;
    si te pierdes tú, me pierdo.


    REFUGIADOS

    Dejaron casas y tierras,
    familia, patria y recuerdos;
    no crean que no están cuerdos,
    sólo huyen de las guerras.
    Cruzan fronteras y sierras
    para acabar afinados
    en campos de refugiados.
    Pasa el otoño, el invierno,
    y en Navidad sólo averno
    espera a los acampados.

    Arrecia el frío en el mundo
    del aire acondicionado;
    aire que siempre es robado
    como aliento al moribundo.
    De la tierra es oriundo
    quien sus pasos encamina
    por salir de la ruïna
    hacia una patria extranjera;
    y no hay ni ley ni bandera
    que actúe cual medicina.
    A ti, a Manuel Bast, a Desairado postrimero. y a 3 otros les gusta esto.
  4. Y cómo pasa el tiempo.
    Escribí una improvisación allá por el 2012 y, como muchas otras, seguía durmiendo en una de las muchas libretas afincadas en esta vieja casa.
    Se me ocurre publicarla hoy como agradecimiento y felicitación para los que siguen y para los que estuvieron en el foro y con los cuales algo compartimos. (Al 2020 publico la que escribí anteayer)

    A UNOS AMIGOS (2012)
    Tengo dos Luises y una amiga
    que valen más que mil escudos;
    Delamar, Libra, Marea Nueva,
    moneditas que disfruto.

    Tengo un Sol por la mañana
    que escucha mis maullidos,
    y en una reserva lejana
    a Matilde en su paraíso.

    Tengo un Carlos Artesano
    elevado a la máxima potencia,
    que piensa, luego existe,
    junto a lo que le rodea.

    Eva Braun no me preocupa
    pero cuando mi Evita se pone triste,
    me acongoja hasta los huesos
    y ella insiste que te insiste.

    Tengo un Eduardo,
    meta-Carpio del poema,
    y un Ricardo Aprendiz
    que muestra sus dilemas.

    Tengo una Nuna que ve
    con la luz de los sentidos,
    y una Nube Blanca
    camuflada entre dos cirros...
    Y una Mamen en la corte
    y un Caballo Negro
    y una Ludmila poeta
    y una Lluvia de Enero.

    Tengo un Eladio
    que me saca los colores,
    que dice hasta lo que calla
    sin vergüenza y sin pudores.

    Tengo una Nancy princesa
    que quiere vivir su vida,
    y en el norte una guerrera
    que se llama Valen_tina.

    Tengo un Pedro que canta
    con la voz de mi Chavela,
    que se escapa de sus ojos
    cuando escribe lo que piensa.

    Tenía una Aurora Azul
    que no mudó de planeta,
    sólo se cambió el nombre
    y ahora la llaman Sheyla.

    Tengo un Rafael en Llamas
    y una Alicia enamorada
    y una Rosaela en flor
    y un Alfil de color
    y un Prisionero Inocente
    que siempre se escapa indemne.

    Javier Tomás,
    sírveme otra y brindemos;
    Verito, píntame el cielo
    con tus colores nuevos.

    Tengo un Teclado, una Rosa
    y una Marina Bella
    que le canta las cuarenta al más pintado,
    ya no sé qué hacer con ella.

    Tengo, aunque nada tenga,
    y me tienen atrapado;
    perdonen si me presento
    y si alguna vez me escapo.

    ... Y tengo la poca delicadeza
    de nombrar a cuatro amigos;
    que me perdonen también mis restos,
    mañana quedamos contigo.
    A ti, a Anamer, a Gogui y a 4 otros les gusta esto.
  5. Una vez quise ser malo
    y me empeñé en el asunto…
    un auténtico fracaso.
    Después ser bueno, lo juro,
    pero tenía intereses
    pendientes desde hace mucho;
    pretendiendo equiparar
    sólo logré ser injusto.

    Ahora las cosas cambiaron,
    no finjo ni disimulo,
    cuando no soy no me encuentro
    y a quien me busca lo busco;
    quedamos y departimos,
    que más perdió el que no puso.

    El tiempo sigue contando
    sus porciones con orgullo
    (cuando pasa ni saluda,
    yo a lo mío, él a lo suyo).
    Si al cruzamos nos hablamos,
    aún me recuerda el futuro
    que me presentó una tarde
    que con los años confundo.

    Pero ya no soy de nadie,
    y a nadie le pido mucho.
    Ya no hipoteco el mañana,
    ya no me visten los lutos;
    las quimeras no me tientan,
    que el presente ya es un triunfo,
    derrocho a diestro y siniestro
    y me ahorro los disgustos.
    Soy por ser, mientras se pueda,
    y existo, que es todo un lujo.
    2010
    A Anamer, Gogui, Desairado postrimero. y 3 otros les gusta esto.
  6. MIGUEL HERNÁNDEZ

    El palomar de las cartas
    abre su imposible vuelo
    desde las trémulas mesas
    donde se apoya el recuerdo,
    la gravedad de la ausencia,
    el corazón, el silencio.
    Miguel Hernández


    El palomar de las cartas
    hoy me acerca hasta estos pliegos
    y al espacio donde vuelan
    las plumas entre los dedos
    y en el aire centellean
    antes de llegar al suelo
    y al domicilio preciso
    del hogar de nuestros sueños.
    Un trayecto que entre letras
    abre su imposible vuelo
    para llevar un presente,
    carta con la firma y sello
    del que en el centro se abre
    y la cierra con un beso.
    Besos hay que se liberan,
    besos que llegan de lejos,
    bocas que exigen su boca,
    sobres, papeles, tinteros
    y un alma que las escribe,
    un alma que quiere serlo
    desde las trémulas mesas
    al palpitar de otro pecho.
    Cartas nuevas, cartas viejas
    donde se apoya el recuerdo
    y se posan las miradas
    que nos miraron sin vernos.
    Dormitan en un cajón
    o se esconden en un hueco
    donde se mide el latido,
    donde descansan los huesos,
    la gravedad de la ausencia
    y un lejano pensamiento.
    Pasión que en amor mudó
    todo su estremecimiento
    y que guarda de lo humano
    la inconsciencia de lo eterno.
    Cartas viejas, cartas nuevas,
    el corazón, el silencio.


    MARIO BENEDETTI

    cuelgo la soledad en el perchero
    y ella me mira con sus ojos pardos
    entonces me conmueve y la descuelgo
    y la llevo conmigo a conocerme
    Mario Benedetti


    Cuelgo la soledad en el perchero
    por si acaso en mi espalda se incomoda
    tanto cargué sobre su vasto eco
    que me basta saber que sigue cerca.

    A veces callo digo o me desdigo
    y ella me mira con sus ojos pardos
    sus ojos de saberme en los colores
    y en los matices que de tanto en tanto
    ni yo mismo me atrevo a confesar.

    Otras veces se ofende y es tristeza
    se hace toda un ovillo y es olvido
    entonces me conmueve y la descuelgo
    y la acuesto digamos en la cama
    para intimar con todos sus silencios.

    Cuando salgo no siempre me acompaña
    y aunque a veces burlarla reconforta
    las más suelo invitarla como aliada
    y la llevo conmigo a conocerme.


    PEDRO SALINAS
    Para vivir no quiero
    islas, palacios, torres
    ¡qué alegría más alta
    vivir en los pronombres!
    Pedro Salinas


    Para vivir no quiero
    que me lleven o traigan,
    pero sí que me digan
    y ser en las palabras.

    Mi morada eres tú;
    islas, palacios, torres
    los dejo para otros,
    me bastan tus adobes.

    Y ser, y ser, y ser,
    y que seas conmigo;
    ¡qué alegría más alta
    cruzarme en tu camino!

    Confundir nuestros pasos
    sintiéndonos los bordes.
    Vivir, vivir, vivir,
    ¡vivir en los pronombres!


    RUBÉN DARÍO

    Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
    y más la piedra dura porque esa ya no siente,
    pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
    ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
    Rubén Darío


    Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
    que se deja llevar incluso por el viento,
    que espera primaveras para volverse aliento
    y a sus muertes resiste, albura de lo esquivo.

    Dichosa la finura de la arena y el polvo
    y más la piedra dura, porque esa ya no siente,
    maldita la erosión del múltiple accidente
    sangrante que es la herida que con el tiempo azolvo.

    No nos duelen los años ni el tiempo ni la espera,
    nos duele más el ansia que existe en el motivo;
    pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
    en el esfuerzo eterno del remo y la galera.

    Hoy, callarme podría mas digo abiertamente
    que es tránsito la vida, una quimera el cielo,
    y entre colores siento que no hay peor desvelo
    ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
  7. UNOS CUANTOS POEMAS A LA DERIVA

    POR LAS OBRAS NOS CONOCEREMOS

    Yo no he escrito nunca "Los versos más tristes esta noche",
    ni un “Arte poética” que no sea de andar por casa;
    yo no tengo unos “Campos de Castilla”
    ni un palomar de “Las cartas”.
    Mis letras son sencillas,
    mis imágenes demasiado claras.
    No tengo ninguna obra maestra de la que no me considere su alumno;
    es más, las obras me declaran.
    La tristeza la llevo abrazada de continuo,
    aunque me saque a bailar cada mañana.
    La alegría, ¿qué puedo decir?,
    es mi aliada.
    Las obras son, tan solo, aquello por lo que nos conoceremos:
    las mías, las tuyas y otras tantas.
    Me suena otros ojos tanto como los míos,
    reconozco mis rasgos al mirarme en las caras,
    tengo de invisible lo mismo que de piedra;
    la transparencia y la textura nos delata…
    …Y las letras, y los poemas;
    todo, todo, todo, que es nada.


    ME SUSPENDO Y ME PUBLICO

    Por oírme los silencios
    y escuchar, en parte, escribo,
    por acompañar mis tardes,
    por ausentar el hastío
    que me consume una parte
    que siempre llevo conmigo.
    Pero mis pobres vocablos
    no existen por ellos mismos.
    Es por eso que en el aire
    me suspendo y me publico
    confiado de los vientos
    cómplices de mis sentidos.
    Cuando asiento lo que pienso,
    o acierto en mis desvaríos,
    espero que llegue el eco
    a alguno de tus oídos.
    Si encontraras estas letras
    por azares del destino
    y quieres seguir su curso
    o apuntar en lo no escrito,
    el papel te pertenece,
    sin ti no tiene sentido.
    Si al leerlo oyeras algo,
    no importa quién lo haya dicho;
    si yo pinto mi paisaje
    y tú ves otro distinto,
    que viva la diferencia
    y el placer, que ha sido mío.
    Yo dibujo mis retazos,
    tú les pondrás colorido.


    VA POR USTEDES

    Políglotas de tantos sentimientos,
    viajeros incansables de sus lunas,
    pensadores de tardes y de esperas,
    poetas de las noches más oscuras.

    Reflotados de un mar de mil sargazos,
    rodeados de escualos y de dientes,
    con lo puesto sortean las derivas
    que firman los dictados de la mente.

    Tempestades de nubes pasajeras
    dirigen su bajel hacia las rocas,
    liberando a la rosa de los versos
    que compone la cresta de sus olas.

    Ilusionistas ávidos de encuentros,
    de magia entre las letras y sus rimas,
    acróbatas de un tiempo que no existe,
    artistas de una voz que no es pasiva.

    Y yo, que siempre atiendo a las razones,
    me quito mi sombrero ante la gente
    enamorada, triste o afligida
    que escribe con el alma lo que siente.


    RECAPITULANDO

    Sin pena ni gloria vengo,
    con los amigos,
    y afilo los lapiceros,
    van quedándose cortitos,
    pero me quedan repuestos
    para el camino
    y tinta para el tintero
    que siempre llevo conmigo.
    Me allego de cuerpo entero,
    que sigo vivo,
    y en los versos me reitero
    de lo hecho y de lo dicho.

    Cantar por cantar, se canta
    (y de corrido),
    para algo está la garganta...
    !Venga, sírveme otro vino!,
    que llego seco y con ganas
    de mi retiro.
    Traigo escritas unas páginas
    que calcaron lo que digo
    cuando hablé en las tierras altas,
    en pleno estío,
    y del foro recordaba
    la estancia y los entresijos.

    Tengamos claro, señores,
    que aquí venimos
    a contar los pormenores
    unos, a lucir palmito
    otros, o a embastar sermones
    casi medidos;
    todos traemos razones,
    ilusiones o "quejíos".
    También sé que hay corazones
    en cada escrito,
    que viven sus horizontes,
    que incluso piensan distinto.

    Conexiones ha de haberlas,
    es el principio;
    concordancias, diferencias
    y un poco más de lo mismo.
    Maestros… como en la escuela,
    como de niños;
    alumnos cuando nos tienta
    ligar dos versos seguidos.
    Cada cual es como llega
    a nuestro oído
    en un mundo que es poema
    de mundos desconocidos.

    Libre, que me escribes libre,
    libre albedrío.
    Clásico, con voz y timbre,
    con metro y con hemistiquios.
    Cada uno en sus “decires”
    tiene su estilo
    y apunta, se calla o dice
    una parte de sí mismo.
    Recapitulando vine,
    con los amigos,
    y permítanme que firme
    abajo, a renglón seguido.


    LLEVO UNA DOBLE VIDA.

    Llevo una doble vida en el trabajo,
    se curte al sol mi cuerpo mas la mente
    se escapa, huye, sube y es ausente
    para hacer más liviano mi destajo.

    Ya después, cuando vuelvo, me relajo,
    me amoldo a la rutina que, solvente,
    permite que patine por mi frente
    el sudor que por siempre fue y me atrajo.

    No le cuentes a nadie que me escribo
    ni que soy, cuando puedo, un viajero
    atado a su caballo y a su estribo.

    Que quede entre nosotros, compañero,
    que parto, me reparto y me suscribo
    sin olvidar que soy un jornalero.


    CON UN TECLADO ENTRE LOS DEDOS

    Un logaritmo indescifrable de emociones
    se fue apoderando del cuerpo,
    creó sus paralelos mundos,
    con sus frustraciones, sueños,
    culpas y escapes.
    Redes neuronales de inalámbricos puertos,
    bocetos de paisajes
    técnicamente imperfectos;
    pero paisajes al fin y al cabo
    sostenidos por el fuego,
    alentados por el aire
    incontinente de los centros
    de una estancia inubicable
    de vivencias y entretiempos.
    Un butrón en la pared de lo establecido,
    y un teclado entre los dedos.


    QUE DESCUIDO TAN GRANDE EL MIO

    Qué descuido tan grande el mío,
    Dios, qué descuido,
    perder la mayor parte de lo que fui a buscar
    por el camino.

    Me levanté temprano,
    me adelanté a mí mismo,
    cogí un cesto y fui al barranco
    bordeando los lentiscos
    a recolectar versos
    a la hora en que el roció
    les da ese brillo especial
    y en parte un doble sentido.

    Para componer busqué
    y de una higuera cogí un higo,
    de una madreselva la hoja
    y una espina de un espino.
    Al enebro le pedí prestada
    una baya de color rojizo,
    al alcornoque un corcho
    y a la niebla el hechizo
    que abre los corazones
    que se acercan a un escrito.
    Pisé un charco y me apropié
    de parte de ese camino
    que baja, sube y da la vuelta
    a la sombra de los pinos.

    Pero, ay Dios, qué torpeza,
    qué torpeza y qué descuido.

    De vuelta al hogar,
    reunido ya mi alijo,
    presuroso por rimar,
    tropecé con un destino
    que esparció toda mi obra,
    por los márgenes del río.
    Con prisas me levanté
    para recuperar lo perdido
    pero los versos no tienen dueño
    hasta que no están escritos.

    Al llegar a casa volqué
    el cesto y su contenido,
    reducido a la mitad
    después de haberme caído.

    Yo que lo había llenado
    de sonetos y romancillos,
    lo único que pude engarzar
    es lo que les he traído.

    Qué descuido tan grande el mío,
    Dios, qué descuido,
    perder la mayor parte de lo que fui a buscar
    por el camino.
    A ti, a Anamer, a Desairado postrimero. y a 5 otros les gusta esto.
  8. PIEDRAS


    Duermen los siglos
    en la calcárea piedra
    sin inmutarse.



    NO SIEMPRE CUERPO

    Piedras, siempre piedras,
    en mi vida siempre piedras:
    con tierra, con arena
    mineral, cimientos.
    Verde, siempre verde:
    rebrotes, tallos, esquejes
    que entre piedras reverdecen
    compinchados con el viento.
    Sudor, siempre sudor:
    sal de la piel, sazón
    que va madurando un cuerpo.
    Cuerpo...
    No siempre cuerpo.


    VERSOS CON PIEDRAS PARA ROSARIO

    Rosario, hoy traigo piedras para leer.
    El cielo raso tiene la culpa
    y lo que hay es lo que ves.
    Esta es de pizarra, negra, llana
    con láminas como mi piel.
    Sirve para cubrirse del entorno,
    para que resbale la intemperie,
    para guardarse del frío y del sol.
    Traigo también un canto de río;
    redondo, blanco, sin fisuras,
    salado como el mar que nunca vio.
    Nos servirá para relajar el tacto,
    para suavizar las manos,
    para asomarse al mundo desde otra dimensión.
    Estas otras dos son de una cueva
    que me aguarda cuando voy,
    que me aguarda y que me guarda
    entre frescura calcárea,
    que sabe a bóveda y siglos
    e ignora el alrededor.
    Volví de donde las rocas sembradas,
    de donde el romero y la adelfa en flor;
    y llego a casa, entro al patio,
    ¡sorpresa!,
    y veo que las plantas el calor de julio me las regó.
    Agradecido le estoy...
    ...Y esto verde que mi perro se encontró
    es una esmeralda,
    pero no le veo utilidad yo.
    De todas formas te la traigo,
    tuya es, mía ya no.

    Dedicado a Rosario Martín.


    HABLANDO CON UNA PIEDRA.

    Me dejé llevar y tropecé
    con la piedra más lista del camino,
    hablamos largo y tendido
    y al final le confesé
    que tropiezo de seguido
    cuando mi libre albedrío
    se me acomoda en los pies.

    La piedra me confesó a su vez
    que solo confiaba en el destino
    y en el mal o en el buen tino
    de quien de bruces se dé
    con su sombra que es testigo
    de que ser piedra es castigo
    por no poderse mover.


    LE CAILLOU DE LA RIVIÈRE

    Tout est facile
    quand on n’a rien à perdre
    ni à gagner.

    Tout est facile
    quand on n’a pas soif
    ni faim.

    Tout est plus facile
    quand on ni se méfie
    ni rien ne craigne.

    Tout est encore plus facile
    quand on n’a pas envie
    de rire ni de pleurer.

    Tout est beaucoup plus facile
    pour un simple caillou
    de la rivière.



    Pizarra negra,
    después del aguacero
    recobra el brillo.
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  9. ME MUDO A LA IGNORANCIA
    "Cuando llegas a saber demasiado de la muerte, se hace duro vivir con ello.
    Cuando crees saber demasiado de la vida, esta siempre te sorprende."

    Me mudo a la ignorancia tras lo visto,
    me vuelvo sordo para aquel que grita
    y si la Parca ronda o se encabrita,
    la invitaré a una copa, me haré el listo.

    "Savoir faire", ante todo, ante lo incierto,
    y dejarse llevar si hay buena chanza,
    mientras hay vida sigue la esperanza
    de formar parte de este gran concierto.

    Me olvido del peligro, y sé que existe,
    demasiada es la muerte que se huele
    cuando el simple vivir es lo que duele
    y lo contrario de lo alegre es triste.

    Si tienen que pedirme alguna cuenta,
    espérenme en el bar o alguna venta.
  10. APOLOGÍA DE UN YO QUE ME SUBSISTE.

    Tengo una pequeña vida
    en un rincón de mis islas neuronas;
    no es el espacio material,
    más bien es un lugar donde te acomodas
    e intentas ser y dejar que sean...
    y dejar, dejar que todo nos envuelva.
    Allí vivo la yema de mis dedos,
    incluso cuando el tacto está en el aire
    late la tinta en las sienes
    y el corazón se expande.
    Cuando escribo soy y no soy,
    y creo que somos,
    en el centro de un poema
    que dice mientras escucha,
    que asiente cuando no niega.
    Si alguien llega a estas orillas,
    en que el suelo es sólo arena,
    que camine con la tranquilidad del paso
    y que sepa
    que en un pequeño rincón de lo dicho
    y lo escuchado
    dejó su huella.
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  11. ENCUENTRO

    Cuando llegaste a mí contuve el aire,
    dibujé con los párpados tu ombligo,
    me adentré en tu perfil y en tu perfume
    e hice de tu cuerpo el cuerpo mío.
    Bebí del manantial que me ofrecías,
    me alimenté del germen de tu trigo,
    aprendí a ser en el plural contagio
    de unos labios que saben de su instinto.
    En la sombra que antaño me nombraba
    creció tu planta donde fue el vacío
    y el susurro que siempre era callado
    se encontró en el remanso de tu oído.
    Una respiración acompasada
    amaneciendo libre a los sentidos:
    el calor, la humedad, la suave luz
    para saber que aún estaba vivo.
  12. ÁRBOLES

    En mi aldea

    Nos gusta plantar árboles en esta aldea; lo hacemos desde tiempos inmemoriales, cada uno planta los suyos y crece con ellos. Los cuidamos y nos cuidan de por vida.Cuando alguien muere en mi aldea, se le entierra cerca de alguno de sus árboles para que no se sienta solo y de alguna manera pueda seguir creciendo. Es una forma de permanencia entre nosotros.Mis padres hace tiempo que son dos encinas: fuertes, saludables, majestuosas; rodeadas de pinos, higueras, olivos y amigos.


    Sobre dura piedra

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    Un pino crece
    sobre la dura piedra
    y echa raíces.

    Sobre una roca
    va envejeciendo el árbol
    falto de tierra.

    Duro y forzado
    por el paso del tiempo
    sobrevivido.

    ..................................

    Do caiga la simiente
    la vida pare,
    después queda la lucha
    siempre constante.

    Adaptarse o morir
    sin más alarde
    que aferrarse al entorno
    por mor del aire.

    Y al aire la conquista
    de nuevos valles,
    la promesa de tierras
    primaverales.


    Soy un árbol, no me escondo

    Soy un árbol en un pueblo,
    en un pueblo con su playa,
    estático e inhiesto
    que cuenta lo que le pasa.
    Le doy sombra al marinero
    que en mis dominios atraca
    y me miro en los reflejos
    y me envuelvo en las palabras;
    mi mundo son sus trayectos,
    sus ecos son mi morada.
    El mar es solo un espejo
    de superficie empañada
    donde escribir con el dedo
    corazón de la distancia.
    Con el viento me requiebro
    cada vez que hay marejada;
    y es mi quiero y mi no puedo
    el que en la orilla me clava.
    Una y mil veces invento
    bogar sin remos ni barca,
    surcar con el pensamiento
    las millas que me separan
    de otra orilla y otros vientos,
    de brisas, selvas y escarchas
    ancladas en el barbecho
    de un porvenir sin mañana.
    Soy un leño más del puerto,
    con una enorme ventana.


    El árbol habitado

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    Quiso madre que naciera,
    es Natura caprichosa,
    en un erial de la Mancha
    para ser la única sombra
    del jornalero y el amo
    que se tumba a la bartola,
    del capataz que se allega,
    del que se va y no retorna,
    del que se pierde entre llanos
    y en mi tronco se acomoda.

    Triste sería mi vida
    en este remoto páramo
    si no fuera porque albergo,
    hecho de ramas y tallos,
    un nido que es la alegría
    de mis hojas y del campo.
    Llegaron un día gris,
    con un colorido alado,
    dos loritos jubilosos
    escapados de un rejado
    y hallaron entre mis ramas
    su refugio libertario.
    Desde entonces son sus alas
    extremidades del árbol
    que soy y siente con ellos
    el vuelo de lo cercano
    y los requiebros de amor
    y sus parlanchines cantos.


    Árbol

    Temer al fuego es propio de mi sino,
    sentir la leña seca que amontono,
    alburas entre anillos colecciono
    y algunos que otros cortes apadrino.

    Si el viento sopla en contra, transalpino,
    y se cubren los valles de abandono,
    disculpen el crujir que lleva el tono
    de las ramas que pierdo en el camino.

    Por abajo, entre sombras, temo al hacha,
    la altura la acomodo al mes de mayo,
    la lucha es permanente con lo incierto.

    Luzco el tronco clavado como tacha,
    la raíz es el lar donde me explayo
    y el entorno el futuro en el que invierto.


    Árbol del Tule

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    Naciste para ser con los años la casa,
    el jardín y el entorno de tu mundo soñado,
    semilla germinada, en un atrio apostado,
    que luce su ramaje mientras el tiempo pasa.

    Tierra que se hizo fruto de la materia escasa,
    que creció como crece en la tierra lo anclado
    sin la prisa que llega, sin del fuego un bocado,
    ileso de una suerte que lo que toca arrasa.

    Lucen contigo todas las nuevas primaveras,
    descansa en cada sombra que robas al estío
    la savia de otro invierno que late en tus maderas.

    Es en tu pie que veo la pequeñez del mío,
    en tu copa que brindo con las lluvias primeras,
    a tu centro que vuelvo cuando me desafío.

    * El árbol del Tule se considera que es el que tiene el tronco más grande del mundo con sus 14,05 metros de diámetro.
    Está ubicado en el atrio de la iglesia de Santa María de Tule, en Oaxaca, México.
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  13. ESPAÑA, MI OTRA PATRIA

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    Una vetusta piel de toro clama
    dentro de un gran y libre desconcierto;
    entre sus sombras polvo de un desierto
    y mil rencillas que una patria inflama.

    Dos campesinos lindan con su muerto
    en una frontera impuesta por las mentes;
    nunca da más quien tiene entre los dientes
    airada la palabra, el gesto yerto.

    Con sus disputas siguen, tan ausentes,
    inventando querellas y sofismos;
    la piel y el toro, son por ellos mismos,
    no precisan cazurros combatientes.

    Una nación con puertas, con abismos;
    cerradas unas, insondables otros,
    banderas que no aúnan un nosotros
    y confunden futuros y espejismos.

    Y, ¿qué decir de un ellos, de un vosotros?
    Cada cual es y vive a su manera
    y, a su modo, la luna lisonjera
    alienta el trote de los nuevos potros.

    Dejad que pueblen toda la pradera,
    que ahuyenten el testigo y la proclama
    arcaica de un pasado ya sin llama.
    ¡Dejad que inventen otra primavera!
  14. GLOSANDO A MANUEL MACHADO

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    I

    Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron,
    soy de la raza mora, vieja amiga del sol,
    que todo lo ganaron y todo lo perdieron
    tengo el alma de nardo del árabe español.
    Manuel Machado



    Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
    con la mirada al frente, igual que el girasol,
    nací a la vida solo, como los que nacieron
    más allá de los mares de mi propio control.

    Pude ser blanco o negro, rosáceo me trajeron,
    soy de la raza mora, vieja amiga del sol,
    fui curtiendo mi piel, golpes me la curtieron,
    a las órdenes siempre de un imperio esquirol.

    Siento latir mi sangre, con ella combatieron
    mis hermanos del mundo que alumbra otro crisol,
    que todo lo ganaron y todo lo perdieron
    al traspasar el límite rojo del ababol.

    Es mi ayer compartido por los que aquí anduvieron:
    fenicios y romanos, griegos... y yo, un guiñol,
    con mi corazón bárbaro, con el me concibieron,
    tengo el alma de nardo del árabe español.




    II

    En mi alma, hermana de la tarde no hay contornos...
    y la rosa simbólica de mi única pasión
    es una flor que nace en tierras ignoradas,
    y que no tiene aroma, ni forma, ni color.
    Manuel Machado



    En mi alma, hermana de la tarde no hay contornos...
    el crepúsculo cierne todo el alrededor,
    se fue lo que quería dejándome de lado;
    más que los años siento el hueco que dejó.

    Cada vez más el día se convierte en otoño
    y la rosa simbólica de mi única pasión
    florece en cada sombra, florece y es en vano;
    no me llega el perfume ni a ella llego yo.

    Sólo queda el paisaje, como un campo olvidado,
    cuatro hierbas se yerguen, al fondo está la flor;
    es una flor que nace en tierras ignoradas,
    distante, que no acerca mi menguada visión.

    Mi vida es como el tiempo de un reloj sin adornos,
    es el mismo vacío que nombra lo que soy,
    que sólo me acompaña para que no esté solo,
    y que no tiene aroma, ni forma, ni color.




    III

    Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme
    lo que hago por vosotros hacer podéis por mí...
    ¡Que la vida se tome la pena de matarme,
    ya que yo no me tomo la pena de vivir!...
    Manuel Machado



    Nada os pido. Ni os amo ni os odio, con dejarme
    un mínimo de espacio puedo sobrevivir;
    la luz es de prestado, de prestado es el aire,
    lo demás es dejarse, dejarse y transcurrir.

    Por no entrar en conflictos, me aplico en el desarme,
    lo que hago por vosotros, hacer podéis por mí;
    por armas las palabras, la munición el arte
    de poderse callar o de poder decir.

    Para la muerte hay tiempo, si queréis esperarme,
    y en la espera me ofrezco a avanzar y seguir,
    que la vida se tome la pena de matarme,
    que se moleste al menos en planear su ardid.


    Y si acaso, la suerte, decide abandonarme
    que me ajuste la cuenta de lo que ya perdí,
    y si lo que me queda es poco que me mate,
    ya que yo no me tomo la pena de vivir.

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  15. AUSENCIA

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    (Echo de menos a la gente que debería estar presente en los días felices de mi vida.)

    El presente se somete,
    promete.

    Sale el sol y me acompaña,
    engaña.

    Es un gran día sentencio,
    silencio.

    Aunque lo bueno potencio,
    en mi vida falta algo,
    entre la ausencia cabalgo:
    promete, engaña... silencio.
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