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Nuestras pieles, muy juntas
tan llenas de nosotros,
henchidas de amor sobre la tierra,
donde amarnos es ignorar la lluvia,
es alegría de sentir ese canto tuyo y mío,
como el milagro de estar vivos,
con tus manos y mis manos
sosteniendo nuestro tiempo.

Ana Mercedes Villalobos

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  1. Ávidos de horizontes.jpg

    Detengo mi cansancio
    a la orilla del camino
    a la espera de un tiempo
    que me sea amable,
    que me señale la ruta.


    Es como un juego
    entre mis días y mis anhelos
    mis sueños y mis derrotas,
    se repiten sin descanso
    aunque nunca se alcanzan.


    Aquí en este inmenso sendero
    quisiera que remontaran su vuelo
    hacia la infinitud del paisaje
    como alegres golondrinas
    llenando mis manos de espuma,
    mis ojos de mañana
    mi cuerpo de otro cuerpo.

    Que mis ojos vuelvan a la luz
    después de reposar su ausencia
    y se declaren cansados de vacío
    de auroras llenas de promesas,
    y puedan ver hacia adelante

    sin volver la vista atrás.


    Ana Mercedes Villalobos
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  2. [​IMG]

    Desnuda avanza la tarde
    como queriendo abrazarse a tu sombra,
    el mar es un sueño que persiste,
    honda herida que separa nuestros cuerpos
    amantes silenciosos,
    ausentes de sus manos.


    El verano aprieta la sed
    que yace impasible entre la piel,
    como una forma desnuda
    abriéndose paso por la calle.


    Y que sabemos de almas vencidas
    o de esas lágrimas
    que nos lloraban en las tardes,
    subiéndose a la rama de algún árbol?


    Afuera era apenas un esbozo de noche,
    y nosotros nos aferramos a la risa
    como esa luna que alarga su estancia
    con la excusa de esperar al sol cada mañana.


    Ya no hay prisa,
    la vida nos espera en cada esquina.
    Ahora, hablemos de nosotros.

    Ana Mercedes Villalobos
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  3. dibujos43.jpg

    Es un cristal resquebrajado

    donde guardo mi desamparo,

    testigo inexorable de mi tiempo
    que se aposenta en la ventana.


    La página en blanco
    en la que me escribo a ratos
    para dejar de existir,
    o la palabra no pronunciada

    de tus labios.

    Es esa luna que acompaña mis lamentos

    intrusa en las llanuras de mis noches
    que se escapa entre mis dedos,
    como soplo de viento,
    donde se extravía mi voz,
    o un desahogo oportuno
    que transita mis abismos
    vulnerando la tristeza
    arraigada a los rincones del alma.


    Hoy se vierte en la piel
    tormenta silenciosa,
    regando de recuerdos
    el gris resplandor
    de esta nueva soledad.

    Ana Mercedes Villalobos

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  4. [​IMG]

    Extrañamente tomé tus manos

    y en la tiniebla de mis sueños

    recorrimos juntos el riachuelo,
    su cantarín sonido aún se
    escucha en mis oídos,
    en un olor inconfundible a humedad
    que se pegaba a mi blusa.


    Y luego ya no estabas,
    huyendo silente se desvaneció tu risa,
    abrazada a mi tristeza
    me senté en el pasto
    a sorber de a una mis lágrimas.
    Se quedó tu nombre sostenido en mis labios,
    entre los azules y los blancos
    se debatía nuestro cielo
    y yo, incapaz de asomarme a tu partida
    cerré los ojos para no contemplar tu ausencia.

    Ana Mercedes Villalobos
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  5. Perdida en ti.jpg

    Perdida en tus pupilas
    me pasaría la vida,
    tus manos en mis manos
    volaría a la inmensidad,
    tocaría las estrellas
    en mi deseo de amarte,
    cada día, cada instante
    de ti a la eternidad.


    Perdida en tus pupilas
    soñaría con tocarte,
    en notas de colores
    tu piel contra mi piel,
    hundiría mi mejilla
    en tu pecho palpitante,
    y allí me quedaría
    sumiéndome en tu miel.


    Perdida en tus pupilas
    me pasaría la vida,
    añorando en un suspiro
    el almíbar de tu ser,
    el aleteo breve
    de tu alma que no es mía,
    rozando con mi aliento
    un amor que nunca fue.
    las estrellas

    Ana Mercedes Villalobos
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    A Jasiel Morales Castro le gusta esto.
  6. [​IMG]

    Mi hogar son tus ojos, esa mirada
    traviesa que invita al deseo,
    a la súbita emoción de rasgarnos
    la piel a besos para matizar el eco
    que pronuncia nuestros nombres.

    Mi hogar es la suavidad de tu cuerpo
    que brilla junto al mío, ese deambular
    de tus manos por mi vientre,
    de mi sangre por tu sangre, como
    un trueno que estremece al universo.

    Mi hogar es el punto exacto de tu pecho
    en que recuesto mi cabeza, para escuchar
    tu corazón en su alocado galopar,
    o el momento justo en que todo deja
    de existir, para volverse infinita madrugada.

    Ana Mercedes Villalobos
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  7. [​IMG]

    No te rindas mujer, la lucha es larga
    pero esta vez peleas por tu vida
    por librarte de aquél que te intimida

    con la rabia que en ti siempre descarga.


    Recuerda que el maltrato te aletarga
    orada el corazón, mortal herida,
    y si decides darte por vencida

    sucumbirás al peso de tu carga.


    Impide que el insulto sea el rito
    que utilice con arte y con empeño

    y pon con tu denuncia el finiquito.


    No dejes que te roben cada sueño
    la ilusión de ese amor puro y bonito
    que no entiende de esclavo ni de dueño.

    Ana Mercedes Villalobos

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    A ti y a bristy les gusta esto.
  8. [​IMG]

    Breve fue tu estancia
    en el lado izquierdo
    de mi pecho,
    como un rostro
    que oculta
    su mirada en el vacío
    de una página en blanco.


    No hay besos
    en una madrugada,
    que ha hecho
    esquiva tu boca


    El amor nos desmerece
    con su implacable ausencia.

    Ana Mercedes Villalobos
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  9. [​IMG]

    Se abre como un pétalo
    con los ojos al sol,

    implorando ese último
    rayo que resbala hacia
    el costado.


    Húmeda la tarde se
    bate en retirada,
    desde la cima se oye
    el canto del ave
    que regresa.

    Y fue la luz la que
    finalmente nos condujo.

    Ana Mercedes Villalobos
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    A bristy le gusta esto.
  10. [​IMG]

    Aún me muevo entre penumbras,
    ausente del tiempo que me ahoga,
    de este extrañar la luz
    que se ha perdido en la memoria.


    Quizás si se aclarara la mañana,
    si atisbara un rayito de sol
    en las tinieblas.


    Muchos sentimientos
    se abren paso en mi piel,
    y como unas fauces
    que se cierran vacías,
    me quedo en el anhelo,
    en la promesa.


    Ilusiones efímeras que
    llegan cogidas de mi mano
    antes de sembrar
    mis letras en el cieno
    donde se quedarán para siempre.

    Ana Mercedes Villalobos
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    A bristy le gusta esto.
  11. [​IMG]

    Tanta noche, tanta luna
    tantos motivos rondando las miradas
    purpúrea orquídea deshojada, tan lejana.


    Vasto océano dormido acuñando esperanzas.
    Tantas horas alojadas en un viento
    que sopla desde el norte,
    árida distancia soportando soledades.

    Tanta lluvia cayendo en la ventana
    caudal inmenso rozando tempestades.


    Tanto por querer desbocando quietudes
    alboreando sueños de gitana.
    Tanta indiferencia llorando labios desgastados
    hijos del mañana, manos arrugadas abrazando.


    Tantos tu, tantos yo
    tantas palabras.

    Ana Mercedes Villalobos
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  12. [​IMG]

    Te escribes en mi piel
    con esa gracia táctil que derrochas,
    - las estrellas de tus ojos te delatan -
    quieren tus labios abrazarse a mis pechos
    mientras los besos se apoderan de la noche,
    y es que en un solo amor
    caben dos cuerpos.

    Juntas las bocas acompasan su risa
    bajo una misma tormenta.

    Y esa agitación de manos
    rozando nuevamente el horizonte,
    nos coloca vientre a vientre
    leyéndonos - como a un poema -
    acústico vaivén de dos tiempos,
    círculo húmedo donde te meces como oleaje.

    A los pies del día la brisa nos reclama,
    y en ese leve soplo de aire,
    escuchamos nuestros nombres,
    pronunciándose.

    Ana Mercedes Villalobos
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  13. [​IMG]

    Hay mañanas tan grises como
    ésta, en que sólo pienso en ti.


    Me gusta revolver los sueños
    y alguna que otra ilusión
    para vencer la tristeza,
    pero siento tu aliento,
    como en aquellas tardes
    que creí olvidadas,
    y mis pechos, huérfanos
    de caricias, te extrañan.


    No basta la mitad de tu mundo,
    ni el azul dorado de tu nombre,
    ni la humedad de mis
    ojos bañando tus manos,
    para evitar entregarme al sutil
    recuerdo de ese tiempo.


    Y es ese olor de tu ausencia
    lo que me devuelve
    finalmente a tu olvido.

    Ana Mercedes Villalobos
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  14. [​IMG]

    Resbala la vida en mis ojos cerrados
    rasgando cautelosa la vestidura de la noche.

    Desnudo se aprieta el tiempo
    - temblando madrugadas –
    muriendo su lenta muerte.

    Un vacío imperceptible empapa abrazos
    en la soledad que nombra
    tu ausencia en mis labios.


    Y ese rugir del viento agrietando pieles
    - pasando de puntillas, sin rozarnos –
    me regresa en leve agitación
    a la inmóvil brevedad
    donde se fraguan mis requiebros.

    Ana Mercedes Villalobos

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    Se pierde la mirada
    buscando al lucero ausente,
    sólo la luna
    y la noche con su traje de gala.

    Nunca faltan las nostalgias
    que respiran las sienes,
    acechando
    - como pájaros -
    el instante
    en que muere el amor.


    Duele la risa,
    se rompe la voz,
    en el sordo eco de la
    infinitud del abismo,
    en esta otra parte
    de mí que desconozco.


    Yo fui testigo de tu verso,
    tu silencio,
    y la vida que se nos olvidó vivir.

    Ana Mercedes Villalobos

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