No bastaba estar viva, necesitaba sentirme viva. los tic tac del reloj me recordaban que se agotaba el tiempo y aún no había renacido. llueve allá, tras la ventana. el frío quema y cala los huesos. dentro aquí, mi alma inundada se asemeja a una tormenta. Tic Tac, tic tac el reloj no se detiene las manecillas fielmente aliadas del tiempo