El blog de Antonio

Infinitas estrellas en el cielo
vi desde el Alto Llano,
alumbraban silentes en la noche
a mi pueblo serrano.

Acaricia sus aguas el pantano
la vista es un placer,
con la jara la encina y el romero
todo ha de enverdecer.

Su legado nos deja del ayer
las minas arruinadas,
la escombrera con lodo, arena y polvo
y el campo sin azadas.

En sus tierras antaño cultivadas
con los frutos crecían
ilusiones que el tiempo marchitó
y que subsistirían.

Por la sierra del Alto Rey surgían
bucólicos parajes,
de lugares ocultos que afloraban
de piedras y follajes.

De su historia nos quedan sus bagajes,
las minas con la encina
y su emblema y blasón así nos dice
que es Hiendelaencina.
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Antonio Nieto Bruna
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¡Poeta! guárdate un as en esa manga de tu
nueva primavera ajada por la sombra del estrés,
carne renacida, ¡más! ¿Volverás a ser tabú,
si ves en noche acabada el desamparo a tus pies?

Estas lunas enlutadas de las plegarias baldías
buscan la transmutación hacia un canto de esperanza,
son rejas de humo blindadas, no es el paso de los días
es solo mi abdicación, presintiendo la balanza.

Me negaré a seguirte por caminos sin destinos
arrastrando mi honda esencia por girasoles de asfalto,
tu cruz en polvo de Sirte son sílices anodinos
de mis descuidos, creencia, que en la soledad resalto.

Llegarán días dorados a mi eterna incertidumbre
con la herida de tu ausencia y el vacío sentimiento,
recuerdos apolillados con la pena y la costumbre
no podré a la conciencia ocultarle el pensamiento.

Tornaran días de rosas y contra las esperanzas
yo quisiera amalgamar sus humanas condiciones,
Mis esperas exitosas, mis legados son alianzas,
conjugando el verbo amar, son todas mis pretensiones.

Con la herida de tu ausencia y el vacío sentimiento
se irá en el tren de la vida llevando mi soledad
entre la etérea esencia prófuga de mi lamento,
donde el destino valida el afecto y la amistad.

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Antonio Nieto Bruna
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En nuestra herencia llevamos multitud de diferencias,
pero el don de la inocencia todo el mundo lo portamos,
siempre a él nos aferramos y nos sobran las creencias
ni los dogmas ni la ciencia es doctrina que avalamos.

Del amor alardeamos no vemos equivalencias
con nuestra más pura esencia, en actos en si mundanos,
sin embargo despreciamos paz y amor sin diferencias.
Cuando falta la conciencia en los hechos cotidianos.

Entre tanto aquí estamos absortos con las demencias,
pensando que en la indolencia nuestros males abnegamos,
¿para que entonces llamamos hermanos sin sus anuencias
a los que en nuestra creencia en el fondo despreciamos?

¿Hacia donde encaminamos las ocultas subconciencias?
La hipocresía es vigencia de creyentes y profanos.
Y por siempre deseamos con absurdas prepotencias,
el tener omnipotencia ¡Que insensatos los humanos!
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Antonio Nieto Bruna
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Una veleta un día en torno a su tejado
quieta se quedaría junto al viento asentado,
pensando en si decía, viendo el cielo enrasado
como ella giraría si el aire está parado.
Un rayo predecía, él muy preocupado
nunca se movería un hierro algo oxidado,
el temporal querría darlo por liberado
de su penar haría, causa de tal estado.​

Antonio Nieto Bruna
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Del libro “Historias cuentos y rimas”
Este relato, como tal, no está sujeto a ningún rigor histórico, por lo que cualquier alteración de la realidad es sólo y exclusivamente debido al argumento.
La leyenda que a continuación expongo, está basada en la historia del descubrimiento de los yacimientos de plata, en un pequeño pueblo de la Sierra Norte de Guadalajara, España, llamado Hiendelaencina.
Para completar este relato me he valido de las versiones de Don Bibiano Contreras y Don Francisco de Bartolomé recogidas del libro Hiendelaencina y sus Minas de Plata, que fue publicado en 2008 por Don Abelardo Gismera Argona y de las leyendas que mi abuelo me contaba en mi infancia y que hoy en día aunque muy vagamente, aún…

Recuerdo los cantos de cuarzo tallado
por más de mil grados en la Era Primaria
igni y orogenia quisieron formar,
extraídos ellos por manos mineras
a las escombreras allí iba a buscar.
Recuerdo las casas de piedras en ruinas
las huertas labradas calles empedradas,
el roce de cascos que contra las rocas
con ruidoso paso las mulas hacían
subiendo la calle de Santa Cecilia,
llegan a la fuente para allí abrevar.


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A mediados del segundo decenio del siglo XIX, año arriba año abajo, llegó a las costas del levante español un gentil napolitano llamado Vicenzo Fortuni quien contrajo nupcias en Yecla con una vecina del lugar.
Al poco tiempo trasladó su residencia a un pueblo de la zona norte de Guadalajara llamado Pálmaces. Allí desempeñó su oficio de hojalatero, que a la postre, compaginó con el de platero al encontrar un yacimiento de plata. Tal hallazgo se produjo, por mediación de un vecino conocido por “El Perucha”, de un lugar cercano qué, en el camino de Pálmaces a Congostrina, se encontró con el hojalatero que regresaba con sus herramientas a lomos de una mula, una vez terminada su gira de trabajo por los pueblos de la zona. “El Perucha” le propuso intercambiar dos celemines de trigo y una pequeña roca que acababa de encontrar en el lugar de procedencia, de unas características especiales y poco vistas, por la reparación del asa de una sartén. Fortuni accedió al trueque, con otra condición, que le dijese el lugar en donde había encontrado dicha “piedra” que prácticamente en su totalidad era de plata, cosa que, evidentemente era desconocida por el lugareño, quien indicó a Fortuni sin ningún reparo, el lugar de su hallazgo.
De esta forma, uno se llevo la sartén reparada y el otro el nombre donde encontrar más mineral igual que el obtenido por la reparación. Dicho paraje era denominado como Canto Blanco en Hiendelaencina.
Hasta entonces, se había dedicado a aumentar su corta renta con malas artes, ayudado de su don de gentes, su meloso acento y su dicharachera verborrea en la utilización de su oficio de platero hojalatero para engañar, entre otros, al párroco de Villares o al Ayuntamiento de Gascueña.
Según la leyenda, una vez “descubierta” la beta a cielo abierto, su ambición y sus pocas o ninguna gana de complicarse la vida en registrar su ubicación y buscar inversores, le llevó a dedicarse a la explotación clandestina del yacimiento. Con un hornillo y la caja para el vaciado acuñaba monedas con la plata que de él extraía, pero a la postre le salió caro su proceder.
Aunque la forma de blanquear las monedas falsificadas era relativamente segura, al ir desprendiéndose de ellas, poco a poco, en los diversos lugares por donde pasaba realizando su trabajo, finalmente cometió un grave error. Un amigo y vecino de Pálmaces al cual le debía algún que otro favor, le pidió que le prestara unas cuantas monedas de plata que le faltaba para completar la recaudación de la cual era responsable, pues se las había gastado sin tiempo para su reposición. Fortuni se las prestó y una vez entregada la recaudación en la Administración de Guadalajara, inmediatamente se levantaron pesquisas al comprobarse la falsificación de parte de la recaudación entregada.

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Mandado apresar y condenado a cuatro años de cárcel por el Juez de Jadraque el reo conocido como Vicente Fortunato fue conducido el 28 de julio de 1829 al penal de Málaga.
Aquí debería de acabar la historia de Fortunato pues, posteriormente a su liberación, fue perdida su pista al haber marchado con toda probabilidad al país del que procedía.
La leyenda dice que, por mediación de un funcionario de prisiones, Fortunato se puso en contacto con Don Pedro Górriz a quien le dio una muestra de la beta de plata pura, haciéndole saber que era conocedor del lugar donde se encontraba un rico y basto yacimiento a cielo abierto. La propuesta del hojalatero fue que si le hacia las gestiones oportunas para el indulto de la pena que le restaba por cumplir, le haría conocedor de aquel lugar que está. En un rincón de Castilla junto a unas ruinas yertas, reinando en horizonte altiva al pie de una sierra esbelta, entre Ocejón y el Otero, allá ese pueblo se encuentra…

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Actualmente, existe un monolito ubicado en la plaza Mayor del pueblo de Hiendelaencina y que, originariamente, se hallaba en el lugar donde se cree que se encontró la primera pieza de plata nativa, en el camino de la Perla a la mina de Santa Cecilia.
La historia, a partir de ahí ya se encarga de registrar oficialmente que el descubridor de dicho lugar, de fecundos yacimientos de plata y otros metales menos nobles, le cabe el honor de ser a Don Pedro Górriz Artacoz, que en uno de sus recorridos por la zona norte de Guadalajara se “tropezó” con una veta a cielo abierto en aquellos bellos y ocultos Parajes de la Sierra Norte.

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Astro noble sus rayos vida crean cercana
al planeta elegido da luz y sombra arcana,
antes de que girara la fe copernicana
te adoraban en tiempos de una era lejana.

Venerado al inicio y a la postre cachano
cubres cabeza altiva del fatuo ser humano,
precursores de miedos de un dios justo y tirano
la conciencia fue oculta, opio queda en su mano.

El orbe tú alumbraste de explosión acertada
los dioses no nacidos buscaban la alborada,
en la Tierra quedó ya la vida asentada
ahí siempre estarás pues sin ti no habrá nada.

¡Oh dioses adorados! Del nimio ser humano
fuisteis los inventores de usar su nombre en vano,
hasta que las razones del juicio darwiniano
demostraron que el Sol es el dios más decano.
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Antonio Nieto Bruna​

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Ya llegó tan sutil
hermosa y amorosa primavera,
flores mil por abril
ataviada y ligera
con olor y color a oda campera.​

Llegó la primavera,
acicalada de color sutil
mayo tiempo febril,
amorosa y sincera
rubor tan juvenil,
germina flor certera
al paso inexorable de la espera,
razón de ser la ungiera
incierto azar pensil
temor tuviera al deshojar pudiera
amor con si, se busca aunque es pueril.

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Llegó la primavera,
alegremente muestra el colorido
su inicio es contenido
viene afán con quimera
idílico y florido,
ofrendando venera
la modestia en su cáliz abatido
es tan frágil y austera
tiene aroma lucido,
augurio de una vida pasajera
su tornasol es mágico y bellido.



Llegó la primavera,
olvidado quedó el gris atavío
sale el rayo con brío
caliente es luz ligera
llena el espacio umbrío,
alegre es flor coplera
ventana abierta al nuevo desafío
entra el alba certera
lame el fresco rocío,
el viento al polen da gracia altanera
salen brotes con gozo y albedrío.



Llegó la primavera,
atrás un rayo se quedó anodino
sale en pos del camino,
abril la hace rociera
zalema hará al destino
usa aroma ligera
corazón inocente y clandestino,
en su gracia sincera
nada hará que el olvido
arraigue en los caminos altanera,
sabiendo que su aroma dio al descuido.



Llegó la primavera,
avala al campo su color festivo
surtió de olor furtivo,
al alba en la pradera
mandó el rojo alusivo
al trigo en surco espera
paciente a su amarillo persuasivo,
onírica y ligera
lento es el objetivo
alcanzarlo en el tiempo ella quisiera,
siempre pudiera ser, definitivo.



Llegó la primavera,
al paso del invierno gris y frío,
prímula del rocío
radia luz altanera
incita al amorío
mientras la tarde espera,
adorna con su luz el desvarío
viene noche viajera
en su ciclo tardío
recibirá a quien tanto la venera,
anuncia la llegada del estío.



Llegan las golondrinas
por lontananza vuelven a sus nidos,
en ellos adivinas
los balcones ungidos,
con tan alegres aves peregrinas.



Antonio Nieto Bruna
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Orgullo con vanagloria
suele mirar por encima,
banal aire de victoria
será si alcanza su gloria.
Solo acabará en la cima.

Si los triunfos y el poder
tientan al hombre ambicioso,
la avaricia habrá de ser
lo que el mundo ha de temer.
Solo queda el codicioso.

Quien grandes logros mostrase
de otro su esfuerzo usurpado,
por contra se pavonease
sin reparo lo ocultase.
Lleva en conciencia el pecado.​

Antonio Nieto Bruna
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Si con cambio no hay recambio
¿Para qué quieres cambiar?
Cuando se hace un intercambio
habrá algo que ganar.

En la chepa se te cuelgan
los que siempre quieren "dar",
cuando las razones huelgan
su interés es el robar.

Para qué quiero recetas
de quien no sabe soñar,
en su mente sólo hay metas
del poder acaparar.

Pues al tener su ocasión
su afición fue el provocar,
causa de la aberración
que no quieren aceptar.
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Antonio Nieto Bruna​

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La noche inerte
duerme silente con claro y bruna,
busca su suerte
cuando oscurece inoportuna
y se divierte

por entre alguna
estrella y nube, sale y revierte
fatua y moruna
brilla en la noche donde se advierte
la anular luna.

La noche inerte busca su suerte
y se divierte por entre alguna
fatua y moruna anular luna.
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Antonio Nieto Bruna
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Donde reina el amor, las leyes sobran
pues no es norma el juzgar lo que es decoro
cuando aprendes a dar las reglas obran
donde reina el amor, las leyes sobran.

Quienes cumplen lo dicho no zozobran
entre mares de mal y su indecoro,
donde reina el amor, las leyes sobran
porque deja la dicha que es tesoro.
​

Antonio Nieto Bruna​

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Quien tanto ambiciona, ¿qué debe escoger?
¿Regir o poder?
El que a lo más alto quisiera llegar
¿Es para medrar?
Cuando el propósito se quiere alcanzar
tu verdad tendrás siempre que sentir.
Con mucho pesar yo debo decir,
regir o poder ¿Es para medrar?

Dijo el marinero cuando al navegar,
quien busca distintas vías a seguir
dará la ocasión para corregir
esa ruta que antes se pudo evitar.

Desde el camarote no ven tempestad
dejan el timón solo a zozobrar,
facheando las naves por la tempestad.​

Si de la nada venimos
y a la nada volveremos,
creo no nos quedaremos,
pues por lo tanto intentemos
que no nos dejen ocultos
en confusos pensamientos,
entre los hechos convulsos
entre los actos inciertos,
de los que piensan que el tiempo
se detendrá en el momento
en que soñar sea cierto
y ya nada será un cuento,
en la noche están ocultos
con los malos pensamientos
albergando sufrimientos
esos sueños incompletos.
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Antonio Nieto Bruna
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Si el final acechando está silente,
unas veces tardío otras temprano
con el libre albedrío de tu mano
te llegará aunque apeles a la suerte.
Ocultos sentimientos de la mente
la razón nunca a de quedar resuelta,
piensa que el peaje de la vuelta
siempre se lo ha de cobrar la muerte.
​

Antonio Nieto Bruna
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¿Si tus nalgas rimasen podrías elegir
entre Onán o escribir?
¿Es Edipo el motivo por lo que has de mirártela?
¿O prefieres pelártela?
Tu versar infantil la razón podrá dártela
si con la frustración tuvieras la ocasión
de con la rima exacta hacer innovación.
Entre Onán o escribir, tú prefieres pelártela.
No seré yo quien tu razón deba quitártela,
con la manus stuprare ve con la exposición
que te rían las gracias de tu chusca afición
de onanista cuestión, que es la de meneártela
Para que te respeten siempre has de respetar
tu forma algo grosera yo debo cuestionártela,
tu crítica la acepto pues me hace mejorar.