1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. El amor, insuflando al mundo aliento,
    le dará la ilusión que le es carente.
    Ante la seducción, se hará presente
    mientras fluya tan lívido y sediento

    obtendrá de su fruto la simiente
    regada con placer y sentimiento.
    En el alma radica su sustento,
    sustento que es anhelo y luz ardiente.

    Brioso, fugaz, eterno, brisa o viento,
    ocasiona un estado diferente
    natural o quizás ambivalente
    dispone en la virtud su honor exento;

    antepone verdad a lo aparente,
    deja toda razón en su argumento.
    Ética, reflexión, conocimiento,
    se baten con el alma y con la mente.

    Ante cualquier pasión, pondrá su acento;
    frente al mal nunca queda indiferente.
    Entonces, ¿su locura es conveniente

    cuándo fuese banal el pensamiento?
    Transmitiendo ternura simplemente
    obnubila su luz, al desaliento.

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  2. ¡Qué no sea verdad esto que estoy leyendo!,
    ¡qué en la noche mi insomnio me haga ver pesadillas!,
    ¡qué con la madrugada se acabe el sueño horrendo!,
    ¡qué en la noche se oculte la conciencia hecha astillas!

    Yo no entraré a juzgar actos del ser humano,
    yo no seré el que tire esa primera piedra,
    yo no podría hacer leña de árbol lejano,
    yo no quiero el por qué de lo que en mi alma medra.

    Yo tan solo quisiera que en un día lejano
    cuando ya aquí no esté, que de mi otros se acuerden,
    y que sean aquellos seres los más cercanos,
    y si fuesen lejanos buenos actos recuerden.

    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©
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    A Cat Crawfield le gusta esto.
  3. Versos con desazón no calman el dolor,
    ayudan a mitigar
    si cuando al recordar a quien te dio su amor
    en el alma has de llevar
    dentro de tú corazón.
    Si pudiera la ilusión
    pedirle a la razón que ilumine a los sueños,
    seríamos nuestros dueños
    en negar toda aflicción.

    Entre fugaces pasan estelas por la mar
    y como efímeras olas
    se aleja todo sueño que rompe al empezar.
    Al son de las barcarolas
    con ritmos de esta canción
    que boga en mi inspiración
    quiero al amanecer hacer de mis anhelos
    que todos esos recelos
    se queden en reflexión.

    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©
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  4. Unas dejan veneno con su nombre
    no habría hombre.

    Los otros utilizan su hipocampo
    en el campo.

    Donde escuchando se viera ceguera
    estuviera.

    Tiene el enigma máxima certera
    pues se encuentra en el refrán el sentido,
    si todavía no viste ni oído,
    no habría hombre que en el campo estuviera.​
  5. Solo sé que no sé nada
    Sócrates


    Solo sé que no sé nada
    quien nada sabe, sabe algo...
    la virtud si es ilustrada
    hace prudente al hidalgo.

    La razón está obligada
    con ironía me salgo,
    solo sé que no sé nada
    quien nada sabe, sabe algo.

    Otorgándole el oráculo
    libertad a su albedrío
    en su lenguaje vernáculo
    razonó con desafío.

    Arquélao fue pináculo
    y la fuente de un gran río.
    Otorgándole el oráculo
    libertad a su albedrío.



    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©
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  6. El cerdo siempre busca el cieno
    encuentra gozo untado en mierda
    y oculto en heces luce obsceno
    su andar y estar de forma lerda.
    ¿Será su olor tan poco ameno?
    ¿A quién será que me recuerda?
    El cerdo siempre busca el cieno
    encuentra gozo untado en mierda.


    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©

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  7. Entre el oscuro rincón de mi mente
    vagan fantasmas de un mundo perdido
    pasan callados mirando a la vida
    donde se aloja el silencio dormido,
    ese que guarda egoísmo y miseria
    lacras dispares de horror consentido.
    Cuando su fruto es la muerte y la guerra
    ante los sueños no existe el sentido
    entre el oscuro rincón de mi mente
    donde se aloja el silencio dormido.

    Busco y no encuentro verdad que me diga
    que esto tan solo es incierto y fingido
    y entre su altar él por siempre se esconde
    cuando el humano se cree escogido,
    fuera que entonces por ello su rezo
    piense que vale el perdón merecido,
    ese que eleva con sus indulgencias
    falsas promesas de un ser afligido.
    Busco y no encuentro verdad que me diga
    cuando el humano se cree escogido.

    Hasta su límite extremo posible
    mide las ansias del ego tenido,
    simple cuestión de mirar a la historia
    hace que el hábito aplique el sentido.
    Entre el azar se camufla el recuerdo
    y entre el recuerdo quedó lo querido
    pues el placer que se encierra en la vida
    nutre de amor al orgullo sufrido.

    Hasta su límite extremo posible
    hace que el hábito aplique el sentido.
    Hechos ocultos que a su alma empobrece
    ponen en juicio con tiempo debido
    otras cuestiones que dan al humano
    ese momento que queda en olvido,
    puesto que el mundo es tan solo un fragmento
    de este infinito universo perdido
    entre los astros es solo un retazo
    fresca pintura de azul colorido.

    Entre el oscuro rincón de mi mente
    donde se aloja el silencio dormido
    busco y no encuentro verdad que me diga
    cuando el humano se cree escogido,
    Hasta su límite extremo posible
    hace que el hábito aplique el sentido
    hechos ocultos que a su alma empobrece,
    ese momento que queda en olvido
    entre el oscuro rincón de mi mente
    cuando el humano se cree escogido.

    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©

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  8. ¿Sueño o realidad?

    Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia, si los sueños con la oscuridad coinciden al transitar, se ha de recapacitar, si el soñar despierta la conciencia. Mas quien no se sienta libre de inocencia, la pena deberá de purgar, pues los sueños en verdad nunca se sabrán si son o serán, mera coincidencia.

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    Prólogo

    Su niñez transcurrió entre casas de acogida y correccionales, recibió una selecta educación, con los mejores profesores en ciencias de la apropiación del bien ajeno, teorías de la subsistencia y lengua gramatical urbana, en las aulas de la calle, la cancha de basket y en salones de billares, en aquel distrito neoyorquino donde, la gran nación de las oportunidades escondía la pobreza, el desarraigo y la marginación de todas aquellas mezclas de razas y culturas llegadas de diversas partes al “paraíso” y donde cualquiera podría conseguir alcanzar su sueño, pues las diferencias de clases sólo eran mera propaganda antiamericana de unos pocos que en panfletos se encargaban sobre todo en festividades señaladas, de plasmar irrealidades que sólo ellos veían. Según claro está, el aparato de contra propaganda del sistema, instaurado felizmente para que unos pocos viviesen desahogadamente a costa de la inmensa mayoría y con el lema “Tanto tienes tanto vales”…
    Su tutor el desamparo y su madre la miseria se encargaron de terminar de darle la educación que precisaba para que la vida le deparase un futuro oscuro e incierto.
    Era un joven desaliñado con mirada desconfiada y orgullosa, reflejo de quien se hace a sí mismo y de quien vive a costa del hurto, cambalaches y venta al por menor de droga.
    Se había ganado la posición privilegiada de camello de confianza del proveedor que distribuía la droga entre los pequeños traficantes de la zona, con la fama que le daba el saber que de una o de otra forma siempre cobraba la mercancía que pasaba y a costa de mantener a raya al resto de colegas que merodeaban por su distrito, ubicado en una manzana donde no podía faltar uno de los mejores focos de creación de negocio estable, pues la clientela tenía algo necesario para caer en las redes tendidas en su puerta, tal como la curiosidad, la rebeldía y ese mal que termina corrigiendo el transitar de los años; el de la falta de experiencias dada por la vida inherente al escaso paso del tiempo, combinado con la falta de escrúpulos de quien se aprovechaba de aquellos jóvenes que cursaban estudios en una de las escuelas de Brooklyn.

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    Sus días transcurrían con la monotonía repetitiva del desfile de esos potenciales clientes y de los habituales drogadictos que merodeaban su puesto de venta detrás de la escuela en el desolado y antiguo moto-cine donde aparcaba su viejo Chevrolet del 56, restaurado y reparado de una forma perfecta y con un don para la mecánica que muchos profesionales envidiarían, con piezas a veces casi artesanales adaptadas por él mismo de otros viejos vehículos del desguace, donde estuvo empleado durante un tiempo no muy prolongado, justo el periodo necesario para cumplir la condicional, una vez que fue puesto en libertad -requerimiento exigido por su mayoría de edad-. Al menos de algo le había servido los cursos de mecánica que recibió en su estancia en el correccional del condado.
    De vez en cuando se acercaba algún estudiante de literatura española a platicar con él, lo que rompía algo su rutina al consentir el juego de algún avezado estudiante que le ponía en un brete cuando entraba en profundidades en la práctica del idioma de Cervantes y que comenzó aprendiendo en el barrio donde todos sus vecinos eran hispanos y siguió practicándolo con sus compañeros puertorriqueños del correccional, la gramática se la enseñó un anciano maestro de literatura castellana de aspecto y compostura machadiana, tan parecido al poeta que a simple vista era una reencarnación casi exacta de don Antonio, con la diferencia, claro está, en el idioma que enseñaban.
    Capítulo I
    Era un monótono día como cualquier otro de mayo del 79, mientras se desayunaba con una botella de Four Roses, unas cuantas pastillas de nuevo diseño, que su proveedor habitual le suministró como algo sublime. -Quien lo probaba era elevado al séptimo cielo- Con Breakfast in America, de Supertramp, sonando en la radio transistor de su vehículo y un viejo amarillento libro de poemas, recuerdo del anciano profesor del correccional, quien le inculco la afición a la lectura del arte de Joyce, Eliot, Poe, Lorca o Calderón, y que guardaba celosamente, pues en tales ambientes podría ser motivo de pérdida de autoridad andar leyendo tales ñoñerías. Fue una etapa muy fructífera para él, en lo que se refiere a su intelectualidad, pues sus ansias de conocimientos y sus ocultas inquietudes artísticas, junto a su innata y extraña forma de absorber conocimientos generales, en función del ánimo con el que se levantase cada día, le dio una cierta cultura de la que se guardó mucho utilizar, para adaptarse a la comunidad, que en su subconsciente, echaba en cara no haberle dado una infancia y adolescencia al menos con las mismas oportunidades que a los demás. Por lo que su frustración le llevaba a querer conseguir de esa sociedad, fácilmente, lo que en su día le negó, aunque para ello, en ese descarriado camino, tuviese en algún momento que llevar a la perdición a alguna que otra alma inocente.
    De pronto, vio entre una especie de neblina matutina, cómo se acercaba a su puesto ambulante un nuevo personaje, no fichado por su memoria fotográfica, por lo que la precaución le hizo tomar las medidas que tenía de antemano planificadas. Agarrando las bolsas de polvo blanco, las introdujo a través de uno de los huecos, algo más grande que el resto, al estar cortado un par de laterales, de dos de las rejillas, de aproximadamente 40 pies de largo y 30 pies de ancho, algo oxidadas, por donde podía introducir las bolsas sin temor de no volver a recuperarlas y cubierta por el lateral del viejo Chevrolet, quedando colgadas de un fino e invisible hilo.
    El personaje desconocido al llegar a la altura del traficante y sin ningún tipo de preámbulo le preguntó:
    -¿Qué serías capaz de hacer por los demás si tuvieses más dinero del que pudieses malgastar?
    Una vez que salió de la estupefacción, provocada por la inesperada pregunta realizada por el misterioso personaje, le indicó amablemente… Agarrándole de la solapa:
    -O me compras, o te esfumas.
    -OK, ya me voy, pero antes te diré que de todo lo que te encuentres tendrás que invertir parte en los demás, de tal forma que la rentabilidad de tu inversión, perdure en el beneficiario o de lo contrario, por cada día transcurrido sin hacerlo, envejecerás diez años, pues has de saber que...

    Aguardando el final surge silente
    unas veces tardío, otras temprano
    la elección cuando no va de tu mano,
    aunque se apele siempre está presente.
    Ocultos sentimientos de la mente,
    serán razón y sino del humano
    se saldarán las cuentas siempre en vano
    en el justo momento de la muerte.
    Sabiendo que es efímera la vida
    no se podría hacer nada en su amparo,
    vivamos sin pensar en la partida.
    Cuando se siente todo el desamparo
    de la parca acechándole a tu herida,
    no busques lo que no tiene reparo.

    Sin más atención a dicho personaje, que la de una leve sonrisa de desprecio, se encaminó a la rejilla a recuperar el alijo astutamente escondido. Al tirar del nylon, lo notó tan tenso, que pensó que se había atorado en alguna grieta del oscuro sótano, pero al ver que, aunque pesadamente seguía recuperando el hilo, siguió tirando hasta que extrajo las bolsas, viendo que el blanco inmaculado de la coca había cambiado su color por un reluciente y brillante color dorado.

    Después de la primera impresión, provocada por tal inexplicable acontecimiento, y sin terminar de salir de su perplejidad, sacó una linterna del maletero de su vehículo para inspeccionar el oscuro sótano. Pensaba que alguien le intentaba gastar una broma pesada, viendo por las cuadrículas metálicas que, en dicha oquedad, no se encontraba ni un alma, se dispuso a comprobar de qué estaba compuesta dicha materia, que misteriosamente había cambiado de color y de peso. Al no tener total seguridad de su grata sospecha, se dirigió al usurero del barrio, un judío afamado en la compraventa de oro y diamantes o de todo lo que pudiese obtener una beneficiosa y abusiva rentabilidad. Éste, le vino a confirmar que efectivamente lo que tenía en sus manos era oro, dejando atrás la sospecha tenida hasta entonces de que la manipulación de la droga le había provocado algún tipo de alucinación.
    Realizó el oportuno trueque con el usurero, del oro, por el equivalente a su valor monetario en el mercado del mundo del comercio negro.

    Aprovechando la cita que tenía con su amigo Arey, se dispuso a “cerrar el quiosco” antes de la última ronda habitual de los rezagados, pues tenía suficiente para pagar a su proveedor y pasarse unas cuantas noches de juerga y lujuria, pero antes, su escepticismo, curiosidad, avaricia, o un cóctel de todo ello, le llevó a volver a repetir el proceso introduciendo otra pequeña bolsa con polvos de talco en el interior de la rejilla. Alumbrando con la linterna de mano al interior del oscuro sótano, para intentar, otra vez sin éxito, localizar a quien le hacía tan extraño cambio, se dispuso a extraer la bolsa viendo que el peso de la misma no era el adecuado al peso que esperaba. Al llegar a la rejilla, la bolsa se enganchó. Al intentar liberarla introdujo el dedo meñique y así pudo recuperarla.
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    En ese momento, se produjo un leve resplandor. Retiró de inmediato la mano y vio que entre la uña y la carne había un familiar color dorado, confirmando su sospecha pero no como él la había concebido sino de una manera que todavía no alcanzaba a comprender, para lo que hizo una última introspección en su yaga particular del ver para creer, introduciendo un pequeño saquito que utilizaba a modo de cajita de rape, donde guardaba la droga para su propio consumo y que contenía una bolsa de cocaína y una china de hachís. Una vez realizado el proceso de la alquimia vio que funcionó. Se sentó en su viejo auto, pensativo, deshaciendo un cigarrillo rubio. Una vez preparado y extendido en una hoja de liar tabaco se dispuso a extraer del papel de plata, la pequeña piedra de chocolate, sin apenas fijarse en lo que hacía, en un proceso casi automático. Al intentar desmenuzar la piedra notó cómo se le clavaba en la dura epidermis de los dedos; fijándose más detenidamente, vio que seguía teniendo la piedra en la mano pero transformada en una piedra de diamante.
    Sin tiempo que perder, se dedicó a comprar toda la droga que pudo entre los camellos conocidos, incluyendo a su habitual proveedor, al que convenció de que tenía un comprador dispuesto a pagar de inmediato todo el “oro” del mundo por la droga que le llevase. Le pasó el último alijo recibido, con la total confianza de recibir de él, el beneficio prometido. Con un adecuado cortado de la misma, obtendría un incalculable beneficio “limpiamente”. No perdió ni un instante en ir con todo el botín a su laboratorio de alquimia improvisado donde, para realizar lo más rápidamente el proceso de transformación, quitó una de las múltiples rejillas, engarzadas entre sí y fijadas para
    más seguridad por unos robustos tornillos. Terminada tan fructífera labor, engarzó otra vez las rejillas, sin perder más tiempo en asegurarlas con los tornillos.
    De camino, desde la tienda de antigüedades del usurero hacia su casa, donde había quedado en recoger a su amigo Arey, para ir a celebrar su doctorado, sólo le rondaba una idea por la cabeza y era la total seguridad de que el proceso de transformación, por no se sabe qué arte de birlibirloque, producía dicha transmutación, sólo con la droga, pero sin embargo la bolsa de cocaína ya preparada con su adecuado cortado, había sido transformada en polvo de oro en su totalidad.
    -Bueno, para qué darle más vueltas, lo importante es que funciona como funciona y de ello me estoy beneficiando -se decía para sí mismo.
    Tres días después, se despertó en la cama de una suite, en un lujoso hotel, con el recuerdo que le llegaba del último poema que escribió a modo de lamento de un Segismundo urbano, encarcelado entre las rejas que él mismo se había fabricado.

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    Conjura la noche oscura agorera
    el miedo es oculto nos llega ligero,
    pues siempre la umbría quedará certera,
    cuando pasa el tiempo en el minutero.
    La pena se arropa con su manta negra
    quedándose oscuros profundos secretos,
    del alma la luz ya se desintegra
    cuando cohabitan con sueños discretos.
    A ti dulce musa del verso dormido,
    confieso que un día mi alma fue testigo
    de aquello que en vida me dejó dolido.

    Con mi pensamiento algo reprimido
    si vivo
    ¿Por qué de éste alma me encuentro cautivo?
    En el sueño oculto y desconocido
    descubro
    un mundo perdido donde yo elucubro.
    ¿Quién dará calma a este sin sentido?
    El tiempo,
    pretérito queda si llega a destiempo.
    ¡Noche!, deja al sueño que busque el olvido
    perdido,
    entre la razón que tanto persigo.
    Desvelos me atrapan ése es mi castigo,
    si vivo descubro el tiempo perdido
    a ti dama oscura con pesar te digo.

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    Encaminándose directamente a la bañera con la vista nublada por la resaca tan monumental que tenía, después de darse un reconfortante baño se incorporó y al salir, vio en el espejo que su melena negra estaba totalmente teñida de un color gris ceniza.
    Sin darle tiempo a pensar sonaron unos golpes en la puerta de la habitación. Se dirigió hacia ella, envuelto con la toalla de baño, sin ni siquiera preguntar, pensando que sería su amigo, que le visitaba para interesarse por la resaca que en ese momento le tenía aturdido. Abrió la puerta y vio al misterioso personaje que se le había aparecido “tres días” antes.
    -Veo que has decidido vivir la vida corta e intensamente. Yo no seré quien te lo recrimine ni quien te lo alabe. Ya sabes lo que tienes que hacer para abastecerte de todo lo que tu imaginación alcance a desear.
    Inmóvil y tratando de digerir todo lo que le estaba ocurriendo, con todos sus músculos paralizados por el miedo y por la inexplicable situación en la que se encontraba y que su conciencia empezaba a digerir, veía desaparecer por el largo pasillo a esa ya familiar repentina aparición, con un melódico recitar de fondo…


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    En los sueños la razón
    se diluye si al dormir,
    con buscar explicación
    despertando has de sentir,

    si en los sueños se quedó
    todo aquello en el olvido
    y si no se recordó
    de nada el sueño ha servido,

    si en la noche se ocultaran
    los malignos pensamientos
    y en el alba despertaran
    los sueños con sus lamentos,

    en la tierra no cabrían
    quien de los sueños viviesen,
    otro mundo soñarían
    los que ambiciones tuviesen.

    El camello cincuentón envuelto en el albornoz, se dirigió a la boutique que había en el propio hotel, para vestir su cuerpo. Estaba totalmente transformado por el decadente y vertiginoso paso del tiempo, con caminar dubitativo y aturdido en un shock producido por la todavía inexplicable transformación y por las palabras que le seguían retumbando en la cabeza, de aquel loco que ya no sabía si se le aparecía en una pesadilla provocada por el alcohol y las drogas, o si era real.
    En su caminar dubitativo todavía le iba resonando la voz de su inseparable pesadilla, como si el ambiente musical del hotel estuviese conectado directamente a su subconsciente…

    La noche se abre paso y el día poco claro
    quiere llorar su locura,
    esconder sus cadenas, gritar su desamparo.
    ¡Por qué la noche es oscura?
    ¡Por qué el alba nunca llega?
    ¿Y por qué la razón ciega
    no mitiga la herida y calma esa amargura?
    ¿Es la noche la tortura?
    ¿Es el día quien sosiega?

    Capítulo II
    Con un traje príncipe de Gales, zapatos de charol, camisa negra, corbata blanca a juego con el pañuelo de bolsillo y la cinta que rodeaba el sombrero, se dispuso a salir hacia su destino transformado en seudo elegante gangster de baja alcurnia, aunque con el mismo gusto hortera por el vestuario elegido que “tres días” atrás tenía por sus desaliñadas y amplias ropas de marca de mercadillo.
    Al salir a la gran avenida, de repente se dio cuenta que estaba en otra ciudad, pues no reconocía las edificaciones que le rodeaban, entre una densa mezcla de polución, neblina matutina y halo de misterio todavía sin resolver, se encaminó a un amplio centro donde parecía que se habían concentrado todas las tiendas, cines, recreativos, restaurantes y salas de fiestas de la ciudad. Al pasar por un escaparate de una tienda de audiovisuales, se paró a observar la cantidad de aplanados y descomunales televisores que había, deteniendo su mirada al observar en uno de ellos un edificio que le parecía bastante familiar donde se observaba movimientos de ambulancias y bomberos, de repente se quedó petrificado cuando leyó en un rotativo que salía en la parte inferior de la pantalla:

    ÚLTIMA HORA. Al menos 10 estudiantes, entre 14 y 17 años, han sufrido un accidente en la mañana de hoy sobre las 9:30 cuando una rejilla cedió al paso de ellos junto a una escuela de Brooklyn, cayendo en el sótano que cubría la rejilla.
    Inmediatamente se dirigió hacia la escuela pensando lo poco que le había durado la gallina de los huevos de oro, sin terminar de leer el final del rotativo donde indicaba...
    “N.Y. Friday, May 22, 2009”
    Al llegar al lugar del accidente vio entre una especie de nebulosa, el movimiento continuo de ambulancias entrando y saliendo, un destacamento del cuerpo de bomberos y un cordón policial que impedía el paso a curiosos.
    Uno de los voluntarios que llegó de los primeros al lugar para auxiliar a las víctimas, ya retirándose al pasar cerca de donde se encontraba aquel personaje con tan llamativa vestimenta, no pudo por más que fijarse en él, llevándose una sorpresa al comprobar que aquel rostro le era muy familiar, se quedó parado mirándole, se acercó y le preguntó.
    -¿Johnny? Tú eres Johnny Derek ¿No?
    -Sí, y tú, ¿quién eres?
    -Arye. -¿No me recuerdas? No me extraña, hace tantos años que desapareciste que te has olvidado hasta de tus viejos amigos.
    -Johnny. -¿Arye? ¡No puede ser! ¿El martes pasado no es cuando teníamos que haber celebrado tu doctorado?
    Después de una carcajada, le indicó al agente que dejase pasar a su colega.
    Se fundieron en un abrazo como si hiciese décadas que no se veían y se dirigieron hacia la zona del accidente donde quedaban los bomberos acordonando la zona con vallas y la policía científica realizando las investigaciones oportunas.
    -Arye. -Éste era tu “puesto de trabajo” Como ves es de lo poco que no ha cambiado. En mal momento llegas para recordar viejos tiempos. ¿Se puede saber dónde te has metido durante todos estos años? Me dijeron que le desvalijaste toda la droga a tu contacto
    y que dieron buena cuenta de ti y por otro lado que te fugaste a Europa huyendo de la mafia.
    -Johnny. -Es una larga historia que si hay alguien que pudiese intentar creerla serías tú. Ya te la contaré, pero antes me gustaría que me llevases a mi casa, si es que todavía existe. Espera, me ha parecido oír algo en el fondo del sótano. Acercándose, se agachó para escuchar, a su vez introdujo la mano en el bolsillo de la americana y sacó algo que ocultaba en su puño, introdujo la mano con disimulo en el hueco abierto por la rejilla caída, e incorporándose le dijo.
    -Vamos, ha sido una falsa alarma. Mientras se dirigían a su “antigua” casa examinó, el interior de la bolsa que ocultaba en su mano y que contenía un sobre con coca, averiguando que su particular piedra filosofal ya no seguía realizando su alquimista transmutación.
    En un barrio residencial a las afueras de la ciudad, de viviendas unifamiliares rodeadas de jardines y césped bien cuidados, al llegar a su vivienda rodeada por una valla de tablas de madera montadas en vertical y con la pintura roída por el paso del tiempo, vio que era lo único que se parecía al antiguo barrio de humildes casas de emigrantes que llegaban a su primera etapa donde unos encontraban sus sueños y otros sus lamentos.

    Destino oculto penumbra negra
    oscura cae la tarde incierta
    quedará muerta si el día acierta
    noche se va, alba se alegra.

    Ocaso negro noche de espera
    sombra nocturna trae el desvelo
    pasa el tiempo no llega el consuelo
    sueño o visión noche certera.

    Tenue tú asomas llegando bruna
    cubre el fulgor su sentimiento
    licantropía trae la luna.

    Trasnocha el manto con paso lento
    noche estrellada inoportuna
    pasan los sueños queda el lamento.
    -Arye. -Aquí la tienes, a los siete años de tu desaparición me llegó una notificación en la que me decía que me hacías heredero universal de todos tus bienes, como tenía la certeza de que algún día vendrías, no quise deshacerme de tus pertenencias.
    -Johnny. -¿Y el Chevrolet? ¿Qué hiciste con él?
    -Arye. -Voilá, ahí lo tienes, en el garaje donde lo dejaste la noche en la que fui a recogerte para llevarte a mi fiesta, mira que me han ofrecido dinero por él, pero aquí está intacto.
    -Johnny. -Por mucho que te hubiesen dado no te habrían pagado su valor.
    -Arye. -Lo sé, amigo. Sé que era una joya para ti.
    -Johnny. -No, no lo sabes.
    Agarrando las llaves del contacto se dirigió al maletero donde había un arcón bajo el fondo del mismo cubierto con una alfombrilla, abriéndolo con la llave que llevaba colgada al cuello. La cara de su amigo quedó petrificada, cuando de él extrajo uno de los diez maletines de cuero y abriéndolo le enseñó su contenido, un millón de dólares.
    Capítulo III
    Arye consideraba a Johnny su hermano mayor. Se criaron juntos en una casa de acogida donde fueron utilizados principalmente de mano de obra barata, hasta su separación, forzada por el ingreso de Johnny en el reformatorio, al ser acusado de robo por la familia donde estaban acogidos. Poco después, Arye fue devuelto a los servicios sociales de la ciudad, alegando su debilidad y poca salud lo que les ocasionaba unos gastos extras que no podían afrontar. Tal decisión le supuso un golpe de suerte, pues fue adoptado por una pareja que había perdido toda esperanza de concebir hijos y aunque sin grandes lujos le dieron el cariño y la educación que necesitaba.
    A los dieciocho años Johnny salió del correccional del condado, su don para el liderazgo y su contacto con la mafia de la droga por mediación de un sobrino de uno de los capos que en el correccional fue su protegido, le hizo poco después hacerse con la reputación ya conocida en el submundo de la droga.
    A Arye, por el contrario, le seguía acompañando la mala suerte. Sus padres adoptivos morían en un accidente de circulación y aunque tenía la beca de estudios, se hubiese visto abocado a dejarlos pues no habría sido capaz de afrontar todos sus gastos con un trabajo de media jornada, fregando platos en el restaurante de comida rápida en el que trabajaba para ayudar a sus padres. Fue gracias a Johnny que dedicó parte del dinero, fácilmente obtenido, para pagar la estancia en una residencia de estudiantes lo que permitió a Arye dejar aquel cutre restaurante y dedicarse a sus estudios de medicina
    en una prestigiosas universidad. De esta forma, pudo dedicar todo su tiempo a estudiar, sin tener necesidades que le obligaran a trabajar para costearse sus gastos. Una vez licenciado, Arye decidió comenzar su carrera en los servicios sociales especializándose en la asistencia a los drogodependientes. Hasta después de su graduación no llegó a tener la certeza de dónde sacaba su amigo el dinero, para que pudiese completar sus estudios, por lo que consciente o inconscientemente, se dedicó a intentar devolver la ayuda a quienes anteriormente se la habían prestado. Posteriormente le contrataron en el Centro Luterano Médico, llegando a alcanzar una cierta reputación, en la actualidad era director del pabellón de Neuropsiquiatría.
    Después de unas cuantas cervezas, Johnny se decidió a contar a su viejo amigo su increíble historia, con la promesa de antemano de que no le escucharía desde su posición habitual de terapeuta, que mira desde una silla a quien le cuenta sus penas y tribulaciones tumbado en un diván de cuero, sino con la atención que pudiera prestar aquel niño que le consideraba su hermano mayor y su única familia.
    -Arye. -La verdad amigo que me dejas perplejo, pues no es que no te crea, pero me han enseñado que todo tiene una explicación y de momento no soy capaz de encontrar ninguna a tu relato, sólo se me ocurre pensar en aquellas letras que un día de un amanecer melancólico compusimos para una canción que finalmente se quedó escondida en algún cajón como uno de los tantos proyectos que permanecieron en nuestros sueños y que aún conservo en mi memoria.
    Quiero en mi sueño sentirme seguro
    cuando despierto yo toco el presente,
    puede el pasado se quede en futuro
    siento el mañana que llega silente.

    Quiero a la vida lanzarla un conjuro
    para cambiar el destino indolente
    porque el futuro no es algo seguro,
    siempre la espera se oculta en la mente.

    Y aunque la noche acentúa las dudas
    pueden que traigan los días quimeras,
    quedan razones presiento que agudas
    pienso que el tiempo con calma atempera.

    Cuando ilusiones de anhelos desnudas,
    luego no quieras las noches certeras.

    -Johnny. -No es necesario que lo intentes comprender de momento, sólo necesito de ti un favor.
    Agarrando uno de los maletines escondidos en el arcón del maletero y entregándoselo.
    -Johnny. -Si te fijas en la fecha de emisión seguro que no encontrarás ningún billete emitido después de 1979, aunque seguramente fuera de circulación. Como sabes, mientras no lleguen al Banco Central para su destrucción tienen total validez. Pero eso no es lo que quiero, quiero que dones como anónimo este dinero a tu hospital con la condición de emplearlo en la recuperación de pacientes drogodependientes.
    Después de una larga noche de amenizada charla, prácticamente convertida en monólogo al insistir Jhonny en que su viejo amigo le contase toda su vida y milagros y mientras hojeaba su antiguo libro de poemas, encontrado después de tanto tiempo, inconcebiblemente sobre la mesa del cuarto de estar a la vista de cualquiera, un profundo sueño se cernió sobre el incipiente amanecer.
    Las ausencias dejaron sus huellas en la mar
    caminos y senderos recuerdos quedarán,
    los pasos por el mundo serán peregrinar
    el tiempo y el olvido las huellas borrarán.

    Futuro con destino nos guardarán los pasos
    de esperas y mañanas a la postre mortal,
    su acecho persevera con trance los ocasos
    de oscura negra dama, silente y natural.

    Al andar por el mundo queda siempre el motivo
    de desandar caminos hechos a contrapié
    ¿Por qué entonces creer es acto reflexivo?

    El hombre al pensar dijo, - en Dios pongo mi fe -
    la evolución pregunta, -¿creer es negativo?-
    Digo yo. -¿Por qué Dios, la maldad no la ve?-

    Capítulo IV
    Lo primero que hizo Johnny al despertar fue ver el rectangular display de pared que tenía enfrente de su irreconocible cama y comprobar la fecha que indicaba en él “Saturday, May 23, 2009” Sintiendo la sensación agridulce de quien por un lado sabe que su conciencia le permitirá dormir y al despertar no encontrarse con la pesadilla de ver su rostro envejecido, y por otro la sensación de despertar de un profundo y prolongado sueño del que habría perdido los mejores años de su vida. Lo mirase como lo mirase veía su vida reflejada en el anverso y reverso de su jing-jang oculto tras su propio examen de conciencia.
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    A solas en examen de conciencia
    lloraré con mi pena efervescente,
    cuando noche con calma traiga ausencia
    quedará acompañada con mi mente.

    Todo eso que antaño despreciaste
    con tiempo te das cuenta que deseas,
    aquello que buscando no encontraste
    lo hallarás cuando menos te lo creas.

    La vida nos depara azares varios
    mas nunca nos revela su destino,
    caminos para algunos son calvarios
    mas otros del calvario hacen camino.

    La suerte que soñando está el mendigo
    al pudiente el azar en él revierte,
    mendigo deseando está de abrigo
    al pudiente abrigando está la suerte.

    Si al final a otro mundo va el creyente
    yo no voy por la fe que me excomulga,
    infierno de perdón está carente
    pecado con miseria se comulga.

    Si culpa de codicia se comulga
    el averno de gracia está carente
    ¿Quién irá si la fe no le excomulga?
    Al final a otro mundo irá el creyente.

    Al pudiente abrigando está la suerte
    el pobre deseando está de abrigo,
    al pudiente el azar en él revierte
    la suerte que soñando está el mendigo.

    De algunos el calvario es el camino
    en otros los caminos son calvarios,
    mas nunca nos revela su destino
    la vida que depara azares varios.

    Hallarás cuando menos te lo creas
    aquello que buscando no encontraste,
    con tiempo te das cuenta que deseas
    todo aquello que antaño despreciaste.

    Quedaré acompañado de mi mente
    cuando noche con calma traiga ausencia
    lloraré con mi pena efervescente,
    a solas haré examen de conciencia.

    A continuación, en el margen inferior de dicho reloj se situaba un televisor modelo plasma extraplano fijado a la pared, donde en el mismo momento del despertar, en ese lapsus que hay entre la inconsciencia del sueño y la conciencia de la realidad, comenzaba a emitirse una especie de espacio infantil a modo de cuenta cuentos, con un sugerente título…
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    “El cuento de los mendigos”
    Narrado por una profunda voz en off, decía.

    -Una gélida noche de frío invierno, tres mendigos a adecentar sus humildes camas se disponían, de cartones y una vieja alfombra su cutre alcoba se componía, les guarecía del viento que allí hacía un lúgubre rincón.
    Un hombre de edad incierta se acercó, sobre sus hombros de cuero negro un abrigo se sostenía medio ocultando un elegante traje que le vestía, del que resaltaba un aura blanca o quizás sería, la espesa niebla que se posó, provocando en los mendigos su atención.
    Dirigiéndose a ellos con voz profunda como si llegase de la ultratumba, un escalofrió por todo su cuerpo les recorrió.
    -Quien consiguiera, a una persona hacer feliz en el transcurso de una semana, caminando junto a él sin pedirle a cambio nada, un inagotable maletín de dinero tendrá al acabarla.
    Los tres pobres hombres incrédulos le contemplaron, quien parecía el más resuelto, le preguntó.
    -¿Cómo sabremos que no es broma?
    El personaje de abrigo oscuro y traje blanco, sacando un amarillento libro de su bolsillo leyéndolo les contestó;
    Según al mundo venimos
    comenzamos el camino
    como todo peregrino
    al andar lo descubrimos.
    Aunque el sino no elegimos
    nos dirá cuán adivino
    al cruzar nuestro destino
    que nos ha de deparar,
    nunca lo has de remediar
    el final siempre es mezquino.

    No por eso lo has de ver
    sin sacar algún sentido
    pues con sólo haber vivido
    lo tendrás que agradecer.
    El camino que has de hacer
    eres tú quien deberá,
    elegir quién andará
    contigo tu transitar
    ese que cuando al pasar
    siempre se recordará.

    Para qué tienes que andar
    rectilíneo el camino,
    al fin y al cabo el destino
    te dirá cuándo llegar.
    Nos debemos preguntar
    si es profano o es cabal
    el final siempre es igual,
    lo mismo llegan pudientes
    que el mejor de sus sirvientes
    o el que no tiene un real.

    En nuestro saber pensar
    nos decimos de algún modo
    convenciéndonos del todo
    que algún cielo ha de llegar.
    Para quien quiera abordar
    la verdad de aquel Tomás
    pretender quizás sin más
    que en el ver para creer
    en tu vida y proceder,
    la verdad encontrarás.

    Introduciendo la clave en el candado, el numero de la bestia se dibujó, allí mismo el maletín desbloqueó, repartiendo un fajo de billetes inagotables de entre sus manos, alguno se le voló.
    - Esta es la prueba, a partir de ahora libres seréis de con el dinero hacer lo que os sea menester, con la condición de que el que no cumpla lo establecido antes de la media noche del séptimo día, su alma he de tener para con ella lo que quiera a bien hacer.
    Dentro de una semana a esta hora aquí estaré y de esta forma las deudas pagaré o de lo contrario me cobraré.
    El primero el fajo de billetes para sí tomó, por los arrabales de la ciudad y se perdió, entregándose en cuerpo y alma a los placeres que la lujuria le brindara, sin pensar más que en la francachela y el desenfreno que le deparaba tanto dinero como llevaba.
    - ¡Cuándo me veré en otra igual!, con un loco dando dinero.
    Así mismo se decía, mientras una botella de güisqui en su mano sostenía, apurándola como el agua de un oasis que no encontrara, después de un caminar largo que el desierto le deparara.
    El segundo se acercó con el dinero hasta un conocido usurero, especulador famoso y poco escrupuloso a la hora de conseguir beneficios cuantiosos a costa de cualquier “honrado” inversor.
    Y le dijo.
    - Repartiré las ganancias entre tú y yo, si este dinero me lo multiplicas por dos.
    -¡Que fácil! -Para sí se decía, negocio redondo haría- con la mitad de los beneficios me quedaré si es verdad o está de atar me ha de dar y el maletín con el dinero será mío, al demostrar lo feliz que el usurero se quedará.
    El tercero quedó pensando qué hacer con tanto dinero en su poder...
    Al cabo de los siete días, minutos antes de la hora establecida, sin saber por dónde, apareció en el lugar el misterioso personaje con tenebrosa aura, a los mendigos lo convenido vino a demandar.
    - ¿Y bien?
    Uno de ellos levanto la mirada lánguida y triste, diciendo.
    -Quise invertirlo y lo perdí, me lo robaron, nada tengo.
    - ¿Y tu compañero?
    -Lleva dos días durmiendo, se ha debido pasar cinco días tremendos.
    - ¿Y el que falta?
    -De él no sé nada, no le he visto en toda la semana.
    -A partir de ahora vuestras almas me pertenecen.
    Desvaneciéndose los dos vagabundos sin dejar rastro alguno de su paso por el mundo.
    Instantes después apareció el tercer mendigo totalmente irreconocible, sin sus harapos, los había cambiado por un vestuario impoluto, junto a otro individuo de igual aspecto.
    -Como te aseguré, mis otros dos compañeros se han ido, aquí tienes el rincón, puedes compartirlo conmigo, al menos compañía tendré y solo no estaré. -Se decía para sí.
    Mientras hablaba a su nuevo compañero, se percató de una sombra alargada que a él sigilosamente se acercaba.
    -¿Qué tienes que contarme? ¿Invertiste bien tu dinero?
    -La verdad es que mucho me lo he pensado, para al final ir a parar a un balneario, con este amigo que me encontré por el camino.
    Al cabo de algunos días medité la situación y llegué a la conclusión, que el mantener este nivel de vida, un gran esfuerzo y tiempo me supondría, por lo que le propuse a mi amigo compartir el lugar que habrían dejado con toda seguridad los antiguos inquilinos.
    -¿Y el resto del dinero?
    -¡Ah! Como no sabía muy bien qué hacer con el dinero, se lo di a un conocido usurero que merodeaba junto a mí, mirándome con ojos que de las órbitas se le salían, como sabiendo el dinero que tenía y que pronto le daría para que disfrutase avariciosamente de él…
    Moraleja

    El dinero vil metal
    del avaro complemento,
    el aire que le da aliento
    no siempre es lo más vital.

    El dinero que enriquece
    vida dará a quien lo aprecia
    miseria a quien lo desprecia,
    mundano es quien de él carece.

    El corrupto lo asegura,
    para su propia avaricia
    con el cual se beneficia.

    El iluso sin cordura
    piensa si será flaqueza
    que le tiente la riqueza.

    El dinero vil metal
    el pobre con él se aciaga,
    el ebrio con él se embriaga
    a sabiendas que es letal.

    Pues la propia voluntad
    termina por desistir
    y a Baco gentil rendir
    honores a su deidad.

    Mientras las almas silentes
    recogerán sus añadas
    con esfuerzo algo sudadas,

    estarán quizás carentes
    aunque tengan que abonar
    el surco que han de labrar.

    -Valiente estupidez de cuento, ¡yo iba a haber regalado mi dinero al usurero! -pensaba para sí.
    Cuando de repente, sin saber qué sucedía y sin saber de dónde apareció, se le acercó una enfermera y moviendo el pulgar de izquierda a derecha de su rostro delante de sus perplejos ojos, observó cómo la vista de Johnny seguía el movimiento de su dedo.
    Con una expresión de sorpresa, por no saber ni qué le ocurría ni dónde se encontraba, vio alejarse apresurada a la enfermera de la habitación, volviendo minutos después junto a un doctor, cuyo rostro le parecía familiar.
    -¿Qué tal te encuentras?
    Le pregunto el doctor de rostro familiar.
    -Johnny. -¿Dónde estoy? -le salió un leve susurro a Johnny.
    -Es una larga historia que te iré contando según te vayas recuperando, amigo Johnny.
    De momento debes saber que has estado… digamos que algún tiempo en coma, producido por una sobredosis de drogas. Hace algunos días detectamos que tu actividad cerebral aumentaba y que tus signos vitales parecían responder, por lo que decidimos desconectarte de la máquina y por lo que se acaba de ver, ha sido una decisión no sé si llamarla acertada o milagrosa.
    Sin terminar de procesar su cerebro las palabras del doctor que le hablaba entre sueños, Jhonny se quedó transpuesto con imágenes y recuerdos agolpados en su subconsciente…

    En mi alma los lamentos naufragaban,
    ocultos a los sueños inherentes
    noctámbulos serían diferentes
    de insomnios y temores que acechaban.

    Utópicas verdades avalaban
    continuos sentimientos penitentes,
    angustias que quedaban muy carentes
    de anhelos y esperanzas que abdicaban.

    Despierto yo quisiera que los credos
    vistieran de quimeras las verdades
    y alejen a la mente de mis miedos,

    Mas viendo amanecer de vanidades
    prefiero que campanas en sus quedos
    me hiciesen dormitar con mis pesares.
    Después de constatar su asombrosa recuperación y pasados algunos días, Arey se dispuso a comprobar hasta qué punto Johnny podría recordar.

    Capítulo V
    -Johnny. -¿Cómo me puedes explicar, todos los datos que te he dado, referente al accidente en la escuela, el detalle del centro comercial o que ejerces tu profesión en este centro?
    -Arey. -Todo suele tener una explicación más sencilla de la que a veces solemos buscar, querido Johnny. Cuando vimos el aumento de tu actividad cerebral, decidimos dejar encendida continuamente la televisión, para así estimular tus neuronas. Tu subconsciente utilizó todos los datos que ella te suministraba para poner en marcha tus sueños, los cuales utilizaron imágenes del pasado con imágenes nuevas que empezabas a captar.
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    -Johnny. -Entonces todo lo que te he contado. ¿Es producto de mi imaginación?, y… ¿Cómo sabía que te habías doctorado y que ejercías tu profesión en este hospital?
    -Arey. En parte sí, en parte no. Efectivamente como ya sabes conseguí doctorarme, pero eso tu subconsciente lo pudo combinar sabiendo que el día que te encontré en tu casa tendido en el suelo con una sobredosis, nos disponíamos a celebrar mi doctorado. El accidente del colegio, lo han estado pasando por los noticiarios y a mí me entrevistó la televisión una vez terminada la evacuación de todos los accidentados, por lo que otra vez volvió tu subconsciente a hacer asociación de ideas entre lo que oías y lo que recordabas.
    -Johnny. -¿Y qué me dices del oro y del dinero conseguido con toda esa alquimista transformación? ¿Tampoco es real, o solo son casualidades del destino?
    -Arey. -El destino es solo un cúmulo de circunstancias aleatorias concatenadas en el espacio y en el tiempo.
    -Johnny. -¿Entonces?
    -Arey. -Hombre, referente a esta especie de parábola, pudiera ser que lo asocies a algún cuento de los que haya podido oír tu subconsciente en la televisión o bien te podría decir que la transformación de la droga en oro pudiera relacionarse con los diez millones de dólares que le robaste a la mafia colombiana, junto con una partida de droga de diseño nueva y que tenían para su experimentación con los camellos que distribuíais su droga. Además un puñado de documentos que los involucraban, que encontré en tu casa y que envié al fiscal para incriminarlos, ayudó a desmantelar, apresar y encarcelar a todo el clan. Con la recompensa, he podido mantenerte aquí durante todos estos años, siendo uno de nuestros mejores clientes.
    Después de rumiar una y otra vez todo lo expuesto por su amigo, quedó con esa antigua sensación que tuvo, no sabría decir si en sueños o en tiempos lejanos, de que toda su vida había sido un sueño, bueno más que un sueño una pesadilla. Entonces le llegó a la memoria una de las poesías de un manuscrito suyo que ocultaba celosamente, pues su pasión por la misma era incompatible según los conceptos que caracterizaban su jerarquía en el bajo submundo del hampa. Y que a modo de versos dodecasílabos con una rima asonantada y cadenciosa, decía:
    La vida se forma de muchos recuerdos
    unos se diluyen antes de tenerlos,
    otros pensamientos quedan en el tiempo,
    unos son muy gratos otros no tan buenos,

    las vivencias quedan en el pensamiento
    sin darnos ni cuenta que en el firmamento
    brillan los recuerdos como los luceros
    en el gran abismo de todos los sueños,

    donde las estrellas seguirán luciendo
    aunque el infinito borre los recuerdos
    pues lo que es eterno terminará siendo
    efímero ocaso del azul del cielo.

    Epílogo
    Antes de que Morfeo le abrazase profundamente, pudo observar en la televisión a un cantautor de su “lejana juventud” recitar una de sus canciones favoritas…
    Al pretender arribar
    con el comienzo ficticio
    es nunca poder llegar
    sin caminar desde inicio,
    nunca sabrás terminar.
    Lo que la vida depara,
    disgustos sin que se quiera
    el lamento no te aclara
    lo que en la vida se altera,
    sólo el tiempo lo repara.

    Si sumerges tus haberes
    en penas de pozos ciegos
    los etéreos placeres
    despertarán a tus ruegos
    de oscuros atardeceres.
    Si quisieras alcanzar
    el final por el principio
    sinuoso será el llegar
    si recto no es el inicio,
    nunca sabrás terminar.

    -¡Qué!, ¿al final conseguiste disfrutar de todo lo que la vida te pudo dar?
    Entre sueños abrió los ojos y en una especie de nebulosa vio al loco que en tiempos se le apareció en su puesto de venta y distribución de estupefacientes. El mismo que vio en su día alejarse por aquel interminable pasillo del hotel donde despertó de su primer sueño, esta vez con el aspecto inmaculado que da las ropas de un celador, como si le llegasen lejanos los murmullos, le recitaba…
    ¿Quién se jacta de tu suerte?
    La muerte.
    Ella preservará tu alma
    con calma.
    Acechándote agorera
    espera.
    La vida solo es certera
    cuando en este mundo arcano
    al final tarde o temprano,
    la muerte con calma espera.

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    El mencionado celador, empujó su cama por el pasillo interminable del hospital entre la penumbra de la noche y encaminándose hacia un brillante, frío y a la vez difuminado infinito horizonte, ambos se alejaron desvaneciéndose como los sueños profundos perdidos en los abismos de la conciencia.

    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©





  9. Aquel que lleva oculto
    el pollo en la solapa
    usa siempre el insulto
    y a su miseria tapa.
    Su añoranza le atrapa
    en los tiempos despóticos
    de aires algo patrióticos
    que dejó el insepulto,
    con rancio y viejo culto
    vehemente y psicótico.

    El momento caótico
    lo usa de tapadera
    le llama antipatriótico
    a aquel que no asintiera
    e hiciese a su manera
    gala de patriotismo
    con ese paroxismo
    que le deja algo hipnótico
    y hace de lo anecdótico
    cruzada y fanatismo.


    Encuentra en el abismo
    la frágil democracia
    imbuido en el cinismo
    hace de la falacia
    causa de la desgracia
    común al ser humano,
    él como un puritano
    busca con nerviosismo
    al diablo en el marxismo
    quemando al no cristiano.

    Después te llama hermano
    te da sus bendiciones
    ofreciendo su mano
    si haces admoniciones
    junto a sus tradiciones,
    dejando en la cuneta
    huesos de algún poeta
    de un conflicto lejano.
    Por ser republicano,
    a ese no le respeta.
    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©
  10. Según al mundo venimos
    comenzamos a vagar
    y en nuestro peregrinar
    los caminos descubrimos.
    Aunque el sino no elegimos
    nos dirá cuán perspicaz
    nuestro destino sagaz
    que nos ha de deparar,
    nunca lo has de remediar
    el final siempre es tenaz.

    No por eso lo has de ver
    sin sacar algún sentido
    pues con solo haber vivido
    lo tendrás que agradecer.
    El camino que has de hacer
    eres tú quien deberá,
    elegir quien andará
    contigo tu transitar,
    ese que cuando al pasar
    siempre se recordará.

    Para que tienes que andar
    el camino proyectado,
    si al final queda legado
    el día que has de llegar.
    Nos debemos preguntar
    si es profano o es cabal,
    el final siempre es igual
    lo mismo llegan pudientes
    que el mejor de su sirvientes
    o el que no tiene un real.

    En nuestro mejor saber
    nos decimos de algún modo
    convenciéndonos del todo
    que algún cielo has de tener.
    Para quien quiera acoger
    la verdad de aquel Tomás
    pretender quizás sin más
    que en el ver para creer
    en tu vida y proceder,
    la verdad encontrarás.
    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©

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  11. Cuentan de un pobre que un día
    en la miseria buscó
    aquello que le sobró
    al rico en su demasía.
    Pensando en la carestía
    al otro solicitaba
    algo de lo que ganaba
    con sudor de ajena frente
    y del trabajo decente
    que con él especulaba.

    El potentado decía
    con reflexión prepotente
    y con su voz imponente,
    ¡es fruto de mi valía!
    Por lo que le prestaría
    con un interés variable
    de hipoteca prolongable
    una burbuja con humo,
    para gastar en consumo
    y en terreno urbanizable.

    Los ávidos usureros
    apuntándose a la fiesta
    en su ganadora apuesta
    gastan ajenos dineros.
    Con motivos muy groseros
    el peculio poderoso
    y el interés vanidoso
    adoctrinando a los fieles
    hacen sumisos peleles
    y al político ambicioso.

    El hombre ya en su avaricia
    busca ganar su fortuna
    aun a costa de la hambruna
    causa de tanta impudicia.
    Mientras que se beneficia
    de miserias que provoca
    otro se lleva a la boca
    sus despojos y desechos;
    remitiéndome a los hechos
    la muerte no se equivoca.

    Esta capital tendencia
    que a todo humano domina
    ha de llevar a la ruina
    si no usamos la conciencia.
    Pudiera ser apariencia
    o desahogadamente
    buena parte de la gente
    que habitamos este mundo
    estamos en un rotundo
    sueño profundo inconsciente.

    El primer mundo hace gala
    de prima y riesgo rentable
    cuando la bolsa inestable
    la fortuna nos regala.
    El bono inversión tan mala
    la basura fue aflorando
    su rédito está dejando
    más ricos a los más ricos
    salarios que son más chicos
    y al tercer mundo llorando.

    Este cuento está acabando
    lo mismo que comenzara
    sin que por ello afectara
    a quien sigue mendigando.
    Cuando nos pillan mirando
    hacia lados algo opuestos
    estamos siempre dispuestos
    a calmar nuestra conciencia
    al pensar que la decencia
    se gana con vanos gestos.

    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©
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  12. A los padres que acaban de saber que su hijo padece T.E.A.



    Mi nombre es Víctor. Nací en Madrid un caluroso día de finales de Julio de 1983, en el seno de una familia humilde y trabajadora los cuales me dieron todo lo necesario para una infancia cómoda y feliz.
    En mis primeros tres años, competía con niños de mi misma edad en los procesos cognitivos y los procesos naturales del crecimiento; sin ningún pudor he de decir que adelantándome a todos ellos.
    A partir de los 24 meses aproximadamente, empecé a notar en mis padres una creciente preocupación hacia mi persona, que realmente no alcanzaba a comprender, pues mi infancia seguía transcurriendo con la misma felicidad de siempre. Pero bueno, ya sabéis como son los padres, siempre quieren lo mejor para ti y sueñan con que, al menos, alcances en un futuro un estatus en conocimientos y títulos académicos, además de una inmejorable salud y bienestar superior a las de ellos, por lo que lo mejor es no hacer demasiado caso a sus sueños, miedos y neuras.
    A los cinco años al comenzar mi etapa escolar, mis profesoras decidieron enviarme a un centro de evaluación, o algo así, al pensar que no era normal que con cinco años todavía no hablase. La verdad que no sé muy bien a que se dedicaban esos señores, pues se limitaron a preguntarme cosas tan baladí, como que tal tiempo hacia, si era de día o de noche, etc. A mí me daba igual todo aquello, pues muchas veces para lo que hay que decir, ver u oír es mejor mantenerse con la boca y la mente cerradas al mundo.
    Una vez diagnosticado mi autismo, encontramos un colegio especializado en dicho trastorno, en el cual no llegué a estar mucho tiempo, pues sus dueñas nos dejaron tanto a los usuarios como a los profesionales del colegio en la calle sin ningún escrúpulo. Eso no fue óbice para que siguiese mi escolarización en un centro especializado, fundado por unos cuantos padres, entre ellos los míos, creando una asociación con los mismos profesionales y alumnos del anterior colegio, con unos principios de autogestión que para sí hubiesen querido Bankunin o incluso el mismo Pi y Margall.
    Con el tiempo llegamos todos a asumir mi trastorno del espectro autista y lo mejor de asumir tu condición es que, al no esconderte, te enseñas a los demás tal cual como eres y sin ningún complejo ni tapujo, eso me hace ir con mis padres, mi hermana o mis amigos a cualquier lugar sin ningún tipo de complejo.
    Bueno para ser sincero y que este relato no parezca el cuento Dos hermanos de Andersen, diré que entre los doce y quince años, aproximadamente, debí tener la famosa crisis de identidad, que tienen todos los chavales a esas edades, la cual fue complicada, pues hasta que asumí mi condición, mis padres tuvieron que soportar estoicamente mis ataques de rabia y de impotencia; realmente nada diferente a la rebeldía de cualquier adolescente, solo que expresada por otros cauces distintos a los habituales.
    Mis aficiones son la música, la natación, el caminar y la pintura. Sobre esta última afición os diré que quedé en segundo lugar en el concurso de pintura para discapacitados psíquicos, convocado por la comunidad de Madrid y Caja Madrid. En natación también tengo alguna que otra medalla conseguida en los campeonatos FEAPS de la Comunidad de Madrid. Actualmente, estoy en un Centro de Día en donde desarrollamos diferentes actividades.

    Después de esta presentación os dejo con mi madre, que os dará una explicación, posiblemente más clara y concisa desde su punto de vista, de las vicisitudes acaecidas a consecuencia de mi especial situación. Como madre, seguramente, exagere mis cualidades, así que tomarlo como lo que es, simplemente la exposición de una madre orgullosa. Y a continuación cierra un poema que me dedicó mi padre, dice que como no se le da muy bien esto de escribir que con unos versos ya va bien.

    Soy Mercedes, madre de Víctor.
    Cuando nació, Víctor colmó de alegría nuestra casa, tanto a su padre como a mí se nos cumplió nuestro mayor deseo, el de ser padres.
    Era un niño precioso, de llamar la atención y casi adelantado en todo para su edad.
    Era grande, espabilado, simpático, risueño, comía y dormía muy bien. Empezó a hacer las gracias típicas de los bebes antes que algunos niños de su edad, controló sus esfínteres tan pronto que llamaba la atención. Todo genial menos en una cosa, y era que casi no hablaba. Papá y mamá lo dijo muy pronto, pero con 24 meses solo decía: agua, pan, zumo y poco más.
    Desde entonces, todo fueron visitas al pediatra, el cual nos decía que era normal, que todo era debido a que estábamos muy pendientes de él, pero tanto su padre como yo temíamos que eso no fuera realmente cierto. Después de insistir bastante, logramos que le hicieran un estudio y tras infinidad de pruebas se diagnosticó a Víctor como autista.
    El impacto fue muy duro, no nos podíamos creer que ese chaval tan grande, guapo, simpático y espabilado no fuera NORMAL
    A partir de ahí todo fue un ir y venir para informarnos tanto de esta discapacidad como, de cómo intentar ayudarle, aunque creo que en ese momento quien realmente necesitaba ayuda éramos nosotros.
    Llegamos a manos de un equipo de la Comunidad de Madrid, quien nos asesoró de los centros donde Víctor podría asistir. Naturalmente, todos financiados en su gran mayoría por los padres, pues apenas había centros especializados en tales conductas y los que había eran muy caros, pero hicimos todo lo imposible por darle lo mejor como todos los padres en estos casos, creo yo.
    Encontramos un centro especializado en Autismo, en el cual después de luchar mucho logramos una plaza. Este centro cerró. A sus dueñas les sedujo muchísimo el dinero que les dieron por el terreno, en una de las mejores zonas de Madrid donde estaba el colegio y nos dejaron en la calle. Tanto los padres como los profesores luchamos por levantar un nuevo centro y logramos, con muchos sacrificios y poniendo dinero y avales, lograr hacer un nuevo centro.
    Este centro, en la actualidad, es uno de los que más prestigio tienen en el tratamiento del espectro autista y Víctor ya es usuario del Centro de Día.
    Este ha sido un resumen del camino recorrido por una persona con discapacidad psíquica y sus familiares, pero yo realmente el mensaje que quiero transmitir es que no todo son espinas, que estos chicos te dan muchas satisfacciones, que sus pequeños progresos son grandes alegrías, que sólo dan cariño, que su falta de malicia les hacen ser seres especiales.
    Víctor es un muchacho muy querido en su entorno, no solo por sus familiares sino también por amigos y conocidos, pues no da ningún problema y cuando digo ninguno es ninguno, es totalmente autónomo en su vida cotidiana, tanto en comer, como en vestirse o asearse y a su manera, en comunicarse. El lenguaje sigue siendo su mayor dificultad, pues aunque lo dice todo, no todo es entendible para las personas que menos le puedan tratar. Para su familia y profesores es muy fácil la convivencia con él, porque es muy noble y bueno. Mide 1,87 pero es un peluche, solo da cariño y sus abrazos y besos son muy entrañables. La relación con su hermana es excelente y ella está muy orgullosa de su “gordo” como le llama cariñosamente.
    Habría experiencias para escribir un libro, aunque esta pequeña exposición sólo trata de ir dirigida a aquellas familias que cuando reciben este tipo de noticias quedan sumidas y solas ante su desesperación. Pues bien, yo solo digo una cosa, son diferentes, pero son lo mejor, SON ESPECIALES y cuanto antes se asuma su condición, antes y mejor se les podrá ayudar.

    Ventanas al mundo

    Ese silencio profundo
    de baldía soledad
    sumergida la bondad
    en el ánfora del mundo
    corazón meditabundo
    suspira su poesía,
    al crecer esa armonía
    que en la vida se posó
    todo aquello que otorgó
    el néctar de cada día.


    En tu mente las mundanas
    ideas y sinrazones
    piden paso a borbotones
    entornando sus ventanas
    al paso de las mañanas
    y al mundo de los colores
    cerrando con sus temores
    y miedo a la incomprensión
    al tener otra visión
    de esos locos moradores.


    Si llegases a soñar
    de este mundo su evidencia
    toda la mala conciencia
    al tenerse que observar
    pudiéndose disipar
    regalarías amores
    esos enriquecedores
    guiños de inocua bondad
    a la honrosa humanidad
    de esos otros moradores.


    Como esto no lo he de ver
    de tus mundos picasianos
    para mis días ancianos
    me conformo con saber
    que en tu vida y proceder
    vivirás todo al revés
    que las prisas no las ves
    que el estrés o la paciencia
    mantendrán esa inocencia
    llegando el día después.
  13. Tienden en laberintos las mentes a ocultar
    razones algo oscuras de un especial matiz,
    aunque aparentemente quien parece infeliz
    sabe cuando una rosa se puede marchitar,
    tomando su fragancia se debiera inhalar
    olores que regalan su especial condición
    recubriendo de espinas la dual contradicción,
    no se podrá negar que debieran quedar
    obsesiones y miedos cuando en su despertar
    se encuentren otro mundo con toda su ambición.

    De vida poco afable has de considerar,
    el común de los hechos oculto a los demás
    esos que se reciben igual como los das
    son las pequeñas cosas que se han de aprovechar
    porque nuestro destino nos tendrá que llegar
    en esta vida efímera donde lo que es real
    con sueños y esperanzas termina siempre igual,
    teniendo el ser humano que invocar a su dios
    rumia como mortal designios de un adiós,
    ocultando razones de su miedo ancestral.

    Acallados murmullos viven su libertad,
    utopía o creencia esa es nuestra obsesión,
    teniendo en la esperanza la clave de otra opción,
    intenciones ambiguas ocultan la verdad
    sabedoras de toda clase de adversidad
    tornan las esperanzas con un sueño banal
    aunque en el subconsciente guardamos nuestro aval,
    truncados viejos sueños por siempre has de ceder
    es lo que da la vida a ello te has de acoger.
    …A mi jardín llegó flor de un bello rosal.


    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©


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  14. Cuentan entre los serranos
    que en los remotos albores
    los primeros moradores
    eran díscolos hermanos.
    Por parajes castellanos
    discurrían sus peleas
    en pueblos y las aldeas
    de la zona les veían
    las disputas que tenían
    con tanta mala ralea.

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    El padre encolerizado
    una maldición hacía
    a los tres desearía
    estar lo más alejado
    y cada uno acompañado
    de su propia vanidad
    en días de claridad
    cerca del cielo olvidados
    como montes elevados
    sentirán su soledad.

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    El mayor es el Moncayo,
    el mediano es Ocejón,
    aunque menos mocetón
    atrayendo al veloz rayo
    a través y de soslayo
    está el pequeño Alto Rey,
    los lugareños su ley
    la aceptan de muy buen grado
    los pastores con agrado
    a él suben toda su grey.

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    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©

  15. upload_2014-11-8_12-3-41.png

    No quiero ser vigilante
    ni guardián de la pureza
    literaria, la destreza
    en verso y prosa galante
    es problema del narrante.
    Prefiero ser trovador
    libre, no administrador
    ni profesor, son tareas
    para gente con ideas
    y talante innovador.


    Debo decirte maestro
    de todo lo que aquí dices
    creo que te contradices
    y ahora te lo demuestro.
    Eres mago y eres diestro
    de enseñar al que no sabe
    tu crítica será clave
    para quien quiera aprender
    siempre tu mejor saber
    otorgas, aunque no alabe.

    Me temo que, perezoso,
    ya me he vuelto comodón,
    en mi tranquilo rincón
    medito, pienso y reposo.
    De mi placer soy celoso,
    no quiero complicaciones,
    que otros asuman funciones
    de criticar, corregir.
    Así yo podré escribir
    sin retos ni obligaciones.


    Vaya por Dios amigo,
    como diría un creyente,
    exprimo ahora mi frente
    y con mi rimar te digo:
    ¡Pardiez que si no es castigo
    el poema decimal!
    Para remedio del mal
    los versos acabaremos
    con afición, dejaremos
    presente nuestro ideal.

    Duerman tranquilos aquellos
    plagiados y plagiadores,
    monótonos narradores
    y poetas sin destellos.
    No mesaré mis cabellos
    ni presentaré objeciones,
    aquí os pido mil perdones
    por las molestias causadas,
    sean ellas perdonadas.
    ¡Olvidad las aflicciones!


    Para prueba es un botón
    que luzco en esta camisa
    con remiendos y con prisa
    zurcía mi abnegación.
    Hete aquí que en mi aflicción
    encontrase un sastre amigo
    quien me pasó su testigo,
    y el hilo para coser
    que no era otro que el tener
    celo cuando el verso ligo.

    Lindos versos me comentan
    de tu pluma esclarecida
    mi respuesta agradecida
    es que mucho me contentan.
    Tus elogios representan
    la gran estima que tienes
    por el blancor de mis sienes
    que dan ciencia a mis sonetos.
    Recibe con mis respetos
    mis alegres parabienes.


    Sabiéndose que el respeto
    es de quien es bien nacido,
    el ser siempre agradecido
    nunca quedará obsoleto.
    Maestro yo te prometo
    que ha sido un rato agradable,
    estuviste muy amable
    en tus consideraciones
    y de las contradicciones
    salió este dueto amigable.

    Celebro que disfrutaras
    Antonio con este tema
    y que al leer el poema
    a gusto carcajearas.
    Celebro te deleitaras
    con la rítmica estructura,
    esencial arquitectura
    para que nuestro concierto
    acabara con acierto
    abriendo vía futura


    Antonio Nieto Bruna
    Copyright ©

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