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  1. Atrapa el ratón

    considerado y metódico

    lascivo en la súbita delgadez

    donde acaricio el mundo hundido

    su epopeya destruida cual cuadro desvencijado.

    Atropella atropella la latitud norte

    el cuerpo con su botella inapreciable

    el sorteo de la avenida y el fanal de luz.

    Entre sombrías enajenaciones

    masturbaciones de un sólo ídolo

    donde crepitan las tumbas con su rigor

    tempestad de llanto en las tripas

    con su decoro aminorado.

    Pinar viejo, de antiquísimas religiones,

    de venerables hermafroditas y sigilosas ecuaciones,

    del vértigo y el sueño del matrimonio feliz.

    Vapulead el ámbito de mis dientes con su líquido amniótico

    la supervivencia de los riquezas deglutidas

    sobre mapas encuestas y rosáceas aniquilaciones, oh, sí

    destruid mi hipocresía, la falsa autonomía, el cuerpo robusto

    del cerdo matriarcal en que, últimamente, voy transformando



    tanto crepúsculos como mañanas-.



    ®
    A José Luis Galarza le gusta esto.
  2. Resplandor de un día, convocación

    de dioses más taciturnos, nuestras

    evocaciones, no fueron, sino sortilegios

    de una despedida: adioses carcomidos

    en la mitad de la vereda. Pinares

    antiguos, viejos, y arcaicos, piedras

    sin santos, aburridos y maquinales,

    nos esperaron, serenos y altivos.

    Fuimos eternidades que se cruzan,

    que mantienen alta la moral en la vigilia,

    para luego, escaparse y morar en la cuneta.

    ©
    A ti, a bristy, a DESIRE SOLE y a 1 otra persona les gusta esto.
  3. Se me pudren los anillos en los dedos

    raíz convergente unificadora de labios

    más protege un silbido en los huesos

    de tanto rumiar los sinsabores. De razón

    rectangular, olvido en los lagos, corpulencia

    desmedida, sombra emancipada, finalmente.

    Llovizna dulce de la tierna siembra, cosecha

    arracimada de pétalos ocasionados, esa sombría

    enajenación del cuerpo contra la pared.

    Órbita celeste desprotegida, donde ayer,

    crecimos juntos y esas cosas-.



    ©
  4. Un triste labio

    la secundaria raíz

    el semen distribuido

    la sombra enérgica

    de un gesto antiguo.

    Un beso prohibido

    la razón del olvido

    la materia disgregada

    sobre descendientes

    color acero.

    Labios y más dientes

    sobre orgías de sangre

    cumpliendo su agonía

    entre restos de combate.

    Se olvidan de las leyes

    las materias disfrazadas

    de elegantes sinónimos

    con vueltas de sigilo.

    Maquinaria antigua

    esparces el viento atroz sistema

    desde las lánguidas tardes

    crepúsculos desvanecidos.

    Todos entre ellos

    y en sus restos metálicos

    la carne que agrieta un rostro.

    ©
  5. Porqué no me vas matando

    lentamente, y entras y perforas,

    circundas y penetras, fuerzas mis

    salidas, especulas contraria, despeluznas

    mis estupideces, y finges eso, ser sostén

    de mis animadversiones. Oh, sí,

    que el llanto forme meandros recónditos

    en la superficie de mis venas, tú, utilitaria

    de los días adversos, mi fórmula vesánica.

    Y después, excitas mis nervios y mi óptica,

    se diversifica, se estimula, con congruentes

    afirmaciones, allá, donde anida el deseo

    y son colchones de honestidad, los parásitos.

    ©
  6. No pedí lavarte los zapatos

    de charol que mezclabas

    con aquel espantoso fondo de armario

    amarillo festivo y de recurrente fama:

    pedí acaso ser tu esclavo, siquiera

    con la mirada de un desconocido?

    Obtuve en cambio un zigzagueo,

    un titubeo de los ojos, de los iris,

    que entablaron una pequeña disputa

    por cesar de mirarme y acabar

    fulminándome con ella: demasiado

    minúsculo y pequeño como para

    otorgarle una excesiva relevancia.

    Sentado en aquel parque, sobre

    aquel enjuto banco de madera,

    junto al Paseo de la Castellana,

    me miraste, pero no obtuviste respuesta

    en consonancia. Famoso. ©
  7. Que el tonto ignore su ignorancia,

    es cosa que a ti, no debe de importar.

    Es más, sea digna de alabanza y de glosa,

    su escasa predilección por enciclopedias y

    discernimientos, que, en lo que a ti atañe,

    no excava tu fosa con sus inútiles argumentos.

    Las solas palabras no harán que acabe en acciones

    de memoria,

    sus tejemanejes pueriles e indiscretos. Así que,

    adecua tu mirada y tu postura siempre, a no ser

    por él visto ni oído, suscitado o impulsado, ya que

    no vives en el libro, sino en la vida real, donde

    existe esa extraña mezcolanza de cosas e ideas,

    cuerpos y almas, en vergonzosa desproporción

    y desequilibrio-.



    ©
  8. Peculiar exención

    tributando en la palacios ajenos

    emulando el precipicio vestíbulo

    de altiva manera su opúsculo vestido

    la broma confiscada ser nocturno

    que imita formas o las deshace, cierto.

    En su columpio la nieve sigue cayendo

    excelente modo de ocultar la marea soterrada

    frívola medida, escasez de abundancia, vestigio

    decorado en la tregua insensata, fragor sin sensación.

    La nieve, su eterna promesa de niño antiguo,

    su fórmula secreta para emancipar labios, lo

    oscuro tizón en las estaciones garabateadas

    por tirabuzones de carbón pétreo, encendido.

    06/10/22
  9. Cerrado a perpetuidad

    el corazón dañado, luz

    solar, inunda su vegetación,

    antaño florida, hoy seca.

    Y cada puerta, es una ventana,

    que sangra al porvenir.

    Y cada sombra, se alarga

    como un espectro sin fin.

    ©
  10. Habrá que hacer

    Encaje de bolillos,

    Sacar la ropa vieja

    Del armario, los trapos

    Olvidados del otoño,

    Y, si resulta factible,

    Escarbar en los ahorros,

    Para llegar a finales

    De temporada dignos y decentes.

    Habrá que contemporizar,

    Contenerse en los impulsos

    Consumistas, y dar dentelladas

    Blancas, sobre el hueso duro y roído,

    De las prendas ya utilizadas.

    Será preciso ajustarse los machos,

    Combinar con arte los tejidos,

    Apresurarse para no llegar a nada,

    Antes que el invierno nos traspase,

    Con sus lanzas de rebajas y demás

    Ambrosías. Dando una nueva oportunidad,

    A los hombres de atapuerca-.



    ©
  11. Y yo te recojo

    de esos túneles tuyos tan internos

    tan metafísicos tan llenos repletos

    de aquellos circuitos de sangre resbalada

    lluvia sacramental parra cenital oscura tropiezo

    bajo las huertas los injertos cenicientos las húmedas

    cavernas. Son sin duda, y no dudas, y te lacrimeo

    y ostento la vana autoridad demuelo lo arraigado

    la córnea voluntariosa la aplazada huella de lo efímero

    el vómito reaccionado, la bruma insensata, tu anatomía

    de maíz cobre, el recinto de la penumbra donde acuestas

    tu signo dogmático. Yo sí, desciendo hasta los huecos,

    hasta las axilas tan inexpresables, hasta las tolerables raíces,

    con mis manos, transfiriendo lejías desinfectantes, en conjunto

    de astro y sombras. Las parras, las enigmáticas estatuas conjuntivas,

    los espectros dinamitados, los secretos compartidos, todo, todo

    vuelve, y regresa, y sella tu compromiso de algoritmo.

    De estos túneles tan próximos te recojo

    asumiendo la piedra que ha de perderse hoy mañana.

    ©
  12. Las provechosas ignominias

    los reiterados intereses, las percepciones desoladas,

    los incrementados aumentos de capital, oh cómo

    van los dioses adivinándose, inescrutables!

    Veo la larga distancia, el encomiable desierto,

    la travesía redonda por silos y silos, observo

    mis pies descalabrados y calcinados, la mantelería ocupada,

    los eternos disloques la parranda de un premeditado prepucio.

    En occidente se lleva mucho la larga tierra, la provecta

    economía del lacrimal-.



    ©
  13. Que no esperan los que trituran almas con los dientes

    y esa veloz circunferencia cuyos radios existen desasosegadamente

    y ese labio inferior cuyo ferulado inconsciente suma su agradecida postura

    anti bélica, las razones por las que arguyen su cometido

    diosas y dioses perfectamente disueltos en la mejoría de un rostro azulado

    por momentos, por instantes, la casuística se acumuló en mis pétreos pozos.

    Oh lastimeramente, mi cansada autonomía proclama la intervención ruidosa

    de los largos cabellos crepusculados: mi manía absorbe el mundo en su intención los vestidos de un aumento de dólar. Me gustaría esperarme

    un contrario equipamento, raudos manteles, obsequiosas transitorios pájaros,

    aves de un milagro producto en el espadañar de los lacrimales; me irritan los antojos, las racionadas parcelas, los estatutos de un criminal nervio óptico acumulándose en los invisibles omóplatos, mis secuelas.

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  14. No sé, es bueno.

    Según dicen escribir poesía

    como lenguajes adscritos a una célula

    pluriforme y puramente nomenclatural.

    Sí, de estas cédulas, inscritas siempre

    en verde diluido, se perciben los monstruos

    entre tristes titubeos helados.

    Sí, es hermoso, después de todo,

    comprobar la encimera que circula la nariz

    y la impone por sobre todas las cosas, y luego

    de amanecida, constatar que la tos se avecinó

    como una garganta de desfiladero.

    Yo aun compruebo la importancia, su importancia,

    cuando me observo de un laberinto a otro saltar

    orinarme encima o surtir de fraguas mi hueso coagulado.

    Seguramente, sí, tenga allí familia y heredad atómica-.



    ©
  15. Dicen que fue tu cuerpo que se evaporó

    surtió de efectos fantasmas al espectro de los licores

    donde surgen nuevos tantálicos espacios rotos

    de dentaduras pobres e idiotas. Dicen más,

    los manirrotos, los escuetos hermanos de la sangría

    aperturada, y ese pobre suicidio de los lenguajes

    en sus alquímicas sombras. Tú sabes

    que yo vendré, cerca, terriblemente cerca

    de esas sombras que acompañan las soledades

    mojadas de lluvia.





    ©