1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Se levantan los difuntos cuerpos
    para saciar la avidez de las emociones
    por sus heridas abiertas
    “comienza el ritual de la medianoche
    y el corazón sediento”,
    muchos proscriptos del insomnio,
    del aposento del recuerdo,
    de la luna vertiendo el etílico de los sueños.

    Parecen brotar de la ociosa noche
    y su reloj descompuesto,
    ese que detiene el alma en su cárcel del tiempo.

    Colman la ciudad, las cantinas, los burdeles y parajes
    con sus sombras de borrachera nocturna,
    con sus navíos saturados de marineros de azufre,
    con sus voraces fauces que devoran parte del cielo
    y también del averno.​

    Marchan como soldados de una triste madrugada
    suspendida entre las venas secas,
    una legión entera de gargantas derramadas
    sobre las copas desiertas,
    un conglomerado de la sangre
    quemándose por las horas
    y su alcoholemia.​

    (…)​


    Y después la eterna quietud del polvo, las ruinas,
    las albas diluidas en el inconciente,
    las mariposas que vuelan alquitranadas por el hastío.

    Mientras, la muerte, danza victoriosa
    por otro triunfo frente al hombre,
    el mismo hombre​
    que aullará sus lágrimas en el próximo ritual
    de la medianoche y su profunda ebriedad
    de tormenta.​
    A Sebastian Dusalgi le gusta esto.
  2. Dejamos atrás miles de ciudades, años,
    noches e inclusive vidas.
    Perfumes de rosas y también aromas agrios y oscuros,
    nubarrones disgregados en sueños,
    lágrimas y mártires, fantasmas e infinitos.

    Nos sentamos
    igual que un hombre y su soledad se sientan
    frente a la memoria,
    y vemos con ojos tristes de ocaso
    las alturas y lejanías, los desvanes del tiempo
    dentro de su esfera de universo perfecto.

    ¿Qué tan pequeña se puede sentir una hormiga
    frente al mundo
    o incluso una mariposa de cristal
    que vuela sobre el viento?
    ¿Qué tan pequeña es una molécula
    frente al aire que oxida
    los grandes bloques de la historia?
    ¿Qué tan pequeño se siente el hombre náufrago
    cuando nada en este mar gris de melancolía?

    Miramos mucho para atrás
    aunque siempre lo negamos;
    miramos y contamos los días en la pared del recuerdo
    y sus sucesos de ardidas cenizas.

    El ayer late y respira sobre nuestra nuca,
    despeina nuestras ideas,
    enlaza nuestras alas con la soga del olvido
    y finalmente cuando quedamos rígidos como aves de piedra,
    como montañas y pináculos que temen tocar el cielo,
    como frágiles ánimas de porcelana
    nos encierra en sus cárceles de ira.

    ¡Ay! ¿Qué tan pequeño se siente el hombre
    frente a su mortalidad que siempre lo margina?
    A Cemento y adrenalina le gusta esto.
  3. Hombre adusto, viejo y obstinado:
    ¡no te alcanzan los ojos para mirar por el cerrojo
    de la puerta que da a la alcoba
    del final de los tiempos y el comienzo de los cuerpos!

    Tu hábil impertinencia
    te condena a vivir únicamente de espectador “con un sillón en la primera fila”
    fantaseando con ser el actor principal de nuestro show.
    Rey coronado del fracaso:
    ¿no te cansas de ser una sombra,
    una cara más de la noche que pasa sigilosamente a segundo plano?

    Pero lo que muchos de nosotros no admitimos
    es que ese hombre adusto, viejo y obstinado
    fue nuestro niño
    que hoy duerme en la memoria de nuestro silencio,
    en nuestros más íntimos y oscuros sentimientos,
    enroscado a las costumbres del miedo
    y esperando el momento oportuno
    para espiar por la mirilla de la puerta que dio a la función de nuestros actos
    y sus miserias.
    Tal vez por temor o por simple desencanto,
    éste no se anima
    a abrir la misma puerta que en su tiempo nuestros ayeres
    y sueños dudaron y jamás abrieron.
  4. Aunque siempre que ellas nos pregunten, se los vamos a negar.
    La verdad es que nosotros, los hombres,
    cuando miramos los ojos de las mujeres
    vemos a nuestro machismo
    que se escapa espantado de los pantalones
    para irse muy lejos.​

    Pero, luego, cuando miramos sus pronunciados escotes
    o sus esbeltas minifaldas;
    bueno, ahí cambia bastante la cosa,
    porque ese machismo que en su momento
    vimos como se escapaba aterrado por la mirada femenina
    vuelve hecho un toro que enviste hasta la muerte.
    A malco le gusta esto.
  5. En las mañanas,
    a unas pocas horas de haberme acostado con una borrachera
    de mil demonios,
    después de gastar hasta los últimos pesos
    en los burdeles y antros;
    me despierto con el rito de encender un cigarrillo
    y vomitar un largo rato toda mi vida en el retrete
    para así, luego, lavarme la cara frente al espejo
    mientras veo el rostro de mi padre que me dice:
    tantas veces te dije que no me tomes de ejemplo,
    pero nunca me hiciste caso,
    y ahora, menos de muerto.​
    A Ace&tuna y malco les gusta esto.
  6. Fulano amaba a mengana
    pero mengana siempre estuvo loca de amor por zutano
    y éste a la vez le arrastraba el ala a perengana
    y perengana “pobrecita perengana”
    ni siquiera ella misma se amaba

    así trascurrieron los días y las noches
    hasta que una tarde de San Valentín
    “miren el cinismo de los hechos”
    vi a fulano lanzarse desde la terraza de un edificio de catorce pisos
    vi a mengana entrando a un motel de trasnoche
    de la mano de otra mengana
    vi a zutano con chaleco de fuerza
    y hablando solo en los pasillos del Borda
    vi a perengana “pobrecita perengana”
    en un centro de rehabilitación por su adicción a las anfetaminas
    al alcohol y a las ideas de suicido

    en la actualidad/ algunos más jodidos que otros
    pero todos aterrados por el fantasma del despecho
    andan por la vida intentando sobrevivir
    a lo que la gente común llama amor

    como fulano “pobrecito fulano
    hasta sus huesos se hicieron tortilla sobre el asfalto”
    mengana/ zutano y perengana
    están Juan Pérez/ Lola De Nadie/
    José De Los Palotes e Inés Sin Suerte
    pasando por las mismos desaires
    del presumido y caprichoso Cupido

    como éstos hay más/ muchos más
    que se ven dispersos por el mundo
    disputando y sobreviviendo
    a lo que la gente común llama amor
    olvidándose hasta de sus nombres
    “llegando a pensar si alguna vez tuvieron aunque sea algún alias o apodo”
    hablando de ellos mismos como si fueran con suerte de otros
    y siempre aprendiendo a ser simples NN de los fantasmas del despecho

    es que Ellos son simplemente uno más igual a Él
    un Tal sin para Cual ​
  7. En ocasiones
    cuando despertamos de las ideas de los héroes
    y salvadores del mundo
    de las doctrinas puristas de todos los ángeles
    pintados en las cúpulas de las catedrales
    y vírgenes de retiros espirituales y consagrados
    y todas esas sartas
    de tributaciones impuestas por el cielo

    en ocasiones cuando despertamos
    con unas ganas inaguantables
    y absurdas de beber con el diablo
    y de danzar el rito del placer del cuerpo
    abrazados​
    a todo súcubo que anda suelto

    en esos escasos momentos nos olvidamos
    de la colmena de la melancolía con todo
    y sus zumbidos de abejas

    de la memoria arrepentida que se escapó
    para que no la crucifiquen como un mártir
    junto a las hermanas estrellas

    del dolor caníbal que desayuna y cena
    “desde que amanecemos hasta que dormimos”
    cada pedazo del corazón
    latiendo grises nubarrones de sueños

    muy bien se siente
    aunque sea una vez cada tanto
    pasear por las sendas húmedas y libertinas
    de la nueva Babilonia
    adorar a Venus
    y lamer la oscura miel de Perséfone

    no es morir como muchos piensan
    es respirar el fondo ciego del despeñadero
    ignorar por un momento que llevamos la sangre del cordero
    “esa sangre que siempre en vano se derrama y se quema”

    ¿y por qué no? confesarle a Satanás
    que le apostamos alguna fichita en esos débiles momentos
    por esto que hacemos
    Dios no tiene porque sentir celos
  8. Esta honorable palabra
    está abatida
    descorazonada
    derrotada​
    casi destruida

    pero todavía se piensa
    se escribe ​
    y en la hoja deja un rastro memorable de tinta

    así por ratos se levanta
    sin importarle lo agotado que este su ánimo
    a pesar de su profunda herida
    sin intención de ceder ante las lenguas que la olvidan

    es que siempre va haber para esta
    y para todas las demás palabras
    un sueño
    un ideal
    un libro​
    que las rescate de su abismo
  9. Es raro encontrar una olla llena de monedas de oro
    al final del arcoíris

    más raro es una mariposa
    aleteando en la noche
    libre del peso de su conciencia de oruga

    mucho más raro es aún ver
    que las montañas se muevan

    con la sagrada fe
    o que un bastón viejo golpee la tierra

    y se convierta en serpiente
    definitivamente
    es imposible que los metales comunes se vuelvan preciosos
    o que ulule el cuervo
    y el búho grazne
    es tan imposible como que el agua de mar

    no tenga sal
    o que la lluvia no moje

    (…)

    Sin embargo
    por algún motivo siempre intentamos
    aferrados a nuestra convicción
    torcer la dirección de la flecha

    que va a ningún sitio

    lo realmente extraño
    es que muchas veces se puede lograr
    por el simple hecho de estar vivo
  10. Esperar con paciencia
    viendo como caen las hojas del tiempo,
    como nacen las canas de la acera,
    como la mar consume a la luna entera.

    Esperar por más que los nervios traicionen al cuerpo,
    los dedos se anuden con la soga de la impaciencia,
    los pasajes del recuerdo se escapen
    con el hálito de la demencia.

    Esperar por el faro que alumbra dentro de la niebla
    y guía a mi barcaza de viejos marineros y espectros
    por el canal que conduce
    hasta tus perdidas nereidas.

    Esperar​
    como el día espera por la noche,
    las nubes por los cálidos rayos de sol,
    las campanas por las alondras en vuelo,
    el calendario por los abriles de la primavera,
    la vida por la muerte y su celo,
    la sangre latiendo por las venas.
  11. Vino sagrado que derramado del cáliz
    me cubre.​
    Franca caricia fugitiva del cielo.
    ¡Oh, gentil Orfeo!​

    Tu himno solemne de violines sobre sus cabellos,
    mejillas y vientre
    me invoca,
    me seduce,
    me enciende​
    como antorcha abrazada a las alas de fuego.

    ¡Oh, noche con sabor a piel de mujer!
    La señera noche
    capaz​
    de mecer mi corazón mientras duermo.
    A Jarave le gusta esto.
  12. Los días se aletargan con el paso de las horas,
    las noches se extienden más y más hasta llegar al dormitorio.
    Unas fechas más de tedio se suman al almanaque,
    al café con whisky, a los renglones de mis versos grises,
    al éxodo de las aves del tejado…
    Mientras me adapto al duro
    contexto de una estufa vieja que apenas calienta,
    un sobretodo rescatado del clóset,
    la sopa caliente “legado de mis antepasados”,
    las frías manos tecleando y tecleando los deseos del estío,
    por la ventana veo a junio que, a pesar de todo,
    transcurre​
    con su andar elegante,
    como si este no fuera un junio cualquiera,
    un junio que puede llegar a hacer la diferencia.
  13. XXV

    Todo puede suceder en una hoja en blanco,
    lo maravilloso de la vida,
    los matices de un sueño,
    la monotonía desarmándose para volverse lo insólito
    y fantástico​
    o incluso lo imposible
    volviéndose rutina.

    Por suerte, para nuestras lectoras pupilas,
    todo puede suceder en cada renglón vacío,
    sólo hay que esperar​
    que la pluma escriba y que la mano la guié. ​
  14. Cuando digo la antigua nazi
    digo führer/ Reich
    la doctrina de la raza Aria
    la creación del muro de Berlín
    la caída del muro de Berlín
    la Gestapo
    las operaciones de la OKW
    los juicios de Nuremberg
    la SS/ los campos de Auschwitz

    cuando digo la guerra
    digo Golfo/ Vietnam
    Islam
    las Malvinas o Falkland Islands “para los ingleses”
    la primera y segunda guerra mundial
    Pearl Harbor
    la bomba atómica de Hiroshima
    y Nagasaki
    las torres gemelas
    Medio Oriente
    las armas biológicas/ el ántrax
    la política/ economía y religión
    las ideas del hombre
    y sus aires de superioridad

    cuando digo la humanidad
    digo hambruna/ avaricia
    deforestación y contaminación
    corrupción
    plagas/ pestes y enfermedades
    suicidios
    las violaciones a los derechos humanos
    los fondos buitre/ los holdouts
    las villas miserias
    muerte más muerte
    y creerse ser Dios

    pero cuando digo el amor
    me quedo en silencio
    para luego intentar hallar
    aunque sea una palabra perdida para su definición
    alguna de esas palabras que la historia borró
    y que solamente los niños dicen sin tanta meditación
  15. Alcé los ojos
    y ella no me respondió con una mirada profunda,
    como me tenía acostumbrado,
    todo lo contrario,
    me miró con ausencia,
    como cuando miramos algo sin percibirlo,
    sin verlo que está ahí.
    Así me miró por un par de segundos
    para luego marcharse
    y volverse una forma más de la distante muchedumbre
    de esta ciudad anónima.

    No me dio tiempo a responder,
    a emitir réplica alguna;
    será que tampoco tuve intención de darle una respuesta
    a su adiós en silencio,​
    solamente me quedé contemplando su partida
    de la misma forma que un cigarrillo se consume en el cenicero.
    En ese momento supe lo que sienten
    los fantasmas.​
    A Cemento y adrenalina y Jarave les gusta esto.