1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Un querubín en su cuna.
    La luna
    arropa con su cariño
    al niño.
    Como si fuera su hijo
    bendijo.
    Con un amor muy prolijo
    se sonroja la mujer
    al ver el pequeño ser.
    La luna al niño bendijo.
  2. Trastornado y de remate
    el vate
    al psiquiátrico llegó.
    Quedó
    con un vacío en el coco,
    muy loco.
    Casi logró por muy poco
    un excelente ovillejo,
    pero falló en lo complejo.
    El vate quedó muy loco.
  3. Extraño la sonrisa, la golondrina en vuelo,
    las caricias intactas, la vital combustión
    de la inquieta ternura, los verbos en acción,
    la noche desgajándose en las puertas del cielo.

    Épocas de lisonjas que quitaban el velo
    del silencio, del yerto, del miedo y su aversión,
    envolviendo a la alcoba con una azul canción
    de abriles y mareas sanando mi desvelo.

    ¿Dónde quedaron esos gratos años de amparos?
    Tal vez en las postales, en la gris despedida
    de un astro que dejó de guiarme con sus faros.

    ¿Dónde quedó la voz amada y pretendida
    que con dulces susurros y divinos cuidados
    me dejó revivir mi juventud perdida?
    A Andrea Ira le gusta esto.
  4. En el placard
    guardo ambos y camisas
    también olvidos


    El caracol
    los secretos del mar
    canta al oído


    Sobre aquel puente
    quedan amores/ sueños
    y algún suicidio


    La golondrina
    no hace la primavera
    pero la imita


    Lluvia de enero
    debajo del paraguas
    nacen los besos


    El cuerpo muere
    mas el pelo y las uñas
    niegan el hecho
  5. Hubo un tiempo en que veíamos a los astros a la cara
    sin sentir vergüenza ni temor
    nos fijábamos en como las horas se detenían sobre las cenizas
    y las encendían
    caminábamos descalzos pensado en la luna
    y en la medianoche de una sonrisa

    unas felices cosechas de experiencias salpicadas
    con años de arroz y lágrimas de trigo
    de primaveras y otoños
    saturados de follajes y candores
    todo esto hasta que también
    vino la censura y la avaricia

    jugábamos a los dados cada tanto con la muerte
    y su socarrona expresión
    esto nos facturaba nostalgias y fantasmas
    alguna que otra depresión
    instantes varados lamiendo el musgo yerto del olvido
    y también el boleto del viaje del tranvía
    que acarreaba la pesada carga de los sueños
    esperando alojarse en el exilio de algún destino

    habitábamos en edificios de simplicidades
    moradas/ verdes y cristalinas e ingenuidades amarillas
    pero de ahí nos expulsaron
    hasta las arenas del fanatismo
    y los pantanos del absolutismo

    lo rosa no se resquebrajaba
    ni tampoco se volvía sólo espinas
    pero borraron lo rosa
    y cercenaron a la mosqueta por envidia

    lo azulino verdaderamente era el cielo
    y la mar copulando sus fervores
    y se los podían ver tranquilamente
    sin que ninguno venga a hipotecarnos la mirada

    no les quiero mentir/ no era todo una maravilla
    habían frustraciones y deterioros
    náufragos a la deriva sin ser salvados
    huérfanos con costumbres de ausencia/ hambre y frío

    pero algo habremos hecho mal
    porque hasta la trivial esperanza nos sacaron
    y hoy sólo somos recuerdos borroneados por el polvo
    embadurnados en la profundidad del precipicio
    en el ojo ciego del abismo
    sin fondo/ sin piso

    dicen que el hombre erra y de tanto errar nos perdimos
    de las nubes/ de la risa dorada de las niñas
    de los aromas de las mañanas de frambuesa
    de las alas libres de la vida

    hoy ya con la muerte no jugamos sino convivimos
    y ya no es cada tanto sino todo los días

    ya ni se puede pensar en la luna
    y ni hablar de la medianoche de una sonrisa

    ni se nos ocurra mirar a los astros
    porque estos agacharan la mirada por vergüenza ajena
    y más de uno de nosotros caerá preso por el terror
    y su historia de descuidos

    y las cenizas ya son sólo cenizas
    que no se encenderán más
    ni por la briza alejada de estas costas
    ni por las horas que pasan corriendo
    sin pensar en detenerse ni un segundo en nuestra región

    así y todo seguimos intentando olvidar el toque de queda
    la marcha tosca de las botas
    y los fusiles en el museo de los desaparecidos

    aunque hay muchos aún pidiendo que vuelvan
    las sombras de la milicia
    mientras que hay otros que se arrodillan
    sobre los sarmientos del estado y su vaticinio

    pero algo habremos hecho mal
    por tantas memorias desvanecidas
    Te gusta esto.
  6. Yo comprendo a la noche,
    a las sombras que esconden sus deseos
    por miedo a eso, al qué dirán.

    Será porque no es bien visto
    que la penumbra sueñe,
    que la luna rendida caiga
    con un pedazo de plenilunio hasta tu ventana
    para otra vez contemplar
    la luz quebrada de una sonrisa
    que se volvió lágrima.

    Yo comprendo el silencio del tardío ángelus,
    los tristes rostros del recuerdo somnoliento.

    Yo los comprendo, y sé lo que sienten
    al andar dentro de esta cortina de opacidad;
    esto se debe a que sus cuitas, desventuras,
    tristezas, vacilaciones y locuras
    también son las mías
    al ver todo este inmenso universo
    rechazado por el tacto
    y la sensibilidad.

    Y luego dicen que la oscuridad es tenebrosa,
    pero jamás se les ocurrió pensar que sólo es una cara,
    un simple antifaz
    para disfrazar las heridas de esta verdad.
  7. Cualquiera puede adentrarse en el silencio
    para tomar la forma del abandono,
    para hacer cálculos sobre la medianoche
    y la soledad de horas.

    Cualquiera que tenga el corazón
    gastado por los surcos
    y sus jardines sean de fósiles rosas.

    Un espectro más
    que anuncia la sed en el desierto,
    las cenizas en las ruinas,
    el fuego en la hoguera,
    las lágrimas en la tristeza,
    la muerte en el fallecimiento
    y su única e imperiosa evidencia.

    Cualquiera puede tallar con sus manos
    la lápida del recuerdo.

    Cualquiera que busque
    en la soga de su cuello
    el asfixiante y postrero aliento
    que le devuelva la paz en el fragor del adiós.

    Cualquiera puede ser,
    ninguno está exento de ser uno solo con el silencio
    y perder toda sana lógica al temor.
  8. Una mirada se petrifica entre la niebla
    una sonrisa aunque sea fingida
    se transforma en una lágrima
    un pañuelo cae al suelo sin que lo conmueva un saludo de despedida


    las horas no regresarán más
    los minutos serán una fotografía hecha cenizas


    el tren parte
    dejando la cola de una humareda con sabor a desconsuelo


    las maletas se vistieron de pájaros
    para volar un largo éxodo
    pájaros que jamás apoyarán sus patas
    en algún pedazo del futuro y sus islas


    ya no hay vuelta atrás
    el mundo se detiene detrás de las grandes vías del descarrilado
    tiempo


    y allá arriba
    la luna se guarda esta postal
    lacrada con los labios del silencio
    A malco le gusta esto.
  9. De niño
    siempre
    soñé con poder volar

    ahora de adulto
    sueño con algo más contundente que un par de alas

    seguramente cuando sea viejo
    voy a soñar con el cielo
    las nubes
    los ángeles
    y el mismo Dios que vendrá para alzarme en vuelo

    es que sin que importen las etapas
    siempre será
    estar con los pies lejos del suelo
    A Troto le gusta esto.
  10. Los sudarios del paraíso
    se incendian en la oscuridad de las procesiones y los hechos
    se desgarran entre sí
    se apagan igual que las ventanas y claraboyas de la noche

    una sombra perdida se vuelve una multitud
    de fantasmas sin recuerdos

    un cuchillo afilado marca un surco
    en la garganta del silencio

    los mudos y sordos sentimientos
    se vuelven la única opción para soportar[​IMG]
    en el emporio de las cenizas

    llegó la hora de agruparse como un árbol macizo
    y bajar hasta lo oscuro del pecho
    para sepultar decentemente a las rosas marchitas

    no nos violentará otro crepúsculo de mayo
    y los cancerberos años
    no serán la pena del éxodo y los proscritos

    muy pronto
    el viento rugirá su miedo
    y la luna vestirá de gala su sangre escarlata

    y en el otero de todas estas miradas
    se respirará un desnudo aliento de quietud y calma
    igual a la sonrisa de la pólvora, esquirlas y balas

    así te nombráremos con gritos en mayúscula “Pueblo”
    en el futuro podremos usar otras palabras
    “patria/ libertad/ democracia”
    pero siempre con los ojos fijos en
    despertar y resistir
    con la luz del alba
  11. Hoy me pongo a pensar
    en cómo cambió el cielo en estos últimos años
    antes decían que el cielo era invendible
    hoy todos sabemos que hasta las nubes se privatizaron
    que las golondrinas ya no nos visitan
    por los costosos peajes
    que los rayos del sol
    en el setenta
    se fueron para no volver
    acompañando a los desaparecidos y exiliados
    será que en esos días
    el color preferido de Dios era el verde
    y le gustaba siempre andar a la moda
    con sus borceguíes de marca

    pero eso es historia vieja
    por suerte Dios se cansó del color verde
    y los borceguíes se gastaron

    hoy me pongo a pensar
    en cómo cambió el cielo en estos últimos años
    en el setenta se tiñó de un marrón con manchas verdosas
    en el noventa volvió a su antiguo azul claro
    que más tenía cara de fábula que de verdad
    en esa década Dios tuvo otro capricho
    mandó desde arriba a un diablo con cara de santo
    a uno que recuerdo bien
    porque su nombre se obtiene cambiando la v
    al sustantivo caballo
    un nuevo mesías con la idea de un oasis seco
    en medio del desierto
    una idea Olímpica
    llamada
    Plan de Convertibilidad
    será que la admiración de Dios por los yanquis era tanta
    que quería que seamos similares a ellos
    o por lo menos con el dólar/peso
    pero como toda fantasía dura
    lo que dura un cuento
    luego hay que vivir la realidad
    con creces e intereses
    y el default nos llegó hasta el cuello

    esos cortos días de azul claro del cielo
    se desvanecieron
    para finalmente tener su color grisáceo
    tirando a negro

    pero hay que acostumbrase a los hechos
    y ver el lado positivo de todo proceso
    nos queda el hollín
    el smog de esta población de argentinos que crece
    por un nuevo plan de la presidenta
    que es muy similar a la crianza de los conejos
    y estimado lector
    el smog y los hijos hambrientos no se pueden privatizar
    porque nadie los quiere

    y luego dicen que Dios es argentino
    no tengo dudas de que no lo sea
    pero tampoco tengo dudas
    de todo lo que se divierte
    a costillas nuestras
  12. Yo no escribo estos versos
    ellos mismos me estrujan
    usan mi sangre vertida por las venas
    cada latido/ mis cúmulos de sueños
    hasta las gastadas sombras
    y las defunciones de todos los fantasmas que me albergan
    también aquellos antiguos nacimientos

    yo no escribo estos versos
    ni siquiera los conozco
    pero ellos me conocen demasiado
    conocen hasta mi madrugada con alas
    que vuela en un rincón perdido del tiempo
    con intención de pintarlo aunque sea
    de un ceniciento cielo

    yo no escribo estos versos
    y tampoco sé
    el porqué de sus empeños en resucitar al poeta
    en sacar gota a gota cada palabra
    de las revueltas cenizas
    de la mar náufraga de islas
    esa en la que se ahogaron los nautas de la tinta

    yo no escribo estos versos
    para poder hacerlo
    tengo el corazón demasiado agrietado
    y reseco
    los años lánguidos y pesados
    las visiones turbadas por la noche negra
    y la historia vacía de mártires y proezas

    yo no escribo estos versos
    ellos me escriben a mí
    y no sé porque
    se empeñan en estrujar
    cada una de estas relegadas miserias
  13. Romper la tarde
    quebrarla
    partirla en una infinita cantidad de fragmentos
    que no se puedan pegar

    ¿por qué no debemos desangrar al crepúsculo?
    ¿acaso hay una ley en contra de eso?

    destrozar los celajes
    las estelas de lo imposible

    atar los brazos del sol
    para que jamás llegue a ligarse con el mar

    no dejemos que duerma
    no es momento de que él y nosotros descansemos

    evitar que el mundo rote
    timar a las estrellas para que jamás aparezcan
    secuestrar a la luna
    olvidándonos de pedir una recompensa por su liberación

    formar un pelotón de mil gorriones
    para fusilar al gran dictador
    el padre tiempo

    y así detenernos en la mañana
    en el momento del nacimiento
    para pensar cómo podemos hacer mejor todo esto

    si no lo hacemos
    corremos el riesgo de que el sol
    un día
    ya cansado y frustrado
    no querrá despertar más
    A Arkeidos le gusta esto.
  14. Los ojos no miran, esquivan la mirada para no lastimarse.
    La distancia se hace cada vez más larga
    del living a la alcoba.
    El silencio cae como la negra noche
    sobre las sábanas devastadas
    y sus verbos sin acción.

    Tal vez no hay un silencio más implacable que el tuyo.
    Tal vez tus sueños son cortinas pesadas que no se pueden traspasar.
    Tal vez la mañana no venga con sus excusas
    para revelar los pasajes íntimos de la vida.

    Hoy queda el mutismo
    de lo que fue un corazón aullando mares de pasión:
    desiertos y abismos de palabras marchitas,
    de agotadas caricias, de cielos efímeros
    que revelan que la resurrección fue sólo un triste mito.

    En este instante
    es muy improbable que el mundo siga girando,
    que el invierno ceda su paso ante otro verano
    y que las golondrinas vuelvan a su nido.

    La somnolencia sólo es una forma de afrontar a las cenizas
    y su estado de mudez
    mientras se repite la melodía narcótica de tu voz
    que siempre ayudó a sobrepasar los abrojos de la rutina.

    Pero a pesar de la afonía grisácea,
    sigo aferrado a la silueta de esa vieja quimera;
    es que algo de esperanza todavía late detrás de todo lo que callas,
    o es eso, o es que me tengo que dormir
    creyendo que fuiste un ángel que solamente supo amar
    y no supo como arrepentirse.
    A Jarave le gusta esto.
  15. Es bueno hacer de vez en cuando un alto
    tener un lugar en la mar
    en el cielo
    en las islas exiliadas del pecho
    para detener el tiempo
    para saltar del tren que acarrea de forma urgente a las bestias
    del recuerdo​

    detenerse en un paraje
    y soñar “no siempre/ sólo de vez en cuando”
    con las campiñas y los viñedos
    con el beso de la espuma sin la sal ni la marea

    ver con el ojo sagaz del águila en pleno vuelo
    recorrer caminos y horizontes con las yemas de los dedos
    recibir la franca caricia del sol
    sobre la piel de los endecasílabos fríos de una composición de invierno

    no ser un proscrito más
    de tu propia noción de patria
    pasar desnudo entre la muchedumbre
    entre las ideas del pueblo
    entre los senos de la luna y sus hermanas las rameras estrellas
    ¡rameras sí/ pero
    de muy cálidos secretos!
    y ¿por qué no?​

    escribir tu nombre con letras mayúsculas en un papel cualquiera
    siempre es bueno para el alma
    hacer un alto​
    y encender un fósforo en la noche ciega del mundo

    un retazo insignificante
    que en conjunto con otros retazos
    crean un bordado perfecto
    para el corazón y sus agujeros
    A Alonso Vicent le gusta esto.