1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación
  1. QUISIERA PERSUADIROS

    Quisiera persuadiros que somos eternos
    que una vida solo es un corto paso
    en el largo camino hacia la libertad;
    que la muerte del cuerpo no es el ocaso,
    es la vida que huye de sus desgobiernos
    y la mente que deja su caducidad,
    mas también son enseres de mortalidad.
    Ya que únicamente el alma
    numerosas vidas empalma
    y creando al ser psíquico, al mortal ensalma,
    hasta que el egoísmo logre superar.
    Solo el cuerpo, vida y mente la palma
    para en otros comenzar.

    (Estancias en trece y nueve sílabas)​

    Epílogo

    El verdadero Yo, un desconocido para la mayoría, nunca muere.
    Al desaparecer el cuerpo el ser pasa a la dimensión emocional o vital en la que perdura según su naturaleza; después de morir en el vital pasa al plano de la mente donde persiste según su capacidad y por último también muere pasando al plano del alma donde asimila la esencia de lo aprendido para después volver a la tierra con otro cuerpo, vida y mente con el esencial bagaje de lo vivido. De todas las maneras en los planos vitales y mentales vivimos de forma pasiva. Nuestra evolución psicológica sola la podemos alcanzar en la tierra a la que estamos ligados para atraer la consciencia suplamental.


  2. La sustancia sutil que respiran los dioses
    y permea el espacio con todo elemento
    transportando la vida en el físico aliento
    y que al cielo nos une en ocultos desposes.


    El oscuro sustrato de nuestros desgloses
    que energía y materia de tal firmamento
    nos revela la luz, el divino sustento,
    a manera de brujo con mágicos poses.


    Descartado por Einstein en su relativa
    teoría que el campo de Higgs la refuta
    con predicho basón que polémica aviva.


    Y con eso del éter, en esta disputa,
    el filósofo antiguo a la ciencia derriba
    resultando que lleva Platón la batuta.



    Castro.29 de junio del 2013


    Epílogo:

    En las creencias griegas el éter era una sustancia brillante que respiraban los dioses, en contraste con el pesado aire que respiran los mortales. Un elemento más sutil y más ligero, más perfecto que los otros cuatro (la física de Aristóteles es cualitativa, cada elemento es unas ocho veces más sutil que el anterior:

    La teoría del éter como fluido infinitamente elástico e imponderable que permea a todo el universo fue descartada a inicios del siglo XX por Albert Einstein en su teoría de la relatividad, sin embargo el campo de Higgs que resultaría corroborado por el descubrimiento (predicho) del bosón de Higgs en el 2012, tiene mucha similitud con la "antigua" teoría científica del éter, quintaesencia (usada en la cosmología actual para referirse a la energía oscura).

  3. EL PASEO

    Por el paso sinuoso, una tarde muy fría,
    la bonita muchacha de blusa estampada,
    con el viejo, se cruza, de prenda enlutada,
    por la orilla siniestra, al ocaso del día.

    Y el fluvial arroyuelo dibuja en la ría,
    una larga estela lechosa azulada,
    permutando sus aguas de dulce a salada,
    el pequeño Alvedosa, de añil se teñía.

    Cuando el Sol lo sublime ganando pureza,
    y llorando retorne con fresco blanqueo,
    nuevamente admiramos su limpia belleza.

    Una vida no es más que frustrado deseo,
    que la muerte diluye el afán de grandeza,
    como río, al final, todo queda en paseo.

    ( Castro. Soneto tridecasílabo simple.)


    En mi pueblo, Redondela, Villa de los Viaductos, hay un pequeño río que desemboca en la Ría de Vigo, por la orilla izquierda hay un paseo de madera que lo acompaña hasta su disolución en el mar, desde donde contemplamos como sus aguas se mezclan con las de la ría dibujando arabescos con tonalidades del añil al blanco.


    CONSCIENCIA SIDERAL (Dedicado a Orfelunio)

    No es por creer en Dios por lo que farde,
    o por estar de divos a la espera,
    ni por ver lo tangible de manera
    distinta al realista que hace alarde.


    Supongo que la mente que en ti arde
    es camino y no cúspide en la Tierra
    y tal conocimiento de alta esfera
    se quiere establecer de tarde en tarde.


    De la vida que brota del metal
    surgió la mente en leve polvareda
    demandando la gnosis al final.


    El cuerpo es una brisa en la arboleda
    del tiempo, finalmente, solo queda,
    la sin igual Consciencia Sideral.

    (seudosoneto)

    He descubierto, por casualidad, este soneto que Orfelunio ha tenido a bien dedicarme:


    Velatorio Sideral (Dedicado a E. Fdez. Castro)

    Tema en 'Poemas Fantásticos, terror, míticos y tecnológico' comenzado por Orfelunio, 21 de Octubre de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 276

    Tú que me miras mal, el fuego arde
    bajo de la corteza de una Tierra;
    tres mil kilómetros hacia la esfera,
    caminos incensarios en la tarde.


    No hay dios, reclinatorio en que me farde,
    ni divos paritorios a la espera;
    el signo es gravidez de la manera
    que tiene el universo con su alarde.


    Somos vida que parte tras metal,
    y llega hecha de polvo, polvareda,
    que deja ese caballo sin final;
    un soplo como el viento a la arboleda,
    destino de unos ojos... Nada queda,
    tan sólo un velatorio sideral.



    y he quedado sorprendido, pues no recuerdo haberlo ofendido , o por lo menos nunca ha sido esa mi intención.
    Me gustaría conocer el motivo de mi ofensa hacia sus letras para poder enmendarlo. Siempre he considerado que como poeta tiene un nivel que yo quisiera poseer y como tal hice mis comentarios en sus poemas. Puede que al comentar a otro poeta haya discrepado con él por lo que le pido disculpas sin conocer mi pecado.
    El hecho de que no esté de acuerdo en algún contenido de su temática, (por mi enfermiza tendencia de salirme del empirismo en la cual la ortodoxia a coro le dará la razón), no quiero decir que no lo respete ni que yo esté en lo cierto y el no. Para eso está la poesía.
    P. D. Este poema, escrito con sus mismas palabras rimadas, aunque he permutado los cuartetos, y con título complementario, no es una réplica a su soneto, ni mucho menos una revancha, es un punto de vista distinto a su respetable manera de pensar.

    Con “…la mente que en ti arde” quiero decir, que el cerebro lo emplea al máximo y nada más.

    La realidad no es así. El hecho de que nuestros sentidos solo perciben lo material no quiere decir que solamente la materia exista. Cuanto más nos adentramos en el pensamiento de los grandes maestros de la humanidad nos damos cuenta que la consciencia es la parte fundamental del ser y que evoluciona a través de múltiples vidas de las cuales la mayoría de los mortales no somos conscientes.
    De ahí que en todas las épocas hubo santos, yoguis y avatares en general personas que han transcendido la mente y que se encuentran en un estado de consciencia superior al mental. Estos seres excepcionales son los antecesores de lo vendrá a la tierra, si no la destruimos antes, y son los precursores de las diversa religiones por parte de sus seguidores que la adaptan al terreno mental y que la mayoría de las veces fragua en lo que llamamos fanatismo. Es tan difícil comprender con la mente la verdad religiosa o psicológica
    como el hecho de enseñarle a mi perro el funcionamiento de un ordenador. Para que mi perro comprenda lo que es una computadora tiene que transcender su ser vital y descubrir la mente en sí mismo, más para eso tiene que reencarnarse como ser humano que posiblemente sea su próxima existencia en la tierra.
    Es posible que a la mayoría de los que esto han leído lo consideren obra de locos, mas a ellos les pido que antes de hacer un juicio precipitado y condicionado por el estado actual de nuestras enseñanza, se dignen en leer a los grandes maestros de la humanidad como Sri Aurobindo y que se acuerden que la mentira y la impostura le es ajena.
    El fanatismo lo mismo puede ser religioso que materialista.
    A Alonso Vicent le gusta esto.
Color
Color de fondo
Imagen de fondo
Color del borde
Fuente
Tamaño