1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. A ti, Alonso Vicent y M.B.Ibáñez. les gusta esto.
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    Con mis plumas erizadas
    vuelo como una paloma,
    planeo sobre la loma
    y bajo por las cañadas.

    En ave me he convertido
    con alas que sobrevuelan
    las rejas que me encarcelan
    y entorpecen mi latido.

    El firmamento es mi mundo;
    y los cielos los alcanzo
    cuando por el aire danzo
    y con la brisa me fundo.

    Soy un espíritu libre
    que es feliz a su manera
    desdeño ser prisionera,
    pues quiero que mi alma vibre...
    A ti, NUBE ATARDECER y Karma 33 3 les gusta esto.
  3. Con pericia y con raudos movimientos,
    —agujas que en tus manos cobran vida—
    tú tejes tu labor muy decidida
    y los dedos danzando van contentos.


    Mientras, dejas vagar tus pensamientos;
    divagas sin sentir, adormecida,
    la tarea manual, tu preferida,
    te regala los plácidos momentos.


    La prenda va creciendo sin demora
    y a la vez es trabajo relajante
    que ejecutas con alta precisión.


    Si con arte y con gracia se elabora
    verás que el resultado es elegante
    y te llena de gran satisfacción.
    ¡Menuda decepción,
    si al probarte el jersey cuando lo acabas
    no te queda tan bien como esperabas!

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  4. Con mi agradecimiento a Oncina, por sus ánimos y sus desvelos.
    Esto aún no ha terminado...

    Quisiera que Eratalia me escribiera
    una novela corta, bella, amable,
    y leer la gramática impecable
    de su prosa metódica. Quisiera

    embarcarme en capítulos que Era
    pintase con su pluma. Y que me hable
    con su imaginación inabordable
    de la hermosa leyenda que prefiera.

    Costumbrista, humorística, de viajes,
    de color negra o rosa, siempre fresca,
    íntima y personal o de paisajes.

    Policiaca, romántica, de espías,
    ligera, epistolar o picaresca.
    De golpe o por entregas en mil días.
    (Oncina)



    Agradezco de forma muy sincera
    que me creas capaz; es agradable
    gozar de una opinión tan favorable
    que no deja de ser una quimera.

    Podría novelar mi vida entera,
    mas si empiezo será lo más probable
    que el resultado sea lamentable
    y no quiero pecar de majadera.

    Pensando en inventar los personajes,
    en urdir una trama novelesca
    e idear escenarios y engranajes

    me abrumo, y sin potencia ni energías,
    me invade una pereza gigantesca
    y renuncio a esas locas fantasías.
    (Eratalia)




    Entero yo te creo el universo:
    un poeta maldito, una figura
    del celuloide, actriz, poca cultura,
    un triángulo amoroso. En él inmerso

    otro poeta más maldito —verso
    fácil de rima tonta—, en su locura
    intenta que la dama su amargura
    olvide, pero el pérfido y perverso

    poeta "number one" es muy celoso
    y tiene mal humor, así que pega
    al "number two"y le deja un ojo huaro.

    El primero a la cárcel. El ripioso
    decide que con faldas ya no juega.
    Conquistar chicas guapas sale caro.
    (Oncina)



    Con premeditación y alevosía
    prometí contestar a tu soneto,
    por eso estoy aquí: lo que prometo
    suelo cumplir por pura cortesía.

    Perdona si parece tontería
    pero aunque el argumento te respeto
    lo encuentro en general un poco escueto,
    que lo concretes más te pediría.

    No sé si por dejar un ojo huero
    sea excesivo meterlo en la prisión;
    me decanto por algo más ligero.

    Y no es movida por la compasión:
    si quitamos de en medio al pendenciero
    lo mismo se termina la función...
    (Eratalia)


    La personalidad de los poetas
    te toca perfilar, con mucho esmero
    se puede describir su mundo entero,
    ¿Qué pasado, qué ética, qué metas?

    Harás de carne y hueso dos siluetas;
    tendrán celos, problemas, un te quiero
    en las entrañas escondido, un pero
    a su amor. Moverás las marionetas.

    No olvides a la chica, tonta o lista,
    lo puedes elegir, está en un brete:
    ¿A quién querrá? ¿a un príncipe, un dentista?

    Su infancia fue muy dura, marginal
    y triste, de los hombres un juguete,
    sumida en una vida insustancial.
    (Oncina)


    A Javier Alánzuri y Oncina les gusta esto.
  5. Menudo salto en el espacio - tiempo. Ayer fue Semana Santa y ya estamos a punto de despedir el año.
    Y yo con estos pelos.

    Pues vamos a dejar los poemas de rigor para el que se va y para el que llega. Que uno descanse en paz y que el otro sea tan bueno (para mí, claro) como el que se va. Como aquel del chiste, que decía:
    ─ ¿Egoista yo? ¡Y una porra pa' mí!




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    Pobrecito, está que expira,
    ya agoniza, se nos muere,
    ya casi que no respira...
    verlo tan débil me hiere.

    Solo quedan ocho horas
    y todo habrá terminado...
    se merece unas poesías
    antes de ser un finado.

    ¿Fue bueno, se portó bien?
    ¿Cumplió las expectativas?
    Se llevó en un santiamén
    tantas horas fugitivas...

    ¡Qué deprisa se acabó!
    Si parece que fue ayer
    que un mes de enero empezó
    y hay otro que está al caer.

    Pues aplicaos al cuento
    que la vida va que vuela.
    Todo se lo lleva el viento
    y se consume cual vela.

    Entregaos cada día
    aunque sea por egoísmo:
    que si os dais con alegría
    viviréis con optimismo.



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    ¡Ay!, mi bebé chiquitito
    que está a punto de nacer
    y no sabe
    que cuando tenga un añito
    le tocará perecer
    ¡que ya es grave!

    Ya lo van a bautizar
    y como nombre le han puesto
    Dieciocho
    Lo vamos a festejar
    con buen cava, por supuesto...
    y un bizcocho.



    A ti, a M.B.Ibáñez., a Alonso Vicent y a 3 otros les gusta esto.
  6. Con pericia y con raudos movimientos,
    —agujas que en tus manos cobran vida—
    tú tejes tu labor muy decidida
    y los dedos danzando van contentos.


    Mientras, dejas vagar tus pensamientos;
    divagas sin sentir, adormecida,
    la tarea manual, tu preferida,
    te regala los plácidos momentos.


    La prenda va creciendo sin demora
    y a la vez es trabajo relajante
    que ejecutas con alta precisión.


    Si con arte y con gracia se elabora
    verás que el resultado es elegante
    y te llena de gran satisfacción.
    ¡Menuda decepción,
    si al probarte el jersey cuando lo acabas
    no te queda tan bien como esperabas!

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    A ti, a Pessoa, a Maramin y a 8 otros les gusta esto.
  8. Hoy es Miércoles Santo. Esta noche sale a recorrer las calles de la ciudad la procesión de los "coloraos", una de las más antiguas de la región. La Archicofradía de la Sangre nació ni más ni menos que en 1411. Allá por los albores de la historia, y su procesión sale en tal día como el de hoy, desde 1689.
    Y tras este apunte didáctico histórico, rindámosle homenaje al evento con una pequeña narración (no tan pequeña para el que no tenga ganas de leer) que he publicado en el apartado de ficción, fantástico y terrorífico, porque tiene algo de las tres cosas.
    O sea, que si alguno de los que aquí vinieren se hubiere pasado por allá, cosa bastante improbable, que no se la lea otra vez, porque es la misma. O que se la lea otra vez si le apetece, a ver quién soy yo, aparte de la autora, para decirle a la gente lo que tiene o no tiene que leer.
    Y si ya la hubiese comentado y me hubiese dicho que le gusta, pues por mí me lo puede decir otra vez, que la vanidad humana no conoce límites.

    Aquí va la historia.




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    La procesión avanzaba solemnemente por el centro de la ciudad, iluminada tan sólo por los cirios que portaban los penitentes y los candelabros que adornaban los tronos. Todas las miradas se centraban en el nuevo manto de la Virgen Dolorosa, obra de las más insignes bordadoras de la región, en cuyo centro sobresalía, matizado y a realce, un hermoso y esplendente tucán cuyo plumaje, en negro, anaranjado y escarlata destacaba enormemente del entramado de hilos de oro que formaban su base.
    La comitiva la cerraba el Cristo del Perdón, de la Cofradía del mismo nombre y, tras él, cuatro nazarenos redoblaban sus tambores entelados, cuyos sonidos monocordes y letárgicos rasgaban el aire de la noche primaveral, impregnándolo de tristeza.
    Una multitud abigarrada asistía al desfile que, al girar por la emblemática calle de la Frenería, en el mismo corazón del casco antiguo, necesitaba aplastarse contra las paredes de los edificios, dado lo angosto del pasaje. Al desembocar en la placeta, no sin dificultad, los costaleros, casi al unísono, emitieron un suspiro de alivio…
    En un balcón, una mujer menuda y enjuta, envuelta en negra mantilla rompió a cantar una sentida saeta. La algarabía cesó, el paso se detuvo y en un instante la mayoría de rostros expresaban la emoción del momento, serios, concentrados en la escucha… El silencio resultaba sobrecogedor.
    De pronto, un relámpago abrió el cielo. Todo el mundo volvió sus ojos hacia lo alto, sorprendidos, como si una llamada de atención les acabase de iluminar. De algún lugar partieron los comentarios sobre aquel juego de luces puesto en marcha, sin duda, desde alguna azotea, para dar vistosidad al cortejo… los murmullos, maravillados ante la magnificencia de tal evento, no cesaban de preguntarse de dónde exactamente habían partido los resplandores que estaban convirtiendo en claro amanecer aquella noche de pasión.
    El malentendido se deshizo por sí sólo cuando, instantes después, un sinfín de rayos, como enormes culebras de luz, empezaron a romper el firmamento, cruzándolo de lado a lado. No llovía. Sólo el espectáculo escalofriante de una tormenta seca en todo su esplendor acompañado ahora por el retumbar encolerizado de los truenos.
    La saeta murió en la garganta de la mujer, que quedó paralizada por el terror: el trono, ante su balcón, envuelto en llamas, hendido probablemente por uno de los rayos, que nadie sabía si era caído del cielo o había partido de la propia imagen doliente.
    La muchedumbre, expectante, mantenía ahora un silencio sepulcral, mientras algunos se dejaban caer de rodillas, anonadados y confundidos, intentando buscar en su memoria aquellas plegarias olvidadas de la niñez.
    El fuego formaba una enorme pira, pero en medio, la imagen del Cristo, incombustible, permanecía incólume.
    Los rezos empezaron a surgir susurrantes y apenas balbucientes, para transformarse, de modo paulatino, en voces que oraban a pleno pulmón, arrebatadas y poseídas por un entusiasmo tal que parecían rayar el éxtasis.
    Pasados unos minutos, el fuego desapareció, dejando a la vista un trono tan espléndido como lo era antes del suceso: Las flores, reverdecidas, el brillo de los candelabros que lo flanqueaban, deslumbrante.
    El mayordomo de la cofradía, como si acabase de salir de un trance hipnótico, golpeó con fuerza el frontal del paso, y los costaleros, todos a una, se pusieron en marcha con aquel andar acompasado que confería a la imagen su cadencioso caminar…
    Cuando la comitiva desapareció en la lejanía, y el repiqueteo de los tambores era sólo un eco, nadie osaba preguntarse si lo visto había sucedido en realidad o habían sido víctimas de un fenómeno de alucinación colectiva. La plaza se tornó desierta, pero el desasosiego de la duda quedó anidando para siempre bajo aquellos balcones, que se ahora se mostraban ligeramente calcinados.


    ************

    A ti, a Maramin, a Maygemay y a 5 otros les gusta esto.
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    Han vuelto las oscuras golondrinas y yo con estos pelos.
    Se me ha ocurrido bucear un poco en mi olvidado blog, tan olvidado como el resto de los que tengo, pues aquí donde no me veis, yo soy una bloguera de tomo y lomo. Empedernida. O, al menos, lo era. Tengo abandonados todos mis blogs: el de relatos, el del pan, el de las plantas de mi jardín, el de poemas, el del Sursum Corda...
    El caso es que llegó la primavera y he pasado de un salto de las cartas a Papá Noël a la golondrinas migratorias.
    Y lo peor es que no tengo nada nuevo que añadir, que estoy en dique seco.
    Bueno, creo que escribí por ahí algo sobre las bellezas del campo y el canto de los pajaritos, que a lo mejor me sirve para romper el hielo.
    Aunque el hielo ya se habrá derretido, desde diciembre y con las temperaturas maravillosas que ya disfrutamos por estos lares...

    De todas maneras no esperéis después del lapso de tiempo grandes cambios... Ni les pidáis peras al olmo. Solo se trata de matar el rato, sin grandes aspiraciones. Ni siquiera es un asesinato con alevosía, solo un homicidio involuntario. Y que me perdonen los amantes de la poesía, porque encima contiene una infecta mezcla de redondillas, con redondelas y seguro que con algo más que ni sé lo que puede ser.


    DELICIAS CAMPESTRES


    ¡Qué lindos los pajaritos
    que con sus cantos me arrullan!,
    Me arrullan… y me aturullan.
    ¿no sabrán trinar bajito?


    Sobre todo si gorjean
    a las seis de la mañana,
    os juro que me entra gana
    de merendármelos fritos.

    Qué bucólico es el campo,
    no se siente ningún ruido…
    ni un solo motor, ni un coche,
    tan sólo cien mil ladridos…

    Huyo de la gran ciudad
    buscando de paz remanso.
    Se está tan feliz aquí…
    de decirlo no me canso.


    Tan sólo pica el mosquito,
    zumba la mosca en la oreja
    el sol me tiene marchito
    y te rondan las abejas…

    Aquí disfruto cual niño,
    ¡oh!, campo maravilloso,
    que aunque sea en tono jocoso
    te he descrito con cariño.

    A ti, a Ruben Alonso Pepper Cano, a Maramin y a 8 otros les gusta esto.
  10. Puestos a escribir cartas, al menos que sean fructíferas, y puestos a que faltan 15 días para Navidad, qué mejor que mandarle nuestra carta de peticiones y deseos al Papi Noel.
    Después ya vendrán los Reyes Magos...
    ¿Hace una misiva?


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    Querido papá Noël
    para escribirte una carta
    cojo lápiz y papel
    que del teclado estoy harta.


    Así que te escribo a mano
    con mi letra más bonita,
    sé que es un poco temprano
    pero el deseo me excita.


    Solo quedan quince días
    para la mágica noche
    te voy a escribir poesías
    a montón, a troche y moche.


    Te pediré muchas cosas,
    quiero salud y dinero,
    la fragancia de las rosas
    y amor en el mundo entero.


    Quiero tener la sonrisa
    siempre a punto, para todos;
    gastar el tiempo, sin prisa
    disfrutar de todos modos.


    Quiero gozar del placer
    de una charla coloquial,
    y también quiero saber,
    discernir el bien del mal...


    ¿Es mucho lo que te pido
    mi papaíto querido?
    Pues por hoy ya me despido,
    pero con punto y seguido.


    Ahora les paso el relevo
    a mis amigos poetas:
    A convidarlos me atrevo:
    ¡Venid con vuestras cuartetas!



    PD. Quien dice cuartetas dice sonetos, liras, quintetos, sextillas, pareados, décimas, coplas, tercetos, odas, hasta la prosa se admite, oiga. ¡Pero venid!


    A ti, a Maramin, a Ruben Alonso Pepper Cano y a 7 otros les gusta esto.
  11. Como os hago partícipes de mis aventuras y desventuras, sabéis todos que me hallo en periodo de mudanza y todo lo que ese acto lleva aparejado. Revisar, seleccionar, tirar, guardar, empaquetar... Aunque solo estoy en los prolegómenos, han caído ya en mis manos, con vistas a la criba, algunas cajitas con postales de antaño y alguna carta... ¡Oh, las cartas! Dentro de poco nadie sabrá qué era una carta, un sello, un buzón de correos...

    Pues todo ello ha traído consigo la nostalgia del género epistolar, al cual yo siempre fui -y sigo siendo- muy aficionada. Ha cambiado el soporte, pero el espíritu de la letra es el mismo.
    ¿Queréis dejarme aquí vuestros sentires y pareceres? ¡Os convido!


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    Queridos amigos míos:
    Esta carta la inauguro
    con un tema al que seguro
    os vais a sumar con bríos.

    Se trata en esta ocasión
    del género epistolar
    que puede dar para hablar
    y para una reflexión.

    Cuando todos ya pensaban
    que escribirse era obsoleto
    y carecía de objeto
    pues se telefoneaban,
    llegó la era del mensaje
    con móvil u ordenador
    —que no sé lo que es peor
    si atendemos al lenguaje—.

    Pero esas tiernas misivas
    tan íntimas y entrañables,
    tan bellas e interminables
    anheladas y emotivas,
    la del pariente lejano
    o del amado a la amada,
    con la grafía esmerada,
    que eran cartas de artesano,
    ya pasaron a la historia
    porque la tecnología,
    más práctica, aunque más fría,
    las borró de la memoria.

    El teclado es sustituto
    de la pluma y el tintero
    me conecto cuando quiero
    y contacto en un minuto.

    Pero tenía su encanto
    lo de la correspondencia;
    se adiestraba la paciencia
    ¡una paciencia de santo!

    Y sin más por la presente,
    me despido sin tardanza,
    y así, a la antigua usanza,
    os saludo atentamente.


    A ti, a Maramin, a M.B.Ibáñez. y a 5 otros les gusta esto.
  12. No tengo palabras para expresar mi gratitud a todos los que os habéis tomado el tiempo para acudir a mi post y dejarme vuestras joyitas poéticas que en tan alta estima tengo. Y como son mías (mi tesoroooo), aquí me las traigo para guardarlas con todo cariño.
    Muchas gracias a todos.

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    Dadme albricias, amigos, lo he encontrado
    tras semanas de búsqueda incesante;
    agobiada, aburrida y anhelante,
    me decidí por fin, ¿habré acertado?


    Es un ático dúplex lo que he hallado:
    una terraza atrás y otra delante,
    muy amplio, luminoso y elegante,
    casi como lo había imaginado.


    Ahora lo que da miedo es la mudanza,
    el caos se avecina, ¡qué jaleo!
    me pondré a la faena sin tardanza,


    a liar y empaquetar lo que poseo
    con el ánimo lleno de esperanza.
    ¡Que sea para bien es mi deseo!
    (Eratalia)



    Yo no se que decirte en este instante,
    tantas veces ha sido deseada
    que la puedes llamar "la bien hallada";
    esta casa te viene como un guante.

    Unas vistas que son impresionantes
    en la hermosa terraza soleada
    que puede superar a la soñada
    y echa un ojo a los buenos restaurantes.

    No vayas a ensuciar esa cocina,
    resplandeciente, alegre y luminosa,
    seguro que es de estilo ¡cosa fina!

    Muy pronto dejaras de estar nerviosa,
    contigo, mi querida bailarina,
    esa casa será maravillosa.
    (Libélula)


    Difícil la tarea has culminado
    hallando la vivienda que querías
    donde espero te lleguen alegrías
    una vez que te hayas instalado.

    Mudarse es como haberse reiniciado
    y más tú que llenando estanterías
    sé muy bien que jamás te quedarías
    sin hacer un poema allí inspirado.

    Imagino por lo que voy leyendo
    que el orden trabajado te motiva
    cada cosa en su sitio ya estoy viendo.

    Y también como eres tan activa
    tal mudanza la veo concluyendo
    para goce y disfrute de quien viva.
    (Lesmo)


    Dicen que el que la sigue la consigue
    y usando el buen sentido, tu nariz
    ha olfateado bien tu directriz
    y has conseguido un piso que te abrigue.

    Espero que tal gasto no te obligue
    a muchas apreturas; sé feliz,
    sé que no actuaste cual chisgarabís,
    por tanto nada habrá que te atosigue.

    Que no te encuentres en tribulación
    es lo que te deseo, pues Teresa
    veía inconveniente la mudanza

    si se halla en ese estado el corazón;
    mantente alegre y firme en esta empresa
    y llévala adelante con templanza.
    (Jmacgar)

    Pues albricias te damos, buena amiga,
    por tan buen y esperado desenlace,
    sabes que tu alegría nos complace
    y que hayas puesto fin a tanta intriga.

    No temas, la mudanza no es fatiga,
    no tienes que acabar en un desguace
    pues no tenemos quien te reemplace...
    así que haz caso de lo que de te diga.

    Salvajadas las justas, poco peso,
    y las cajas pequeñas o medianas,
    que nunca sean grandes o adiós hueso,

    más vale ser prudente, sin alardes,
    que esperar días, meses, mientras sanas
    y sufrir de tu ausencia por las tardes.
    (Javier Alánzuri)


    ☺☺☺☺☺

    A ti, a M.B.Ibáñez., a Alonso Vicent y a 4 otros les gusta esto.
  13. Vuelvo a las andadas y a las "escribidas" para recopilar estos sonetos que han surgido a raíz de uno mío escrito bajo la desesperación que produce buscar y no hallar lo que se busca.
    Me temo que estas dos joyitas que me brindan Efejota e Isabel queden por ahí desparramadas y perdidas en las procelosas aguas de este foro sin fondo y que nunca más los vuelva a encontrar cuando los busque.
    Para evitar tan desastrosa perspectiva he aquí que las recojo con sumo cuidado y gran placer y las pongo en mi vitrina.
    Gracias, buenas gentes.



    Desesperada estoy, no encuentro piso
    y buscando las horas me las paso
    ya he visto más de mil, pero es el caso
    que no consigo aquel que yo preciso.

    Los pisos que visito los reviso:
    este es un poco viejo, ese es escaso…
    cansada estoy, fracaso tras fracaso,
    y es que ansío encontrar el paraíso.

    Quiero un lugar bonito y espacioso,
    donde entre bien el sol, sin ser ruidoso,
    en una zona céntrica y preciosa
    llena de árboles verdes, luminosa.

    De momento la búsqueda no cesa:
    yo sigo en mis pesquisas cual posesa.

    (Eratalia)



    VENDO PISO económico y barato,
    céntrico, bien situado, Calle Aduana,
    muebles nuevos, cocina americana
    con amplia barra de metacrilato.

    Dos baños, uno con ducha de plato
    y el otro con bañera medïana,
    ambos cómodos, grandes, con ventana,
    luz LED y suelo de porcelanato.

    Un cuarto principal muy espacioso:
    ropero de seis cuerpos, vestidor,
    dos mesas auxiliares, luminoso.

    Tres dormitorios más al exterior,
    salón estilizado y armonioso,
    con un balcón central acogedor.

    Además de ascensor,
    garaje, dos "pokémons", un trastero
    y el burdel que hay montado en el tercero.

    (Efejota)


    Pues, señor comerciante, no lo quiero;
    aunque parece bueno a simple vista
    no lo voy a comprar, aunque me insista
    y me tiente el tamaño del ropero.

    No piense que es asunto de dinero,
    -del precio no me ha dado ni una pista
    mas tengo la cartera bien provista-;
    el problema reside en el tercero.

    No permiten mi alcurnia y mi moral
    codearme con chicas de burdel
    ni deseo la cocina americana…

    Así mucho me temo que al final
    aunque a tiras me deje yo la piel
    reanudaré la búsqueda mañana.

    (Eratalia)

    Mi querida Eratalia, te comprendo
    las cosas que queremos llevan lucha
    nos exigen paciencia, pero mucha,
    que va la voluntad fortaleciendo.

    Se van tus esperanzas diluyendo
    recorres los pasillos en babuchas
    ¡por Dios! no mas cocinas, ni más duchas,
    solo quieres poder seguir durmiendo.

    A veces a los duendes les divierte
    llenarnos de imposibles los bolsillos
    no quieras, por correr, tentar la suerte

    por mucho corre corre que te pillo
    no te niegues jamas la zona verde,
    ni armarios empotrados con altillo.
    (Libélula)

    ¿Pero has visto qué cosas, Isabel?
    Ese piso que vende Efejota,
    -el muchacho ha de dar siempre la nota-,
    está situado encima de un burdel.

    ¿Te apetece un trocito de pastel
    o un poco de riquísima compota?
    Tu sabes que yo soy pía y devota...
    ni osaría cruzar ese dintel.

    Merendemos, y mientras yo te cuento
    cómo estoy de hastiada y aburrida
    después de una batida tan bestial.

    A punto de quedarme sin aliento,
    el insomnio me tiene deprimida
    y no aparece el piso señorial.

    Yo me encuentro fatal;
    soñando con pasillos y cocinas
    que tengan floreadas las cortinas.
    (Eratalia)



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  14. Viendo ya la dinámica adquirida
    ha llegado la hora de empezar
    a hilvanar una historia definida.

    Como siempre, yo vuelvo a comenzar
    probemos a seguirla con buen tino

    llevados por la mano del azar.


    Amigos míos, visto lo bien que nos llevamos encadenándonos, y que todo sale a pedir de boca, doy por clausurado el ensayo general y he aquí que, frotándome las manos, me dispongo a ver por qué cauces hacemos transcurrir la historia de la pobre Fuencisla.
    No perdáis de vista ese título que me he sacado de la manga y que da claras pistas del devenir que le espera.
    Sigamos encadenando tercetos hasta llegar a escribir una comedia divina...

    ¡Arriba el telón!

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    LA TRISTE HISTORIA DE LA DULCE FUENCISLA Y DE CÓMO FUE SALVADA DE SU ACIAGO DESTINO.

    Era Fuencisla dulce y primorosa,
    exquisita, inocente, angelical,
    delicada, cordial y candorosa.


    Vivía en su palacio de cristal
    alejada del mundo y sus pasiones
    sin hacer nunca a nadie ningún mal.

    Las flores despertaban emociones
    en su mirada dulce se notaba,
    se olvidaba del mundo y las razones,

    tan solo con las flores suspiraba.
    Las aves con sus trinos confundían
    el silencio que siempre la rondaba.

    Todos al verla más se sorprendían
    porque era tan hermosa, demasiado.
    algunos conquistarla pretendían

    pero nunca jamás la han alcanzado.
    No permite que nadie se aproxime,
    conquistarla sería complicado.


    Un día alguien gritó: ¡Fuencisla gime!
    era Angustiado, su más fiel sirviente,
    (con ese apodo no hay quien se le arrime

    y es que además no tiene más que un diente)
    El llanto de Fuencisla era tremendo
    pues nunca iba a tener un pretendiente:

    hubo un brujo llamado Berenguendo
    que le hizo el corazón de mármol frío
    y veía en los hombres algo horrendo.

    -¡Pobre de mí, triste destino el mío!
    -exclamaba entre penas y quebrantos-
    ¿Quién poseerá mi corazón vacío?

    ¿A quién entregaré yo mis encantos?
    pues ya estoy en edad de merecer
    que hace tiempo pasé los veintitantos.

    Mi padre me ha llamado. Al parecer,
    ya tiene un matrimonio concertado...
    Dime, Angustiado, lo que puedo hacer.

    Angustiado, se siente desdichado
    por no tener riquezas en sus arcas.
    Apenas sobrevive el desgraciado

    y nada le sonríe, ni las Parcas.
    Luego que se enteró del compromiso,
    que hicieron hace poco los Monarcas,

    se ha dado al abandono de improviso.
    Sus días desperdicia entre licores,
    la cordura perdió sin un aviso.

    Mas esta historia debe hacer honores
    a aquel que arrebató la dentadura
    al fiel vasallo -¡sabio entre doctores!-

    que, aparte de ese nombre de locura
    y estar enamorado hasta el cogote,
    Fuencisla le contagia su amargura.

    También puede que piense ya en la dote
    el "Angus" desdentado y lujurioso
    que tiene cierta cara de malote.

    Mientras Fuencisla piensa en el esposo,
    en ese en que no quiere recordar,
    ella pierde el sosiego y el reposo;

    así que busca a alguien para hablar
    de un triste corazón atribulado
    y a su amiga Procopia hace llamar.


    -Olvida, amiga mía, al Angustiado,
    bastante tiene ya con tal apodo
    ¿No ves que está de ti enamorado?

    Él me recuerda tanto a Cuasimodo...
    hoy vengo a consolar la desventura
    que tu padre te inflige de ese modo

    Debieras escapar de la tortura
    de casarte con alguien que no amas,
    o será tu descenso a la locura.


    ¡Ay! ¡Cruel es el destino de las damas!
    -Laméntase Fuencisla con Procopia,
    andando en su jardín entre retamas.

    ¿En ese tiempo había fotocopia?
    ¡Qué rima tan difícil y compleja!
    Tal es cual someterse a la endoscopia.

    Procopia, como es algo pendeja,
    le dice: "Lo mejor es el casarte
    con alguien que te sirven en bandeja,

    tal vez él te sorprenda con su arte
    y sea muy solvente al darte gozo,
    si no la solución es divorciarte".

    Ambas imaginaron al esposo,
    si era alto, bajo, joven o muy viejo;
    hasta pensaron si sería hermoso.

    Mientras Procopia, con extraño dejo,
    le hace preguntas íntimas, la pobre
    Fuencisla se sonroja ante el espejo.

    Ella que, siendo pura como el cobre,
    nada sabe del tema en discusión,
    evita responder abriendo un sobre.


    Dice Fuencisla, presa de emoción,
    -Te voy a revelar un gran secreto
    y a Procopia le bate el corazón.

    -Seré como una tumba, te prometo,
    puedes hablar con toda confianza,
    sabes que indiscreciones no cometo.

    -Lo sé. Voy a contarte sin tardanza
    lo que oculto mantengo a todo el mundo
    y me brinda una brizna de esperanza.

    Conocí ayer a mi pariente Edmundo
    que es en la ciudad ricachón notable,
    calavera feliz y hombre de mundo

    Su mirada azul, cálida y amable
    disolvió, tumba amiga, mis pesares
    llevándome a vivir lo inevitable.

    Mi camino complica con azares
    su feliz discurrir, casi monjil
    ¡quien iba a esperar de un primo achares!

    Se entera Berenguendo y..,. -¡rayos mil!
    ¿qué ha sucedido con mi encantamiento?-
    grita con una furia de mandril,

    -prepararé otra pócima al momento
    para volver su corazón de hielo
    y rechace al Edmundo y casamiento.-

    Púsose a ello el brujo con desvelo
    y preparó un diabólico brebaje
    y en frasco que su búho “Centinelo”

    entre sus garras transportó en un viaje
    a la ventana de Fuencisla llega;
    hallábase en presencia de su paje,

    el “Angus” que es su escolta palaciega.
    Fuencisla, asaz curiosa y vehemente,
    el tarro destapó sin pensar, ciega,

    y un efluvio aromático creciente
    tornó su corazón de nuevo frío
    y a Edmundo rechazó inmediatamente.


    -Ay, mísera de mí, qué desvarío...
    Angustiado, qué pasa, qué me ocurre,
    que todo se tornó gris y sombrío?

    El brujo Berenguendo ya me aburre,
    ¿qué le hice yo que la tomó conmigo?,
    ¿por qué a la magia otra vez recurre?

    Angustiado, vasallo, buen amigo,
    ¡quiero morir, consígueme un veneno!
    -mientras, en el sillón me repantigo-.

    ¡Largo! -ella le gritó con voz de trueno-
    ¿Qué haces ahí mirándome pasmado?
    ¡que te vayas zumbando, te lo ordeno!

    El pobre, más que triste, va aliviado
    pues con eso revive su esperanza,
    se pregunta a sí mismo: "Angustiado

    ¿por qué te alegra tanto su acechanza?
    Me voy a prepararle la merienda..."
    Berenguendo porfía en su venganza

    y no permitirá amor que encienda
    los deseos y pasiones en la vida
    de la hermosa princesa. Una leyenda

    asegura que el brujo no se olvida
    del amor que sin más le arrebataron,
    y en el mal encontró mejor salida.

    Cuando joven, al brujo lo encontraron
    entrando en los reales aposentos
    y al exilio perpetuo condenaron.

    Fuencisla, "¡ya van dos encantamientos!",
    -le indica la Procopia con enojo-
    y siempre te han venido de los tientos

    que das a los brebajes a tu antojo,
    y aparte de arruinarte los deseos
    te tiñen la esclerótica de rojo.

    A ver si reanudamos los paseos
    que tienes que aclararme la misiva,
    ¡seguro que se trata de flirteos!

    Lo veo en la mirada tan furtiva
    que pones si se habla del asunto
    y luego te despachas fugitiva.

    Sospecho por aquí de algún presunto
    que quiere acompañarte hasta tu huerto
    a hacerte algún favor, yo lo barrunto.

    -Tú deliras, mi corazón ha muerto,
    y si no se resuelve este infortunio
    un disparate haré, ya te lo advierto.

    Mas sé que cuando llegue el plenilunio
    un giro puede dar mi triste vida
    y, si no me equivoco, eso es en junio.


    Así llega la noche y convencida
    decide no pensarlo demasiado.
    A su amiga le espera la partida

    y tendrá que marcharse de su lado.
    Las lágrimas no pueden evitarse,
    pues Procopia muy lejos se ha marchado.

    Se sintió confundida al enterarse
    que Edmundo llegaría en pocos meses,
    el hechizo tendría que arrancarse

    sin importar pagarlo hasta con creces.
    ¡Qué puedo hacer con esto que me pasa!
    se ha repetido ya quinientas veces.

    Esa carta escondida está en su casa
    y es de una maga llena de poder
    y de nombre Rosenda Camarasa

    y que fue su madrina, al parecer,
    protegiendo a Fuencisla de conjuros
    cuidándola a la edad de merecer

    y que no cometiese actos impuros;
    más esa carta tiene soluciones
    para librarla de males y de apuros.

    Procopia y Angustiado unen acciones
    y después de una búsqueda exitosa
    hallaron esa carta en los cajones

    del dormitorio donde, cuidadosa
    y muy cauta Fuencisla la guardó;
    ¡Albricias!, solución tan asombrosa

    para su mal jamás nadie pensó:
    había que buscar un sapo rojo,
    llevárselo a su cuarto, en el buró

    ponerlo en recipiente, y en remojo,
    dejarlo allí hasta la Luna Llena,
    noche en que croará, con gran enojo

    de Fuencisla que, sin ninguna pena
    contra su tocador lo estampará
    y será en ese instante, en hora buena

    que en un príncipe azul se tornará
    volviendo a hacer latir el corazón
    de Fuencisla que exclamará ¡Ay, mamá!

    Entre tanto, Fuencisla en el balcón
    pensaba y repensaba hasta en la Parca,
    tal era su profunda depresión.

    Y Angustiado y Procopia en una barca
    buscaban por la noche con cuidado
    en aguas estancadas de una charca

    el remedio que hemos ya citado,
    con la luna, remando muy despacio,
    cuando dijo de pronto el Angustiado:

    - "¡Ya lo tengo, me hice del batracio!
    Metámoslo en el frasco que trajimos
    y volvamos veloces a palacio

    que me cansa remar en estos limos
    entre tanta basura y pestilencia,
    para colmo ni sé cuando salimos".

    Abusando tal vez de la paciencia
    de todos los ilustres visitantes
    volemos en el tiempo con prudencia

    poniendo la historia en los instantes
    cercanos al inicio del verano
    que prometen ponerse interesantes.

    Angustiado cantaba cual soprano
    pues no cabía en sí de su contento
    al ver el desenlace tan cercano

    y al sapo que tenía en su aposento
    cuidaba con gran mimo y deferencia
    sabiéndolo crucial en este cuento.

    A Fuencisla le gana la impaciencia
    por no saber qué pasa en el palacio.
    El rey Reimundo con total prudencia

    le comenta a la reina, muy despacio,
    que ha pedido a los brujos de las sombras
    buscar las soluciones. Es Pancracio

    el más extraño, tanto que si nombras
    a quien quieres hacer un maleficio
    sucede a la semana y ni te asombras.

    "¡Ay, qué larga tristeza y qué desquicio!
    Tener solo este diente, ¡qué mal vista!,
    ¡por esto perderé mi sano juicio!

    Iré ya de inmediato a algún dentista,
    me cueste lo que cueste la consulta,
    que me ponga sonrisa de un artista.

    A ver si con el cambio ya resulta
    que a Fuencisla despierto a los deseos
    y esta vez, al menos, no me insulta,

    ya que ahora soy príncipe de feos"
    -se decía pensando el Angustiado-
    en su cuarto entre llantos y paseos.

    Y se puso en camino hacia el poblado
    a buscarse la ayuda odontológica
    pensando en presupuestos y asustado.

    Su temor se basaba en toda lógica
    al sumar los postizos necesarios,
    la terapia también farmacológica.

    Y después de gastarse cien salarios
    su sonrisa tornaba en reluciente
    e iba con adornos tan dentarios

    admirando a su paso a toda gente.
    Explotaba por dentro de alegría
    por tomar decisión tan diligente.


    En palacio, ¡que gran algarabía!
    al llegar Angustiado y su reforma,
    ¡Es tan guapo! ¿Quién esto pensaría?

    Y a Procopia que todo la conforma
    al ver en dentadura tanto brillo
    se saltó tan de pronto toda norma

    soltándole tal beso de tornillo
    que Angustiado no sabe ya qué hacer.
    Inocente resulta este chiquillo,

    y a Procopia que está de muy buen ver
    la rodea también por la cintura
    y el beso se propone devolver.

    Y tras corresponder la calentura
    el "Angus" le proclama entusiasmado:
    - "¡Me marcho a encontrar al señor cura!"

    Tan contento, ¡se había enamorado
    de un certero flechazo de Cupido!
    Hasta el cura se queda anonadado.

    Y la boda que es poco "de cumplido"
    se celebra muy rápido y veloz
    y felices se marchan sin gran ruido.

    Por ser un matrimonio tan precoz,
    celebrado en estricta intimidad,
    allí nadie le echó ningún arroz.

    - "Procopia, yo te digo la verdad,
    debiéramos poner en el buró
    al sapo con un algo de humedad

    que la luna hace rato que salió".
    Dicho y hecho y allí lo colocaron
    y Fuencisla llegando se acostó.

    Satisfechos los novios se marcharon
    muy contentos las manos bien unidas
    al hotel más cercano que encontraron.

    Entre las muchas idas y venidas
    Angustiado y Procopia, ya en el lecho,
    con ojos de miradas atrevidas,

    con deseo, diría yo, de hecho...
    - "Esta noche, decía, buena amada,
    lo presiento, muy dentro de mi pecho,

    que te dejo del todo embarazada
    y a juzgar por el ímpetu que tengo
    de gemelos, así de una tacada"

    - "Venga pues, buen amor, que te prevengo,
    yo me encuentro también tan predispuesta
    que del gozo apenas me sostengo"

    Los esposos metidos ya en la fiesta
    consumaron así, con sumo gusto,
    y después se durmieron una siesta.

    - "Mas qué es esto, qué ruidos, ¡vaya susto!,
    qué tropel, qué sonidos infernales,
    ¡no me puedo quedar con el disgusto!"

    Se decía Fuencisla, pues con tales
    estrépitos llegados del lugar
    retumbaban ventanas y cristales.

    - "Sin remedio me he de levantar
    a buscar por todos los rincones,
    ¿si parece que es como croar?"

    ¿Y si fuera una banda de ladrones?
    ¡Angustiado, Angustiado, ven deprisa!
    ¡Que les veo venir las intenciones!"

    Llamaba a su crïado de esta guisa
    ignorando que estaba el Angustiado
    con Procopia en la cama y sin camisa.

    Como nadie la hubo contestado
    levantose bastante temerosa
    en pijama, por cierto, descotado.

    ¡Qué elegancia, qué prenda tan vistosa,
    qué blancura de piel y qué figura,
    qué amalgama de dones tan hermosa!

    - "Aunque sea la cosa una locura,
    previamente a buscar ningún sonido,
    me daré un retoque de pintura,

    vayamos que se trate de un fornido
    galán y me encuentre el maquillaje
    ya sin gracia, fatal, descolorido"

    “-No lo encuentro, qué rabia, qué coraje
    no podré descansar con estos ruidos;
    ¿se ocultará detrás del cortinaje?

    Parece que los oigo aquí metidos...
    buscaré sin dejar ningún rincón
    porque ya me revientan los oídos.

    Miraré hasta en el último cajón
    del armario, la cómoda, el ropero,
    debajo de la cama y el arcón.

    Si no cesa este estrépito me muero;
    ¡cuando encuentre al causante de este espanto
    le pego una patada en el trasero

    que corto de raíz su horrible canto,
    ¡vaya ataque de nervios que me ha entrado:
    lo pienso emparedar a cal y canto!

    ¿Que es aquello viscoso y colorado
    que se mueve allá al fondo entre mis cosas?
    ¡Es un sapo asqueroso que he encontrado

    y no huele precisamente a rosas
    Ay,qué asco, es frío como el hielo!"
    Cogiéndolo con manos temblorosas

    lo estampa, decidida, contra el suelo.

    De pronto en el lugar de la caída
    -¡tan solo de pensarlo me congelo!-

    por causa del arranque "sapicida",
    tras una gran cortina de humareda
    emerge una figura bien erguida:

    ¡Un mozo revestido de gran seda,
    con capa, terciopelo y pedrería!
    Fuencisla boquiabierta se nos queda.

    De un sapo pestilente, ¿quién diría?,
    surgía aquella forma tan hermosa,
    ¡Fuencisla de emoción desfallecía!

    Menuda situación embarazosa:
    Un príncipe, tal vez, conmocionado
    y dama sin sentido, ¡mala cosa!

    El mozo, de repente enamorado,
    se acerca a la mejilla y se la toca,
    y al verle el respirar casi acabado

    se lanza a practicarle el "boca a boca"
    lo cual en un instante reanima
    a quien agradecida, un poco loca,

    en besos y arrumacos no escatima
    y el príncipe encantado corresponde,
    la halaga y piropea, en fin, la mima.

    El padre de Fuencisla -¿era un conde?-
    de pronto hace presencia en el momento
    y el príncipe amoroso no se esconde.

    Por contra, ¡solicita casamiento!,
    y obtiene de inmediato su permiso.
    ¡Fuencisla no cabía de contento!

    - "Yo gasto mi fortuna si es preciso
    en boda tan grandiosa y deseada,
    me plazco en este amable compromiso".

    La boda sin demora fue fijada.
    ¡Jamás se olvidará de aquella fecha
    aquella que antes fuera desgraciada!

    Y toda la familia satisfecha
    dispuesta a preparar evento tal
    mientras Fuencisla, rauda como flecha,

    se busca un modelito ideal
    que en mujer deslumbrante la convierte.
    La boda resultó excepcional,

    ella estaba divina de la muerte;
    la pareja a palacio se encamina
    y allí serán felices. De esta suerte
    acaba esta Comedia que es Divina.


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    EPÍLOGO

    Mis agradecimientos os envío
    por haberme ayudado en el proceso
    y haber colaborado en este lío.

    La gran admiración que ya os profeso
    se ha visto corregida y aumentada
    y con gran alegría os confieso
    que también me quedé más que encantada.



    F I N
    A ti, a M.B.Ibáñez., a Javier Alánzuri y a 4 otros les gusta esto.
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    Creo que ha llegado el momento de que acabe de salir el sol o de ponerse, así que adiós a los crepúsculos que la vida sigue... igual, como decía Julito siglos ha.

    Os voy a hacer una nueva propuesta. ¿Nos encadenamos? No es que vayamos a protestar ni a reivindicar nada, bueno, algo sí, reivindicamos el derecho a rimar porque nos gusta y porque nadie nos lo impide.

    La cosa sería así: Yo, que soy "la madre" (como en los juegos de la niñez), voy a empezar con un par de tercetos, el que quiera debe continuar con uno o dos o los que le parezcan, pero siempre encadenándolos a los que ya están escritos y siguiendo un poco con el hilo.
    Es como los poemas que se hacen a dúo, pero estos los hacemos en coral.
    A medida que se añadan, los iré incorporando a la cabecera, para no perder la cadena de vista.


    Allá voy:



    Hago patente una invitación
    a todos mis amigos estimados
    para acudir de nuevo a la reunión

    donde espero encontraros inspirados;
    Empezad a escribir vuestros tercetos
    invocando a las musas o a los hados.


    Gracias por invitarnos. Sean retos
    o pequeños relajos, desafíos
    quizás, puede que luego de Sonetos.

    Aquí llego con estos versos míos
    para así compartir con poesía
    esta amistad que crece como ríos.


    Eratalia inventando no dormía,
    por el crepuscular quedó afiebrada,
    que a los tercetos trova con porfía.

    y en esta propuesta de encadenado
    invita a sus amigos escritores,
    pues sabe que la fiebre se ha quedado.

    Son de ella todos, todos los honores,
    pues con su ingenio siempre nos contagia
    a continuar rimando sin temores.

    Su pluma goza mucho de la magia
    que transmite con todos sus poemas
    a los que gran futuro se presagia.


    He visto que seguís bien los esquemas,
    mas alguien, distraído, erró un poco,
    y la cosa no tiene más problemas

    que hacer la vista gorda; si retoco
    su pequeño gazapo monto un lío
    y el fondo del asunto le trastoco.

    Veamos si con el aporte mío
    sigo bien la cadena de tercetos
    sin que haya en eslabones desvarío.

    A Eratalia presento mis respetos,
    por su idea genial la felicito
    más ahora al cerrar encuentro aprietos,

    por eso añado otro y no lo quito
    porque así me despido amablemente
    y el trabajo me queda más bonito.


    Siguiendo encadenados, cordialmente,
    les deseo un inicio de semana
    estupendo. Que tengan bien presente

    que siempre nos espera la mañana
    y la luz de los días es preciosa
    con solo despertar de buena gana.


    Me siento de vosotros orgullosa
    al ver el arte que aquí desplegáis
    con esa simpatía tan graciosa
    que verso a verso siempre demostráis.

    ...........

    Viendo ya la dinámica adquirida
    ha llegado la hora de empezar
    a hilvanar una historia definida.

    Como siempre, yo vuelvo a comenzar

    probemos a seguirla con buen tino
    llevados por la mano del azar.

    .............







    A ti, a Rosendo, a lesmo y a 5 otros les gusta esto.