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Jorge Lemoine y Bosshardt (Mendoza, 19 de abril de 1948), poeta y escritor argentino.

Poeta, cuentista y novelista marplatense. Presidente de Honor Vitalicio de la Fundación de Poetas de la Argentina. Premios Jämför y Hämtar de la Orden de Onsladen de la Administración Pública de Suecia, 1996/97, Poesía. Primer Premio Nacional de la Sociedad Argentina de Escritores, Seccional Atlántica, 1997,Poesía. Premio de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires,1990, Narrativa. Primer Premio de Honor Leonístico Hispanoamericano, Club de Leones de Buenos Aires, 1996, Poesía. Ha publicado enorme cantidad de volúmenes.

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  1. digo tu vez tu esquina de campana arrinconada
    y, sin olvidarte, mi recuerdo no te guarda cruces.
    tú volviste la cabeza a preguntar la espalda
    tu rastro es sólo un paso
    tu historia es una estatua de sal. No te detuve.
    Antes de tener la libertad de mis velas
    era tuyo el albedrío de elegir el ancla
    sin tristeza, a veces, el olvido te recuerda
    Porque no todo lo que pasa, pasa.
    Deja a tu costado mi nombre como un sobre
    sigue adelante, recoge el sueño y la frente con la frente
    para hacer la espalda. Cuando un olvido me nombre
    bastará para mi tumba un recuerdo que me reces.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  2. Si es mucho más extensa que mi voz, tu distancia
    a qué gritarle a la sombra que dejó caer tu espalda
    si ya ni te guarda la cal de mis manos
    y un palomar vacío se recoge a recordarte.
    Qué llora o canta tanta noche inútil
    si mi fervor y mi palabra no pudieron guardarte
    a veces las estrellas, eso que es para otros!
    se asoman a mi soledad para cantar como un grillo.
    Ya ni siquiera pregunto recodos. Tú no estás en ninguno.
    Para qué preguntarlos! y tu lugar, mi costado
    como un caracol o un cáliz, canta, tu nombre a media asta
    como un rumor de mareas o la última palabra de un loco.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  3. Un poco por esta tarde mansa,
    por los grillos que tiritan
    Por tus ojos que recuerdo a veces, por tus ojos maduros
    sonoros de recóndito silencio
    Un poco por este vacío soñado
    por esta indiferencia de mi costado transitorio
    (No tengo tan lejos una mano cualquiera)
    Por tanto puerto desesperado
    Por lo que tienes de augurio de vela o de promesa,
    un poco por tu hondura de rastro caminado
    por la historia que te crece de la espalda
    Por tu frente ojos abiertos
    tu mirada fija y firme
    Un poco por la caña,
    miga y caña de tus manos...
    ...tus dedos de mimbre pero de junco una vez
    Por tu pecho de manzana
    Y tu corazón de barco
    Por tu sien de empeño, de yunque de galeote
    Otra vez por esta tarde inmensa
    que se calla desde más lejos,
    cuanto más ahondo este silencio sin costa
    Porque cuando empiezas sueño
    recupero a la vuelta del íntimo labriego
    el ojo sin tímpano olvidado y ciego
    sin el acecho que se fue a pensarte
    Porque mi ventana se asoma a tu mañana
    cuando la soledad te improvisa con un canto,
    Porque ya de tanto olvido
    de tanta fatiga de dejar la frente tras la
    espalda aunque el recuerdo no te tiene cruces
    con un poco de dulzura que te agrega
    este ocaso solitario y melancólico
    y el olor vegetal que te rescata
    ya te puedo hacer un templo arrodillado
    de palos cortados con los dientes
    para poner tu costado en mi costado
    y olvidar un rastro
    mientras olvides rostros
    a los que nunca reces.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  4. te exalta tu vacío penetrado
    el silencio desquiciado te
    rescata.
    un campanario asustado
    se desboca

    *

    gárgaras de grillos.

    *
    Cultivaré tu surco de sangre
    y con el hueco de barro sin hornero.

    *

    Pastor de tus silencios los rebaños de tus sombras
    beberán en la garganta de mi flauta

    *

    ¡Qué tumba no visite mi profunda tristeza!
    ¡Qué candado no degüelle qué caña no cante!

    *

    Un vacío palomar: cráneo


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  5. Tañe mariposas
    tu campanario de
    la sien
    ¿qué ojo atónito ignora
    aún la última tarde
    después de tanto azul
    el último azul que no
    responde
    el ojo desquiciado
    un candado
    un ya ciego cerrojo
    tanto velamen
    torpe afán de mariposa
    latido de párpado sin
    onda


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  6. Digo sombras. Digo países soñados de
    silencio
    ¿Y todas las estrellas que no se miran?
    el mar se desnuca a tu
    costado
    el cielo inevitable
    una honda rebelión
    te talonea.
    Ya has perdido el
    viento pero aun las
    aspas, ya sin vuelo para
    siempre


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  7. Grito. sobre una torre esgrimo mi garganta. Grito.
    asesto el grito. vacío tal vez. Desbocada una lanza
    la palabra, insuficiente no me alcanzo.
    estocada mi alarido de granito.
    Aún el agua apaciguada que tirita
    aún laten rezagados algunos pájaros despavoridos del eco
    el silencio se yergue
    tanteo el hueco adivinado en un susurro
    todo en mí se sobrecoge convocado
    Ahora, como un ciego ensimismado callo
    rescatada la luna los molinos de las olas se serenan


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  8. Sentí por fin que todo que
    daba interrumpido, que
    alguien comía un al fin
    en algún lado, que un
    enorme tablero con fichas
    desconocidas ya me excluía
    y ese necesario remanso
    la indirección sin referencia
    y el miedo último, algo
    me falta pensar.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  9. La muerte es infinita por delante
    ya nunca nos no estaremos
    muerto. pero morir no tiene
    tiempo y siempre la agonía
    aunque sea un instante
    en ese momento como si
    el subconsciente se destapase
    se acude a toda la existencia


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  10. En ese momento sentí que la muerte
    me tendía un acceso a la inmorta-
    lidad, que todos los cerebros del
    mundo se convocaban sobre mí,
    que asistía a todas las conciencias
    a ser inaugurado tantas veces
    como era desconocido y ahora
    que accedían a mi existencia
    a pensarme a testificarme
    a comprenderme, a serme.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  11. deletreaba un piano con mano
    tartamuda

    *

    Una sonrisa desteñida

    *

    Amigo mío los dientes de los hombres
    sobresalen como mástiles,
    mientras nadan absurdos en la piel
    inevitable del aceite.
    Pero no vencerán las máquinas
    de sal inexorable

    *

    el topo subcutáneo de tu sangre

    *

    ojos de callejón sin
    salida

    *

    Se desnuca el mar.
    potros de mar que se desnucan


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  12. El mar se ceñirá como un silencio entero
    espesado por fin, designándome
    el perímetro exacto de mi espacio
    con mi absorta actitud de existencia
    definido situado, cabido, existido.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  13. testimonio o existencia de las cosas
    espectador de Dios
    o desmesurado loco
    con los ojos sin quicio
    con los ojos de antemano
    con los ojos y las manos
    donde son todas las cosas
    torre, ejemplo, excepción o número humano
    que yo sólo he sido yo
    de esta manera.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  14. ¿Qué dejarte amiga mía ahora que parto
    para ser más extenso que el olvido?
    cruzarte la cintura tal vez por un camino
    donde el beso ha errado tanto
    Cómo quedarme desde más allá contigo
    cómo buscarte ahora que ya has sido y que me alejo
    si yo mismo soy en todo lo que dejo
    ahora que emprendo la orfandad del hijo.
    No me olvides, no me olvides nunca
    Tanto anduvimos por los días cortos...
    que me iré por los días de los otros
    aunque en cada rostro del camino te descubra.
    Más allá de nosotros el mundo tiene todavía
    por allí andaré alargando la tristeza
    acortando por delante la tristeza que nos queda
    hasta que vuelva a gritar que te he olvidado
    y sea mentira


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  15. Hay hombres flotando en el olor de los días
    máquinas roncas con dolor en otro idioma
    cosas que se hacen diferentes en la gente
    y que son igual en todas partes.
    Todo cambia el significado
    mi tristeza de todas las gentes
    es igual para todas las partidas
    pero no se parece a ninguna tristeza
    y mis gentes son todas diferentes.
    Hay muertos viviendo de antemano
    historias precedidas
    siempre se halla el orden en un ritmo cualquiera
    y las cosas se suceden como sean
    como iban a ser o como se equivocaron
    pero sólo han sido como son
    iban a ser entonces como han sido
    Yo estoy flotando ahora en el olor de los días
    como un hombre
    existido de tantas cosas que asisten a mi existencia
    y soy tantas cosas
    cosas que digo que me pasan y que simplemente soy o son yo
    que son el olor de los días en que floto
    o flotan en el sabor de los días que me existe.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT