1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Jorge Lemoine y Bosshardt (Mendoza, 19 de abril de 1948), poeta y escritor argentino.

Poeta, cuentista y novelista marplatense. Presidente de Honor Vitalicio de la Fundación de Poetas de la Argentina. Premios Jämför y Hämtar de la Orden de Onsladen de la Administración Pública de Suecia, 1996/97, Poesía. Primer Premio Nacional de la Sociedad Argentina de Escritores, Seccional Atlántica, 1997,Poesía. Premio de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires,1990, Narrativa. Primer Premio de Honor Leonístico Hispanoamericano, Club de Leones de Buenos Aires, 1996, Poesía. Ha publicado enorme cantidad de volúmenes.

Color
Color de fondo
Imagen de fondo
Color del borde
Fuente
Tamaño
  1. He puesto sobre la mesa sus fotografías
    no pude acomodar su ausencia
    porque hace ya muchos poemas
    se disipó con ciertas cosas
    Mi ropa está aún en la maleta
    He escondido tu retrato en un cajón oscuro
    porque no quiero mirarme la memoria
    con esta mirada nueva
    He dejado el tiempo sobre la mesa
    pero se fue a la calle
    con la noche a cuestas.
    Yo estoy con la tristeza puesta
    desnudo sobre la cama
    un poco sábana el cuaderno
    y esta fría sábana extranjera
    A veces me asalta tu nombre
    como una actitud de supervivencia
    pero me muerdo los labios
    y escondo en el cajón la lengua
    Todo lo demás lo escondo aquí
    quiero que sepas.
    Ella mira desde mi alma desierta
    yo no la miro
    yo no la miro a ella
    Le he pedido perdón en una carta
    Le dije los caminos y también la tristeza
    Le dije que las cosas se me escapan
    que huyen a veces al poema
    y que algunas otras se refugian
    mucho más allá de mi cabeza
    Le dije que no te he conocido
    Le dije que nadie y me mordí las venas
    Le dije que me crecen los zapatos
    que a veces me entristecen cosas viejas.
    Ella no dijo nada estaba inmóvil
    en el aire ausente de la pieza
    la carta aún no la he cerrado
    para que mi corazón la lea.
    La he escrito para mí, para mis culpas
    para que me indulte aún la primavera
    para que vuelva hasta mi insomnio
    en los feroces días de la condena.
    Mi sentencia es la vida
    no hay nada que quede más afuera
    Miro otra vez su retrato es siempre el mismo
    ella me mira yo no la miro a ella
    La tristeza es a veces infinita
    del olvido ya perdí la cuenta
    el alma vuela se evapora
    y se asienta en cada cosa y queda
    Ahora ya termino esta paloma
    es la hora de ti, es cuando llegas
    y atracas tu perfume inmenso
    entrando como el alba por la puerta
    el recuerdo es una flor nocturna, se abre
    mi alma se evapora y vuela
    tu imagen la tripula amiga
    tu nombre la ilumina compañera
    Toda mi historia duerme dolorida
    Toda mi historia canta y se despierta
    por la ventana entra tu canto amigo
    y el silencio huye por la puerta.
    He venido con los besos a la página
    con los dedos untados de tu ausencia
    tu cara pleniluna mi recuerdo
    tu vida me está haciendo poeta.
    Tengo que hablarla por teléfono
    (Tengo que hablarla por teléfono)
    Tengo que contarte algunas otras cosas:
    tengo una foto mucho más pequeña
    que me mira y me hunde ya lo sabes
    que me asesta su pálida inocencia
    Voy a buscar tu foto ahora, ya la tengo
    es esa donde tú me besas
    o te beso yo o nos besamos
    y el aire hace el amor con la tristeza
    (el aire hace el amor con la tristeza)
    Ya las tengo todas casi juntas
    pero aún no las puedo poner cerca
    Él me anuda a su mirada inmóvil
    mi alma consiente a su mirada inmensa
    Ella me mira yo no la he mirado
    Tú que me besas
    Yo que creo que comprendes ahora esta tristeza
    Ella me mira yo no la he mirado
    Tú que me besas
    Comprendes ahora esta tristeza?
    Ahora debo decirte francamente
    que miro su retrato para hacer que vuelva
    como una resaca todo lo pasado
    Sabrás entonces, si después de ésta
    no recibes otras cartas encendidas
    que he dado aquellas cosas por perdidas
    en el fondo de las fotos y que ella
    me sigue mirando y yo también la miro
    y que tus fotos quedarán sobre la mesa
    cuando esté partiendo cuando me haya ido
    por un olvido que tal vez recuerda.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  2. Reí hablá sé franco jugate deponé actitudes fijas y sin espontaneidad y salí de vos cuantas veces sea posible, que si bien es cierto que tanto va el cántaro... que (al final la seca):... rompe; cuando se rompa el cántaro habrás dejado un sendero tan marcado y aprendido que en vez de necesitar de llevarte el agua a tu casa para lavarte a la sombra, solo, sin saber si te queda o no mugre en alguna parte, vas a ir a la fuente y meterte en ella, integrarte, participar de la gente, en la gente, y no a la vuelta de ella y sus veces, en tu hermetismo, como masturbándote.
    Ya no queda nada por decir.
    pero todo lo que de alguna manera repita ahora
    será un barco reconocible,
    pero hay un rumbo nuevo.
    Quisiera decirte,
    entonces pienso que toda mi actitud de palabras es el rictus de un árbol
    que solamente hermoso o raro o árbol
    y que tal vez grita su clamor de árbol
    Ya no hay tiempo de haberlos
    sangre muerta, rota
    solucionado.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  3. Voy tildándome la historia con rostros
    como un camino donde clavo cruces
    pero qué lado del espejo soy verdad
    qué historia he muerto o vivo en los dos
    infinitos que separa una tumba.
    ¿de qué lado del tiempo soy verdad?
    Y tu olor en francés y tus telas francesas
    y tu mentira en francés y tu pobreza sin patria.
    En un púlpito de tu sangre me existe un espejo vacío
    ¿qué palabras vive un silencio como una sombra que no se ha cerrado nunca? Allí respira mi fuego
    gato derretido de agua roja. buscándote la veta en el cerrojo savial que te vive. Todas las cosas son clausura de un nunca que se cierra la primera vez. De tu garganta me asume la eternidad de un caracol. Sonar en tus catacumbas como la última palabra hace la sombra eterna del silencio. Hasta que te hinches como un templo de oro
    en canto con mi grito de sol.
    Voy viviéndote el pie, pájaro de pan y caña
    como la hiedra en la raíz hasta el hornero.

    *

    Y qué decir, cómo emprender este primer silencio que desmantelaré, que colonizaré, que invadiré y poblaré poco a poco como algún día tu sangre, una larga ciudad, sonando al doble rostro de nosotros.
    Entonces ya me lavo todas las sombras arrojo el inútil peso de lo adjetivo para clavarte el embrión savial, la verdad sin actitud, sin manera sin vez y sin historia.
    Esta verdad que no cambia, este inmutable absoluto en el intiempo de lo eterno. este infinito. Por eso echo al agua la sobrecarga de todos mis símbolos, mis fetiches mis dogmas mis ramas sin después mis rumbos oblicuos mi número lateral mi costado numeral, mi orden mi todo y este que, este lo esta única realidad incomparable sobrelleva mi costumbre de haberme inventado ciego.

    *

    caigo las palabras como barcos
    con los fetiches de mis templos que viajo
    pero el punto de partida no nos da
    y yo apenas sé que nos
    como presintiendo qué decir y digo
    sólo es alguien en alguna parte.
    pero tal vez. todo tal vez
    barcos transparentes a mis manos
    y tantos rezos como éste y tantos solos
    y en ese caso sólo el mar
    que no podernos testigos
    porque cada uno sólo nos la locura porque ¿qué otra cosa?

    *

    Impotencia de ser poeta con palabras
    enseñarle a imaginar a un ciego
    ciegos todos, mutuamente todos
    acomodando signos sin.
    Yo dije que mi cara no tenía importancia, que es sólo un rótulo para que me reconozcan, también por los ojos.
    no hay nada mejor que otra cosa,
    sólo preferimos o es más útil.
    como una hiedra,
    pongo mi raíz en una vez
    y parto con mis brazos hacia el
    infinito del nunca.
    Algún nunca sé que desde nunca


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  4. Cada día te digo adiós, cada día me despido de algo tuyo, cada cosa nueva es un nunca para nosotros.
    A veces no sé si contribuir a las ocasiones es imprudencia o no hacerlo es cobardía.
    Abrir un ciego cuando todo lo visible es espantoso, en un rostro bajo la mano fundamental como una red o un buzo.
    A veces se naufraga, se pierden los hitos, los árboles que numeran el camino, alguna cosa cualquiera que sea otra y nos pueda un rumbo. A veces se ciego todo como la nada.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  5. El silencio es un sitio para cualquier palabra. Allí esperamos siempre.

    *

    ...Y allí estábamos, innumerablemente indivisibles como el humo.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  6. Y qué estamos dispuestos a decir, sino nuestros propios parapetos. Hacer un caracol de grito y escondernos. Topos en nuestra propia garganta indescifrable. Y las cosas siguen en pie, fantasmas impalpables, como asir las ideas con palabras.
    Y las cosas siguen en pie, mientras haya alguien que las piense.
    (El pensamiento es una manera de existir que no se repite.)
    Pero decimos diariamente como haciendo camino hacia nosotros que nunca termina.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  7. Te he despreciado tal vez como si sólo pudieras ser apariencias y no obstante golpeé todo lo que pude para saltarte la pintura, para hacer un lugar en tu coraza y poder mirar el frío y el miedo que abuzan por adentro. Entonces me encontré. Como si tu segunda defensa fuera pintarte de espejo debajo de tu primera apariencia. Me encontré y me sentí solo rodeado del miedo de haber entrado imprudentemente, en el que comprendía era mi último minuto, mi último sitio, como alguien que comprende en un salón de espejos que lo acaban de matar.
    Cuánto tiempo, tal vez la eternidad, para presenciar la propia muerte.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  8. Dos cosas no serán en esta carta. Una, escribirte al final lo que vos misma dejaste en aquel papel, una noche que todavía importa aunque diga cualquiera; la otra cosa que no será es hablar de alguna carta que no te ha llegado y tal vez no te llegue.
    Todos tenemos un tiempo. Ésta es la primera vez que te hablo del tuyo. Tal vez un día vos me hables del mío. En realidad no importa. Ahora me hago a la espera como un labriego que a la orilla de la tierra echa a andar un tiempo frutal.
    Un día te tragué los ojos; ahora te los vivo como la tierra convocada en la semilla.
    Por eso te hablo de tu tiempo, de los ojos; porque yo tengo un pedazo de tu tiempo y de tus ojos. En realidad todos tenemos los ojos y el tiempo de todos. Encontrarse es poner un costado en un costado. Por eso aunque tengamos el tiempo y los ojos de todos, no todos han sido por nosotros.
    Aquí te alargo una hora para ser en los dos, nosotros que sí hemos pasado por nosotros.
    En el escritorio de mi padre tengo un montón de cuadernos y papeles entre los que está tu letra.
    Esta carta ya ha terminado.
    No puedo cumplir (por ahora) ni con el formulismo de intercambiar lo escrito una noche, ni con el de pedir perdón. Por eso me limito a desearte suerte en los exámenes y tratar de volver a las cosas que no nos sobren.
    Un gran beso.
    Hasta mañana.
    Tal vez te mande esta carta.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  9. No soy un testigo habilitado para saber qué cosas son
    geniales y me pasan al lado de las cosas y las soy, pero no sé
    contar lo que no me es dado ser relativo.



    EL SEÑOR DIRECTOR

    Al señor director del diario la Nación
    .....
    Mi muy estimado señor.
    (Creo que lo de señor y lo de estimado
    son adjetivos con que cuentan de
    antemano y anticipadamente
    todos los individuos, en la conside-
    ración de cada uno de los otros; lógicamente
    sólo hasta los hechos; porque no
    hay posibilidad de mantener una
    imagen pura en la realidad, y lo de
    pura viene como inconcreta
    solamente imagen.)
    He tenido siempre aversión a las
    cartas íntimas (y a todas por qué no)
    escritas con máquinas tipográficas.
    La letra es algo propio, por lo menos para
    obligar a los grafólogos a inventar
    diferencias que nos diviertan más.
    Y eso de escribir mi letra a má-
    quina, porque son mis palabras
    la que yo vivo como un labriego
    no aceptaría sus lechugas y sus
    choclos y sus arvejas ordenadas
    en el surco en forma de latas de
    conserva; y yo menos como si
    me sacase una foto
    escondido detrás de la foto
    de nadie; porque eso es la letra
    anonimada a máquina y qué carajo
    no me voy a parapetar para
    decir algo, que para eso no lo digo
    además que las características de
    mi letra son proporcionalmente
    la fisonomía de mi voz y no
    voy a pedir intérpretes ni altavoces
    que se pongan mis palabras y menos
    con sus caras y sus culos y sus
    ganas de cagar diferentes.
    Creo que para todo hay un margen
    de reservas; por eso espero que se
    pueda satisfacer con una respuesta
    específica, la pregunta que esta carta
    encierra.
    A modo de publicación personal
    como un aviso clasificado quisi
    era que se exhibiera esta nota que
    pese a tener apariencia de carta
    y a estar dirigida al solo director del
    diario sólo necesita del público para
    cobrar vigencia.
    La razón es la de presentar al
    lector el segmento de un diálogo
    que en realidad no tiene más y que
    por lo tanto es un monólogo aunque
    pretenda contar con una tácita respues-
    ta o el buen humor. cavilatorio
    de los hombres graves.
    Al señor...
    Mi muy estimado señor, (o lo
    que venga al caso)
    apelo (o me dirijo a usted)... apelo,... sí
    Apelo a sus vastos almacenes de informa-
    ción en los cuales creo que estarán ya
    las palabras y los significados de la
    respuesta; para poner en sus manos
    la inquietud de mi pregunta.
    (A esto le falta un altavoz y un patio
    de escuela.)
    Bajo el nombre de compre nacional
    la presidencia de la Nación emitió un
    decreto que funciona como ya se informa
    Ésta es una pregunta de respuesta
    tácita, e importa más el que sea cono-
    cida como pregunta y no satisfecha
    en el limitado campo de la respuesta
    teórica.
    Los objetos del compre sobre los que
    se ejecuta el decreto, según creo,
    no están comprendidos
    dentro de características específicas.
    Es decir no se habla de ellos de manera
    que deban entenderse sólo como materiales,
    por lo tanto y ésta es la pregunta,
    supondríamos también como objetos
    de compre los comprendidos en lo
    Intelectual y Artístico.
    Al señor presidente de la
    Nación.
    En conocimiento de su excelentísima
    persona ponemos la inquietud
    que nos aflige respecto del
    destino argentino que
    tienen los artistas nacionales.
    Desconocemos el caso de
    otros, y pedimos perdón por esta
    particularización, pero nuestra
    urgencia se refiere a la de los
    Artistas literarios Argentinos, y
    a este punto nos referiremos.
    Sin volver a hacer mención
    al decreto, que esperamos
    quede incluido en
    los elementos de consideración,
    alegamos al derecho que tienen
    artistas argentinos a desempeñar-
    se en la infinitud de la Secretaría de Cultura
    sin ignorar que la valía de cada uno
    debe ser el patrón de medida
    para ello; creemos que la secretaría es
    Argentina y Argentino es su beneficiario
    y el dinero con que no se pagan sus
    escritores.
    Y pese a cierta conocida objeción
    sobre que "el documento nacional de identidad no
    da derecho a ser publicado por la S. de C." exigimos
    el reconocimiento sobre la
    naturaleza de los argentinos
    que no tiene nada que envidiar
    a la de otros.
    En este punto, y pese a que no
    necesite este
    argumento de prueba alguna,
    ponemos en los considerandos
    el nombre de un artista que
    a nadie o pocos se le ha ocurrido
    contar dentro de los orgullos
    Nacionales. El señor Ernesto
    Hollmann. que aparte de
    Houssay, Maradona y otros boxeadores
    ...y carlos gardel hicieron cono
    cer la nacionalidad de todos
    nosotros, luego de gozar
    de un prestigio internacional
    y de la consideración del
    público y Editores de todo el
    mundo aun sobre sus colegas
    que frente a él y a sus condi-
    ciones, fracasaron ante su
    propio público. Sigue en su país
    por delicadas razones de resignación
    y además del agravio que implica la igno-
    rancia sobre su persona por
    parte de las autoridades del
    ministerio, debe tolerar las calumnian-
    tes e irreales razones que algunos
    de los directivos de la Cultura usan
    como escudo de su interesada
    indiferencia para con este creador.
    (Se ha mentido) fue escuchado
    Dejamos que usted y los lectores
    del diario juzguen si el agravio
    no se extiende hasta el último
    argentino. Se ha mentido.
    Se ha dicho "cerraré la editorial
    antes que Hollmann
    publique".
    .....



    EL SEÑOR PRESIDENTE

    ...Pero soy responsable de mi
    gente. la interpreto
    la siento, le elijo las verdades —le habilito una
    (imagen)— que las imaginen. Luego la culpo o les
    doy las gracias.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  10. Nací descalzo pero con los viejos y los abuelos y
    tatarabuelos puestos.
    También vine con cara y aunque
    no prevista prefijada. No obstante
    algunos retoques personales como
    el del labio superior derecho un poco más
    "parpadoso" (de párpado) que el otro. Trofeo
    de guerra de cuando aprendí a
    desconfiar de mi hermano, jugando
    a Superman un día más atrás
    del último recuerdo
    Adivino, creo entre las nubladas
    transparencias del sueño que me
    corrió la cama mientras yo estaba
    en pleno salto desde el armario ya
    recuerdo el armario que siempre tenía un
    lugar para el misterio. Algún
    rifle que alguien me había hecho
    creer alguna vez, que fue de B. Bill.
    y que yo buscaba todas las alguna
    tarde de lluvia y del que sólo
    conseguían embaucarme
    la atención algunos sombreros
    estilo cazadores de tarzan o un
    juego de química aquella de los
    imprevisibles inventos que nunca
    pude. Yo vengo hace tal vez treinta y seis años
    tres meses y dos días, Creo que era
    verano porque supongo que no me
    daba impresión el frío del hielo
    cayendo entre el talco de la mágica
    transformación de Superhombre
    y a supervelocidad me (supongo) pego el
    supergolpe entre las dos camas que
    mi hermano corrió en el segundo
    y el súper dolor de mi labio no
    súper porque me quedó como un
    durazno de la compota o la oreja
    de Piastrellini que dice que le salió
    gruesa y corta porque al padre le
    faltó justo esa gota.
    Por eso el brillo porque el labio.
    En esa medida, fui el artífice de
    mi cara y aún contribuyo
    con la zafra de barritos y la
    explotación de las vetas grasas
    de mis atómicamente insopor-
    tables forúnculos.
    Nadie pregunte por mi primer
    complejo, ni por el último.
    Puedo contestar, por algunos.
    Aunque parezca sintomático hablar de complejos
    justo después de historiar —no tanto porque son
    actuales (aunque mañana también ES historia)— granos
    Después de aprenderlo todo,
    todo lo que necesitaba para empren-
    derme, me vino la soledad.
    sí un día empezó. ya no sé cuándo;
    son tantos los recodos doblados que
    no encuentro la entrada del
    túnel con sólo mirar atrás.
    Todavía recuerdo cómo se me
    clavaba el primer vaso de vino
    se clavaba y resonaba como un
    relámpago fácil por el que descubrí
    mi interior. Después, siempre reconocía
    esa sensación de ventana empañada
    de sonidos grises de voces de lana
    y todo se doblaba como a través del
    aire caliente.
    Y la gorda Cazorla en el asado de
    Héctor y Ana. Yo ya sabía decir culo
    con su correspondiente sensación
    de dominio como un terrateniente
    dice en un bocado de palabra
    dura "estancia" (bien redondo)
    o "tierra" (tan áspero) y yo que
    culo, culo, culo de Cazorla
    culoteniente como terrateniente.
    La vida nos va llenando las palabras
    como los jarros de los presos o los
    soldados que hacen la cola para la ración:
    Soldados de mil jarros
    todos llenos de mi historia. Pero
    con la guerra perdida.
    Aunque tal vez ni siquiera tuve
    guerra ni siquiera fui, y si las
    dos cosas, tal vez no supe mis razones.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  11. Nos busco
    como un hombre convertido en perro al que nadie comprende
    me veo pasar y me ladro
    algunas veces me ahuyenté con palos
    ésta es la distancia amor pobre sabueso tirale
    un hueso pero después no te hagás el desentendido
    como los que dan porque les sobra y con eso ya
    están abonados al paraíso.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  12. Necesito en esta orilla del silencio, hacer señas para que me viva mañana.
    Mujer mía, no quiero pesarle mi pesimismo o realismo acerca de las cosas.
    He removido mucho la tierra. No es el origen pero es un antes. Quiero decirle que he encontrado muchas cosas. No se afilie a mi, tal vez desaforado punto de vista. Pero vea por mí y luego juzgue. Hemos hablado mucho.
    Recuerdo haber comentado algo sobre el altruismo y el egoísmo.
    Altruismo viene del latín "alter", otro. "Ismo" es abocación. Ego. Uno mismo.
    Sus padres son decente, comprensible y honestamente egoístas. Son humanos.
    Usted es dos cosas para ellos. Los otros. Y ellos mismos. Es decir, es parte de su egoísmo y parte de su inactivo altruismo.
    Ellos actúan interesadamente en cuanto a su función en la familia que ellos son.
    En cuanto a lo relacionado con el ser usted en usted misma, ya no atienden.
    Ése es el altruismo. Inexistente. Ellos no contemplan su realidad individual.
    Pero usted, créame, es mucho más individuo que familia. Es mujer más que niña, es más madre que hija. Claro está, cualquier juego de palabras tiene el caos de la verdad. Pero eso para los hombres.
    Que se equivocan. Pero la verdad es inconmovible y no admite un caos que es de los testigos y no de los hechos.
    Cabalmente sus padres me retumban en las pelotas.
    He comprendido el asqueroso materialismo de su madre en pequeños detalles que se iluminaron. En una pieza oscura un espejo no se ve pero una rendija de luz lo descubre.
    Hoy he revuelto en todo este caldo y encontré una llave. Eso no quiere decir que a San Pedro se le hiciera el caldo gordo —o que se ahogara (valga su jerarquía) en una olla de caldo y no en un vaso de agua. Cambié de recipiente porque Pedro es un cabezón.
    Ya me había dicho San Lucas, el cajero, que San Mateo el taxista le prestó una rueda de su carro para tomar la medida de su halo de santidad. Creo que igual, le quedó ajustado.
    Voy a explicarle. Su padre invirtió en una estación de servicio como negocio. Se fue a España. La estación se vendió cinco meses después. Ese dinero excede los límites de aun una ensanchada necesidad.
    Roberto se queda en casa de amigos y luego se irá a vivir no sé dónde. Pero no tiene un departamento. Es decir. El lujo, que no la necesidad, es un cebo para los que van. Los que quedan no gozan del patrimonio familiar.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  13. Ser poeta es muy fácil
    hace falta una distancia
    una imagen que a veces
    confundimos con la almohada
    Hacen falta muchos besos
    en la boca solitaria
    y el silencio desnudo
    acostado en nuestra cama
    Es aún mucho más fácil
    si se posa en la ventana
    una paloma perdida
    o una trémula guitarra
    Se necesita una hoja
    que se parezca a una sábana
    y después cerrar los ojos
    y arrojarlos en el alma
    Y empezar a dibujar
    con silencios o palabras
    los caminos de los dedos
    por el cuerpo que nos falta
    Hay que estar enamorado
    por eso hay pocos poetas
    la poesía no se atrapa
    con ávida red de letras
    Hace falta algo de rezo
    vivir con el sueño alerta
    llorar al ver una rosa
    y andar desnudo en la guerra
    Si esto no da resultado
    se compra un libro cualquiera
    la poesía está en los ojos
    del que pasa a recogerla


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  14. Creo que podría ser profesor
    de geografía
    Conozco cada río del aire quieto
    cada costa cada labio
    cada abismo del silencio
    Mis alumnos no usarían
    anteojos.
    Tal vez calandrias
    en las manos líquidas
    tal vez mirada de mordaza
    Todos lloraríamos juntos
    al empezar la clase.
    Hoy por ejemplo
    enseñaría los desiertos atroces
    con esqueletos blancos
    de luminosos caminantes
    Allí han establecido
    sus cadáveres titilantes
    algunos poetas que nacieron ciegos.
    Dejaríamos para nunca
    los oasis
    Alguien habría inventado
    la palabra teléfono
    Si no fuera por esta hora
    en que todo el mundo duerme.
    Creo de verdad que podría
    ser un mal profesor
    tengo todo que decir
    podría asustar a mis alumnos
    Dibujar en un pizarrón de lágrimas
    cordilleras de besos
    cordilleras con diamantes
    que se quedan atrapados
    en la boca
    ay los volcanes
    ay la nieve y la llamarada
    y la lava en soledad.
    Conozco este planeta de callar
    con manos de viento
    con garganta tormentosa
    con huracanes de cuadernos.
    Les aconsejo que no se inscriban
    en mi curso
    Podrían hacerse adeptos
    a la poesía
    y en alguna última página
    a un primer suicidio.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  15. Me ha llegado una carta tuya
    desde antes
    desde un día en que podría haberte averiguado
    Hoy es el día en que sé que podrías haber
    llegado
    Hoy es el día en que
    creces con los instantes
    de mi caída
    a lo largo de tu tamaño de pozo.
    Tú eres un sobre cerrado desde que
    existes carta.
    Aquí.
    Hoy, tus ojos:
    ¡Querida tú!
    tu boca:
    esperada, llegada, tenida tú
    mis manos mar y anclas
    tus manos anclas y mar
    tú: mar
    yo: ancla quilla
    En el horizonte, esta manera de
    nosotros
    esta forma estridente de decir
    esta forma ajustada de ser.
    Me he caído a las entrañas de
    tu alma,
    allí me quieres
    encontré la bandera de mi
    imagen
    y un llamado que esperaba
    que lo fuese a buscar
    a escuchar
    un candado grita su dolor
    estático.
    Se aprietan las voces de
    tus cosas y no te entiendo
    y se deforma tu imagen
    simple,
    complicada.,
    Me abrazan los renglones de
    tu abrazo.
    Mañana seguiré la
    estela de mis ojos
    Me acantilé desde tus ojos
    aludando a tus sótanos desde un balcón
    y se encontraron mis dos maneras
    de verte de escucharte de
    hundirme
    Mi conciencia está en tu alma
    He despertado en tus playas duras
    o como mi blandísima manera
    de sentirlas.
    el tú que pienso se infla de ti
    Eres enorme
    y eres tú
    y te sospecho infinita.
    Tú eres hasta donde son las cosas en que
    existo en el instante último en que
    estás llegando
    Hasta allí eres tú,
    pero hoy que lo sé desde allí eres
    hasta donde llamo tú.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT