1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Amor de mis entrañas, viva muerte,
    en vano espero tu palabra escrita
    y pienso, con la flor que se marchita,
    que si vivo sin mí quiero perderte.

    El aire es inmortal. La piedra inerte
    ni conoce la sombra ni la evita.
    Corazón interior no necesita
    la miel helada que la luna vierte.

    Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
    tigre y paloma, sobre tu cintura
    en duelo de mordiscos y azucenas.

    Llena pues de palabras mi locura
    o déjame vivir en mi serena
    noche del alma para siempre oscura.



    Federico García Lorca

  2. Porque te tengo y no
    porque te pienso
    porque la noche está de ojos abiertos
    porque la noche pasa y digo amor
    porque has venido a recoger tu imagen
    y eres mejor que todas tus imágenes
    porque eres linda desde el pie hasta el alma
    porque eres buena desde el alma a mí
    porque te escondes dulce en el orgullo
    pequeña y dulce
    corazón coraza

    porque eres mía
    porque no eres mía
    porque te miro y muero
    y peor que muero
    si no te miro amor
    si no te miro

    porque tú siempre existes dondequiera
    pero existes mejor donde te quiero
    porque tu boca es sangre
    y tienes frío
    tengo que amarte amor
    tengo que amarte
    aunque esta herida duela como dos
    aunque te busque y no te encuentre
    y aunque
    la noche pase y yo te tenga
    y no.



    Mario Benedetti

  3. Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
    silencio que habla,
    tempestades sin viento, mar sin olas,
    pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
    topacios impíos como la verdad,
    o toño en un claro del bosque en donde la luz canta en el hombro de un árbol y son pájaros todas las hojas,
    playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
    cesta de frutos de fuego,
    mentira que alimenta,
    espejos de este mundo, puertas del más allá,
    pulsación tranquila del mar a mediodía,
    absoluto que parpadea,
    páramo.



    Octavio Paz
  4. La tinta verde crea jardines, selvas, prados,
    follajes donde cantan las letras,
    palabras que son árboles,
    frases que son verdes constelaciones.

    Deja que mis palabras, oh blanca, desciendan y te cubran
    como una lluvia de hojas a un campo de nieve,
    como la yedra a la estatua,
    como la tinta a esta página.

    Brazos, cintura, cuello, senos,
    la frente pura como el mar,
    la nuca de bosque en otoño,
    los dientes que muerden una brizna de yerba.

    Tu cuerpo se constela de signos verdes
    como el cuerpo del árbol de renuevos.
    No te importe tanta pequeña cicatriz luminosa:
    mira al cielo y su verde tatuaje de estrellas.



    Octavio Paz


  5. Se me ocurre que vas a llegar distinta
    no exactamente más linda
    ni más fuerte
    ni más dócil
    ni más cauta
    tan solo que vas a llegar distinta
    como si esta temporada de no verme
    te hubiera sorprendido a vos también
    quizá porque sabes
    cómo te pienso y te enumero

    después de todo la nostalgia existe
    aunque no lloremos en los andenes fantasmales
    ni sobre las almohadas de candor
    ni bajo el cielo opaco

    yo nostalgio
    tu nostalgias
    y cómo me revienta que él nostalgie

    tu rostro es la vanguardia
    tal vez llega primero
    porque lo pinto en las paredes
    con trazos invisibles y seguros

    no olvides que tu rostro
    me mira como pueblo
    sonríe y rabia y canta
    como pueblo
    y eso te da una lumbre
    inapagable
    ahora no tengo dudas
    vas a llegar distinta y con señales
    con nuevas
    con hondura
    con franqueza

    sé que voy a quererte sin preguntas
    sé que vas a quererme sin respuestas.



    Mario Benedetti
  6. No sabes como necesito tu voz;
    necesito tus miradas
    aquellas palabras que siempre me llenaban,
    necesito tu paz interior;
    necesito la luz de tus labios
    !!! Ya no puedo... seguir así !!!
    ...Ya... No puedo
    mi mente no quiere pensar
    no puede pensar nada más que en ti.
    Necesito la flor de tus manos
    aquella paciencia de todos tus actos
    con aquella justicia que me inspiras
    para lo que siempre fue mi espina
    mi fuente de vida se ha secado
    con la fuerza del olvido...
    me estoy quemando;
    aquello que necesito ya lo he encontrado
    pero aun !!! Te sigo extrañando!!!



    Mario Benedetti
    A Amarilys le gusta esto.



  7. La primera vez que nuestras
    miradas se cruzaron
    fue una lluvia de estrellas
    cantando.

    Fue como abrirme
    en la sonrisa de tu boca
    así como te abriste
    en las alas de mis mariposas.

    Como si fuéramos sueños
    que se encuentran
    muy despiertos
    despertando primavera.

    Fue como congelar
    el tiempo en nuestro espejo
    cuando me volví mar
    sonriendo.

    Cuando en ese instante
    la magia se vistió de flores
    en el sol de reflejarme
    en la luna de nuestros soles.

    Autor Kei= jose luis
    A Amarilys le gusta esto.
  8. QUIERO que sepas
    una cosa.

    Tú sabes cómo es esto:
    si miro
    la luna de cristal, la rama roja
    del lento otoño en mi ventana,
    si toco
    junto al fuego
    la impalpable ceniza
    o el arrugado cuerpo de la leña,
    todo me lleva a ti,
    como si todo lo que existe,
    aromas, luz, metales,
    fueran pequeños barcos que navegan
    hacia las islas tuyas que me aguardan.

    Ahora bien,
    si poco a poco dejas de quererme
    dejaré de quererte poco a poco.

    Si de pronto
    me olvidas
    no me busques,
    que ya te habré olvidado.

    Si consideras largo y loco
    el viento de banderas
    que pasa por mi vida
    y te decides
    a dejarme a la orilla
    del corazón en que tengo raíces,
    piensa
    que en ese día,
    a esa hora
    levantaré los brazos
    y saldrán mis raíces
    a buscar otra tierra.

    Pero
    si cada día,
    cada hora
    sientes que a mí estás destinada
    con dulzura implacable.
    Si cada día sube
    una flor a tus labios a buscarme,
    ay amor mío, ay mía,
    en mí todo ese fuego se repite,
    en mí nada se apaga ni se olvida,
    mi amor se nutre de tu amor, amada,
    y mientras vivas estará en tus brazos
    sin salir de los míos.


    Pablo Neruda
  9. El viento es un caballo:
    óyelo cómo corre
    por el mar, por el cielo.

    Quiere llevarme: escucha
    cómo recorre el mundo
    para llevarme lejos.

    Escóndeme en tus brazos
    por esta noche sola,
    mientras la lluvia rompe
    contra el mar y la tierra
    su boca innumerable.

    Escucha como el viento
    me llama galopando
    para llevarme lejos.

    Con tu frente en mi frente,
    con tu boca en mi boca,
    atados nuestros cuerpos
    al amor que nos quema,
    deja que el viento pase
    sin que pueda llevarme.

    Deja que el viento corra
    coronado de espuma,
    que me llame y me busque
    galopando en la sombra,
    mientras yo, sumergido
    bajo tus grandes ojos,
    por esta noche sola
    descansaré, amor mío.


    Pablo Neruda
  10. PEQUEÑA
    rosa,
    rosa pequeña,
    a veces,
    diminuta y desnuda,
    parece
    que en una mano mía
    cabes,
    que así voy a cerrarte
    y a llevarte a mi boca,
    pero
    de pronto
    mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
    has crecido,
    suben tus hombros como dos colinas,
    tus pechos se pasean por mi pecho,
    mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
    línea de luna nueva que tiene tu cintura:
    en el amor como agua de mar te has desatado:
    mido apenas los ojos más extensos del cielo
    y me inclino a tu boca para besar la tierra.


    Pablo Neruda
  11. Hay besos que pronuncian por sí solos
    la sentencia de amor condenatoria,
    hay besos que se dan con la mirada
    hay besos que se dan con la memoria.

    Hay besos silenciosos, besos nobles
    hay besos enigmáticos, sinceros
    hay besos que se dan sólo las almas
    hay besos por prohibidos, verdaderos.

    Hay besos que calcinan y que hieren,
    hay besos que arrebatan los sentidos,
    hay besos misteriosos que han dejado
    mil sueños errantes y perdidos.

    Hay besos problemáticos que encierran
    una clave que nadie ha descifrado,
    hay besos que engendran la tragedia
    cuantas rosas en broche han deshojado.

    Hay besos perfumados, besos tibios
    que palpitan en íntimos anhelos,
    hay besos que en los labios dejan huellas
    como un campo de sol entre dos hielos.

    Hay besos que parecen azucenas
    por sublimes, ingenuos y por puros,
    hay besos traicioneros y cobardes,
    hay besos maldecidos y perjuros.

    Judas besa a Jesús y deja impresa
    en su rostro de Dios, la felonía,
    mientras la Magdalena con sus besos
    fortifica piadosa su agonía.

    Desde entonces en los besos palpita
    el amor, la traición y los dolores,
    en las bodas humanas se parecen
    a la brisa que juega con las flores.

    Hay besos que producen desvaríos
    de amorosa pasión ardiente y loca,
    tú los conoces bien son besos míos
    inventados por mí, para tu boca.

    Besos de llama que en rastro impreso
    llevan los surcos de un amor vedado,
    besos de tempestad, salvajes besos
    que solo nuestros labios han probado.

    ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
    cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
    y en los espasmos de emoción terrible,
    llenáronse de lágrimas tus ojos.

    ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
    te vi celoso imaginando agravios,
    te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
    y qué viste después...? Sangre en mis labios.

    Yo te enseñé a besar: los besos fríos
    son de impasible corazón de roca,
    yo te enseñé a besar con besos míos
    inventados por mí, para tu boca.


    Gabriela Mistral
  12. BELLA,
    como en la piedra fresca
    del manantial, el agua
    abre un ancho relámpago de espuma,
    así es la sonrisa en tu rostro,
    bella.

    Bella,
    de finas manos y delgados pies
    como un caballito de plata,
    andando, flor del mundo,
    así te veo,
    bella.

    Bella,
    con un nido de cobre enmarañado
    en tu cabeza, un nido
    color de miel sombría
    donde mi corazón arde y reposa,
    bella.

    Bella,
    no te caben los ojos en la cara,
    no te caben los ojos en la tierra.
    Hay países, hay ríos
    en tus ojos,
    mi patria está en tus ojos,
    yo camino por ellos,
    ellos dan luz al mundo
    por donde yo camino,
    bella.

    Bella,
    tus senos son como dos panes hechos
    de tierra cereal y luna de oro,
    bella.

    Bella,
    tu cintura
    la hizo mi brazo como un río cuando
    pasó mil años por tu dulce cuerpo,
    bella.

    Bella,
    no hay nada como tus caderas,
    tal vez la tierra tiene
    en algún sitio oculto
    la curva y el aroma de tu cuerpo,
    tal vez en algún sitio,
    bella.

    Bella, mi bella,
    tu voz, tu piel, tus uñas
    bella, mi bella,
    tu ser, tu luz, tu sombra,
    bella,
    todo eso es mío, bella,
    todo eso es mío, mía,
    cuando andas o reposas,
    cuando cantas o duermes,
    cuando sufres o sueñas,
    siempre,
    cuando estás cerca o lejos,
    siempre,
    eres mía, mi bella,
    siempre.


    Pablo Neruda
  13. ESCLAVA mía, témeme. Ámame. Esclava mía!
    Soy contigo el ocaso más vasto de mi cielo,
    y en él despunta mi alma como una estrella fría.
    Cuando de ti se alejan vuelven a mí mis pasos.
    Mi propio latigazo cae sobre mi vida.
    Eres lo que está dentro de mí y está lejano.
    Huyendo como un coro de nieblas perseguidas.
    Junto a mí, pero dónde? Lejos, lo que está lejos.
    Y lo que estando lejos bajo mis pies camina.
    El eco de la voz más allá del silencio.
    Y lo que en mi alma crece como el musgo en las ruinas.


    Pablo Neruda
  14. Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
    la leche de los senos como de un manantial,
    por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
    en la risa de oro y la voz de cristal.
    Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
    y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
    porque tu ser pasara sin pena al lado mío
    y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.

    Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
    amarte, amarte como nadie supo jamás!
    Morir y todavía
    amarte más.
    Y todavía
    amarte más
    y más.


    Pablo Neruda
  15. Te quiero...
    y me mueves el tiempo de mi vida sin horas.

    Te quiero
    en los arroyos pálidos que viajan en la noche,
    y no termina nunca de conducir estrellas a la mar.

    Te quiero
    en aquella mañana desprendida del vuelo de los siglos
    que huyó su nave blanca hasta el agua sin ondas
    donde nadaban tristes, tu voz y mi canción.

    Te quiero
    en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido el sueño
    en le cielo invertido en mis pupilas para mirarte cósmica,
    en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbándose.

    Te quiero
    (grito de noche blanca...)
    en el insomnio reflexivo
    de donde ha vuelto en pájaros mi espíritu.

    Te quiero...
    Mi amor se escapa leve de expresiones y rutas,
    y va rompiendo sombras y alcanzando tu imagen
    desde el punto inocente donde soy yerba y trino.




    JULIA DE BURGOS