El blog de laureano

Ella llega volando al jardín,

riega sus flores

y enciende sus luces.

Ella eleva su voz eufórica y romántica

para que surja un rock sinfónico y violento

que emborrache cada hoja del limonero.

Bajo el sol me elevo

hacia tu jardín poblado de magnolias

y colibríes pirados que hermosean tus mañanas

y tus tardes

y protegen tu luna por las noches.

Jazmines que crecen detrás del tapial

reciben besos del sol cada mañana

mientras despertás de un profundo sueño,

poblada de ríos y canciones

con música de zorzales

que golpean los vidrios de tu habitación.

El paisaje de tu mirada canta bajo el sol

frente a montañas que crecen alto

hasta acariciar los mares del cielo.

Escribía en la hoja del aire,

pintaba sus calles con brisa de pájaros

y regaba con música las flores de su jardín.

Jardín de hojas secas

en una plaza desierta

bajo el frío de la tarde

que besa tus labios.

Paraíso de árboles muertos de frío

desde sus hojas amarillas

bajo un cielo otoñal,

alumbra la calle cada tarde

y hace silencio para escuchar

el canto de los pájaros.

La lluvia atraviesa el jardín

con sus alas de fuego:

Corta las flores,

tumba los arboles

y crea ríos o charcos.

La niebla anula la vista del cielo

mientras te perdés en el parque

y los arboles desaparecen

tras una montaña blanca.

Tu boina se sacude en el viento

mientras una flor vuela

en las alas de una mariposa.

Detrás de esos anteojos negros

crece una mirada con risa de miel

y alas de gorrión enloquecido

por un sol que pasea

sobre el viento y el parque

con rayos de un fuego que arde

hasta quemar los árboles

que nos riegan con sus hojas.

Descalza caminas sobre los ojos del viento

mientras violines crecen en el sol que te quema

luego brotan en tu alma

para que salgan melodías de tu voz.

Caminas descalza sobre la calle

y el viento envuelve tu pelo, lo peina

y al final lo deja volar como al pájaro.

En la esquina saltas charcos,

creados por la lluvia de la mañana

y otoñalmente sonríen las aceras de tu barrio.

El viento acaricia las hojas

y golpea las ventanas

y vuela con las alas de la música

mientras te perdés en el parque

entre hamacas y calesitas.

Camino la calle,

esquivo el sol,

silbo con los gorriones del día,

un tango Spinetteado.