A mi amigo Domingo el de Guzmán gran aficionado al campo y a las tierras burgalesas de Caleruega, Covarrubias, Santo Domingo de Silos, Hacinas, y otros parajes con los que entra en íntima unión más veces de las que él desearía. El Sil soñaba ser Miño Ovillejo Bajo una bóveda añil el Sil que encañonado bajaba, ¡soñaba!, con la sonrisa de un niño ser Miño. Corriente, cascada, armiño era el color de la espuma, y entre piedra, viña y bruma el Sil soñaba ser Miño. Salvador González Moles
Nací en Sevilla Nací en Sevilla, sí, donde el poeta, y tuve jardín claro y limonero, cantares andaluces, y saeta, y un padre con sonrisa y con sombrero. Luego de Compostela, en mi memoria, pervive aquella piedra, noble, franca, llenando los rincones de mi historia, bajo el atardecer de Salamanca. Tal vez, con la alegría del regreso, jugando en una plaza granadina, aprendí de repente a ser travieso. Y un pueblo de alamedas ilumina el rostro de mi madre con un beso y al niño que aún hoy se me adivina. Salvador González Moles
[…] Oíd, que ya es muy vaga, que ya es muy dulce, que se va y se apaga; dejando entre las verdes soledades ¡saudades, y saudades, y saudades! Sinfonía gallega Manuel Machado Soneto gallego en otoño Una tarde de otoño… En dulce coro tintinea el orvallo en los cristales que a lo lejos enturbia los canchales y aquilata a la parra como al oro. Al aire lanza con plañir sonoro la gaita mil suspiros. Manantiales son bajo los helechos y humedales en verde transmutados, su tesoro. Galicia, campo y mar, y campesinos, marineros, poetas, peregrinos, sendero a la ciudad de sus ciudades, es la oculta, es robusta carballeira, es la alegre que danza la muñeira, y por todo, al dejarla, las saudades. Salvador González Moles