Cartas sin destinatario, relatos y retAzos

voces

voces de luto
voces celestes
voces
alzan su tono
rìen y lloran
voces de nácar
cariz del tiempo
titubean las olas
un estambre de plata
rompe la noche
las ondas
del aire
la samba
del viento
mi sombra oscura
los pájaros de barro
se rompen los silencios
retazos online para poesía
noviembre 25, 2015

Ayer se sentó junto a mí,
sus cuencas vacías me miraban,
sus grises harapos, el viento,
movía a discreción.
Inquieta esperaba, aburrida,
con mueca grotesca su faz
buscaba la luz del candil
que apenas palpitaba.
De pie, cabizbaja, demente,
su voz temblorosa me dijo
nos vemos en otra ocasión...

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Bosquejos online del Ville valo, café

bosquejo

Comienzo por tu voz sensual pero tan triste
y tu mirar sereno de nácar y avellana
que en su interior esconde los mares tormentosos
y el aro luminoso que tiene el arcoíris.

Pasamos a tu boca con dos trozos de luna
allí donde los ósculos no saben de mentiras
pero sí del silencio repentino que aumenta
la sed en los desiertos carentes de un oasis.

Llegamos a las aves que su vuelo frenaron
las áridas arenas y el témpano que crece
al borde de los ríos y al pie de las montañas.

Del resto ni me atrevo por no ser tan sencillo
tan solo de tu pecho que tiene su diamante
trotando como el niño que vuela su cometa.
24 de octubre, 2015​

bueno no alcanza la estructura para tanto así que me salvó la campana como decimos

imagen de la red

Tu recuerdo me viene desde niña
bajaste los peldaños muy despacio
y mientras te observaba fijamente
en tus caireles se enredaba el viento.

Desde entonces con dócil movimiento
mulata te acercabas lentamente
y en breve tú, la dueña del espacio,
con tu manto cubrías la campiña.

Eres antónimo de luz señora.
si pasas el umbral de mis balcones
me llamo libertad en ese instante.

A veces me resultas fascinante
me siento a salvo bajo tus telones,
pero te desvaneces con la aurora.

octubre 23, 2015​

Imagen de Mi sombra en la pared, Miguel Mateo


Os cuento que me duele hasta la sombra.
Tanto que algunas veces,
piel mía te estremeces,
al mínimo contacto con la alfombra
e imsómnica la noche
vestida de guangoche
se mete en mi recámara y me asombra
su transcurrir paciente
que escucha el indolente
tictac de la clepsidra que me nombra.

septiembre 16, 2015​

Octubre 16, 2015
3:08 a. m.
A solas,
Cortázar entra
por mi ventana,
lee su carta,
de Rayuela me dice,
no he leído Rayuela
le digo
no está enojado,
y yo, yo no estoy bien
“me caigo y me levanto”
a solas
oigo el tictac,
desencajado el llanto,
apenas si he dormido
y en breve
la diana
me llamará,
mis sueños cortará
y otra vez las rutinas
ahogarán el tiempo,
más tarde
volveré exhausta,
volveré con mi nombre a cuestas
con las alas prestadas,
y con mi dolor propio.​

Deslumbrante es el arco matizado
que inicia con los rojos tulipanes
y el trino del plumaje mañanero
con su sayo en naranja pasionaria.
Aunque florezcan nardos amarillos
y el verde se ilumine en tu pupila
no encuentro un trazo justo que dibuje
las aristas celestes de un poema.
Repuja el verso, el cálamo divino,
y el arco suspendido en el retablo
se viste con la gasa de los mares.
El azul va engarzado con violeta
y es así que el Picasso se convierte
en espectro visible ante mis ojos.

7 de octubre, 2015

Búscame

Búscame donde el mar con su eufonía
transforma los espacios más callados
en cantares de pájaros harpados
que a la aurora le dan su sinfonía.
Allí donde sublime toca el sol
el arrebol
amanecido
del estallido
primaveral
de mi rosal
donde furtivo, de tu labio el beso,
entre sus rosas se tornó travieso.

©5 de abril, 2012
luciadeserrat

​

Y luego volver a soñar

Alondra que tomaste vuelo
si un día regresas al nido
recuerda que aún malherido
mi amor necesita consuelo.
El verso que tú me cantaste,
pensaste
que un día
podría
servirme
de firme
refugio —al faltarme tu luz—
y hacer más liviana mi cruz.
Añoro el rugido del mar,
sus olas hurgando perdidas
en donde atenuar sus heridas
y luego volver a soñar.

2013, abril 16
luciadeserrat​

Te busco
Me pregunto si sabes que te busco
en las arenas próvidas de sueños
donde soplan los vientos caribeños
al compás del eufórico molusco.
Allí donde el salitre predomina
la alondra trina
con la alborada
de tez dorada
y el cadencioso
piano glorioso
de tu oleaje mar embravecido.
De mis quimeras, tú mi preferido.
2013, abril 5
lucíadeserrat​