1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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    Enrojece el sol al caer en la sabana.

    Soy un ñu herido.

    A mi izquierda, dos leonas hambrientas.

    Alzo mis cuernos,
    (mero farol de quien se sabe sin opciones)

    Tras las leonas, una manada de hienas
    ríen, como cuadrúpedas pitonisas,
    adivinando su favorable e inminente futuro.

    Un leopardo me mira también con ojos de hambre,
    (sabe que él no será el beneficiario,
    hoy, de mi sabrosa carne)

    Es una putada; yo, que no me meto con nadie,
    que solo soy un entrañable vegano...
    La vida es injusta.

    A todo esto varias decenas de buitres
    sobrevuelan felices esperando las sobras,
    mis sobras.

    Se me acerca una leona, que parece
    no tener respeto alguno
    por mis cuernos amenazantes.

    Como soy un simple ñu ni siquiera sé rezar,
    mas moriré luchando.
    Embisto al gran felino,
    pero tropiezo por culpa de mi pata rota.

    Me aprieta el cuello con sus colmillos,
    me ahogo.

    Espero que el desenlace sea rápido.

    Y es que, qué más da quien te coma,
    pero puestos a elegir
    que sea el que mejor mate.

    Se me nubla la vista y no puedo respirar.

    Entonces veo una luz deslumbrante a lo lejos,
    y abajo las dos leonas devorando
    mi antes bello y poderoso cuerpo.
    Me rodean mis abuelos ñus,
    y aparece un tipo raro con barbas blancas.

    De repente el tipo raro mira su ordenador,
    y me dice que como he sido un buen ñu
    me permite elegir qué ser en mi siguiente vida.

    Valoro la opción de ser elefante,
    pero la descarto, pues son muy gordos y lentos,
    y además he oído que les arrancan los colmillos
    o los encierran en circos de países con leyes cutres.

    También se me pasa por la cabeza
    ser león, leopardo o hiena;

    lo vuelvo a desestimar,
    pues tengo principios (de herbívoro)
    y no me atrae tener que joder
    a los demás para subsistir.

    Tengo muchas dudas, y le pregunto
    al tipo con barbas:
    ¿y tú qué coño eres?

    Me dice:
    Yo soy Dios, pero olvida lo que estás pensando.
    Aunque lo más parecido a mí es el hombre.

    ¿Y hay hombres que corran mucho
    y no se coman a sus vecinos?,
    -le pregunto-

    Sí, los hay,
    (me contesta),
    ... pero la mayoría se comen hasta entre ellos
    sin necesidad de usar los dientes.

    ¿Pues entonces qué cojones puedo ser?
    (digo para mí)

    Si me aceptas un consejo,
    (me vuelve a decir el tipo con barbas)
    despiértate y ve a mear,
    que la vejiga llena al dormir causa pesadillas,

    y de paso deja de ver tantos documentales
    sobre el Serengueti.

    Entonces desperté.
    Había una preciosidad junto a mí
    en el lado derecho de la cama;

    lo vi claro,
    me sequé el sudor de la frente,
    puse un cd de los Iron Maiden,
    me relamí
    y eché el polvo de mi vida.

    _______
    A Grace le gusta esto.
  2. `
    "¿Te ha gustado el paseo de hoy?"
    pregunto a Bart
    mientras le acaricio.
    Entonces saca su enorme lengua
    y me lame el rostro.
    Está viejo, cansado;
    inmóvil sobre su colchón.
    Afuera el mundo sigue en pause. Otra vez
    el aire trae un extraño aroma a fin de ciclo,
    a fin de ciclos.
    Sus ojos me observan tranquilos, sin excesiva
    señal de emoción. Le dejo dormir.
    Tras el Velux la luna brilla inusual
    como si no existiera un mañana,
    como si quisiera decirme algo
    esta noche de brujas y silencio con dientes.
    ¡Cosas de la luna!
    Enciendo la TV.
    Nicole Kidman está más atractiva que nunca.
    Sospecha, (los invasores se esconden
    tras un virus extraterrestre)
    Al rato me dice:
    "confínate conmigo, my darling,
    sobreviviremos"
    La invito a mi destartalado piso.
    Sonríe.
    Se retira el travieso y rubio mechón
    de cabello sobre su cara.
    Me besa.

    ____

    Volé a Japón
    con los ahorros de dos años y medio.

    Japón es un país muy especial.
    Tokio nunca se acaba.
    La gente come y duerme
    ida y vuelta del trabajo
    en los vagones de los trenes bala
    y en sus estaciones.

    Su juventud me recordó
    a los de nuestra Movida madrileña
    Pelos de colores, rebeldes, frikis,
    indumentarias estrafalarias.
    Adolescentes noctívagos
    vomitando en los autobuses.

    Sonríen todo el rato.
    Los mayores son muy majetes
    y te saludan inclinando la cabeza
    constantemente.
    Las mujeres son tímidas (aunque no todas)
    y algunas andan un poco raro
    con esos zapatitos tan incómodos
    y originales.

    La policía es bastante cabrona.
    El sashimi está muy rico.
    Los templos te transportan a otros mundos
    espirituales.
    Casi nadie habla inglés.
    Les puede el porno morboso del cómic
    manga y las nuevas tecnologías.

    Hay cuervos gigantes que cuidan tumbas.
    Ballenas y delfines tiemblan
    cuando se acercan a sus costas.
    Todo sucede a mucha velocidad
    o el tiempo se detiene.
    Es muy caro. Nadie te roba.
    Increíbles paisajes naturales.
    Hay geisas y la Yakuza,

    y lo mejor de todo:

    sus poetas
    no te incitan a hacerte el hara-kiri
    bombardeándote con cascadas
    y cascadas de paseriformes,
    otoñales y jodidos jaikus
    a todas horas, día tras día.

    ______


    Mis queridos poetas:
    Tened compasión de vuestros amados,
    incondicionales
    y sufridos lectores.
    ¡Por el bien de la humanidad!, estrujaos un poquito
    más vuestras brillantes seseras.
    Poned a trabajar esas potencialmente prodigiosas
    neuronas que el Creador os ha concedido.
    Imaginad...
    Escribid
    por ejemplo:
    que el alma es una caja de música defectuosa
    cubierta de polvo y telarañas, habitualmente
    desafinada y con la garantía caducada
    de tanto decirla.
    Que el corazón es una máquina encallecida
    y ensangrentada que se reblandece
    y derrapa cuando llega el buen tiempo,
    o cuando a vuestr@ vecin@ cañón
    (a régimen desde enero) se le pega la ropa
    sudada al cuerpo.
    ¡Por Tutatis!, dejad a las mariposas, las luciérnagas
    y los pájaros tranquilos;
    dejadles que vuelen en paz,
    que cacen moscas y gusanos,
    que píen, defequen, pongan huevos y copulen a gusto.
    Dejad a las flores con sus polinizaciones
    y sus viles reacciones alérgicas.
    Asumid que es normal que vuestros amantes
    se larguen con tip@s más jóvenes
    y más guap@s que vosotr@s
    (no hagáis una tragedia griega de ello)
    Sabed que Peter Pan, hoy con hígado graso
    y halitosis crónica,
    acabó trabajando para el tesoro público,
    que Campanilla al fin dejó los polvitos mágicos
    (aunque actualmente sufre
    de sobrepeso y adicción al prozac)
    Dejad a los entes divinos tocando sus arpas
    y a las resabiadas sirenas engulliendo sashimi
    en el Marriott de Jacó Beach.
    Dejad las olas que fluyan como toda la vida
    puteando a los cangrejos desorientados
    y a los niños diplomados en arquitectura medieval.
    Bajaos de la luna un rato, ¡que la vais a desgastar!
    ¡Oxigenaos un poco!
    Guardad vuestras bucólicas infancias en el álbum
    de fotos de la abuela -y sacadla de la residencia-
    Iros un par de meses al Everest o a Cancún.
    Follad más y no malgastéis tanto papel,
    tanta tinta ni luz eléctrica en repetir
    una y otra vez las mismas e insulsas ñoñeces
    (que el buen sexo siempre sirvió al pH del ingenio)
    ... Y vosotros, poetas high line
    y filólogos en paro,
    ¡coño!, que no os entiende ni Dios.
    Escribid un best-seller si tan listos sois...
    No os creáis los aplausos
    de vuestros cuatro admiradores
    ni los laureles que os endosan
    vuestros compinches jurados de renombre
    -igual de aburridos y jodidos que vosotros-
    Poned vuestro talento al servicio de algo útil.
    ¡Gritad!... Pelad vuestras venas
    y ondead la sangre.
    ¡Declaraos ninfómanos de instantes y de emociones!
    Dad caña a la banca y a las mafiosas energéticas,
    a vuestros rapaces líderes,
    a los hijos de puta con nombre y apellidos.
    Mis queridos bardos,
    no nos mintáis.
    Poetizad vuestros gatillazos (esos que nunca ocurrieron)
    o cuando vomitasteis sobre la falda
    de ese reluciente amor de verano.
    Versificad vuestros pecados más oscuros,
    vuestras indecibles y apoteósicas cagadas.
    ¡Escribid para la calle!
    Hablad de cómo tragarse las lágrimas en seco,
    de cómo enjuagarse las tripas
    en este estercolero de mundo...
    Dejad de pelotearos mis eruditos capullines
    por cuatro míseros likes.
    Arrastraos por el fondo de un mar
    de barro y resurgid a la superficie
    con la mala ostia de Moby Dick.
    Trepad como King Kong al edificio más alto de la ciudad
    y escupid vuestros hirvientes
    y tóxicos versos
    sobre la aletargada masa de media mega
    y tarifa plana de allá abajo.
    Aullad entre una alucinógena niebla
    como el perro de Baskerville
    (pero no os la fuméis)
    ¡Sorprendernos poetas!
    Hackead nuestras crionizadas conciencias,
    piratead nuestros más infranqueables sueños,
    grafitead nuestras anémicas mentes
    (y subid el sueldo a vuestras musas)
    Mis hacendosos y orgullosos poetas
    Tened piedad de vuestros extraviados,
    afables y resignados lectores.
    Por favor... ¡solo,
    solo un poquito de compasión!
    ... mis queridísimos poetas.

    _______
  3. `
    Deberías saber
    ya a estas alturas
    que el capitalismo es la ley de la selva
    escrita con letras de neón,
    olor a perfume francés
    y algún sorteo amañado incluido
    entre sus supuestos beneficiarios.
    Que las dictaduras son una sabana
    donde solo hay
    una pequeña banda de leones sanguinarios
    y cebras cojas y asustadas (a millones)
    Que el tercer mundo solo es entendible
    desde la retorcida imaginación
    de algún sádico guionista
    hijo de padre yonki y maltratador
    y de una puta vieja y sociópata
    de Hollywood.
    Deberías saber también
    que si en tu lindo país primermundista
    te suben el precio de la luz
    sesenta veces al mes,
    ganas menos de mil doscientos euros,
    te doblan el alquiler de tu mierda de piso
    y/o tu médico de la seguridad social
    te da cita para dentro de dos años,
    el único culpable eres tú,
    por no haber hincado los codos
    entre libros como un cabrón
    mientras tus colegas estaban de fiesta
    hasta el amanecer,
    por no haberte hecho político,
    no haber embarazado a la hija feúcha
    y tonta (o a su hermano gemelo)
    de un gran accionista
    de alguna empresa energética,
    o por no haberle robado
    ese exclusivo rincón de selva
    a algún buen y desafortunado tigre
    caído en desgracia
    por borracho cascarrabias
    o jodido vegetariano.

    ______

    Jeques, capos y excomunistas gozan del sol de los faraones
    en las playas de Marbella y Bora Bora. Atomatados seres, adictos
    a la caza mayor y a los tangas menores de edad apestan el aire
    en los dominios y satélites de la Commonwealth.
    Dos jóvenes centroafricanos regatean su destino, apuestan
    al poco o nada, cual Ulises en una epopeya sin trascendencia
    ni puerto posible, concluida entre el frío abrazo de las algas
    o en un topmanta de Las Ramblas, mientras, La Sagrada Familia
    anochece entre lunáticos roncos de salitre y flashes de insolidaridad.
    Millones de orientales desfilan mecánicamente hacia sus celdas
    de trabajo; (sobre ellos, un cielo con el logo de Cocacola desachina,
    pulveriza por momentos, sus flacas almas de arroz.) Hombres de piel
    y suerte oscuras aprenden a no soñar bajo pena de genocidio,
    sus mujeres ofrendan - bajo la ley del silencio y el horror- sus vaginas
    a los soldados pervertidos y podridos del dios coltán. El desierto arde
    como nunca y la selva sangra su verde razón a borbotones.
    La ONU es un aburrido guiñol. La Tierra es el puto infierno animal.
    Los niños del primer mundo crecen dentro de un Iphone.
    Robinsones en metro, líricas de oficina y trances de semáforo.
    Resulta que Adán y Eva llegaron tarde a clase de planificación familiar.
    Hoy Julia se ha reencontrado con el sol veinte años después.
    Juan descubrió el fuego arrastrándose por el espacio bajosideral,
    y ha escrito a Julia su penúltimo y mejor poema sobre la tenue popa/
    constelación de un bucólico y sugerente McDonalds en una urbe
    cualquiera del siglo del ansiolítico y el grafeno, los cíclopes del fútbol,
    el marketing y la telebasura,
    justo
    antes
    de
    cerrar.

    ____

    Camino por la Antártida.
    El sol -color yema de huevo radioactivo-
    amarillea la senda de hielo.
    una estalactita adorna mi nariz.
    Al fondo un horizonte tan minimalista
    y bello como falso.

    Falso como el dios tántrico del desierto
    o la filantropía del soviético Marte
    las noches de insomnio.
    Falso como Pretty Woman, el Yeti,
    el ecologismo de gatillo, el bitcoin o las banderas,
    ... como la moral inescrutable
    de la grey de Trump.

    Falso como el pato Donald, el Ratoncito Pérez,
    el "Liberté, égalité, fraternité",
    el euribor y los Reyes Magos,
    o como aquella supernovia
    que me juró amor eterno
    hasta aquel maldito 27 de agosto del 85
    -semana después de la apoteósica
    inauguración de mi primer acné-

    Falso como cuando me da por escribir
    poemas excesivamente líricos,
    cuando mis musas desfilan ante mí
    (con sonrisa angelical y sus camisetas
    empapadas en lluvias de cerveza)

    Falso, tan falso como el discurso
    de los representantes del cielo en la Tierra,
    como los bienintencionados consejos
    de Fermín, ese pobre alucinado
    que nos bostezaba a Kant en 2º de BUP;
    como los best sellers de autoayuda
    o de cómo poner el mundo a tus pies en 40 días,
    y como los de todas las putas empresas de marketing
    y publicidad
    que, cual moscas cojoneras,
    me han acompañado
    sin despegarse de mí
    desde que tengo uso de memoria.

    Y más aún...

    Falso como mis 101 mejores amigos
    de trópicos, negocios y borracheras,
    como el enano estafador que me vendió el Audi
    con la culata de sexta mano,

    o el trajeado de la agencia de viajes,
    que me aseguró que en el Polo Sur
    encontraría mi karma y a mi medio kiwi
    vestida de esquimal, en un iglú,
    amante de los osos polares y el sashimi,
    y sin animadversión a compartir la vida
    con un tipo que siempre desconfió
    de los ambientes demasiado cálidos
    y confortables.

    ¡Qué gilipollas...!,

    en la Antártida no hay osos polares.

    _______


    A nelson majerczyk le gusta esto.
  4. `
    Tú, señor del lavavajillas y la recta,
    alma cándida del sofá y rey de sombras;
    bello durmiente de la galaxia
    y los parches reconfortadores.
    En qué cruce extraviaste la noción de ti mismo.
    Dónde la arena y los planos originales del sueño.
    En qué canal te quedaste a vivir,
    en qué zapatos sembraste montañas,
    en qué bragas buscaste el cielo...
    Y todo para acabar vomitando
    la biblia de la televisión por cable,
    para tapar el horizonte con el ombligo.
    Y si nunca te batiste con el desparpajo de un dragón,
    si en la vida lloraste a tumba abierta,
    si jamás resucitaste cien días por semana.
    Ya sabes que los para siempre son mentira
    y que la mentira aliñada
    sabe a tarta de frambuesa y polietileno
    (pues eres el protagonista de tu propio cuento)
    Por qué soñar con días de lluvia
    si puedes ser la lluvia entera.
    Ay, triste y valiente pusilánime,
    si no sabes llevar un volcán bajo la piel
    a qué te metes en camisas de altas cumbres.
    Porque en un mundo a golpe de silencios y tambor
    has de plantar guitarras eléctricas en la sangre,
    guardar playas de coral entre los dedos,
    perseguir rincones desandados y desnudos...
    Nunca los rinocerontes lucieron cascabel,
    nunca las águilas vistieron banderas
    ni amaron en calcetines.
    Te creíste dueño del tesoro,
    te pensaste amo de las llaves y no caíste
    en que las llaves son solo entretenimiento de peces,
    simple excusa de portero
    en el edificio de la avenida de los espejos,
    en una casa sin resquicios ni puertas de salida.


    _______

    ¡No!

    Con esta corta palabra, tantas veces desoída
    a lo la largo de la historia humana,
    comenzó la otra historia -no tan humana-


    "No nos puede sobrevenir otra crisis a estas alturas.
    Dos económicas para morirse (y seguidas),
    el jodido calentamiento global,
    y aún con la sangrienta resaca del siglo pasado.
    No nos lo merecemos. ¿A qué juega Dios?


    ¿Qué hemos hecho tan mal?
    ¿Es que no tenemos bastante con el coronavirus,
    el terrorismo, el auge de la ultraderecha
    y los nacionalismos?, ¿... con el cáncer, la ELA,
    el hambre en el tercer mundo o la invasión
    bursátil del neoliberalcomunismo chino?
    ¿Y la puta madre del nuevo abanico
    de posibilidades bio-no-éticas
    tras la ciencia genética y la nanotecnología?


    ¿Qué hemos hecho tan mal?"

    ... Decían.

    Pero sí. Sucedió.

    El día que aterrizaron los ovnis en aquel descampado
    al sur de Móstoles,
    seco como la lengua de Jesús al clavar su cruz,
    seco como el cerebro de Trump al cumplir los 30.


    Aquel lunes 19 de abril de 2021
    los nuevos okupas de la Tierra
    hablaron por primera vez con los viejos inquilinos
    del planeta azul.


    Amables en la forma,
    tajantes en el fondo.
    Traduzco, coloquialmente:
    "Nos la suda vuestras pretensiones.
    No aceptamos condiciones.
    El dominio sobre el viaje intergaláctico
    nos otorga tal derecho.
    No somos mala gente. Tenemos, también, emociones.
    Nos gusta la poesía y el rock.
    No comemos seres sintientes"


    Hoy, 1 de enero de 2028,
    descorcho una botella de cava
    en la Puerta del Sol de Madrid.
    Ya no hay ELA, cáncer, negros muertos de hambre,
    guerras,
    mataderos ni Trump.


    Ciertamente se hace raro dar fuego a un rumiante inteligente
    (algún mal vicio les teníamos que transferir)
    El sexo es más libre y tolerante que nunca.
    La Iglesia ha acercado en sus belenes
    Jesusito al buey.
    Los ricos se bajaron de la burra.
    Los malos ya no se excusan en su mala infancia.
    El toro de Osborne ondea tumbado
    a la bartola del mástil de la Casa Blanca,
    antropocentristas, monárquicos,
    clase media amargada, cazadores,
    ex-toreros y taurinos se benefician
    del nuevo departamento cuántico-psicológico
    de la Seguridad Social,


    y los troles internautas cuando dan al intro
    son teletransportados automáticamente
    a la galaxia de pensar.


    _______
    A nelson majerczyk le gusta esto.

  5. Esa luz no es la suya.

    No huele a campo. Tantas voces
    de terror juntas no son su idioma.

    Los padres recorren el paisaje
    de escaparates al ala este del supermercado.
    Su sudor diario paga rico alimento
    envasado al vacío
    para su prole.

    ¡Cuánta felicidad alrededor
    de un domingo de barbacoa!

    ¡Cuánto abrigo en el piso!
    Pizza compartida y una peli
    de amor entre las gélidas aguas
    ante el crimen demoniaco
    de un iceberg asesino e insensible.

    Porque la cruel realidad del ser humano
    no son los hielos flotantes,
    nocturnos y traicioneros;
    es una guerra
    es un cáncer
    es el desamor
    es que le roben los altos estamentos
    de la política,
    los grandes emporios
    de la economía.

    Y una vaca es solo una vaca.
    No le fluye la poesía.
    No le pone tonta la luna.
    Rumia, caga, come hierba y forraje (a 0`7 euros el kilo
    de pasto) Gasta
    luz y mano de obra. Pagan impuestos
    sus dueños. Da leche y su carne cuando es vieja.

    Y el fruto de su vientre, que otra vez más,
    desesperada, busca y no encuentra,
    su dolor cardinal:
    ese mismo
    que disfrutan antes de la película

    esos que se quejan de lo dura que es la vida,
    que el banco les roba
    que su pareja no les quiere
    que los políticos les engañan
    que dios no les escucha
    que su equipo baja a segunda
    que internet les espía
    que la justicia no es justa
    que la empatía ha muerto
    que el cáncer les mata..

    _______

    `
    Si de manera más o menos afortunada llegaste
    a ese día en que te atraen más las hijas
    veinticincoañeras que sus madres de tu edad,
    (que sepas que a ellas les pasa lo mismo con vosotros),
    o en que comienzas a imaginar con cierto agrado
    el hallazgo de un nuevo virus capaz de acabar
    con la especie humana en un par de años.

    Si te encuentras en ese minoritario grupo de tu generación
    que no es adicto a colaborar con el enriquecimiento
    de las grandes compañías de TV de pago, a la incontenible
    y desmesurada proliferación de bares de barrio,
    al parchís de pastillas multicolor en tres tomas diarias,
    al auge de las nuevas tecnologías informáticas
    en cuanto al sector del porno,
    a la búsqueda de la media naranja (o algo parecido)
    en las webs de incomprendidos y raritos asociales,
    o al de los foros conspirativistas y de poesía romántica...

    Y si a estas alturas observas el telediario como un remake
    surrealista, los políticos ya ni siquiera te revuelven las tripas
    y los asesinos psicópatas te dan sueño.
    Si se te pasa por la cabeza desheredar a tus descendientes
    en favor de una asociación protectora de patos oriundos
    del sudeste de la Patagonia en peligro de extinción.
    Si a ratos te vuelves a ver corriendo a trompicones
    por aquellas aceras de la niñez
    tras el inalcanzable paso de tu ayer joven padre.

    Si ya te cansaste de esperar que Dios regresara de ir el octavo día a por tabaco,
    y estás pensando escribir un libro
    acerca de cómo llegar a los 50 y no haber sucumbido
    a encontrar el sentido de la existencia
    durante los 90 minutos de fútbol semanales.
    Si te aterra empezar a preocuparte por el tiempo que hará mañana,
    el apetito de las palomas
    y la evolución de la obra de la esquina...

    O si se te acabó el repertorio de metáforas
    y empiezas a coger cariño a ese entrañable
    y desastroso superviviente que asoma con creciente timidez
    y resignación en los espejos; si por fin
    descubriste que el huevo y la gallina fueron
    después de la invención del derecho romano
    y antes del Let It Be de los Beatles,
    los preservativos con sabor a fresa y raíz de jengibre
    te producen disfunción psicosomática y amago de reuma,
    ya no vas con los indios ni con los vaqueros,
    en la cola de los conciertos heavys y ochenteros
    te sube el ego ante las barrigas y las calvicies ajenas,
    la montaña te da vértigo y la playa te recuerda
    al Juicio Final de Miguel Angel en la Capilla Sixtina.
    Y además te pone Madrid los domingos nocturnos
    y tormentosos de agosto
    (y la echas de menos con locura...)

    Irremediablemente estás a punto de llegar a ese lugar
    donde convergen los amargados terminales,
    los poetas a jornada completa de internet,
    los puteros filántropos,
    los que ya les sienta mal la droga
    y/o los Peters Pan con ciática contagiosa
    y discurso de destrucción masiva.

    ¡Felicidades compañero!,
    pero por si acaso, no se te ocurra llamarme
    ... que ya me apaño solo.

    ________
    A Grâce le gusta esto.
  6. `
    La tía Concha pasó por este mundo
    sin pena ni gloria.

    Soltera, amable y discreta.
    De pasiones y sentimientos
    sencillos o secretos, ¡quién sabe!

    La verdad, no podría escribir
    un poema excesivamente conmovedor
    o épico sobre ella.
    Por más que le doy vueltas no sé
    qué clase de poema podría escribirle,
    (pero algo en mi interior me dice
    que por lo menos merecía unos versos)

    La tía Concha nunca ayudó a cruzar
    la frontera a los perseguidos de la guerra
    como mi tío abuelo,
    ni salió jamás en la tele
    como mi tío Rafa.
    Tampoco tuvo descendientes
    que la recordaran emocionados
    todas las jodidas Nocheviejas.

    Casi no recuerdo nada de ella.
    Su imborrable sonrisa
    cuando yo era un crío.
    Barriendo en la casa de mi abuela,
    su hermana, donde vivía.

    Siempre, siempre rodeada
    de su ejército de libros.
    Y al final en una residencia
    faltando gravemente el respeto a las monjas
    y confundiendo nuestros nombres
    y nuestras identidades.

    En su entierro éramos seis o siete
    incluidos los enterradores.
    Mi madre y mi abuela lloraban,
    mientras yo tonteaba con una prima
    lejana rubia y muy simpática.

    Como digo, su mundo eran los libros.
    Ella siempre sonreía.
    Quería a los suyos.
    Algo dentro de mí me dice
    que no se perdió tanto.

    _______

    Eran
    los hombres que coleccionaban pájaros.
    Los que lamían la última gota
    de los espejos.
    Y se dormían en el autobús
    acurrucados entre sus propias digestiones.

    Nada era el aire aprendido.
    Nadie escapaba hacia adelante.
    Por la ventanilla de la tarde
    los veía despegar, rezar hasta el cielo de sus narices
    y maldecir.

    Aquel día fue el último día
    que saboreé sus bombas dulces.
    La última vez que surfeé sobre
    la música de mi otro estómago.
    Y es que esa calle no movía humo
    (tampoco gustaba de números impares)

    _______
  7. `
    Él no promete nada
    pero cumple cuando la situación lo exige.
    No le atraen especialmente los debates
    políticos o filosóficos,
    si no vienen acompañados de un piscolabis
    a la altura
    de la seriedad y profundidad de la ocasión.

    Sin duda prefiere la caótica distensión de las reuniones
    ebrias e informales
    (aun en su natural condición de abstemio),
    con sus trascendentales idioteces,
    despelotes ocasionales y/o humos depredadores...

    Con mordiscos aleccionadores zanja
    ipso facto
    enervadas resoluciones de más que dudosa
    verosimilitud o coartada.

    Fanático de humores y nalgas.
    Gourmet de suelos y viandas a destajo.
    Él, que sabe la mitad de todo
    y le sobra..
    Él, mi viejo y mejor amigo.
    Tan insumiso como cariñoso.
    Tan caprichoso como transparente.
    Él, ni mago ni psiquiatra
    -pero lame las ruinas de mis desastres emocionales
    y amortigua uno a uno
    mis eventuales terremotos-

    Fiel compañero de naufragios
    y oscuridades varias.
    No comprende la cadena evolutiva,
    se la sudan la masonería, los extraterrestres
    y la independencia de Cataluña.
    Ni gota de poesía y le aburren
    el fútbol, los realities y el telediario,
    pero más sabio que una asociación de catedráticos
    juntos.

    Artista de la alegría.
    Él no cuenta el tiempo
    pero me enseña a entenderlo
    mejor que nadie. Él
    no me pide que deje de fumar, la cerveza
    ni de escapar,
    pero se acuesta a mis pies cuando mis fiebres de estrellas carnívoras,
    vela mis resacas existenciales
    y también las otras.

    Nunca presume de nada
    pero es un puto crack.
    Desobedientes por principios.
    Escuchamos juntos rock&roll, compartimos bares, ríos
    y pizza.

    No entiende de subterfugios,
    tampoco los vericuetos del amor humano,
    pero queremos a la misma chica.
    Nos gana la primera nevada de diciembre
    y los gatos negros.
    A la par enseñamos, desafiantes,
    los dientes a la tormenta.
    (A veces él me habla y yo le ladro, entonces
    me castiga con su más dictatorial
    aunque breve indiferencia)

    Mi mano haciendo la ola,
    su nariz traduciendo el aire;
    sin GPS ni inútiles mapas de futuro
    aceleramos

    lomo con lomo, espalda contra espalda,
    siempre, como dos eternos cachorros,
    tras algún palo nuevo y volador
    juntos hacia el horizonte...

    _______

    -CONVERSACIONES CON EL SEÑOR BART-

    Una tarde de septiembre en el jardín de mi casa.
    Una cerveza holandesa de bote en la mano,
    con la otra rasco la barriga del señor Bart
    (Sus ojos pardos emanan placer
    y agradecimiento a partes iguales)

    -Sí, señor Bart,
    podríamos llamar a esto el paraíso,
    -¿qué es un paraíso un tanto solitario y mejorable?,
    ... pues no sé, quizás tengas razón,
    hay tantos paraísos e infiernos como moscas,
    pero es que tú siempre lo ves todo demasiado fácil,
    compañero.

    Y es que los humanos a menudo nos complicamos la vida.
    Nos creemos el puto ombligo del mundo
    y eso nos hace muy infelices, pues nos impide
    entendernos en nuestra justa medida, generándonos
    una profunda
    e inevitable frustración.

    -¿Que qué es el ego?
    -pues es algo así como creerse un poco dios.
    ¿... Dios?
    ... sería como el macho alfa de todos y de todo,
    pero nunca se deja ver.
    Algunos creen haber olido su orín
    y le veneran, aunque la mayoría solo busca
    su protección ante aquello que les aterra
    y contra lo que no encuentran armas ni escapatoria.
    Otros le temen,
    y otros simplemente se saben callejeros
    y se lamen su propia herida..

    -¡Si supieras que el infierno está a solo
    unas horas de avión!

    -¿Los aviones?,
    -son como nuestro coche pero van por el aire.

    -¿Las horas?,
    -esas no tienen ninguna importancia, amigo;
    en realidad se dice que son relativas.
    Lo ideal es llenarlas acompañados de cosas buenas,
    como la amistad y el amor...

    -¿... La amistad y el amor?
    -de eso tú ya sabes mucho, compañero.
    Realmente no consiste en caminar siempre juntos,
    sino en esperarse o acelerar el paso
    (aunque nos duelan los huesos)
    cuando dos se buscan y uno se retrasa
    o se adelanta demasiado en el camino.

    -Entremos, señor Bart, que viene una tormenta
    y ya sabes que las tormentas siempre te acojonan.

    -Por cierto,
    recuérdame que escriba un poema sobre
    cómo influyen los fenómenos meteorológicos
    en los cerebros de las criaturas vivientes.

    -Ok, te escribiré otro a ti sobre las cosas fáciles
    y sencillas (las importantes de verdad)

    -Lo sé amigo, lo sé...
    volvamos a casa,
    que oscurece y ya va haciendo hambre.

    _______

    A mi viejo amigo, Bart
    (Luis M. 2018)

    MIS VERSOS MÁS SABROSOS
    `
    Hoy quisiera escribirte mis versos más sabrosos
    esos que saben a golosina de hueso del mercadona
    esos que huelen a la hierba que era tu colchón al cielo
    entre los corzos y tu ganado amigo
    regalarte una caricia como una galaxia de larga.
    Yo quise romper tu vil dolor en mil espumas
    y quisiera explicarte porqué ahora esta canción
    jodidamente triste
    me recuerda a tus ojos de bondad sin medida
    y muerde los míos como cuando los otoños
    abren sus primeras heridas terrestres.
    Siento mío tu último aullido
    y hoy yo ladro enrabietado este vacío de febrero sin estrellas
    Ahora, mi amiga, vuelve a correr por cada campo
    con tus patas de cristal y tu torso de señora mastín y luna.
    Hoy la manada va de negro
    ya no duele
    y ya amaneció, querida Lisa
    pero a esta, tu casa, hoy le nacieron grillos sin alas
    y escuecen de silencio y de holgura en todo el centro
    del pecho las paredes
    y ese viejo y desmembrado sofá
    que no olvidará tu lengua inquieta, tus graciosos ronquidos
    ni tu forma.
    En fin, por todas esas cosas que sabemos los niños grandes
    sobre el amor
    y la fidelidad a prueba de balas
    Siempre en nuestro corazón, Lisa.

    _______

    A Lisa

    (Febrero 2016)
  8. `
    La felicidad es como ese amanecer
    tras una noche de Oscar al mejor guión
    donde tañen todas las campanas
    y relumbran más que nunca los colores;
    donde, como un cosquilleo, sientes
    en tu piel veinteañera
    el resuello de las flores y los árboles,
    y sus hojas parece que te aplauden
    a tu paso.
    Y luego ese amanecer
    en el que los pájaros cantan solo para ti,
    las mariposas mueven el aire para ti,
    y el humo de un cigarro compartido
    huele a libertad, a ascua de encina
    y a Channel.
    Donde los acordes de viento primaveral
    entonan la más bella e hipnótica
    banda sonora que impregna
    el lienzo impresionista de un paisaje
    que corre como a cámara lenta,
    emborrachando los sentidos,
    cual orgasmo múltiple
    con sabor a eternidad y a fresas.
    Y ese mismo viento te besa la cara
    al entrar por las ventanillas de tu Renault 5
    al que le han crecido alas
    (como las que le han crecido a tu pecho)
    Y se abulta la camisa
    y también tu pantalón,
    mientras ejecutas con tu mano diestra
    la vuelta de reconocimiento
    por las carreras de las medias
    bajo la minifalda a cuadros
    del joven bombón de ojos de luna rota
    y miel,
    de ondulada melena negra
    similar al azabache
    que llevas de copiloto,
    (quien a su vez juguetea con sus traviesos
    dedos con los botones de tus jeans).
    Y el viento
    y el paisaje,
    y los pájaros
    y Alexandra,
    Alexandra y tú,
    melosamente abrazados,
    surfeando el asfalto
    en libidinosa y bendita comunión
    igual que la espuma a las olas,
    o la arena al desierto...
    Y aquel viejo tema de los Queen
    sonando en el radiocassette del R-5,
    que penetra hasta la última célula de tu cuerpo
    y te estremece
    cual coro celestial de guitarras.
    Todo ello confabulado en una sinfonía
    sublime y perfecta compuesta
    solo para vosotros dos.
    El paraíso, el nirvana, ¡... el Top Ten de la felicidad!
    Y los fantasmas del pasado,
    y ese reloj que empieza a apretar tu muñeca
    y algún día correrá más veloz
    que un Redbull,
    más la inminente confirmación
    de que el egoísmo y la estupidez
    son los eslabones centrales
    y esenciales del adn humano;
    y la vida, la muerte, dios,
    la paz mundial...
    todo ello son ahora conceptos sin importancia,
    porque la luz de todo el universo, el Big Bang...
    ahora están dentro de ti,
    en ese instante anegado de divinidad,
    en ese mágico amanecer.

    La infelicidad es el mismo amanecer
    pero veinte años después,
    con otros pájaros,
    otras mariposas,
    otras flores,
    otro aire
    y otra luz.
    Viajando en un desahuciado autobús gris
    a juego con tu ilusión,
    camino de una sucia fábrica
    incineradora de residuos oníricos
    que apesta a cruda y podrida realidad.
    Soportando la infumable antología
    de chistes matutina a modo de monólogo
    de ese cabrón encargado tuyo
    de abultada panza.
    Donde la jodida hipoteca,
    la dolorosa sodomización en seco
    a la que te someten los vampiros
    y garrapatas del poder día tras día, año tras año,
    la pensión a tu ex,
    tu acidez de tripas y de alma,
    al ver ayer por internet las imágenes
    de unos hijos de puta antediluvianos
    de la República Olímpica y Popular de China
    despellejando vivos a miles de perros y gatos
    en una granja de pieles de Shandong,
    tu adicción a todo tipo de sustancias
    químicas y alquímicas para no pensar,
    junto con la profunda apatía existencial
    que, como una telaraña-nido de voraces tarántulas,
    se te pega y reproduce por millares
    en los congestionados túneles de tus venas,
    son ahora realidades de creciente importancia;
    Y encima las noticias sobre
    el hallazgo de no sé qué gen,
    que produce hemorroides, 7 tipos de cáncer
    distintos y calvicie galopante
    a los amargados, solteros
    y pesimistas crónicos como tú,
    sonando en el pionner del autobus
    para arruinar tu breve pero profunda
    cabezada
    en la que volabas de nuevo,
    desabrochando el horizonte con aquel R-5
    de tercera mano,
    y la tuya, navegando sobre
    el bronceado y terso muslo de Alexandra,
    aquel joven bombón brasileña
    de ojos de luna rota y miel,
    al ritmo del "Bohemian Rapsody"
    de los Queen...

    ______

    `
    Reconócelo. Siempre fuiste un triste
    y resignado hijo de la indecisión.
    Si tu vida tuviera un título
    con toda certeza sería "La duda".

    Dicen que eso es bueno,
    que la duda es el fundamento de la sabiduría.
    ¡Y una mierda!

    Será fundamento de lo que sea,
    pero ¿quién coño quiere ser sabio
    si a cambio te convertirás en un puto infeliz
    y un eterno náufrago existencial
    durante tu corta (en magnitudes universales)
    vida.

    Y es que ya empezaste a dudar muy pronto
    (casi ni lo recuerdas)
    Siempre igual: ¿qué hacer?, ¿qué no hacer?
    ¿Decir a ese amor de la guardería
    (con trenzas a lo afro y babi de flores)
    que querías pasar con ella
    el resto de tus días, y exponerte
    a una llantina de dimensiones bíblicas,
    a la vergüenza más atroz,
    a un capón de tu madre
    y/o a una posible expulsión del lugar,
    o esconder tus sentimientos
    cual vil cobarde?

    En el cole más de lo mismo.
    Hacerte amigo del capullo
    más estúpido y fuerte de la clase
    o sacar dieces como un einstein imberbe;
    ir de justiciero y sufrir bullying a destajo
    o sentirte cómodo en la servidumbre
    y seguridad que otorga
    ser parte de la manada.

    Y en la adolescencia la misma película.
    Reciclarte en un chulo abusón
    (gracias a las clases de judo)
    para que se fijara en ti
    la chica más guapa del insti,
    o por el contrario ser un marginal
    e inadaptado social con sueños neoapocalípticos
    bienvenido en la cómica pandilla
    de frikis y raritos del barrio?

    Rebobinemos hasta la juventud.
    De nuevo qué hacer. ¿Quizás vestir de negro
    "yo muerdo primero", ser fan de bandas
    alternativas que promueven el consumo
    de toda clase de trincheras anti-tormenta,
    litronas de desayuno, o ser un universitario
    o trabajador modélico con el fin de algún día
    ganar 3000 euros al mes y así
    poder proporcionar felicidad garantizada
    a esa chica de anuncio y madre vocacional;
    una honda satisfacción a tus papis,
    a tus suegros, a tu país
    y a tu futura camada de ninis,
    (y de paso ser la envidia insana
    de tus vecinos más sin sangre que tú...)?

    Ahora de repente eres adulto. Resulta
    que tus antiguos amigos guays
    hoy están amargados, divorciados
    y/o se reflotan quincenalmente
    en apoteósicas terapias de puticlub,
    tus amores platónicos de ayer
    usan una XL de pantalón,
    el millonario de tu jefe te llora en el hombro
    cuando toca sumar a tu nómina el IPC

    y para colmo tus calvetes colegas exhippys
    que aún viven votan a la ultraderecha.
    Mientras, tú, con la duda de si seguir el juego
    o mandar todo a tomar por culo
    e irte a vivir a una cabaña al Canadá
    junto a un par de fieles san bernardos
    para contar estrellas hasta que te mueras.

    Y a lo mejor con suerte llegarás a anciano.
    Y entonces si por fortuna tus descendientes
    -en caso de tenerlos- han salido buena gente,
    dudarás entre ser un estorbo en sus vidas
    o recluirte en un puto almacén con jardín
    para viejos hasta que el cielo, el infierno
    o la nada te reclamen.

    Y en ese momento probablemente
    llorarás, reirás a carcajada limpia,
    o si aún tienes el hígado medio sano
    te darás el penúltimo homenaje
    con dos botellas de Chardonnay y la abuela de la 18.

    Y ya solo te quedará la última y definitiva
    duda de si meterte del tirón
    el contenido de la bolsa que esconde
    en su taquilla el hijo de puta
    -y camello en sus horas libres-
    del Benítez, tu enrollado enfermero,
    o correr a tu minicueva con bidé
    next-gen tras el almuerzo de la una treinta
    para no perderte otro día más
    la jodida Ruleta de la Fortuna
    en su 47 aniversario
    y al bombón de su decimoquinta azafata
    y sus piernas kilométricas...

    ______
    A nelson majerczyk le gusta esto.
  9. AMIGO LEONARD

    Sí, amigo Leonard, no te enfades,
    en realidad te utilizamos vilmente.
    Ni siquiera nos gustaba demasiado tu música
    (éramos más de Mercury y luego de Strummer)
    Aunque sí, no lo niego, nos eras útil
    para resquebrajar los diques delgados
    y suicidas de las chicas en esa edad que a las chicas
    se les comienzan a desbordar
    los ríos de verano, como los nuestros
    -igual de insistentes y furiosos que los suyos-
    Sí, Leonard, solo eras una herramienta más,
    un destornillador que sacaba los tornillos
    sin apretar de aquellos escudos invisibles
    sobre su piel y sus muros de algodón ajustados.
    Pero no, no te compares al vómito dulcemetálico
    de esas guitarras insolentes
    o a la arritmia que nos regalaban las salvajes baterías.
    Tu voz, vale, tu voz era especial
    (la aguja del tocadiscos nos abría e inoculaba

    su droga de tristezas genéticas y futuras)

    Y sí, también es cierto que se mezclaba
    con el oro marchito de la coca-cola seca
    y con el atlas de semen muerto,
    más alguna lágrima de adorno
    descuidada, sobre el viejo colchón común
    de aquel piso encima de la carnicería.
    Pero te repito, tampoco te las des de importante;
    porque tú sabes que todo eso en el fondo
    era mentira, que casi todo es mentira.
    Entonces tú ya sabías que la juventud
    es un tigre hambriento con el corazón de peluche,
    y la poesía, la flor fugaz que destila la tormenta,
    la jodida gravedad de cierta raza de inadaptados.
    Y es que tú, tú y tu música
    os quedasteis pegados a mí junto al humo
    de esas paredes (hoy seguro repintadas
    una docena de veces), y también la tela
    de ese sofá y ese par de sillones cómplices
    que acabaron sus días en cualquier basurero
    que probablemente ya tampoco existe.
    Y después, después vinieron otras notas,
    otros pisos, otros muros, otros demonios...
    Universos que surgían,
    se expandían y chocaban entre sí,
    incontables universos, que implosionaban
    y luego se transformaban o se apagaban para siempre
    (llevándonos a nosotros con ellos)
    ¿Recuerdas cuando nos crecían pantallas
    con fondos de mar y colores imposibles
    en la mirada, hasta que se fundía la última bombilla,
    el último fusible de la luna de turno?
    ¡Qué puta broma debe ser la vejez, compañero!
    Y hoy, con mis botellas de metáforas
    resistiendo estoicas y en fila en la nevera,
    y en pleno aperitivo de la derrota final,
    debo reconocer que cuando un día
    alguna emisora o la tele vierten tu canción,
    tu voz, al aire,
    jóder, se me congela y me arde a la vez
    algún líquido desconocido que llevo en el cuerpo.
    Pero ya te digo amigo, tampoco te lo creas,
    que no eres el único; aunque eso sí,
    no lo dudes, viejo cabronazo,
    ... tú, Leonard, eres uno de ellos.

    ________

    TU MEJOR AMIGO

    Es tu sombra útil tu mejor amigo.
    Es Dios en su consulta
    aconsejándote dentro de un microchip.
    Son cien mil sabios incrustados
    en un rincón de tu cabeza.
    Son, están
    las 24 horas a tu más entera disposición.

    Un trillón de bytes guiarán tu camino
    al éxito. La felicidad en oferta.
    Es la Historia la ciencia de milenios
    al servicio de tu causa.
    Conectado a tu red neuronal.
    Vinculado inexorablemente
    al mar revuelto de tus emociones.
    Es el regalo ideal
    incomparable
    imprescindible
    de tu primera comunión.

    Maquiavelo a tu vera, frente a la nueva horda
    estreñida y hostil de la oficina.
    Freud a sueldo, medicina milagrosa
    contra tu terremoto psico-sexual.
    Hemingway para tus mañanas de resaca.
    Gates, Kennedy, Lorca,
    Buda, Superman, Einstein,
    Séneca, la Wikipedia, Jesucristo, Mary Poppins,
    John Lennon y E.T.: Todos...
    todos juntos en primera línea contra las fuerzas
    parásitas y potencialmente letales
    de tu escabrosa
    e ingobernable vida.

    Escucha. Obedece. Actúa
    de acuerdo con sus instrucciones.
    No hay duda. No hay error posible.
    EFECTIVIDAD GARANTIZADA.
    Mil millones de probabilidades,
    estadísticas, analizadas al segundo
    y sabrás, siempre, al instante
    elegir la mejor opción.

    No más remordimientos.
    No más lamentos.
    No más abisales cagadas.
    No más zancadillas traidoras.
    No más si hubiera...

    ¡Nunca más!

    Porque tú, amigo,
    eres la rosa azul sobre el guano,
    el vértice de la pirámide,
    la guinda que sobrevivió al apocalipsis del bizcocho.

    Porque tú, amigo:

    Tú eres el futuro
    y la razón.
    El legítimo,
    el verdadero,
    el afortunado,

    el puto heredero del Paraíso.

    (¡... Sí, tú!)


    _____

    LA CALLE 15

    Infiltrada bajo la piel
    la tormenta les volaba
    como en un viejo tema tecno pop de los ochenta.

    Una chica en el chalet de la calle 15.
    Siempre hay una chica (o un chico)
    en algún chalet de la calle 15.
    -Y sangraban a borbotones

    Bohemian Rhapsody
    o los Leño sobre el pupitre
    de aquel segundo de BUP.
    entre cauces ultraurgentes-

    En otra calle, a cien horizontes
    por esquina, levitan
    diosas en topless clavadas en la pared.
    Un templo de terrazo mate
    y esa brisa recurrente
    con olor a rueda de ciclomotor y vinilo.

    En la calle 15 todo se urde
    a base de silencios. Las brillantes pieles
    de animales muertos
    crían dientes y muñones de abismo.
    Cruce natural después de la nieve primera.
    ¡Y qué puta es a veces la aurora!

    Autopista de luces imposibles.
    A este lado de la ciudad arden los minutos
    en una danza paralela entre olas agridulces
    y relámpagos en polvo
    rugiendo tras papel doblado.

    Y al final:
    otro rastro de estrellas muertas
    por los márgenes,

    ese regusto químico
    con el mejor color de la noche
    vomitado hasta el infinito.

    Traspasados los límites del sueño,
    desde algún ayer rabioso,
    último y polar: Amanece
    el mundo sin subtítulos
    y una calle cualquiera de Madrid,

    ... casi como en una vieja canción de Los Secretos.

    ______

    EL ORANGUTÁN

    ¡Qué mono que es!, (y qué feucho también)

    ¿Has visto cómo se espulga con sus hermanos?
    ¿cómo se acurruca entre las palmeras?
    Malpeinado. Con esos brazos de aquí a Lima
    y las plantas de los pies tan sucias, tan callosas...
    ¡Qué tierno el animalito!

    Y esa cara, hecha para la típica caricatura fácil
    (cual logotipo de dibujo animado
    en los envases de galletas para niños)
    ¡Ay, esa nariz aplastada...!
    Si hasta parece un hombre de otro tiempo,
    castigado por algún dios infantil, chistoso,
    hijoputa y retorcido.

    ¿Y qué,
    qué me dices de esos ojos, juntos y redondos
    como monedas oscuras y de escaso valor?
    (y sus ademanes ridículos)
    Seguro que ni en tres mil años sería capaz
    de apreciar mínimamente la sublime metáfora
    que subyace tras un empalagoso poema de amor.

    Se diría que es un lapsus de la naturaleza:
    un triste equívoco de la evolución.
    ¡Hay que ver!, ¡con lo gracioso que era de pequeño!
    (si hasta la mujer de tu primo parece más lista)

    ¡Y encima, el muy cabrón, se atreve
    a enfrentarse él solito, y a manos desnudas,
    contra esa enorme máquina de acero
    (y fabricada en Alemania)
    para defender su puto árbol!

    ¡Y encima osa dar a los humanos
    una lección de dignidad y de valentía!

    ¡Ya le vale!
    ¡Quién se creerá el jodido mono que es!

    Valiente idiota;
    en vez de buscarse un nuevo trozo de selva
    en algún otro lugar...

    ¿No entiende que el aceite de oliva está por las nubes?
    ¿y que a los pobres indonesios les sobra verde
    y también tienen derecho a subsistir?
    ¿A quién le puede extrañar que termine
    disecado o en un zoo
    el resto de sus miserables días?

    __________

    HE BESADO

    He besado como si no existiera un mañana.
    Mi lengua era un monstruo hambriento
    a punto de fundirse en la roca y de arrebatar
    hasta el latido último de una mujer.
    He reído como si esperara el armagedón
    (en una noche donde un dios en horas bajas
    invitaba a la penúltima en un antro de mala muerte
    que nada tenía que envidiar al paraíso).
    He llorado con la rabia del diluvio universal.
    He bebido hasta secar cualquier atisbo de sed
    y compostura. Y he volado entre las estrellas
    escuchando una vieja cinta de los Midnight Oil,
    intoxicado de kriptonita y adelantando
    como un loco y por la derecha al mismo Superman.
    He tronado versos a la salud de todas y cada una
    de las piedras y duendes que me abrigaron
    /o mordieron/ en el camino. He muerto en el reflejo
    de la lluvia sobre la palma de mis manos,
    y he despertado abrazado al sol mientras hervíamos
    arroz en una cocina (la más bella cocina del mundo)
    pintada de amor del bueno y de absoluto abril...
    He olvidado tanto lo que nunca y tanto fui
    que ya no sé ni quien soy (pero aún guardo
    un milagro entre las uñas y busco ese sitio
    casi perfecto donde caer)
    ... Y todavía me delata el niño que algunas noches
    inventa una cabaña-búnker bajo las mantas.
    El adolescente que pelea a muerte con sus átomos
    y sus sombras, el soldado que rinde su colina
    y su bandera por una canción. Y soy el adulto
    que cruje en la sensatez de los árboles, que ha aprendido
    a mirar el fondo de sí mismo sin ahogarse en los bordes.
    Y el viejo que necesita volver a creer en calabazas
    que no lo son y en ranas que hablan.
    El que nunca necesita a nadie,
    el que siempre necesita a todos.
    El que un día chuleó al mundo y al siguiente
    lo tuvo que encender a golpe de piedra.
    Alguien capaz de desangrarse mil veces
    y mil veces fabricarse otras venas capaces de arrancar
    de nuevo (cual bucle inercial y absurdo)
    En fin, ese idiota que aún reza sin saber a quién
    entre volutas de humo o con códigos secretos,
    desde algún lugar que ya no existe
    cuando el universo le da un ultimátum,
    cuando lo vuelve a intentar y siempre la vuelve a joder.
    Un tipo que al fin se sabe mosca pero todavía se hunde
    en la miel y se agarra a las nubes por decreto
    y por los mismísimos genitales de su sueño...

    ______

    DE LISTOS E IDIOTAS

    Richi siempre supo predecir el tiempo.

    Debido a influencias paternas -según se dice-
    también sabía hablar chino,
    (al menos para hacerse entender
    en aquel primer y valiente restaurante oriental
    que desembarcó en el pueblo)

    Y cómo no,
    desde muy joven le pusieron el mote de "el chino"
    en aquel municipio a 30 kilómetros (o a cien mil
    según otras magnitudes espaciotemporales)
    de la gran urbe.

    Siempre supo también encajar
    con insuperable estoicismo toda clase de vejaciones,
    hostias e insultos.

    Algunas veces se atacaba y se convertía
    en un muñeco ridículo y torpe,
    (... más torpe aún de lo que ya era),

    como un muñeco que arrojaba lágrimas
    ardientes, inútiles y furiosas,
    como un pequeño y regordete dragón,
    acorralado y provisto de un fuego imprudente
    e incoloro que a nadie quemaba
    pero del que todos se reían-

    Y entonces su mami se quejaba
    a las autoridades competentes que tampoco veían.
    Al día siguiente volvía a predecir tormentas
    (y a veces acertaba)

    Hoy recuerda todos nuestros nombres;
    su expresión transparente, su eterno gesto
    alegre, sin rencor a nada ni hacia nadie.

    -Richi, ¿qué tiempo va a hacer mañana?
    -Ay, Fermín, ¡qué cachondo eres!


    Pero ya nadie se ríe de él.

    Se sientan a su lado, le saludan y le sonríen
    desde sus miserias, con sus miradas idas y torpes
    (como de viejo perro arrepentido)

    Y a menudo esos mismos tipos de antes,
    con un nuevo upgrade parecido al respeto
    le preguntan por el devenir de las nubes

    e incluso le pagan la coca cola.

    _______

    VENUS FUTURA

    En la introspección
    de mi propio firmamento
    he vuelto a recolocar
    mi constelación
    y cual pulga en el cielo
    increpado a las estrellas.

    En el paraje más recóndito
    de mi ser,
    como punto de un círculo,
    viajando entre mareas,
    mis pulmones fueron branquias
    en un océano de luz
    bajo el desierto,
    y mi corazón diseccionado
    en la cubeta, de acaso,
    un experimento
    cruel e infame.

    El sol se tornó negro,
    un viento gris
    exudó las burbujas
    que desataron las velas.
    Entre el granito irresoluto
    del pasado
    y amagos, sin diagnóstico leve,
    de futuro,
    somos fruta que amarga
    con el tiempo
    entre volutas de eternidad
    y arpegiados abriles
    que endulzan la espera.

    En la necrosis crónica
    que carcome la carne
    del tallo que me sustenta
    quiebra la razón del ciprés
    que me eleva, y se pudre
    la adrenalina de los sueños.
    Comparto con los cocodrilos
    el barro y los peces
    sobre la espalda;
    se clavan y crujen
    bajo el cántaro epitelial
    de mis amaneceres
    las lágrimas y el sarro
    de mi descabalado recuerdo.

    En el declive de mi discurso
    sudan frío las palabras,
    en el alzamiento del lamento
    vomito mi silencio;
    en la dictadura de mi pecho
    me reivindico y asumo
    la contradicción que me nombra.
    Vendo mis ojos, y pido la vez
    en un mercado de almas frescas,
    en un puesto
    de congeladas primaveras.

    ------------

    Y es hoy el sitio
    de mis viejas canciones
    mi protocolo de sal,
    el molino de mis versos,
    donde riego de música mis venas,
    amordazo al mundo
    y abanico las horas;
    y te reinvento y me descubro
    cada mañana,
    y al despertar...
    en cada sombra,
    en cada nueva arruga,
    en la acritud y la mar rizada
    de cada uno de los espejos.

    ________

    RAZONES DE CERA

    Demasiados pétalos de flores silvestres,
    demasiado pronto que se secaron.
    Demasiadas convicciones pesan bajo plumas
    de alas ágiles, pero inútiles por desperdiciadas.

    Demasiados rayos de sol que ciegan
    para una joven ave de vista larga y mundana
    pero de corto vuelo.
    Demasiadas perlas dulces y fluorescentes
    mezcladas con oscuros sueños.

    Demasiadas ideas prestadas,
    demasiados evangelios,
    tatuados sobre la carne plagiada
    de pieles diferentes,
    pero con una sangre común
    en una fábrica de cuentos.

    ______________

    EL ESQUELETO DE LA TORMENTA

    No miraste detrás de la arena
    cuando galleaba tu pecho
    entre las golondrinas.
    No mediste las olas que, como látigos de sal,
    desentumecían tus latidos.
    Preguntaste a la noche:
    por qué te coronaron de luciérnaga las estrellas,
    y al amanecer
    llenaron de pájaros el camino...

    No dicen los muertos que andan
    de hambres ni velas,
    solo hablan cuando interrogas a su silencio.
    Yace el hueso hueco de pena y marfiles.
    Corazón de tierra fértil que acechó falto de vértigo,
    falto de magia, los abismos. Recorre hoy
    su polvo como un polizón de sueños los días.

    Son venas rotas que sangran el humo
    de chimeneas sin boca. Eminencia
    de herrumbres; monóxido de insomnios
    que contamina el plancton
    de un océano sin abriles.
    No se insinúa tras pupilas de luna
    el eco de ningún dios cercano.
    Decidme, viejo amigo:
    ¿Por qué palideció la erubescencia del alba?,
    ¿por qué escuecen tanto las horas?.

    Comprendiste al viento cuando enarboló
    tras la servidumbre del horizonte su cresta;
    te acordaste del cielo cuando te clavó, cual uñas
    de hielo, en la espalda sus gotas. Hoy ha despertado
    una montaña de sombras en el norte de tu mirada.
    Hoy te zarandeó de la solapa del alma
    el ferruginoso fantasma de un apremiante augurio,
    de un innombrable vacío.

    Cuánto de amargo cupo
    en una lágrima inútil y desmemoriada,
    que de derrota y rocío inundó hasta quebrar
    la frágil ductilidad de tus deshabitados labios.
    Cuánto aliento en vano, descoyuntado
    a golpe de muela y granizo, recolocó
    como una duna de hormigón
    el muelle de tus exiguas quimeras;

    ... demasiada tormenta
    para una sola vida.

    ________

    SENTIDO DE VIDA

    Ella
    venía de volar
    por todo el espacio aéreo,
    antes vedado,
    de sus descatalogados sueños.
    Recopiló cada margen, cada arista
    y cada poro de subconsciente
    traspapelado. Reivindicó
    la desnudez integral
    del pensamiento
    y el deseo, la melanina no alunada
    frente al ejército
    de sus acantilados.
    Recordó
    con una sombra de nostalgia,
    dos dedos de urgencia
    y tres hielos
    la tierra donde aún sudan
    los ojos yermos de sus afelpadas
    arritmias,
    donde mucho tiempo atrás
    había arraigado su desapego
    a los imperativos y duendes
    primaverales:
    la onerosa dicotomía
    que la condenaba.

    Entonces se supo aire puro,
    se supo extra de un (su) cuento
    al que ayer se le robó la magia
    y su mejor capítulo.
    Vomitó sus muertes más antiguas
    desde la cornisa de sus cuarenta
    y muchos abriles.
    Añadió un par de conceptos
    inclasificables
    a su vida
    y debatió a solas con la malvada
    bruja del espejo
    hasta toserla en la nuca.
    Arrojó un verso a vuelapluma
    al arcén de sus premisas,
    y se lo fumó
    mezclado con la lluvia
    (y el polvoriento retrato
    de unos desconocidos),
    justo antes
    de rendirse sin condiciones
    ni escalas
    a la altisonancia exenta
    de metáforas
    de un cuerpo arrebolado
    e incorrectamente húmedo.

    Ahora ya sabía
    dónde termina el invierno.
    Por fin había desentrañado
    el simple pero escurridizo
    sentido de la vida.

    _________

    NO LO DUDARÍA

    Si pudiera traspasar esa atmósfera impenetrable,
    ese oscuro y blindado cielo que son tus ojos,
    quizá comprendiese ese mundo de híbrida fábula
    del que hablan los callejones que te transitan
    y sus insobornables duendes:
    residentes laboriosos al servicio del insondable celaje
    que cierra los escasos resquicios abiertos
    -inusualmente desprotegidos-
    en la trastienda de tu universo.

    Si viviera en tus manos
    podría tocar sin quemarme
    ese fuego líquido que derrocha tu ser:
    riada que abrasa todo aquello que te navega
    las noches que la luna naufraga
    en ese tu mar de estrellas torcidas
    y cometas asesinos.

    Si habitara tu pecho
    podría escuchar la tormenta que inventa los rayos
    que convierten en ceniza a todo aquel que acampa
    sin invitación en la desnudez de tus orillas,
    en las alas espinadas de tu silencio,
    a todo aquel que piensa que puede guardar bajo llave
    en su mediocre y hortera vitrina de luceros
    un solo pedazo de alma tuya.

    Y si pudiera no quererte,
    si pudiera desandar el camino de tus ojos
    tus manos y tu pecho,
    y en algún oasis de extraordinaria lucidez,
    tras la caótica disfunción sentimental
    que habitualmente ha acompañado mis convulsos
    e interminables otoños vividos junto a ti...
    Creo poder afirmar -sin temor a equivocarme-
    que no lo dudaría:

    devolvería mi suerte
    y regresaría al dulce incendio que me provoca
    sentir de cerca tu mera presencia,
    aun cuando hablamos sin escucharnos,
    y nos tiramos los trastos a la cabeza,
    y no nos soportamos
    y nos odiamos
    ¡... y hasta nos fulminaríamos!,
    y acabamos riendo,
    (y reinventamos de nuevo la mañana)
    Siempre tan lejanos,
    siempre tan unidos;
    como dos mitades de diferentes naranjas
    pero del mismo árbol,

    como un par de empecinados adolescentes
    sacando la lengua
    al amor
    y a la vida.

    __________

    EN TIERRA DE NADIE

    En tierra de nadie
    el jinete vencido espolea
    el lomo de una bestia dormida.

    La lluvia seca
    destapa la certeza del hueso.

    Lleva la venganza del frío
    y
    la espina negra de la salumbre
    infligidas en la mirada.

    Porta en sus sombras
    el equipaje de un sueño vital
    sin memoria de alambre

    Pero
    con la experiencia terrible
    y azul
    del mar
    agarrada en las venas.

    ------------

    El jinete clava su semilla
    de acero
    en el vientre aletargado
    de una roca vedada
    a sangres extranjeras.
    (La montaña gris no entiende)
    y su corazón es una inversión
    regalada
    de crisol y futuro.

    Acumula el rebufo de
    la noche
    en el litio de sus ojos.
    El vagido de los cristales
    oscuros
    será su montura,
    su continente y
    su palabra.

    ----------

    Los jinetes
    cabalgan en círculos
    al ralentí
    de vértices y olvidos,

    de culpas
    y mierda entretejidas

    pero la ciudad no les comprende,
    la Urbe no les perdona.

    ----------

    En otras tierras de nadie: todos
    yerguen sobre árboles,
    exentos de albarán/ ni savia
    su bandera;
    todos quieren
    grabar su paraíso
    en el viento,

    y el viento les devuelve
    (en forma de pregunta):

    la incertidumbre de su piel,

    las psicofonías de sus raíces,

    ... el afilado
    y penetrante
    silencio de las piedras.

    ___________

    SURF

    Venías con una flor salada en la cara
    y aquella mochila,
    presumida y amaestrada:
    devoto apéndice y jovial
    guardaespaldas de tus andares.

    Y ese océano ineludible
    de tus ojos,
    que traía al mismo sol
    bajo su mando,
    derritiendo mi ultra estudiado/insolvente
    guión diario,

    ... remolino estelar que desencajaba
    y al segundo se tragaba
    de un solo bocado
    la horma de mis tan trabajadas
    seguridades de tiza
    y cristal caramelizado.

    Venías con un centro comercial
    de feromonas
    emboscando a la estruendosa
    y babeante nidada adolescente,
    con la hisca de tus brillos
    y no transparencias afiladas,
    venenosas,
    subrayando a pincel
    esa rima prolífica
    que era tu cuerpo
    de diosa juvenil.

    Solíamos surfear en las orillas
    de aquel instituto,
    para envidias insanas
    de fantasmales
    y multiclonados transeúntes,
    desalados y unicolor.

    Aquella primavera, cuando tú,
    con esa playa en tus labios,
    aliviabas mis prematuras
    arcadas existenciales.
    Entonces espolvoreabas
    tu adictiva y candente seda
    sobre mis alas de zángano azul.
    Alguna vez, también te llovías
    a mi espalda, y entonces
    yo moría varias veces
    (hasta la siguiente cita)
    en un interminable invierno
    de veinticuatro horas.

    Intuíamos el frágil
    desequilibrio de aquellos días
    entre ecuaciones de pétalos impares,
    gramáticas furtivas y silenciosas,
    maremotos familiares
    y otros arrecifes
    inevitables de la edad.

    ¡Cuánto surfeábamos
    en esas tardes de lunas rosas
    que aceleraban mis arterias
    e insuflaban sus palpitantes
    atolones emergentes!.

    ¡Cuánto confluían en mi estómago
    aquellos puertos nocturnos
    y sus tormentas de mariposas carnívoras,
    desinventando los relojes
    tras cada poro
    de nuestro inverosímil reino
    de cera, salumbres y miel!

    Luego regresó el frío.
    Y yo ya solo podía ver
    una aleta de tiburón
    rondando la sopa
    a la hora de la cena,
    una boca de cocodrilo
    dibujada en tus labios
    que ya no me veían.
    Y junto al viejo acantilado de hormigón
    y aquel último rayo de sol
    hincándose en mi pecho,
    aquellas náuseas
    de escolar en su primer día
    de colegio.

    Y entonces las olas se desinflaron
    junto a mi risa.
    La playa me gruñía.
    Y otra vez volví a mi esencia,
    a mi versión original
    de náufrago,
    ... o de común -y eterna-
    sardina gris,
    orbitando a coletazos
    entre el tráfico ciego y hambriento
    de la desencantada
    y mate ciudad

    sin mar.

    ___

    SABIDURÍA FELINA

    A menudo
    he visto tipos dispuestos
    a colgarse con la cadena
    del inodoro
    tras la octava cerveza,
    mientras suena obsesiva
    y cruelmente
    en el hilo musical
    alguna canción
    de su grupo ochentero
    favorito.
    Gente a punto de rebanarse
    las venas
    con el filo de alguna estrella
    fugaz, o de las que siempre lucen
    en el mismo resquicio de cielo
    las madrugadas febriles
    y comúnmente otoñales
    llamadas a paroxismos
    y eméritas harturas.
    He conocido también
    algunas personas
    con la extraña disposición
    a despeñarse con el coche
    cada día
    al volver del trabajo,
    por el mismo acantilado,
    en el mismo atardecer,
    desde la misma carretera
    con vistas al mar
    y a ese horizonte
    risueño y de mágicos azules
    como los de su infancia.
    Gente dispuesta a arrojarse
    al foso del zoo
    para servir de almuerzo
    a los tigres de bengala,
    (o incluso a los perritos de las praderas),
    quizás atraídos por la compasión
    hacia los desesperanzados animales,
    o por el hipnótico brillo de su pelaje,
    las solemnes jornadas
    de lluvia y tormenta.
    Hasta yo mismo
    me he creído capaz
    más de una vez
    de inmolarme
    en el casete de la chimenea
    las noches
    que sobre el sistema solar
    que flota en mi salón
    empieza a cuajar la nieve
    y el viejo Misi
    me atraviesa
    con esa mirada
    tan insolentemente clínica
    e interrogante,

    tan suya...

    ____

    EL VIGILANTE

    En aquellos días de vigilante
    el corazón repartía sangre con la genial
    exactitud de una máquina del futuro
    prohibida por los incuestionables y decrépitos chefs
    del lugar y el momento.

    Noches de pladur, café y uralita,
    otras de neón y decibelios cómplices,
    en aquel reino de muertos vivientes
    sabían a pócima amarga (elixir divino
    de piratas kamikazes y contrabando)
    junto a intermedios de cerveza rubia
    de grifo y bourbon. Zonas eternas sin sol,
    y entre las mugres de soledad y graffiti,
    siempre alguna buena chica sin nombre,
    guapa, enganchada y puta,
    (en la mirada, una tormenta eléctrica
    clavada hasta el tuétano de sus ojos)

    Era la lírica del amor al desamor (o la épica de la cucaracha)
    Y los versos, insultantemente torrenciales,
    llovían ajenos a las leyes de la intransigencia
    en versión punk&garage

    "Cuando la vida es un himno no la estropees,
    ya lo hará ella sola",
    dijo el duende maligno y arrepentido
    que esta medianoche agoniza
    sobre la playa de un mar en bucle.

    Y a ti, que sabes de qué va esto que digo,
    te pregunto:
    ¿Saboreaste la avenida vacía
    y vestida del silencio más dulce
    que jamás escucharás?,
    ¿te enrollaste con la luna sin tren de aterrizaje
    y a vena descubierta?, ¿ordenaste a los peces
    y a los grillos que nadaran y cantasen
    para vosotros en aquel rincón privado de río
    entre el tráfico infinito de la Urbe?,
    ¿o quizás te fumaste tu rutilante presente
    hasta escupir los pulmones...?

    Y hoy la ciudad, con su alzheimer lógico,
    el estadio recalificado y en ruinas
    (como tu factoría de sueños),
    el metro de la Plaza, que ya no huele a metro,
    esas canciones, que ya no dicen nada;
    la lúgubre y crujiente ex-embajada filipina
    (ahora hotel mil y una estrellas)
    o aquella discoteca en el sótano de la memoria
    (antiguo templo de aquel joven emperador
    con camisa a rayas azules y blancas,
    ahora en venta y liquidación
    como nuestro vademécum de verdades-burbuja)

    Luego el sol siguió cayendo,
    cayendo,
    y cayendo...

    Y el vigilante que ayer contaba estrellas,
    hoy cuida sombras vía satélite y abre,
    mecánicamente, la puerta del viejo casino
    a cambio de generosas propinas
    a elegantes dinosaurios:
    crueles y encarnizados asesinos de grillos.

    _______

    EN EL FONDO NO SON TAN MALA GENTE

    Son poetas mediocres
    (y no se enteran)

    Son mentes mediocres
    (y tampoco lo saben)

    Obligan a sus mascotas a suplicarles
    por una triste golosina
    con forma de hueso.

    Y es que
    nunca saborearon el universo entero
    dentro de una habitación perfumada
    con humo de mágico
    mientras The Dark Side Of The Moon
    derretía sus paredes.

    Sí, saben lo que es el amor,
    pero cuando les quema culpan a la moda unisex,
    a la nueva ministra de igualdad
    -y telefonean a sus abogados-

    Cuando se emborrachan son los más destroyers
    arreglando el mundo.

    Llaman a la policía cuando la juventud
    se burla de ellos.

    Hacen barbacoas con sus semejantes
    y ponen en la lista negra
    a los que no ríen sus chistes sobre el gobierno.

    En las bodas y celebraciones sudan
    y hablan más alto que nadie,
    y levitan cuando su selección alza la copa
    y lagrimean como grifo roto
    -mano en pecho- cuando suena el himno.

    Son anti mil cosas pero usan la libertad
    para su capricho, a Jesús
    y al dinero de endeble escudo.
    Despotrican a pares pero lloran a medias.

    Metafóricamente hablando
    son los que nunca supieron ver
    a Dios en los ojos de un animal,
    el verdugo de la raíz salvaje,
    el azote mugriento de la red,
    la leña que tapa el volcán.

    Pero en el fondo no son tan mala gente.

    Quizás
    solo vivieron en un tiempo que mordía
    los ladrillos de su ruinoso
    y fantasmal castillo con saña.

    _______

    YO TARZÁN POETA, TÚ LOLITA JANE


    La verdad, era un poco creída y cabrona,

    pero la condescendencia habitual de la naturaleza
    con la juventud
    y el talento en el arte de lucir vestuario
    minimizaban esos pequeños inconvenientes.

    Era un marzo casi primaveral
    y como todos los marzos casi primaverales
    los lindos pajaritos se comían a las lindas mariposas,
    los lindos gatitos se comían a los lindos pajaritos,
    las ratas seguían pululando bajo las calles
    (pues a ellas no les engañan
    las trampas propias del cambio climático)
    y la Humanidad, como suele pasar
    en esas extrañas épocas de bienestar y paz contenida,
    comenzaba a oler un poco a podrido.

    Yo seguía asesinando a mi karma
    con bombardeos cerveceros,
    negocios fallidos y versos afilados.
    Aquel marzo, ella me dijo:

    "¿jugamos a yo Jane con veintipocos
    y tú Tarzán, ahogado de experiencia
    y abrazado a la última liana de la selva?"

    Y es que resulta que a veces,
    cuando menos lo esperas, la vida te chupa la oreja
    con su lengua cosquilleante y sibilina
    y luego sigue hacia abajo,
    y entonces funde tus circuitos caducos,
    aparecen margaritas sobre tu sombra,
    estrellas fugaces en los ojos
    y tonos fresa resurgen febriles
    sobre la incipiente desertización de tu piel,

    y logra que ese creciente sudor frío que te inunda
    algunas noches sin avisar
    se evapore como humo del mejor cannabis
    entre los viejos y agotados perales de tu recuerdo.

    Y eso, amigos, despierta el apetito,
    las ganas de estirar un poco más
    esa noche oscura y tenebrosa
    pero hoy clara y llena de revoltosas
    y luminiscentes luciérnagas viniéndose arriba.

    Porque de repente llega Jane
    con su cuerpazo de top model,
    con su piel fresca y reluciente,
    su informal y húmedo despeinado,
    su insultante inconsciencia y explosión de vida
    (y con ese vestido negro ceñido y ultracorto)
    y te dice:

    "Después de estar conmigo te podrás morir a gusto y feliz"
    "Te importará un huevo que Trump vuelva a ganar las elecciones en USA"
    "Te importará el otro que un puto virus chino acabe con media Humanidad"
    "Yo enjuagaré todos y cada uno de los sinsabores y sinsentidos de tu mediocre existencia"
    "Elevaré tu espíritu (y sin químicas ni psicoterapias de moda) hasta la exosfera y más allá"

    Y tú te lo crees
    o te lo quieres creer
    o no te lo crees
    pero en realidad te importa dos cojones que sea mentira.

    El caso es que Jane de veintipocos asalta tu mundo
    desde la suela de tus zapatos hasta el último pelo
    de tu decadente y canoso sucedáneo de tupé
    mientras te dice relájate y disfruta.

    Y entonces tu jefe te coge manía
    y tu ex te deja de hablar
    y la panadera te sonríe lascivamente
    y tu madre dice ¡al fin!
    y tu sobrino dice ¡qué tío!
    y los morbosos de tus lectores piensan:

    Vaya mierda de poema,
    pero ya puestos cuenta los detalles ¿no?

    _______
    A Grace le gusta esto.
  10. GAME OVER

    El día que él (o ella) ya no se pueda levantar,
    el día que uno de los nuestros no se pueda levantar,
    el día que nosotros no nos podamos levantar,
    el día que ninguno de los levantados de hoy
    se puedan levantar.

    El día que nuestras brújulas, relojes
    y veletas se detengan de repente,
    nuestros recuerdos y sentidos,
    nuestros paisajes y miradas únicas -y preciosas-
    se esfumen como Drácula al amanecer.
    Ese día que nuestros triunfos y tonterías,
    nuestros pecados, elucubraciones
    y trampas en la declaración de la renta
    dejen de importar.

    ... Que a nuestras televisiones y portátiles
    se les nublen para siempre sus pantallas. Ese día
    que faltemos de nuestros trenes y sus estaciones,
    nuestros aviones no vuelvan a despegar,
    nuestros barcos e ideales ya no encuentren puerto,
    y nuestras imaginarias naves espaciales
    y sueños se queden sin combustible
    y ya no transiten más mundos paralelos ni lunas
    habitables de color añil...

    El día
    que nuestros libros y bunkers cierren para siempre,
    nuestros negocios y glándulas lagrimales cierren para siempre,
    nuestros fantasmas y conductos biliares cierren para siempre,
    nuestros labios y trasteros cierren para siempre.

    El día que la magia de la cerveza y el rock callen,
    nuestras llaves y volantes ya no giren,
    la lluvia, los grifos y nuestras playas favoritas no nos mojen,
    y nuestros cajones, frigoríficos
    y cubos de basura ya no se llenen.

    Cuando desaparezca nuestro nombre
    de los teléfonos, el censo y los buzones;
    nuestras camas olviden nuestro peso
    y nuestros orgasmos; nuestros microondas,
    vitros e interruptores el tacto de nuestros dedos,
    y ya no nos huelan los calcetines...

    Entonces, ese día, amigos, justo ese día
    la gravedad de la Tierra debería pedir disculpas
    (al ser descubierta su gran mentira),
    y alguien tendrá que explicarse
    y dar la cara ante semejante broma:

    por este juego -con reglas escritas
    en algún dialecto marciano
    y sin opción de cambio ni reembolso-
    donde nunca quedó nada claro
    si en realidad fuimos el jugador
    o el jodido juguete.

    ________

    LOS DÍAS MALOS DE LAS ARAÑAS

    Hasta las arañas saben
    que hay días que nada funciona.
    En su caso el fallo puede deberse
    a que las moscas se fueron de vacaciones
    hacia una mierda de destino
    turístico con buffet libre
    del primero al treinta y uno de agosto;
    o tal vez a la quincenal ducha
    de un guarro integral
    que derrumba su esmerada tela
    en la esquina superior de esa cabina
    de baño, que hasta ese momento
    era su maravilloso país
    y mundo de araña.
    Si las arañas tuvieran sentimientos
    también podría ser su martes y trece
    el día que su prima araña
    que reside dos filas de azulejo más arriba
    es aplastada por un dios bípedo cualquiera
    ese inesperado festivo que toca limpieza general.
    Y es que una araña es solo una araña.
    Nunca tuvo un padre-roca
    ni un amante con dotes psicológicas
    a quienes agarrarse,
    tampoco un bar donde levantar la voz
    con la excusa de haberse pasado de cervezas.
    Y quién sabe si las arañas sienten
    rabia, tristeza y/o frustración
    los días que nada funciona.
    Lo único que está claro es que las arañas
    no tienen teclado ni papel ni boli
    para extender una reclamación formal
    (llena de indignación y asco)`
    para quien quiera que la escuche,
    a modo de desahogo, a modo de colmillos,
    como yo hoy,
    en formato de poema.

    _______

    SOL CABRÓN

    ¡Vaya con el sol!

    ¡Este sol de narices!
    que me arde las esquinas y las entrañas.
    Que me sube los verdes,
    me destiñe los septiembres
    y me licua la vieja y elaborada topografía
    de mis sombras amigas.

    ¡Vaya con este sol cabrón!
    Que me roba (y me riza) los grises amados,
    que remata a los muertos
    y revive a los primos.
    Que insemina de horteras y chillones colores
    las mañanas y los floreros.

    ... Este astro instigador y traicionero
    que me constipa los hemisferios
    y me desmelena los duendes;
    que me saliva los ejes
    y derrite las enmiendas
    en la cámara de mis congelados
    polos y dogmas.

    ¡Ay este sol...!
    Este sol sin coartadas,
    este sol entrometido...
    que me revuelve las hormonas,
    que me hierve los hígados y las yugulares,
    que flamea mis pólvoras húmedas
    y alcohólicas.

    ¡Este sol!,
    que decora de bobos arco iris los tornados
    que me oxigenan y me vuelan,
    que me seca los charcos que me flotan
    y me navegan,
    que archiva las causas,
    levanta las vedas
    y me estriñe las musas.

    Este jodido sol que me restriega sus fuegos,
    que me agita los posos
    y me empadrona las brisas;
    que me enmarca las olas,
    y me barniza de empalagosos brillos
    y ron con miel las tormentas.

    Este sol que me quiere
    otro lagarto feliz más
    en la pared de sus mediodías,
    que se piensa que me va a hacer el lío
    con la deslumbrante luz de sus espejismos
    y mentiras;

    ... que no sabe de mi puto contrato,
    vinculante y vitalicio,
    con el vaho de la noche,
    los desencantamientos expréss
    y con la luna.

    _______

    PUEDE QUE HOY SEA EL SILENCIO

    Reciclando últimos alientos nuevamente...
    desde aquellos superhéroes
    con mirada y testículos de kriptonita
    engullidos bajo el peso de su capa,
    de Bellas que ya no supieron despertar,
    de bunkers de silencio que un día rompieron a llorar.
    Desde aquellas princesas de los toldos azules
    que escaparon de nuestros sueños
    por las puertas traseras de los mapas del tesoro
    y la cara b de los vinilos.
    Encaramados a un escaparate de lunas y ceniza
    y alguna que otra alfombra flotando sobre el abismo,
    capeamos estribos en el pecho
    donde se desarticula como agrio trámite
    para los labios lo que nunca quisimos
    o supimos decir.
    Y hoy, amiga, ya lo sabemos...
    mil versos a la orilla del Támesis
    no serían suficientes para cumplir
    con la sola raíz cúbica de cada paraíso prometido,
    con cada puesta de sol aplastada
    bajo el remasterizado polvo de nuestras huellas.
    Desempañando ese haz de luz que atraviesa
    las paredes, habríamos de subirnos
    al último cielo en marcha
    con un brillante e insólito amanecer como única verdad
    que aún cabe en los bolsillos
    y una galaxia de sombras, -mis jodidos destiempos de siempre-
    enroscada bajo el brazo.
    Ayer cuando yo te recetaba abrazar el sol con el perímetro
    de mis enceradas y derrumbadas razones,
    en esos tiempos de pupilas nerviosas
    y químicas aún por inventar
    en que encendíamos cualquier materia oscura con solo un chasquear de dedos,
    de canciones interminables y charcos que se tragaban el mundo.
    Caladas de ternura y complicidad en aquella playa
    donde siempre regresan para morir
    las ballenas desorientadas,
    donde la bruma delinque sobre la conciencia
    y tocan hueso los esqueletos grises y lluviosos
    de indelebles juventudes.

    Puede que hoy sea el silencio mi mejor poema.
    Hoy, tras los insomnios que prenden ocasos
    en la halógena ingravidez de los hoteles,
    en las avenidas que crujen, perennemente húmedas,
    las candentes miserias de la soledad;
    en esos ascensores de la memoria,
    fríos e impertinentes como cuchillas de ida y vuelta
    o entre el álbum de aquellos añejos amigos
    enjaulando futuro (mientras asomaba un hilo de pus
    por la comisura de sus risas)
    Hoy asumo y reconozco que a pesar de todo
    aún me visto de salmón volador
    y consumo espumas vivas,
    que todavía riego espinas que desinflen
    mis intolerables letargos,
    y oteo sirenas de sangre caliente que me embrujen
    y me arrastren hasta el fondo,
    a ese altar donde se pudren las piernas y las agendas
    al contacto con las olas y la sal.
    A ese país donde claudican los sofás-burbuja unidireccionales
    y ultracelosos, los es demasiado tarde
    y los adivinos del espacio-tiempo a X descarrilamientos luz...
    Donde la felicidad no es solo dormir el infierno tras la esquina,
    donde la vejez sería firmar un tratado de paz
    con el rebufo de nuestros embarrados zapatos,
    y recuperar aquel cruce sobre el horizonte donde nos dejamos
    olvidados un día.

    Puede que hoy sea el silencio mi mejor poema,
    puede que hoy solo sea el silencio...

    ________

    AQUÍ NO HAY

    Aquí no hay pastillas contra la derrota.
    No existe botella donde quepa el mar
    ni copa a prueba de traiciones.
    Aquí los libros no muerden las lenguas,
    y bajo el anonimato de la bruma
    no nacen nuevos sueños
    ni rejuvenecen - aun a golpe de cremas hidratantes
    milagrosas o eminentes cirujanos- los viejos.
    En esta ciudad no hay sol para tanto eclipse
    ni mareas que precisen luna.
    Aquí hay monstruos de miedo
    que trotan sobre otros miedos,
    y de miedos que dan risa,
    y una carcajada de miedos monstruosos
    para morirse.
    Aquí hay cables y ondas invisibles que se cosen a los tendones,
    humedades que pudren la sangre,
    héroes enfermos de luciérnagas
    cristalizados a los pies de las estatuas
    y en ventanales de aeropuerto
    a la hora de la cena.
    Aquí hay oscuros secretos de oscuros hombres-rata,
    tetas como palacios,
    y lámparas de genio imposible,
    que se masturban -y se mecen- mutuamente,
    que se apagan día tras día
    como burbujas de soda
    en la inexorabilidad del viento.
    En esta ciudad hay virus que se multiplican en la carne muda
    y lluvias que respiran entre pájaros sin cielo,
    y humos con sombra,
    y brillos en coma.
    Y también hay perros callejeros con los ojos de dios,
    con silencios de galaxia en la pupila
    (ellos bajan la mirada ante el dolor
    y marcan con su orina nuestras huellas)
    Aquí hay más de doscientas razones
    para vivirse y para morirse.
    ¿Y es aquí mi minuto de escalofrío
    o de gloria,
    tras el escaparate incandescente de mis estulticias
    y edades?
    ... Y es que no hay poesía sin suciedad en la recámara,
    sin vello en las axilas,
    que no desvirgue el hueso,
    y que a ciertas luces de la madrugada
    no sepa a piel muerta.

    ________

    VIENTO

    Un día va el viento y sin avisar
    lo empieza a borrar todo.
    Da una vuelta a la manzana
    y se cuela bajo la puerta,
    entra por las rendijas de la ventana
    del salón y descoloca
    lo ayer cuidadosamente ordenado.
    Arranca la pintura de la pared,
    se lleva el imperceptible y desapercibido
    susurro de los muebles,
    la radio muda de la abuela,
    el impar olor de los cajones...
    Arrasa con todo a su paso.
    Irrumpe avasallando por la memoria.
    Deja los recuerdos tambaleándose,
    -solo descoloridas sombras tras de sí-.
    Tu primer beso, ese innombrable
    y trastabillado primer polvo,
    la mano guía de tu madre,
    el arrugado manual de vida de tu padre.
    Aquel viejo instituto,
    tu rayada discografía de The Police,
    tus amistades más o menos ciertas,
    tus amantes más o menos amadas,
    los decibelios de tus risas, tus intoxicaciones
    de sueños y de lágrimas...
    Y también
    tu interminable colección de decepciones,
    el brillo efímero de tus triunfos,
    tus realidades, tus fantasías,
    la lista de tus memorables siniestros,
    tus alas de cera, tus funerales,
    el escabroso muro de tus utopías,
    tu miedo a los huracanes...

    Entonces va el viento
    y como si una pluma,
    como la casa del primer cerdito,
    de una patada
    lo manda todo al reino gris
    de lo dudosamente cierto.
    De algún modo no te entristece demasiado,
    el peso empezaba a ser insoportable,
    tanto trago amargo en la boca
    y los dulces que ya comenzaban a fermentar.
    Tú lo intentaste.
    A veces incluso te adelantaste
    y sorprendiste a lo inevitable
    (hasta ganaste alguna mano a la banca)
    Hoy ya, con la mirada encapotada,
    las uñas gastadas y
    las botas rendidas,
    como que no vamos arriar velas.
    ... Y al fin y al cabo,
    a estas alturas,
    ¿quién tiene ganas de discutir
    nada al viento?

    ______

    LA INFINITA INITILIDAD DEL DISCURSO

    Si la vida enseña algo sin duda es a callar.
    Algún día solo resisten unas cuantas palabras
    vestidas de certeza, de integridad.
    Palabras como huecas brotando de nuestra boca
    sin esfuerzo, sin elocuencias excesivas ni entusiasmo:

    sí, no, ¿cómo te va?, bien gracias, un beso, un abrazo,
    hasta luego, no sé, a veces, me duele aquí, ¿qué hora es?
    yo también, yo nunca, gracias amigo, nos vemos...


    Y entonces algo dentro de ti te dice
    que ha llegado el momento, ese momento crucial,
    inaplazable de detener la función, de parar el tiempo,
    de rebobinar este jodido e indescifrable film.

    Y es como si volviéramos otra vez
    a mirar en aquella agujereada caja de zapatos
    donde guardábamos de niños aquellos gusanos,
    lentos y blandengues, entrañablemente suaves y glotones.

    Cómo engordaban, cómo crecían, y luego
    cómo tejían y se envolvían en sus habitáculos de seda
    de brillantes y hermosos colores pastel
    para resurgir como blancas y despistadas mariposas,
    (o en realidad feuchas polillas)

    Y cómo copulaban y llenaban la caja de diminutos huevecillos.
    Después morían y vuelta a empezar.
    El ciclo mágico de la vida y la muerte.


    Dentro de una caja de cartón.
    De primavera a primavera,
    Tu dedicación hacía esos frágiles seres
    al recoger cada pocos días las hojas frescas de morera.
    Ellos no te pedían nada, ni te daban las gracias.
    No era necesario. Tú tampoco les pedías nada.
    Tú solo les observabas y alimentabas.

    Defendías su ciudad de indeseables intrusos.
    Limpiabas su cuadriforme hogar al volver del colegio
    y antes de acostarte. Ellos te mostraban su vida.
    Dócilmente se dejaban manipular.
    Recorrían tu dedo y tu mano
    sin ningún miedo, como si la rama de su árbol.
    Acto supremo de armonía y simbiosis
    entre dos especies
    tan diferentes y tan cercanas.

    Y entonces, sin saber muy bien por qué
    un día te da por pensar en aquellos gusanos,
    y en ese niño triste pero fuerte que no lloraba
    la muerte ni la vida. Las aceptaba sin necesidad
    de teorías ni explicaciones.

    Ese niño que cuidaba su ciudad de cartón
    cada primavera. Después el silencio total:
    miles de diminutos huevecillos oscuros
    pegados a las cuatro paredes
    de una mágica caja de zapatos.

    Y piensas también que tal vez por eso
    las estrellas crecen en el desierto
    y las cuerdas de una guitarra son capaces
    de interactuar con la sangre,

    o que quizás el amor sea un capullo de seda,
    y la verdad el torpe aleteo de una mariposa
    que no puede volar
    tras una vieja caja de zapatos
    en el planeta secreto de un niño.

    _______


    TRAYECTOS DE NAVIDAD


    ¡Jóder!

    Que a esa veinteañera del anorak negro-luto
    le han asesinado vilmente
    hasta el último pájaro del corazón,
    sus sueños, y todas las toneladas de su antigua risa
    aniquilada, ayer, de un solo disparo,
    a la puerta de una discoteca de Malasaña,
    su príncipe flaco y la bruja de su ex-mejor amiga.

    A su derecha, este tipo de espíritu graso
    con visión recién aterrizada desde algún inhóspito
    planeta del sistema transolar que expele
    ondas de metal pesado y radioactivo,

    que ha sido fulminado por multienésima vez,
    junto a su multipisoteado orgullo
    de escuálido cristal antioctubres.

    ... Y ese señor de mandíbula insomne,
    con el grito encogido en la caverna sin aire
    de sus huesudos puños, pelo nieve
    y prescrita razón.
    Abrigo de lana con perfume a ancianidad
    prematura. Roble muerto de biblioteca,
    -28 diplomas-, semen rancio y altos techos
    por currículum vitae,

    observa a esa pareja adolescente
    con mudez crepuscular
    (cual jilguero de jaula
    declarado culpable al nacer)

    ¡Ah!, ese chaval reo del acné, pulso de ola
    y estampidas interiores
    derrite a la chica de culo levis
    que a su vez derrite la ventanilla espejada.

    Y ese otro tipo del fondo, que carga toda la tristeza
    y el cansancio del mundo
    en los dos agujeros negros de sus diminutos ojos.
    No quiere mirar a nadie
    por si la gravedad que le comprime
    engullera a alguna víctima inocente,

    y lleva la sangre de su último suicidio inacabado,
    incrustada en el dibujo de la goma de sus suelas
    (aunque mantiene erguida la sombra de su dignidad
    e incluso muerde
    si algún inconsciente rematarle osara)

    ... Y aquel traje con hombre
    que viaja dentro de su cartera de piel, Titto Bluni,
    de virtud portátil (o cocaína & Ballantines)
    y sin un resquicio superviviente
    de música en las venas.

    ¡Ay, aquella mujer a su izquierda...!

    ¡Aquella mujer que derrocha primaveras a destajo!
    con su estridente y barbitúrico halo de palomas
    y amores gatunos.
    Pero nunca nadie supo llegar al estribillo de su escote,
    ni siquiera al do re mi de sus tacones.

    Arriba nieva. La joven de anorak negro-infinito,
    dos minas de luz rabiosa como pupilas.
    cruza mirada con un viejo de curtida pluma
    y tinta fotográfica en las suyas.

    Y envuelta en dulce olor a lunes y andén
    nace al instante (como por cosa de magia)
    una obra de arte en algún túnel
    del espacio-tiempo perdido de la galaxia,

    (... por ejemplo, entre Bilbao y Alonso Martínez)

    _______

    MI AMIGO ÁNGEL, THOR, BART Y YO

    Ángel ha sobrevivido
    a aquellas mieles tóxicas
    que juegan a los edenes sanguíneos
    y especulan con la misma vida.

    Entonces yo nadaba sin saber nadar
    (pero la corriente empujaba a favor).

    Ángel saca a pasear a Thor.
    Thor y Bart son amigos.
    Ángel y yo también.

    Los órganos de Ángel rugen excesos.
    A veces maldice errores irremediables
    incompatibles
    con los alfombrados e innegociables
    jardines de futuro.

    A veces Ángel me hace sentir afortunado.

    Bart le quiere con locura.
    Thor, con ojos de miel y pretérito maltrato
    confía en mí.

    Recorremos ministerios de pájaro,
    arrugadas canciones y veinteañeras a lo lejos.

    Los dos libamos (ayer) hasta la extenuación
    de las savias del paraíso.

    Hoy Ángel acuna a sus viejos
    huérfanos de hijos.
    Su horizonte es el humo cervical
    y cansado
    de una estrella antigua.

    La fortuna son los dados trucados
    de un destino tramposo.

    Ahora somos cuatro amigos.
    Y algunos viernes
    nos emborrachamos de oxígeno,
    cerveza y galletas de carne
    en fuentes comunes
    hasta la hora de la cena,

    sin alimentar razones

    ni vendettas de ningún tipo.

    _______

    LOS VIEJOS Y EL VIENTO

    Ay los viejos...
    ante tanto pájaro y gato nuevo,
    entre tanta flor y personita nueva.
    Ellos, en proceso irreversible
    de niños gruñones
    muy a su pesar
    y en cada alba.

    Ay, los viejos: Aferrándose al paisaje
    con su lluvia escasa y monótona,
    con su latido soberbio y dolorido.
    Sabios a deshora.
    ¡Mirada traspasadora de historia viva!

    Ellos
    con su paso vago de elefante,
    con su desfile leve y malherido
    de héroe en retirada,
    (víctimas hoy de filiales dictaduras
    e imberbes doctores)

    Ay, los jóvenes...
    con su derecho de incendio
    y su mecanismo de cocodrilo
    megalómano.
    Con sus modales
    de tigre enjaulado
    y en celo.

    Ay los jóvenes,
    carne fresca de cañón,
    violadores de la lengua y la matemática;
    estrella sin órbita definida...

    Y ay el viento.
    Ay el viento
    que marea los relojes
    y embarca hacia las nubes
    las garantías
    -y hasta el mismísimo Marte
    los libros de reclamaciones-

    Ay el viento...
    que ningunea huellas y sombras,
    que vacila himenópteros y mares
    y nunca da la cara.
    Ay el viento que flipa como él solo...

    que desparrama por las banderas,
    los altares y las cortinas
    la tinta inconsciente de unos,
    y confisca para siempre
    el trazo funámbulo
    y desentallado de los otros.

    _______

    LA PANTERA

    Negra como el ónice.

    Rayo invisible
    en la noche de la selva.

    Su error fatal:
    cruzar el río a nado
    en el peor momento.

    Ella gana la orilla.
    Su compañero se cruza
    con el mismo diablo

    y el mismo diablo son
    tres jóvenes
    sobre una barca
    con una cámara de vídeo.

    La orilla y su vida
    hoy son metas inalcanzables.
    No puede nadar más deprisa.

    Uno rema,
    otro remo le rompe el cráneo
    y el tercero lo graba.

    Y termina el miedo
    y el dolor
    para la bella
    y salvaje criatura.

    El turbio agua verde ahoga su último rugido.

    -Más de 10.000 visitas en youtube-

    (solo pienso en qué pasará
    por el limitado cerebro
    de la pantera que alcanzó la orilla
    al contemplar la escena)

    Y supongo que ella no puede sentir
    indignación u odio.
    Pero hoy yo,
    en este mismo instante,
    lloro,
    rujo,
    y me descubro,

    irrefrenablemente, pantera...

    _______

    MI SUPERHÉROE

    Mi superhéroe se está haciendo viejo
    aunque no lo reconozca.
    Con el tiempo se ha ido acostumbrando a la caída libre
    low cost. Tiene lagunas de memoria
    y le falla el rayo láser de los ojos a corta distancia.
    Ha cogido cariño al barro,
    al sueño reparador y a guardar las heroicidades
    bien dobladitas bajo los jerséis.
    Sus gustos generales, eso sí, han cambiado poco:
    le siguen tirando el punk-rock,
    las primaveras madrileñas
    y los inviernos junto al mar;
    contemplar la dinamita de la juventud y los ocasos rosas
    desde las cornisas de los tejados,
    mientras comparte con las discretas gárgolas
    una charla trivial, unas cervezas
    y un par de cigarrillos bajos en nicotina.
    En realidad se ha vuelto un vago de cojones,
    pero aunque no lo creáis,
    aún conserva parte de sus poderes.
    El muy cabrón me sigue recordando
    que estamos para algo en el mundo,
    que aunque no lo cambiemos sustancialmente
    ni acabemos con todos los malvados
    siempre queda una línea roja que cortar,
    una Lois Lane que asistir,
    una injusticia flagrante que atender.
    Mi superhéroe y yo ya casi ni hablamos.
    Cuando discutimos le digo que él es el superhéroe
    y yo solo soy un insignificante mortal,
    que no me cuente películas, que es un farsante,
    pues los superhéroes no existen.
    El listo me pregunta
    que dónde quedaron mi capa y mis ansias de volar,
    le explico que colgadas
    en alguna vieja habitación con vistas a las nubes
    o en algún ex-jardín (hoy recalificado y
    con defecto de cabida)
    Me amenaza con denunciarme a la liga de superhéroes,
    convertirme en otra gárgola
    con la que beber, charlar y echar unos cigarrillos,
    y con que el humo del tabaco y los trenes antiguos
    me explote en los pulmones.
    Ante su regañina opto por invitarle a unas rondas,
    quizás con suerte le pueda emborrachar
    (a ver si así se estrella de una puta vez
    y deja de molestarme)

    _______

    POR TI (POR VOSOTRAS)

    Yo, que allá por mi infancia
    -en el hoy borroso videoclip de una guardería-
    te entregué mis primeros
    y más tiernos sentimientos.
    A ti, niña de nombre olvidado,
    mi primer arco iris, mi primera vez en ese mar salvaje
    del amor, insoportable dolor de tripa
    y obnubilación boba e incontenible...

    Sí, yo, que una tarde
    al salir de la aburrida catequesis
    me imaginé un futuro de alucinantes colores
    infinito a tu lado.

    Y frotar de mayores nuestras narices a lo esquimal
    cada día antes del desayuno.
    Y ver pelis de miedo acurrucados bajo una manta en invierno.
    Y besarnos como en un anuncio de pegamento superglú.
    Y pescar sardinas para barbacoa cogidos de las alas,
    juntos
    como dos gaviotas que vuelan siempre en paralelo
    sobre los tejados y las calles
    de una ciudad portuaria sin rotondas,
    perdigonazos traidores
    ni problemas de aparcamiento...

    Yo, que recibí mi primer puñetazo
    cual enclenque y bajito quijote
    entre un corro de niñatos
    por defender tu honor
    en el embarrado patio de un feo colegio de barrio...

    Que años después descubrí la magia de la música
    bailando una de Scorpions contigo:
    Recuerdo
    tus pequeños y mullidos pechos apretados contra el mío,
    y tus ojos verde esmeralda,
    y nuestros corazones a mil,
    y mi primera y traicionera erección en público
    -en aquel cumpleaños de la Trini del 2ºA-

    Yo, que por ti bebí como un vikingo,
    que fumé hasta toser el alma,
    que gasté cada ángulo y cada centímetro
    de cada espejo que encontraba,
    que regué con mi sudor
    cada centímetro del gim-center
    como un despiadado e incansable pirómano de calorías

    o que expuse mi fresca piel hasta el límite del incendio
    como un cangrejo idiota y enamorado
    al terrible peligro de los rayos ultravioleta.

    Y solo para que me regalaras
    un sábado de sexo nuclear
    sobre la torturada hierba
    y ante la mirada envidiosa de la luna
    en esa arboleda de nuestra resplandeciente
    e irrepetible juventud.

    Yo, que te concedí la exclusiva de mis sueños;
    que te comía la boca diez veces por noche
    pero sin ti,
    que me corrí más de cien veces contigo
    pero sin ti.
    Que te engañé por puro acojone
    (y un poco, sí, por cuestión hormonal)
    Que robé tu corazón sin que te enteraras,
    y que luego se escapó sin enterarme.
    Y hasta encontré un sentido a la vida
    durante casi un agosto entero...

    Yo, que jodí el morro del 127 de mi madre,
    que quemé la culata de mi Corsa
    negro brillo como tus ojos,
    que me arruiné con el jodido Audi de quinta mano;
    y aprendí yoga, mecánica, poesía,
    respeto, locura (de la buena) y paciencia
    solo por ti...

    ¡Que me estrellé, me reconstruí,
    me hundí, levité, reí, lloré,
    me volví a hundir, volví a reír,
    me rendí y me volví a levantar
    también por ti...!

    ¿Y ahora me dices que si no sé colgar
    un puto cuadro en la pared,
    que si mi apoteósica inmadurez es
    digna de los mundos azules de Avatar,
    que no sé lo que es el amor
    y que no entiendo a las mujeres...?

    _______

    PUTO MUNDIAL

    Son las 5,

    ... las 5 am.

    Te despiertas sobresaltado,
    el corazón acelerado y la frente
    empapada en sudor.
    Recuerdas que hoy es domingo,
    un domingo cualquiera,
    un domingo más de julio,
    un julio como otro cualquiera
    de la madurez de tu vida.
    No recuerdas haber tenido ninguna pesadilla,
    de hecho sólo haber soñado con Raquel,
    esa morenaza, amiga de una amiga,
    que conociste en Mallorca veinte años atrás.
    Te sorprende haber tenido dicho sueño,
    la verdad no cruzaste con ella
    más de veinte palabras seguidas,
    no tuviste ningún flechazo con ella,
    estaba bastante buena sí, pero ni antes ni después
    tuviste la intención de ligártela ni nada parecido.
    ¡Qué extraño!, nunca antes habías soñado con ella,
    y en tu sueño parecíais tan felizmente compenetrados...
    En ese momento, desvelado, a las 5.05 am
    sientes una extraña y desalentadora sensación,
    algo así como que tu vida es una monótona
    y auténtica mierda,
    y entonces vas y sientes la acuciante necesidad,
    de dar un vuelco a tu vacía existencia.
    Te pondrás esa misma mañana el chándal
    y te irás a hacer footing,
    dejarás por fin el tabaco,
    y no más de dos cervezas al día.
    Visitarás más a menudo a tu pobre madre;
    llevarás a tu sobrino a ese parque temático tan guay
    que llevas años prometiéndoselo,
    y tú siempre tan ocupado.
    También deberías buscarte una chica
    y reencauzar tu vida.
    Hoy será un buen día para el cambio.
    Tirarás los tejos a toda mujer
    medianamente atractiva que veas por la calle,
    y sin demasiada exigencia respecto
    a sus dotes filosóficas o intelectuales,
    mucho menos culinarias.
    Buscarás en internet,
    algo que ciertamente nunca fue contigo,
    pero ¡qué coño! ¡hay que echarle huevos a la vida!.
    Invitarás a cenar a esa camarera tan mona
    del bar de la esquina,
    sabes que te mira de manera especial,
    y siempre te invita a la quinta caña,
    puede que sea algo joven para ti,
    pero qué más da,
    el aclamado poeta Villa se las coge más jóvenes todavía
    y nadie dice nada.

    Enciendes el último cigarrillo,
    vas a la cocina a por un vaso de agua,
    te tomas una pastilla para dormir
    y te vuelves a acostar.
    Entonces sin saber por qué, te viene a la memoria
    esa máxima del fútbol que decía:
    lo que no hayas hecho en 90 minutos
    no lo quieras arreglar en el tiempo de descuento,
    no sea que vayan y te jodan
    y pierdas definitivamente el partido.
    Y te empieza a volver el sueño,
    medio feliz de saberte con tu triste
    pero honroso empate con la vida.
    Apagas el cigarrillo
    y te vuelves a dormir.

    ¡Puto calor!

    ¡Puto Mundial!...

    _______

    A VOSOTROS, MI GENTE

    ¡Ay, mis amores,
    examores, duendes, héroes
    y sobre todo heroínas de mi vida!
    ¡Dónde andaréis a estas alturas de la película!
    Vosotros, que recorristeis conmigo
    esos tramos, a veces intransitables,
    a veces cual pista de hielo
    u otras como vereda que atraviesa
    jardines rebosantes de flores exóticas
    de mil colores y perfumes, bajo nubes
    de algodón azucarado que no engorda,
    o en bares decorados de hogar celestial
    donde quedarse a vivir para siempre
    entre barriles y barriles derrochadores
    de cerveza, humo y punk rock
    al volumen del mismísimo infierno...

    Mi gente, mi familia, mis animales,
    mis viejos amigos y hasta mis borrachos,
    majetes e imperfectos colegas
    de noches con denominación de origen.
    Y vosotros,
    las víctimas inocentes de mi estupidez,
    cagadas e irracionalidades,
    (mil, un millón de perdones)
    Los que me inculcasteis empatía,
    que en algún momento me hicisteis
    hasta creer en dios y en la raza humana.

    Y también vosotros:
    mis talentosos doctores/as,
    mis simpáticas dependientas de supermercado,
    mis empleados de banca sinceros,
    mis funcionarios de alta resolución,
    mis psicólogos, mis abogados
    y mis reformistas vocacionales;
    mis antiguos profes disidentes,
    mis socios de locas aventuras empresariales,
    mis eventuales amigos de trayecto de bus;
    Spielberg, Ibáñez, Matt Groening,
    Mercury, Joe Strummer y mis mecánicos baratos
    (Gracias, compañer@s, gracias)

    Y sí, también, vosotros,
    los que me tocasteis los huevos
    y me jodisteis por envidia, por bullying,
    por vuestra naturaleza,
    por enero o por martes,
    con razón o sin ella; vosotros, que me hicisteis
    más fuerte, más duro, más feliz
    o arrepentido cuando os la devolvía.
    Los que me ayudasteis a conocer
    el saludable bouquet del barro fresco,
    (e incluso las que pregonasteis
    mis ocasionalmente limitadas
    o egoístas virtudes amatorias)
    También vosotros, también mi gente.

    Dónde andaréis, dónde...
    Pues sabed que de un modo u otro
    todos y todas habéis sido
    y sois mi mundo, mi camino, mi poesía,
    mi facebook interior, mi sombra,
    mis compañeros de acuario,
    de selvas, asteroides o estrellas
    de mi universo, imprescindibles
    habitantes de mi adn vivo...

    ¡Qué grandes!. Vosotros, para vosotros,
    a unos con más y a otros con menos
    cariño pero igual dedicación,
    van estos versos, allá donde estéis,
    mis entrañables compañeros
    de tormentas, de tragos dulces,
    de loca y disparatada aventura.

    ______


    ROCK EN SAMIL

    Tarde de julio.
    Despido voluntario y fulminante.
    Finiquito urgente. Depósito lleno.
    Un gramo de la buena
    en alguna granja tapadera
    del viejo edén militar.

    Juventudes a tumba abierta.
    Cinco canciones rockabilly
    en el radiocassette: bucle sonoro
    durante siete horas de viaje.

    "Camarero sírvanos
    el mejor bourbon de Texas.
    Brindaremos porque ayer
    nos separó ella
    y hoy nos une esta botella..."


    Dos amigos y una luna cómplice.
    Carretera Madrid-Vigo. Tornado de risas,
    sueños a medio cocer
    y pseudomelancolías al dente.

    Amanece. Dos sirenas en jeans
    haciendo auto-stop.
    4 cafés mañaneros. Playa de Samil.
    Book fotográfico entre transparencias y salitre.
    Una mansión abandonada
    y amor travieso de un solo día
    (el de verdad quedó en casa)
    Al siguiente amanecer: un ¡nos escribimos!

    Fernando, allá donde estés,
    tú sabes que ocurrió,
    (en realidad yo ya no estoy tan seguro,
    pero qué más da)

    "... nos vemos en el infierno:
    el mejor sitio para dos pillos
    que vivieron sus días con el dedo en el gatillo.
    Me conocerás por mis botas de montar,
    te conoceré por el negro Cadillac..."


    ¿Cadillac u opel corsa...?
    (no lo recuerdo)

    Y jóder, ¡qué pelota es a veces la luna!

    ________

    FIN DE SEMANA

    A veces ocurre que el mundo gira
    alrededor de una postrera pizza 4 estaciones
    (tamaño familiar) sobre una pequeña mesa de salón
    y entre un desangrado ejército de vidrios.
    Ese cenicero que amenaza con hacerse cordillera
    y un par de bolsas vacías (en las que antes cupo
    un gramo de cielo en polvo procedente
    de algún ejemplo de paraíso terrenal fallido)

    Cuatro piratas ebrios con las pupilas como soles,
    que detienen la obligada rotación del planeta,
    dejando a la luna en pause durante 48 horas.

    Donde la prehistoria es aquella tarde
    que su amor definitivo les dejó
    por su amor definitivo.
    Donde una pandilla de ilusos treintañeros
    siguen creyendo en el día H del mes uno
    del Año de la Cabra, y en que otro día de estos
    los mares se van a abrir a su paso
    con solo mojarse los labios
    y entornar estudiadamente la mirada.

    Una banda de entrañables idiotas creyéndose
    los amos del tiempo, domadores de abismos
    impermeables a lanzallamas sociales y ultimátums
    de tormentas definitivas, que vienen acompañadas
    de fondo por alguna banda sonora de canciones
    electrocardioscópicas de autores igual de idiotas.

    Creyéndose los James Dean que sabrán frenar
    a tiempo de su generación,
    más listos que el chaval agobiado e imberbe
    que trajo la pizza en su moto quinta mano;
    ... los protas de la peli.
    Legítimos Señores de algún zodiaco
    o universo paralelo a esa franja horaria
    en que la coherencia y los desvelados vecinos
    telefonean a las autoridades.

    Y al ir al baño el espejo se empieza a reír de ellos;
    y por el grifo del lavabo se escapa un mensaje
    urgente de la oficina de sueños perdidos,
    de algún monstruo aguafiestas
    con la cara de sus viejos, de esa o ese ex
    (reconvertidos en estatua de hielo),
    o de alguien con casi su mismo rostro
    años atrás

    disparándoles verdades carnívoras
    y misiles de realidad entre ceja y ceja:
    justo al centro de todo aquello que aún pudiera
    conservar un mínimo atisbo de lucidez
    y cordura a esas inescrutables horas
    de un glorioso fin de semana cualquiera...

    _______
  11. BART Y YO, SU HUMANO

    Él no promete nada
    pero cumple cuando la situación lo exige.
    No le atraen especialmente los debates
    políticos o filosóficos,
    si no vienen acompañados de un piscolabis
    a la altura
    de la seriedad y profundidad de la ocasión.

    Sin duda prefiere la caótica distensión de las reuniones
    ebrias e informales
    (aun en su natural condición de abstemio),
    con sus trascendentales idioteces,
    despelotes ocasionales y/o humos depredadores...

    Con mordiscos aleccionadores zanja
    ipso facto
    enervadas resoluciones de más que dudosa
    verosimilitud o coartada.

    Fanático de humores y nalgas.
    Gourmet de suelos y viandas a destajo.
    Él, que sabe la mitad de todo
    y le sobra..
    Él, mi viejo y mejor amigo.
    Tan insumiso como cariñoso.
    Tan caprichoso como transparente.
    Él, ni mago ni psiquiatra
    -pero lame las ruinas de mis desastres emocionales
    y amortigua uno a uno
    mis eventuales terremotos-

    Fiel compañero de naufragios
    y oscuridades varias.
    No comprende la cadena evolutiva,
    se la sudan la masonería, los extraterrestres
    y la independencia de Cataluña.
    Ni gota de poesía y le aburren
    el fútbol, los realities y el telediario,
    pero más sabio que una asociación de catedráticos
    juntos.

    Artista de la alegría.
    Él no cuenta el tiempo
    pero me enseña a entenderlo
    mejor que nadie. Él
    no me pide que deje de fumar, la cerveza
    ni de escapar,
    pero se acuesta a mis pies cuando mis fiebres de estrellas carnívoras,
    vela mis resacas existenciales
    y también las otras.

    Nunca presume de nada
    pero es un puto crack.
    Desobedientes por principios.
    Escuchamos juntos rock&roll, compartimos bares, ríos
    y pizza.

    No entiende de subterfugios,
    tampoco los vericuetos del amor humano,
    pero queremos a la misma chica.
    Nos gana la primera nevada de diciembre
    y los gatos negros.
    A la par enseñamos, desafiantes,
    los dientes a la tormenta.
    (A veces él me habla y yo le ladro, entonces
    me castiga con su más dictatorial
    aunque breve indiferencia)

    Mi mano haciendo la ola,
    su nariz traduciendo el aire;
    sin GPS ni inútiles mapas de futuro
    aceleramos

    lomo con lomo, espalda contra espalda,
    siempre, como dos eternos cachorros,
    tras algún palo nuevo y volador
    juntos hacia el horizonte...

    _______

    Y SUEÑOS SON

    Hay niños, ejércitos de niños,
    que ya no son tan niños
    pero que sueñan con cosas de niños:
    por ejemplo que corren entre las nubes
    (esos malditos días
    en que la gravedad de la Tierra
    se traga todo atisbo de fe)

    Otros muchos también sueñan
    que sobrevuelan el mar
    escribiendo vidas distintas y fabulosas
    en cada isla
    en cada puerto
    que se encuentran por el camino.

    Y sueñan
    mientras lanzan palos a sus perros,
    cuando conducen ante un horizonte rojo
    como sacado de un cuadro impresionista
    típico de Van Gogh,
    al administrar la dosis recomendada
    de suavizante a sus lavadoras
    o cuando algo más que sus ojos se funde
    contra el cristal de la única ventana
    con cielo que hay en la oficina.

    Estos niños y niñas tienen sueños tan disparatados
    como que son portada del New York Times
    porque han inventado
    la pastilla mágica contra el cáncer,
    por haber desentrañado un complot internacional
    para acabar definitivamente
    con el sentido común,

    o quizás por meter el gol de la victoria
    en la final del próximo mundial de fútbol
    en el minuto 32 de la prórroga...

    Pero los niños soñadores no tardan
    en aprender lo efímero del éxito
    (y su incorregible promiscuidad),
    las terribles y colaterales consecuencias
    de rozar los sueños:
    la inmunda causticidad de la condición humana.

    Y es entonces cuando un vacío de hielo recorre
    cada milímetro de sus venas,
    los ideales encogen, y las playas únicas
    y paradisiacas de la imaginación
    empiezan a oler a moho y a huevo podrido.

    Pero también sucede que algún día
    una mínima ráfaga de aire se cuela por sus narices
    e incendia esa boba liana neuronal
    que va desde los estómagos a las nucas,
    y rocía con mil hormigas invisibles
    todo su cuerpo...

    Y entonces uno de esos niños de repente
    quiere más que nunca al paisaje,
    a la persona que está frente a él;
    ve dentro de los ojos de un animal
    o se siente una hermosa y valiosa hoja
    del árbol del universo por derecho propio.

    Ocasionalmente algunos de estos niños "infectados"
    arrojan sus labios contra otros labios
    de manera suicida,
    dicen la palabra exacta en el momento exacto.
    Incluso detienen el tiempo
    y se salvan así de un futuro letal
    -o se desprenden de algo que era ellos
    pero que al mismo tiempo no lo era-

    Algunas veces descubren un idioma inédito
    inspirado en la sintaxis simple de los ríos,

    un perfume mágico, un sabor imposible,
    un nuevo color...
    o hasta un planeta que nunca antes estuvo
    en una galaxia que nunca antes existió,
    -y adquieren el superpoder de contagiar
    a quienes están cerca de ellos-

    Otras, otras se despiertan con la boca pastosa,
    el alma sudada, como si arrugada,
    y un viejo conocido
    e insoportable olor a muerto
    que tira para atrás.

    _______

    LOS NIÑOS QUE NO USABAN CUENTOS

    Los niños que no usaban cuentos
    visten hoy magias a cuadros
    a juego con el áspero dragón de su niñez.

    Cuando perdidos siguen el rastro de cuentos chinos
    sin migas de vuelta atrás.

    Y es que tan gato de piso ellos,
    tan yetis de parque. Tan delfines
    y leones tramoyistas (a jornada completa)
    Ellos: tan duendes galliflojos,
    tan conejos tuercenaipes, tan orcos picalunas.
    Tan alérgicos al rock...

    Alas secas de mariposa y huesos por libre
    cuelgan en la pared de sus habitaciones secretas.

    Un dos, tic tac, un dos, tic tac...

    Sus latidos de percusión desfilan
    al croar de ranas perennes
    y desencantadas. Enanos grandes
    tras manzanas tóxicas
    hipotecadas al árbol de los ojos hundidos.

    Y viven y mueren.
    Y mueren y viven
    al son de banderas impermeables al viento,
    de reinos piramidales
    o brujas herederas
    de algún holding de escobas.

    Los niños que no usaban cuentos cazan hoy
    ballenas invisibles
    con sus afilados corazones
    de estalagmita inoxidable.

    Y son ese pirata cojo
    y desfasado detrás del espejo,

    y tienen raptor-socios con la boca enorme
    llenas de colmillos desmontables

    y siguen apostando por el latifundismo
    especulativo de la calabaza feliz,

    invirtiendo hasta el último céntimo de sus sueños
    en la industria cárnica del unicornio.

    _______


    GÉNESIS DE UN NAUFRAGIO

    Acomodados en famélicos pedestales
    donde se embotellan los sueños
    y fermentan sus genios embarrilados.
    Presidio voluntario en oxidadas órbitas.
    Marineros de secano, erudita ignorancia.
    Sabiduría de grifo
    vomitada en velatorios tabernáculos.
    Bajo nubes ornamentales de un cielo plastificado,
    improvisando raíces en tierra calcinada
    flores negras fueron la mercancía.
    Dinamita biliar por nuestra deleble causa.
    Aprendimos a volar con la velocidad del rayo
    y sin alejarnos de casa. Consumimos
    en bloque siglos de pensamiento
    con hedor a naftalina, descubriendo
    horizontes alrededor de una vela,
    a través de la reveladora mirilla de su llama.
    Jugando al amor aleatoriamente
    sobre isobaras de deseo y ternura
    (en jornadas de leyenda) Enardecidos
    con un streaptease de sombras.
    Invocando el abrazo del viento, y medicando
    en la estética virtud su exceso, escribimos
    versos desrimados y desalmados.
    Afiladas lenguas en gargantas de hojalata
    eyaculando ideales tras preservativos de labia.
    Reinventamos de amnesia el arte
    de la resaca crónica, profanamos la inocencia
    entre lunas y gasolinas, al amparo de balsámicos
    acordes de Dylan y comburentes delirios clashianos.
    Despertamos con el rifle del nuevo amanecer
    heridos hasta el alma.
    Génesis de un naufragio, crónica de luceros.
    Quién sabe dónde terminó la noche.
    ... Cuándo comenzó a sangrar
    inevitablemente el alba.

    _______

    UNO DE PIRATAS

    Naufragado amputado y abordado
    una y mil veces
    Se desbarata el sol en este tugurio
    portuario entre dos mundos
    No se escucha ya su canción
    ni la voz de ella entre la espuma
    o en el remolino sordo y voraz
    de sus noches

    Viento a presión
    Lluvia trucada en las venas

    Apretando mandíbula las muelas últimas
    se parte el alma por la mitad:
    La vida es un bocado jodido y agridulce
    por el que no vale la pena
    gastar demasiada saliva
    solo unos sorbos de buen bourbon para tragarla

    Eso pensaba el vencido pirata Drake
    antes de intentar arrancar la oreja
    del cabrón y petulante tabernero
    con estetoscopio al cuello
    mientras una vieja arpía vestida de blanco
    le clavaba a traición
    un misil de valium en la nalga derecha

    Junto a él un pequeño y alegre beagle
    de nombre Rufo
    al fondo peces voladores sobre olas amables
    llenan ahora el mar ingrávido de sus ojos.

    ______

    BLA, BLA, BLA

    Siempre hablé más de la cuenta.

    Tanto, tanto,
    que un día las moscas quisieron construir
    una urbanización con sus calles, sus avenidas,
    sus zonas verdes, su centro comercial
    y hasta sus pisos con garaje y trastero
    dentro de mi boca.

    Mentí como un sucio bellaco.
    Grité verdades como los puños de Mazinger Z
    (a menudo fueron solo gritos sin más)
    y también dije silencios como castillos,
    piedra a piedra, y yo,
    tan obcecado, tan inagotable,
    sin parar de repetir silencios,
    uno tras otro,
    como una porno-star en misa,
    como un político enchufado a la máquina de la verdad,
    como un loro cabreado con el mundo...

    Eventualmente de mi boca brotó humo,
    humo y niebla articulada que no me dejaban ver
    más palabras que las mías.

    Provoqué alguna minirevolución
    que no duró más de una noche de borrachera.
    Vendí la luna a los hombres lobo
    y el arco iris a algún ciego.
    Conté el mar a los escorpiones
    y la electricidad a los locos de las luciérnagas.

    Era capaz de tejer discursos que paraban al viento,
    de escupir monosílabos imperativos como katanas
    o de recitar en el idioma de los sauces y los contenedores de basura..
    Capaz de susurrar teorías magistrales en futuro
    que fundían las tierras más frías
    allá por las distancias más cortas.

    Alguna vez se me escapó el corazón
    al querer hablar
    y otras incluso vomité el alma por las aceras.
    Hablé bajo el agua, y me ahogué con el eco
    inverosímil de mis palabras.
    Muchas veces la cagué
    con un laxante de subjuntivos imperfectos,
    otras perdí la lengua
    en la gravedad que otorga e impone la sed de los vermilinguos.
    Y no pocas, mis palabras fueron boomerangs
    que me rompieron el pecho -y casi la boca-.

    Pero no, no lo hice;
    yo, copiloto a sol y sombra de mis palabras,
    nunca me callé
    (ni tampoco fui justamente remunerado por ello)

    No, sinceramente, nunca me callé...

    Salvo cuando alguna vez tuve que decirlo,
    cuando de verdad tuve que decir
    esas dos palabras mágicas e insustituibles,

    y que hoy tan solo puedo justificar diciendo
    que en plena vorágine catatónica
    e implosiva,

    aquellos instantes me quedé mudo
    como una jodida piedra.

    ______

    POLÍTICAS

    Las chicas de izquierdas inhalan polen,
    liban miel de cebada (a veces se empachan)
    visten revoluciones holgadas, aman el algodón
    no se dejan convencer después del alba,
    se saben atractivas en altas velocidades
    y traducen filosofía y el deseo a luz natural.

    Las chicas de derechas tiran de channel y pin
    raquetas, ansiolíticos y cigüeñas;
    pintan muslos de brillo y nylon,
    te cazan al mínimo pestañeo,
    diseñan jaulas dulces
    y calzan tacones y bolsos a juego con su humor

    Ambas adoran el aloe vera y el sushi
    y también a los perros (pero con distinto collar)

    Ambas luchan, besan y lloran por igual.
    Ambas derriten inviernos sobre la raya de su tanga
    -inmejorables malabaristas-
    Ambas saborean las líneas de sol
    entrepersianas, les excita la voz del agua
    y la limpieza en casa ajena.

    C'est la suprême conspiration politique!

    ________


    ALGUIEN, ALGUIEN Y OTROS

    Ayer lunes
    alguien fue arrollado
    por un convoy de estadísticas
    y desarraigos
    camino de la oficina.
    Ese alguien que busca a Dios
    cada mañana
    entre los posos mágicos del café
    y las páginas de un periódico
    de centro arriba
    centro abajo
    (y nunca llega a la mitad)
    en cualquier destello de calor/color
    (y a veces lo intuye)

    Un alguien que viaja cada día
    por una urbe mecánica
    desactivando sombras,
    hiperventilando brillos y humos
    que ulceran
    o se deshacen
    en la memoria instantánea y selectiva
    de su disco duro
    a golpe de rutinarios cortocircuitos
    y vapores R.E.M.
    alguien que acaricia alternativas fugaces
    con el horizonte gris de sus dedos,

    que ríe, calla y muere en mayúsculas,
    que vive y llora en el sótano florido
    de alguna montaña de cristal opaco.
    Ese alguien que muda de alma
    injustificada y aleatoriamente
    en turnos de ocho a mil horas
    y muy rara vez la despliega
    sobre sus labios
    (por aquello de la estética post-romántica
    y el flato racional)

    Ayer lunes
    alguien sangró en azul,
    meó mil resacas fértiles,
    sudó olas gigantes,
    caracolas parlantes y erizos
    hasta edificar un mar dudoso
    pero hermoso y paliativo
    a su alrededor.

    Hoy martes
    otros alguien van y vienen
    esquivándose
    y atravesándose
    en esta época del año
    cuando ya empiezan a parpadear
    sin criterio ni control
    las estrellas y los neones,
    a repicar el cartílago
    y a diluirse las conciencias
    Cuando parece que ya no quedan esperanzas,
    voces,
    ni motivos de repuesto
    para prender ningún arco iris
    que justifique algún mañana diferente,
    especial,
    o cualitativamente mejor...

    Pero hoy martes, al Sur,
    otro Alguien ha roto la semana,
    ha hecho temblar las conexiones del aire
    en este hirsuto abril.
    Este Alguien ha resuelto
    resucitar del espejo,
    desprogramar su pulso,
    cambiarse de piel;
    tatuarse:
    Avión
    África
    amor
    Solidaridad.

    Ha dilatado la mirada
    Un cielo lejano y tóxico
    le ha llovido ácido
    Ha herido sus ojos,
    y de repente ha vuelto a ver.

    ... De otros:
    almas y nombres
    rodaron semana abajo
    en su ciudad de arena
    y polietileno,
    hasta desaparecer
    por el Retrete
    más confortable
    y reluciente
    de toda la humanidad.

    _______

    TONTO CON SUERTE

    Y es que no hay cosa más desquiciante e injusta
    en el mundo que un tonto con suerte.

    Los hay de toda condición, género,
    aspecto, nacionalidad y nombre.

    Capaces de hundir en el pozo oscuro
    de la depresión al más fiel devoto
    del paulocohelismo, los spots de cocacola
    o las 7 infalibles preguntas aristotélicas;

    de incitar al suicido a los fanáticos
    de la razón pura, del mindfulness
    o del retiro espiritual a jornada intensiva
    en los milenarios templos de Katmandú.

    Superdotados
    en la inexorable ciencia de la lotería navideña,
    los sorteos benéficos y el euromillón.
    Muy capaces de lograr el premio especial
    en La Ruleta de la Fortuna,
    de encontrar el tesoro de Barbanegra
    en el viaje fin de curso a Tenerife beach,

    incluso ser portada de la prensa internacional
    por aplastar -y salir ilesos- al abominable asesino
    en serie de guiris con tetas aumentadas
    tras una politoxicómana sesión de balconing
    en aquel hotel low cost de Magaluf.

    Muy capaces ellos de ser el único superviviente
    en un desafortunado choque de aviones
    o el único sujeto inmune
    contra la mamma de todos los virus,

    y hasta de atrapar en las ardientes
    y sedosas redes del amor
    un lunes de tormenta apocalíptica
    a ese clon de Julia Roberts,
    (poseedora del culo más perfecto
    de este infame lado de la galaxia)

    Y pensar que un día yo fui uno de ellos,

    ... y su puta madre, ¡qué mal lo aproveché!

    _______

    LOS ELEFANTES NO VUELAN

    Me decían que los elefantes no vuelan,
    que la cerveza y las drogas te dejan gilipollas,
    que la velocidad y el desorden matan,
    y que en los espacios cerrados
    sobreviven más razones
    acordes con los intereses de las minorías
    (evidentemente la suya)

    Que escale libre sus círculos,
    imite sus vidas y muera en sus muertes;
    que sueñe sus supersónicos Ferraris,
    traduzca (y respete) sus silencios
    o ponga música a sus patentados subterfugios...

    Juraban que ellos tenían el arsenal,
    los pozos de azúcar y de combustible
    para los que van con la reserva escasa,
    que si no me gusta el brillo
    también tenían sombras
    de todos los tamaños y negros posibles.

    Entonces la vi. Hablamos
    sobre la fotosíntesis de los escondites,
    algoritmos nocturnos y las heridas del sol.
    También sobre cielos underground,
    de espumas y burbujas, de perros y gatos,
    de distorsiones y timbales
    y hasta de nuestros suicidios favoritos.

    Y sí, tenían razón, los elefantes no vuelan,
    pero alguno se fue con la nariz rota,
    y yo borracho, (también con la nariz rota)
    pero con mi mano dentro del bolsillo
    trasero de los levis de Raquel,
    la chica más atractiva
    y alucinantemente inusual de la fiesta.

    ¡Jóder, qué tiempos!

    ______

    DE GORRIONES, TOCINO Y LA VELOCIDAD DE LA LUZ

    De entre mis múltiples observaciones existenciales
    hoy deduzco:

    que los gorriones de ciudad
    son más osados que los camperos,
    adaptándose mejor al medio extraño
    y empatizando en mayor medida
    con especies diferentes a la suya.

    Que el lobo feroz, el oso amoroso
    y el elefante glotón
    son radicalmente exterminados,
    de común acuerdo, en ambientes rurales
    no protegidos,
    al igual que cualquier ente nuevo
    que interfiera de forma inmediata
    en la bucólica rutina del gran jefe humano.

    También, que el pan de pueblo está más rico
    y es más sano. Que ahí no existen
    miniperros con bufanda ni jerséis,
    y sus pintores y poetas son retratistas
    encarnizados y líricos hasta la extenuación
    de su entrañable hábitat
    (o que en el campo el feminismo resulta castrante
    y atenta contra el entramado supervivencial
    de la feliz familia Ingalls de turno)

    ... Pero por otro lado, el tiempo,
    visto a largo plazo, es más próvido
    cuando corre más despacio.

    Asimismo, y sumergiéndonos en latitudes
    de carácter biosociológicas,
    se diría que las apreturas demográficas,
    la polución atmosférica y el stress,
    a pesar de la machacona
    y estúpida publicidad reinante,
    exprimen más las neuronas,
    aunque a la vez complican y acortan la vida
    (pues el paraíso rural tiene más efectos
    conservantes que los ultraprocesados
    para microondas del jodido Carrefur)

    Lo cual, matemáticamente hablando,
    nos llevaría a que
    X e Y son como E.T. y el dinosaurio,
    o sea, que uno tiende al infinito
    y otro se duerme en él.

    O finalmente, y expuesto de manera más sencilla:

    que los gorriones de pueblo nunca probarán el sushi,
    y aún menos verán
    un concierto de los ACDC
    mientras disfrutan de una bonita sesión
    de sexo oral desde el balcón de un décimo
    y junto el hocico arrugado de una gárgola
    bicentenaria, colocados hasta las cejas
    de monóxido de carbono y NO2

    gratis bajo la luna.

    ______

    EXTRATERRESTRE

    En la cara oculta
    de cada uno
    de mis satélites
    inacabados,
    en el océano
    más meridional
    de mis lágrimas.
    En la sangre
    de cisne
    más grumosa
    que fluye
    de mi silencio.

    En la pupila
    reptil
    de un cóndor
    sin andes,
    en el huracán
    que hiere
    los manglares,
    en la Pampa
    de mis dudas.
    Girando entre
    la duna
    del remolino
    de mis sueños.

    En el Sáhara
    de mis versos,
    en los lunares
    libidinosos
    del pensamiento.
    Entre las llamas
    clientes
    de mis horas.

    En el ecuador
    de mis polos,
    en el límite
    de mis venas.
    Entre las encías
    de tus viñedos,
    deshojando
    terrateniente
    poros y besos.

    En la sierra lenta
    y agraz
    que me recorre
    y me esconde,
    en la espesura
    de la selva
    de mis secretos.
    Tras el pozo
    más contaminado
    del espejo...

    Habita entre nubes
    sembradas de tormenta
    el polvo de mis estrellas
    peregrinas.

    Como un extraterrestre
    lejos de su planeta,
    la esencia que me conjuga
    y me delata,

    ... mi yo verdadero.

    ___________

    DEPRESIÓN

    Hoy,
    estoy tan cansado que no puedo ni dormir,
    tan vacío que no me cabe nada dentro,
    tan triste que no puedo ni llorar.
    Tanto frío tengo, que podría hasta quemarme.

    Hoy,
    estoy tan muerto que no me puedo ni matar,
    tan hundido que no me puedo ahogar,
    tan derrotado que no me puedo ni rendir,
    te echo tanto de menos...
    que no puedo ni recordarte.

    (Menos mal que ya no es hoy)

    _______

    TRAS EL TELÓN

    -Cuando el orgullo es un lujo,
    y la vida rima con dolor-.

    Vagabundo chaval:
    ¿no te sientes bien?,
    ¡tú...! lunático corresponsal,
    desahuciado de instintos altruistas,
    vacunado de meditación,
    enganchado a huir,
    insumiso a reventar,
    ¿dime qué deseas?
    ángel de coral y marfil,
    suicida potencial.

    Que yo escribo para sobrevivir
    y para amainar diluvios,
    que sé que tú lloras
    para evitar que se seque el cáliz
    que riega tu capacidad.
    La aridez de tus quejidos
    simula estoica apatía,
    pero yo sé que solo gimes,
    solo para poder mejor respirar.

    Dame, arquitecto del sol,
    un abrazo tuyo,
    o una escuálida migaja
    de tu luz.
    ¿Habré de romper esquemas,
    defenestrar moldes,
    deshojar enciclopedias...
    (o simplemente
    encender la tv)

    ¡Dejadme que disfrute
    maestro de duendes,
    abono de tertulias!
    Que ya arrastro como yugo
    por el ruedo mi condena.
    Algún día hincaré mis sueños
    ya huecos entre el polvo,
    como una pompa de jabón,
    sin un ruido explotaré
    y desapareceré sin más.

    Tan solo te pido
    que no amputes mi magia
    ni escarches mis abismos,
    que no me des con cuentagotas
    tu erudita y arcana solución.

    -----------

    ¡Ay, novia del mar!,
    tolera mis defectos,
    que ya son de ambos;
    yo no te voy a discutir
    ni un solo renglón.
    Sé que a tu originalidad
    llaman impertinencia,
    y que soplar contra el viento
    no nos puede ayudar,
    ... que en este injusto teatro
    tú y yo esquivamos
    dardos envenenados,
    aprendices necesitados somos:
    unos de pan y vino,
    otros del aplauso final.

    Adoptada hermana:
    hoy el alba me ha hablado
    de un mundo al revés,
    que tu honradez es visceral.

    Y vuelvo a descubrir
    desgarrados y caducos
    mitos insolidarios,
    desarraigada mi religión.

    Y vuelvo a repetir
    que somos iguales
    y tú vuelves a insistir:
    ¡Jóder!, ¿qué sentido tiene vivir?

    Y no creas lo que te diga
    un rompecabezas chillón
    o una caracola vacía
    arrancada de su hogar,
    que en este apacible día
    necesitaba insultar.

    ... Que sé que hoy
    sólo añorabas, amiga mía,
    en este día sin bagaje ni horas,
    arropar una vez más
    tu tristeza con mis labios;
    y prestarme sin paréntesis ni atrezzos,
    bajo las sábanas
    de este crudo invierno,
    solo una vez más,
    tu último reducto intacto
    de corazón.

    __________

    GENIO GENTIL Y SIN GLORIA

    En lienzo de zafiro
    y efervescente algodón,
    minúscula uve negra
    planea hendida y lejana
    sobre el cano albur
    de un genio y su crin.

    Elfo moderno,
    deambula distraído.
    Loro racional,
    de anónimas profecías
    recita sin cesar,
    sobre endriagos de fábula
    de la biblia y del Nepal.

    Fósil con vida
    de nombre, Tesón.
    Esclavo de druidas;
    de ímprobo ayuno.
    Simboliza el olvido;
    de torcido azar.

    Urde utopía,
    clama respuestas.
    Abandonado por su dios,
    obsesionado por la paz.

    Pobre hombre
    de arrugadas pupilas,
    timoneas ebrio de angustia
    y en tu estridente silencio
    vuelves a resbalar.

    Indignado reniegas,
    pues el aquilón
    nunca te vino a saludar.

    -----------------

    ¡Ay!, termita soberbia
    y oscura,
    oriunda de cuevas
    de una ciudad maldita.

    Con turbia saña
    devora venas raídas
    agotadas de predicar,
    que son de esa materia amorfa,
    ... de ese espacio infinito,
    que la mayoría del rebaño
    jamás comprenderá.

    __________

    POR OTRO INSTANTE

    En una espiral de vueltas y vueltas
    aterriza sin avisar
    y con pelo alborotado.
    Sonido de cine,
    ni caso a la gravedad;
    flotando desde una siesta,
    ¡recién despertado!.

    ¡Plás!, ... dijo un cuerpo;
    cayó algo más en esa alameda.
    Enfermo de juventud,
    esguince de corazón,
    y apareció desde la nada,
    ... allá de repente.

    ¡Es materia incandescente!,
    lo hubiese jurado.
    Virgen crepita la llama en sus pupilas.
    De humos traviesos,
    personita desbocada,
    con melena despeinada
    y un grano malvado,
    allí cae la otra, como loca,
    muy deprisa.

    Tan frágiles como copos escarchados,
    desatados como un ciclón.
    En yeguas estrepitosas,
    protagonistas de comic,
    galopan sin frenos.
    Ceñidos y desteñidos
    lucen los jinetes
    de su misma piel sus vaqueros.

    Por otro instante,
    antes de las doce,
    baila a mi alrededor la más preciosa
    y de genio sobrado.
    En esa alameda baila un pirata tramposo
    en una noche encantada,
    cuando aúlla la madrugada,
    con toda una princesa.

    ________

    200 ASIENTOS VACÍOS

    Doscientos asientos vacíos,
    y no caben en ellos cuatro cuerpos
    aún vivos.
    Cuatro corazones como cuatro aviones.
    Cuatro corazones que aún dicen,
    que aún brillan,
    que se desangran...

    Ocho manos,
    ocho pulmones,
    que regalaron hasta la última gota
    de su llama,
    de su aire,
    a los herederos vitalicios de esa miseria
    que devora
    sin dejar esquela ni rastro,
    (pues la otra, la de verdad,
    reside en destino).

    Turbulencias en lo llamado humano.
    ¡Overbooking de sinsentido!

    Y es que son de tierra equivocada,
    de una extraña tierra donde se regala
    sin pedir papeles,
    donde todos son nada,
    donde la burocracia ya es
    demasiado tarde.

    Escupidos y abandonados
    a la suerte
    de los miserables.
    Habló...
    ¡Imploró!,
    a los miserables que reparten
    la suerte.
    Ella pidió solo cuatro asientos,
    solo cuatro asientos más,
    ¡cuatro asientos vacíos!:
    su inviable derecho de compasión.

    Solicitud denegada
    desde el cuero gris oscuro de los ministerios,
    donde las cruces de los despachos
    son de mármol frío,
    y no salpican su sangre
    las paredes de los barracones,
    (que aun en su fiebre terminal
    sudan esperanza)

    Ella derramó su penúltima plegaria
    sobre los dioses de la Tierra:
    su legítima y desesperada
    demanda de auxilio.

    Pero no sirven futuro en tercera clase.
    No quedan billetes a la vida
    para los últimos de la Tierra.

    Otras latitudes les acogerán
    en su reino sin bandera.
    En éste no hay sitio,
    cielo
    ni piedad para ellos.

    Doscientos asientos vacíos,
    doscientos mil aviones vacíos,
    omiten la vergüenza,
    porque cuatro extranjeros
    encallados,
    cuatro moribundos
    que gastaron hasta la última fracción
    de su aliento
    por el prójimo,
    (y porque otros millones
    sin voz),
    no pudieron acreditar
    un puto pasaporte
    hacia la vida.

    _______

    EN EL CUARTO DE BAÑO

    Corríamos hacia el espejo
    para ver quien se escondía detrás;
    los espejos no son ventanas,
    pero no importa
    si no te quieres asomar.
    Corríamos juntos,
    sentía tu presencia,
    y entre el vaho de nuestra fatiga:
    más cierta...,
    más nítida
    que nunca nuestra humanidad.

    Colores fríos,
    geometría irracional .
    ¿Eran uno?, ¿eran dos?,
    soles eléctricos. ¡Grifo nuclear!,
    éxtasis precoz,
    (digitales las sombras),
    ... sonrisa cuántica;
    solo de pensar,
    cuando me acercaba,
    éramos más densos,
    más grandes,
    no hacía falta,
    falta ni soñar.

    Éste es el lado bueno,
    dame la mano Sara,
    apaga el tiempo,
    y déjate llevar.
    ¿Te gusta lo que ves?,
    somos impulsos reciclados,
    como cien caballos desbocados,
    somos aliento que empapa la oscuridad.

    Somos lazos de energía,
    ¡gutural suspiro de luz!.
    Hechizadas y unidireccionales
    veletas
    a pelo cabalgando
    -entre espumas y vapores-
    a lomos del huracán.

    ¿Y qué es una gran historia
    sin un impactante final?,
    y en este tangible
    y jodido mundo,
    ¿qué es lo que más importa?
    ¿el argumento,
    la caja de madera,
    o el arte del contar?.

    Y corríamos hacia el espejo,
    ¡y cómo no!,
    resbalamos con el jabón,
    tropezamos con el váter,
    y a puntito de atravesarlo,
    nariz con nariz,

    ¡... nos cargamos el cristal!

    ________

    HOY YA NO

    No dictó sus versos hoy la noche,
    no dirá hoy la niebla en el torcal
    de mis horas su tristeza.
    Secó el rímel que lloró abismos
    en el trasluz de las ventanas,
    resucitó aquel carmín que nunca murió
    en las latitudes de los espejos.

    Hoy ya no chirrían ocres de pasado
    bajo la almohada.
    Ya no quedan castillos por deshacer
    en la agenda
    ni cláusulas de mañana. Hoy
    sabe a sur el aire, huelen
    a pan reciente y óleo fresco las calles.

    Llovió la primavera su esperma vital,
    sus olas succionaron el liquen y la sal
    de los arrabales de mis huesos.
    Ayer sangraban cien gaviotas a la deriva
    sobre un océano de hielo,
    ... satélites hoy, orbitando
    como un carrusel de estrellas dormidas,
    los márgenes de mi purgante olvido.

    Asoman nuevos cauces y nuevos tallos
    desde las alcantarillas de mi pecho gris.

    Un arco iris nacido en invernadero
    coloreará de ríos y nuevas flores
    las artesas que escondían la semilla,
    entre el polvo de aquellas lunas
    que endurecían la mirada
    y confundían los sueños.

    En la poesía que se enreda en las venas
    cuando el viento silba
    pareciera que hoy me tocara dios
    con la yema de los dedos.

    _________

    UN NÚMERO MÁS

    ¿Quién te ha mirado mal?
    que sus razones te han matado,
    (negra razón que escupe tu tierra),
    ... aunque solo por error.

    Balas cruzadas tu pueblo han humillado.
    Si tu sangre no vale nada,
    ¿por qué brota tanta?.

    Trozos de carne y metralla
    en el imperio del horror.
    Un instante te mordió;
    un reguero de vida
    tiñó esa calle corta
    y sin salida
    que durante nueve abriles
    fue avenida infinita
    de tus lunas y juegos,
    aquel oasis almibarado
    e irrompible
    de tu reino infantil.

    Dos lágrimas de dolor y miedo,
    dos minutos de sueño y frío,
    y otra risa se apagó.

    Ni todo el calor del desierto
    te impide temblar,
    y tú no querías
    ser protagonista
    de este film tan real.

    Puta cigüeña que se equivocó
    en yerma cuna fue a aterrizar,
    en vez de sonajero y savia de pezón,
    solo traía ayuno,
    y moderna munición.

    Pobre niño pobre,
    entre balones de papel,
    y machetes sin final.
    Mañana ya no te dolerá
    y a mí se me olvidará,
    pero liberarán tu nación,
    que nunca fue
    ni hubiera sido tuya.

    Mañana descansarás
    feliz, eterno,
    sobre el rocío puntual
    e indescifrable de un vergel,
    y aquí no quedará
    ni tu mala suerte,
    ni rastro de las promesas
    que unos y otros
    os hicieron creer.

    Y aunque nunca te conocí,
    quiero creer que sobrevivirás,
    libre como un delfín de mar,
    en un océano que nunca viste;
    y desde allá te preguntarás,
    si mereció la pena
    aprender esta lección;
    para haber nacido en esta tierra maldita,
    haber sido algún día mayor.

    ________

    Y TODAVÍA

    Empañé mis pupilas navegando tu aliento,
    anduve ríos de luz descifrando tus lunares.
    Escorado de cuna, adicto
    al país de los sueños,
    desgasté hasta mi sombra
    entre los ripios de la noche
    y homenajes a primaveras.

    En la trastienda del astillero
    donde fletábamos
    lunes de besos y cereza,
    desde los estigmas de mi reflejo,
    allí donde legislan los albatros,
    (como un inexperto imán de olas)
    deshojé tus corales,
    ulceraron su cuarzo mis alas
    y se envenenó nuestro cielo.

    Fumigué el último rosal
    de mi jardín de dunas.
    Agotado el cupo de mi magia,
    noqueada en la lona mi rebeldía,
    el púgil pigmento de nuestra risa
    ... la pirotecnia de nuestras noches.
    Con el precinto de la excusa
    secamos hasta la última gota
    que regaba esa ingrávida vid del deseo.

    ¡Cuánto que no me ducho de luna
    con la esponja de tu mirada!
    ¡Cuánto que no ronronea en mis oídos
    la música de tu boca!
    ¡Cuánto que no hierve el mercurio
    de mis venas!
    que ya ni recuerdo el código genial
    que emanaba tu silencio.

    Descorchada la lámpara
    de mi vejez prematura,
    sumergida la llave de la nave
    de mi destino, como lata vacía
    sin decoro, ruedo por la cuneta.
    Espero mi turno en la reventa
    de la felicidad, en este/otro marzo
    de mi decadencia. Expuesto
    en la vitrina del olvido
    se dobla el párpado de mi prórroga,
    y convulso claudica el arterial fuelle
    que oxigenaba mis amaneceres.

    Entre asilos de juventud y antifaces
    de poeta, entre granizos de cal
    y faros como antorchas,
    suma dioptrías el ángel que me guarda,
    tropieza con las farolas, borracho
    de mi mano, el lázaro que me guía.

    Sobre el pubis de mi insomnio,
    en el ocaso del trayecto,
    anochece y se acaba mi tinta;
    pero todavía entre las pestañas
    de una nube de cemento,
    tras las costillas de este búnker
    de blindada tristeza,
    todavía mi tormenta escupe versos,
    aún sus paredes exhalan vida
    ... y todavía sangran mis estrofas.

    ______

    DÍA A DÍA

    Día a día
    trepará el tallo emergente
    entre cuatro paredes,
    buscando algún sol
    aunque se tuerza el cielo.

    Escondo mi tristeza
    tan dentro a veces...
    cuando niebla sólida
    que no es aliento,
    insonoriza tu fragancia
    y colapsa mis sentidos.

    Día a día,
    como guirnaldas de acero,
    me firman escarpias en la espalda;
    cicatrices compañeras son
    huellas de mi vorágine,
    postales de mi carga,
    peaje de mi desacierto.

    Elijo levitar en un crisol
    de crepúsculos y violeta,
    aunque al despertar
    se difuminan los sueños
    y escuecen más las heridas.

    Día a día,
    te invento en mi horóscopo,
    buceo entre tus veredas,
    desorientado de tanto buscar
    en un laberinto que marea.
    Y harto de atesorar sombras,
    exijo mi legado,
    rememoro mis anhelos,
    y ensalzo mi pasado,
    repitiéndome incandescente:
    ¿Qué es lo que veo?,
    ¡tan majestuoso y tan insignificante!,
    ¡tan sabroso y tan amargo!

    Día a día,
    insomne o soñando,
    busco aquel astro,
    yo siempre de vuelta,
    ... él siempre tan lejano.

    _______

    BLANCO Y NEGRO

    Nacieron sanos
    sobre cimientos enfermos,
    suburbio marginado
    donde el metro no llega.
    Nacieron ordenados
    en sus barrios los obreros;
    esperanza de rosas,
    prisioneros sin celda.

    Aroma a celtas y caña,
    qué, como fueron educados:
    sacrificados y generosos,
    agradecidos inquilinos
    enjuagando albas
    y tendiendo sueños
    en sus calcadas torres
    de pletóricas madrigueras.

    En el descampado de al lado
    de la torre de la iglesia
    jugaron unos labios,
    conspiraron sus lenguas.
    Cerrados los ojos,
    imantados sus cuerpos,
    una noche de noviembre
    como de primavera,
    ardieron en aquelarre
    de madrugada los pecados
    y caducaron sus credos.

    Desde su nuevo color
    los condenados a inflexión
    corearon abrazados el himno
    de su recién bostezada libertad,
    y asaltaron al fin
    el jaral de sus cadenas.

    Retumban los tambores,
    los fantasmas se tambalean,
    quizá sea el ocaso,
    o casi extinto su eco,
    que habla de tu vida,
    de una juventud castrada
    entre hedor a nodo
    y cremalleras de silencio.

    Mi querido pueblo unido,
    bailaste en otros sesenta.
    As de corazones retranqueado.
    Yo sé que después del fútbol,
    cuando nadie te vea,
    brindarás otro domingo
    por tus viejos camaradas,

    y ahogarás en el mismo vino
    esa lágrima cabrona,
    el áspid de tu rabia y tus carencias.

    _________

    SUCEDÁNEOS DE FELICIDAD

    No son los héroes como me habían enseñado,
    no es más frío el invierno que tu indiferencia.
    No es tanta su integridad ni tan viles sus culpas.
    no se es sabio por viejo ni justa toda sentencia.

    Envenena igual la soledad que la cama más llena,
    cuando ya no te gusta el juego,
    si no eres bella ni bestia.

    El amor no garantiza la felicidad,
    y es insoportable la paciencia.
    El sexto sentido solo es terquedad
    si no aciertas en la ruleta.

    ¿Renta más asumir la derrota
    o evaporarse en la atmósfera,
    en un cielo despojado de turbulencias,
    colmado de arpas, ... falto de celos?.

    ¿Prueba más ser protagonista de norias,
    de remolinos y poesía vacía,
    sin revolver los escombros,
    sin rebuscar en las esquinas?

    ¿... sin afán de conquistar,
    de morder ninguna costa?

    ________

    F.S.

    Orgullosa cigarra: envidia de la ciénaga.
    Equilibrista del abismo, motor de mareas.
    Eras tú quien con descaro libaba
    el corazón de las mariposas.

    Sí, ... ¡tú!, seductor de sirenas,
    que desenterrabas estrellas en playas
    minadas de narciso y porcelana, y al oscurecer,
    escanciabas su brillo
    y las arrojabas al cielo de vuelta.

    Agotando amaneceres, regando con el blues
    del ocaso tus venas, alunizando entre lineas,
    alucinando con la aurora.
    A pecho descubierto secaste ríos de saliva,
    a tumba abierta desnudabas
    de grises la tormenta.

    Bebiéndote a chorro las noches
    te intoxicaste de luna, fumándote
    la espuma de las olas se te atragantó la vida.
    Fuiste eco de rapsodia, arroyo de nadie;
    fuiste el verso negro, que desrimado,
    escapó de la poesía.

    En un país sin sombra, linaje de don Juan,
    espíritu de mimbre y golondrina.
    ¡Maldito fue el reloj!, te adelantó
    sin intermitente y por la derecha.
    Nunca te pesaron credos ni bolsillos,
    fue el azogue de los sueños
    tu mas valiosa moneda.
    Jamás anhelaste dejar raíz
    ni huella alguna.

    Campanilla voló
    detrás tuyo el día que te fuiste,
    cuando vino el pirata cabrón,
    aquella tarde de perros,
    a cobrar su última y definitiva deuda.

    ______

    EL REINO DEL ESPANTAPÁJAROS

    En los índices que prefijan la ilusión
    convergen en su esencia los hitos
    de una verdad interdicta:
    La insoportable impasibilidad que diseña
    el equilibrio del mundo,
    aun cuando amanece y no recordamos
    los reversos de la memoria.
    Las coordenadas de un horizonte abatible
    ya intuían las orillas de un continente
    cimentado sobre avales de efluvios y paja,
    de un mar ahogado
    bajo la efervescencia de su propia espuma.

    Creímos poder mecanizar las escaleras del cielo,
    gusanos del azar fuimos, deshojando la morera
    de un dios dormido.
    Boqueando tras la huella del diluvio,
    -como estatuas de agua sedientas de sal-
    evaporamos transparentes las premisas del futuro
    frente a un sol rabioso, que derretía
    el contorno impuro de las piedras.

    Te hablaría de miedos más allá de las cortinas,
    te diría de noches que nunca supieron de estrellas,
    de fuegos enquistados en gargantas incombustibles,
    de clavos que florecieron
    entre las vetas de unas manos sin líneas.

    Te contaría que encoframos de pájaros
    el monótono adagio de las horas,
    cuando se esfumó de nuestras pupilas,
    (como una errante mariposa de arena)
    el idílico e indivisible usufructo de los días.
    Que despertamos de un sueño encantado
    sobre el hemiciclo de una acuciante realidad
    -ajena y marchita-.
    Y cuando al fin secó la fuente de todo milagro,
    nos mudamos a los confines de una tierra
    preñada de sombra y cantiles.

    Y es que fuimos impertinente aguacero
    que nunca entendió de estaciones,
    que quiso dotar de lluvia a los cirros
    y de color a las urracas.
    Predadores del instante y el silencio.
    Hijos bastardos de la abundancia.
    Arquitectos y sangre del paredón
    donde se fusilaron con lascas de hipotecados ayeres
    los axiomas de un embargado mañana.

    Porque somos horma de nuestros barros y delirios,
    piel y pulmón de nuestros entrañables fantasmas.
    Esquirla de cada uno de nuestros vergeles e infiernos,
    viajando en aviones de papel
    desde el hangar de la saciedad y su febril mansedumbre,
    -en alas de un precoz inconformismo-
    provistos de un paracaídas de humo
    volando a ras de las llamas.

    Porque lucimos los galones de un espacio imaginario
    en las trincheras de un tiempo desnortado y fallido.
    Desertores de una causa perdida desde el primer disparo,
    ondeando la bandera de un reino sin aire,
    cual ejército de ilusos espantapájaros
    intentando espantar el ocaso,

    hartos de la batalla,
    hartos de la cosecha,
    hartos del hartazgo.

    __________