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MALCO
MANUEL LÓPEZ COSTA
©Todos los Derechos Reservados

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  3. Vicente Gerbasi
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    Vicente Gerbasi en 1952.
    Información personal
    Nacimiento 2 de junio de 1913
    Canoabo, Carabobo, Venezuela
    Fallecimiento 28 de diciembre de 1992 (79 años)
    Caracas, Venezuela
    Nacionalidad venezolana
    Información profesional
    Ocupación escritor
    poeta
    político
    diplomático
    Movimientos Vanguardia
    Miembro de

    Distinciones
    Vicente Gerbasi (nacido en Canoabo, Carabobo, el 2 de junio de 1913, Caracas, Venezuela; 28 de diciembre de 1992) fue un escritor, poeta, político y diplomático venezolano, considerado el poeta contemporáneo venezolano más representativo y uno de los más brillantes exponentes de la lírica vanguardista, además de ser uno de los escritores más influyentes del siglo XX en Venezuela, así como de los más reconocidos.

    Miembro del Grupo Viernes, una de las más notorias agrupaciones poéticas de Venezuela, Gerbasi no sólo lograría convertirse en su máximo exponente, sino que además desarrollaría una extraordinaria carrera política y diplomática, siendo miembro fundador del Partido Democrático Nacional junto con Rómulo Betancourt, Agregado Cultural de la embajada Venezolana en Bogotá, Cónsul de Venezuela en la Habana y Ginebra, Consejero Cultural de la Embajada Venezolana en Chile y Embajador de Venezuela en Haití, Israel, Dinamarca, Noruega y Polonia.

    Realidad de la noche

    Una sombra de una almendra amarga
    saboreo en medio del mundo.
    Debajo de mis parpados se encierra el furor de la noche
    y detrás de los días esta el rumor del mar contra las escolleras.
    Mis sentidos resuenan en la bóveda del cráneo,
    en la tiniebla cóncava de las luciérnagas.
    Hay un derrumbe de la noche como carbón
    en mi costado izquierdo
    un espanto de agua.
    Sombra de la arboledas venenosas, redondos follajes relucientes
    refugio de los mendigos bajo los fuegos artificiales.
    Sombras detrás de las ventanas,
    sombra de la sábana, de la silla, de la lámpara.
    sombra de los epilépticos, de los paralíticos, de los ciegos.
    Sombra de las medicinas, de los relojes, de los sombreros.
    He aquí mis manos moviendo lo cotidiano,
    sostén mudo, simple convicción de la muerte.
    Soy un testigo, desterrado en las avenidas crepusculares,
    en los martes de carnaval,
    con hijos que llegan a la rodilla.
    Me persigue el presentimiento como una máscara nocturna.
    caen estrellas en la llanura, al borde las ciudades.
    Las manos que hacen el plan socavan la noche.
    Las lámparas iluminan el pan.

    Amanecer

    Siento llegar el día como un rumor de animales,
    a la orilla del pantano, de la fiebre, del junco,
    más allá, entre las colinas de viento oscuro,
    donde la luz se levanta con desgarradas banderas,
    como resplandor lejano de una montaña de cuarzo.
    He aquí la sombra en torno a mi existencia, el búho,
    el río que arrastra oro, la serpiente de coral,
    el esqueleto del explorador, el fango de mis pies.
    La noche ha quemado el maíz, ha apagado los metales,
    ha dado reposo a la adormidera, ha refrescado la sangre,
    ha libertado los reflejos azules de la selva, de la hoja.
    Una resonancia, una resonancia oscura es mi corazón:
    eco en el abismo, piedra que rueda por el monte,
    brillo en la puerta de la cueva, fosforescencia del hueso.
    En la infancia, al pie del arco iris o del relámpago,
    junto al cabrito que saltaba en torno a la madre,
    jugaba con un pequeño tigre de cálida voz ronca,
    de suave pelambre estrellada, como un signo del zodíaco,
    de rabia lenta y tensa, como el despertar de la furia.
    Ahora siento en el aire límpido del bambú y el helecho,
    surgir las formas de las doncellas, bajo la fronda,
    en la selva de árboles aromáticos, coronadas de orquídeas
    descendiendo al río, a la cascada de transparente curva,
    que resuena en sus diamantes como una leyenda.
    Formas de la gracia, sus perfiles abandonan sus melenas
    a la brisa; formas de la vida y de la muerte,
    sus senos tiemblan en las penumbras de los juncos;
    formas del oscuro delirio, sus muslos se suavizan
    como una fruta partida; formas del tiempo humano,
    sus pies hacen temblar las flores silvestres.
    Como el venado tras de su compañera en la colina,
    persigo a una joven diosa desnuda, bajo el sol.
    Viene el olor agrio de los árboles destrozados
    por la ira de la noche; viene el olor de la sangre,
    del animal devorado, el olor de los minerales,
    el olor del río entre las raíces y las flexibles lianas.
    El día derrama su transparente maravilla, como un vuelo,
    como el color innumerable, como la crisálida
    de herméticos destellos, como el insecto plateado,
    como el hechizo en las formas relucientes,
    como el vuelo de mariposas que salen de una gruta incendiada
    y comienzan a temblar en el ardiente cristal.
    Acerco mis labios al claro manantial de íntima música,
    junto a la sardina y a la piedra limpia y pulida como una joya;
    mientras la nube pasa y el ave sale de su nido,
    y la serpiente muestra su lengua maldita, y se enrosca,
    y espera o avanza por la espalda sudorosa del día.
    Me hundo en las palpitaciones reverberantes, en las ondas,
    en el temblor divino, donde se abre la rosa de montaña,
    en los brillos fugaces, en la imagen insondable de Dios,
    que ha creado los cielos y la tierra, con esta geografía de fuego,
    y ha dado a mi corazón la forma del día y de la noche,
    mientras oigo correr los animales, persiguiéndose, amándose,
    devorándose, ensangrentando las yerbas, las flores y las peñas.
    Soy el día, y el viento levanta sus ramajes en mi alma.


    Ámbito de la angustia

    No se ha meditado aún sobre estas tristes ruinas.
    Participo de la gran alegría que hace cantar con el vino,
    luego me hieren los lamentos como a un árbol la tempestad nocturna.
    Se pierden conmigo en la sombra
    como se pierde la noche en el bálsamo misterioso de la muerte.
    Busco mi voz abandonada sobre los mares, en el aire de las islas,
    en las comarcas donde habitan los desterrados y los místicos,
    y vago bajo la lluvia de los bosques en la soledad.
    Como el árbol al borde del abismo, me salva la inquietud perenne,
    y me acerca a Dios que vigila tras las músicas terrestres.
    Alguien puede llamar a la puerta de alguna vivienda en la noche,
    mas solamente aparecerá el rostro del silencio
    en medio de la pesadumbre.
    No hemos meditado aun para amar y ser serenos.
    Oh, si tendiéramos la tristeza como niebla delgada,
    serenamente, sobre estos vastos dominios desolados.


    POEMA SIGUIENTE



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  5. Fernando Paz Castillo
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    Información personal
    Nacimiento 11 de abril de 1893
    [​IMG] Caracas, Venezuela
    Fallecimiento 30 de julio de 1981
    (88 años)
    [​IMG] Caracas, Venezuela
    Nacionalidad Venezolana
    Información profesional
    Ocupación Poeta, diplomático, educador
    Años activo 1912-1980
    Género Poesía, ensayo
    Miembro de

    Distinciones
    Firma [​IMG]
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    Fernando Paz Castillo (Caracas, 11 de abril de 1893 - Caracas, 30 de julio de 1981) fue un poeta, crítico literario, diplomático y educadorvenezolano. Es considerado uno de los principales representantes de la Generación de 1918, además de miembro fundador del Círculo de Bellas Artes. En 1967 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.

    El Muro

    I
    Un muro en la tarde,
    y en la hora
    una línea blanca, indefinida
    sobre el campo verde
    y bajo el cielo.

    II
    Un pájaro -en hoja y viento-
    ha puesto su canción más bella
    sobre el muro.

    III
    Enlutado de su propia existencia
    -detenida entre su breve sombra
    y su destino-
    un zamuro, bello por la distancia y por el vuelo,
    infunde angustia en el alma profeta:
    una fría angustia, cuando
    certero, como vencida flecha
    -oscura flecha que aún conserva su impulso inicial-
    cae tras el muro.

    IV
    La vida es una constante
    y hermosa destrucción:
    vivir es hacer daño.

    V
    Pero el muro,
    el silencioso y blanco muro
    parece que nos dice:
    «hasta aquí llegan tus ojos,
    menos agudos que tu instinto.

    Yo separo tu vida de otras vidas
    pequeñas; pero grandes cuando el ocaso,
    el oro insinuante del ocaso llega».

    VI
    Acaso tras el muro,
    tan alto al deseo como pequeño a la esperanza,
    no exista más que lo ya visto en el camino
    junto a la vida y la muerte,
    la tregua y el dolor
    y la sombra de Dios indiferente.

    VII
    Dios -muro frente a recuerdos y visiones-
    está solo, íntimamente solo
    en nuestros ojos
    y en el menudo nombre
    que lo ata a las cosas;
    a la seda del canto del canario
    fraterno
    y a la noche que vuela en el zamuro:
    fúnebre, pulido estuche de cosas ayer bellas
    o tristes
    que habrán de serlo nuevamente
    del lado acá del muro,
    con el temor reciente de volver al origen.

    VIII
    ¿Morir?…
    Pero si nada hay más bello en su hora
    -frente al muro-
    que los serenos ojos de los moribundos,
    anegados por su propio silencio;
    perdido ya, por entre frescas espigas encontradas,
    el temor de morir,
    y de haber vivido, como hombre, entre hombres,
    que apenas -oscurecidos en su existir-
    los comprendieron.

    IX
    Entonces el muro
    parece allanarse entre el olvidado rencor
    y la esperanza:
    Es súbito camino, no límite de sombra y canto,
    ante un nuevo Dios que nos aguarda
    -que nos aguarda siempre-
    y no conoceremos
    a pesar de que marcha en nuestras huellas;
    que nos llega de lejos,
    del lado de la luz,
    y que vamos dejando en el camino,
    como algo, que no es tierra,
    atado, sin embargo, a nuestros pies.

    X
    El muro en la tarde,
    entre la hierba, el canto y el fúnebre vuelo:
    presencia del dolor de vivir
    y no morir;
    consuelo de volver, en tierra y oro,
    con la inquietud de haber sido;
    polvo y oro que regresa eternamente,
    como la muerte cotidiana,
    bajo el granado trigal de la noche insomne,
    rumorosa de viento alto
    y de luceros.

    El sediento corazón siente leticia:
    el corazón y las queridas, tímidas palabras
    huelen, como el muro en la tarde,
    a cielo y tierra confundidos,
    cuando el morir es cosa nuestra
    y, como nuestro, lo queremos.
    Lo queremos pudorosos,
    en silencio, sin violencias,
    mientras los otros temen -aún distantes-
    la sensitiva soledad naciente
    para el hombre, no humano, y su destino
    confuso.

    XI
    Porque no hay muerte sino vida
    del lado allá del canto, del lado allá del vuelo,
    del lado allá del tiempo.

    XII
    Vaga intuición de perdurar
    frente a la muerte ambicionada
    y oscura…
    Porque la muerte, imagen de nosotros
    y criatura nuestra,
    es distinta a la no vida
    que jamás ha existido.
    Ya que el verbo de Dios, que todo lo ha dispuesto
    en la conciencia del hombre, no pudo crear la muerte
    sin morir El y su callada nostalgia
    de pensar y sufrir humanas formas.

    XIII
    El muro de la tarde -atardecido en nuestra tarde-,
    apenas una línea blanca junto al campo
    y junto al cielo.
    Misteriosa cruz que sólo muestra
    su brazo horizontal.
    Unida, por la oscura raíz,
    a la tierra misma de su origen confuso;
    y al cielo de la fuga
    por el canto y el ala:
    la noche impasible del zamuro
    y el camino de oro del canario
    hacia el ocaso.

    XIV
    ¡EI muro!
    Cuánto siento y me pesa su silencio
    -en mi tarde-
    en la tarde del musgo
    y la oración
    y el regreso.

    XV
    Sólo sé que hay un muro,
    bello en su calada soledad de cielo y tiempo:
    y todo, junto a él, es un milagro.

    XVI
    Sólo temo en la tarde -en mi tarde- de oro
    por el sol que agoniza; y por algo, que no es sol,
    que también agoniza en mi conciencia,
    desamparada a veces
    ¡y a veces confundida de sorpresas!
    Sólo temo haber visto algo:
    ¡lo mismo!
    el campo, el césped;
    la misma rosa sensual que recuerda unos labios
    y el mismo lirio exangüe
    que vigila la muerte.

    XVII
    Y sólo siento frente a Dios y su Destino,
    haber pasado alguna vez el muro
    y su callada espesa sombra,
    del lado allá del tiempo.

    Poema La Mujer Que No Vimos
    Fernando Paz Castillo


    Se alejó lentamente
    por entre los taciturnos pinos,
    de frente hacia el ocaso, como las hojas y como la brisa,
    la mujer que no vimos.

    Bajo una luz de naranja y de ceniza
    era, como la hora, soledad y caminos;
    armonía y abstracción como las siluetas;
    esplendor de atardecer como los maduros racimos.

    De lejos nos volvía en detalles
    la belleza ignorada de la mujer que no vimos.

    La tarde fue cayendo silenciosa
    sobre el paisaje ausente de sí mismo
    y floreció en un oro apagado y nuevo
    entre el follaje marchito.

    Hacia un cielo de plata
    pálido y frío;
    hacia el camino de los vuelos que huyen,
    de las hojas muertas y del sol amarillo,
    se alejó lentamente
    la mujer que no vimos.

    Sus huellas imprecisas las seguía el silencio,
    un silencio ya nocturno, suspendido
    sobre el recogimiento de la tarde,
    huérfana de la prolongación de sus caminos…

    Pero su voz, entre la sombra,
    hizo vibrar la sombra, y era su voz un trino:
    fúlgida voz que hacía pensar
    en unos cabellos del color del trigo.

    Recuerdos de las formas evocan las siluetas
    de los apagados árboles sensitivos;
    pero la voz que se aleja entre masas borrosas,
    denuncia unos ojos claros como zafiros,
    y unas manos que, trémulas, apartan los ramajes
    como dos impacientes corderitos mellizos.

    Ni pasos furtivos, ni voces familiares:
    oquedad y silencio entre los altos pinos,
    y en las almas confusas un ansia de belleza.

    ¿Pasó junto a nosotros la mujer que no vimos?







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  6. Andrés Eloy Blanco
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    Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela
    15 de febrero de 1948-24 de noviembre de 1948
    Presidente Rómulo Gallegos
    Predecesor Carlos Morales
    Sucesor Luis Emilio Gómez Ruiz
    Información personal
    Nacimiento 6 de agosto de 1896
    [​IMG] Cumaná, Venezuela
    Fallecimiento 21 de mayo de 1955 (58 años)
    [​IMG] Ciudad de México, México
    Causa de muerte Accidente [​IMG]
    Nacionalidad Venezolana [​IMG]
    Partido político Acción Democrática
    Familia
    Cónyuge Lilina Iturbe
    Educación
    Alma máter Universidad Central de Venezuela
    Información profesional
    Ocupación Diplomático y Poeta [​IMG]
    Firma [​IMG]
    [editar datos en Wikidata]

    Andrés Eloy Blanco Meaño (Cumaná, Venezuela, 6 de agosto de 1896Ciudad de México, 21 de mayo de 1955) fue un abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano. Es parte de la Generación del 18 en poesía.

    Vida y obra
    Estudió en Caracas, donde se incorporó al Círculo de Bellas Artes en 1913. En 1918 recibió su primer galardón por el poema pastoral "Canto a la Espiga y al Arado", y publicó su primera obra dramática, El huerto de la epopeya. Ese mismo año fue encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen, siendo ya estudiante de Derecho en la Universidad Central de Venezuela.

    A su graduación comenzó a ejercer la abogacía pero continuó escribiendo. En 1923 obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Santander (Cantabria), España, con su poema "Canto a España". Viajó a España para recibir el premio, y permaneció allí más de un año, familiarizándose con las vanguardias. En 1924 fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ese mismo año visitó La Habana (Cuba), donde se reunió con intelectuales cubanos y venezolanos exiliados.

    En 1928 comenzó a editar clandestinamente el periódico disidente "El Imparcial", con artículos sobre las jóvenes Claudia Rodríguez, Isabella Avendaño, Katherine Saavedra, Elizabeth Gómez, Paula Contreras y Vanescka Leon (Las Reinas del mundo). La cual fue nominada a la feria de la ciudad de Maracaibo, además seria el órgano de difusión de las proscriptas agrupaciones Unión Social Constructiva Americana y Frente de Acción Revolucionaria. Es hecho prisionero tras el golpe de estado del 7 de abril, y confinado en Puerto Cabello hasta 1932, cuando fue liberado por motivos de salud. En el Castillo de San Felipe de Puerto Cabello, convertido en prisión y a fines del siglo XIX rebautizado con el nombre de Libertador, fue donde escribió Barco de Piedra.

    Precisamente, este título hace referencia a la apariencia de dicho castillo rodeado por el mar, como señala Juan Liscano [1 ]. Y para el que conozca el clima de Puerto Cabello, con sus famosas calderetas (viento caliente y seco de tipo foen) en una prisión casi sin luz y sin ventanas y un ambiente similar al de un horno, no le puede extrañar que los poemas incluidos en Barco de Piedra sean de los más tristes de toda su obra:

    Madre, si me matan,
    ábreme la herida, ciérrame los ojos
    y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo,
    y esa pobre mano por la que me matan
    pónmela en la herida por la que me muero

    (2 )

    Al ser liberado se le prohibió sin embargo realizar cualquier tipo de manifestación pública, por lo que se dedicó nuevamente a las letras, publicando Poda en 1934, con poemas tan conocidos como Las uvas del tiempo y La renuncia. Otros poemas muy famosos son Coplas del amor viajero, Silencio (3 ) y La Hilandera. Un año después (1935) publicó La aeroplana clueca.

    A la muerte de Juan Vicente Gómez, Andrés Eloy Blanco fue nombrado por el presidente Eleazar López Contreras jefe del Servicio de Gabinete en el Ministerio de Obras Públicas. Sin embargo, su postura fuertemente crítica frente a la represión de las manifestaciones del 14 de febrero de 1936 y su pertenencia a la Organización Revolucionaria Venezolana llevan a la decisión de apartarlo de la política local. Ese mismo año es nombrado Inspector de Consulados, cargo en el cual viaja a Cuba, Estados Unidos y Canadá; sin embargo, en 1937 su descontento lo lleva a presentar la renuncia y regresar a Caracas.

    Fundaría poco después el Partido Democrático Nacional, como diputado del cual llegaría al Congreso Nacional. A lo largo de su actividad política sigue publicando profusamente. A comienzo de los años 1940 integra su partido en la recién fundada Acción Democrática, y trabaja para la candidatura de Rómulo Gallegos, quien se haría con la presidencia en 1947.

    En 1946 fue electo presidente de la Asamblea Nacional Constituyente convocada para la reforma de la constitución, que instaura el sufragio universal, directo y secreto. En 1948 fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores por el presidente Rómulo Gallegos. El Golpe militar que derroca a Gallegos en noviembre de 1948 lo sorprendió encontrándose al frente de la delegación venezolana que asistía a la Tercera Asamblea General de las Naciones Unidas reunida en París. Se exilia en México, donde se dedica a tiempo completo a la poesía.

    En 1955 perdió la vida en un accidente de tránsito. El 6 de junio de ese año sus restos fueron trasladados a Caracas para su sepelio, realizado entre estrictas medidas de seguridad por parte de las fuerzas del régimen.

    En 2005 se cumplieron 50 años de su muerte y esta fecha, que hubiera podido servir de ocasión para recordar los valores esenciales de su poesía y el sentido social de su obra, pasó, inclusive en Venezuela, prácticamente desapercibida, lo cual es casi imperdonable. Ya antes, cuando se cumplieron 100 años de su nacimiento, el profesor Luis Chesney Lawrence (Universidad Central de Venezuela) señaló, en el resumen de su investigación titulada Venezuelan dramatists in shadows: Andrés Eloy Blanco (Dramaturgia venezolana en sombras: Andrés Eloy Blanco):


    Poemas de:

    Andrés Eloy Blanco


    WEBMASTER:
    Yosmar Lorena Pineda Monroy

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    PÍNTAME ANGELITOS NEGROS

    --Ay, compadrito del alma,
    ¡Tan sano que estaba el negro!
    Yo no le acataba el pliegue,
    yo no le miraba el hueso;
    como yo me enflaquecía,
    lo medía con mi cuerpo,
    se me iba poniendo flaco
    como yo me iba poniendo.
    se me murió mi negrito;
    dios lo tendría dispuesto;
    ya lo tendrá colocao
    como angelito de Cielo.

    --Desengáñese, comadre,
    que no hay angelitos negros.

    Pintor de santos de alcoba,
    pintor sin tierra en el pecho,
    que cuando pintas tus santos
    no te acuerdas de tu pueblo,
    que cuando pintas tus Vírgenes
    pintas angelitos bellos,
    pero nunca te acordaste
    de pintar un ángel negro.

    Pintor nacido en mi tierra,
    con el pincel extranjero,
    pintor que sigues el rumbo
    de tantos pintores viejos,
    aunque la Virgen sea blanca,
    píntame angelitos negros.

    ¿No hay un pintor que pintara
    angelitos de mi pueblo?
    Yo quiero angelitos blancos
    con angelitos morenos.
    Ángel de buena familia
    no basta para mi cielo.

    Si queda un pintor de santos,
    si queda un pintor de cielos,
    que haga el cielo de mi tierra,
    con los tonos de mi pueblo,
    con su ángel de perla fina,
    con su ángel de medio pelo,
    con sus ángeles catires,
    con sus ángeles morenos,
    con sus angelitos blancos,
    con sus angelitos indios,
    con sus angelitos negro,
    que vayan comiendo mango
    por las barriadas del cielo.


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    SONETO DE LA RIMA POBRE

    Me das tu pan en tu mano amasado,
    me das tu pan en tu fogón cocido,
    me das tu pan en tu piedra molido,
    me das tu pan en tu pilón pilado.

    Me das tu rancho en tu palma arropado,
    me das tu lecho en tu rincón sumido,
    me das tu sorbo, a tu sed exprimido,
    me das tu traje, en tu sudor sudado.

    Me das, oh Juan, tu dame de mendigo,
    me das, oh Juan, tu toma de pobrero,
    tu clara fe, tu oscuro desabrigo,
    y yo te doy, por lo que dando espero,
    el oscuro esperar con que te sigo
    y el claro corazón con que te quiero.


    Canto de los hijos en marcha


    Andrés Eloy Blanco
    Madre, si me matan,
    que no venga el hombre de las sillas negras;
    que no vengan todos a pasar la noche
    rumiando pesares, mientras tú me lloras;
    que no esté la sala con los cuatro cirios
    y yo en una urna, mirando hacia arriba;
    que no estén las mesas llenas de remedios,
    que no esté el pañuelo cubriéndome el rostro,
    que no venga el mozo con la tarjetera,
    ni cuelguen las flores de los candelabros
    ni estén mis hermanas llorando en la sala,
    ni estés tú sentada, con tu ropa nueva.
    Madre, si me matan,
    que no venga el hombre de las sillas negras.

    Lléname la casa de hombres y mujeres
    que cuenten el último amor de su vida;
    que ardan en la sala flores impetuosas,
    que en dos grandes copas quemen melaleuca,
    que toquen violines el sueño de Schuman;
    los frascos rebosen de vino y perfumes;
    que me miren todos, que se digan todos
    que tengo una cara de soldado muerto.

    Lléname la casa
    de flores regaladas, como en una selva.
    Déjame en tu cuarto, cerca de tu cama;
    con mis cuatro hermanas, hagamos consejo;
    tenme de la mano, tenme de los labios,
    como aquella noche de mi padre muerto,
    y al cabo, dormidos iremos quedando,
    uno con su muerte y otro con su sueño.

    Madre, si me matan,
    que no venga el coche para los entierros,
    con sus dos caballos gordos y pesados,
    como de levita, como del Gobierno.

    Que si traen caballos, traigan dos potrillos
    finos de cabeza, delgados de remos,
    que vayan saltando con claros relinchos,
    como si apostaran cuál llega primero.
    Que parezca, madre,
    que voy a salirme de la caja negra
    y a saltar al lomo del mejor caballo
    y a volver al fuego.
    Madre, si me matan,
    que no venga el coche para los entierros.

    Madres, si me matan,
    y muero en los bosques o en mitad del llano,
    pide a los soldados que te den tu muerto;
    que los labradores y las labradoras
    y tú y mis hermanas, derramando flores,
    hasta un pueblo manso se lleven mi cuerpo;
    que con unos juncos hagan angarillas,
    que pongan mastranto y hojas y cayenas
    y que así me lleven hasta un cementerio
    con cerca de alambres y enredaderas.
    Y cuando pasen los años
    tráeme a mi pedazo, junto al padre muerto
    y allí, que me pongan donde a ti te pongan,
    en tu misma fosa y a tu lado izquierdo.
    Madre, si me matan,
    pide a los soldados que te den tu muerto.

    Madre, si me matan, no me entierres todo,
    de la herida abierta sácame una gota,
    de la honda melena sácame una trenza;
    cuando tengas frío, quémate en mi brasa;
    cuando no respires, suelta mi tormenta.
    Madre, si me matan, no me entierres todo.

    Madre, si me matan,
    ábreme la herida, ciérrame los ojos
    y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo
    y esa pobre mano por la que me matan,
    pónmela en la herida por la que me muero.

    Llora en un pañuelo que no tenga encajes;
    ponme tu pañuelo
    bajo la cabeza, triste todavía
    por las despedida del último sueño,
    bajo la cabeza como casa sola,
    densa de un perfume de inquilino muerto.

    Si vienen mujeres, diles, sin sollozos:
    -¡Si hablara, qué lindas cosas te diría!
    Ábreme la herida, ciérrame los ojos…

    Y una palabra: JUSTICIA
    escriban sobre la tumba
    Y un domingo, con sol afuera,
    vengan la Madre y las Hermanas
    y sonrían a la hermosa tumba
    con nardos, violetas y helechos de agua
    y hombres y mujeres del pueblo cercano
    que digan mi nombre como de su casa
    y alcen a los cielos cantos de victoria,
    Madre, si me matan.

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  8. Caupolicán Ovalles
    [​IMG]
    El poeta escribiendo.
    Información personal
    Nacimiento 24 de abril de 1936
    Guarenas, Venezuela
    Fallecimiento 23 de febrero de 2001
    Caracas, Venezuela
    Nacionalidad Venezolana
    Educación
    Alma máter Universidad de Salamanca
    Información profesional
    Ocupación Escritor
    Distinciones Premio Nacional de Literatura (1973)
    Firma [​IMG]

    • Rafael Honorio Caupolicán Ovalles Colmenares (24 de abril de 1936 en Guarenas, Venezuela - 23 de febrero de 2001 en Caracas, Venezuela) fue un polémico personaje de las letras venezolanas. Perteneció al periodo de las vanguardias de los años sesenta y tuvo influencias del Surrealismo francés y los Beatniks norteamericanos.
    • Participó activamente en diversos grupos literarios y artísticos como el movimiento vanguardista e iconoclasta El Techo de la Ballena, que marco la literatura venezolana en los convulsionados años sesenta, y La República del Este, entre los más conocidos. Sus obras poéticas más conocidas son ¿Duerme usted señor presidente? (1962) y Elegía a la muerte de Guatimocín, mi padre, alias El Globo (1967). En 1973 recibe el Premio Nacional de Literatura por su poemario compilatorio Copa de huesos (1972)
    Duerme usted señor Presidente

    Si en vez de dormir
    _____bailara tango
    _______________con sus ministros
    _____y sus jefes de amor
    nosotros podríamos
    oir
    ___de noche en noche
    su taconeo
    de archiduque
    o duquesa.
    Podríamos reír
    sólo de verle,
    ridículo como es,
    esperar los aplausos
    de toda la gendarmería
    frenética.
    Claro que uno está cansado
    y quiere un poco de diversión
    _____monstruosa,
    como ésta
    _____de verle
    con la lira en el cuello
    _____colgada,
    como un romano
    o como una romana
    ciega de absurdas creencias geniales.
    Si en vez de prometer
    el descubrimiento de la piedra
    ______________________filosofal
    que ha de producir pan
    _________________y billetes de veinte
    se dedicara,
    por lo soberbio que es,
    a vender patatas podridas
    o maíz rancio,
    los indios de esta nación
    le llamarían
    ______Cacique Ojo de Perla.

    Si en vez de llorar
    te murieses un día de estos,
    _______como una puerca elegante con sus grasas
    importadas del Norte,
    nosotros,
    que estamos cansados
    ______________de tanta estúpida confesión,
    pondríamos a bailar las piedras
    y los árboles darían frutos manufacturados.

    _____Con tu vieja y putrefacta osamenta,
    alimento de ratas,
    llenaremos un solo lugar de esta tierra
    y la llamaremos
    ____________la Cueva Maldita
    y será proscrita de ver
    y de acercarse a ella
    por temor a despertar tus histéricas
    _______________________ternuras.

    Te llaman
    José el de los sueños,
    el de las vacas sagradas,
    el dueño de las vacas más flacas
    ______y
    Presidente de la "Sociedad Condal del Sueño".
    Tus amigos te llaman
    _______________Barbitúrico.

    ¿Hasta cuándo duerme usted, señor Presidente?

    Si adora la vaca,
    ____________¡duerme!
    Si al becerro adora,
    ____________¡duerme!
    Y si el General le da su almuerzo,
    duerme como una lirona
    o le da una pataleta de sueño.

    Cara de Barro,
    Ojo para ver las Serpientes
    _____________________y llamarlas,
    Ojo para hacer compañía
    y quemarte
    con el humilde Kerosene,
    Ojo para tenerse a mi servicio
    como mozo de alcoba
    _______________barato.

    ¿Duerme usted, señor Presidente?
    _______Le pregunto por ser joven apuesto
    _______y no como usted, señor de la siesta.

    Ojo de barro y Water de Urgencia.



  9. +
  10. Luis Alberto Crespo
    [​IMG]
    Luis Alberto Crespo
    Información personal
    Nacimiento 13 de abril de 1941, 76 años
    [​IMG] Carora, Lara, Venezuela
    Nacionalidad venezolano
    Información profesional
    Ocupación Poeta, Crítico, Columnista
    Género Literatura
    Distinciones


    Yo soy de donde me callo

    Yo soy de esta silla
    sentado


    Tengo las manos solas
    Están lejos de este libro que leía
    hablándome


    Yo soy de donde termina

    no con el fin

    con la palabra


    Decías
    Poema publicado el 18 de Febrero de 2007



    Dime no me fui como te dije
    para que no me vieran por dentro

    Dime que fue así,
    ahora que no puedo oírte desde bien distante
    Que no se supo nada por el mal tiempo,
    los truenos

    Lo que decía yéndome

    Dile eso, que yo no vivo aquí,
    que me mudé unas casas más abajo.



    Selección: Eduardo Milán y Ernesto Lumbreras

    Pesadilla
    Poema publicado el 02 de Octubre de 2009



    Un tiempo feo, después de insolación o cansancio:
    Levantarse tirado afuera por el temporal,
    esa música de cuerdas, el ventarrón
    que trae la montaña hasta la puerta,
    toda mi familia en los relámpagos.
    Nunca se acabó este ruido,
    ni el de los muertos barriendo sobre mí, buscando en los baúles
    donde el sol no toca fondo.
    El aguacero hace brincar el infierno,
    y tal vez hay un baúl enterrado detrás de los armarios.
    En esta casa, el balcón sigue la raya del horizonte
    y un relámpago se lleva a mi mamá bien lejos.
    No puedo abrir los ojos. La casa en la calle,
    el cuarto de mi papá en los basureros
    abierto como una lata.







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      "Mientras reposas bajo el ala gigante del sexo,

      yo vengo a tu lado para que amaine la tempestad..."

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      "Idyll"

      Gustav Klimt

      Reseña biográfica

      Poeta, traductor y profesor venezolano nacido en Altagracia de Orituco, en 1922.
      Gracias a la pureza y brillantez del lenguaje, es considerado como el iniciador de la poesía contemporánea
      venezolana. Su primer libro, «Elena y los elementos» en 1951, lo hizo merecedor al título de Doctor Honoris Causa
      Universidad de los Andes, convirtiéndolo en una importante referencia dentro del panorama de la lírica hispanoamericana.
      Se desempeñó como agregado cultural de Venezuela en Colombia, Chile y Francia, estadías que le permitieron madurar
      su formación literaria. Siempre próximo al surrealismo, supo asimilar el legado formal del célebre movimiento liderado
      por André Breton, para construir una poesía personalísima y característica.
      Por la obra «Rasgos Comunes» se le otorgó el Premio Nacional de Literatura 1976. Publicó además las siguientes obras:
      «Animal de Costumbre» en 1959, «Filiación Oscura» en 1966, «Un día sea» en 1969, «Por cuál causa o nostalgia» en 1981
      y «Aire sobre el aire en 1989.
      Falleció en el año 2003. ©




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      Adolescencia

      En el fondo de mis sueños
      Siempre te encuentro cuando amanece.

      Qué ensanchamiento en el exilio, por el vagabundaje de
      claras fuentes azules;
      Por el soplo de la tierra.

      Costumbre angélica.
      Evadida hacia otra queja, vuela con los pájaros, sueña con
      las nubes;
      Levanta raíces inquietas en el agua.

      En el fondo de mis sueños
      La aurora fugitiva. Sólo la sombra
      Concluye mi única estrella, mi último día.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Al arrancarme de raíz a la nada...

      Al arrancarme de raíz a la nada
      Mi madre vio, ¿qué?, no me acuerdo.
      Yo salía del frío, de lo incomunicable.

      Una mañana descubrí mi sexo, mis costados quemantes,
      mis ráfagas de imposible primavera.

      A la sombra del árbol
      de mi gran nostalgia ya comenzarían a devorarme,
      ya comenzarían.

      Sabedlo tú, Ondina ondulante del mar y alga efímera
      de la tierra.
      Un hombre alto fue al cementerio
      Espantó a un perro que ladraba
      Su camisa de fuerza lo estrangulaba
      Cayó estrangulado.

      Y yo he revelado su destino a todos mis amigos
      A los que conozco sin saludar, a los que saludo
      sin conocer.

      Yo di muerte al estrangulado
      A pesar de sus signos de indeleble fatiga.

      Yo frisaba cinco años de vida
      ¿Me engendró una cigarra en el verano?

      Era un día maldito.
      Mi madre no logró reconocerme.




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      Al principio al final

      Si ella premedita dureza o ternura (O lucha en vacuas

      direcciones),

      Si me obsequia o niega,

      Apago el conmutador.

      Me veo con mansedumbre en el lecho,

      Me toman el pulso, me hallo lejos,

      Pruebo a la mujer de ceniza,

      Única de fruto, de cortar las venas e irrigar el vientre,

      Oquedal de un badajo a rastras,

      Al principio al final

      Insomne en la misma constelación,

      Hambre en nuestra holgura y unigénito sueño.

      De"Filiación oscura" 1966



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      Aparición

      Aclimata el carruaje dichoso de tus senos, la tierra de mis
      primeras voces,
      sus heridas abiertas, sus flagelados gavilanes en la
      intemperie nevada.

      Una mujer llamada Blanca manipula la jaula escarlata del
      misterio
      Sobrepasa el límite, una oscura potencia.
      ¿Grita, imagina, siente?
      Teje una cáscara densa de brisa matinal, alivia piedras
      decrépitas.

      La joven pálida me conduce a un jardín en ruinas.
      La veo desnuda, bajo un gran suburbio de palmeras,
      exportando el oro del crepúsculo hacia un milagroso país.

      Ha regresado la hora silenciosa.
      Me circundan las pesadas bahías de tus ojos.

      Tú tienes que diseminarte, cuerpo y alma,
      en la heredad meliflua de las rosas.

      A mi lado pasan lavanderas con sus blancas túnicas, con sus
      cofias de inocencia
      y las manos entregadas a un rito.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Belleza

      Interrumpida mi plática, vuelvo a hablar contigo de la partida y el regreso.
      Todo sucedió a vuelo de pájaro, belleza: a la
      vez mundo compacto, cerrado y libre. Al abrir los ojos en la
      llama fría, era un lorito ufano; te busqué de verdad, lamía en
      la sombra tus huesos, santa perra. Aunque me ausentara de
      ti, aunque me cubriera el ridículo, aunque estuvieras más
      allá del resplandor que me envuelve; quizás cercana a la
      bahía, en pleno mar de verano, en medio de las palmas reales.

      De "Rasgos comunes" 1975



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      Con flores pintadas...

      Con
      flores pintadas
      en nuestro
      cuerpo

      y
      la bujía
      en cada
      mano

      lo único
      que pasa
      es el silencio

      pero
      los recuerdos
      son fieles
      y

      al
      lado
      de nosotros
      murmuran

      sobre
      la máscara
      la piel
      o la palabra enorme:

      «Oye mi amor hacia ti».
      «Oye mi grito
      por ti».


      De "Por cuál causa o nostalgia" 1981



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      Cuando subes a las alturas...

      Cuando subes a las alturas,
      Te grito al oído:
      Estamos mezclados al gran mal de la tierra.
      Siempre me siento extraño.
      Apenas
      Sobrevivo
      Al pánico de las noches.

      Loba dentro de mí, desconocida,
      Somos huéspedes en la colina del ensueño,

      El sitio amado por los pobres;

      Ellos
      Han descendido con la aparición
      Del sol,

      Hasta humedecerme con muchas rosas,

      Y yo he conquistado el ridículo
      Con mi ternura,
      Escuchando al corazón.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Diálogo y recuerdo

      Este apasionante encuentro con la doncella subterránea
      No fue ovacionado con trompetas de corales.

      Encumbrado a ti,

      ¿El relámpago de mi respiración?
      ¿El vuelo marítimo de un cisne o un zamuro?

      ¿Qué signo mío Te iba a despertar?

      ¿Los buscadores de oro?
      ¿La campana salobre mecida por el huracán?

      Dejadme la pureza del estío y el canto del manantial
      sobre los pinos en una hora alta
      de paz y alegría.

      Huérfano, y sin trompeta, y la mujer que abre su entrecejo
      y es una potestad engañosa y el día que es una nube
      efímera, y tú que vienes en el Fasto, Es lo natural,
      Simplemente reposas o desvarías.

      Desde el instante mío:
      El que tañe en la raíz del húmedo fósforo
      El de pulposo corazón, El que dilapida con
      Ojos de ironía la escritura visible,

      El de la parodia chirle, El de batir las
      palmas, El supliciado, El que huye y tropieza
      Con la máscara y el atavío,
      El que amaina en la médula,

      En algún lugar del camino, con ese regusto anticipado
      del pueblo en que ibas a poner pie,


      En la ruta, a remolque; nulo, A
      Tiro de fusil.


      De "Elena y los elementos" 1951



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      El cuerpo suicida

      Rosa invisible rasgo puro
      Venas subyugantes como lámparas de nieve
      y mi espejo en su lecho fratricida
      Iba hacia ti
      Desde la negra edad de mis orígenes
      Iba hacia ti
      Cuando la luna ondea en mis sienes desatadas
      Caías de rodillas con un racimo de frutas.

      Los perversos ojos del cielo recubren tu llama
      La espiga vigilante adentro
      En las zonas del silencio donde la luz no llega.

      Yo veía un niño agonizando en los jardines
      El que arrojaba uvas delirantes a las duras bahías
      Y los cuerpos ahogados en la noche
      Cuando arden cenizas en la magia de Dios.

      Yo he visto alfombras proteger sus rebaños
      de ignorancia
      Altares y arcos
      Los senos, bases de fuego fascinante
      El perfecto hábito del semen
      Joya de abismo, taciturno enigma.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Elena es alga de la tierra...

      Elena es alga de la tierra
      Ola del mar.
      Existe porque posee la nostalgia
      De estos elementos,
      Pero Ella lo sabe,
      Sueña,
      Y confía,

      De pie sobre la roca y el coral de los abismos.

      En realidad, Elena
      Conoce las cosas simples,
      Porque antes de ser doncella
      Fue Sirena y Ondina,
      Y antes de ser
      Sirena y Ondina,
      Nadó en el torbellino, en el número, en el fuego.

      Yo debí caer en la calzada, y rememorar,
      Oh huésped delirante;
      Allí donde apacigua la tarde y el crepúsculo,
      A mí me separaron.

      Tuve otro amor,
      Puro como el éxtasis,
      Frágil como la fantasía,
      Absoluto como mi otro amor.


      Oí una trompeta de bruma en el desierto
      Mis halcones salieron del follaje.


      En todas las estaciones
      En el otoño o en la primavera
      Elena es alga de la tierra
      Ola del mar.


      De "Animal de costumbre" 1959



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      Persistencia

      A Ella, (y en realidad sin ningún límite).Con holgura y
      placer.

      A Ella, la víbora y la abeja: La desnudez preciosa.

      A Ella, mi transparencia, mi incoherente arrullo, el rumor
      que sube en las raíces de mi lengua.

      A Ella, cuando regreso de las inmensas naves que hay en
      el cuerpo huraño con un sol inmóvil.

      A Ella, mi ritual de beber en su seno porque quiero
      comenzar algo, en alguna dirección.

      A Ella, que abre el sobre de mis amuletos.

      A Ella, que en la balanza anónima de la memoria y en las
      horas finales prolonga mi presencia real y mi presencia
      ilusoria sobre la tierra.

      A Ella, que con una frase insomne divaga en el umbral
      de mis lámparas.

      A Ella, a causa de un vocablo que me falta y a la vez
      usufructo de un breve viaje que podría revelarme.

      -Duerme, pero la obra humana es el instante; al dormir
      se cierra con furor la gran jaula.

      -Despierta, pero esboza en las márgenes de tus cejas el
      oro próximo del sueño.


      -Revuélcate en la parálisis fuera del yo de los ciegos
      viajeros.


      ¡Adónde mi ninguna faz con años!

      A Ella, los abismos que hay de mi amor a mi muerte
      cuando caiga a plomo sobre la tierra y en un lugar
      de señales desaparezca el sitio de mi ánima sola.


      De "Filiación oscura" 1966




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      En la noche dúctil con un gladiolo en tu casa...

      En la noche dúctil con un gladiolo en tu casa
      En la noche, escucha,
      Oh frágil vanidad en los brazos,
      Y tu sueño pesa viviente como ráfaga del río.

      Más allá en los vergeles
      Prueba, verifica mi debilidad y mi fuerza.
      Mi camino que ignoro hasta encontrar tu paso, tu huella
      Tibia en la tierra,
      El nacimiento del nuevo día.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Inocencia

      Cuando pongo la mejilla en esa melodía, recupero un instante
      la ciudad perdida.

      Vivo sin leño ni lumbre, señuelo en pos de ti.

      Por encontramos en el mundo, nos cubre la llama que da pavor. Soy de pies a cabeza la gran vacilación del hombre. Mustio, trago a cántaros el olvido y la tiniebla.


      De "Rasgos comunes" 1975





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      Me pongo a temblar en la noche llena de sonidos...

      Me pongo a temblar en la noche llena de sonidos. Absorto en mi labor, no me doy cuenta que el tiempo transcurre.
      Mi oficio es como la lluvia: acariciar, penetrar, hundirme. Observo la tinaja oscura. Alumbro una lámpara
      en mi duermevela. Siento mi arruga y mi enigma, pero ¿dónde elhallazgo por venir, o una mañana clara en las calzada?

      De" Lo huidizo y permanente" 1969





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      Menos vulnerable

      Menos vulnerable y base de rigor.
      Confinado a la palidez y el grito de tu
      carne,
      Llama ostensible.
      Óleo grave y vellocino de nácar.
      Fuerza que inhibe, que resiste,
      Mujer que declina honores en el país solitario.
      A tientas los flancos, ¡en la espesura de aquel rumor!
      A la zaga nuestra sombra.
      El aleteo de la espuma sube. La mujer es de agua
      reflejada.
      Vive en la memoria de la piel.
      Su salto en los oquedales
      rehúsa respirar por la herida en mi cuerpo.
      Lo dicho, dímelo,
      átenos con esta lengua de tierra
      la fabla matinal.

      Más firme aún el sueño en el regazo profundo.

      De "Filiación oscura" 1966




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      No estás conmigo...

      No estás conmigo. Ignoro tu imagen. No pueblo tu gran olvido.
      Pasarán los años. Un rapto sin control como la dicha
      habrá en el sur.
      Con la riqueza mágica del encuentro, vuelve hasta mí,
      sube tu silencioso fervor,
      tu súplica por los viajes,
      tu noche y tu mediodía.

      Apareces.

      Tu órbita desafía toda distancia.

      Entonces, para iluminar el presente, tú y yo acariciamos
      la llaga de nuestro antiguo amor.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Obra de vigilancia

      (Paso la mano sobre el olor de tu vestido),
      Tu guedeja, tu pendón lunar;

      Más allá, más acá,

      (Paso la mano sobre húmedos rastros)
      Aclara la niebla del pecho
      un arco iris.

      Echa tierra a la tierra de ilusión.
      Aquí es inoficioso soñar .

      De púrpura es la casa a cuestas en el viento
      de largos ramajes.


      De "Filiación oscura" 1966



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      Poema II

      La selva roja murmura, murmura, y de repente es toda la realidad del corazón mi selva roja. Y ella que es un péndulo que oscila en el gemido, mi selva roja, y ella que exclama con saltos leves de dicha, mi selva roja, en la ruta que conduce hacia ese hondo bosque fuera de la tierra anónima nos deja estar en ninguna parte y olvidarnos, nos deja no resbalar en la cosa que se evapora, nos deja la mediúmnica voz de nuestra vertidumbre, y en paz, sin magnos errores, mi selva roja.

      De "Rasgos comunes" 1975



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      Por razones de odio

      Ella descubre el roce el barniz de su cintura
      En los estados feéricos en un acantilado sensual
      A cuyos pies se derraman almacenes hechizados
      Los cuellos segados por fruición de la libertad.

      Cuando escamotean sus cláusulas internas
      Creo una virtud especial
      Por razones de odio
      y es la mujer sometida al clima negro
      En los portafolios los deshielos la lupa la colcha
      De los muertos.
      Los óleos de mi memoria revestidos de lanas ardientes
      La mancha con sed del rebaño sideral
      La lepra
      Del aljófar caído en los bosques.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Posesión

      los témpanos engullen gaviotas en mis caricias.
      El mundo pesa inicuo y solemne en mis raíces.
      Acepto tus manos, tu dicha, mi delirio.
      Si vuelves tú, si sueñas, tu imagen en la noche
      me reconocerá.
      Te encamino al talud campanular de mis venas.
      Mi sangre de magia fluye hacia ti, bajo la
      profecía del alba.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Primera juventud

      Qué fuerte esperanza, me decías. Y flotábamos en las nubes del recinto dichoso. A uno y otro lado, la cascada luminosa de mi amor. Elegí el flanco justo donde brilla el río. Por breve lapso salté hacia el destello no esquivo. Ahora es el otoño que horada mi casa solitaria, el espejismo de la visión a espaldas de nuestra reina madre el sol.

      De" Lo huidizo y permanente" 1969



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      Profundidad del amor

      Las cartas de amor que escribí en mi infancia eran memorias
      de un futuro paraíso perdido. El rumbo incierto de mi
      esperanza estaba signado en las colinas musicales de mi
      país natal. Lo que yo perseguía era la Corza frágil, el lebrel
      efímero, la belleza de la piedra que se convierte en ángel.

      Ya no desfallezco ante el mar ahogado de los besos.
      Al encuentro de las ciudades:
      Por guía los tobillos de una imaginada arquitectura
      Por alimento la furia del hijo pródigo
      Por antepasados, los parques que sueñan en la nieve, los
      árboles que incitan a la más grande melancolía, las puertas
      de oxígeno que estremece la bruma cálida del sur, la mujer
      fatal cuya espalda se inclina dulcemente en las riberas
      sombrías.

      Yo amo la perla mágica que se esconde en los ojos de los
      silenciosos, el puñal amargo de los taciturnos.
      Mi corazón se hizo barca de la noche y custodia de los
      oprimidos.
      Mi frente es la arcilla trágica, el cirio mortal de los caídos,
      la campana de las tardes de otoño, el velamen dirigido hacia
      el puerto menos venturoso
      o al más desposeído por las ráfagas de la tormenta.
      Yo me veo cara al sol, frente a las bahías mediterráneas, voz
      que fluye de un césped de pájaros.

      Mis cartas de amor fueron secuestradas por los halcones
      ultramarinos que atraviesan los espejos de la infancia.

      Mis cartas de amor son ofrendas de un paraíso
      de cortesanas.


      ¿Qué pasará más tarde, por no decir mañana? murmura el
      viejo decrépito. Quizás la muerte silbe, ante sus ojos
      encantados, la más bella balada de amor.


      De "Elena y los elementos" 1951



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      Retrato de la bella desconocida

      En todos los sitios, en todas las playas, estaré esperándote.
      Vendrás eternamente altiva
      Vendrás, lo sé, sin nostalgia, sin el feroz desencanto de los años
      Vendrá el eclipse, la noche polar
      Vendrás, te inclinas sobre mis cenizas, sobre las cenizas del
      tiempo perdido.
      En todos los sitios, en todas las playas, eres la reina del universo.

      ¿Qué seré en el porvenir? Serás rico dice la noche irreal.
      Bajo esa órbita de fuego caen las rosas manchadas del placer.
      Sé que vendrás aunque no existas.
      El porvenir: Lobo helado con su corpiño de doncella marítima.
      Me empeño en descifrar este enigma de la infancia.
      Mis amigos salen del oscuro firmamento
      Mis amigos recluidos en una antigua prisión me hablan
      Quiero en vano el corcel del mar, el girasol de tu risa
      El demonio me visita en esta madriguera, mis amigos son
      puros e inermes.

      Puedo detenerme como un fantasma, solicitar de mis
      antepasados que vengan en mi ayuda.
      Pregunto: ¿Qué será de ti?
      Trabajaré bajo el látigo del oro.
      Ocultaré la imagen de la noche polar.

      ¿Por qué no llegas, fábula insomne?

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Si vuelvo a la mujer...

      Si vuelvo a la mujer, y comienzo por el pezón que me trae
      desde su valle profundo, y recupero así mi hogar en el
      blanco desierto y en la fuente mágica.

      Si alzando los brazos, corto la luna.
      Si pregunto: ¿y nuestro amor?
      Si ella y yo nos encontramos muy ufanos.

      Si la mujer sensible se inclina de nuevo a la tierra, Estrella
      cálida, azul y azur.

      Si se detiene bajo la lluvia, inmóvil, más inmóvil que todos
      los siglos reunidos en una cáscara vacía.

      Si en la grey estamos de paso y vamos aprisa. si la
      vida teje la trama ilusoria. si es difícil en las
      condiciones en que trabajo, ser la compasión de nadie.

      Sin fingir y sin apoyo en las varillas mágicas de la loba,
      no olvidas comenzar por el pezón.

      Si con el mismo ojo del precioso líquido que es la tarea
      de las nubes.

      Si son desenvueltas mis maneras me pesa el habla.
      Si no nos pillan.
      Si salgo en lugar de los pensamientos.
      Si borro el brote difuso en mi desvelo.
      Si hace frío, si la mañana es clara.
      Si vuelvo a ti, si muero, si renazco en ti.

      Sí, en el interior; es mi promesa. Si esta irisada raya,
      relámpago súbito, oh Solo de sed.

      De" Lo huidizo y permanente" 1969




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      Transfiguración del amor

      Ella, la heroína de los infiernos
      Desenvuelve en el hombre
      Virajes de la cabeza
      Como los reyes en una postal.

      En un pie la esquila de los niños
      En mi boca una punta de sol frenético
      Como la mancha dorada
      En la muerte,
      Como el mensaje de los paraísos
      En las túnicas dormidas con libertad
      Transforma el bosque en guante de ruiseñor
      En uvas de nieve,
      En la conspiración
      Que mencionan sus manos.

      El que barniza la sombra allá está el más puro enigma
      Para esconderla en el interior del Océano
      Las sienes devueltas al aire feérico
      Bajo una playa trazó señales en el desencanto
      Esperando el vértigo que fluía de esa crisis nupcial
      O cada extravío entre bahías florecientes
      En las oleadas que gravitan al alba
      O una copa llameante a la izquierda para alcanzar el
      Misterio.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Sólo al fondo del furor...

      I
      Sólo al fondo del furor. A Ella, que burla mi carne, que
      desvela mi hueso, que solloza en mi sombra.

      A Ella, mi fuerza y mi forma, ante el paisaje.

      Tú que no me conoces, apórtame el olvido.
      Tú que resistes,
      resplandor de un grito, piernas en éxtasis, yo te destruyo,
      sangre amiga, enemiga mía, cruel lascivia.

      Nuestras voces de bestias infieles trepando en una
      habitación suntuosa sin puertas ni llaves.
      Cuando me desgarra un soplo náutico de abejas, yo pierdo
      tus óleos, tus imanes, una calesa de esteras en el vergel.

      Mi Primera comunión es el hambre, las batallas.
      ¿Rueda mi frente en un aro,
      saltan mis ojos sobre la nieve pacífica?
      ¿Florecen campanas melodiosas en un abismo de miedo?

      Después, sin designio, el rocío extiende por el mundo su
      gran nostalgia de húmedos halcones.



      II
      Arrastrado bajo yunques sin ruidos ni caricias
      Otra vez otro instante
      Sepárame las tablas de mi cuerpo, los despojos
      Los despojos de mi alma
      Hacia una bóveda de espanto, allí crece el caos.

      Entonces se interpuso un revólver
      Disparado al aire tres veces
      Por los ebrios del amor.

      Mi amiga íntima falleció hace tres años
      Por tres balas lanzadas al aire.

      Ella se vestía escandalosamente para asistir a un baile de
      máscaras.
      Ella jugaba una partida de póker en el momento fatal.

      Recuerdo a mi amiga íntima.
      Estoy seguro de haberla conocido hace trescientos años.
      Y olvidarla ahora mismo.

      Otra vez, otro instante,
      Me inunda el halo de los espectros.



      III
      Al arrancarme de raíz a la nada
      Mi madre vio, ¿qué?, no me acuerdo.
      Yo salía del frío, de lo incomunicable.

      Una mañana descubrí mi sexo, mis costados quemantes,
      mis ráfagas de imposible primavera.
      A la sombra del árbol
      de mi gran nostalgia ya comenzarían a devorarme,
      ya comenzarían.

      Sabedlo tú, Ondina ondulante del mar y alga efímera
      de la tierra.
      Un hombre alto fue al cementerio
      Espantó a un perro que ladraba
      Su camisa de fuerza la estrangulaba
      Cayó estrangulado.

      Y yo he revelado su destino a todos mis amigos
      A los que conozco sin saludar, a los que saludo
      sin conocer.

      Yo di muerte al estrangulado
      A pesar de sus signos de indeleble fatiga.

      Yo frisaba cinco años de vida
      ¿Me engendró una cigarra en el verano?

      Era un día maldito.
      Mi madre no logró reconocerme.



      IV
      Aún la perfección, las campanas trasquiladas.
      Aún quien te subyuga, Oh tú, Huésped turbado, Tu máscara
      desgarra, Tu dedo es un liviano ruiseñor.
      Horada una llama oculta: Sobresale tu cuerpo,
      tu pudor, tu vigilia.
      Grandes herméticos antepasados míos levantan mi
      corazón carnívoro de langosta.

      Súbeme a la claridad. Soy un
      simio abyecto que necesita perdón.
      Un búfalo que desciende
      en el huerto leproso
      sobre la espalda encendida del arcoiris.

      Súbeme a la claridad.

      La noche es una isla perdida
      en el viraje vertiginoso de tus
      corpiños.

      Cielo crispado del amanecer, Erizos
      desplazados, altas cimas;
      Tierra mía y rocío de los papagayos y follajes
      fulminantes de las palomas siderales;
      Extensos brazos
      benevolentes;
      y tú, rosa abierta, caída
      contra el resplandor negro de mis deseos.



      V
      Yo atravesaba las negras colinas de un desconocido
      país.
      He aquí el espectáculo:
      Yo era lúcido en la derrota. Mis antepasados me
      entregaban las armas del combate.
      Yo rehuí el universo por una gran injusticia.
      Tú que me escoltas hacia una distante eternidad:
      Oh ruego en el alba, cimas de luto, puertas que
      franquean tajamares de niebla.
      Salva mis huestes heridas, verifica un acto de
      gracia en mis declives.
      Pero, ¿qué veo yo, extenso en una maleza de tilos
      imberbes? Un glaciar cae lánguido
      en el césped.
      El mármol se despide del hombre porque éste
      es una estatua irreverente.



      VI
      Blandiendo un puñal de vidrio entre las sienes
      Pasean los soldados, los herreros, las razas de color, las
      mujeres melancólicas
      Por los canales pardos del arcoiris, encallados a riberas
      de bruma
      A la aventura celeste de los cinematógrafos, al pequeño
      monumento de las aves estelares.

      Un sueño los hace distintos a la realidad
      Un murciélago desconocido los hizo visibles a la vida.

      Y después, ¿te acuerdas?
      Yo me acuerdo
      Tu madre subyugada por tu padre.
      Y después, ¿te acuerdas?
      Yo me acuerdo
      Todas las madres del mundo subyugadas por todos los
      padres del mundo.
      Y después, ¿te acuerdas?
      Yo me acuerdo
      Todas las madres del mundo divorciadas de todos los
      padres del mundo.

      Y el primer día le daban palmaditas a tu hombro
      Y el segundo día le daban palmaditas a tu vientre
      Y el tercer día le daban palmaditas a tu frente
      Y el cuarto día no tenías hombro
      Y el quinto día no tenías vientre
      Y el sexto día no tenías frente
      Sino enigmas inválidos,
      enigmas a flor de piel.

      Tú seguías mi ruta: El diluvio de mis besos
      a la deriva de la vía láctea
      El ala colérica de mi sangre
      Una bandada de rojos insectos roedores de tiniebla.

      Tú me decías: «Encima del cielo hay una
      encrucijada de bosques feéricos
      Encima de la nieve está el cadáver taciturno de mi lengua
      Y la magia del mundo en los brazos abiertos del amor».

      Barcas bélicas de mis pies vegetales
      Con una campana sumergida estrella del vino
      Nombres extraños, ríos
      glaciares, vertientes impalpables
      caballos de franela con dos dedos de frente
      Que una mujer desnude su alma
      Su cuerpo y su alma
      Al borde de los astros parpadeantes

      Que construya a golpes martirizantes de olvido
      Un fantástico jardín con salamandras ebrias.

      Nada es tuyo, nada puede socavar tu sed terrestre
      Nada es mío, sino perforación de muerte, sino escombros
      indispensables para que negligentes, olvidadas fuerzas
      orgánicas canten su iluminada redención.

      Pan de leche de la luna, oscuro temblor de los cereales
      Precipicios de nubes que ahogaron mi rostro dormido
      entre las aguas

      Declárame vacío en mi tregua, en mi locura
      Declárame culpable.
      El dedo perfumado del aire
      Señala las orejas dementes del amor.

      Tú frunces el ceño, tú eres honorable
      tú escuchas música en los cañones de pólvora del
      firmamento.

      Cuando un navío silencioso corte en dos
      el paisaje cruel de mis labios
      Cuando se extingan mis vísceras
      hallarán un grito perdido.
      Las plumas perfumadas de un taciturno gavilán.
      Un mundo hostil.
      Un mundo desaparecido.
      Encajes azules que flotaron a merced del lodo y la
      lluvia
      Un insecto en la mesa de los burgueses
      Animales palurdos que arrastran sombríos catafalcos
      Enigmas inválidos
      Enigmas a flor de piel
      Recuerdos de estrellas estériles
      Negros túneles de dicha distraída
      Perros domesticados
      Perros de lujo, melancólicos y melifluos
      Sobrevivientes sordas y difuntas melodías suspirando
      un aire de tibia lavanda
      Mientras mis sienes terrestres desconocen
      Tu vestido de nácar
      Donde no aparecen las llaves
      Del Exterminio.



      VII
      ¿Cuántas veces ahogado por tus brazaletes mágicos,
      Las palmeras seniles de la lluvia me desatan?
      Me extiendo sobre la fuente gris de un sollozo.
      Las aguas en el sueño tienen otro ámbito más pleno.

      ¿Cuántas veces mi fidelidad es prisionera de tus ojos?

      ¿Hacia dónde su grito de mujer, Oh Noche, para
      levantar en mí esta bóveda chorreante de sed, Mi
      primitivo deseo?
      Si su cuerpo es joven y tranquilo,
      Ella se adelanta a mis párpados, con el salto de
      un jaguar.
      Pero Ella me conoce.
      Y golpea con su sangre mis brazos;
      La trompeta invisible de su luz: Lanzada en mi cenit.

      Tú que huyes hacia un día de sol,
      Escúchame.
      Escúchame.
      Este árbol no es un árbol.
      Este muro no es un muro.

      Entonces deslicé en mi boca, Los
      pétalos dúctiles de tus senos.
      Eso fue todo.
      Como una antorcha que ardía y ardía bajo la
      Hierba.

      De "Elena y los elementos" 1951





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      Trinidad

      Cuando todos cavilan, me arrulla
      Me arrulla mi melodía pueril.

      Luego, me voy de súbito a una isla,
      Y allí las tiendas, la pesca de ranas, la obsequiosidad de
      una muchacha negra,
      Me hacen formular vigilias felices;

      Soplo una gran bujía:

      Es el adiós sollozando en mi corazón.

      El ancla que pesa al fondo del fiar.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Yo no seré explícito o enigmático o tú no serás la rosa...

      Yo no seré explícito o enigmático o tú no serás la rosa
      en fuga o la piedra dura qué locura
      del hoy de mi ayer que en mi mañana a menudo hora tras
      hora o sea esta noche
      se apagan los miembros del diamante en los ojos de mi
      amante
      topo una gruta impenetrable
      abro mi abecedario ovillo para que en mi ademán se
      filtre la luz
      y cual nos viéramos mi dama y yo yendo de paseo
      buzos reclusos qué ebriedad qué risa
      y la arena frágil del corazón
      la redonda manzana en el agua de nuestros labios.

      De "Rasgos comunes" 1975



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      "Mientras reposas bajo el ala gigante del sexo,

      yo vengo a tu lado para que amaine la tempestad..."

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      "Idyll"

      Gustav Klimt

      Reseña biográfica

      Poeta, traductor y profesor venezolano nacido en Altagracia de Orituco, en 1922.
      Gracias a la pureza y brillantez del lenguaje, es considerado como el iniciador de la poesía contemporánea
      venezolana. Su primer libro, «Elena y los elementos» en 1951, lo hizo merecedor al título de Doctor Honoris Causa
      Universidad de los Andes, convirtiéndolo en una importante referencia dentro del panorama de la lírica hispanoamericana.
      Se desempeñó como agregado cultural de Venezuela en Colombia, Chile y Francia, estadías que le permitieron madurar
      su formación literaria. Siempre próximo al surrealismo, supo asimilar el legado formal del célebre movimiento liderado
      por André Breton, para construir una poesía personalísima y característica.
      Por la obra «Rasgos Comunes» se le otorgó el Premio Nacional de Literatura 1976. Publicó además las siguientes obras:
      «Animal de Costumbre» en 1959, «Filiación Oscura» en 1966, «Un día sea» en 1969, «Por cuál causa o nostalgia» en 1981
      y «Aire sobre el aire en 1989.
      Falleció en el año 2003. ©




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      Adolescencia

      En el fondo de mis sueños
      Siempre te encuentro cuando amanece.

      Qué ensanchamiento en el exilio, por el vagabundaje de
      claras fuentes azules;
      Por el soplo de la tierra.

      Costumbre angélica.
      Evadida hacia otra queja, vuela con los pájaros, sueña con
      las nubes;
      Levanta raíces inquietas en el agua.

      En el fondo de mis sueños
      La aurora fugitiva. Sólo la sombra
      Concluye mi única estrella, mi último día.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Al arrancarme de raíz a la nada...

      Al arrancarme de raíz a la nada
      Mi madre vio, ¿qué?, no me acuerdo.
      Yo salía del frío, de lo incomunicable.

      Una mañana descubrí mi sexo, mis costados quemantes,
      mis ráfagas de imposible primavera.

      A la sombra del árbol
      de mi gran nostalgia ya comenzarían a devorarme,
      ya comenzarían.

      Sabedlo tú, Ondina ondulante del mar y alga efímera
      de la tierra.
      Un hombre alto fue al cementerio
      Espantó a un perro que ladraba
      Su camisa de fuerza lo estrangulaba
      Cayó estrangulado.

      Y yo he revelado su destino a todos mis amigos
      A los que conozco sin saludar, a los que saludo
      sin conocer.

      Yo di muerte al estrangulado
      A pesar de sus signos de indeleble fatiga.

      Yo frisaba cinco años de vida
      ¿Me engendró una cigarra en el verano?

      Era un día maldito.
      Mi madre no logró reconocerme.




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      Al principio al final

      Si ella premedita dureza o ternura (O lucha en vacuas

      direcciones),

      Si me obsequia o niega,

      Apago el conmutador.

      Me veo con mansedumbre en el lecho,

      Me toman el pulso, me hallo lejos,

      Pruebo a la mujer de ceniza,

      Única de fruto, de cortar las venas e irrigar el vientre,

      Oquedal de un badajo a rastras,

      Al principio al final

      Insomne en la misma constelación,

      Hambre en nuestra holgura y unigénito sueño.

      De"Filiación oscura" 1966



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      Aparición

      Aclimata el carruaje dichoso de tus senos, la tierra de mis
      primeras voces,
      sus heridas abiertas, sus flagelados gavilanes en la
      intemperie nevada.

      Una mujer llamada Blanca manipula la jaula escarlata del
      misterio
      Sobrepasa el límite, una oscura potencia.
      ¿Grita, imagina, siente?
      Teje una cáscara densa de brisa matinal, alivia piedras
      decrépitas.

      La joven pálida me conduce a un jardín en ruinas.
      La veo desnuda, bajo un gran suburbio de palmeras,
      exportando el oro del crepúsculo hacia un milagroso país.

      Ha regresado la hora silenciosa.
      Me circundan las pesadas bahías de tus ojos.

      Tú tienes que diseminarte, cuerpo y alma,
      en la heredad meliflua de las rosas.

      A mi lado pasan lavanderas con sus blancas túnicas, con sus
      cofias de inocencia
      y las manos entregadas a un rito.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Belleza

      Interrumpida mi plática, vuelvo a hablar contigo de la partida y el regreso.
      Todo sucedió a vuelo de pájaro, belleza: a la
      vez mundo compacto, cerrado y libre. Al abrir los ojos en la
      llama fría, era un lorito ufano; te busqué de verdad, lamía en
      la sombra tus huesos, santa perra. Aunque me ausentara de
      ti, aunque me cubriera el ridículo, aunque estuvieras más
      allá del resplandor que me envuelve; quizás cercana a la
      bahía, en pleno mar de verano, en medio de las palmas reales.

      De "Rasgos comunes" 1975



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      Con flores pintadas...

      Con
      flores pintadas
      en nuestro
      cuerpo

      y
      la bujía
      en cada
      mano

      lo único
      que pasa
      es el silencio

      pero
      los recuerdos
      son fieles
      y

      al
      lado
      de nosotros
      murmuran

      sobre
      la máscara
      la piel
      o la palabra enorme:

      «Oye mi amor hacia ti».
      «Oye mi grito
      por ti».


      De "Por cuál causa o nostalgia" 1981



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      Cuando subes a las alturas...

      Cuando subes a las alturas,
      Te grito al oído:
      Estamos mezclados al gran mal de la tierra.
      Siempre me siento extraño.
      Apenas
      Sobrevivo
      Al pánico de las noches.

      Loba dentro de mí, desconocida,
      Somos huéspedes en la colina del ensueño,

      El sitio amado por los pobres;

      Ellos
      Han descendido con la aparición
      Del sol,

      Hasta humedecerme con muchas rosas,

      Y yo he conquistado el ridículo
      Con mi ternura,
      Escuchando al corazón.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Diálogo y recuerdo

      Este apasionante encuentro con la doncella subterránea
      No fue ovacionado con trompetas de corales.

      Encumbrado a ti,

      ¿El relámpago de mi respiración?
      ¿El vuelo marítimo de un cisne o un zamuro?

      ¿Qué signo mío Te iba a despertar?

      ¿Los buscadores de oro?
      ¿La campana salobre mecida por el huracán?

      Dejadme la pureza del estío y el canto del manantial
      sobre los pinos en una hora alta
      de paz y alegría.

      Huérfano, y sin trompeta, y la mujer que abre su entrecejo
      y es una potestad engañosa y el día que es una nube
      efímera, y tú que vienes en el Fasto, Es lo natural,
      Simplemente reposas o desvarías.

      Desde el instante mío:
      El que tañe en la raíz del húmedo fósforo
      El de pulposo corazón, El que dilapida con
      Ojos de ironía la escritura visible,

      El de la parodia chirle, El de batir las
      palmas, El supliciado, El que huye y tropieza
      Con la máscara y el atavío,
      El que amaina en la médula,

      En algún lugar del camino, con ese regusto anticipado
      del pueblo en que ibas a poner pie,


      En la ruta, a remolque; nulo, A
      Tiro de fusil.


      De "Elena y los elementos" 1951



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      El cuerpo suicida

      Rosa invisible rasgo puro
      Venas subyugantes como lámparas de nieve
      y mi espejo en su lecho fratricida
      Iba hacia ti
      Desde la negra edad de mis orígenes
      Iba hacia ti
      Cuando la luna ondea en mis sienes desatadas
      Caías de rodillas con un racimo de frutas.

      Los perversos ojos del cielo recubren tu llama
      La espiga vigilante adentro
      En las zonas del silencio donde la luz no llega.

      Yo veía un niño agonizando en los jardines
      El que arrojaba uvas delirantes a las duras bahías
      Y los cuerpos ahogados en la noche
      Cuando arden cenizas en la magia de Dios.

      Yo he visto alfombras proteger sus rebaños
      de ignorancia
      Altares y arcos
      Los senos, bases de fuego fascinante
      El perfecto hábito del semen
      Joya de abismo, taciturno enigma.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Elena es alga de la tierra...

      Elena es alga de la tierra
      Ola del mar.
      Existe porque posee la nostalgia
      De estos elementos,
      Pero Ella lo sabe,
      Sueña,
      Y confía,

      De pie sobre la roca y el coral de los abismos.

      En realidad, Elena
      Conoce las cosas simples,
      Porque antes de ser doncella
      Fue Sirena y Ondina,
      Y antes de ser
      Sirena y Ondina,
      Nadó en el torbellino, en el número, en el fuego.

      Yo debí caer en la calzada, y rememorar,
      Oh huésped delirante;
      Allí donde apacigua la tarde y el crepúsculo,
      A mí me separaron.

      Tuve otro amor,
      Puro como el éxtasis,
      Frágil como la fantasía,
      Absoluto como mi otro amor.


      Oí una trompeta de bruma en el desierto
      Mis halcones salieron del follaje.


      En todas las estaciones
      En el otoño o en la primavera
      Elena es alga de la tierra
      Ola del mar.


      De "Animal de costumbre" 1959



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      Persistencia

      A Ella, (y en realidad sin ningún límite).Con holgura y
      placer.

      A Ella, la víbora y la abeja: La desnudez preciosa.

      A Ella, mi transparencia, mi incoherente arrullo, el rumor
      que sube en las raíces de mi lengua.

      A Ella, cuando regreso de las inmensas naves que hay en
      el cuerpo huraño con un sol inmóvil.

      A Ella, mi ritual de beber en su seno porque quiero
      comenzar algo, en alguna dirección.

      A Ella, que abre el sobre de mis amuletos.

      A Ella, que en la balanza anónima de la memoria y en las
      horas finales prolonga mi presencia real y mi presencia
      ilusoria sobre la tierra.

      A Ella, que con una frase insomne divaga en el umbral
      de mis lámparas.

      A Ella, a causa de un vocablo que me falta y a la vez
      usufructo de un breve viaje que podría revelarme.

      -Duerme, pero la obra humana es el instante; al dormir
      se cierra con furor la gran jaula.

      -Despierta, pero esboza en las márgenes de tus cejas el
      oro próximo del sueño.


      -Revuélcate en la parálisis fuera del yo de los ciegos
      viajeros.


      ¡Adónde mi ninguna faz con años!

      A Ella, los abismos que hay de mi amor a mi muerte
      cuando caiga a plomo sobre la tierra y en un lugar
      de señales desaparezca el sitio de mi ánima sola.


      De "Filiación oscura" 1966




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      En la noche dúctil con un gladiolo en tu casa...

      En la noche dúctil con un gladiolo en tu casa
      En la noche, escucha,
      Oh frágil vanidad en los brazos,
      Y tu sueño pesa viviente como ráfaga del río.

      Más allá en los vergeles
      Prueba, verifica mi debilidad y mi fuerza.
      Mi camino que ignoro hasta encontrar tu paso, tu huella
      Tibia en la tierra,
      El nacimiento del nuevo día.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Inocencia

      Cuando pongo la mejilla en esa melodía, recupero un instante
      la ciudad perdida.

      Vivo sin leño ni lumbre, señuelo en pos de ti.

      Por encontramos en el mundo, nos cubre la llama que da pavor. Soy de pies a cabeza la gran vacilación del hombre. Mustio, trago a cántaros el olvido y la tiniebla.


      De "Rasgos comunes" 1975





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      Me pongo a temblar en la noche llena de sonidos...

      Me pongo a temblar en la noche llena de sonidos. Absorto en mi labor, no me doy cuenta que el tiempo transcurre.
      Mi oficio es como la lluvia: acariciar, penetrar, hundirme. Observo la tinaja oscura. Alumbro una lámpara
      en mi duermevela. Siento mi arruga y mi enigma, pero ¿dónde elhallazgo por venir, o una mañana clara en las calzada?

      De" Lo huidizo y permanente" 1969





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      Menos vulnerable

      Menos vulnerable y base de rigor.
      Confinado a la palidez y el grito de tu
      carne,
      Llama ostensible.
      Óleo grave y vellocino de nácar.
      Fuerza que inhibe, que resiste,
      Mujer que declina honores en el país solitario.
      A tientas los flancos, ¡en la espesura de aquel rumor!
      A la zaga nuestra sombra.
      El aleteo de la espuma sube. La mujer es de agua
      reflejada.
      Vive en la memoria de la piel.
      Su salto en los oquedales
      rehúsa respirar por la herida en mi cuerpo.
      Lo dicho, dímelo,
      átenos con esta lengua de tierra
      la fabla matinal.

      Más firme aún el sueño en el regazo profundo.

      De "Filiación oscura" 1966




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      No estás conmigo...

      No estás conmigo. Ignoro tu imagen. No pueblo tu gran olvido.
      Pasarán los años. Un rapto sin control como la dicha
      habrá en el sur.
      Con la riqueza mágica del encuentro, vuelve hasta mí,
      sube tu silencioso fervor,
      tu súplica por los viajes,
      tu noche y tu mediodía.

      Apareces.

      Tu órbita desafía toda distancia.

      Entonces, para iluminar el presente, tú y yo acariciamos
      la llaga de nuestro antiguo amor.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Obra de vigilancia

      (Paso la mano sobre el olor de tu vestido),
      Tu guedeja, tu pendón lunar;

      Más allá, más acá,

      (Paso la mano sobre húmedos rastros)
      Aclara la niebla del pecho
      un arco iris.

      Echa tierra a la tierra de ilusión.
      Aquí es inoficioso soñar .

      De púrpura es la casa a cuestas en el viento
      de largos ramajes.


      De "Filiación oscura" 1966



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      Poema II

      La selva roja murmura, murmura, y de repente es toda la realidad del corazón mi selva roja. Y ella que es un péndulo que oscila en el gemido, mi selva roja, y ella que exclama con saltos leves de dicha, mi selva roja, en la ruta que conduce hacia ese hondo bosque fuera de la tierra anónima nos deja estar en ninguna parte y olvidarnos, nos deja no resbalar en la cosa que se evapora, nos deja la mediúmnica voz de nuestra vertidumbre, y en paz, sin magnos errores, mi selva roja.

      De "Rasgos comunes" 1975



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      Por razones de odio

      Ella descubre el roce el barniz de su cintura
      En los estados feéricos en un acantilado sensual
      A cuyos pies se derraman almacenes hechizados
      Los cuellos segados por fruición de la libertad.

      Cuando escamotean sus cláusulas internas
      Creo una virtud especial
      Por razones de odio
      y es la mujer sometida al clima negro
      En los portafolios los deshielos la lupa la colcha
      De los muertos.
      Los óleos de mi memoria revestidos de lanas ardientes
      La mancha con sed del rebaño sideral
      La lepra
      Del aljófar caído en los bosques.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Posesión

      los témpanos engullen gaviotas en mis caricias.
      El mundo pesa inicuo y solemne en mis raíces.
      Acepto tus manos, tu dicha, mi delirio.
      Si vuelves tú, si sueñas, tu imagen en la noche
      me reconocerá.
      Te encamino al talud campanular de mis venas.
      Mi sangre de magia fluye hacia ti, bajo la
      profecía del alba.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Primera juventud

      Qué fuerte esperanza, me decías. Y flotábamos en las nubes del recinto dichoso. A uno y otro lado, la cascada luminosa de mi amor. Elegí el flanco justo donde brilla el río. Por breve lapso salté hacia el destello no esquivo. Ahora es el otoño que horada mi casa solitaria, el espejismo de la visión a espaldas de nuestra reina madre el sol.

      De" Lo huidizo y permanente" 1969



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      Profundidad del amor

      Las cartas de amor que escribí en mi infancia eran memorias
      de un futuro paraíso perdido. El rumbo incierto de mi
      esperanza estaba signado en las colinas musicales de mi
      país natal. Lo que yo perseguía era la Corza frágil, el lebrel
      efímero, la belleza de la piedra que se convierte en ángel.

      Ya no desfallezco ante el mar ahogado de los besos.
      Al encuentro de las ciudades:
      Por guía los tobillos de una imaginada arquitectura
      Por alimento la furia del hijo pródigo
      Por antepasados, los parques que sueñan en la nieve, los
      árboles que incitan a la más grande melancolía, las puertas
      de oxígeno que estremece la bruma cálida del sur, la mujer
      fatal cuya espalda se inclina dulcemente en las riberas
      sombrías.

      Yo amo la perla mágica que se esconde en los ojos de los
      silenciosos, el puñal amargo de los taciturnos.
      Mi corazón se hizo barca de la noche y custodia de los
      oprimidos.
      Mi frente es la arcilla trágica, el cirio mortal de los caídos,
      la campana de las tardes de otoño, el velamen dirigido hacia
      el puerto menos venturoso
      o al más desposeído por las ráfagas de la tormenta.
      Yo me veo cara al sol, frente a las bahías mediterráneas, voz
      que fluye de un césped de pájaros.

      Mis cartas de amor fueron secuestradas por los halcones
      ultramarinos que atraviesan los espejos de la infancia.

      Mis cartas de amor son ofrendas de un paraíso
      de cortesanas.


      ¿Qué pasará más tarde, por no decir mañana? murmura el
      viejo decrépito. Quizás la muerte silbe, ante sus ojos
      encantados, la más bella balada de amor.


      De "Elena y los elementos" 1951



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      Retrato de la bella desconocida

      En todos los sitios, en todas las playas, estaré esperándote.
      Vendrás eternamente altiva
      Vendrás, lo sé, sin nostalgia, sin el feroz desencanto de los años
      Vendrá el eclipse, la noche polar
      Vendrás, te inclinas sobre mis cenizas, sobre las cenizas del
      tiempo perdido.
      En todos los sitios, en todas las playas, eres la reina del universo.

      ¿Qué seré en el porvenir? Serás rico dice la noche irreal.
      Bajo esa órbita de fuego caen las rosas manchadas del placer.
      Sé que vendrás aunque no existas.
      El porvenir: Lobo helado con su corpiño de doncella marítima.
      Me empeño en descifrar este enigma de la infancia.
      Mis amigos salen del oscuro firmamento
      Mis amigos recluidos en una antigua prisión me hablan
      Quiero en vano el corcel del mar, el girasol de tu risa
      El demonio me visita en esta madriguera, mis amigos son
      puros e inermes.

      Puedo detenerme como un fantasma, solicitar de mis
      antepasados que vengan en mi ayuda.
      Pregunto: ¿Qué será de ti?
      Trabajaré bajo el látigo del oro.
      Ocultaré la imagen de la noche polar.

      ¿Por qué no llegas, fábula insomne?

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Si vuelvo a la mujer...

      Si vuelvo a la mujer, y comienzo por el pezón que me trae
      desde su valle profundo, y recupero así mi hogar en el
      blanco desierto y en la fuente mágica.

      Si alzando los brazos, corto la luna.
      Si pregunto: ¿y nuestro amor?
      Si ella y yo nos encontramos muy ufanos.

      Si la mujer sensible se inclina de nuevo a la tierra, Estrella
      cálida, azul y azur.

      Si se detiene bajo la lluvia, inmóvil, más inmóvil que todos
      los siglos reunidos en una cáscara vacía.

      Si en la grey estamos de paso y vamos aprisa. si la
      vida teje la trama ilusoria. si es difícil en las
      condiciones en que trabajo, ser la compasión de nadie.

      Sin fingir y sin apoyo en las varillas mágicas de la loba,
      no olvidas comenzar por el pezón.

      Si con el mismo ojo del precioso líquido que es la tarea
      de las nubes.

      Si son desenvueltas mis maneras me pesa el habla.
      Si no nos pillan.
      Si salgo en lugar de los pensamientos.
      Si borro el brote difuso en mi desvelo.
      Si hace frío, si la mañana es clara.
      Si vuelvo a ti, si muero, si renazco en ti.

      Sí, en el interior; es mi promesa. Si esta irisada raya,
      relámpago súbito, oh Solo de sed.

      De" Lo huidizo y permanente" 1969




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      Transfiguración del amor

      Ella, la heroína de los infiernos
      Desenvuelve en el hombre
      Virajes de la cabeza
      Como los reyes en una postal.

      En un pie la esquila de los niños
      En mi boca una punta de sol frenético
      Como la mancha dorada
      En la muerte,
      Como el mensaje de los paraísos
      En las túnicas dormidas con libertad
      Transforma el bosque en guante de ruiseñor
      En uvas de nieve,
      En la conspiración
      Que mencionan sus manos.

      El que barniza la sombra allá está el más puro enigma
      Para esconderla en el interior del Océano
      Las sienes devueltas al aire feérico
      Bajo una playa trazó señales en el desencanto
      Esperando el vértigo que fluía de esa crisis nupcial
      O cada extravío entre bahías florecientes
      En las oleadas que gravitan al alba
      O una copa llameante a la izquierda para alcanzar el
      Misterio.

      De "Elena y los elementos" 1951



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      Sólo al fondo del furor...

      I
      Sólo al fondo del furor. A Ella, que burla mi carne, que
      desvela mi hueso, que solloza en mi sombra.

      A Ella, mi fuerza y mi forma, ante el paisaje.

      Tú que no me conoces, apórtame el olvido.
      Tú que resistes,
      resplandor de un grito, piernas en éxtasis, yo te destruyo,
      sangre amiga, enemiga mía, cruel lascivia.

      Nuestras voces de bestias infieles trepando en una
      habitación suntuosa sin puertas ni llaves.
      Cuando me desgarra un soplo náutico de abejas, yo pierdo
      tus óleos, tus imanes, una calesa de esteras en el vergel.

      Mi Primera comunión es el hambre, las batallas.
      ¿Rueda mi frente en un aro,
      saltan mis ojos sobre la nieve pacífica?
      ¿Florecen campanas melodiosas en un abismo de miedo?

      Después, sin designio, el rocío extiende por el mundo su
      gran nostalgia de húmedos halcones.



      II
      Arrastrado bajo yunques sin ruidos ni caricias
      Otra vez otro instante
      Sepárame las tablas de mi cuerpo, los despojos
      Los despojos de mi alma
      Hacia una bóveda de espanto, allí crece el caos.

      Entonces se interpuso un revólver
      Disparado al aire tres veces
      Por los ebrios del amor.

      Mi amiga íntima falleció hace tres años
      Por tres balas lanzadas al aire.

      Ella se vestía escandalosamente para asistir a un baile de
      máscaras.
      Ella jugaba una partida de póker en el momento fatal.

      Recuerdo a mi amiga íntima.
      Estoy seguro de haberla conocido hace trescientos años.
      Y olvidarla ahora mismo.

      Otra vez, otro instante,
      Me inunda el halo de los espectros.



      III
      Al arrancarme de raíz a la nada
      Mi madre vio, ¿qué?, no me acuerdo.
      Yo salía del frío, de lo incomunicable.

      Una mañana descubrí mi sexo, mis costados quemantes,
      mis ráfagas de imposible primavera.
      A la sombra del árbol
      de mi gran nostalgia ya comenzarían a devorarme,
      ya comenzarían.

      Sabedlo tú, Ondina ondulante del mar y alga efímera
      de la tierra.
      Un hombre alto fue al cementerio
      Espantó a un perro que ladraba
      Su camisa de fuerza la estrangulaba
      Cayó estrangulado.

      Y yo he revelado su destino a todos mis amigos
      A los que conozco sin saludar, a los que saludo
      sin conocer.

      Yo di muerte al estrangulado
      A pesar de sus signos de indeleble fatiga.

      Yo frisaba cinco años de vida
      ¿Me engendró una cigarra en el verano?

      Era un día maldito.
      Mi madre no logró reconocerme.



      IV
      Aún la perfección, las campanas trasquiladas.
      Aún quien te subyuga, Oh tú, Huésped turbado, Tu máscara
      desgarra, Tu dedo es un liviano ruiseñor.
      Horada una llama oculta: Sobresale tu cuerpo,
      tu pudor, tu vigilia.
      Grandes herméticos antepasados míos levantan mi
      corazón carnívoro de langosta.

      Súbeme a la claridad. Soy un
      simio abyecto que necesita perdón.
      Un búfalo que desciende
      en el huerto leproso
      sobre la espalda encendida del arcoiris.

      Súbeme a la claridad.

      La noche es una isla perdida
      en el viraje vertiginoso de tus
      corpiños.

      Cielo crispado del amanecer, Erizos
      desplazados, altas cimas;
      Tierra mía y rocío de los papagayos y follajes
      fulminantes de las palomas siderales;
      Extensos brazos
      benevolentes;
      y tú, rosa abierta, caída
      contra el resplandor negro de mis deseos.



      V
      Yo atravesaba las negras colinas de un desconocido
      país.
      He aquí el espectáculo:
      Yo era lúcido en la derrota. Mis antepasados me
      entregaban las armas del combate.
      Yo rehuí el universo por una gran injusticia.
      Tú que me escoltas hacia una distante eternidad:
      Oh ruego en el alba, cimas de luto, puertas que
      franquean tajamares de niebla.
      Salva mis huestes heridas, verifica un acto de
      gracia en mis declives.
      Pero, ¿qué veo yo, extenso en una maleza de tilos
      imberbes? Un glaciar cae lánguido
      en el césped.
      El mármol se despide del hombre porque éste
      es una estatua irreverente.



      VI
      Blandiendo un puñal de vidrio entre las sienes
      Pasean los soldados, los herreros, las razas de color, las
      mujeres melancólicas
      Por los canales pardos del arcoiris, encallados a riberas
      de bruma
      A la aventura celeste de los cinematógrafos, al pequeño
      monumento de las aves estelares.

      Un sueño los hace distintos a la realidad
      Un murciélago desconocido los hizo visibles a la vida.

      Y después, ¿te acuerdas?
      Yo me acuerdo
      Tu madre subyugada por tu padre.
      Y después, ¿te acuerdas?
      Yo me acuerdo
      Todas las madres del mundo subyugadas por todos los
      padres del mundo.
      Y después, ¿te acuerdas?
      Yo me acuerdo
      Todas las madres del mundo divorciadas de todos los
      padres del mundo.

      Y el primer día le daban palmaditas a tu hombro
      Y el segundo día le daban palmaditas a tu vientre
      Y el tercer día le daban palmaditas a tu frente
      Y el cuarto día no tenías hombro
      Y el quinto día no tenías vientre
      Y el sexto día no tenías frente
      Sino enigmas inválidos,
      enigmas a flor de piel.

      Tú seguías mi ruta: El diluvio de mis besos
      a la deriva de la vía láctea
      El ala colérica de mi sangre
      Una bandada de rojos insectos roedores de tiniebla.

      Tú me decías: «Encima del cielo hay una
      encrucijada de bosques feéricos
      Encima de la nieve está el cadáver taciturno de mi lengua
      Y la magia del mundo en los brazos abiertos del amor».

      Barcas bélicas de mis pies vegetales
      Con una campana sumergida estrella del vino
      Nombres extraños, ríos
      glaciares, vertientes impalpables
      caballos de franela con dos dedos de frente
      Que una mujer desnude su alma
      Su cuerpo y su alma
      Al borde de los astros parpadeantes

      Que construya a golpes martirizantes de olvido
      Un fantástico jardín con salamandras ebrias.

      Nada es tuyo, nada puede socavar tu sed terrestre
      Nada es mío, sino perforación de muerte, sino escombros
      indispensables para que negligentes, olvidadas fuerzas
      orgánicas canten su iluminada redención.

      Pan de leche de la luna, oscuro temblor de los cereales
      Precipicios de nubes que ahogaron mi rostro dormido
      entre las aguas

      Declárame vacío en mi tregua, en mi locura
      Declárame culpable.
      El dedo perfumado del aire
      Señala las orejas dementes del amor.

      Tú frunces el ceño, tú eres honorable
      tú escuchas música en los cañones de pólvora del
      firmamento.

      Cuando un navío silencioso corte en dos
      el paisaje cruel de mis labios
      Cuando se extingan mis vísceras
      hallarán un grito perdido.
      Las plumas perfumadas de un taciturno gavilán.
      Un mundo hostil.
      Un mundo desaparecido.
      Encajes azules que flotaron a merced del lodo y la
      lluvia
      Un insecto en la mesa de los burgueses
      Animales palurdos que arrastran sombríos catafalcos
      Enigmas inválidos
      Enigmas a flor de piel
      Recuerdos de estrellas estériles
      Negros túneles de dicha distraída
      Perros domesticados
      Perros de lujo, melancólicos y melifluos
      Sobrevivientes sordas y difuntas melodías suspirando
      un aire de tibia lavanda
      Mientras mis sienes terrestres desconocen
      Tu vestido de nácar
      Donde no aparecen las llaves
      Del Exterminio.



      VII
      ¿Cuántas veces ahogado por tus brazaletes mágicos,
      Las palmeras seniles de la lluvia me desatan?
      Me extiendo sobre la fuente gris de un sollozo.
      Las aguas en el sueño tienen otro ámbito más pleno.

      ¿Cuántas veces mi fidelidad es prisionera de tus ojos?

      ¿Hacia dónde su grito de mujer, Oh Noche, para
      levantar en mí esta bóveda chorreante de sed, Mi
      primitivo deseo?
      Si su cuerpo es joven y tranquilo,
      Ella se adelanta a mis párpados, con el salto de
      un jaguar.
      Pero Ella me conoce.
      Y golpea con su sangre mis brazos;
      La trompeta invisible de su luz: Lanzada en mi cenit.

      Tú que huyes hacia un día de sol,
      Escúchame.
      Escúchame.
      Este árbol no es un árbol.
      Este muro no es un muro.

      Entonces deslicé en mi boca, Los
      pétalos dúctiles de tus senos.
      Eso fue todo.
      Como una antorcha que ardía y ardía bajo la
      Hierba.

      De "Elena y los elementos" 1951





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      Trinidad

      Cuando todos cavilan, me arrulla
      Me arrulla mi melodía pueril.

      Luego, me voy de súbito a una isla,
      Y allí las tiendas, la pesca de ranas, la obsequiosidad de
      una muchacha negra,
      Me hacen formular vigilias felices;

      Soplo una gran bujía:

      Es el adiós sollozando en mi corazón.

      El ancla que pesa al fondo del fiar.

      De "Animal de costumbre" 1959



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      Yo no seré explícito o enigmático o tú no serás la rosa...

      Yo no seré explícito o enigmático o tú no serás la rosa
      en fuga o la piedra dura qué locura
      del hoy de mi ayer que en mi mañana a menudo hora tras
      hora o sea esta noche
      se apagan los miembros del diamante en los ojos de mi
      amante
      topo una gruta impenetrable
      abro mi abecedario ovillo para que en mi ademán se
      filtre la luz
      y cual nos viéramos mi dama y yo yendo de paseo
      buzos reclusos qué ebriedad qué risa
      y la arena frágil del corazón
      la redonda manzana en el agua de nuestros labios.

      De "Rasgos comunes" 1975



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  11. MARILYN MONROE

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    Información personal
    Nombre de nacimiento Norma Jeane Mortenson; apellido posteriormente cambiado por Baker.
    Nacimiento 1 de junio de 1926
    Los Ángeles,1 California, Estados Unidos [​IMG]
    Fallecimiento 5 de agosto de 1962
    Los Ángeles, California, Estados Unidos [​IMG] (36 años)
    Causa de muerte Sobredosis de barbitúricos [​IMG]
    Lugar de sepultura Anexo:Cementerio Westwood Village Memorial Park [​IMG]
    Nacionalidad estadounidense
    Religión Pentecostalismo y judaísmo [​IMG]
    Características físicas
    Altura 1,66 m (5 ft 5 in)
    Medidas 94-58-92
    Familia
    Cónyuge James Dougherty (1942-1946)
    Joe DiMaggio (1954)
    Arthur Miller (1956-1961)
    Educación
    Alma máter

    Información profesional
    Ocupación Actriz, cantante, modelo, productora
    Cargos ocupados

    Años activa 1947–1962
    Año de debut 1945
    Año de retiro 1962
    Premios artísticos
    Globos de Oro «Mejor actriz - Comedia o musical»
    1960 Some Like It Hot
    Distinciones

    • Playmate (1953) [​IMG]
    Firma [​IMG]

    Norma Jeane Mortenson, posteriormente Norma Jeane Baker y más conocida por su nombre artístico Marilyn Monroe —seudónimo que luego registraría legalmente— (Los Ángeles, 1 de junio de 1926-ibíd., 5 de agosto de 1962), fue una actriz de cine estadounidense y una de las más populares del siglo XX, considerada como un icono pop y un símbolo sexual.1

    En 1945, Norma Jeane Baker empezó a trabajar como modelo y más tarde comenzó su carrera en Hollywood con el nombre artístico de Marilyn Monroe. Desde finales de la década de 1940, apareció en muchos pequeños papeles, gracias a un contrato con Twentieth Century-Fox; durante esa etapa se destacan sus participaciones en La jungla de asfalto, The Asphalt Jungle (1950), y Eva al desnudo, All About Eve (1950). Su primer papel protagónico lo obtuvo en la cinta de 1952 Don't Bother to Knock. Su período de mayor popularidad sucedió a partir del año siguiente, cuando encabezó filmes como Los caballeros las prefieren rubias, Gentlemen Prefer Blondes (1953); Cómo casarse con un millonario, How to Marry a Millionaire (1953), y La comezón del séptimo año, The Seven Year Itch (1955). Tras matricularse en el Actor's Studio, fue alabada por la crítica por su labor en Bus Stop (1956). Simultáneamente, en colaboración con el fotógrafo Milton Greene, fundó la Marilyn Monroe Productions.2 Su protagónico más elogiado fue el Sugar Kane para la película de Billy Wilder Some Like it Hot (1959), por la que incluso ganó un Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical.3 En sus últimos años actúo en películas como Let's Make Love (1960) y The Misfits (1960), escrita por su cónyuge Arthur Miller.

    Estuvo casada en tres ocasiones –con James Dougherty, Joe DiMaggio y Arthur Miller– y se le atribuyeron relaciones amorosas con los hermanos Bobby y John F. Kennedy. Falleció el 5 de agosto de 1962 a causa de una sobredosis de barbitúricos, en circunstancias nunca esclarecidas. La primera hipótesis que barajó la justicia estadounidense fue la de suicidio, pero esta nunca pudo ser corroborada.3 Sus dos médicos personales le suministraban peligrosos barbitúricos cuya paulatina acumulación en su organismo pudo provocar su muerte.

    Biografía
    Primeros años
    [​IMG]
    Certificado de nacimiento de Marilyn Monroe, nacida como Norma Jeane Mortenson en 1926
    Gladys Pearl Baker (apellido de nacimiento Monroe, 27 de mayo de 1902-11 de marzo de 1984)4 se casó con el noruego Edward Mortenson y, poco después de separarse, descubrió que estaba embarazada.5 El 1 de junio de 1926 nació en Los Ángeles su hija Norma Jeane Mortenson, según consta en el registro civil para que no fuera ilegítima, y llamada Norma Jean Baker en la práctica.6 7 Su madre la llamó Norma porque su actriz favorita era Norma Talmadge y Jeane por Jean Harlow. Gladys, que trabajó como cortadora de negativos en la productora de cine RKO Pictures,7 5 no podía mantener a su hija por problemas económicos y emocionales y la dejó al cuidado de un matrimonio adoptivo: Albert e Ida Bolender, residentes en Hawthorne (California).8

    Cuando Gladys consiguió una casa propia decidió llevarse consigo a su hija, pero al cabo de unos meses sufrió una crisis nerviosa y la custodia de Norma Jeane la obtuvo la mejor amiga de su madre, Grace McKee, quien despertó su interés por el cine y quien la incentivó para que fuera, en un futuro, actriz.7 5 Cuando su tutora se casó en 1935 y se trasladó a la costa oeste de Estados Unidos, Norma Jeane fue dada en adopción a otras familias, hasta que dos años después consiguió la custodia. Solo por unos meses, puesto que la custodia la obtuvo poco después el tío de la mejor amiga de su madre, Olive Brunings, después de que Norma acusara al marido de Grace McKee de haberla violado. A los 12 años volvió a ser violada, esta vez por uno de los hijos de Brunings.6

    Pero, también a los doce años, ocurrió algo importante en su vida: descubrió que tenía una medio hermana mayor por parte de madre. Se llamaba Berenice y empezaron a escribirse cartas, hasta que un día pudieron ponerse en contacto. Hasta la muerte de Norma, ya convertida en la gran estrella Marilyn Monroe, las hermanas tuvieron una relación muy estrecha. Norma descubrió que no estaba tan sola como creía. Mientras tanto, después de la violación, se fue a vivir con una de las tías de McKee hasta que la señora empezó a tener problemas de salud y le fue imposible cuidar de ella. De nuevo en casa de McKee, Norma tomó una decisión que cambiaría su vida. El marido de McKee había recibido una oferta de trabajo e iban a mudarse, por lo que ella tendría que ir a un orfanato. Para evitarlo, se casó con el hijo policía de una vecina en junio de 1942. Norma tenía 16 años y James Dougherty, 21. Desde entonces ella dejó de estudiar para dedicarse a su papel de buena esposa y buena ama de casa.5

    En 1943, cuando Estados Unidos estaba inmerso en plena Segunda Guerra Mundial, Dougherty se enroló en la marina y fue enviado como instructor a la Isla de Santa Catalina, frente a Los Ángeles, para luego embarcarse hacia Australia. Norma Jeane, al quedarse sola, se trasladó a casa de su suegra, con quien trabajó luego en una fábrica de municiones: la Radio Plane de Burbank.5

    Carrera[editar]
    Ingreso al medio artístico y debut en el cine (1944-1947)[editar]

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    Marilyn Monroe trabajaba como técnica en la fábrica de municiones Radioplane cuando fue fotografiada en su trabajo para la revista Yank, the Army Weekly, en 1944.
    Mientras trabaja en la fábrica, un fotógrafo la retrató en su puesto de trabajo para una revista. Sin saberlo, había descubierto a la que poco después sería la gran Marilyn Monroe. Ella, por su parte, logró cotizarse como modelo y fue portada de decenas de revistas.1 5 Pero su nuevo trabajo como modelo era algo que no le gustaba a su marido y este la puso entre la espada y la pared: o continuaba siendo una «buena» ama de casa o bien emprendía su camino hacia la fama. En 1946, apostando por su futuro, Norma se divorció de su esposo y se presentó a varios castings. Fue contratada por uno de los ejecutivos de la Twentieth Century Fox para trabajar como extra de cine durante seis meses.9 Fue él quien le propuso el nombre artístico de Marilyn, por la actriz Marilyn Miller y ella escogió el apellido Monroe por ser el de soltera de su abuela. En sus primeros papeles interpretó a una telefonista en la película musical The Shocking Miss Pilgrim y a una camarera en Dangerous Years. La escasa aceptación que estas películas recibieron de la crítica y del público hicieron que su contrato no fuese renovado en 1947.10

    Contrato con Fox y revelación como actriz (1949-1952)[editar]
    En 1948, Monroe firmó un contrato semestral con Columbia Pictures para interpretar a la bailarina Peggy en el musical Ladies of the Chorus.11 La película no tuvo mucho éxito, por lo que su contrato fue rescindido. Sin embargo, a partir de entonces solo apareció en películas producidas por la Twentieth Century Fox desde que firmó un contrato de seis años en 1949.12 13 Participó con un breve papel en la comedia Amor en conserva de los Hermanos Marx, y en 1950 interpretó a Ángela, la amante de un abogado, en la película policíaca La jungla de asfalto.14 En ese mismo año también participó en la película Eva al desnudo, protagonizada por Bette Davis, donde interpretó a Claudia Caswell, una actriz de teatro. Por sendas interpretaciones recibió críticas positivas.15

    En febrero de 1951 se inscribió en las clases nocturnas de arte y literatura de la Universidad de California. En ese año interpretó, en varias películas de bajo presupuesto como Home Town Story, As Young as You Feel y Love Nest, papeles secundarios.16 Las perspectivas de su carrera comenzaron a mejorar cuando actuó a las órdenes de Fritz Lang en Clash by Night (1952), con un elenco que incluía a Barbara Stanwyck, Paul Douglas y Robert Ryan. Nuevamente su actuación recibió buenas críticas y poco después actuó en We're Not Married, comedia donde trabajó junto a Ginger Rogers y Zsa Zsa Gabor, y en Don't Bother to Knock, un thriller donde interpretaba a una niñera perturbada a la que vigila Richard Widmark. Fue su primer papel protagonista y, en palabras suyas, le exigió escenas de gran carga dramática, pero no obtuvo el éxito esperado. En Monkey Business (Me siento rejuvenecer), donde fue dirigida por Howard Hawks y actuó junto a Cary Grant y Ginger Rogers,17 18 mostró, por primera vez, la que sería su imagen definitiva: melena corta ondulada teñida de rubio platino.

    Consagración (1953-1954)[editar]
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    Marilyn Monroe interpretando la canción Diamonds are a girl's best friends en la película Los caballeros las prefieren rubias (1953).
    En 1953, después de participar en películas de bajo presupuesto, la actriz tuvo un papel protagonista: Rose en Niágara. Y fue porque en aquel entonces presidente de la Twenty Century Fox, Darryl F. Zanuck, lo pidió.19Así fue como Marilyn Monroe sustituyó a Anne Bancroft y consiguió críticas dispares: unos decían que no estaba a la altura del papel y otros quedaron eclipsados por su explosiva belleza.20 21 A modo de curiosidad, destacar que los famosos cuadros de Andy Warhol sobre Marilyn tienen como modelo una imagen promocional de esta película.

    En diciembre de ese mismo año, Marilyn apareció en el número inaugural de Playboy, siendo por lo tanto la primera chica del mes de la revista. En la portada se reproducía una fotografía de la actriz con un vestido de escote pronunciado, que había suscitado críticas, pero el interior era aún más explosivo: como póster central se reproducía la fotografía Sueños dorados, donde Marilyn totalmente desnuda tendida de perfil sobre una sábana de raso mostraba sus medidas 94-58-92.22 En realidad Marilyn no había posado expresamente para la revista: la imagen era de 1949, cuando ella era una desconocida de cabello más largo y oscuro, y se había tomado para un calendario. Pero Hugh Hefner compró los derechos justo a tiempo para explotar el creciente estrellato de la actriz.

    La actriz protagonizó junto a Jane Russell la película Los caballeros las prefieren rubias (1953).23Allí interpretó a Lorelei Lee, una cantante y bailarina. Su trabajo en este filme recibió buenas críticas y su interpretación del número musical "Diamonds Are a Girl's Best Friends" se convirtió en un clásico de los musicales.,24 siendo recreada décadas después por Madonna. En ese mismo año, Marilyn trabajó con Lauren Bacall y Betty Grable en How to Marry a Millionaire (Cómo casarse con un millonario). En esta comedia interpretó a Pola, una modelo que alquila junto a sus amigas un lujoso departamento con el objetivo de atraer acaudalados desprevenidos para poder casarse con alguno de ellos. La película obtuvo críticas positivas y buena recaudación, y nuevamente la actuación de Monroe recibió buenas reseñas.25

    En 1954 la actriz apareció en la película de Otto Preminger, River of No Return (Río sin retorno), junto a los actores Robert Mitchum, Rory Calhoun, Tommy Rettig y Murvyn Vye. Se trató de un wéstern en el que ella interpretó el papel de una cantante de saloon que conoce a un rudo vaquero, con el que vive distintas aventuras. La película obtuvo críticas negativas y no le fue bien financieramente.26 En ese mismo año actuó en There's No Business Like Show Business (Luces de Candilejas), una comedia musical donde compartió escena con Ethel Merman, Donald O´Connor y Mitzy Gaynor.27 La película recibió críticas negativas y no tuvo una buena recaudación. Posteriormente rechazó filmar una película con Frank Sinatra por no estar conforme con el argumento de la misma y con el salario que recibiría. Esto hizo que el estudio para el que trabajaba la suspendiera durante un breve lapso temporal en el que permaneció alejada de la actuación, aunque realizó presentaciones como cantante en Japón para entretener a las tropas estadounidenses que se dirigían a la guerra de Corea.28

    Conflictos con 20th Century-Fox y matrimonio con Joe DiMaggio (1954-1955)[editar]
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    Monroe junto a Joe DiMaggio el día en que contrajeron nupcias (1954).
    Aunque Monroe se había convertido en una de las más relevantes actrices de la 20th Century Fox, su contrato no había cambiado desde 1950, por lo que su salario muchas veces era inferior al de la mayoría de sus colegas y no contaba con la libertad de elegir sus proyectos ni sus compañeros de trabajo. Cansada de interpretar papeles de «rubia tonta», se negó a participar en el rodaje de la comedia musical The Girl in Pink Tights, al lado de Frank Sinatra. Como consecuencia a su negativa, el estudió la suspendió temporalmente el 4 de enero de 1954.

    Su suspensión fue objeto de análisis de los principales columnistas de Hollywood y la actriz inmediatamente inició una campaña publicitaria para contrarrestar cualquier negativa de los periodistas y para fortalecer su posición en el enfrentamiento contra el estudio. El 14 de enero, se casó con Joe DiMaggio, cuyo noviazgo había sido objeto de atención de los medios en general desde 1952, en el Ayuntamiento de San Francisco. Viajaron a Japón, donde celebraron su luna de miel y DiMaggio se ocupó de unos negocios suyos. Monroe sola se trasladó de Japón a Corea con el fin de entretener a las tropas estadounidenses. Durante cuatro días, interpretó canciones de sus películas para un total de 70 mil marinos. En febrero regresó a Hollywood, donde fue agasajada con el premio Photoplay a la estrella femenina más popular. Al mes siguiente, el estudio le ofreció un contrato más ventajoso desde el punto de vista comercial y artístico, en el que se le ofreció cien mil dólares por protagonizar la versión cinematográfica de la obra teatral de Broadway The Seven Year Itch.

    En abril se estrenó la película de género western River of No Return, de Otto Preminger, donde compartió escena con Robert Mitchum. Sobre esta producción, Monroe comentó: «es una película de vaqueros de clase Z en la que la escenografía y el proceso de CinemaScope son más importantes que las actuaciones», sin embargo tuvo buena recepción comercial. El primer filme que rodó tras reincorporarse a Fox fue el musical There's No Business Like Show Business, que si bien no era de su agrado, se vio obligada a participar en él como compensación por haber rechazado actuar en The Girl in Pink Tights. Estrenado en diciembre, fue un fracaso comercial y muchos críticos tacharon la actuación de Monroe como vulgar.

    The Seven Year Itch (1955)[editar]
    Tras un breve receso, Monroe aceptó el papel de La Chica en la comedia The Seven Year Itch (La tentación vive arriba, en España, y La Comezón del Séptimo año, en Hispanoamérica), de 1955, adaptación cinematográfica de la obra teatral del mismo nombre.29 30 Por su trabajo en esta película recibió críticas positivas de diversas fuentes y su primera nominación al premio BAFTA como mejor actriz extranjera. Por su parte, The Seven Year Itch fue un gran éxito comercial, ya que recaudó más de ocho millones de dólares31 pero contribuyó a la crisis matrimonial entre Monroe y Joe DiMaggio, disgustado por la famosa escena del vestido levantado por el viento en Nueva York y, en general, por la imagen provocativa que Marilyn proyectaba. La pareja se divorciaría rápidamente. Después, el estudio ofreció a la actriz un contrato más ventajoso desde el punto de vista comercial y artístico, en el que se incluyó una cláusula que señalaba que recibiría un porcentaje de la recaudación y otra que le concedía la posibilidad de realizar una producción independiente al año.32 33

    Ingreso al Actor's Studio y creación de la Marilyn Monroe Productions (1955-1957)[editar]
    A mediados de la década de 1950, Monroe se mudó a Nueva York y dejó de actuar durante un periodo breve de tiempo, pues quería formar su propia productora de cine y perfeccionar sus dotes actorales. Se inscribió, por sugerencia de su amigo Truman Capote, en las lecciones de teatro otorgadas por Constance Collier, quien murió días después del inicio del curso. Fue entonces cuando se matriculó en el Actors Studio, en las clases impartidas por Lee Strasberg.34Cuando Strasberg consideró que ella estaba lo suficientemente preparada para actuar frente a sus colegas, le sugirió que interpretase junto con Maureen Stapleton una escena de la obra Anna Christie, de Eugene O'Neill.35 Por su actuación en esta pieza teatral recibió críticas muy positivas por parte de su profesor y de sus colegas.35 36 37

    En 1956, Monroe regresó al cine interpretando el papel de Cherie en la película Bus Stop. Gracias a un nuevo contrato que firmó con la Twenty Century Fox en ese año, la actriz pudo elegir director. Optó por Joshua Logan, quien había sido formado con el mismo método de interpretación que ella.38 Nuevamente la actuación de Monroe recibió buenas críticas. Lohan, en su autobiografía, escribió: «Marilyn es una de las actrices más talentosas de todos los tiempos, ella es realmente brillante. Creo debió haber sido nominada como mejor actriz a los premios Óscar». Bosley Crowther, del periódico The New York Times, señaló: «Marilyn Monroe se probó a sí misma que es una actriz».39 Ese año fue nominada al premio Globo de Oro por Mejor actriz de comedia o musical.40

    Conversión al judaísmo[editar]
    El 29 de junio de 1956, la actriz y Arthur Miller se casaron en una doble ceremonia, civil y religiosa.41 Miller practicaba el judaísmo por lo que Marilyn debió convertirse a dicha religión para poder casarse en una ceremonia religiosa de rito judío. La prensa accedió a la casa donde se celebró el evento, pero en una de las persecuciones en busca de fotografías murió accidentalmente una periodista que cubría el acontecimiento.37 Después, el matrimonio partió hacia la ciudad de Londres, donde Monroe rodó la primera película de la Marilyn Monroe Productions, El príncipe y la corista (1957). Allí fue dirigida por Laurence Olivier, con quien además fue coprotagonista. El rodaje resultó ser muy angustioso para la actriz, porque perdió un embarazo a causa de un aborto espontáneo. En este período, debido a sus trastornos emocionales y anímicos, se volvió adicta al alcohol y a los barbitúricos.42 La actuación de Monroe tuvo muy buena recepción por parte de los críticos de cine, incluso ganó el premio David di Donatello a la mejor actriz extranjera en Italia y estuvo nominada al premio BAFTA como mejor actriz.

    Some Like it Hot (1959)[editar]
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    Marilyn Monroe en Con faldas y a lo loco (Some Like it Hot; 1959).
    En 1959, Monroe participó en la película Some Like it Hot (Con faldas y a lo loco o Una Eva y dos Adanes en algunos países de Latinoamérica), con un elenco que incluía a Jack Lemmon y Tony Curtis, dirigida por Billy Wilder.43 Durante el rodaje, Monroe siempre llegaba tarde, constantemente pedía repetir las tomas y con mucha dificultad lograba memorizar sus líneas; esto hizo que se enemistara con sus compañeros, especialmente con Tony Curtis. La filmación resultó ser también angustiosa para la actriz porque allí quedó embarazada, supuestamente por un breve idilio con Curtis, pero nuevamente sufrió un aborto espontáneo.44

    La película tuvo un gran éxito de crítica y público; fue la más taquillera de ese año y consiguió cinco nominaciones a los premios Óscar. Monroe interpretó a "Sugar", una chica romántica, desafortunada en el amor y vulnerable; una rubia superficial, no demasiado inteligente, víctima de la maldad de los otros. Por su actuación ganó el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia o musical. Más tarde, Wilder comentó que esta película fue uno de los logros más importantes de toda su carrera.45

    Últimas películas y problemas de salud (1960-1962)[editar]
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    Marilyn Monroe en 1962.
    Después de Some Like It Hot, la actriz firmó un nuevo contrato con la Twenty Century Fox. Actuó en 1960 en el musical Let's Make Love (El multimillonario), bajo la dirección de George Cukor. El rodaje de la película se retrasó por las condiciones físicas de Monroe y porque, a petición de ella, el guion fue reescrito por Arthur Miller.46 Los cambios que realizó el dramaturgo hicieron que Gregory Peck rechazara encarnar el papel principal del filme; Cary Grant, Charlton Heston, Yul Brynner y Rock Hudson también rechazaron el papel, por lo que el estudio se lo ofreció al actor y cantante francés Yves Montand.47 Monroe y Miller se hicieron amigos de Montand y su esposa, la actriz Simone Signoret. Cuando Signoret regresó a Francia para filmar una película, Monroe y Montand tuvieron un breve romance, estando ambos casados. Si bien ella le pidió a él que abandonase a Signoret, cuando el rodaje terminó, él volvió a su país con su esposa.48 La película tuvo críticas negativas y no le fue nada bien financieramente.49

    Durante este período, la salud y el estado emocional de Monroe se fue deteriorando notablemente. Con frecuencia llamaba por teléfono al Dr. Ralph Greenson, su psiquiatra y psicoanalista, en las noches para combatir su insomnio. También visitó a otros médicos cuando él creía que era necesario recetarle nuevos fármacos.50

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    Monroe en el drama Vidas rebeldes (The Misfits) (1961).
    En el año 1960, Monroe formó parte del elenco de la película The Misfits (Vidas rebeldes), de John Huston, cuyo guion fue escrito especialmente por Arthur Miller para ella. La actriz interpretó a Roslyn, un personaje que su esposo calcó de situaciones, diálogos y momentos de su vida. El elenco incluía, entre otros, a Clark Gable, Montgomery Clift y Thelma Ritter. La filmación comenzó en julio de ese año y se llevó a cabo en el desierto de Nevada. El estado anímico de Monroe no era bueno; faltaba con frecuencia al rodaje, tenía dificultades para poder concentrarse y para dormir consumía fuertes dosis de fármacos y alcohol.51

    En el mes de agosto, la actriz fue hospitalizada de urgencia en Los Ángeles durante diez días. Los periódicos indicaban que la actriz estaba cerca de la muerte, pero no revelaron las causas de su internamiento.52 Después de esto, Monroe regresó a Nevada y terminó de filmar la película.53 En noviembre, la actriz y su esposo regresaron separados a la ciudad de Nueva York y ella se refugió en casa de Lee Strasberg.54

    The misfits fue mal recibida por los críticos, pero la actuación de Monroe, al igual que la de Gable, recibió críticas muy positivas. En una entrevista, Huston dijo: "Marilyn excavó dentro de sus propias experiencias personales para sacar a la superficie algo único y extraordinario. No tenía técnica de actuación. Era todo verdad, era solo ella".55

    Durante los siguientes meses, la adicción de Monroe a los fármacos y al alcohol la pusieron al borde de la muerte nuevamente.55 El 20 de enero de 1961, se divorció de Miller. En el mes de febrero ingresó en la clínica psiquiátrica Payne Whitney, experiencia que luego ella misma describió como «una pesadilla». Después logró comunicarse con Joe DiMaggio, quien hizo que la trasladaran de esa clínica a un hospital normal. Su delicado estado de salud le impidió trabajar el resto del año.56

    En 1962, Monroe regresó a la actuación protagonizando, junto a Dean Martin, la película Something's Got to Give. Al momento de comenzar el rodaje, la actriz estaba muy delicada de salud, con frecuentes sinusitis, bronquitis y síntomas cada vez más marcados de inseguridad. La 20th Century Fox confiaba en este proyecto para sanear su economía, ya que la empresa amenazaba quebrar, debido a los desmesurados gastos que le generó la película Cleopatra. El 19 de mayo del mismo año tuvo lugar, en Nueva York, la gala por el cumpleaños del entonces presidente estadounidense John F. Kennedy, en la que Monroe le cantó el "Happy Birthday Mr. President". Para acudir a esta gala, la actriz se ausentó durante siete días del rodaje, a pesar de que el estudio le exigió que se quedara para cumplir con su trabajo.57

    Luego, Monroe retornó al rodaje de Something's Got to Give y filmó las escenas en las que se mostró desnuda en una piscina. Estas imágenes aparecieron en la portada de la revista Life, tras lo cual comentó que quería «...sacar a Elizabeth Taylor de las portadas de las revistas». Por sus retrasos y repentinas ausencias del rodaje, fue despedida. La Fox intentó completar la película utilizando a otra actriz, pero Dean Martin se opuso, por lo que a la cinematográfica no le quedó más remedio que readmitirla.58 En junio del mismo año, realizó la que sería su última y más recordada sesión fotográfica titulada póstumamente The last sitting, programada originalmente por la revista estadounidense Vogue y retratada por el fotógrafo Bert Stern.

    Después de que la readmitieran, Monroe retomó las negociaciones con la productora para discutir su futuro profesional.59 El estudio tenía pensado para ella retratar a Jean Harlow en una película biográfica, después filmada por Carroll Baker. También quería que actuara en las comedias: Irma la Douce, What a Way to Go!, ambas luego protagonizadas por Shirley MacLaine, y Kiss Me, Stupid, más tarde protagonizada por Kim Novak.59 El acuerdo al que llegaron estableció que recibiría un millón de dólares por película y que tenía la libertad de elegir director y coprotagonistas.60

    Fallecimiento[editar]
    Artículo principal: Muerte de Marilyn Monroe
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    Tumba de Monroe en el cementerio Westwood Village Memorial Park.
    El 5 de agosto de 1962, a las 4:55 de la madrugada, el jefe del departamento policial de Los Ángeles, Jack Clemmons, recibió una llamada inquietante. Su interlocutor era el doctor Greenson, psiquiatra de Marilyn Monroe, y el mensaje era claro: la actriz había muerto. El policía fue el primero en llegar al lugar y encontró una serie de inconsistencias en los testimonios de los dos médicos y el ama de llaves, que además se mostraban muy nerviosos y se habían demorado sospechosamente en dar aviso a las autoridades. La escena de la muerte parecía arreglada, las sábanas cambiadas y limpias y el cuerpo había sido movido. Clemmons no dejó de notar que, a esa hora, la señora Murray estaba lavando ropa, lo que le causó gran sorpresa. Las livideces cadavéricas no coincidían con la postura por demás antinatural en que yacía el cuerpo. En principio tampoco había agua ni jarra ni vaso con que hubiera podido ingerir las pastillas, hecho que el oficial de la Policía les hizo notar a los médicos. Más tarde aparecería misteriosamente un vaso en la escena muy oportunamente para la llegada de otros policías y forenses. En las fotografías ya aparece el vaso que antes no estaba. La autopsia reveló que había fallecido por una sobredosis de barbitúricos.61

    Teniendo en cuenta que el informe de la autopsia calificó la causa de la muerte como un «probable suicidio» por falta de pruebas, muchos creen que fue asesinada. Los médicos Greenson y Engelberg le recetaban varios barbitúricos que pudieron acumularse en su organismo hasta alcanzar niveles peligrosos para la vida. Se cree que Marilyn falleció muchas horas antes de que se diera aviso a las autoridades y su habitación fue manipulada y organizada convenientemente antes del llamado. La hipótesis del suicidio distraería la atención sobre la posible responsabilidad de sus médicos personales en su deceso y los salvaría de cualquier imputación penal.

    Euniece Murray, su ama de llaves, quien por cierto fue recomendada por el doctor Greenson para trabajar con Marilyn, fue entrevistada 23 años después y confirmó que aquella noche no conseguía dormir. Según su versión, se levantó y observó que las luces de la habitación de Monroe estaban encendidas, se encontró con la puerta cerrada con llave por dentro, por lo que tuvo que salir de la casa para observar por la ventana de la habitación a la mujer desnuda y sin vida sobre la cama. De inmediato telefoneó al doctor Greenson quien llegaría en compañía del doctor Engelberg hacia la medianoche o el inicio de la madrugada. Lo que hicieron los médicos y el ama de llaves en esas horas antes de avisar a la policía se desconoce. Según Greenson, estuvieron tratando de dar aviso primero a la Fox.

    Tres días después de la muerte, Joe DiMaggio, su segundo esposo, realizó el funeral en privado.

    No puedo decirle adiós a Marilyn, nunca le gustaba decir adiós. Pero, adoptando su particular manera de cambiar las cosas para así poder enfrentarse a la realidad, diré hasta la vista. Porque todos visitaremos algún día el país hacia donde ella ha partido.

    Lee Strasberg, actor y amigo de Marilyn Monroe.
    Sus restos se encuentran en el cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California.62

    Personalidad[editar]
    Marilyn Monroe tenía dos facetas muy marcadas en su personalidad, por un lado era una mujer que prodigaba una gran feminidad y vulnerabilidad, glamour y seducción muy estudiada, era muy consciente de sus dones como mujer rubia y muy atractiva sexualmente, por lo que a veces pasaba por tonta sin serlo; por otro lado, Monroe era esclava de la primera faceta, para ella era muy importante lo que opinaban las personas más cercanas. Desarrolló una personalidad neurótica, depresiva63 y obsesiva que revelaba carencias de afecto en su niñez y primera juventud que afectaban su desempeño en el plató: llegaba atrasada a los rodajes, manifestaba ataques de pánico o bien, conductas impulsivas súbitas.64 65















































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