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MALCO
MANUEL LÓPEZ COSTA
©Todos los Derechos Reservados

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    Cesará un día

    Esta falta de amor cesará un día
    lo siento venir, lo siento cercano
    venciendo tormentas en mares lejanos
    venciendo desuelos en dura porfía,
    esta falta de amor ha de cesar
    ha de llegar sereno y tranquilo
    entre cantos verdiales y raudales de vino
    con soplo ligero de vientos austrinos.

    Vendrá en solar cuadriga dorada
    tirada por cuatro corceles
    con penachos de plumas y cascabeles
    esparciendo destellos de alborada,
    llegará refulgente en tiempo de poda
    por cárdenos prados al renacer los brotes
    entre espigas y trigales recogerá sus dotes
    y de frondosos almendrales versos rapsoda.

    Esa falta de amor cesará pronto
    vendrá integro sin reproche
    y en el silencio de la noche
    llegará con certero apronto,
    y en un sueño aletargado
    de cristales y caireles
    entre altares y doseles
    iluminado de candiles
    como flor de los abriles
    en un leve brisado
    presiento ha llegado.





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    Luna y lumbre

    Lumbre que aromando esparces,fragancias de pinares
    aroma los engarces, que avivan mis ansiares,
    orla con luz de luna el fulgor de su mirada
    prende en mi el ardor con pasión desenfrenada.
    Rinde luna tus destellos y en la noche deja estelas
    de zafiros y de espliegos que con candor encelas
    al lucero que te ronda en su eterno andar errante
    y te corteja delirante hasta que tu rostro afonda.

    Espero en impaciencia con vehemencia anhelante
    tu erguida presencia de ribete insinuante
    cristal de astral pureza que en mi centro gravita
    dejando su terneza en mi esencia que palpita.
    Habitante permanente en mi alma su morada
    tormenta, lluvia y trueno clara luz en mi alborada,
    de calandrias, de jilgueros y de inquietos zorzales
    en su arrullante voz semejan sus trinares.

    Luna y lumbre de distintos fuegos
    alumbren los senderos de pinares y cedrales

    muéstrenles las huellas, que dejaron mis penares
    cuando con sus indiferencias, me llenaron de pesares.

    Lumbre que con luz de luna ardes, en las noches infinitas
    y en tu crepitar acuitas, mis sueños en desvelos
    ven y calma mis anhelos, plenos de pasión ignita.







    A MARIANNE le gusta esto.
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    Caminos del espejo
    Alejandra Pizarnik (1936-1972)

    Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

    Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.

    Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

    Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

    Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mi la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.

    Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

    La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

    Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

    Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

    Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvide. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

    Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

    Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.

    Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y que deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.

    La noche tiene la forma de un grito de lobo.

    Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mi, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

    Mi caída sin fin a mi caída sin fin en dónde nadie me aguardó pues al mirar quien me aguardaba no vi otra cosa que a mi misma.

    Algo caía en el silencio. Mi ultima palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

    Flores amarillas constelan un circulo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

    Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.

    Alejandra Pizarnik (1936-1972)

    ******************************************

    Canción de la muerte
    José de Espronceda (1808-1842)

    Débil mortal no te asuste
    mi oscuridad ni mi nombre;
    en mi seno encuentra el hombre
    un término a su pesar.
    Yo, compasiva, te ofrezco
    lejos del mundo un asilo,
    donde a mi sombra tranquilo
    para siempre duerma en paz.

    Isla yo soy del reposo
    en medio el mar de la vida,
    y el marinero allí olvida
    la tormenta que pasó;
    allí convidan al sueño
    aguas puras sin murmullo,
    allí se duerme al arrullo
    de una brisa sin rumor.

    Soy melancólico sauce
    que su ramaje doliente
    inclina sobre la frente
    que arrugara el padecer,
    y aduerme al hombre, y sus sienes
    con fresco jugo rocía
    mientras el ala sombría
    bate el olvido sobre él.

    Soy la virgen misteriosa
    de los últimos amores,
    y ofrezco un lecho de flores,
    sin espina ni dolor,
    y amante doy mi cariño
    sin vanidad ni falsía;
    no doy placer ni alegría,
    más es eterno mi amor.

    En mi la ciencia enmudece,
    en mi concluye la duda
    y árida, clara, desnuda,
    enseño yo la verdad;
    y de la vida y la muerte
    al sabio muestro el arcano
    cuando al fin abre mi mano
    la puerta a la eternidad.

    Ven y tu ardiente cabeza
    entre mis manos reposa;
    tu sueño, madre amorosa;
    eterno regalaré;
    ven y yace para siempre
    en blanca cama mullida,
    donde el silencio convida
    al reposo y al no ser.

    Deja que inquieten al hombre
    que loco al mundo se lanza;
    mentiras de la esperanza,
    recuerdos del bien que huyó;
    mentiras son sus amores,
    mentiras son sus victorias,
    y son mentiras sus glorias,
    y mentira su ilusión.

    Cierre mi mano piadosa
    tus ojos al blanco sueño,
    y empape suave beleño
    tus lágrimas de dolor.
    Yo calmaré tu quebranto
    y tus dolientes gemidos,
    apagando los latidos
    de tu herido corazón.

    José de Espronceda (1808-1842)

    *************************************************

    Canción para la noche
    A Song for the Night, Daniel Henry Deniehy (1828-1865)

    Oh, la Noche, la Noche, la Solemne Noche;
    La Tierra cede bajo su caricia silenciosa,
    y el Cielo, ornado de diamantes, simula un templo amplio,
    donde los astros se rinden bajo el trono de la Deidad.
    Oh, la Noche, la Noche, la Hechicera Noche;
    el reinado grotesco del día ha terminado,
    y miríadas de Elfos se acercan en calma,
    con sus áureas barcas desde las Costas del Sueño.
    Oh, la Noche amada,
    Alegre y Desolada,
    tu bravo Céfiro galopando sobre el aire,
    cuando alta brilla la luna
    en el rociado Espacio,
    y la Brisa es dulce como el beso de una Dama.

    Oh, la Noche, la Noche, la Encantadora Noche.
    Desde la fuente a la sombra del mirto,
    las primeras notas de la serenata
    flotan suavemente en el aire soñoliento;
    mientras claros ojos brillan entre las vides,
    y blancos brazos se inclinan sobre los balcones,
    bañando de suspiros al Caballero que aguarda,
    así como la hierba ansía el abrazo de la mañana.
    Amor en sus Ojos,
    Amor en sus Suspiros,
    Amor en cada pecho adornado con Lirios;
    en palabras tan sinceras
    que el oído más atento no las capta,
    y el anhelante Corazón tal vez las Pierda.

    Oh, la Silenciosa Noche, donde los sueños de los estudiantes
    juntos se lamentan en la Tumba del Sabio;
    y los ojos de la Madre sobre la Cuna
    derraman lágrimas sobre la mejilla pálida.
    Oh, la Pacífica Noche, donde el pobre Vagabundo
    es atravesado en el campo de batalla,
    mientras llora la trompeta y el sable canta.
    Sobre ellos, la Solitaria y Triste luna es testigo de la matanza.
    Las Lágrimas fluyen
    sobre la mejilla de Hierro
    del centinela que yace solo.
    Pensamientos que ruedan
    por su Alma intrépida;
    mutilando su rostro, severo en el Día.

    Oh, la Sagrada Noche, donde se acerca la Memoria,
    con su rostro Suave y Dulce hacia mí.
    Pero sus melodías son Tristes, como las aéreas baladas
    que el infante oye sobre las maternales faldas.
    A tu alrededor, delicadas formas huyen,
    con níveas frentes y dorados cabellos,
    con ojos que ciegan como los Cielos de Verano,
    y Labios que hablan de perdidos días pasados.
    Amplio es tu Vuelo,
    Oh, Espíritu de la Noche,
    por valles, corrientes y arboledas,
    pero mayor es en la Penumbra
    del austero cuarto del Poeta.
    Allí eliges, esquiva; vagar.

    *********

    “Canto a mí mismo” de Walt Whitman (Traducción de Jorge Luis Borges)

    Yo me celebro y yo me canto,
    Y todo cuanto es mío también es tuyo,
    Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca.

    Indolente y ocioso convido a mi alma,
    Me dejo estar y miro un tallo de hierba de verano.

    Mi lengua, cada átomo de mi sangre, hechos con esta tierra, con este aire,
    Nacido aquí, de padres cuyos padres nacieron aquí, lo mismo que sus padres,
    Yo ahora, a los treinta y siete años de mi edad y con salud perfecta, comienzo,
    Y espero no cesar hasta mi muerte.

    Me aparto de las escuelas y de las sectas, las dejo atrás;
    me sirvieron, no las olvido;
    Soy puerto para el bien y para el mal, hablo sin cuidarme de riesgos,
    Naturaleza sin freno con elemental energía.

    Creo en ti, mi alma, el otro que soy no se rebajará ante ti,
    Y tú no te rebajarás ante él.

    Tiéndete en el pasto conmigo, desembaraza tu garganta,
    No son palabras, ni música, ni versos lo que preciso, ni hábitos, ni
    discursos ni aun los mejores,
    Sólo quiero el arrullo, el susurro de tu voz suave.

    Recuerdo cómo nos acostamos una mañana transparente de estío,
    Cómo apoyaste la cabeza sobre mis caderas y la volviste a mí dulcemente,
    Y abriste mi camisa sobre el pecho y hundiste tu lengua hasta tocar mi corazón desnudo,
    Y te estiraste hasta tocarme la barba, y luego hasta tocarme los pies.

    Velozmente se irguieron y me rodearon el conocimiento y la paz que
    trascienden todas las discusiones de la tierra,
    Y desde entonces sé que la mano de Dios ha sido prometida a la mía,
    Y sé que el espíritu de Dios es hermano del mío,
    Y que todos los hombres que han nacido son mis hermanos, y las
    mujeres mis hermanas y mis amantes,
    Y que el sostén de la creación es el amor,
    Y que son innumerables las hojas rígidas o que se curvan en los campos,
    Y las negras hormigas en las grietas bajo las hojas,

    Y las mohosas costras del seto, las piedras hacinadas, el saúco, la
    candelaria y la cizaña.

    Soy el poeta del Cuerpo y soy el poeta del Alma,
    Los goces del cielo están conmigo y los tormentos del infierno están conmigo,
    Los primeros los injerto y los multiplico en mi ser, los últimos los
    traduzco a un nuevo idioma.

    Soy el poeta de la mujer no menos que el poeta del hombre,
    Y digo que es tan grande ser mujer como ser hombre,
    Y digo que nada es mayor que ser la madre de los hombres.
    Entono el canto de la exaltación o de la soberbia,
    Ya estamos hartos de plegarias y de zalanderías,
    Muestro que el tamaño no es más que crecimiento.
    ¿Has dejado atrás a los otros? ¿Eres el presidente?
    Es una bagatela, cada uno de los otros te alcanzará y seguirá adelante.
    Soy el que camina con la tierra y creciente noche,
    Llamo a la tierra y al mar que abraza la noche.
    Abrázame, noche de senos desnudos, abrázame, noche magnética y fecunda,
    Noche de los vientos del sur, noche de las estrellas grandes y escasas,
    Noche serena que me llama, loca y desnuda noche de estío.

    Sonríe, tierra voluptuosa de fresco aliento,
    Tierra de los árboles dormidos y húmedos,
    Tierra del sol que ya se ha ido, tierra de las montañas de cumbre nebulosa,
    Tierra del cristalino fluir de la luna llena, apenas tocada de azul,
    Tierra del brillo y de la sombra manchando la corriente del río,
    Tierra del gris límpido de las nubes que resplandecen y se aclaran
    para que yo no las vea,
    Tierra yacente y extendida, rica tierra de azahares
    Sonríe, porque llega tu amante.

    Pródiga me has dado tu amor, te doy pues mi amor,
    Mi apasionado amor indecible.

    Walt Whitman, un cosmos, de Manhattan el hijo,
    Turbulento, carnal, sensual, comiendo, bebiendo, engendrando,
    Ni sentimental, ni sintiéndome superior a otros hombres y mujeres,
    ni alejado de ellos,
    No menos modesto que inmodesto.

    ¡Arrancad los cerrojos de las puertas!
    ¡Arrancad las puertas de los goznes!

    El que degrada a otro me degrada,
    Y todo lo que se dice o se hace vuelve a mí al fin.
    A través de mí surge y surge la voluntad creadora, a través de mí, el
    torrente y el índice.
    Digo el primordial santo y seña, hago el signo de la democracia,
    ¡Por Dios! No aceptaré nada que no sea ofrecido a los demás
    en iguales condiciones.

    Muchas voces largo tiempo calladas brotan de mí,
    Voces de las interminables generaciones de prisioneros y de esclavos,

    Voces de los enfermos y de los inconsolables, de los ladrones y de los enanos,
    Voces de ciclos de preparación y de crecimiento,
    De los hilos que unen a las estrellas, y de los vientres, y de la
    simiente paterna,
    Y del derecho de aquellos a quienes oprimen los otros,
    De los deformes, triviales, simples, tontos y despreciados,
    De neblina en el aire, de escarabajos arrastrando bolas de estiércol.
    Brotan de mí voces prohibidas,
    Voces del sexo y del apetito, voces veladas y yo aparto el velo,
    Voces indecentes clarificadas y transfiguradas por mí.
    Yo me cubro la boca con la mano,
    Me conservo tan puro en las entrañas como en la cabeza y en el corazón,
    La cópula no es para mí más vergonzosa que la muerte.

    Creo en la carne y en los apetitos,
    Ver, oír, tocar, son milagros, y cada parte de mí es un milagro.

    Divino soy por dentro y por fuera, y santifico todo lo que toco y me toca,
    El aroma de estas axilas es más fino que las plegarias,
    Esta cabeza es más que las iglesias, las biblias y todos los credos.

    Si algo hay que yo venero más que las otras cosas, ese algo es la
    extensión de mi cuerpo y cada una de sus partes,
    Traslúcida arcilla de mi cuerpo, ¡tú lo serás!
    Sombreados bordes y bases, ¡vosotros lo seréis!
    Firme reja viril, ¡tú lo serás!
    Tú, mi rica sangre, tú líquido lechoso, pálido extracto de mi vida.
    Pecho que oprimes otros pechos, ¡tú lo serás!
    ¡Cerebro serán tus circunvoluciones ocultas!
    Raíz lavada del junco oloroso, becada medrosa, nido recatado de los
    huevos gemelos, ¡vosotros lo seréis!
    Heno mezclado y revuelto de la cabeza, barba, cejas, ¡vosotros lo seréis!
    Savia que goteas del arce, fibra del noble trigo, ¡vosotros lo seréis!
    Sol generoso, ¡tú lo serás!
    Nubes que ilumináis y oscurecéis mi rostro, ¡vosotros lo seréis!
    Sudorosos arroyos y rocíos, ¡vosotros lo seréis!
    Vientos que me rozáis, frotando contra mí vuestros genitales,
    ¡vosotros lo seréis!
    Amplios campos musculares, ramas de encina, amoroso holgazán de
    mi sendero tortuoso ¡vosotros lo seréis!
    Manos que he tomado, rostros que he besado, mortal a quien toqué
    alguna vez, ¡vosotros lo seréis!

    Estoy enamorado de mí, hay tantas cosas en mí que son tan deliciosas,
    Cada momento y todo lo que ocurre me llena de alegría,
    No sé cómo se doblan mis tobillos, ni la causa del más leve de mis deseos,
    Ni de la amistad que suscito, ni de las amistades que me devuelven.

    Al subir por las escaleras me detengo a reflexionar si no estoy soñando,
    La madreselva en la ventana me satisface más que la metafísica de los libros.

    ¡Contemplar el amanecer!
    La escasa luz que va borrando las sombras inmensas y diáfanas,
    El sabor del aire es grato a mi paladar.

    Retoños del cambiante mundo ascienden silenciosos en un juego
    inocente, fresco sudor,
    Oblicuamente errando por todos lados.

    Algo invisible está proyectando libidinosos dardos,
    Torrentes de brillante zumo inundan el cielo.

    La tierra por el cielo invadida, la cotidiana consumación de su boda,
    El desafío del oriente sobre mi cabeza,
    La burla mordaz: ¡Ya veremos quién es el amo!

    Creo que una hoja de hierba no es menos que el camino recorrido por las estrellas,
    Y que la hormiga es perfecta, y que también lo son el grano de
    arena y el huevo del zorzal,
    Y que la rana es una obra maestra, digna de las más altas,
    Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo,
    Y que la menor articulación de mi mano puede humillar a todas las máquinas,
    Y que la vaca paciendo con la cabeza baja supera a todas las estatuas,
    Y que un ratón es un milagro capaz de confundir a millones de incrédulos.

    Siento que en mi ser se incorporan el gneis, el carbón, el musgo de
    largos filamentos, las frutas, los granos, las raíces comestibles,
    Y que estoy hecho de cuadrúpedos y de pájaros,
    Y que puedo recuperar cuanto he dejado atrás,
    Pero que puedo hacerlo volver cuando se me antoje.

    En vano la timidez o la prisa,
    En vano las rocas incandescentes arrojan sobre mí su antiguo calor,
    En vano el mastodonte se oculta detrás del polvo de sus huesos,
    En vano los objetos se alejan leguas y leguas y toman muchas formas,
    En vano el mar se oculta en las cavernas donde tienen su guarida los monstruos,
    En vano el buitre tiene por morada el cielo,
    En vano la serpiente se desliza entre las lianas y los troncos,
    En vano el alce busca las honduras recónditas de la selva,
    En vano el cuervo marino tiende el vuelo hacia el norte,
    hacia el Labrador,
    Lo sigo velozmente, trepo al nido que está en la grieta del peñasco.
    ¿Quién es este salvaje amistoso y gárrulo?
    ¿Espera la civilización, o la ha dejado atrás y la ha dominado?
    ¿Es un hombre del sudoeste y ha sido criado a la intemperie? ¿Es un canadiense?
    ¿Viene de las tierras del Mississippi, de Iowa, de Oregon, de California?
    ¿De la montaña, de las praderas, de los bosques, o un marino del mar?
    Dondequiera que vaya, los hombres y las mujeres lo desean y lo aceptan,
    Quieren que los quiera, que los toque, que les hable, que se quede con ellos.

    Obra sin ley, como los copos de nieve, sus palabras son simples
    como la hierba, el pelo despeinado, risas e ingenuidad.
    Lento el andar, comunes las facciones, emanando sencillez y modestia,
    Brotan de un modo nuevo desde las puntas de los dedos,
    Flotan en el aire con el olor de su cuerpo o de su aliento, salen de
    la mirada de sus ojos.

    Me ha tocado en suerte, lo sé, lo mejor del tiempo y del espacio;
    nunca he sido medido y no seré medido jamás.

    El viaje que emprendo es eterno (¡que todos me oigan!).
    Mis signos son un capote contra la lluvia, fuertes zapatos y un
    bastón cortado en el bosque,
    En mi silla no sestean los amigos,
    No tengo cátedra ni iglesia ni filosofía,
    No llevo a ningún hombre a una mesa puesta, a la biblioteca, a la bolsa,
    Pero a cada uno de vosotros, hombre o mujer, lo llevo a una cumbre,
    Mi brazo izquierdo ciñe tu cintura,
    Mi derecha señala los continentes y el gran camino.

    Ni yo ni ningún otro puede andar por ti ese camino,
    Eres tú quien debe andarlo.

    No queda lejos, está a tu alcance,
    Quizá estabas en él desde que naciste y no lo has sabido,
    Quizá esté en todas partes, en mar y en tierra.

    Échate tus prendas al hombro, hijo mío, y yo traeré las mías y apresurémonos;
    Ciudades prodigiosas y naciones libres nos saldrán al paso.

    Si te cansas, dame las dos cargas y apoya tu mano en mi cadera,
    Y a su debido tiempo me devolverás el mismo servicio,
    Porque ya emprendida la marcha nunca descansaremos.

    Esta mañana, antes del alba, subí a una colina para mirar el cielo poblado,
    Y le dije a mi alma: cuando abarquemos esos mundos, y el
    conocimiento y el goce que encierran, ¿estaremos al fin hartos y satisfechos?
    Y mi alma dijo: No, una vez alcanzados esos mundos proseguiremos el camino.
    Tú también me interrogas y yo te escucho,
    Contesto que no puedo contestar, tú mismo debes encontrar la respuesta.
    Siéntate un momento, hijo mío,
    Aquí tienes pan para comer y leche para que bebas,
    Pero después de haber dormido y haber cambiado de ropa te beso
    con el beso del adiós y te abro la puerta para que salgas.


    Demasiado tiempo has perdido en sueños deleznables,
    Ahora te quito la venda de los ojos,
    Debes acostumbrarte al brillo de la luz y de cada momento de tu vida.
    Demasiado tiempo has vadeado, asido a una tabla en la orilla,
    Ahora quiero que seas un nadador, que te arrojes al mar, que
    reaparezcas, que me hagas una seña, que grites y que agites el
    agua con tus cabellos.

    Dije que el alma no es más que el cuerpo,
    Y dije que el cuerpo no es más que el alma,
    Y que nada, ni Dios, es más que uno mismo,
    Quien camina una milla sin amor, se dirige a su propio funeral
    envuelto en su propia mortaja;
    Y yo y tú, sin tener un centavo, podemos comprar lo más precioso de la tierra,
    Y la mirada de unos ojos o una arveja en su vaina confunden la
    sabiduría de todos los tiempos,
    Y no hay oficio ni profesión en los cuales el joven que los sigue no
    pueda ser un héroe,
    Y no hay cosa tan frágil que no sea el eje de las ruedas del universo,

    Y digo a cualquier hombre o mujer: que tu alma esté serena y en
    paz ante millones de universos.
    Y digo a la Humanidad: No hagas preguntas sobre Dios,
    Porque yo que pregunto tantas cosas, no hago preguntas sobre Dios,
    (No hay palabras capaces de expresar mi seguridad ante Dios y la muerte.)
    Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no lo comprendo en lo más mínimo,
    Ni comprendo cómo pueda existir algo más prodigioso que yo mismo.
    ¿Por qué desearía yo ver a Dios mejor que en este día?
    Algo veo de Dios en cada hora de las veinticuatro y en cada uno de sus minutos,
    En el rostro de los hombres y de las mujeres veo a Dios, y en mi propio rostro en el espejo;
    Encuentro cartas de Dios tiradas por la calle y su firma en cada una,
    Y las dejo donde están porque sé que dondequiera que vaya,
    Otras llegarán puntualmente.
    • ****************************************************************
    • El corazón roto.
      The Broken Heart, John Donne (1572-1631)

      Demente está quien afirma
      haber estado una hora enamorado,
      mas no es que el amor así se desvanezca,
      sino que, de hecho, en menos tiempo os puede devorar.
      ¿Quién osará creerme si juro
      haber sufrido un año de esta plaga?
      ¿Quién no se reiría de mí si yo dijera
      que vi arder todo un día la pólvora de un frasco?

      ¡Ay, qué insignificante el corazón,
      si llega a caer en manos del amor!
      Cualquier otro pesar deja sitio
      a otros pesares, y para sí reclama sólo una parte.
      Vienen hasta nosotros, pero a nosotros el Amor arrastra,
      y, sin masticar, nos absorbe.
      Por él, como por el infame hierro, tropas enteras caen.
      Él es el esturión tirano; nuestros corazones, la morralla.

      Si así no fue, ¿qué le sucedió
      a mi corazón cuando te vi?
      A la alcoba traje un corazón,
      pero de ella emergí vacío, desolado.
      Si contigo hubiera ido, sé
      que a tu corazón el mío le habría enseñado
      la compasión.
      Pero, ¡ay!, Amor, de una herida lacerante la felicidad
      se ha quebrado.

      Más la Nada en Nada puede convertirse,
      ni sitio alguno puede del todo vaciarse,
      así, pues, pienso que aún posee mi pecho todos
      esos fragmentos, aunque no estén reunidos.
      Y ahora, como los espejos rotos muestran
      cientos de rostros más menudos, así
      los añicos de mi corazón pueden sentir agrado,
      deseo y adoración,
      pero después de tal Amor, jamás volverán a amar.

      ****************************************************************
    Crepúsculo
    José Asunción Silva (1865-1896)

    En la tarde, en las horas del divino
    crepúsculo sereno,
    se pueblan de tinieblas los espacios
    y las almas de sueños.

    Sobre un fondo de tonos nacarados
    la silueta del templo
    las altas tapias del jardín antiguo
    y los árboles negros,
    cuyas ramas semejan un encaje
    movidas por el viento
    se destacan oscuras, melancólicas
    como un extraño espectro!

    En estas horas de solemne calma
    vagan los pensamientos
    y buscan a la sombra de lo ignoto
    la quietud y el silencio.
    Se recuerdan las caras adoradas
    de los queridos muertos
    que duermen para siempre en el sepulcro
    y hace tanto no vemos.

    Bajan sobre las cosas de la vida
    las sombras de lo eterno
    y las almas emprenden su viaje
    al país del recuerdo.
    También vamos cruzando lentamente
    de la vida el desierto
    también en el sepulcro helada sima
    más tarde dormiremos.

    Que en la tarde, en las horas del divino
    crepúsculo sereno
    se pueblan de tinieblas los espacios
    y las almas de sueños!

    José Asunción Silva (1865-1896)






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  4. El lenguaje de las flores

    Asoma la luz serena
    en el horizonte la alborada
    con su rostro el Sol camela
    dejando estelas crespadas,
    y con sus rubiales fulgores
    plena a las cumbres cimeras
    de sus cálidos clarores
    al reventar la primavera.

    Aroman silvestres la pradera
    las exquisitas fragancias
    cuando vienen por las laderas
    desde lejanas distancias,
    inquietas las mariposas
    libélulas y colibrís
    orlan con su matiz
    el campo donde retozan.

    En sus cantos los ruiseñores
    embrujan con sus conciertos
    mientras cavilan las flores
    sobre los amores inciertos,
    y jilgueros y zorzales
    dejan caer en sus vuelos
    los trinares y cantares
    que cercanos parecen versos.

    Decíanles las herberas
    a las cárdenas azucenas
    que los amores sin flores
    son los que causan penas,
    asertivas las gladiolas
    dijeron con elocuencia
    que cuando el penar asola
    y con aguda sapiencia
    las flores traen consuelo
    cuando nos atrapan los desvelos
    en noches de llena luna
    y el alma se nos abruma.

    Siempre han sido las rosas
    las causantes de los amores
    se quejaban las magnolias
    al resto de las flores,
    y sobre todo las rojas
    las de encendidas pasiones
    replicaban los jazmines
    aunque espinen corazones,
    disertaban los claveles
    con sus pétalos crespines
    prefieren a las rosas
    aunque sus tallos espinen
    porque el amor es ambigua cosa
    algunas veces nos hiere y otras al alma reposa.


    [​IMG]

    Malco
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    Copyright






  5. upload_2017-12-13_16-5-47.png

    El juglar

    De quiméricos lugares
    partieron mis amores
    enlazados a juglares
    a sus cantos y fragores,
    con galaicas baladinas

    mi voz que canta y trina
    en registro de tenores
    alzaron vuelo mis cantos
    entre zarzas y verdores.

    En plazuelas pueblerinas
    con farotas del mercado
    mis cantos han bordado
    en sus almas peregrinas
    los versos que alucina
    un juglar enamorado.


    Ante bellacos pelillosos
    liados en gazaperas
    disputando pelanduscas
    en grescas serias y altaneras
    con torpezas y formas bruscas
    alentados por el vino
    como bárbaros vecinos

    rompiansé la crisma
    y seguían siendo amigos,
    y que siga la juerga
    traigan vino y aguardiente
    que el juglar aquí presente
    ha trovarnos ha venido,
    y como el verbo prodiga
    a mi amplio entendimiento
    improvisé por pedimento
    lusitanas cantigas.
    vinieron luego las rondelas
    declamadas con fino tacto
    y haciéndoles un gran acto
    con aires de sirventeses
    garrulos y tagarotes se enardecen

    aplaudiendo por lo alto.

    Vihuela en mano puse tono
    tensándole las cuerdas
    improvisé hermosas jarchas
    e inspiradas deblas
    era asi de ese modo
    que el sustento conseguía
    entre cantos y trovadas
    y el talego florecía

    de relucientes cuadernas
    razón por la que canto
    en las humosas tabernas.

    De picaflor me han tildado
    y es mote merecido
    incontables las doncellas
    que a mis artes se han rendido
    y también enormes sustos
    por sus causas he tenido
    cuando he sido descubierto
    por desconfiados maridos
    y con filosa espada

    he sido perseguido,
    en trepar los paredones

    soy experto consumido
    y a los saledizos balcones
    con cupido he venido
    a cantar con luna clara

    mis versos de tronío
    y al asomo de mi amada
    a sus pies caer rendido.

    Románticas baladas
    coplas de amor florido

    carillones y cantatas
    que de mi corazón han salido,
    y las entrego con ternura
    con amor y galanura
    con cariño desmedido
    ese es el gran secreto
    por el cual tantas damas
    por quintales he tenido.








  6. upload_2017-12-13_15-57-26.png

    Efecto Buterfly

    Ondina visión de crisálidas alas
    quiescente ilusión de impalpable cuerpo
    nereida que con tu aliento exhalas
    un soplo vital de sensible cierzo.​

    Purpura mariposa que en mis sueños vagas
    haciendo tornos con inquietas alas
    en noches gélidas de serena calma
    mensajera solaz
    consuelo almo que mi pesar encalma
    en el férvido penar que en mi dolor recala
    siento su mirar penetrar mi alma
    siento su presencia palpitar en tus alas
    siento sus latidos como voz lejana.​

    Porque si en el flébil acerbo de esa noche fría
    quedó exhangue en mis brazos, dejándome fatales sombras
    hoy sigo en el hondo abismo que forma, tristemente mi soledad umbría
    la amargura y el desconsuelo han hecho morada plena
    llenándome de sufrir y de penas que queriendo morir no puedo
    pues siento que al morir cedo,y conmigo su recuerdo moriría.​

    Maléfica parca azarosa devuelveme su alma
    y en el silencio de tus pasos déjala junto a la mía
    aléjate con rumbo cierto a las cavernas sombrías
    oculta hondo tus arteras mañas
    y encadenada y cautiva entierra en ti la guadaña.

    Con la ilusión de un ingenuo ,de un desesperado
    elevé a ti mi ruego y con mi clamor haber cautivado
    la compasión por el dolor que con inclemencia me has dejado
    llevándote en tu talego al Sol que me ha alumbrado
    al vértice de mi vida al sostén de mi andar turbado
    cimiento del rielo de mis temores al lucero que has apagado.

    Un misterio me convoca púes esta noche he soñado
    que con tiernas caricias y con besos alados
    la purpura mariposa mi cuerpo ha tatuado
    y he sentido su aroma y su aliento perfumado
    la tersura de su piel y la calma me ha dejado,
    ahora se que es ella que como mariposa ha tornado
    y la parca compasiva la devuelve a mi lado
    asi la siento y asi la tengo en mis sueños resignado .








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  7. Ver adjunto 45679

    Efecto Buterfly

    Ondina visión de crisálidas alas
    quiescente ilusión de impalpable cuerpo
    nereida que con tu aliento exhalas
    un soplo vital de sensible cierzo.​

    Purpura mariposa que en mis sueños vagas
    haciendo tornos con inquietas alas
    en noches gélidas de serena calma
    mensajera solaz
    consuelo almo que mi pesar encalma
    en el férvido penar que en mi dolor recala
    siento su mirar penetrar mi alma
    siento su presencia palpitar en tus alas
    siento sus latidos como voz lejana.​

    Porque si en el flébil acerbo de esa noche fría
    quedó exhangue en mis brazos, dejándome fatales sombras
    hoy sigo en el hondo abismo que forma, tristemente mi soledad umbría
    la amargura y el desconsuelo han hecho morada plena
    llenándome de sufrir y de penas que queriendo morir no puedo
    pues siento que al morir cedo,y conmigo su recuerdo moriría.​

    Maléfica parca azarosa devuelveme su alma
    y en el silencio de tus pasos déjala junto a la mía
    aléjate con rumbo cierto a las cavernas sombrías
    oculta hondo tus arteras mañas
    y encadenada y cautiva entierra en ti la guadaña.

    Con la ilusión de un ingenuo ,de un desesperado
    elevé a ti mi ruego y con mi clamor haber cautivado
    la compasión por el dolor que con inclemencia me has dejado
    llevándote en tu talego al Sol que me ha alumbrado
    al vértice de mi vida al sostén de mi andar turbado
    cimiento del rielo de mis temores al lucero que has apagado.

    Un misterio me convoca púes esta noche he soñado
    que con tiernas caricias y con besos alados
    la purpura mariposa mi cuerpo ha tatuado
    y he sentido su aroma y su aliento perfumado
    la tersura de su piel y la calma me ha dejado,
    ahora se que es ella que como mariposa ha tornado
    y la parca compasiva la devuelve a mi lado
    asi la siento y asi la tengo en mis sueños resignado .








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  8. [​IMG]

    Dueto Lunahembrujhada / Malco
    Letras lila: Malco
    Letras Rojas: Lunaembrujhada


    Ilusas esperanzas

    Se van mis más ilusas esperanzas
    tras la sombra del frágil desconsuelo
    desechas dan vacío a mis desvelos
    y siento cual endriagos su acechanza,
    no fueron libertinas las andanzas
    tus pasos en el fuego se encendieron
    tus rastros de los míos se perdieron
    dejando hondo penar tu remembranza.

    En la oscura y aquietada vaga noche
    tu voz en las grietas del olvido
    con distante y trémulo reproche
    acrecientan lo mucho que he sufrido,
    el sauce llora tu tardanza
    no cree aún hayas partido,
    sus lágrimas brotan de añoranza
    y ni en sueños olvidarte yo he podido.


    Exenta de tu amor emigro errante
    junto a la sombra que retrata mis martirios,
    mi rostro palideció de blancos lirios

    más nunca conseguí de mi arrancarte,
    solitaria por el valle mudo
    camino en el dolor a pasos tardos
    mas si quise hallar flores, pise cardos,
    vistiendo de sangre mi corazón desnudo.

    Escucho el siseo de las hojas
    del sauce caer en tardío otoño
    mas la primavera lentamente sin retoños
    florece de suspiros y congojas,
    testigo es el río de mis quejas
    envolviese entre sus aguas, sí mi llanto
    su pena con la mía son quebranto
    asido a tus recuerdos, duras rejas.


    En las cumbres cimeras donde escondo
    con sigilo en tinajas aromadas
    las serenas aguas de tu mirada
    con mis raíces y mis huesos yo me ahondo,
    y con denuedo firmemente me propongo
    en las espumas de los anchurosos mares
    en el crepuscular albor de tus mirares
    encontrar con certeza y sin demoras
    el escondido lugar donde oculta moras
    pues tu ausencia en mis sentidos es locura
    y mi alma desfallece en tu procura.

    No se si algún error he cometido
    no se la causa del impedimento
    no se por cual razón no sea el sustento
    si con ansias y deseo lo habías pedido,
    las horas siglos me parecen
    el tiempo ha perdido su medida,
    siento mis fuerzas que perecen
    y en la nada me ha dejado tu partida.


    Si me he ido de tu lado sin aviso
    es que vi el silencio de tus ojos
    yo queriéndolos mirar y ellos de enojo
    me clavaron mil dagas sin permiso,
    mis lágrimas se hicieron larga fuente,
    e ignoras que herido sangró mi pecho
    cada vez que al suspirar te hallare ausente
    tejiendo amargas redes al despecho.

    La tristeza sin duda es mi morada
    deambulo entre árboles cetrinos
    y a la sombra sentada de estos pinos
    comprendo que aun más enamorada
    me pregunta la luz por tu mirada.
    Vanamente presumo de altivez
    si me trae tu perfume aquel ciprés
    y a la sombra de su melancolía
    se hace suya esta tristeza mía,
    de escarcha y nieve su copa se corona
    y a mi alma de su orgullo le destrona.

    Tendré que resignado por la espera
    volver a revivir las esperanzas
    ceñirme como hiedra a la templanza
    y calmar la soledad que a mi alma altera,
    presagio que al borde de algún ocaso
    la luna a mis espacios te volviera
    y con luz de la albura en primavera
    a mi lado tu figura me trajera.


    Y no es vano tu presagio amor mío
    la luna me ha contado de tus penas,
    la he visto menguar su luz serena
    sabiendo que sin mi morías de frío,
    me guía a ti la más bonita estrella
    y la dejo titilar suave en tu boca
    ¡La noche al reencuentro nos convoca
    y entre tus brazos amor, luce más bella!


    [​IMG]
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  9. [​IMG]

    Fatal veneno ( Soneto alejandrino )


    Bebí el fatal veneno de tu traidora mano
    en copa cristalina labrada en fina hechura
    no he muerto mas quererte fue oscura sepultura
    infame la locura de este querer tirano.

    No sé si con certeza será un querer profano
    de lumbres infernales que por mi pecho asura
    es greña entretejida liada en traición impura
    desierta tierra estéril en árido secano.

    Tener que por las sombras vivir en los marjales
    sin sueños en desvelos con hondas agonías
    en noches impalpables de lluvias invernales

    sumiso a tus cancelas que son cavernas frías,
    rendido a tus designios al filo de tus males
    vencido sin remedio por tantas tropelías.

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  11. Ska







  12. Ska







  13. upload_2017-12-10_15-1-35.png

    Bebí tu vino

    Aquella noche
    de ebrio derroche
    caí en los lazos de tu querer
    entre las brumas y las espumas
    no llegó nunca el amanecer.

    Bebí del vino en que disuelta estabas
    sorbo a sorbo te disfruté
    sentí tu cuerpo cuando exhalabas
    el fino aroma de tu bouquet.

    Suave tanino, frutal frescura deja tu piel
    tus ojos claros fugaz destellos
    de Sauvignon y de Cabernet,
    tus labios rojos carnal embrujo
    Merlot maduro y de Malbec
    hechizo puro que me sedujo
    con besos brujos
    y el suave roce que da tu piel
    con la tersura del Carmenier.

    En la embriaguez, de tu noble vino
    tomé tus manos de Moscatel
    y tu aliento un suave viento
    de Garnacha y de Clairet,
    y en el vidueño de tu vientre
    en el verdor de sus ramajes
    entre racimos y follajes
    apoyándome en tu pecho
    tendí un aromado lecho
    en el calor de tu ropaje.



  14. upload_2017-12-10_14-57-2.png

    Austro

    Austro soplo ligero que fragante pasas, en el alborecer celaje
    niebla de yerto frío que me envuelves con tu alígero ropaje
    desvanece la espesura de la bruma, disipa sus rigores
    pon claridad cristalina, al rielo de mis temores.

    Castálidas musas de la fuente, que inspiran con sus aguas
    el numen en el cálamo de la tinta letra de mis fraguas
    inunden con su aliento ,de arpados cantos el boscaje
    donde tejen con espigas de versos, en las tibias tardes los herbajes.

    Ondina sutil y delicada, frágil ninfa de los amores
    celsitud celeste inmarcesible elevo a ti mis clamores
    cincela en el cristal de su alma misteriosa
    el tatuaje indeleble de mi pasión tumultuosa,
    Sílfide de mis vagos sueños, albo rostro de mis desvarios
    fulgor perenne dame los bríos, vierte en mi tus ensueños.

    Bronzino otoño de sepias hojas, que das paso a los verdores
    renace en mi los esplendores, inundala con mis versos
    inspirale mis amores y en el aljófar de su sonrisa,
    en sus labios encarnados, prendele un beso ilusionado
    vuelve su alma sumisa y entrégame sus fervores
    y rendida en mis redores, hondamente se enraíza
    en los prados de mi alma florecida en sus candores..











  15. upload_2017-12-9_9-18-49.png

    Amor vagabundo

    Mi amor vagabundo encontró refugio
    en tus riberas
    bordeadas de berberias,
    en tus pies
    de cristal genuino
    que dejan huellas de clara luna
    en la creciente espuma de tu sonrisa.

    Mi amor vagabundo encontró refugio
    en la crepuscular luz
    de tu mirada,
    en las apetecibles cerezas
    de tus encarnados
    labios,
    en el pan tierno
    de tus tiernas
    manos
    aromados trigales,
    en los tusilagos
    de tus ojos claros
    mieles
    goteadas
    de los abejares.

    Mi amor vagabundo encontró refugio
    en los almendrales
    de tus caricias,
    tersos cendales
    abrigos cálidos
    en los inviernos
    de mis soledades,
    en la enredada hiedra
    de tu cabellera
    perfumada fronda
    de raras flores,
    en la piel sedosa
    de tu cuerpo entero
    en el horizonte largo y ancho
    de tus abrazos
    en el lecho blando
    de tu vientre
    sutil descanso de albas plumas.

    ¡ Mi amor vagabundo encontró refugio
    EN TI !













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