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MALCO
MANUEL LÓPEZ COSTA
©Todos los Derechos Reservados

Queda prohibida la reproducción total o parcial
de la obra por cualquier medio.
Copyright © Todos los Derechos Reservados.

http://www.mundopoesia.com/foros/blogs/malco.101138



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    Perderte en la calma

    Te he amado,
    desde el mismo centro del amor
    un amor atado con lazos
    un amor de los ocasos
    bordado con hilos de sol.
    Un amor de regazo
    de amaneceres de lluvia
    un amor que se refugia
    en el calor de mis brazos.

    Te he amado
    con un amor antiguo
    madurado por el tiempo
    de perfumados momentos
    de tatuados vestigios.
    Un amor de solera
    con aromas de vino
    un amor campesino
    un amor de quimera.

    Te he amado
    desde la punta de mis principios
    desde los bordes de mis finales
    desde el reflejo de los cristales
    desde el fondo de los inicios.
    Desde tu crepuscular cintura
    desde tu solar sonrisa
    desde tu original soltura
    desde la huella, por donde pisas.

    Ha sido un amor enlunecido
    de permanencia en tu boca
    un amor que no se agota
    un amor que te provoca
    mil deseos encendidos.
    Un amor que no descansa
    un amor que no se cansa
    un amor comprometido
    un amor que no conoce
    el olvido.

    Un amor de gotas de agua
    robadas al rocío
    un amor de ilusiones
    llevadas al río.
    Un amor que te espera
    en la primavera
    entregándolo todo
    del mejor modo.
    Pero todo es mentira
    son cosas del alma
    hace tiempo te fuiste
    perdida en la calma.

    MALCO

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    Malco
    ©Todos los Derechos reservados.
    Queda prohibida la reproducción total o parcial de la obra por cualquier
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    Perderte en la calma

    Te he amado,
    desde el mismo centro del amor
    un amor atado con lazos
    un amor de los ocasos
    bordado con hilos de sol.
    Un amor de regazo
    de amaneceres de lluvia
    un amor que se refugia
    en el calor de mis brazos.

    Te he amado
    con un amor antiguo
    madurado por el tiempo
    de perfumados momentos
    de tatuados vestigios.
    Un amor de solera
    con aromas de vino
    un amor campesino
    un amor de quimera.

    Te he amado
    desde la punta de mis principios
    desde los bordes de mis finales
    desde el reflejo de los cristales
    desde el fondo de los inicios.
    Desde tu crepuscular cintura
    desde tu solar sonrisa
    desde tu original soltura
    desde la huella, por donde pisas.

    Ha sido un amor enlunecido
    de permanencia en tu boca
    un amor que no se agota
    un amor que te provoca
    mil deseos encendidos.
    Un amor que no descansa
    un amor que no se cansa
    un amor comprometido
    un amor que no conoce
    el olvido.

    Un amor de gotas de agua
    robadas al rocío
    un amor de ilusiones
    llevadas al río.
    Un amor que te espera
    en la primavera
    entregándolo todo
    del mejor modo.
    Pero todo es mentira
    son cosas del alma
    hace tiempo te fuiste
    perdida en la calma.

    MALCO

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    Malco
    ©Todos los Derechos reservados.
    Queda prohibida la reproducción total o parcial de la obra por cualquier
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    Me gusta leer tus ojos

    Me gusta leer tus ojos,
    cómplices clandestinos,claros,cristalinos
    cómplices leales
    que nunca esconden tus males.
    Inquietos centinelas, dagas del alma
    alumbrados cristales
    conversadores silenciosos
    bordes,orillas
    habitantes separados
    tempestades de ira
    en el engaño.

    Me gusta leer tus ojos,
    en las cálidas noches de los olvidos
    en los arrabales de los sueños
    en la quietud sonámbula de los recuerdos
    en las crestas burbujas del mar
    en las húmedas arenas salobres.

    Me gusta leer tus ojos,
    bajo la lluvia escarchada de la melancolía
    en el temblor radical de tus íntimos deseos
    en la peregrina voz en la cima del vacío
    en la timidez inoxidable de la primera vez,
    en los susurros latentes de tu vientre.

    Me gusta leer tus ojos,
    en el silencio mineral de tus pensamientos
    cuando vuelan circulares al infortunio
    al embrujo gitano que viaja en carromatos imaginarios.

    Me gusta leer tus ojos,
    cuando son mariposas
    en la seda de las caricias,
    gacelas mensajeras del preludio fébril de la ausencia,
    solitarios duendes tatuados en la metáfora de tu cuerpo.

    Me gusta leer tus ojos,
    guardianes de las puertas del sol
    faros de naves pérdidas en mares de la desilusión
    eclipses en luna llena.

    Me gusta leer tus ojos,
    cuando tendida sobre la hierba suspiras
    cuando los luceros descienden a enredarse en tu cabellera
    en el tejido íntimo del asombro
    cuando el manantial de la fertilidad quiere poseerte.

    Me gusta leer tus ojos,
    alucinados por la cósmica mirada de una estrella
    por la risa embriagada de la Luna
    por los enormes pájaros azules
    custodios de tus ilusiones
    cuando los trigales se asoman tímidamente
    a los bordes de tus encantos.

    Me gusta leer tus ojos,
    cuando cansados yacen en las mullidas nubes de la bondad
    cuando justamente son justos
    en la desprendida caridad de tu alma
    en la fragancia alucinante que sahúma el misterio .de las penumbras
    cuando solitarios buscan consuelo
    cuando en sus lágrimas revelan tu tristeza.

    Me gusta leer tus ojos,
    cuando
    estas a mi lado.

    MALCO










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    Ajena

    Quisiera entre los juncales,esconder mi alma rota
    y dejar en los trigales el embrujo que me agota,
    y en confesión ignota decir que eres ajena
    por no llenarte de pena mantengo callada la boca,
    además es valor certero profundo como agua de noria

    es virtud de los caballeros que no tengamos memoria,
    recorrer con lentos pasos los senderos clandestinos
    y andar con mucho tino, malicia y mimetismo
    no vaya a ser que el destino nos de una mala pasada
    y en una devuelta jugada nos vaya a pasar lo mismo.

    ...Pero, que culpa tiene la estaca si el sapo salta y se ensarta
    y es sentencia parca que en su simpleza destaca
    que siendo la mujer candela y el hombre comburente estopa
    viene el diablo sopla y se forma la rochela.
    Es difícil resistirse a semejantes encantos, sin tener los quebrantos
    de verla y no tenerla, pues no es de caballeros de fama
    despreciar a una dama que al conocerla engalana
    con su garbo y su salero y el corazón traicionero
    se desborda y reclama ser un grave prisionero,
    y en un desliz lisonjero se hallan dama y caballero
    y a otro pobre querendón sin saberlo rajanle el cuero.







  5. upload_2017-11-17_12-43-10.png

    Alejando el olvido (Décimas)

    ¿Quién con demorada andanza
    no habrá tenido un olvido?
    ¿Quién el tiempo ha detenido
    para olvidar con tardanza ?
    Dejando asi en lontananza
    el recuerdo que lascera
    y muriendo con la espera
    de mengua van los quereres
    lo causan los padeceres
    cuando el alma desespera.

    Pues si todo fuera olvido
    andariamos en la nada
    confusa y desesperada
    la esperanza ha perecido.
    Y la vida un sin sentido

    pues si nada recordaras
    con enorme vacío andaras
    gravitando entre las sombras
    no se ni por que te asombras
    si al recuerdo te declaras.



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    Malco
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    Queda prohibida la reproducción total o parcial de la obra por cualquier medio.
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  8. [​IMG]

    Habitarás,
    en cada punto cardinal
    de mis pasos
    en el norte de mis pensamientos
    en el sur de mis tropiezos
    en el oriente de mi despertar
    en el ocaso de mi existencia.

    Habitarás,
    en el polvo de mis recuerdos
    en los cansados caminos de la búsqueda
    en las señales ciertas de tu presencia
    en los surcos imborrables del envejecido tiempo.

    Habitarás,
    en mis manos
    colmadas de tus pétalos
    en los naranjos en flor
    de tu sonrisa
    en el palpitante estallido
    de mi pecho
    ante tu mirada
    en la rabia absoluta
    de la despedida
    en la
    pesadumbre del desencuentro.

    Habitarás,
    secularmente en el firmamento
    de mis ilusiones
    en la prueba final
    de la desdicha
    en la concreta razón
    de nuestra suma
    en la densidad medular
    de los afectos.

    Habitarás,
    liviana
    ligera
    en las palabras aéreas
    que viajan al infinito
    cuando te nombro
    en las profundidades abismales
    de mis sentidos,
    en las gélidas tempestades,
    de los enojos.

    Habitarás,
    en la crepuscular espera
    de mi enlunecido insomnio
    en el amanecer de tu recuerdo
    en la linea frágil que me sostiene.

    Habitarás,
    en las coloridas libélulas
    de la ternura,
    en las inquietas mariposas
    de las caricias,
    en las cálidas grietas
    de mi alma,
    donde escondo,
    lo mejor de ti,
    en el azul oceánico
    de tus ojos,
    mar interior de mis emociones.

    Habitarás,
    en la espesa niebla
    de mis angustias,
    cuando te alejas,
    en el bordado manto
    de tu cercanía,
    en el esplendor rutilante
    de tu cuerpo,
    aurora de mi horizonte.

    Habitarás,
    en los murmullos
    de distantes voces,
    mensajeras evanescentes
    de mi pensamiento,
    en las cumbres solitarias
    de mis óseas palabras.

    Habitarás,
    cuerpo a cuerpo
    en mi piel,
    en las dispersas
    partículas del ayer,
    en cada segundo
    de mis huesos,
    en el rojo encendido
    de mi sangre.

    Habitarás,
    erguida
    sobre mis deseos,
    en la espera
    febril
    del encuentro,
    en el eclipse vital
    de la entrega,
    en la cimiente
    que habitara en tu vientre.

    Habitarás,
    sumisa,
    en los vientos que traen
    los recuerdos,
    en el refugio imaginario
    de la soledad,
    en los duendes
    fabricantes de la fantasía.

    Habitarás,
    por siempre
    y
    para siempre
    mis espacios,
    habitarás
    en mi,
    porque
    NO TE OLVIDO!
    A LunahSwarovsky le gusta esto.
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    Habitarás,
    en cada punto cardinal
    de mis pasos
    en el norte de mis pensamientos
    en el sur de mis tropiezos
    en el oriente de mi despertar
    en el ocaso de mi existencia.

    Habitarás,
    en el polvo de mis recuerdos
    en los cansados caminos de la búsqueda
    en las señales ciertas de tu presencia
    en los surcos imborrables del envejecido tiempo.

    Habitarás,
    en mis manos
    colmadas de tus pétalos
    en los naranjos en flor
    de tu sonrisa
    en el palpitante estallido
    de mi pecho
    ante tu mirada
    en la rabia absoluta
    de la despedida
    en la
    pesadumbre del desencuentro.

    Habitarás,
    secularmente en el firmamento
    de mis ilusiones
    en la prueba final
    de la desdicha
    en la concreta razón
    de nuestra suma
    en la densidad medular
    de los afectos.

    Habitarás,
    liviana
    ligera
    en las palabras aéreas
    que viajan al infinito
    cuando te nombro
    en las profundidades abismales
    de mis sentidos,
    en las gélidas tempestades,
    de los enojos.

    Habitarás,
    en la crepuscular espera
    de mi enlunecido insomnio
    en el amanecer de tu recuerdo
    en la linea frágil que me sostiene.

    Habitarás,
    en las coloridas libélulas
    de la ternura,
    en las inquietas mariposas
    de las caricias,
    en las cálidas grietas
    de mi alma,
    donde escondo,
    lo mejor de ti,
    en el azul oceánico
    de tus ojos,
    mar interior de mis emociones.

    Habitarás,
    en la espesa niebla
    de mis angustias,
    cuando te alejas,
    en el bordado manto
    de tu cercanía,
    en el esplendor rutilante
    de tu cuerpo,
    aurora de mi horizonte.

    Habitarás,
    en los murmullos
    de distantes voces,
    mensajeras evanescentes
    de mi pensamiento,
    en las cumbres solitarias
    de mis óseas palabras.

    Habitarás,
    cuerpo a cuerpo
    en mi piel,
    en las dispersas
    partículas del ayer,
    en cada segundo
    de mis huesos,
    en el rojo encendido
    de mi sangre.

    Habitarás,
    erguida
    sobre mis deseos,
    en la espera
    febril
    del encuentro,
    en el eclipse vital
    de la entrega,
    en la cimiente
    que habitara en tu vientre.

    Habitarás,
    sumisa,
    en los vientos que traen
    los recuerdos,
    en el refugio imaginario
    de la soledad,
    en los duendes
    fabricantes de la fantasía.

    Habitarás,
    por siempre
    y
    para siempre
    mis espacios,
    habitarás
    en mi,
    porque
    NO TE OLVIDO!
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  12. Ver adjunto 45336

    Cuando Whitman arrancó las hojas a la hierba

    Cuando Whitman arrancó las hojas de la hierba
    pensé nórdicamente que haría un te,
    iluso ingenuo, el poeta
    se creía tren y desde su banca se las fumó
    haciendo círculos con el humo
    de forjado hierro bufaba
    y parecía echar más carbón
    a la estufa y desaforado
    pitaba sin detenerse,
    sus ruedas echaban chispas
    y los rieles al rojo vivo,
    lo creía ciegamente,
    sus ojos enrojecían
    como lobos nocturnos,
    aminoraba la marcha
    hasta detenerse
    en la imaginaria estación
    y mientras los pasajeros abordaban
    en una vieja libreta de piel marrón
    escribía derramando versos sin parar,
    ..." La última vez que florecieron las lilas en el patio,
    Y el gran astro declinó tempranamente en la noche del cielo
    occidental,
    Lloré , y volveré a llorar cada vez que retorne la perenne
    primavera."

    Distante, acariciaba su alba barba, guardaba la libreta
    y partía nuevamente bufando,
    sus ojos inmóviles, fijos, parecían lunas rojas
    y su pálido semblante llenábase de azules sonrisas de almíbar
    y tarareaba viejas canciones aladas dando la impresión de desdoblarse,
    detenía la marcha y las ruedas chirriaban sobre los húmedos rieles,
    estación de destino.

    Pausado tomaba otro puñado de hierba y ceremonioso lo encendía
    cual si fuera un ritual de oculta teogonía,
    vuelto a la libreta leía:
    ..." Yo canto al cuerpo eléctrico,
    Me abrazan los ejércitos de quienes amo y yo los abrazo,
    no han de soltarme hasta que yo vaya con ellos, hasta
    que les responda,
    hasta que yo los purifique y los colme con la carga de mi
    alma."

    Volvió otra tarde de un frío gris amenazante,
    sacó las últimas hojas
    que le quedaban a la hierba,
    encendidas sorbió de sus entrañas
    y sus huesos crujieron
    de contentos,
    un viento sosegado de marino aroma
    envolvió su rostro cual cristales de seda
    una lluvia de esperanzas en menudas gotas
    anunció que en horas caerían geranios y jazmines
    y pétalos de rosas y un eclipse traería una tormenta de lunas
    atadas con versos.

    De su inseparable libreta leyó:
    "..¡Oh capitán! ¡ Mi capitán ! Nuestro espantoso viaje ha
    terminado,
    la nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el
    anhelado premio,
    próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo
    entero que te aclama.

    Oscureciendo la tarde, aspiró dos bocanadas de la hierba
    acostado sobre el banco quedó dormido
    entre sueños boreales y cisnes,
    hecho polvo de huesos
    disuelto en sus versos de miel
    cubierto de pétalos.



    MALCO









  13. Ver adjunto 45336

    Cuando Whitman arrancó las hojas a la hierba

    Cuando Whitman arrancó las hojas de la hierba
    pensé nórdicamente que haría un te,
    iluso ingenuo, el poeta
    se creía tren y desde su banca se las fumó
    haciendo círculos con el humo
    de forjado hierro bufaba
    y parecía echar más carbón
    a la estufa y desaforado
    pitaba sin detenerse,
    sus ruedas echaban chispas
    y los rieles al rojo vivo,
    lo creía ciegamente,
    sus ojos enrojecían
    como lobos nocturnos,
    aminoraba la marcha
    hasta detenerse
    en la imaginaria estación
    y mientras los pasajeros abordaban
    en una vieja libreta de piel marrón
    escribía derramando versos sin parar,
    ..." La última vez que florecieron las lilas en el patio,
    Y el gran astro declinó tempranamente en la noche del cielo
    occidental,
    Lloré , y volveré a llorar cada vez que retorne la perenne
    primavera."

    Distante, acariciaba su alba barba, guardaba la libreta
    y partía nuevamente bufando,
    sus ojos inmóviles, fijos, parecían lunas rojas
    y su pálido semblante llenábase de azules sonrisas de almíbar
    y tarareaba viejas canciones aladas dando la impresión de desdoblarse,
    detenía la marcha y las ruedas chirriaban sobre los húmedos rieles,
    estación de destino.

    Pausado tomaba otro puñado de hierba y ceremonioso lo encendía
    cual si fuera un ritual de oculta teogonía,
    vuelto a la libreta leía:
    ..." Yo canto al cuerpo eléctrico,
    Me abrazan los ejércitos de quienes amo y yo los abrazo,
    no han de soltarme hasta que yo vaya con ellos, hasta
    que les responda,
    hasta que yo los purifique y los colme con la carga de mi
    alma."

    Volvió otra tarde de un frío gris amenazante,
    sacó las últimas hojas
    que le quedaban a la hierba,
    encendidas sorbió de sus entrañas
    y sus huesos crujieron
    de contentos,
    un viento sosegado de marino aroma
    envolvió su rostro cual cristales de seda
    una lluvia de esperanzas en menudas gotas
    anunció que en horas caerían geranios y jazmines
    y pétalos de rosas y un eclipse traería una tormenta de lunas
    atadas con versos.

    De su inseparable libreta leyó:
    "..¡Oh capitán! ¡ Mi capitán ! Nuestro espantoso viaje ha
    terminado,
    la nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el
    anhelado premio,
    próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo
    entero que te aclama.

    Oscureciendo la tarde, aspiró dos bocanadas de la hierba
    acostado sobre el banco quedó dormido
    entre sueños boreales y cisnes,
    hecho polvo de huesos
    disuelto en sus versos de miel
    cubierto de pétalos.



    MALCO