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MALCO
MANUEL LÓPEZ COSTA
©Todos los Derechos Reservados

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    Gioconda Belli

    Gioconda Belli es una escritora nicaragüense que ha cultivado varios géneros; nació en Nicaragua el 9 de diciembre de 1948. En su juventud cursó estudios universitarios de Publicidad y Periodismo en Estados Unidos, país al cual viaja con mucha frecuencia desde hace más de veinte años. Durante la dictadura del general Somoza, su postura opuesta le trajo como consecuencia el exilio para evitar ser encarcelada; sus destinos fueron México y Costa Rica. Su lucha por derrocar al régimen opresivo no terminó ahí, ya que más tarde se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional, al igual que otros tantos intelectuales de la época. Esto la llevó a participar de una larga serie de actividades clandestinas, que fueron desde la entrega de correspondencia al transporte de armas.
    Su producción literaria se suele divide en tres etapas, en las que abordó desde la poesía revolucionaria hasta la novela y el cuento infantil. A grandes rasgos, algunas de sus obras más renombradas son "Sobre la grama", con la que obtuvo el premio de poesía Mariano Fiallos Gil, "Línea de fuego", "Truenos y Arco Iris" y "De la costilla de Eva". Contamos con una larga lista de poemas de su autoría, entre los que se encuentran "Huellas" y "Es larga la tarde".



    1. Ahuyentemos el tiempo, amor


      1. Ahuyentemos el tiempo, amor,
        Que ya no exista;
        Esos minutos largos que desfilan pesados
        Cuando no estás conmigo
        Y estás en todas partes
        Sin estar pero estando.
        Me dolés en el cuerpo,
        Me acariciás el pelo
        Y no estás
        Y estás cerca,
        Te siento levantarte
        Desde el aire llenarme
        Pero estoy sola, amor,
        Y este estarte viendo
        Sin que estés,
        Me hace sentirme a veces
        Como una leona herida,
        Me retuerzo
        Doy vueltas
        Te busco
        Y no estás
        Y estás
        Allí
        Tan cerca.


      1. Áspera textura del viento


        1. Nacida de la selva me tomaste
          Arisca yegua para estribos y albardas.

          Durante muchas noches
          Nada se oyó
          Sino el chasquido del látigo
          El rumor del forcejeo
          Las maldiciones
          Y el roce de los cuerpos
          Midiéndose la fuerza en el espacio.

          Cabalgamos por días sin parar
          Desbocados corceles del amor
          Dando y quitando,
          Riendo y llorando
          -El tiempo de la doma
          El celo de los tigres-

          No pudimos con la áspera textura de los vientos.
          Nos rendimos ante el cansancio
          A pocos metros de la pradera
          Donde hubiéramos realizado
          Todos nuestros encendidos sueños.

      1. Cómo pesa el amor

        1. Noche cerrada
          Ciega en el tiempo
          Verde como luna
          Apenas clara entre las luciérnagas.
          Sigo la huella de mis pasos,
          El doloroso retorno a la sonrisa,
          Me invento en la cumbre adivinada
          Entre árboles retorcidos.
          Sé que algún día
          Se alzarán de nuevo
          Las yemas recién nacidas
          De mi rojo corazón,
          Entonces, quizás,
          Oirás mi voz enceguecedora
          Como el canto de las sirenas;
          Te darás cuenta
          De la soledad;
          Juntarás mi arcilla,
          El lodo que te ofrecí,
          Entonces tal vez sabrás
          Cómo pesa el amor
          Endurecido.

        Conjuros de la memoria


      1. No sé si un sol desmedido y burlón
        Me atravesará de punta a punta
        Cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados
        Cuando se rompan las oscuridades
        De mi perfecta catedral secreta
        Con el sostenido sonido del órgano medieval
        Ululando su voz de parto,
        Su alarido de queja y de tristeza.

        Estoy como nací-desnuda-
        Mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia
        Y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
        Y mientras me dejo ir en el humo,
        Viene su mano y me sostiene
        Y me levanta y me hace tronar de júbilo,
        Me zarandea las ganas de vivir,
        Me dice verde con ojos de monte
        Azul con el pelo espumoso de mar
        Estrella con las uñas brillantes
        Viento y sopla mi angustia y la desperdiga
        Y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
        Romper los relojes del tiempo,
        Borrar la huella de mis pequeños pecados
        Vueltos trascendentes por los oscuros designios
        De su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado
        Que me persigue en el sueño
        En el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
        Juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
        Y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas
        En las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
        Cuando cruzamos lavados y nuevos
        El umbral del paraíso.



        Es larga la tarde



      1. Es larga la tarde
        Como el camino curvo hasta tu casa
        Por donde regreso arrastrando los pies
        Hasta mi cama sola
        A dormir con tu olor engarzado en mi piel,
        A dormir con tu sombra.

        Es larga la tarde
        Y el amor redondo como el gatillo de una pistola
        Me rodea de frente, de lado, de perfil.
        El sueño pesa sobre mis hombros
        Y me acerca de nuevo a vos,
        Al huequito de tu brazo,
        A tu respiración,
        A una continuación infinita de la batalla
        De sábanas y almohadas que empezamos
        Y que pone risa
        Y energía
        A nuestro cansancio.


    1. Mayo


      1. No se marchitan los besos
        Como los malinches,
        Ni me crecen vainas en los brazos;
        Siempre florezco
        Con esta lluvia interna,
        Como los patios verdes de mayo
        Y río porque amo el viento y las nubes
        Y el paso del los pájaros cantores,
        Aunque ande enredada en recuerdos,
        Cubierta de hiedra como las viejas paredes,
        Sigo creyendo en los susurros guardados,
        La fuerza de los caballos salvajes,
        El alado mensaje de las gaviotas.
        Creo en las raíces innumerables de mi canto.
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    Rafael Alberti

    Rafael Alberti fue un importante escritor español perteneciente a la Generación del 27; nació en Cádiz el 16 de diciembre de 1902 y falleció en la misma ciudad el 28 de octubre de 1999. Su etapa de estudiante lo vio atrapado en un entorno sofocante, opuesto a su inquieta personalidad artística, y esto repercutió en una conducta que lo llevó a la expulsión. Incursionó en la pintura, llegando incluso a exponer algunos de sus cuadros en Madrid, ciudad en la que vivió a partir de los 15 años. La muerte de su padre en 1920 marcó un hito en la vida de Rafael: fue ése el momento en que escribió sus primeros versos. Mientras se descubría a sí mismo como poeta, conoció a Federico García Lorca, Pedro Salinas y Vicente Aleixandre, entre otros brillantes jóvenes. Durante la Guerra Civil expresó su postura a través de la Alianza de Intelectuales Antifascistas; más tarde, el exilio lo llevó a vivir en varias partes del mundo, desde París hasta Buenos Aires.
    Fue autor de una extensa lista de poemarios, entre los que se encuentran "Marionero en Tierra", ganadora del Premio Nacional de Poesía, "Un fantasma recorre Europa", "Sonríe China" y "Canciones para Altair".


    LO QUE DEJÉ POR TI

    Dejé por ti mis bosques, mi perdida
    arboleda, mis perros desvelados,
    mis capitales años desterrados
    hasta casi el invierno de la vida.

    Dejé un temblor, dejé una sacudida,
    un resplandor de fuegos no apagados,
    dejé mi sombra en los desesperados
    ojos sangrantes de la despedida.

    Dejé palomas tristes junto a un río,
    caballos sobre el sol de las arenas,
    dejé de oler la mar, dejé de verte.

    Dejé por ti todo lo que era mío.
    Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
    tanto como dejé para tenerte.

    LA PALOMA

    Se equivocó la paloma,
    se equivocaba.
    Por ir al norte fue al sur,
    creyó que el trigo era el agua.
    Creyó que el mar era el cielo
    que la noche la mañana.
    Que las estrellas rocío,
    que la calor la nevada.
    Que tu falda era tu blusa,
    que tu corazón su casa.
    (Ella se durmió en la orilla,
    tú en la cumbre de una rama.)


    ALGUIEN

    Alguien barre
    y canta
    y barre
    (zuecos en la madrugada).
    Alguien
    dispara las puertas.
    ¡Qué miedo,
    madre!
    (¡Ay, los que en andas del viento,
    en un velero a estas horas
    vayan arando los mares!)
    Alguien barre
    y canta
    y barre.
    Algún caballo, alejándose,
    imprime su pie en el eco
    de la calle.
    ¡Qué miedo,
    madre!
    ¡Si alguien llamara a la puerta!
    ¡Si se apareciera padre
    con su túnica talar
    chorreando!...
    ¡Qué horror,
    madre!
    Alguien barre
    y canta
    y barre.

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    Rafael Alberti

    Rafael Alberti fue un importante escritor español perteneciente a la Generación del 27; nació en Cádiz el 16 de diciembre de 1902 y falleció en la misma ciudad el 28 de octubre de 1999. Su etapa de estudiante lo vio atrapado en un entorno sofocante, opuesto a su inquieta personalidad artística, y esto repercutió en una conducta que lo llevó a la expulsión. Incursionó en la pintura, llegando incluso a exponer algunos de sus cuadros en Madrid, ciudad en la que vivió a partir de los 15 años. La muerte de su padre en 1920 marcó un hito en la vida de Rafael: fue ése el momento en que escribió sus primeros versos. Mientras se descubría a sí mismo como poeta, conoció a Federico García Lorca, Pedro Salinas y Vicente Aleixandre, entre otros brillantes jóvenes. Durante la Guerra Civil expresó su postura a través de la Alianza de Intelectuales Antifascistas; más tarde, el exilio lo llevó a vivir en varias partes del mundo, desde París hasta Buenos Aires.
    Fue autor de una extensa lista de poemarios, entre los que se encuentran "Marionero en Tierra", ganadora del Premio Nacional de Poesía, "Un fantasma recorre Europa", "Sonríe China" y "Canciones para Altair".


    LO QUE DEJÉ POR TI

    Dejé por ti mis bosques, mi perdida
    arboleda, mis perros desvelados,
    mis capitales años desterrados
    hasta casi el invierno de la vida.

    Dejé un temblor, dejé una sacudida,
    un resplandor de fuegos no apagados,
    dejé mi sombra en los desesperados
    ojos sangrantes de la despedida.

    Dejé palomas tristes junto a un río,
    caballos sobre el sol de las arenas,
    dejé de oler la mar, dejé de verte.

    Dejé por ti todo lo que era mío.
    Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
    tanto como dejé para tenerte.

    LA PALOMA

    Se equivocó la paloma,
    se equivocaba.
    Por ir al norte fue al sur,
    creyó que el trigo era el agua.
    Creyó que el mar era el cielo
    que la noche la mañana.
    Que las estrellas rocío,
    que la calor la nevada.
    Que tu falda era tu blusa,
    que tu corazón su casa.
    (Ella se durmió en la orilla,
    tú en la cumbre de una rama.)


    ALGUIEN

    Alguien barre
    y canta
    y barre
    (zuecos en la madrugada).
    Alguien
    dispara las puertas.
    ¡Qué miedo,
    madre!
    (¡Ay, los que en andas del viento,
    en un velero a estas horas
    vayan arando los mares!)
    Alguien barre
    y canta
    y barre.
    Algún caballo, alejándose,
    imprime su pie en el eco
    de la calle.
    ¡Qué miedo,
    madre!
    ¡Si alguien llamara a la puerta!
    ¡Si se apareciera padre
    con su túnica talar
    chorreando!...
    ¡Qué horror,
    madre!
    Alguien barre
    y canta
    y barre.

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    Gabriela Mistral
    (Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga)

    Gabriela Mistral fue galardonada en 1951 con el Premio Nacional de Literatura de Chile. Ha sido asimismo la primera ganadora del Premio Nobel de Literatura de América Latina. Además de poeta, fue una destacada profesora tanto en su Chile natal como en el exterior. Existe desde 1997 en Chile la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral, así como también su imagen figura en un billete. "Desolación", "Besos", "Caricia", "Canción amarga", "Piececitos" y "Dame la mano" son algunas de sus obras fundamentales.


    Atardecer

    Siento mi corazón en la dulzura
    fundirse como ceras:
    son un óleo tardo
    y no un vino mis venas,
    y siento que mi vida se va huyendo
    callada y dulce como la gacela.

    Ausencia

    Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
    Se va mi cara en un óleo sordo;
    se van mis manos en azogue suelto;
    se van mis pies en dos tiempos de polvo.

    ¡Se te va todo, se nos va todo!

    Se va mi voz, que te hacía campana
    cerrada a cuanto no somos nosotros.
    Se van mis gestos que se devanaban,
    en lanzaderas, debajo tus ojos.
    Y se te va la mirada que entrega,
    cuando te mira, el enebro y el olmo.

    Me voy de ti con tus mismos alientos:
    como humedad de tu cuerpo evaporo.
    Me voy de ti con vigilia y con sueño,
    y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
    Y en tu memoria me vuelvo como esos
    que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

    Sangre sería y me fuese en las palmas
    de tu labor, y en tu boca de mosto.
    Tu entraña fuese, y sería quemada
    en marchas tuyas que nunca más oigo,
    ¡y en tu pasión que retumba en la noche
    como demencia de mares solos!

    ¡Se nos va todo, se nos va todo!


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    Gabriela Mistral
    (Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga)

    Gabriela Mistral fue galardonada en 1951 con el Premio Nacional de Literatura de Chile. Ha sido asimismo la primera ganadora del Premio Nobel de Literatura de América Latina. Además de poeta, fue una destacada profesora tanto en su Chile natal como en el exterior. Existe desde 1997 en Chile la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral, así como también su imagen figura en un billete. "Desolación", "Besos", "Caricia", "Canción amarga", "Piececitos" y "Dame la mano" son algunas de sus obras fundamentales.


    Atardecer

    Siento mi corazón en la dulzura
    fundirse como ceras:
    son un óleo tardo
    y no un vino mis venas,
    y siento que mi vida se va huyendo
    callada y dulce como la gacela.

    Ausencia

    Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
    Se va mi cara en un óleo sordo;
    se van mis manos en azogue suelto;
    se van mis pies en dos tiempos de polvo.

    ¡Se te va todo, se nos va todo!

    Se va mi voz, que te hacía campana
    cerrada a cuanto no somos nosotros.
    Se van mis gestos que se devanaban,
    en lanzaderas, debajo tus ojos.
    Y se te va la mirada que entrega,
    cuando te mira, el enebro y el olmo.

    Me voy de ti con tus mismos alientos:
    como humedad de tu cuerpo evaporo.
    Me voy de ti con vigilia y con sueño,
    y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
    Y en tu memoria me vuelvo como esos
    que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

    Sangre sería y me fuese en las palmas
    de tu labor, y en tu boca de mosto.
    Tu entraña fuese, y sería quemada
    en marchas tuyas que nunca más oigo,
    ¡y en tu pasión que retumba en la noche
    como demencia de mares solos!

    ¡Se nos va todo, se nos va todo!




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    ALEJANDRO JODOROWSKY

    Alejandro Jodorowsky (1929-). Alejandro (Alexandro) Jodorowsky Prullansky alias Jodo (Tocopilla, 7 de febrero de 1929), artista polifacético chileno de origen judío-ucraniano. Entre sus muchas facetas destacan las de escritor, filósofo, dramaturgo, actor, poeta, director de cine, guionista de cómics, instructor del tarot y psicomago entre otras cosas. Es también un seguidor del New Age. Fundó, junto a Roland Topor y Fernando Arrabal, el Grupo Pánico. Su aportación más sorprendente es quizá la psicomagia, una técnica que conjuga los ritos chamanes, teatro y psicoanálisis para provocar en el paciente una catarsis de curación.

    A la edad de 24 años quemó sus fotografías y se fue de Chile. Vivió en México y actualmente reside en Francia, en donde está nacionalizado.


    También de amor debe hablar el poeta (2)

    Llegas a mí como una brisa sin paisaje
    a nacer en aquello que emerge de la herida
    allí donde ya no es posible establecer un nido
    Humilde silenciosa te dejas llevar por el torrente
    no te dices libre pero sabes sonreír cuando no pides
    porque lo has perdido todo menos a ti misma
    Sombra a sombra entrando en el placer
    yo de tu piel vacía, tú del olvido que es mi alma
    como sobrevivientes de todas las guerras
    cada caricia es un ave del milagro
    cada beso un parto
    cada orgasmo un Edén en la nada.



    También de amor debe hablar el poeta (8)

    Mientras tu carne envejece te has quedado fija
    padeciendo el goce de una eterna Anunciación
    Tú haces que en el cielo formen los pájaros
    la primera letra de una nueva Biblia
    y tejes con la sangre del Hijo otro universo
    donde cualquier mujer por humilde que sea
    puede andar cada día sobre la superficie del agua
    Verdadero arte es aquel que por fin nos permite
    disolvernos en Tu sueño para olvidar el nuestro.




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    Ernesto Cardenal
    (Nicaragua, 1925— )



    ORACIÓN POR MARILYN MONROE

    Señor
    recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
    aunque ése no era su verdadero nombre
    (pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
    y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
    y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
    sin su Agente de Prensa
    sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
    sola como un astronauta frente a la noche espacial.
    Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)
    ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
    y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
    Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
    Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
    pero también algo más que eso...

    Las cabezas son los admiradores, es claro
    (la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
    Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
    El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
    en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
    expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
    que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
    Señor
    en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
    Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
    que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
    Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
    Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
    el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
    Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
    por nuestra 20th Century
    por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
    Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
    Para la tristeza de no ser santos
    se le recomendó el Psicoanálisis.
    Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
    y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
    y cómo se fue haciendo mayor el horror
    y mayor la impuntualidad a los estudios.

    Como toda empleadita de tienda
    soñó ser estrella de cine.
    Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.

    Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
    que cuando se abren los ojos
    se descubre que fue bajo reflectores
    ¡y se apagan los reflectores!
    Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
    mientras el Director se aleja con su libreta
    porque la escena ya fue tomada.
    O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
    la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
    vistos en la salita del apartamento miserable.
    La película terminó sin el beso final.
    La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
    Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
    Fue
    como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
    y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
    O como alguien que herido por los gangsters
    alarga la mano a un teléfono desconectado.

    Señor:
    quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
    y no llamó (y tal vez no era nadie
    o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
    ¡contesta Tú al teléfono!


    SALMO 1

    Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido
    ni asiste a sus mítines
    ni se sienta en la mesa con los gangsters
    ni con los Generales en el Consejo de Guerra
    Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
    ni delata a su compañero de colegio
    Bienaventurado el hombre que no lee llos anuncios comerciales
    ni escucha sus radios
    ni cree en sus slogans.

    Será como un árbol plantado junto a una fuente.



    SALMO 5

    Escucha mis palabras oh Señor
    Oye mis gemidos
    Escucha mi protesta
    Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
    ni partidario de su política
    ni te influencia la propaganda
    ni estás en sociedad con el gángster.

    No existe sinceridad en sus discursos
    ni en sus declaraciones de prensa

    Hablan de paz en sus discursos
    mientras aumentan su producción de guerra

    Hablan de paz en las Conferencias de Paz
    y en secreto se preparan para la guerra

    Sus radios mentirosos rugen toda la noche

    Sus escritorios están llenos de planes criminales
    y expedientes siniestros
    Pero tú me salvarás de sus planes

    Hablan con la boca de las ametralladoras
    sus lenguas relucientes
    son las bayonetas...
    Castígalos oh Dios
    malogra su política
    confunde sus memorándums
    impide sus programas

    A la hora de la Sirena de Alarma
    tú estarás conmigo
    tú serás mi refugio el día de la Bomba

    Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
    ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
    tú lo bendices
    lo rodeas con tu amor
    como con tanques blindados.


    EPIGRAMAS:

    Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
    Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
    Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
    un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica
    Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,
    otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
    Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
    (escritos para conquistarte a ti ) despiertan
    en otras parejas enamoradas que los lean
    los besos que en ti no despertó el poeta.


    Cuídate, Claudia, cuando estés conmigo,
    porque el gesto más leve cualquier palabra, un suspiro
    de Claudia, el menor descuido,
    tal vez un día lo examinen eruditos,
    y este baile de Claudia se recuerde por siglos.

    Claudia, ya te lo aviso.


    De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
    de estas carreras de caballos,
    no quedará nada para la posteridad
    sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
    (si acaso)
    y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos
    y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
    del olvido, y los incluyo también en mis versos
    para ridiculizarlos.


    Esta será mi venganza:
    Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
    y leas estas líneas que el autor escribió para ti
    y tú no lo sepas.


    Me contaron que estabas enamorada de otro
    y entonces me fue a mi cuarto
    y escribí ese artículo contra el Gobierno
    por el que estoy preso.


    Imitación de Propercio

    Yo no canto la defensa de Stalingrado
    ni la campaña de Egipto
    ni el desembarco de Sicilia
    ni la cruzada del Rhin del general Eisenhower:

    Yo sólo canto la conquista de una muchacha.

    Ni con las joyas de la Joyería Morlock
    ni con perfumes de Dreyfus
    ni con orquídeas dentro de su caja de mica
    ni con cadillac
    sino solamente con mis poemas la conquisté.

    Y ella me prefiere, aunque soy pobre, a todos los millones de Somoza.


    De pronto suena en la noche una sirena
    de alarma, larga, larga,
    el aullido lúgubre de la sirena
    de incendio o de la ambulancia blanca de la muerte,
    como el grito de la cegua en la noche,
    que se acerca y se acerca sobre las calles
    y las casas y sube, sube, y baja
    y crece, crece, baja y se aleja
    creciendo y bajando. No es incendio ni muerte:
    Es Somoza que pasa.


    Hay un lugar junto a la laguna de Tiscapa
    --un banco debajo de un árbol de quelite--
    que tú conoces (aquella a quien escribo
    estos versos, sabrá que son para ella).
    Y tú recuerdas aquel banco y aquel quelite;
    la luna reflejada en la laguna de Tiscapa,
    las luces del palacio del dictador,
    las ranas cantando abajo en la laguna.
    Todavía está aquel árbol de quelite;
    todavía brillan las mismas luces;
    en la laguna de Tiscapa se refleja la luna;
    pero aquel banco esta noche estará vacío,
    o con otra pareja que no somos nosotros.


    Yo he repartido papeletas clandestinas,
    gritado: VIVA LA LIBERTAD! En plena calle
    desafiando a los guardias armados.
    Yo participé en la rebelión de abril:
    pero palidezco cuando paso por tu casa
    y tu sola mirada me hace temblar.


    Recibe estas rosas costarricenses,
    Myriam, con estos versos de amor:
    mis versos te recordarán que los rostros
    de las rosas se parecen al tuyo; las rosas
    te recordarán que hay que cortar el amor,
    y que tu rostro pasará como Grecia y Roma.
    Cuando no haya más amor ni rosas de Costa Rica
    recordarás, Myriam, esta triste canción.


    Cuando los dorados corteses florecieron
    nosotros dos estábamos enamorados.
    Todavía tienen flores los corteses
    y nosotros ya somos dos extraños.


    Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
    yo porque tú eras lo que yo más amaba
    y tú porque yo era el que te amaba más.
    Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
    porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
    pero a ti no te amarán como te amaba yo.