El blog de Malena Marquez

Alguna vez mi piel fue una red
y anduve cazando mariposas
que volaron en mi vientre
de adolescente enamorada.

Alguna vez mi piel fue color azul
y escribí en tus labios con
los míos mi amor indeleble.

Alguna vez mi piel fue fuego
y tu cuerpo dentro de mí, el mar
que a un ruego me trajo calma.

Alguna vez mi piel fue de cristal
y gesté los seres que como
peces en un acuario me habitaron
los nueve meses necesarios.

Alguna vez mi piel fue ceniza
o fuego o aire o agua o sed
y ahora es tan sólo...tuya.

Amigas tengo algunas, no tantas.
Las cuento con los dedos de estas
manos con las que escribo
y con estos dos brazos
con los que las rodeo, si
las abrazo.

Amigas tengo algunas, no tantas.
Hoy suenan sus nombres
en mi garganta como una
campana que las llama.

Amigas tengo tantas como deseo.
Algunas me vinieron enredadas
en las venas como plantas
que florecieron conmigo cada
primavera, como mi vieja
y mi hermana.

Amigas tengo algunas no tantas.
Unas las veo cuando quiero y
a otras las guardo en mis retinas
como una foto a color de cuando
llorábamos de risa y reíamos
a pesar del dolor.

Amigas son ustedes,
las que yo sé
y las que ya saben.
Las que compartieron
conmigo un mate o un café,
una pilcha,
la risa y el llanto, la vida...

Estas poesías sean tal vez para ti
palabras marchitas antes de nacer
porque no logras ver, que detrás
de este manojo de letras, estoy yo
enredándome en tus ojos.

Esto que digo quizás no lo necesitas
y sea la única loca que piensa que
de algo sirven unos versos de amor
que se crucifican,
para resucitar en tu boca.

Dime cuál es para ti su valía:
¿cuántos besos, cuántos pasos
cuantos abrazos hay impresos
en esta poesía?

Yo te diré que cada trazo
de mis letras deja la huella
de que por aquí anduvimos
buscando el amor a la luz del sol
o en el resplandor de las estrellas.

Tanta tinta ha corrido entre los dos
que te pido que leas de a sorbos
esta poesía y que creas que esta
que bebes soy yo y también sos vos.

Una poetisa como yo
de frente al tiempo
combatiendo a sus horas
con palabras
¿qué podré ganarle?
apenas unos versos de ventaja
para cuando me vaya.

Mírame en el reflejo
que de mi da el papel,
fijate en los rasgos
que no se han borrado:
mi nariz respingada,
los ojos pequeños.

Mi risa es lo que quiero
hallar entre todos los sonidos
y ponerle letras que la nombren
para que cuando la quieras oír,
la puedas llamar en tus sueños.

Tal vez no me necesites después,
pero yo tengo que decirte
esta noche, que te amé
y que si algo le quité al tiempo
fueron las hojas que deja vacías
y antes que las derribe el olvido
las lleno de versos, para ti amor mío.

Como una brisa otoñal
se desprenden de la boca
las palabras que caen,
igual a como caen
de los árboles,
las hojas secas.
Eso es la inspiración.

Un aleteo de cientos de aves
parecidas a las que te invaden
el pecho cuando estás enamorado.
Eso es la inspiración.

Un movimiento en la manos
que despliegan los dedos
como si quisieran volar.
Así es la inspiración.

Un estar en otro lado
de la cabeza a los pies,
sentir que estás
muy cerca de otro corazón.
Esa es la inspiración.

Soy una hoja en blanco
soy yo una poesía
después de tanto,
sin escribir de nuevo.

Bésame de versos
que tu alma me llevo
en la boca impresa.

Espérame en el
descanso de una estrofa
y cuando nadie nos lea
acaríciame y punto.

Déjame en l lecho
blanco del papel
extendida y vuélveme
a leer.

Cuando aspires las letras
que te doy seré de tu boca
y cuando suspires
seré todo lo que tocas
y hasta el aire que respiras.

Escribo para que el mundo suceda de nuevo
y se quede amaneciendo cuando yo quiera,
Que me regale una noche entera
de estrellas y luna llena.

Escribo para que esta hora no muera
o sí, pero que renazca en mis versos
cada vez que los leas.

Escribo para quedarme más tiempo
siendo la que soy o la que era
pero seguir aquí,
ser esa madreselva
que de las letras se cuelga.

Escribo para no perderme en el
torbellino de horas.
Para emerger de ese mar,
con el aliento contenido
a respirar y a sorber uno a uno
los segundos, antes que
se los trague el olvido.