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  1. Continúo compartiendo los sonetos hospedados en este amoroso y concurrido portal:
    Un apapacho

    A menudo es un perro

    A menudo es un perro callejero
    cargando más flacura que entereza,
    que marca las esquinas con tristeza
    y encuentra su mendrugo en un crucero.

    Se siente en todas partes extranjero,
    pero agita la cola con terneza
    si una mano acaricia su cabeza
    o se posa en su lomo el sol primero.

    Si la lluvia humedece el sol de junio
    trasiega en su ternura la lascivia
    y encierra en sus entrañas la apetencia.

    Pero a veces aúlla en plenilunio
    y la panza repleta no lo alivia
    si arrastra de otro cuerpo la carencia.
  2. Continuo con la publicación de mis sonetos en este espacio.
    Abrazos.

    Derrota.

    Antiguos señoríos que el amor
    ganara palmo a palmo sin combates,
    ni víctimas, ni heridos ni rescates
    o gestos que abonaran al dolor.

    Con los labios provistos del favor
    de promesas, halagos, disparates,
    y en caricias y besos, acicates
    que hicieran al deseo vencedor.

    Hoy se ven derribados sus baluartes,
    extinta en campo abierto la ternura
    y prófugo el deseo en los collados.

    Nada hay de su esplendor en estas partes:
    Vencido está el amor y la amargura
    gobierna en territorios devastados.
    A malco le gusta esto.
  3. Otro soneto más, con un pequeño retoque.
    Apapachos.

    Eres

    Eres sombra vital de mi deseo,
    testimonio vital de la agonía,
    eco que niega lo que dice el día,
    espejo vaporoso en que me veo.

    Eres el libro de agua donde leo
    un verso de sutil caligrafía,
    caricia muda que la noche ansía,
    evidente mentira en la que creo.

    Al sueño y su materia te asemejas
    y en mis regiones de silencio afloras.
    Me duele tu tristeza, sin embargo

    por calles desoladas tú te alejas.
    Mientras cae la lluvia de las horas
    miro tu corazón pasar de largo.
    A RogelioRojas y malco les gusta esto.
  4. Continúo con el rescate de mis sonetos en este espacio.

    Oleaje

    Una balsa de náufrago es mi lecho,
    mis sábanas, un cielo sin estrellas
    y mi almohada, bastión de las querellas
    que cercan la muralla de mi pecho.

    Un cielo de tormentas es mi techo,
    sobre un mar que se viste de centellas,
    y si escucho la voz de las doncellas,
    es canto de sirenas al acecho.

    Mas el sueño que flota a la deriva
    y mi alma, prisionera de su viaje,
    han de cruzar la noche fugitiva,

    sin calma, ni pudores, ni equipaje,
    buscando la palabra más lasciva
    y enfrentando con versos el oleaje.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
  5. Hace algunas semanas que no comparto nada en este espacio:

    La máquina de hacer sonetos


    Dedicado a Pilar, por la idea.

    Para ser escritor sobresaliente
    tendré una máquina de hacer sonetos,
    saldrán endecasílabos completos,
    para el ritmo será muy eficiente.

    Será veloz, lo mismo que obsecuente,
    plasmará de las letras sus secretos,
    de imágenes y tropos no habrá retos
    que no venza de modo convincente.

    No versificaré al modo antiguo,
    atándome al capricho de las musas,
    que inspiración me dan con cuentagotas.

    Un verso rimará con el contiguo,
    y si quiero, intercalo sin excusas,
    mis torpes frases y mis malas notas.


    Un saludo: miguegarza
    A malco le gusta esto.
  6. Continúo con la publicación de mis sonetos hospedados en MP.

    Repartición de males

    Ya que de amor no cultivamos bienes
    cosechemos los frutos de sus males,
    partamos por igual los arsenales
    de reproches, ofensas y desdenes.

    Te dejo la desdicha y sus vaivenes,
    la ruina del deseo y sus rituales,
    me llevo las palabras viscerales
    rondando entre mis labios y mis sienes.

    Que cada quien arrastre en su indigencia
    un fardo de viscosa pesadumbre,
    la sábana silente del hastío,

    y someta su cuerpo a la sentencia
    del rencor perdurable y la costumbre
    de hallarse ante el amor, seco y baldío.
  7. Continúo compartiendo los sonetos que gentilmente ha hospedado Mundopoesía.

    Plagio

    Si de tu pluma emerge un buen poema,
    escrito con pasión y con empeño,
    la representación de un vivo ensueño
    por su buen ritmo, imágenes y tema,

    es mérito que luce como gema
    y puede resultar muy halagüeño
    el poder proclamar que eres su dueño
    y ostentar de laurel una diadema.

    Mas si al rodar tus versos por el mundo
    los firma como propios un rufián,
    afirma que es un plagio, con coraje


    y oponte en todos lados, iracundo.
    Mas piensa, con el más íntimo afán
    que a su modo, también es homenaje.
    A malco le gusta esto.
  8. Prosigo con la recopilación de los poemas que mundopoesía ha tenido a bien hospedar en su espacio. Gracias de antemano por su visita.

    La semana en que te amo

    Te amo cuando es martes de fatigas
    y sabe la saliva a cobre usado,
    cuando alzo mi osamenta de tu lado
    y las horas se vuelven enemigas.

    Te amo igual si es miércoles de ortigas
    con la lluvia de un verso desmañado
    y si el sueño se fuga y despechado,
    n mis párpados deja sus hormigas.

    En la raíz de un jueves entre nieblas
    y en medio del café y un beso en ciernes,
    te amo, generoso y sin distingo.

    Y si cruzas mis campos de tinieblas,
    más allá de la tregua de los viernes,
    eres mi amor de lunes a domingo.
  9. Sigo con la publicación de mis sonetos en este espacio. Apapachos para todos.

    Para que tú lo concluyas

    No puedo terminar este soneto,
    quisiera darle más luminiscencia,
    no expresan sus estrofas la cadencia
    ni guardo a la elegancia algún respeto.

    Puede ser que no entienda el alfabeto
    ni las leyes que dicta la prudencia,
    tal vez falte el pudor o la indecencia,
    por mucho que me esfuerzo está incompleto.

    Leer el Siglo de Oro no me ayuda
    ni copiar de Quevedo la agudeza,
    es todo lo que digo, necia duda.

    Tal vez falten tu voz y su tristeza,
    y la verdad a mi escribir acuda:
    Dime si en estas líneas hay belleza.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
  10. Siguiendo con la publicación de mis sonetos alijados en MP, comparto el presente, después de hacerle un retoque que me pareció necesario.

    Altura

    No es cárcel del verso ni esqueleto
    que apresa al corazón en su dominio,
    tampoco decadente patrocinio
    que se adueña del verso por decreto.

    Es fuego que devela su secreto,
    es vida que se enfrenta a su exterminio
    y del alma testigo y escrutinio,
    la estricta arquitectura del soneto.

    Es por eso que aún busco en su altura,
    el ritmo del aliento que me habita,
    los nombres del delirio que presencio

    y el hábito de luz que transfigura,
    que me hieren las causas de Afrodita
    lo mismo que la sombra del silencio.
  11. Prosigo con la publicación de mis sonetos:

    Para hacer sonetos

    Si vas a hacer sonetos con oficio
    pon ahínco en aquello que deseas,
    has de cuidar la técnica que empleas,
    que no haya en la cadencia algún resquicio.

    Si buscas de los hados el auspicio,
    obtendrás el favor de las mareas,
    es gran ayuda el buen autor que leas
    y de Eros oír cualquier indicio.

    Mas si todo lo dicho no resulta,
    si la musa a tu suerte te abandona
    y en el papel hay versos ilegibles,

    sumérgete en tu alma, donde oculta
    la ofrenda de tu amor se desmorona
    y encuentra las palabras invisibles.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
  12. Prosiguiendo con la recopilación de mis versos publicados por MP, dejo aquí el presente soneto:

    Autorretrato

    Soy el retrato vivo de un fantasma
    la perenne memoria del olvido,
    el callado rumor de un alarido,
    escriba del deseo cuando pasma.

    Para la muerte, soy un cataplasma,
    un eco de la vida inadvertido,
    la comunión del goce y el quejido
    y la melancolía que entusiasma.

    A veces soy oscilación inerte
    de un cruel reloj preñado de minutos,
    silenciosa campana de la muerte.

    Y soy también la dicha con sus lutos,
    resguardo de la amor y de la suerte,
    renovando sus flores y sus frutos.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
  13. Otro de los sonetos hospedados por MP.

    Soneto con un canto

    El pájaro más gris de este verano
    descendió desde un cielo fulgurante
    y en mi reja cantó por un instante
    con un dejo a la vez triste y lejano.

    Sólo un minuto su lamento llano
    me acarició bajo el azul vibrante
    y súbito, su sueño trashumante
    al cielo lo llevó, solo y liviano.

    A compartir su taciturna queja
    el ave solitaria que me asombra
    no ha vuelto más a la oxidada reja.

    Su canto, de tan gris, dejó su sombra,
    como huella del tiempo que se aleja,
    escrita en la palabra que me nombra.
  14. Sigo compartiendo mis sonetos hospedados en este portal.
    Y también apapachos, por supuesto.

    Para decir por qué lo escribí

    Porque pasan las chicas en volandas
    y el viento su cabello desordena,
    porque nace y perece la azucena
    y vuela el colibrí en las jacarandas.

    Porque el sueño es camino que desandas,
    la noche te acorrala como hiena,
    cada ilusión es miel que te envenena
    y la peste se esconde entre lavandas.

    Para enviar al exilio la amargura
    y ganar por derecho la caricia
    que sustenta en mi casa la ternura

    Para cerrar la puerta a la malicia,
    en tiempos tan carentes de cordura,
    proclives al rencor y la sevicia.

    Miguel Garza de la Huerta
    A malco le gusta esto.
  15. Hola, generosos amigos de Mundo Poesía.
    Continúo con la publicación de los poemas que generosamente MP me ha permitido compartir con ustedes, el siguiente soneto tuvo la suerte de recibir el premio a la poesía clásica en el foro correspondiente a concursos en octubre de 2009.
    Va un apapacho en prenda.

    Para mirar unos ojos

    Ojos para tratar que la distancia
    que lleva y trae el mar entre sus olas
    se rinda con sutiles amapolas
    y jazmines flotando en su fragancia.

    Para ver con virtud o intemperancia
    o creer que te ven, si estás a solas
    en la playa de antiguas caracolas
    recogiendo las huellas de tu infancia.

    Y al fin reconciliarse con la vida
    si acaso con desdén ella te trata
    o la dicha te hiciera alguna ofensa.

    Que te dejen el alma conmovida
    y acompañen tu larga caminata:
    La noche ante unos ojos es inmensa.

    Miguel Garza de la Huerta
    Noviembre 2008