1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Orgullo verde



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    A Elisalle le gusta esto.
  2. Libro Yunques en la tierra, 147 páginas tamaño cuartilla, selección de poemas, semblanza variada, con lo más altivo de mi escritura.

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  3. Haciendo cargo, desdén sentenciado

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    Sigue recto,
    ángel del amor custodio
    imperando que la vida foliaba
    caléndulas y hórridos sesos.
    Suspiros de floresta
    y gramas virginales,
    sus hondas notas de cristales,
    paraíso cuál,
    el verde, el azul, el amarillo,
    helechos que amantes
    se escondían un umbrío soto sanguineo.
    Cañas de bambú asangrentadas
    espejos de zarzales,
    oí leve oscilación,
    de viento impelido,
    que la sombra de mi nogal baja,
    repecho de hombre inquebrantable,
    con hija poema de la Tierra,
    dasté todos mis talentos,
    en dolores, plegarias y sarmientos.
    como diría Gerardo Diego:
    -Un hombre ha muerto, una obra vive.
    Oído, nota, estría, vena, sangre, cadencia,
    muerte, vida, sueño,
    reloj, pulso, acequia, noria,
    flor, pulcritud, espada,
    elegancia, misiva,
    guarda, cuerda, entona,
    verdad, bondad.
    Huyó la primavera,
    reflorece estío insubordinado,
    última gota
    canción de invierno;
    no suena ninguna.
    Sólo el principio y final de mi cuaderno
    que revive la quejumbre.
    Abejas mías dejad
    que la flor duerma.



    El Castellano
  4. Mi amor por ti Leannán-Sídhe

    Leana ,

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    Suspira mi mundo yerto,

    hojas de mi árbol sin desmochar,

    trenzado el vértice

    voy hacia el límite,

    sí allí donde la hoja se dobla

    para comerse a sí misma,

    tus héroes vueltos papel y polvo

    pasado el tiempo,

    yo soy el único que se mantiene vivo

    en pie escribiendo,

    para llegado el momento

    arrasar y conquistar de nuevo,

    constructor de poemas,

    ardiendo en su fuego,

    quebrando su lapicero,

    exprimiendo las letras por dibujar,

    inspiración del borde del papel,

    alma con arrojo como ayer,

    alimentando los espíritus que le hablan,

    trenzando el humor muerto

    en su canto como idiomas de los dioses,

    muerto el tiempo sólo quedo yo

    para derretir el horizonte en letras de malva,

    para volver mágico el sonido,

    y acampar el humano vivo,

    puedes apagar de la radio no hablan de mí ni de ti,

    resplandeciente fulgor de centella soy

    alma en esencia, escritor muerto sin tiempo

    yo soy tu elevada inspiración que te lleva

    para forjar poemas de tus venas.

    Y gritarle al oído que no he muerto.




    Cuéntale, cuéntale al viento de este humor

    que me trae preso,

    por avenidas yertas, olvidadas del verso,

    y sus ángeles estrellados,

    humor vivo por fuerza celeste aguerrido,

    ven, ven conmigo olvida tu camino,

    seré luz avocada a la perdición de lo vivido,

    conquistando, destruyendo y tejiendo

    aliento de tu copa de vino,

    era o es llegó mi tiempo,

    de enhebrar palabras al olvido,

    desmenuzar sentimientos

    para tornarlos materia de saliva y aliento,

    para destruir el momento,

    yo centella del universo,

    viene por tu beso labrado

    en la estepa corriendo de la vereda a la rambla

    dulce su estampa,

    quebrada en el verso de hiel,

    sembrada en la dulce palabra de miel,

    indestructible esencia,

    relámpago de la centella,

    vida y vid de la quimera despierta,

    guerra eterna por deslumbrar tu interior,

    inspiración cercana

    donde nace y late el amor,

    humor trenzado, humor de ababol

    ese por el que el humano encuentra su sol,

    inspiración olvidada,

    muda caricia,

    tejida en el eco sordo,

    de la oscuridad y su hálito desmembrado,

    en espiral de vértice y umbral.



    III




    Sangre violeta cultivada en el seno de la entraña,

    ese soy yo tu humor trenzado,

    sin tejer palabras yertas por tus ojos dobladas,

    más lla de la montaña

    y del eco eterno de un tiempo desvanecido

    en flor de niebla y umbral,

    inspiración sin nombre ni apellido

    tu demonio tejido,

    jamás carcomido,

    en el sino que te destapó poeta del viento

    a lo que naces sin destino,

    que no sea abordarme la calma y su vino,

    destellos fugaces por conquistar

    en la entraña de la ola de mar,

    y en la niebla de la isla de Manx,

    sí soy yo quien te habla de verdad

    Leannán-Sídhe en tu mirar,

    reina hada del bosque de las sombras

    de la profundidad,

    llegó tu suplicio dormido,

    de enfrentarte a tu quimera despierta

    y a tu manantial fulgente de inspiración,

    yo tu humilde servidor,

    un humilde escriba sin tiempo,

    que te amo desde el albor,

    quien mereció

    tus besos escritos,

    para volverlos flor,

    tu humilde servidor,

    del bosque al manantial de inspiración,

    soy yo quien te mereció,

    pregunta al viento que mi nombre te dejó,

    Förüq sin condición

    más que no sea dormirse

    en tus besos sembrados de inspiración

    dime tu demanda te cumpliré

    sin tardanza siendo tuyo en albor de esperanza.


    Vale seré solamente tuyo.




    Suspiro por ti amor,

    elevada conciencia de mi creación al albor

    suspiro jamás yerto en flor,

    soy yo eres tú un reino vivo

    de ilusión,

    por trenzar el hálito en el ascua,

    que rige toda inspiración,

    para el mundo venas de humo,

    para mi mi realidad tejida en uno,

    piel y verso sin razón,

    elaborado amor

    sí nacido del rayo de sol,

    para poseer mi alma y corazón,

    desvaneciendo mi dolor,

    brotada mi lágrima carmín de fuego

    desangrándose mi amor

    acampado por todo el resquicio del alma y su flor,

    enamorando hasta el hueso de mi esternón

    pura llama sin razón mas que congelar el hálito silente,

    lejos de común fuente desvelada muerta la sombra del horizonte

    muerta la lanza y su fiebre,

    quién contra mí soy invencible

    soy ruído en el alma que te acampa

    quien te besa llegada la una y media de tu madrugada,

    quien en amor te acampa el alma,

    llegada DE UN CONFÍN A HABITAR TU PECHO Y ESPALDA

    no es tiempo de correr si no de desvanecer tu miedo

    a florecer llegado el tiempo,

    muerta tu araña soy yo quien te queda,

    un mundo en tu vena,

    un horizonte de estrellas,

    limpias , puras, nacaradas,

    sí soy yo quien te habla en albor,

    tu hada fiel de la sombra,

    Leannán-Sídhe

    somos tú y yo presos de desvanecer el latido colgado al cielo,

    de habitar el recuerdo en ilusiones y sueños ardiendo,

    para vencer muerto el suplicio

    en alma de verso y arrojo para ti mi sonrojo,

    para decirte que soy yo quien te ama de verdad

    muerta la espera soy yo

    quien te queda.

    Y yo soy quien te ama mi quimera,

    poseyendo mi alma entera.



    Mi alma anclada en gozo,

    de que tú seas su ilusión verdadera,

    quimera de piel y amable entrega,

    soy tuyo hasta el tiempo

    que me verá desvanecer a tu lado

    naufragando mi barco,

    hoy te visto de amaranto,

    perfumada de rosa esquiva tu mirada,

    para encender mi candil y su verso,

    a ti estoy sujeto como el inicio del tiempo,

    que jamás me verá desvanecer de tu puerto,

    hoy avanzas mi canto,

    para pintar de tu color su verso,

    que ya no se retuerce ni retorcerá

    muerto el beso,

    queda servirte mi flor de hueso,

    despierto

    despierto mi reino vuelto el nuestro,

    resumiendo el latido por ti confeso,

    para resplandecer,

    y que viva siempre nuestra luciérnaga de amor,

    iluminando el abismo y su garra,

    para ser yo quien te ama

    mi Leana.

    Quien te vistió el cielo

    de todas las flores mi amada.










    Preludio de tu posesión de alma esta mi quimera dispuesta,

    para relucir mi vida quieta y su estampa que inverna,

    muerta la calma y su abrojo de plata,

    todo lo que queda es ella,

    vida para el telar de mi letra,

    despierto el alarido y su estampa cuelga,

    muerta mi araña es ella quien queda,

    para florecer el viento flores de sol latiendo,

    y su bello campo de amor por deslumbrar al rey lucero,

    era o no era llegó mi tiempo

    desnudo el tiempo,

    me visto de cuervo,

    para volar su cielo,

    mis violetas nocturnas caen en flor

    junto con mis sentimientos,

    para acampar el sonido y su destello,

    soy yo quien quebró para ella el tiempo,

    el horizonte gritaba su amor envuelto,

    lloraba una primavera de nuevo,

    soy yo el que escuchaba atento

    fiel de su beso,

    para mi no era invierno,

    si su estampa relucía de nuevo,

    era sin duda mi tiempo,

    el de rajar el suelo

    sembrando mi aliento,

    despertando al muerto,

    trepando la ilusión

    en su pupila de hierro,

    desmenuzado el latido

    quedó que yo vivo

    por el latido

    que me mantiene en vilo,

    a ella sujeto y preso,

    para florecer en ella el beso

    y mi caricia quedar proscrita

    a su submundo de los condenados

    así como su estampa brilla.










    Nada que negar, nada que defender,

    solo tu piel por escalar,

    mantenme aparte

    estoy rezando a mi mismo,

    quién vendrá a sostenerme,

    llegado mi punto final,

    sólo un alma allí estará,

    nada por dudar,

    eres tú Leana mi verdad,

    todo lo que hago correcto,

    estampa de vid y cielo,

    por aguantar,

    el cielo por doblar,

    llegado el final,

    quién si no tú me sostendrá,

    abismos afuera, todo por llegar,

    sin nadie que nos juzgará

    estaré a tu lado de verdad,

    y la perfección de ese modo alcanzar,

    desmochado mi demonio

    en el lugar,

    robado al tiempo tu suspiro nacido

    por mi aliento enardecido,

    eres tú quien me habla

    yo quien te responde a garra, letra y poema

    desde la entraña a la zarza,

    y su espina ensamblada,

    que yo soy quien te ama

    y en verso te llama seré yo quien nos sostendrá

    en el ocaso de la eternidad mi reina

    señora hada.













    Ahora llegado el final,

    mi tiempo me sostendrá,

    mi piel esquiva en tu boca se arrancará,

    con el saber preso

    que de tu aliento soy convicto,

    mi hada Leanan

    el viento de nuestro aliento queda repleto,

    cayendo por la avenida del miedo

    jamás mi aliento si no el color de mi verbo,

    debatiendo si de malva o caléndula tornar el viento del firmamento,

    para acampar en tu boca con el mejor beso,

    sostenido mi tráslucido pío,

    en el destino que a tu lado jamás me verá esquivo,

    hilos de mi tiempo desvanecido

    en la boca de la estrella por dibujar

    con mi lengua,

    una vez más mi estampa repleta con la tuya estará,

    el ombligo del umbral se desmigaja vivo,

    para rajar su entraña mi te amo

    a flor de garra y rosal que acampa

    mi humilde entraña,

    floréceme el viento de nuevo,

    seré yo quien allí estará,

    sembrando en invierno sus mejores besos

    del firmamento sedientos,

    y sí nacieron estos abrojos míos versados

    es y será para que alguien nos recuerde amor

    por los siglos que nos vendrán.



    Pacto de sangre consumado,

    temblando,

    el hálito dormido y su cielo con su grillo enarbolando

    su canto a la luna sempiterna de antaño,

    viste y vistió mi amaranto,

    que colgado estoy de su manto,

    vid de mi quimera por sembrar

    su aliento vivo,

    en la piedra del olvido,

    muerdo yo lo vivido,

    es y será mi sino,

    blandiendo a la mitad del viento mi trino,

    para llegar y conquistar el humor vivo,

    hoy te descubrí preciosa mi compañera,

    por entonar contigo quedó la letra,

    tejiendo mi cauce sanguíneo,

    tu estampa de sed por navegar mi camino,

    por desnudar el alma contigo,

    destruidas mis murallas de lo sentido,

    queda el recorrido que tu lengua traza por mi nido,

    para descubrir contigo el suspiro que avanza

    por el camino,

    ese que me trae perdido,

    alzándote un firmamento de las flores de los valles por si vivo,

    destapando mi secreto en tus labios,

    desnudando el sentir preso,

    ese que por tus cabellos cuelgo.

    para amanecer en tu bella boca,

    allí donde despierta el azabache de la noche.





    Camino descalzo tu campo de rosas mi amada,
    en espinas sus besos sangrientos,
    forman ellas mi aliento,
    a esta noche que las ilusiones se hacen cuarto y
    tu boca es de amaranto, sólo nuestro amor hendido del cielo,
    que nos sangró los sueños,
    mi vida conquistará tu aliento,
    allí donde la yedra escala el árbol,
    y mi ser caiga preso de devorarte el sentimiento,
    esta es mi vida que me late el verso
    y por tus ojitos tengo mi firmamento,
    ese por el que la noche es azul y el día amarillo,
    para acampar hermoso el sonido,
    y trenzar el álamo sin desmocharlo,
    sólo allí el humor caerá trenzado,
    por el aliento al viento
    fluirá nuestro secreto,
    de la posesión verdaderaa de tu aliento a mi alma
    verdadera eres ilusión de fuego y bella quimera en verso,
    voy allí al submundo de las almas
    y te encuentro entera,
    cómo no encontrarte si brillas entera,
    hoy el nervio me avanza
    por desnudar mi entraña
    flor de niebla y umbral enamorado
    hoy soy yo a tu lado,
    y que el mundo gire y se estampe entero
    que yo amor te seguiré perteneciendo.




    Solo una vez se destapará el canto
    quedando de los labios preso un sonido enarbolado
    demente el hueso estallará grillos y sus huestes,
    blandiendo a mi luna sempiterna de encanto atravesado,
    ese por el que el sueño será encontrado,
    mi vida te seguirá perteneciendo,
    fiel de su caricia,
    el hálito correrá sin disciplina,
    allí solo allí tu caricia será sentida,
    fiel de su alquimista que la vela y aguarda,
    fiel de súplica su embestida,
    es momento su araña cae tejida,
    destapa la caricia dormida,
    para acabar su vida
    en la hoja de aquel árbol donde todo termina
    me aguarda el reino de los valerosos versos,
    hoy por hoy encuentro su calma
    y me aborda su estampa,
    para ser yo bajo tu entraña
    quien tu ansia guarda,
    sólo por tu vida mi mundo no caerá torcido,
    mi bella mi adorada
    mi musa de mi entraña enraízada,
    soy el que ves que a tu beso llama,
    quien te duerme en el cuerpo de tu cama,
    floreciendo en piel y verso su entraña,
    abierto su latido,
    eres tú amada todo lo que yo poseo,
    incendiada mi estampa,
    eres tú lo que afila mi calma,
    la ola de mi océano que clama,
    muerta la hora, llegado el umbral
    quién vendrá a sostenerme quién sostendrá mi navío
    si tú eres lo que yo vivo,
    y junto a ti partirá amada mi rumbo.




    Estrellas fugaces me siembran tu caricia,
    por los astros fugaces siendo mis nervios cómplices,
    se destapa el velo arraso tu calma,
    me cuelga tu amor a mi entraña,
    vuelo por las ramas de este sentimiento de fuego
    se afila mi verbo y te encuentro,
    sueños deslizan mi cuerpo,
    mi armadura es mi verso,
    que crepita el beso,
    acabando de ti deseoso,
    lícito el momento de acabar bajo tus labios,
    de nuevo tu piel incendio,
    para estar bajo tus brazos ileso,
    para ser vivo poeta de tus ojos,
    el verso sea mi pluma,
    la sangre mi tinta
    y tu amor mi fuego,
    para acabar de este sentimiento preso,
    que da vida a mi hueso
    viva el verso,
    viva tu vida a la mía unida,
    hoy descubro la avenida,
    que no escapa sin caricia,
    mi vida encendida,
    no es tiempo de huída,
    te sostengo fiel a mi súplica,
    enciendo de tu cuerpo el brasero
    y bajo tus ascuas me quemo,
    para descubrir que soy vivo poeta bohemio enamorado,
    hoy visto de besos el amaranto,
    mi cuerpo es tu casa,
    viva el verso,
    hendido en sentimiento,
    por la luna y su crucero,
    por el cielo y mi lanza despierto,
    hoy quemo el universo,
    para quedar nosotros dos
    en llamas envueltos,
    no te dejaré escapar,
    con mis versos flamearás,
    vida a mi vida sujeta,
    por los cielos descrita,
    y su plomo deja de serlo,
    para ser nubes cargadas de besos,
    sólo una vez en la vida tu caricia queda descrita,
    sólo una vez en la vida nazco para morir en tu boca,
    devuélveme a la vida lucharé por los dos,
    sin despedida, sin desquicia,
    el verso brillará más que antaño,
    el océano le quedará pequeño,
    seré tu dueño,
    a la noche que reinan las estrellas,
    vivirá siempre nuestra luciérnaga,
    de la luz su caricia,
    conquisto el cielo
    para que viva siempre mi verso,
    y soñando te encuentro al calor de los luceros,
    la luz se desdobla para parir
    nuestra hija de oscuridad.




    El Castellano y Leannán-Sidhe
  5. Todo queda trenzado en el ojo que me mece,
    destellos enfundados por poblar,
    al mundo un aliento que llevar,
    para todo quedar tejido de verdad,
    oscuridad y su sombra por canalizar,
    respaldos del ser onírico,
    y su estampa clavada,
    es hoy día de asesinar las ilusiones fugaces,
    que queden colgando de los balcones,
    y sus ejes disparados sin condiciones,
    todo quedará teñido de malva,
    y las runas cantaran abrojos poblados,
    para descampar mi terreno de cardos,
    y sus espinas en allegados brillos furtivos,
    para brillar a su momento mi planta de estramonio,
    destellos volátiles del ser
    que todo lo cubre
    su aliento yerto,
    en azabache prendido de nuevo,
    momentos atrás cae en el olvido,
    fugaz límite estertor de la humana razón,
    es tiempo de morir hoy en el sueño,
    y quedar la calma colgando del abrojo ardiendo,
    resplandor contínuo en el idioma de la tierra estéril,
    cicutas rojas de la sangre vertida,
    generación ciega blindada,
    trepando al cielo va mi escarcha,
    por desnudar topacios del cielo,
    lloviendo cristales de cuarzo,
    atravesando las mentes fugaces,
    crepita la nube que me lleva
    al viento nace un soneto,
    para cumplir que sólo ella es la madre del verso,
    solo yo sólo tú elevados nichos
    sin razón.
    Ni vivo humor,
    por destapar la cárcel
    de pensamientos hendidos al albor.



    Resquicios opacos del ser
    y su tenebrio largo,
    avanzando en un sentido,
    chirriando mi carcoma en la mecedora,
    para acabar con el ahora,
    naciones atrás brillaba mi cara,
    deshinchándose mi alma,
    mantenme fuera es mi decisión,
    desesperación, sueños
    todos gritando un albor,
    mientras duermes
    puedo oírte gritar en cada sangre por estallar,
    lienzos de mí en el aire por hallar,
    suspiros veloces cabalgados en mi mente,
    toda creación tiene promesas de cielo,
    si pudiese cambiar tu mente,
    imperios cayendo al abismo dibujados,
    todo viene tejido de la gran mentira,
    yo no estoy hablando
    yo ya estoy muerto,
    hace más frío que antes corriendo marcha atrás
    me captura el suplicio,
    un millón de rostros un millón de astros
    gimiendo su mentira,
    por encontrar un abismo y atisbo de realidad
    busca en otro poema amor,
    voy conduciendo mi lombriz con motor ferrari,
    allí donde te caes de la silla,
    sigo el gato que no maulla chilla.
    Se agarra a mi alma
    es tiempo de huir buscando un final digno,
    acampa mi cabeza un millón de ajopuerros despiertos
    para hacer revuelto de espárragos trigueros,
    ningún miedo ningún temor,
    mi grillo que se llevó el pájaro,
    blande con amor,
    se afila su lunático violín.
    para colgar mentes del tendedero,
    hoy no encuentro un rostro digno en mi armario,
    cara póker para un destartalado sino,
    que cocina mi sentido,
    no entiendo no hablo su idioma.
    Me hablas de un cielo yo lo imagino
    corriendo doblado
    con casas de nubes y valquirias
    tocando el arpa en la cocina,
    la verdad no sé de qué historia iba mi poema.




    El Castellano
  6. Romance del destierro

    Mi raíz arcana anclada,
    dejas el etéreo espacio
    en eterno cementerio
    tu silencio amalgamado.
    Yo era taciturno espectro
    misterio, parajes blancos
    que salvajes en tu lengua
    confrontan en yermo arcano
    saciando mi baco imperio
    de soledad que amilano
    sin inicio, sin futuro;
    sólo aplacando los diablos
    y esa idea primigenia
    cual ojo que jamás hallo
    descansando en alegría;
    ocho hijos que me has dado
    más los bastardos impíos
    reconocidos sin ralo.
    Anudar aún sin vivirla
    mi vida; que deshilacho.
    Desfallecer, despedirla
    por corona y candelabro
    sí, mi raíz es de plata
    al fervor de soles me alzo
    como cobrizo capullo
    entre polilla y gusano
    devana mi sangre, rueda.
    Transmigra verde que escancio
    sobre espica, sangre yelo.
    De infecundo humor humano
    con coraza por pechera
    carcoma en espuela calzo,
    mi tomo de tierra venzo
    roja sangre que yo esparzo
    pergamino en vana ciencia.
    Que los abrojos espanto
    espejo terrenal hondo
    mi sonido injerto orando.
    Sobre mi yerta armadura.
    Escita alma, el Castellano.



    El castellano
    A ti, despertando y EUNICE SALVAJE les gusta esto.
  7. Yunques en la tierra, 12-05-2018
    Tamaño cuartilla, 140 páginas realizado con bloc de notas el documento, fuente 13 tamaño letra, mi trabajo completo de dos años en escritura. Cobre en mi biografía, artesanal. Qué humano se deshilacha de su obra?

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    A Elisalle le gusta esto.
  8. Buen día.
    Tierra en el viento:
    Tamaño cuartilla, 157 páginas fuente letra Old text English, doble espaciado de versos, serie en word trabajado en 2018.[​IMG][​IMG][​IMG][​IMG][​IMG]

    Raíz de bruma:

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    envidia

    nombre femenino

    1. 1.

      Sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí sola algo que otra posee.


      "cuando lo vio en la tele se moría de envidia; siente envidia porque tú lo has hecho mejor; aquello, desde la guerra, se puso muy mal, siempre hay envidias, malos quereres, ya sabe usted"



    2. 2.

      Deseo de hacer o tener lo que otra persona tiene.


      "¡qué envidia, ya te vas de vacaciones!"



    La envidia se olía en el ambiente, caminaba un campo de abrojos de oro a pies descalzos, se erigía una competencia vil, distante , esquiva en ese mundo del arte de la escritura, cada escritor apoderado era como sanguijuela reverdecida de la palabra acertada del semejante. Una lucha de cebollas cerebrales se empobrecía en el paraninfo. Decenas querían la raíz dorada al ascua de intelecto acrisolado al hervor de soles, los que tenían algo con esmirria lo escondían y copiaban o querían lo que no tenían, no era ambición sana, se bañaba en fuente de insatisfacción particular brotando como ramillete de ajos en lugar húmedo, la lucha se encarneció, brilló la hipocresía por derredor vestida de traje, pero todo un día llegó a su fin, el Creador Universal se pronunció,


    dijo:

    Yo todo lo dije y no he obtenido nada,

    he completado mi espíritu con el don de la palabra,

    nada he esperado, competencia entre lo destacado habéis plasmado.

    Todo lo dicho está ya tratado,

    nada infinito arde en este lugar desalmado.

    Nadie me debe ni ojos ni sesos, por cuanto yo arriano he plasmado,

    seguid vuestra lucha sin cuartel

    que no abandono; ni mis principios, ni mis sombras dejan de buscar bañarse en la luz de mi espíritu completo de conocimiento, la eternidad es lo único infinito y el tiempo su rival,

    palabra es efecto e imagen de un lenguaje que se acaba y acabó.







    El Castellano


    La libertad (del latín: libertas, -ātis) es la capacidad de la conciencia para pensar y obrar según la propia voluntad de la persona.
  9. Insomnio

    Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
    Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
    y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
    Tú por tu sueño, y por el mar las naves.

    En cárceles de espacio, aéreas llaves
    te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
    cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
    que alce hasta ti las alas de mis aves.

    Saber que duermes tú, cierta, segura
    —cauce fiel de abandono, línea pura,
    tan cerca de mis brazos maniatados.

    Qué pavorosa esclavitud de isleño,
    yo, insomne, loco, en los acantilados,
    las naves por el mar, tú por tu sueño.

    Revelación
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  10. El signo de la estepa
    Nota: Principio inspirado tras lectura del canto de Miguel de Unamuno y Jugo: Acuéstame madre
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    imagen de La Patagonia Chile, imagen de internet



    Alba mía,
    fugaz de abisales miradas,
    llévame a mi lecho
    que no me tengo más en pie.
    Cayeron mis suspiros de miel,
    Orando me acaricien
    palabras de ayer,
    ven mocita a mi vera,
    ven te quiero ver.
    llorando no lloro
    mi cantar aquel.
    Visten amapolas destellos de piel,
    dispara para no volver,
    plural celeste aflicción,
    alba mía escanciamé
    no quiero tu padecer,
    sonríe a mi flor esquiva
    un rayo tornasol,
    ten mirada pura,
    en esta espina radia nuestro tesón.
    Hueso hondo, fúlgido nacido
    de la adoración,
    como niño lloro la ternura
    agarrada en corazón.
    Martillo quiso ser mi hoz,
    segando a golpe de viento
    mi labrada voz.
    Victorias acompasadas frunce mi Sol,
    el rito mío cantará,
    por la nieve de los álamos,
    al olvido de barbas de mi chopo forjador,
    herrero de mi sinfonía.
    Verá parir la luna,
    en hojas de olmo con forma de corazón.
    El signo de mi tierra,
    el amor de mi azada
    a su soterraña entraña.
    Vientos del norte me llevan
    a lomos del Aquilón,
    Hijo del relámpago,
    que una vez amó
    y tierra tomó.
    Signo de los tiempos,
    solo, solo ardió por derredor,
    alma invicta, invencible
    su espada deslumbró.
    Lobo aventado en bosque clamó
    la tierra devora lo que es de ella.
    Yo clavaré rival
    a serena esfinge,
    que mustia mi carne florecerá,
    espero que esperaré
    el tiempo me seguirá
    mi rastro percibirá.
    Hoy como ayer
    solo mis dioses me aguardan,
    en esta estampa abatida
    de mi soledad voluntaria,
    necesito el sonido de mi noche
    por escarchas azules febriles
    cantar de flores recuerda
    el llanto de la piedra,
    a la ruptura de compuerta
    estaba yo desafiando mi destino,
    hilanderas tres,
    no me tapan mi hocico,
    trémulo, voraz,
    quise estrofas
    tuve una unidad,
    mis principios numerados
    los dejé ayer sembrados,
    vine para seguir mi oración
    no rompas quimera
    mi sagrado nueve,
    vendré a traerte que mi ser
    lo forma el tres.
    Si te veo,
    no te escaparás de mi tundra,
    ya te he soñado y contigo hablo
    de espíritu en yacija
    recipiente que mi conciencia
    suenas,
    me despido para regresar
    a mis cantos olvidados,
    sin musaraña dicto
    que yo existo

    final surreal.

    El Castellano
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  11. [​IMG]
    Creo pueden ser tórtolas de un nido en mi jardín.

    Acróstico

    Muerte a la soledad,
    Imagen rota
    Guardada en los espejos desvalidos,
    Universalidad de mil cometas
    En un cielo que nunca tuvo dueño,
    Lacerado silencio a voz en grito.

    Enraizada existencia o desarraigo
    Sobre la soledad,
    Torno de piedra,
    Entrecruzado viento, incertidumbre
    Buscando ser feliz,
    Ambigua sombra
    Nunca difuminada por la noche.

    Marina en la mirada, tierra adentro,
    Ancestral existencia, visionario,
    Raíz de singular filantropía
    Trazando itinerarios,
    Irisando
    Nubes de escasa luz con la palabra,
    Elevación de todo lo sublime.
    Zahorí buscando el agua de la ciencia

    Giraluna de espacios infinitos,
    Acero inexpugnable,
    Remo, barca
    Cuando es mar el asfalto enfebrecido,
    Ícaro en esta tierra prometida,
    Alma sin sumisión, hombre sin fecha.
    Marcelino Sáez García
    15-7-17
    Acróstico dedicado a Miguel Esteban Martínez García
  12. Guardería de estrellas

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    Ronquidos del mal dormido
    y su visceral entrada,
    quiere abrir la madrugada
    guarderías vacías
    de los gatos que cuelgan las estrellas,
    inaugura el oscuro vivero
    su cultivo de alas oscuras,
    la noche cierra en valse ,
    su latido desnudo
    que la penumbra sostiene,
    aquí en el margen
    del infinito horizonte
    me cuenta la saeta de su sed de cielo,
    oiga sombra desterrada,
    encuentre mi latido nacido
    esta noche que tus hermanas
    se alzan bajo esta luna de hueso,
    todo dibujas lúgubre
    el color muerto se te descubre,
    desde el cielo a la tierra
    bañas todo yermo,
    violeta horizonte que se retira
    quedan sus mil fuegos
    luciérnagas que al alba morirán,
    noche nadie te quiere entender,
    solo los faroles y fusiles
    iluminan tus venas negras de oscuridad,
    tú que sólo ciegas la luz del astro,
    arrastrando su luna
    con correas tiradas por los trescientos
    caballos difuntos,
    jinetes del tiempo me avanzan
    la compostura,
    muertos se enfrentan
    por mantener su ciclo eterno
    su espuela raspa el hueso,
    la noche que cabalga con ellos,
    corredores fantasma del viento,
    oscuridad que no entiende
    de maldades del hombre,
    miro todo bajo la noche en mis ojos,
    solo sombras caminantes y figuras
    se forman en su prisma de aberración
    sempiterna,
    apuro mi botella
    esperando ahogar esos fantasmas
    de mi cabeza que suenan estridentes
    con sus voces,
    es un caldo malva de tristezas,
    fosas de mi pensamiento
    que abren al caer la noche,
    enterrando lo vivido al día,
    afilo estas mis venas,
    esperando brille mi carne
    y esta luz de vela se haga fuerte
    y toda abominación espante,
    todo avanza deslizando su hueso
    es a esta hora sin el sol
    que mis pesadillas
    toman voz y materia,
    puliendo este escarabajo de oro
    me verá el devenir eterno
    hasta el crepitar descansado
    y su cruz de nuevo día.
    Es una cruz, un origen
    la vela y el candelabro que marcho.
    Entumece visión su huella ausente,
    aludido encumbra el párpado mío,
    deseos en tierra soterraños,
    avanzan los años
    y se siente se exacerba ella su belleza
    es dueña,
    avanza sin rival ni reseña,
    si su alma acaso me duela,
    encuentro mi verso soldado,
    por un mundo que cae en harapo,
    es clase de fantasma que gasto,
    es sangre en mis ojos,
    el ruido,
    la siembra,
    los colores,
    la verdad,
    las mentiras,
    el sol
    mi astro,
    la entrada, el portal,
    la vida, mi secuencia
    pureza soledad alacritud extensa.
    vine a romper el hielo en su frente,
    el gris,
    las fuentes,
    la calma,
    la esencia
    que es brillo
    que es fulgor destapado,
    desaveniente destello crispado,
    cariño
    la secuela,
    fantasma de primavera.
    Ario yo, en similitud sembrada
    cadena de ausencia
    arrastra mi alma renegada,
    las luces, el orgullo,
    abruma mi ser
    su historia de plata,
    porque la vive entera mi persona,
    y de su ente no me puedo desterrar,
    si cesa su alma
    cesa mi sentido
    y aliento forjaría veleidoso
    como escalar la sombra de mi parra,
    como hacer casa sin tejado,
    abandonaría todo menos a mi ser.
    En mi guardería propia de estrellas
    para ella, mi calma
    de espíritu en botella.

    El Castellano

    Miguel Esteban Martínez García en 18.4.18
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  13. 5 de abril de 2018
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    Raíz arcana anclada,
    dejas el étereo espacio,
    en eterno cementerio
    de tu silencio.
    Yo taciturno espectro
    misterio de parajes salvajes
    que en tu lengua
    confrontan.
    Sacio mi lacio imperio
    en soledad sin inicio
    sólo aplacar tu idea
    cuál ojo sin alegría hallo
    ocho hijos me has dado
    más los bastardos reconocidos
    anudar mi vida sin vivirla
    es desfallecer sin despedida
    entre corona y candelabro
    me alzo,
    al fervor de soles.
    Sí mi raíz de plata,
    Como gusano y como polilla
    no me marcho,
    oscuro gusano
    en volátil capullo de cobre,
    devana mi sangre que rueda,
    transmigra tú mi fosa,
    qué humano se deshilacha de su obra,
    infecundo escote sin gloria,
    coraza por pechera,
    tu forja de alma no abandones
    ni con forzoso anhelo
    de abandonar tu querubín
    en tomo de tierra
    aun la carcoma en espuela,
    vencerá a la corrihuela,
    en secuela despierta libro
    que te hace sangre
    como a la tristeza bóveda,
    y su sombra a fundirse entona,
    avanzo sin cárcel ni insomnio
    esfinge de mi carne perecedera vuelves
    arrollada a nueve cerrojos,
    roja sangre abrir puede;
    tú eres mi umbrío tomo
    que busco en la Tierra;
    como fe en tórculo
    rige tu blancura,
    pergamino de vana ciencia
    que profunda se hunde,
    hinchando el viento
    de tus metálicas alas,
    verbo encarnada
    sin márgen ni acerbo,
    llorara mi alma
    en tu rostro
    espejo mi gloria
    de dios sin nombre
    ni conocida lumbre
    y mi ser incumbencia
    sostiene armada sin anzuelo.


    El Castellano
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  14. Vendrás a nuestro combate

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    Aplasta mi sombra
    contra sí misma,
    derrumbando opaquedades
    de granates profundos,
    ballesta súbito forjada
    a tu entraña.
    Derrite mar de boca
    que pide extensa, negra noche
    y sus espectrales corceles.
    Tiembla que rueda
    paz, orgullo bello.
    El desliz ráyame firme,
    conservo mis principios numerados.
    Reluce mi roce pulido;
    entrecielo asido,
    palpita mi iluminada tristeza
    haciendo camino.
    Vendrá mi torvo grajo
    se constatará mi lucero roto.
    Turba mi aliento
    bajo mi pecho a ella quiero,
    con montes limpios,
    enturbiados por sarmientos.
    Delineáste viento,
    lividez plena.
    Fuga el desaliento
    con todos los jirones
    de mis ascuas.
    Diáfano, ancho, repleto
    a trote primerizo.
    No cabalgarás,
    no cabalgarás si no es conmigo,
    cabalga,
    cabalga,
    el llano,
    que sólo a mi lado, cabalgarás.
    Cabalga que sólo a mí encontrarás.




    El Castellano
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  15. Dispuesta égida forma celada

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    TIERRA EN EL VIENTO:




    Ingrata luz sucumbe,

    termina el día.

    Yunque profano

    en el padecer abierto de junio,

    porfiada tinta

    un ascua candente,

    estridencia recta

    del acento de tu boca.

    Fuí de un mar hasta otro albor

    buscando mi yermo.

    Le creí inmutable,

    lleno de sueños,

    viajé cuantas primaveras

    regalaron mis ojos.

    Tapia de nadie

    donde te ví deshojándote,

    donde todo se alza fluyendo

    imperecedera parecías,

    alumbrada musa de mi carbón.

    Nada se alza,

    todo es vano.

    Como un buque,

    como una marejada,

    como una fébril tormenta sorda,

    como relámpago en mitad de tu carne

    como el gris

    que fué lluvia de nube,

    al fin en tierra

    me marcho como las sombras,

    deberán recordarme amada

    que tú, crisálida cristalina

    nunca marchitas.

    Luna venidera,
    aguardo, augurio de tu siembra,
    vengo que nazco
    a párpado fijo encumbrado,
    ven, ven catia love a mi yermo,
    donde todo luce dispuesto,
    y un ángel redentor
    te esquilma el beso,
    preparado para disparar
    y tu anhelo flagrar
    preparado
    dispare
    acoge amor
    mi temprana osadía
    estoy nacido del hierro
    de tus ojos.
    Venga a este mi ser
    tu alumbrada existencia
    para nacer de exhausta
    secuencia interminada.
    Ahondo que surco
    venzo dispuesto
    mi flamígero desespero,
    soy porque seré
    tu sol Lugh
    mi enhebrada luna
    aventa mi ansia
    nómbrame tu apoderado,
    cuántas lunas sempiternas pasaron,
    y yo nací para
    que fueses mía
    en taciturna desangelada
    sonrisa venidera,
    no me desampares,
    sé mi fuerza,
    sé mi ahelo
    que yo tengo diosa,
    que yo tengo madre de mi luz
    verdadera.
    Por este soto derriten las estrellas
    para ti ofrezco
    una estampa, una espiral
    que no acaba
    por mis cinco litros de sangre
    irrigada,
    nacerá una estela tuya y mía
    desde hoy hasta siempre
    el tiempo mi rival,
    soy yo nacido para la eternidad,
    ámame musa
    porque comienzo a amarte
    desde tu ambrosía,
    que decreta no ser
    vida de un día,
    germinará esta etérea semilla.
    Miles dei lumen, flagro metaphora
    creavi blandus morx timun malum,
    veneravi blanditia, dedisco cordis solus unno,
    verstro paremo, sed de vita ostendi alae,
    decreto ser de tierra
    y tú Catia luz que germina
    mi entraña verdadera.
    No me desampares
    estoy formando celada.
    De égida dispuesta
    este Escita levanta
    por ti de su tierra Castellana.






    El Castellano a 15-06-2018