1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Otro diálogo

    Saeta alada,
    vuela y corre,
    se alza y descubre
    por ende de mi torre,
    ríe en su ser
    en sosiego
    borbotón sanguíneo
    desprende,
    de sus alas jamás cansadas,
    amplia carcajada
    y gira su mira
    hacia mi vida
    nada puedo negar,
    nada puedo defender
    el ocaso se alza en vértigo,
    no puedo empezar de nuevo
    y volverme a equivocar,
    este mundo se disuelve
    sin empezar,
    sin acabar,
    quién vendra a sostenerme
    esta cuerda se rompe,
    puedo ver mi ilusión,
    puedo ver lo que no he hecho,
    justo es mi vida,
    rehaciéndose,
    buscando el sol
    para brotar en espinas,
    y estallar en luz
    un brillo deformado,
    un ocaso purpúreo de mi alma,
    un opaco punto de mi verso,
    estampado,
    cual fulgente pintura cromada
    en tintes de un ayer imperfecto,
    yo creo en ti, yo creo en mí,
    nada correcto se puede hacer
    porque nadie nos corrige
    nadie nos importa más
    que tú y que yo,
    pupila nacida de sombras
    pupila recta y serena
    como el azul
    de un océano y su puerto,
    como nuestro
    hicimos el fin del tiempo.




    El Castellano
  2. Hueso de luz

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    Sueño
    estos lindes destartalados
    esta bruma
    y su violeta nocturna
    de un ocaso que se destapa
    y llama y llama,
    a amplio fogonazo su luz
    por los candiles que juegan y ríen
    luz de consuelo,
    se prende un horizonte de huesos
    por piel,
    vereda abierta del ayer,
    nazco, subo y escalo
    la hiedra por mi árbol queda,
    tu dulce silueta resoplada,
    un camino una vid y un olivo,
    un apuñalado trigo,
    el momento vuela consigo,
    fiel tapia caída
    reverdecer de mi martillo
    resplandece esta luna quieta
    de tu ombligo,
    cabalgo por el suplicio,
    avanzo mi enervado delirio,
    hoy no pudo ser un día cualquiera
    en mi tijera,
    se dibujó la esfera perfecta,
    y el susurro de plata corrió sus yardas
    y sus escuadras,
    brillo de sol, luz de ver el cielo,
    de ver un difuso hielo derritiendo,
    alzando la puerta a tu alma
    que tenías sin pestillo,
    espero para el momento
    de cenar tu noche,
    mi refugio, mi despistado destino
    y su hueso crepitando
    sobre el último tren
    que lleva mi vida
    reverbero el canto
    porque sin ti no encuentro noche,
    ni nido, ni lluvia vuelta poesía
    de tu bello cuerpo,
    sí, eres todo lo que siento
    más que un umbral
    llorando de cuarzo
    más que una cama de tu regazo
    porque eres mi hombro
    eres mi trazo,
    y mi mente al resguardo,
    niebla y sangre de marzo
    en hoguera de rosa de la tarde,
    en la vida que te habla
    eres más que un puñado de pétalos,
    más que estrellas de este techo
    que cuelga
    y derrama llegada la hora.


    El Castellano
  3. Niebla de flor profanada

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    Voy serpeando la tierra,
    mis pasos que jamás yerran,
    jamás altivos cercenan,
    una estaca en mi corazón
    que conseguí separarla un día,
    un hondo surco labrado
    de sangre desvalida
    me azogó profusa y hondamente,
    pero ya no te siento dolor,
    quizás tu vago recuerdo profano,
    para llegar,
    para deshacer tu sendero,
    de áspero color
    y sus azafranes amarillos
    de la tarde,
    ya no caigo
    por tus amplios lindes
    de niebla y cuchillo,
    aquí en mi alma
    se yergue el umbral,
    la sombra me abandona
    para besar,
    espíritu de agua dime
    si el devenir de mi vida sostienes,
    por qué angosto lo atrincheras
    en diáfano cuarto umbrío,
    yo que horizontal vago,
    por encontrar un día
    el vertical disparo
    de mi enhiesto ciprés
    con verdes refranes de hojas
    con acrisolados
    cristales de savia
    a su altura quiero yo blanderme ,
    velando a mis muertos abrojos,
    devorando la calma de sotos,
    ansiando la voz que me habla
    la voz que yerta me domina,
    preparé un lecho de cardos
    para llegado el día
    escribir un epitafio
    que ponga, que diga
    heme yo brotado de la espina
    aquí yace, aquí reposa
    todo el amor que sentí un día,
    y esta estaca
    conseguí arrancármela
    en su día.



    El Castellano
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  4. Delirium tremens

    Pajarraco sí, cuervo de raíz
    con siglos resplandecidos
    en silos carcomidos
    que fluyen en beata avidez
    gimiendo en sus alas por blanquecer,
    si no soy mago lo demuestro
    esta realidad me teje a diestro y siniestro,
    sigue descomponiéndote tu pluma llegará muy lejos,
    lo único al menos esfuérzate,
    es de tierra tu grito escondido que te desvela,
    yo grazno, un fiel carruaje de estrellas desmembradas,
    vienes tú a desjarretarme
    deja de emborracharte y lee a los muertos,
    que de ellos el tiempo no es culpable,
    ni mi palabra en ofensa lanzo,
    no quiero un cebollino por aludido,
    seguiré caminando mi destino
    informe, siniestro, desvalido,
    no seguiré siendo tu comidilla,
    de tu envidia, vil desquicia
    que te amamanta sin sombrilla
    de Quevedo al hayedo de mi lumbre
    a este siglo demente que arde, consume,
    se lanza y traspasa, viene y avanza
    furia inmortal dentro del segundo me alzo
    por transmutar tu mal hacer
    habrá que enternecer,
    demostrar la sangre como recipiente,
    danzo, danzo, danzo con el lobo
    grito el acantilado aúllo mi luna morena.
    Por desfallecer mi letra en la arena.



    El Castellano
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  5. Sueño extendido



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    Presentes sucesiones de difuntos.
    Quevedo

    El cielo como granate yerto,
    expandido ¿Cómo? con sus cristales por colores,
    mansamente no me amanso.
    algunos yertos que caminan
    ansían la doblez de mi destino,
    sábanas mojadas un olor a humano,
    saldrá el sol no con más ganas que ayer,
    para sujetar este calor,
    vidas que ansían otro destello de vida
    tras su estancia en breve instancia de caducidad,
    que teje su organismo,
    mundo no me negarás la visión
    por este sueño extendido
    de mi jardín de mujer,
    sin necesidad de podar escalo sus ramas
    abordando su infinita sed,
    arde mi cuerpo fiel verano,
    quisiera ser río y fuente de montaña,
    quisiera ser tantas cosas que sólo elegí una,
    la que no elegí,
    si no dos células y su vientre,
    mis naipes se van desvelando
    una baraja helada de sangre,
    un destino y un cauce,
    mi vida que elige electrificar su cobre,
    en círculos la polilla
    vampiresa de mi ropa,
    destino avocado a su perdición,
    estamparse y quemarse en la bombilla,
    luego pregúntame por qué tanto buscar la luz,
    perdido sosteniendo tu puerta,
    el monstruo de tu armario tiene miedo,
    quiero devorarte
    lentamente.


    El Castellano
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  6. Flos umbra, flor de sombra

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    Está en la lluvia,
    ella es Dios,
    de ojos abiertos atraviesa
    un profuso soliviar,
    de flores,
    de vivos colores,
    escrito sin mentiras su nombre,
    era un hombre
    vendiéndose a otro hombre
    que lo volviera hecho y acto
    de material afán de éxito,
    pero la naturaleza no se puede cambiar,
    el artista no nace,
    no se hace,
    nace y se hace deshaciéndose a sí,
    igual que un pre-bonsai
    por podar y desmochar su alma
    hojas mías quedaron mustias y abatidas
    de haberme rendido al sentir de describir
    a un amor furtivo que me acechaba
    a un sentir interior que me dominaba,
    caí como gota de agua,
    y el estruendo me partió la vista,
    ahora soy tallo nuevo de persona,
    podando y podando,
    destruyendo para poder crear
    para acariciar este Sol
    que retuerce , soslaya, pule, amamanta
    el hierro de mi entraña,
    el miedo no me para
    el dolor por ser dolor se acaba,
    siento que siento,
    amo a la mujer que amo,
    tallada en cuarzo,
    al final seré el último hombre en pie,
    cada verso que lanzar al viento
    como fiel testigo cuchillo
    de perder la realidad,
    justo a la derecha,
    recto para ser erróneo,
    sigiloso para hacer ruido,
    noche, alas blancas
    es de ti el tiempo afilado
    astros, diáfanos siglos
    caducidad de la ciencia
    caducidad de su conciencia,
    verde monte para rodar,
    azul cielo para atravesar,
    siembra para ver la flor llegar,
    beso para el placer amansar.
    Me estoy perdiendo de verdad,
    tengo que fumigar.



    El Castellano
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    Grafito rojo, grafito negro, abeja dibujada
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  8. Coraza de tierra

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    Abrasa mi vida, esquiva es
    esta piel de caricia
    estoy ardiendo, aviva mi resquemor
    en este mundo que se retuerce
    y envilece entre sus venas razones
    la realidad como lirio de negro pétalo
    sólo un sendero por abarcar
    llamado vida.
    Del astro Rey de sí mismo
    a la caléndula de tierra,
    su esposa efímera.
    Avanza mi subrepticia,
    entre páramos deshojados
    y sus hojas por gentes.
    Espiga flagrante, sentido granate
    por mis ojos he visto nacer
    los genes de tierra,
    por mis ojos he visto morir mi amor
    que mi pecho yergue
    yedras brotaron tapando su calor.
    Mi Sol me enraizó
    mi ilusión se diluyó,
    una flor de sangre brotó
    llenando mi vacío interior,
    mi amor por su reino vegetal
    me mordió.
    Ahora sólo encuentro
    tranquilidad y sosiego
    en las vidas que siembro.
    En mis diablos de flores.
    Hasta yo morir
    a la altura de los montes.


    El Castellano
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  10. Soy esclavo de la realidad

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  11. Raja la tierra su entraña

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  12. Paz de ser color

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  13. Nueve simientes I, II y III


    1
    Halle donde me halle,
    crecerá del viento
    la semilla en su valle.

    La hoja muda criará
    retoños del ciprés,
    mi sol dormirá.

    El pececillo de plata
    correrá, morderá,
    el azúcar de mi sonata.




    2


    La dulce cicuta triste
    mi piel enraizará,
    mi alma dirá viviste.

    La nube llorará
    mi grama mojada,
    el sueño perdurará.

    Luna de plata sempiterna
    y su réquiem elevado,
    mi montaña de nieve eterna.

    3
    El río llevará un latido,
    nacerán las gotas,
    mi árbol será sentido.

    Olmo viejo en retozo,
    raíz de su padre,
    alma anclada en gozo.

    Almendro de invierno,
    sombra de abeja
    deshace mi infierno.

    4
    Caracol de mi camino,
    encuentra la mata,
    olvida el romero su destino.

    Tierra viví para sembrarte
    mi aliento ciego,
    brotado para nunca olvidarte.

    Golondrina de solsticio,
    vuela tu fuego en círculo,
    que tus ojos sean mi vicio.

    5
    Amapola de rojo,
    sangra mi tierra a tu antojo,
    ama mi sed de arrojo.

    Cielo pequeño alcánzame
    mágico el sonido,
    tiene el viento quien le reclame.

    Olivo de sembradío,
    trigal de sentido,
    naranjo de mi regadío.


    6
    Salamanquesa de pared
    bebe de mis plantas
    tu sed.

    Helecho de bosque sombrío
    alegra el verso seco,
    luce la golondrinera su brío.

    Hada de mi zarzamora,
    tu pena vuelta mora,
    espino amarillo de mi demora.


    7
    Hierro luce mi espada
    esta calma otoñada
    mi vida de tu savia preñada.

    Salvaje canto de la madrugada,
    grillo de galán de noche,
    blanca dama de noche, su flor estrellada.

    Hinojo al fuego,
    semilla de sol latiendo
    mi curativo ruego.


    8
    Abrojo de campo,
    celoso canto de silencio,
    muerto en vilo mi tiempo.

    Surco de piel labrada,
    saco de mis esperanzas,
    placer de aquella parada.

    Ola de mar que llega
    caracola que entona
    en sal y arena.


    9
    Vid de mi quimera,
    uva pasa en la espera,
    flor abierta de primavera.

    Pozo de mi recuerdo,
    en verde musgo un fantasma
    de lo vivido muerdo.

    Corazón te abrí,
    te sentí,
    y voló un colibrí.


    El Castellano y Leannán-Sídhe

    28-09-2013


    1
    Recto mi sombra y este servidor,
    he soñado altos mundos,
    sueños extraños dirán

    los sueños sueños serán,
    pero cada día la vivo más
    a si sea otra dimensión

    mi hada vuelta realidad,
    he perjurado, he gritado, he odiado,
    HE PERJURADO

    2
    mandé a la chingada a todo,
    y lo único que quedó fue mi fe
    inmutable desde mi viaje a Escocia del 2004
    .
    La vida cae, como otoño entra,
    hilos teje la araña del destino
    encontrarte fue mi sino .

    Rima perecedera,
    muéstrame el camino,
    todo arte lo cocino.

    3
    Venga a mi la ladera.
    artesano del arte cansino,
    desde pequeño odiando el blanco vino.

    Ven ven a mi vera,
    artesana de lo no sano,
    amada araña lobo.

    Nada de música nueva era,
    ni El Cano podría con este albino,
    como todo duende que vino.

    4
    Cómo va mi regadera,
    mejor que la pradera
    y ladera en primavera.

    Quiero vivir en los nombres sin peladera
    ni etiqueta yo Caín,
    agricultor druida de todo lo silvestre.

    El primer hombre fue deus
    imagen de sí creando y disfrutando
    de lo creado como el Sol.

    5
    Cómo hago para saber que vivo sigo
    pues robo una semilla a mi camino,
    y siempre nace y digo eterno vivo.

    Resquicios de mi padre Sol
    y su hijo con su cuervo en el brazo izquierdo
    más su sabiduría es saberse cuerdo.

    más pelo dorado de Sol a Sol,
    al cielo mi amor seguimos luchando
    el arte de vivir mas la nuestra amando.

    6
    Diáfano espacio vida de mi vida,
    suerte y bendición advenida,
    la vida para en vivo.

    Rico el vivo pobre el muerto,
    dos meses completos rocé y tuve el cielo
    por qué, porque en 2012 ella vino.

    Soy el que soy y aprendí a amar con ella
    mas ella no fue de alcohol botella,
    única dama que creó felicidad en mi mirada.

    7
    Caléndula del lugar
    esposa del sol
    más sangre su mirar.

    Hierba del podador sin igual
    al cielo su caminar
    cuando de cada mes es floral.

    Quien te viera caminar,
    mi terraza tu morar,
    de tu difunto eternidad.

    8
    Silvestre mi ida,
    en la piel acogida
    sangre de tierra mi dicha.

    Amapola común,
    joven creces y hoy te divisé,
    de mi maceta su summun.

    Vera tuya
    un joven ciprés de semilla,
    como joven ternura.

    9
    De la magia del mundo
    la singular aventura,
    de ser dueño de la vida.

    De montañés el talle
    mas del valle mi traje,
    del abrojo mi sonrojo.

    Quimera de mi destino
    esta vida que tiene de vampiresa
    mi sangre de planta silvestre del camino.



    Dragón verde cobre y Leannán-Sídhe




    1

    Camino sin linde ni desvelo
    las trompetas de los ángeles cayeron
    de mi florero al que vida apelo.

    Flor de luz del lindero
    nunca yerto fiel desvelo
    mi acequia sangre en arteria primero.

    Desierto embalse de augurios yertos
    embiste mi flor que viste
    en frutos de higueras de diablos.




    2

    Sangrante olvido jamás bebido
    golpes de silencio
    la razón van consumiendo en mi camino.

    Tierno amor mecido, flagrante
    como armónica endiosada disonante
    como juventud elevada, auspiciada en la retina.

    Ojo con ojo tu vista alegra mi antojo
    quemo mi pasado para ser eterno presente
    hoy con hoy mi corazón abre del amor mi pecho en rojo.


    3

    Resquicio tenue veloz
    es el resguardo de tu amada voz
    por grama acabar mi hoz.

    Diente de león Tragopogon
    molinillo gigante fulgente
    brota, nace de nuestro fulgor.

    Soy el muerto que ves
    eternamente brotando en vida sus recolectadas
    simientes inertes.


    4

    Busco en la tierra el calor
    sí ese el de la flor,
    ciempiés amigo mío, de tu jardín no picador.

    Satansdán le llamo
    a ti mi Valkyria te amo
    y a ti súcubo Leannán-Sídhe te llamo.

    Hinojo ardes mi tiesto,
    Foeniculum vulgare manifiesto:
    Que no hay siembra mía que tierra tenga estático color funesto.



    5

    Polvo soy, polvo de estrella seré
    a mi amada diosa hasta mi muerte amaré
    guardian del jardín seré.

    Es nuestra promesa
    arroparnos en vivos colores
    sea en esta vida o no la existencia.

    Viva presencia opaca violeta morada
    de noche constatada ausente
    hasta que la trajo de presente el amor de mi triunfal estacada


    6

    Retiro lo anterior dicho de mi sonrisa
    he descubierto el amor verdadero con Cristina.
    Qué son dos meses de cercanía y un año de lejanía.

    Nada tengo por seguro ni la muerte acuso
    toda fija creencia puede caer de plomo
    pero esta mi relación presente depende de mí.

    A sí el interés mueva la tierra
    no lo veo en ella
    de su boca tengo el céfiro de ella mi bella.


    7

    Al final de los días, del silencio
    marcado tiempo de gozo estallado
    voy allí amando mi dulce suplicio.

    El final comienzo de todo
    Sol naciendo el nuevo día
    mi mirada fija naciendo del lodo.

    Quién nos recordará Valquiria
    por eso lucho
    con paso lento decidido sin desidia.


    8

    Ortiga de mi camino que muerde
    el sentido oblicuo,
    perpendicular de verde.

    Esposa del Sol de cultivo
    años en albor sin suplicio
    que no sea tu mudar de floración.

    Meconopsis cámbrica el amarillo
    tu luz de amapola Golondrinera
    del bosque de sombra nacido.



    9

    Peineta de brujas
    vuestro fruto clavando el aire
    poeta del viento este al que le hablas.

    Espino amarillo de mi desierto embalse
    de recuerdos ahogados
    muertos, sepultados que ya no hacen bache.

    Amando amarte papaver rhoeas
    amapola de mi camino en sangre de tierra
    éste es mi ojo de tierras.


    El Castellano y Leannán- Sídhe a 21-9-2015
  14. Silencio de estrella

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    Se podan mis recuerdos
    saberes presos,
    por el linde despiertos,
    vida de vida en flagrante estrella ,

    si por querer pensarte
    jamás desapareciste ,
    mi MalvaLuna
    en Brea quieta, encendida,

    disparos de un tiempo fulgurado,
    mi sendero ya no corría agrietado,
    miedos asesinados
    de como solía ser

    destellos fugaces acampan
    mi destierro por las venas de tu alma,
    silencio carcomido por olas de nuestro mar.

    Pensamientos negros ya no me clavan,
    ni hiedras me escalan
    tapando mi luz fulgente.

    No es tiempo de muerte,
    mis cuchillos ya no laten hirientes
    hermanos del fuego ahora son.
    Al compás de un Sol mayor.


    El Castellano
    A Elisalle y Poetita azul les gusta esto.
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    Mi Sol no ha muerto,

    se oculta en resguardos

    tibios de luz enardecida,

    entre ojos que le necesitan

    abre sus iridiscentes pupilas,

    mi vida gimiendo por su caricia,

    venas de su visita

    aún con oscura sombra

    no brillará mi desquicia,

    de sueños alimento su pancita

    y le quiero como a mi vida Margarita,

    que es bella hasta eclipsarme,

    entre fieles cielos nocturnos

    le cantamos nuestra nana,

    que guarda nuestra luna de plata,

    entre destello y destello

    aguarda nuestro momento

    en el que brote en flor

    nuestro corazón.

    Alma con alma fiel soplido

    de sangre en albor de simientes,

    tú que rajaste el cielo a voluntad,

    mi mundo un mañana que sonará ,

    con guardadas alas de verdad,

    rayos irisados de su deseo

    que brillarán,

    yo que me acuesto en su regazo,

    que veo en mis flores su eterna llama

    de cariño y quizás

    algo más

    cuando el camino se aleja de mí,

    no pierdo su amor

    para volver a venir

    de donde yo vengo,

    estados de mi línea a solas

    y su vaivén de sombras,

    lejos cruzan mi tierra

    hombre de Sol,

    y del viento

    que le trae tu recuerdo

    para bailar con tu beso

    y acostarme en mis huesos,

    otra noche será, otra lluvia sonará,

    y a tu lado el tiempo

    me verá en tu Puerto.







    El Castellano
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