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Bienvenido a mi blog, en él podréis leer algunos de mis poemas, los que a mí más me gustan, sin pretensiones..., de contenido personal, sólo mostrando con ellos un poco de mi mundo.
En algunos escucharéis mi voz.

También iré agregando mis poemas preferidos de los poetas que más me gustan y los poemas que me han dedicado.


Espero que os gusten.

JULIA OLIVERA
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  1. Hoy te he leído con ojos distintos. Entré por curiosidad y, al leer tu relato, primero me he sorprendido, después me has emocionado. He sentido que me entregabas un regalo, un pedacito de ti (algo muy distinto a lo que solemos cruzarnos). Te he imaginado de niño, con unos ojos grandes y oscuros sufriendo esas primeras decepciones que el progreso trae consigo a veces, dejando atrás otras maneras de hacer con sabor a infancia. He alucinado con tu huída hacia la vida tan temprana. Luego te he visto en ese sofá inmerso en la melancolía. Me ha fascinado.

    Hoy han hospitalizado a mi padre (en Madrid, yo vivo en Barcelona) no se sabe si es una embolia pulmonar, una neumonía o una infección..., todos mis hermanos están allí con él y yo aquí, a 600 km... y tengo miedo.

    Mis recuerdos de infancia están siempre asociados a él y al orgullo que sentía de tener un padre tan alto, tan fuerte, tan guapo y además era extranjero (de Brasil) y eso le deba un toque aún más especial. Recuerdo que el colegio estaba a un nivel superior a la calle y para acceder había que subir por una rampa. Cada día, a las cuatro y media, miraba esa rampa por la ventana de clase y el primer padre que se veía subir era siempre el mío: con sus dos metros de altura, su cabeza se alzaba antes que ninguna otra y sus ojos dirigiéndose hacia mi ventana, me miraban y sus labios sonreían. Me sentía embargada de emoción y orgullo y me daban ganas de gritar: "ese es mi padre".

    Somos cuatro hermanos, tres chicos y yo. No era la pequeña pero sí la niña de la casa y el ojito derecho de mi padre. Me recuerdo con él nadando kilómetros (y digo kilómetros de verdad), perdiéndonos en altar más. Él era una gran nadador (yo también, él me enseñó) así que nunca tuve miedo, ni siquiera en aquélla ocasión que nos sorprendió una tormenta y yo intentaba nadar y no avanzaba; me sujeté a sus aletas y dejé que me remontara con esas brazadas tremendas que apartaban el agua como una locomotora. Al llegar a la playa mi madre le echó una bronca tremenda por irse con la niña tan lejos con tan mal tiempo, yo le miré con tristeza pero él me sonrió y me guiñó el ojo como diciendo "ella no sabe que somos invencibles".


    Un beso

    (Pd: ese relato tuyo debería ser el comienzo de un libro, autobiográfico, tiene una calidad extraordinaria...).




  2. MIS SENOS

    Delicados
    los sientes delicados
    suaves como la seda
    mullidos y grandes
    como colinas repletas
    de espuma de mar y de estrellas
    tan blancos... que te da pena
    marcarlos de azul violeta
    y yo que te pido que muerdas
    sin miedo, que aprieten tus manos
    ¡con fuerza!

    y tú, con tus labios
    ¡tan tímido!
    vas... y sólo acaricias
    y sólo me besas


    22.6.06

    JULIA

    A spring le gusta esto.



  3. Y desperté un día

    Prendí tu ausencia
    de bengalas....
    A tientas,
    de puntillas...
    busqué tu mano
    en los silencios.
    Mi voz fue sabueso
    sin olfato,
    desgastado
    en su propio eco.

    Lloré por ti
    ¡hasta inundarme!,
    grité tu nombre
    en los desiertos.

    Varada en tus olvidos
    opuse resistencia,
    como una heroína batallando
    con dragones de leyendas.

    Y desperté un día...
    sumida en la tristeza,
    consciente de tu muerte,
    engullendo tus adioses
    a bocados,

    ¡sangrándote en mis letras!.

    17.09.06
    JULIA





  4. Con el cariño
    retenido entre los dientes.
    Con las caricias
    en los abismos de mis yemas.
    Con este aliento que arde
    como pira en la garganta.
    Con este abrazo mío
    tan vacuo sin ti,
    tan desmayado...
    Con mi lecho sonámbulo,
    buscando entre las sábanas
    la calidez de tu sombra.
    Con este dolor que cruje
    y me ensordece,
    que muerde mi pecho,
    que hiedra mis párpados,
    que araña mi estómago...
    En la voz que se me quiebra
    llamándote en susurros,
    ahogándose en mis sueños
    nombrándote en mis letras.
    En el pensamiento que me sigue
    obsesivo a cada paso.
    En esta ausencia...
    tan presente,
    tan concreta,
    tan perenne...
    Con esta orfandad que limita
    las paredes de mi casa,
    estrechándolas... absorbiendo el aire,
    cerco a cerco, grado a grado,
    rebajándolos...
    derrocando mi aliento.
    En la soledad que me dejaste,
    alimento de sal para mi hambre,
    llanto seco,
    vacío intenso.

    En todo lo que observo,
    en todo lo que toco,
    en todo lo que huelo
    en todo lo que sueño
    en todo lo que siento...
    en todo,

    en todo,

    en todo...
    6.11.06
    JULIA

  5. Introduje mi mano sobre mi pecho con una facilidad pasmosa, indolora, como si la piel fuera agua que no ofreciera resistencia alguna. Lo agarré en la palma de mi mano y, con un sólo tirón, lo extraje fuera, colocándolo sobre la mesa.

    Bombeaba de forma irregular, a veces, acelerada, con una extraña energía que lo levantaba a cada latido dos palmos de su superficie; otras, quedaba repentinamente quieto, inerte, como si aliento alguno le diera vida.

    Su ruido era seco y grave pero también inconstante y variado, redoblaba al compás de sus arbitrarios movimientos y quietud, como si fuera su eco, con algunas milésimas de segundo de retraso, como el trueno que sigue al rayo en la tormenta que está cercana.

    Me sorprendió sobremanera sus textura rugosa, áspera, como las manos callosas de alguien que lleva trabajando demasiado tiempo la tierra, sin protección alguna. Tenía huecos y espacio acolchados, dunas crecientes y movibles, a ratos tan finas que parecían esquirlas. Su tono era oscuro, casi morado, aunque si te fijabas atentamente se percibían motas, casi invisibles, de un rojo carmesí, profundo, otras sonrosadas.

    Enseguida me percaté de su gran sensibilidad a mis movimientos, a mis sonidos, incluso al aliento que mi boca exhalaba. Fingí agotamiento, respirando de forma acelerada, y comenzó a dar botes incontrolados sobre la mesa. A continuación me concentré en un beso suave, dulce, exhalando un aliento cálido, y observé como se allanaba, se extendía sobre la superficie, relajado y tranquilo, hasta su color se suavizaba haciéndolo casi transparente y el tejido tornaba a seda, desapareciendo repentinamente su pedregoso aspecto.

    Frente a mí era ¡tan vulnerable...!, podía enloquecerlo con mi voz, aplastarlo con mi mano, incluso, con sólo el pensamiento, se moldeaba a mi antojo, danzaba al son que yo quisiera, emitía los acordes que yo le ordenaba; si gritaba, él gritaba; si lloraba, él gemía; si reía, daba brincos como una niña a la comba, manifestándose en breves, muy breves y alegres silbidos.

    Ahí, afuera de mí misma, respondía a mis órdenes.

    Fue como una revelación, tenía en mis manos el control de mi tristeza, el remedio a mis angustias. Tomé ese pequeño órgano y lo introduje en un recipiente de cristal, cerrándolo herméticamente al vacío. Quedó extendido en su interior, ocupando todo su espacio. Silencioso, quieto, aparentemente tranquilo. Las paredes cristalinas se cubrieron de un halo de vapor helado, enturbiando la visibilidad de su contenido. Volví a probar: lloré, no hubo alteración alguna; reí con carcajadas histéricas y estruendosas y ni un leve movimiento se produjo. Encerrado en aquel habitáculo estaba inmunizado y, con él, percibí que mis sentimientos quedaban también aislados, aletargados. No sentía presión alguna en mi pecho y en mis ojos parecía que se hubiera colocado un lente que alejaba de mi mirada todo lo que me rodeaba. Hasta la luz del sol quedó ligeramente eclipsada, todo el paisaje era menos bello, pero no sentía preocupación alguna, me daba igual mi entorno.

    Lo dejé allí, abandonado, en un lugar aséptico y esteril. Me sentía cómoda en ese estado de "insensaciones", de orfandad sentimental y, sin darme cuenta, me fui acostumbrando al "sinsentir", ajena incluso a mi propia persona, fría, desprendida y distante, sin importarme a dónde me llevaran mis pasos en aquella senda surrealista, absurda y vana que es la vida.


    22.4.06
    JULIA

    [​IMG]

    Imagen extraida de http://2.bp.blogspot.com/_74_KBCGSUEg/RgVtm-F3eNI/AAAAAAAABHw/Gpjnh7AhyUU/s400/corazon%2Bencerrado.jpg
  6. Córtame los dedos

    Córtame los dedos,
    ¡córtalos!
    que no graviten más sobre el pasado,
    que no persigan los ecos mudos,
    que no se torturen en papeles amarillos
    llorando letras.

    Silencia las voces que no llegan.
    Siléncialas, tú que sabes cómo hacerlo,
    cómo callarlas sin palabras.
    Tú, artífice del dolor,
    que con un gesto
    matas mil veces al difunto.

    ¡Córtame los dedos!
    parlanchines del corazón.


    13.12.07
    JULIA


  7. Aún me rabian las ganas de verte
    y te me apareces
    en cualquier sitio...
    en los cajones y en los armarios
    entre la ropa limpia o entre la que está por lavar
    en medio de una página de un libro cualquiera
    o en los entretejos de un expediente
    o en las pupilas de mi perro

    -cuando me mira añorando el parque
    y me rasca la pierna con sus ojitos de súplica-
    o en la nevera -especialmente
    cuando llora de vacía…-
    o justo cuando empieza House
    y me interrumpes
    y se me quitan las ganas de serie

    apareces de improviso
    como si hubieras dejado algo pendiente
    como si se te hubieran olvidado las llaves…
    y te volteas, das un vistazo
    y te vas

    y yo me quedo así
    ensimismada en ti

    ¡tan "tontamente"…!
    y me pongo triste

    aún te extraño
    aún siento la orfandad
    en mi pecho
    y aquel frío de mármol
    entre mis labios...
    y mis pies caminan
    olvidando los zapatos
    y se me clavan piedrecitas
    y se encharcan
    húmedos de ausencia

    19.10.07
    JULIA
    Te gusta esto.
  8. No hay un lugar nuestro

    No hay un lugar nuestro
    ni un retrato de nosotros que amarille con los años
    ni unas letras que nos narren abrazando pétalos marchitos
    no hay un tiempo que nos acoja
    ni nos guarda la memoria


    31.10.2008
    JULIA
  9. MARGARITAS EN LOS ESCAQUES

    Y llegará un tiempo
    cercano, de zapatillas y bata
    y volverás entonces, silencioso como antes
    a susurrarle a mis dedos
    versos de amor adolescente

    quererte será de nuevo
    mi juego apetecible, mis horas muertas
    en vigilia
    esperándote... al otro lado de la luna

    y vendrás, con tu rostro nebuloso
    te sentarás a mi lado, sin que nadie te vea
    y yo seré la reina
    y tú el álfil ausente

    dibujando para mí
    margaritas en los escaques


    12.2.2010
    JULIA
    A ti y a xyus les gusta esto.
  10. Hay muertes...

    hay muertes de sangre
    de sirenas que pululan y recogen
    los restos de un destino fatal

    las hay de fiebre
    y deterioro progresivo
    muertes que se ensañan con las vísceras
    y corroen sus entrañas

    hay muertes que nacen con el individuo
    muertes de cuna
    de miseria, frío y hambre

    las hay gratuitas
    inoportunas y crueles
    que estallan al paso
    por guerras y sincausas ajenas

    pero hay otras muertes
    silenciosas, sin mortaja
    sin trasiego en un tanatorio
    de velatorio callado
    de llanto íntimo y seco
    muertes de seres que se entierran
    en el corazón, removiéndose como zombis
    en la memoria
    de cuerpos que continúan ya sin vida
    esperando otra muerte...

    01-01-2009
    JULIA

  11. ... y confié

    le quise mucho.
    sé que le amé
    sin razón alguna
    por un empeño mío
    en creerle
    más allá de lo razonable,

    imprudentemente.
    ... y confié
    caminando a ciegas
    sobre una hebra líquida
    de insípida agua.

    28.06.07
    JULIA
  12. FRACASO

    Se encerraba en su despacho mirando y mirando documentos, libros, enfrascado en internet, buscando sin parar doctrina con interés casacional, jurisprudencia, haciendo fichas, tomando notas... Imprimía apuntes, taladraba las hojas, las clasificaba... Llevaba días que no hacía otra cosa, como si pretendiera en unos meses llenar de conocimiento toda una vida.

    Pero hoy su hiperactidad quedo detenida en un punto inconcreto de la pantalla; al cabo de media hora de quietud me pareció extraña tanta calma, así que me acerqué y le pregunté:

    -¿ya has conseguido toda la información?

    Alzó sus ojos y con una mirada serena, repleta de una tristeza infinita, me contestó:

    - ¡he perdido tantos años!... que, ahora, es absurdo pretender que puedo demostrar a otros lo que no soy. No tengo nada que ofrecer, ni a ellos, ni a nadie. Soy una pose, una falacia y ellos se darán cuenta.

    - no digas eso, no es cierto, muchos te admiramos y la vida de muchos no habría sido la misma si tú no estuvieras ahí sentado; además qué más te da, no pierdes nada por intentarlo- le dije sin saber bien que añadir.

    - sí, sí que pierdo, de hecho ya lo he perdido, se ha roto este caparazón donde me sentía cómodo; he visto a otros, más jóvenes que yo, preparados, dispuestos a delatar la mediocridad de mi existencia. Ellos irán conmigo y será aún más palpable mi indolencia, mi fracaso y tendré que volver aquí y luego a otro sitio, deambulando como un paria.

    - ¿Fracaso? pero si nunca lo has intentado, es la primera vez que te presentas.

    - No hablo de ese examen, hablo de mi vida, de la vida que he tirado por la borda. No quiero quitarme la vida pero no me importaría morir en este instante, nada le ha dado a este improvechoso devenir mío y nada me debe.

    - sólo estás cansando por eso te sientes decaído, llevas horas ahí sentado, vete a casa y mañana volverás con más fuerza, con esa alegría tuya de cada día.

    - ¿ves?, hasta en eso os he engañado a todos...

    12.11.2010
    JULIA