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Telares, guirrios, atropajos, garabatos y cosinas varias

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    A una lectora.


    Escribo para ti, la blanca musa
    que apacigua mi pluma entre los dedos,
    la dama que suspira en mis enredos
    y visita mis hojas como intrusa.


    Lees porque te sabes la reclusa
    de mis cuentos de amor y de mis credos,
    lees por alejarte de los miedos
    y de tu soledad, no tengo excusa.


    Pero imaginas versos para ti
    cuando la claridad en tu cristal
    muere, y tiembla el renglón que consagraba
    recuerdos que en papel languidecí.
    Adivino en ti el odio visceral
    al cruel anochecer que regresaba.

    A ti, Destinos y Bernardo de Valbuena les gusta esto.
  2. Inquietud

    La inquietud extermina mi reposo
    como pudre manzanas el gusano
    y conquista el otoño a mi verano.
    Persiste la conciencia en el acoso.

    Escribo confesando el deshonroso
    devenir de mi vida que desgrano,
    mi querencia a sufrir por ella en vano
    agiganta el recuerdo cenagoso.

    Arremeto puyazos de agonía
    a favor de verdades y nirvanas
    que luchan por vencer mi cobardía.

    Para amar a deshora en armonía,
    y dejar de vedarme por las ganas
    de querer despreciar el alma mía.
    Te gusta esto.
  3. A un poetucho...

    con el que se fue mi novia del Instituto.

    No entiendo los halagos que obtenía
    la prosa tabulada de su texto,
    cháchara sin sentido ni armonía,
    el huevo y la gallina al mismo cesto.

    Si es para mí, inmadura medianía
    su sonido irritante y deshonesto
    me negaré a sufrir su felonía
    y me iré por la puerta si molesto.

    No veo en ese engendro la hermosura
    con la que acaparar admiradores
    ajenos a su cuerpo y su figura.

    Recitando relinchos nos tortura,
    ni siquiera le suben los colores.
    Si es rapsoda parece caradura.

  4. Gino y Fausto

    Conquistaba las cimas de la tierra,
    un ángel volador para el ciclismo,
    romántica bandera del laicismo,
    a sus principios el valor le aferra.

    Al rival le creyeron en la guerra
    fiel al Duce, modelo de fascismo,
    un símbolo y señal de patriotismo.
    Pero quién piensa así, seguro yerra.

    Sin temer la posible represalia
    el católico Gino se la juega
    por salvar enemigos de su Italia,

    Cuando al mundo sorprende el holocausto
    y su rivalidad el odio riega
    los podios peleaban: Gino y Fausto.

    Cuando Bartali exhausto
    creyó desfallecer ante el calor
    fue Coppi, con nobleza, su aguador.





    Rescato esta historia de una época en el que el deporte era deporte y el periodismo deportivo podía ser cultura.

    “Cuando hoy, durante la ascensión por las terribles pendientes del Izoard, hemos visto a Bartali lanzarse solo en persecución, a grandes golpes de pedal, manchado por el lodo, hundidas las comisuras de los labios en un rictus que expresaba el sufrimiento de su cuerpo y su alma –Coppi ya había pasado por ahí hacía un buen rato y afrontaba las últimas rampas del puerto-, ha resurgido en nosotros, 30 años después, un sentimiento que nunca hemos olvidado. Hace 30 años, quiero decir, aprendimos que Héctor fue asesinado por Aquiles (…) Por supuesto, Coppi no posee la fría crueldad de Aquiles; más bien al contrario. Ambos campeones son, sin duda alguna, los más cordiales, los más amistosos. Pero Bartali, más distante, más brusco –de forma inconsciente, en cualquier caso- vive el mismo drama que Héctor: el drama de un hombre vencido por los dioses. Contra la misma Atenea debió luchar el héroe troyano: su muerte resultó fatal. Fue contra una fuerza sobrehumana contra la que luchó Bartali, y no podía sino perder; es el poder maléfico de los años. Su corazón, sin embargo, sigue siendo formidable; su musculatura se mantiene en perfecto estado y su espíritu guarda la firmeza de los años en que la suerte le sonreía. Pero el tiempo hace estragos sin que él se percate de ello (…) Y hoy, por segunda ocasión, ha perdido”.

    Dino Buzzati, periodista y escritor para El Corriere della Sera. Crónica de la etapa Cuneo-Pinerolo del Giro de 1949


    Un par de enlaces por si alguien quiere adentrarse en la historia de estos dos Campeonissimos.

    http://www.publico.es/culturas/gino-bartali-judios-holocausto.html
    http://www.condospelotas.es/bartali-coppi/
  5. Cómo se deconstruyen los sonetos:

    1º. Con un poco de cariño.
    2º . Desvestirlos como a un niño.
    3º . Separar en dos cuartetos.


    Necesitamos.

    - Letras y alfabetos.
    - Acentos, versos, rimas como aliño
    y para el erudito hacer un ;).
    - Saber dónde ubicar los dos tercetos.


    Se pueden añadir.

    - Emoticonos, :oops:o_O:cool::(
    sin control, los que puedas, no hay problema.
    Ejemplo: del whatsapp resultan monos.


    Echamos de sofrito.

    Algunas flores,
    tendremos que elegir un bello tema.
    Sin penas, de gracietas o de amores.


    Si tienes un dilema
    le guisas al final un estrambote,
    valdrá si disimulas el pegote.








    Cómo se deconstruyen los sonetos:
    Primero. Con un poco de cariño.
    Segundo. Desvestirlos como a un niño.
    Tercero. Separar en dos cuartetos.

    Necesitamos: letras y alfabetos,
    acentos, versos, rimas como aliño
    y para el erudito hacer un guiño.
    Saber dónde ubicar los dos tercetos.

    Se pueden añadir: Emoticonos,
    sin control, los que puedas, no hay problema.
    Ejemplo: del whatsapp resultan monos.

    Echamos de sofrito: algunas flores.
    Tendremos que elegir un bello tema.
    Sin penas, de gracietas o de amores.

    Si tienes un dilema
    le guisas al final un estrambote,
    valdrá si disimulas el pegote.
    A Bernardo de Valbuena le gusta esto.
  6. Rosa inocencia

    Es la princesa de rosa inocencia,
    busca madrina en sus cuentos de hadas,
    ríe al mirar mariposas soñadas,
    entre delirios de plena inconsciencia.

    Vive al instante, bendita impaciencia.
    Bate las alas de plata, bordadas
    como plumaje de alondras besadas
    por brisa y aire. Jovial existencia.

    Surca los mares y cruza los cielos,
    huele las flores y besa los prados,
    sueña despierta y sonríe dormida

    Crece despacio, se siente querida,
    ojos de fuego que son venerados.

    Son sus sabores pastel y buñuelos.

    Soneto dactílico
    Te gusta esto.

  7. No me desdigo

    Dejé de hacerle selfies a mi ombligo
    cuando no hallé su cuerpo que madruga,

    no marcó en su almohada tal arruga,
    no sonó su reproche que maldigo.

    En rastrear su estela me prodigo,

    razono los motivos de la fuga
    que me afecta, inconsciente me subyuga.
    De mi grito y clamor no me desdigo.

    Era tierna, era niña. Tan menuda,

    era halo de inocencia que vulnera
    mi pobre corazón. Verdad desnuda.

    Era mar, era lluvia en la albufera,

    era viento, era brisa ante mi duda,
    era amor, era al fin la primavera.

    Este soneto es una versión del soneto XI, mismas rimas y anáforas, he usado el primer verso calcado al de una canción de Sabina.
  8. Veranos y otoños al piano

    Abrasabas mi ser cada verano,
    se detenía el sol con nuestros besos,
    noté el suelo temblar por los excesos
    al son grave que suena desde el piano.

    Piano que acariciar sobre tu mano,
    mano que deslizar entre tus huesos
    guiada por los estímulos traviesos
    de mi calor y tu placer tirano.

    Llegaban los otoños de rupturas,
    partías a lugares de otros mundos,
    surgían en tu vida nuevos hombres.

    Callaba en soledad mis calenturas
    sellando aquellos labios moribundos
    fundidos por los celos de sus nombres.

    Otoño, no te asombres
    si las teclas del piano ves hundidas,
    si tiemblan estructuras demolidas.


    A Pessoa le gusta esto.
  9. Recitales

    Me olvidé de estudiar literatura
    y crecí con tangentes y matrices,
    por suerte no perdí de la lectura
    el gusto de surcar por los matices.


    Si quieres exhibirles mi incultura
    te suplico que cuides lo que dices,
    yo prometo guardar la compostura,
    lamer en soledad las cicatrices.

    Me aburrí de modelos keynesianos,
    Adam Smith y nuevos liberales.
    Toca ahora sufrir a culteranos,

    no me ofenden soflamas, recitales.
    No me afecta al bolsillo un ovillejo.
    Si hay crisis se negocia mi pellejo.
    A ti y a Jazmin blanco les gusta esto.
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    Dejo atrás

    Son las flores las franjas de bandera
    que ilumina el balcón de la terraza
    y deja distinguir en mi barcaza
    ensueños de tu rostro en primavera.

    Asciende en tu pared la enredadera,
    arraiga, crece y trepa la amenaza
    en fútiles intentos de dar caza
    a los tiernos encantos de tu vera.

    Y me alejo surcando tristes mares,
    y dejo atrás tu verde aguamarino,
    y busco su reflejo en cada ola.

    Y parto a faenar y quedas sola,
    y tus ojos reposan en mi sino,
    y me inundas los versos y cantares.
  11. Fuera maquillajes

    Conocerme tan fácil les sería
    si leyesen mis versos y venturas,
    si dejasen atrás las conjeturas
    olvidando la luz que prometía.


    Reparen en mi voz sin la grafía,
    a un lado los adornos y pinturas,
    al otro los estorbos y mesuras.
    Creer en maquillajes, fe baldía.

    No riegan los jardines con mis sueños,
    no templan sus guitarras con mis glosas,
    no guardan dos segundos para darme.


    Me niegan los rescoldos de sus leños,
    sin perdones me fijan las esposas.
    Si intentaran al menos escucharme…

    A ti y a selenschek manfred les gusta esto.
  12. Soñé y desperté.

    Perdidos mis recuerdos en el sueño,
    el desnudar tu alegre compañía
    tornaba de placer mi desempeño
    hasta el amargo amanecer del día.

    ¿Cómo permanecer jovial, risueño
    cuando muere infeliz la algarabía
    si no consiente ni fruncir el ceño,
    si expira con hipócrita agonía?

    Porque del despertar no eres absuelta
    si la luz atraviesa la ventana,
    si golpea tirana mi conciencia.

    Simple realidad que está de vuelta,
    aburrida y tediosa en la mañana
    desvanece en el aire tu presencia.
    A ti y a Pessoa les gusta esto.
  13. Triángulo amoroso

    Asomaban rescoldos del convite
    sobre el carácter recio que acompaña
    el lacrimoso rostro que hoy te extraña
    y ayer juró mentiras por desquite.

    No soporta verdades, no te admite,
    pues es debilidad si desentraña
    del pesar el motivo que le empaña
    las miradas, no aguantan el envite.

    Pudo perderlo todo por un beso,
    mas ese cálido juntar los labios,
    bien merecía el roce del exceso.

    Quiso la voluntad que a su regreso
    gozase pleno de quereres sabios
    y así reconociese amor confeso.