¡YO QUIERO VOLVER ANDANDO! Yo quiero volver andando sereno por el barbecho, silbando por el camino con paso firme y derecho. Que vengo cansado y triste de tanto penar mi pecho, de echar de menos la plaza, el limonero y mi helecho. Lejos de las aceitunas, amargas penas cosecho. ¡Yo quiero quedarme siempre! ¡Poquito queda, sospecho! No quiero volver en hombros, pálido, frío y estrecho, a paso lento y callado entre el ciprés y el repecho. Yo creo que todavía tengo tiempo de provecho, ¡paisano, que “el emigrante” morirse quiere en su lecho! Rafael Llamas Jiménez
UNA PAISANA DEL PUEBLO Parece que la estoy viendo su ropa en el tendedero, después de lavarla a mano entre la escarcha de enero, con su pelito tan blanco, con su semblante sereno. Con su mandil remangado mientras ponía el puchero, y atizando los rescoldos para avivar el brasero. Siempre vestida de luto de negro siempre severo, como quien tiene una pena que no la quita el romero. Perchas de alambre sostienen las flores en su ropero, cuando de color vestía y estallaban en febrero, la moña de su jazmines y de su José, un ¡te quiero!. Hoy me acordé de Manuela, una paisana del pueblo. Rafael Llamas Jiménez
El recado (Soneto) He venido a decirte que te quiero por el verde esperanza y por lo honrado, por el fruto y la leña que me has dado y anidar en tus ramas al lucero. Con su vara y también con su sombrero he venido a traerte algún recado, desde el cielo mi abuelo me ha encargado que te cuide con mimo y con su apero. No te olvides, chiquillo, me decía, que agradezco el sustento y que revivo contemplando su copa, me asentía. Que el trino del jilguero sonó altivo la tarde que la parca me dormía queriendo despertarme en el olivo. Rafael Llamas Jiménez
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¿Por qué se fue el abuelo? Te he traído un café, ¡niño despierta! Un lebrillo con agua fresca y clara, por si quieres cuidarla, traigo jara, el hocino, la azada y una espuerta. Tu vida ha descansado ¡no esta muerta! te he traído botines y la vara, la parca no nos yerra ni separa aquí dejo las llaves de la puerta. Los niños del José son avispados ¿por qué se fue dormido nuestro abuelo, sus brazos en el pecho y aflojados? Se fue para aclarar nubes del cielo, a regar algodón, tallos brotados y a podar si hace falta algún ciruelo. Rafael Llamas Jiménez
Me gusta ser poeta pero duele (Soneto) Me sigo emborrachando de azahar en noches de guitarra y de jazmín, de estrofas con pintura de carmín. Me sigo emborrachando de trovar. Me gustaría tanto conversar contigo entre las flores del jardín, acompasado en besos de violín. Yo creo que debieras regresar. Me gusta ser poeta pero duele escribirle sonetos a la luna que no bese encendida y me desvele. La añoranza en mi pluma se me acuna mecida sin tener quien la tutele plateada de pena en la laguna. Rafael Llamas Jiménez
Reliquias de una vida (Soneto Alejandrino) En una vieja caja de lata de membrillo de un sepia anaranjado con ocre remembranza me encuentro con las fotos del pueblo y la labranza entre alforjas de esparto y un noble borriquillo. En brazos de mi madre dormido hay un chiquillo de apenas unos años ¡me embarga la añoranza!, cautivan los hallazgos de aquella tierna andanza de pantalón muy corto y espigado flequillo. De mi abuelo la faca, la yesca del mechero, la brocha y la cuchilla de su ajado afeitar, y aquella perra gorda de añoso monedero. En la mesa camilla no me canso de hilar reliquias de una vida con alma de yuntero, y aquel pozo tan blanco sobre el verde olivar. Rafael Llamas Jiménez
Sin Dalia ni Azalea (Soneto) En esta pesadumbre sin jazmín, sin azalea, dalia, ni azucena, no aviva blanca luz ni luna llena ni trinos que despierten el jardín. En esta soledad y este clarín de tarde corneada sobre arena, parece yerto marzo y fría vena: ni pájaros, ni fuente, ni trajín. No liba el sol brocal de mustio pozo ni tañen las campanas el traspaso de anaranjado tul y vivo gozo. Le cuesta a la penumbra dar un paso, se ahoga el tragaluz en un sollozo clavándose una espina en el ocaso. Rafael Llamas Jiménez
El poeta y la luna (Soneto Inglés) Ya se visten las flores con volantes y trinan los jilgueros melodías, en la alcoba se citan los amantes deshojando botones y armonías. Ya se espigan los trigos en su blusa y explotan amapolas en su boca, del poeta la luna es plata y musa con tirantes de seda lo provoca. Le regala una noche perfumada con labios de canela y piel morena, apretando entre dedos la almohada se le cierran los ojos de azucena. El poeta y la luna se han dormido en rama del almendro han hecho nido. Rafael Llamas Jiménez
Su foto y su sortija (Soneto) Entre olivos y nubes de algodón con un ramo de flores, va Manuela, camino del ciprés, ¡nada consuela! su triste y enviudado corazón. José descansa en paz entre almidón en remanso de cal, luna ciruela, del campo al cementerio, ¡sin escuela! maestro del labriego y el tesón. La palma de su mano saca brillo a la lápida fría que cobija al hombre que la amó desde chiquillo. Y besando su foto y su sortija deja rosas con agua en un lebrillo, y un jilguero de trinos regocija. Rafael Llamas Jiménez
El alma no se vende (Décima) No pierdas tintero mío la sencillez y frescura, la humildad y la ternura ni el cariño del gentío. Ante la vida, ¡trapío! Trabaja duro y aprende que ser honesto no ofende, que el amigo es el tesoro que de nada vale el oro, y que el alma no se vende. Rafael Llamas Jiménez
Han matado a Federico Han matado a Federico quieto yace en el camino, se está desangrando en versos maldito plomo asesino. El jazmín es negro luto tirita luna de frío, los juncos están llorando no lleva corriente el río. Se está tapando los ojos el azahar limonero, en la rama del olivo se queda mudo el jilguero. Verde que te quiero verde desde la mar hasta el huerto, han matado a Federico pero el poeta no ha muerto. Rafael Llamas Jiménez
¡Tengo ganitas de amores! Ya se despiertan las flores, se nos espigan los trigos, ya se alejan los hostigos entre azahar y colores… ¡Tengo ganitas de amores! Que la sangre se me altera con tu blusa zalamera, de ese clavel reventón roneando en el balcón de tu escote… ¡Primavera! Rafael Llamas Jiménez
Sonetos de personas que no saben escribir He leído poesía en la flor del limonero, en la cal de una fachada reluciente de alegría, en las manos de un chiquillo moviendo un sonajero, en la retama de un olivo cuando va a acostarse el día. He leído poesía sobre su pelito blanco, en su mechero de yesca encendiendo una añoranza, en la soledad de una tarde sentado en un banco en sus ojos aún brillantes manteniendo una esperanza. He leído poesía en los pasos de un cabrero pastoreando en el ocaso su filosofía de vida, en los trinos encelados de un amanecer jilguero en el pañuelo agitado de una triste despedida. He leído poesía en el pobre que camina rebuscando en los bolsillos de un destino sin acierto, en el llanto de un minero extraído de su mina Hasta en un ciprés erguido junto al descanso más yerto. He leído poesía a lo largo del camino sonetos de personas que no saben escribir, ¡poetas de un tractor labrando su destino con metáforas de trigo, ¡son ejemplos a seguir! Aquí tienen mi pluma, mi tintero y corazón agradecido de leeros os debo la enseñanza, intentaré escribir poesía con cariño y con tesón regando aquellos surcos de la generación ¡labranza! Rafael Llamas Jiménez