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Allá donde no mueren los silencios
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  1. Escuchaba a unos señores
    conversar sobre el piropo
    me dió inspiración el tema
    y escribí este poema.


    No nos mires,
    no suspires,
    ni nos cierres el ojo
    mejor aviéntanos un piropo.


    Son todas bellas las mujeres
    que deleitan las retinas
    si les dices una galantería
    les ayuda a subir su autoestima.


    Si se dieran cuenta los hombres
    que lo dicen en poesía
    y terminan con rima y verso
    que saben expresar,
    pero que sin el piropo
    no pueden andar.


    El mundo está como
    todos los tiempos
    sale cada admirador o enamorado,
    el cortejo si es con respeto
    bien pensado y expresado
    es bien aceptado.


    Hombres ingeniosos
    que saben admirar
    adular y conquistar
    elegantes alegran a las mujeres,
    entonces que no dejen el piropo
    aunque se jueguen el pellejo.




    Rosa Maria Reeder
    Derechos Reservados
  2. [​IMG]



    La flor, de brazos gloriosos
    cuerpo verdozo, delicado milagro
    conviertes el suelo de belleza en paisaje
    ladino el viento eleva tu perfume en petalos
    como bailarinas danzan armoniosas.

    Al parir el día un sol voraz abraza tu aroma
    los dias helados te marchitan hasta la arteria
    o los malos tiempos son implacables, te derrumban
    quizás mueres en agonía, tú que das colorido y vida.

    Podrá entonces el ser humano sostener en tu talle
    la fuerza por siglos?

    Quién podría vencer los designios de la naturaleza
    acaso el poeta?





    Rosa María Reeder
    Derechos Reservados
    A Cemento y adrenalina le gusta esto.
  3. [​IMG]


    La serenata el mundo arrebata
    ya la conquista no tiene forma
    ni flor, ni sentimiento
    es tan fría como un video
    ya no es suave de lenguaje humano
    para partir la voz que arrebata
    y enamora al balcón de la amada
    antes era el sereno de la noche
    te bajaban el cielo, las nubes y las estrellas
    y el sueño huía de los ojos
    por encontrar el rostro
    de la amada en la ventana
    con guitarra y acapela
    y de recompensa esperaba el "si" y un beso
    hoy todo es contaminación popular
    y el amor es un like a la distancia
    sin perfume, sin suspiro o sonrisa del alba
    donde quedó el romanticismo
    la canción que nace del alma
    la serenata que ama que le brotan alas.



    Rosa María Reeder
    Derechos Reservados
    A Cemento y adrenalina le gusta esto.
  4. [​IMG]



    Me gustas cuando bajas lluvia
    viajas y te multiplicas
    pegas al piso y vas
    por el sendero de las calles,
    son como espejos
    la gente a paso rápido hulle de ti,
    mis dedos te tocan y observo tu luz.

    He contemplado tus gotas mansas
    frágiles y delicadas que piquetean mi ventana
    afuera caen de la palma y se detienen
    en la punta de los picos deslizandose al piso
    como hilos de cristal.

    Cuando me abrazo a la naturaleza
    te he visto bajar por los montes
    llegas con fuerza bañando los paisajes
    acunados por tus gotas, estas alegre
    alimentando la tierra, los valles
    hasta que cae la noche.

    Gotas distintas pequeñas y grandes esferas
    prendida posas en los pétalos
    también te he visto semejante
    en el rostro,
    en la mirada
    en los ojos.

    Vas y vienes con el viento furioso con truenos
    pasiva abrazas a la brisa, helada confusa
    al invierno nunca dejas solo,
    sorprendes y veo tus ondas y huellas.

    Me gusta sentirte, palpar tu cuerpo
    tu manifestación en temporadas
    puedo ver que algo tan natural
    se ama, aunque después ya no esté.




    Rosa Maria Reeder
    Derechos Reservados
    A Cemento y adrenalina le gusta esto.
  5. He llegado a tu puerta de cristal
    donde abunda el incienso y sus perfumes
    donde la fe se aviva en paraisos bordados de rocío.

    La tarde jamás agoniza
    y las aves viajan a rutas sagradas
    van de rama en rama abriendo los caminos divinos.

    Allá donde los cantos prenden la flama ardorosa
    y su esplendor dibuja benditos pergaminos de alabanza
    donde la luz es un prodigio celestial.

    Allá donde no mueren los silencios
    y la sombra es dulce y despierta los cielos
    su velo azul maquilla los ojos de santidad.

    Todos somos alegría del otro
    dejando atrás nuestras cenizas
    para andar contigo Señor
    fundidos en la esencia de tu amor.




    Rosa María Reeder
    Derechos Reservados
    A Joaquin Pino Montoro le gusta esto.