1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. En el susurro, la paciencia muerde
    el desorden de la misma sonrisa
    los paladares que rezuman verdad
    añaden un misterio de negación
    al completo nacimiento del lugar.
    Y cuando uno lo encuentra
    ya no vuelve jamás.
    A desescombrar el deseo, palidece
    la angustia con mortíferas cañadas
    que al final,en la caída merodean
    rapadas las voluntades del sol.





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  2. Viñedos en sus ojos
    Cómo no recolectar la transparencia
    del mundo dolorosamente ineficaz,
    Impropio del deseo cabizbajo que rezuma desde gota a gota el jubón
    de la suerte.
    Asumiendo la voraz ilusión
    del mercader de los acordes
    y plegarias.
    No tramitadas.




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  3. Retuerce como un clavo la necesidad
    el desorden mutila la fragancia
    del acusador,
    en ellas el perfume camina en un halo de turbia desconfianza.
    Para agarrar con fuerza la maleta
    y no quedarse antes del fin
    en tránsito varado como una ameba.





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  4. No puedes domar las susceptibilidad
    ella corrompe los asideros de la mente, puede emerger una ola
    traicionera, que te trague y vulnere convirtiéndote en
    la soledad, con la que eres traicionado.
    Auxilios del trovador
    que va contando,
    la larga lista
    de penitencias
    que se retuercen en el vacío
    como la travesía del sol.
    en su quietud imberbe ronronea.
    La traición.




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  5. Estoy lleno de la mentira de otros
    el esbozo de mi relieve, se difumina
    son
    los acantilados nerviosos por la bruma, como el fin llamando
    a la puerta.
    Al otro lado un camino vacío muerte y vida.
    Sal del solar, confía
    la laxitud perece en el choque dormido. Con un punzón destrozaron mi corazón helado.
    Hecho cubitos se esparcieron
    por toda la dunas
    donde se derritieron,
    Y en cada punto brotó
    un tarajal, un vergel
    que revive día a día el desierto
    sin voces, por donde atraviesa
    Mi vida la atrocidad solitaria de un rumor castigador.




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  6. Corpóreas migraciones del intelecto
    dejan las riberas del estímulo artístico en pañales sucios.
    Tan importante es la odisea del hombre contra su alter ego
    como la desilusión del pétreo
    yacimiento del narcisismo.
    Que des habita los moldes del
    engreimiento palidecido, en una angular persecución de lo tangible.
    Nadie está solo, hay un ojo vigía
    que nos observa, pero es tal su crueldad, que no hace nada por ayudarnos, incluso se vende al
    mejor postor. El dinero la llave
    de cualquier cerradura, deja cerrados
    los sueños de la gente común.




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  7. Amnesia para los cuervos.
    Que mueren entre épicos.
    Combates de migraciones.
    Ansían el cúmulo tangencial.
    Para que escuchen la salida
    del dorso.
    Una amplia deserción
    capitular, donde se cumplen en
    la arena y el trono sus días capicúas deletreando un abrazo con escritura
    en braille. Un sueño que no se materializa antes de la media noche.



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  8. Sentí
    la ausencia rejuvenecida.
    El decálogo para resistir
    Solo , las sangrías de los hombres grises. .
    Mira la otredad como arraiga con
    los silencios en los huertos.
    El crecimiento silencioso de una planta o plantel me tranquiliza. El estallido dejará en minoría
    Las impermeables y dolorosas
    secuencias de la agria polémica
    del novato.




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  9. La vastedad del horizonte convierte
    en hormiga el puntito distraído que avanza hacia mí.
    El viento trae el sigilo del depredador
    ese punto sigue avanzando transforma su cuerpo borroso
    en una figura humana que trae la hora del dolor, el duelo entre él y yo.
    Ya está casi en las lindes de mi terreno.
    Me incorporo y crujen las tablas del porche.
    Ya está frente a mí es bello como un arcángel expulsado del cielo.
    Las navajas están en el aire retándose desde sus brillos.
    Mi hora ha llegado.
    No recuerdo mi nombre.
    Mi vida ha sido un ensayo.
    Un camino donde me encontré
    con muchas encrucijadas.
    Hasta hoy. Que toca perder.

    Tributo a Jorge Luis Borges




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  10. Se ensucia, se ensucia la gran capa
    de la reputación, con mentiras
    de patitas y astucias recortadas
    en mimbres sonoros.
    ¿Cuándo habrá pericias en la regla y en el compás?
    La dactiloscopia mece la vida
    huella a huella.
    algunas, se siguen
    otras se te meten dentro
    se arraigan algunas no son ni
    recordadas.




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  11. Nos saludan desde sus campos de golf.
    Nos explotan,con el sino del hombre ambulante.
    La doncella y su manantial
    pernoctan la violencia con la que
    se atacan a los acreditados en belleza.
    por levantar envidias, y fracturar
    los grupos de ausencias,medidores
    de juicios donde todo el mundo, menos el individuo, sabe por qué es acusado.


    Tributo al proceso de kafka


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  12. La noche se turbia en el despojo
    del abismo, en la caída del alpinista
    recordando su victoria al coronar.
    La destrucción del popular reflejo.
    Empieza con la fractura de la mentira que gozaba ya.
    Sólos los octubres del calendario
    dejan caer hojas en el jardín cerrado.
    casi nevado el corazón en el esqueleto. Palpita dolor enquistado
    casi un tumor de desengaños.



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  13. Están desnudando el vaso
    de mi mutismo
    con vergüenza asceta
    el olmo duerme entre otros
    el viaje no acaba
    la danza tampoco
    eres mi todo
    mi vaso a medio llenar
    el dolor de la despedida
    la única verdad sobre mí, guardada
    en tu matriz, esperando ver su cara.



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  14. Y hallé estiércol en mi sombra
    taladrando con la existencia
    de mi ego.
    Martillazos de dolor
    en ese simulacro
    de ansiedad donde se tuvo
    primeros vigías
    que oteando la llegada, nunca más
    sembrarían los círculos campanadas
    de boda.
    El silencio de ese, huerto. La agricultura de ese miedo.
    Ya aliado del delirio.
    En los mundos que se esconden
    debajo de la alfombra no saldrían
    nunca más.


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  15. Zuecos del ocaso enfangados
    en el barro, meridianos del placer
    que auscultan la rectitud castrada
    en los desvanes.
    Se va yendo la clausura de los mirlos
    saludando la jocosa brillantez del globo.
    El fervor auténtico me pide café del
    molino, acritud desangrada en el
    cebo que tienen los chorizos por estas tierras.




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