1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. En la bravura de los vientos
    en el atardecer cuando llamea los días cociéndose en la brasa del horizonte, no te pierdas anclaje rubí
    la noche estalla en tus pupilas rojizos
    armamentos del trino
    dime cautela la sombra estudia tus relieves, con la amplitud del dorso
    cotejado, lirio, y tulipán. Robustas alianzas del yo perimetral, causa
    de abierta de piernas en terrazas
    Llamando a la luz de paritorios
    cúspide del invierno en las extremas
    llanuras
  2. Di cautelas del carbón, con el pecho
    palpitando desde los bronquios
    el esputo de la negra saliva.
    Di inmisericorde razones de branquias, y agallas frescas
    ampliando la belleza.
    Di tú granizo de la tormenta
    que rebosa la tranquilidad,
    del cobarde huido.
    Soliloquios primarios,
    con tenazas cortando cables
    de Dron que o nos vigilará o nos bombardeará.



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  3. La llama alumbra vértigos de abismos carenciales , sólo la inanición acaba con el latir de las esperanzas,
    su disimulo vertebra ángulos en pico
    dentro de círculos de ascensión,
    como , dentro de globos hinchados subiendo al eterno
    cielo, con un mensaje sin prerrogativas, ni humilladas caricias
    del poder, hasta explotar volúmenes
    de silencios orbitales que nos lloran
    en la epidermis, las gotas del sudor
    de eléctrico sabor.
    papiros mutilados en la vieja nostalgia que por ósmosis se pliegan
    a la juventud delimitada con nervios ausentes, como cuerdas de guitarra enmudecidas. Hay ahí un asco en las venas que riegan multitudes de cemento fresco, enfoscando el aullido de los cimientos.




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  4. El torpe deambular de nuestras vidas
    cuando unidos saltábamos como cabriolas abovedados.
    Volver candentes mis iris , aquellos que nos anclaron
    mutiladas enajenaciones.
    Del roble disimulo
    de un sospechado y grácil.
    Cosechamiento en la oratoria,
    en los cruces de caminos con
    deseos de voracidad que explotan la balanza de los nervios.
    Humanidades en amplios mentideros.
    De hebras en la urdimbre de etiquetas
    catárticas,
    ronronear los bullicios entre laberintos de medicina orgullosos del mensaje.
    Cuando el dolmen del sueño circular construye entre soplidos de viento, sus catedrales.
    El peine que demarca las ondulaciones
    que la marea y la hiedra abrigan
    singular la aureola de la imagen nos
    socava como grutas o minas entre las
    piernas del templo hecho mujer.


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  5. De lumbre canosa agita el dolor
    en cama mugrienta.
    El sueño te aprecia como una profesora
    a un alumno.
    Malas sintonías perplejidades en los puertos del miedo.
    El farol desgrana la salitrera fusta
    de la dominatrix, preciosa mujer
    que agita el poder del ejecutivo.
    Lo somete como a un escarabajo
    pelotero rodando la pelota de mierda
    la que la inercia acaba con todos.



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  6. Los solsticios de la carne,
    cambian también como
    manzanas atribuladas
    al comendador del junco
    y del río.
    calientes como diseños
    de la unidad, vitorea premios
    en la noche que se afila
    en el andamiaje del horizonte
    que en delirios
    de las perreras.
    Canallas auscultando paredes
    demolidas por susurros de altruismo.
    No saben ni sabrán nunca, de la búsqueda de la virtud.
    Y perfeccionamiento de la ampliación del triunfo.
    Y la dicha de saberse no manejados por los hilos del abismo.


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  7. Mi fragilidad me adormece
    llena de lírica,
    se desnuda agreste entre riscos
    del relieve de una costa tartamuda,como las aguas que golpean las rocas y no las convence.
    Próxima parada la desazón puntiaguda del nervio cromado,
    invención pleamar del socorro.
    La lástima se preña de olvido
    y nos pastorea en un silencio
    capitular , como los mil caballitos
    dorados que amanecen, en diásporas
    de espalda quebrada. Casi esclavos
    del dolor, masoquistas del rotor del planeta abovedado como el interior de una burbuja.



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  8. Si te tuve, casi ni me di cuenta
    fue como el olor de tu melena, tonalidad
    miel, que se disipó congelada
    después casi el irradiador tatuaje
    en la memoria,
    me besó con su boca helada y una caricia con sus dedos fríos
    helaron la melena y mis pómulos.
    El niño te quiso.
    Por las vías de un tranvía lleno de deseo.
    Por los silencios prematuros.
    Por los cuervos que se posan
    en las tejas de una casa para avisar.
    Que ahí morirá alguien.
    La nariz se metió siguiendo
    un fino hilo de perfume en
    una esencia de mujer que castañetea la efervescencia del color difuminando de un negro a un rojizo
    el tango bailado por un ciego
    a un pétalo caído en su sonrisa.
    que ligeros se abren sus labios
    y muestra el coral de la cuenca
    como el tesoro del triunfo.



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  9. En las pulsiones, en los latidos
    muerde mi mundo el eje
    que lo asa lentamente
    como si fuera un pollo.
    No merecía la inquina
    el desorden del miedo
    el patíbulo de los deseos
    los besos del amperaje
    de toda mi intimidad
    sólo con las lágrimas.
    Vertidas mantendría
    la balanza de los torpes
    lejos llamaban ardiendo
    la voluntad de no ser culpable.






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  10. Mi elogio no viene del delirio,
    viene del síntoma y de la reacción
    porque dentro del psiquiátrico
    mi válvula de escape es escribir.
    Lo único que he de hacer es distinguir
    cuál de los psiquiátricos es mejor para mí.
    La sala de dentro, pequeña donde casi no puedo escribir ni leer,
    o el gran drama de la sociedad enferma
    que crea enfermos mentales.



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  11. Una rareza construida en el arpegio
    del cono familiar,
    evoca templanza de un silo vacío
    para el trigo.
    Moldura de añeja siembra que nos
    satisfaga en la herida del crepúsculo
    pavimento de ungir la dorada máscara del trino confuso.
    Y así mercadear con la cosecha,
    en meridiana disconformidad,
    los trastes del bajo cuyas cuerdas cimbrean cómo cipreses envueltos
    en la tormenta, pintando con sus copas pinceles de enterramiento.
    Un trazo en la pintura de toda una vida, rasgada mentira de la plasticidad del nervio en el viento solano.





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  12. Escribo con mis vísceras la tertulia
    de un protocolo que debate el exilio
    de los últimos besos que nos dimos.
    Mi delirio aumenta soñador
    por los riscos del mundo, trazado
    en la serenidad del trasiego que en la
    multitud prende la mecha,
    para que se abra de nuevo
    las miradas delirio aumentan
    con un trazado de nostalgias carmesí con la inepta corrupción
    que desgasta un nuevo tacón y al bajar.
    El destino de las bestias del mundo Salvaje
    Llevan un décimo de amabilidad.



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  13. Rebuscas en el cajón del apuntador.
    Los hilos de tristeza que has de esquivar, manipulando, veraces
    destellos de murales que se reconstruyen de animosa recompensa,
    cuando los huracanes se ceban
    la calma es la batuta de la coraza
    de arbitrajes y decepciones, que encuentras en el camino, en el centro
    hay calma fuera de él,
    la catástrofe regenera antes de tiempo su distribución avezada de recompensa......
    El apuntador enmudece, está afónico.
    La singularidad del verso nos hace a todos impermeables doctrinas
    pálidas, para averiguar tus inclinaciones
    en la balanza de la sordera.




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  14. Sin noticias del amperaje de mi corazón
    la noticia brama elástica como
    la luna atravesada por las flechas del dolor.
    Mi rostro revela auténtico
    los silencios sin doma.
    Que aman la tertulia manuscrita
    en el desamor también anulado porque en tu odisea mental
    la búsqueda del placebo
    aumenta como caníbales
    los deseos de tenerte.
    En mí se difuminaron hacia el infinito como puntos suspensivos....
    Se rompieron
    todas las aduanas
    todas las fronteras
    todo el combustible para quemar
    la agonía de mí misma deserción
    las tranquilas venas
    rastrean en su mismo circuito
    La localización del amor
    Y en la conjura del premio calibrado
    empezó un breve latido como un
    autómata que se regara así mismo un nuevo corazón.
    Que tanto te mereces.



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  15. Tu belleza, ese animal enjaulado
    lleno de salvaje presencia,
    haciendo arenisca en la templanza
    cautela del soñador, que pluraliza la ósmosis del triunfo piel a piel,
    que reluce ánimos de enjambre.
    Perennidad del peligro cuando
    se te acaricia.
    Dejarte libre es ese anhelo virtud del
    cautiverio que piropea la añada en mi intimidad.
    Busco el testero por donde la llave
    te encuentre cifrada llena de etérea
    razón mi vieja milana bonita,
    vuela libre en el arañazo del
    cielo, en la astucia del mercader de los vientos,
    que te pide oscilante el arrebol hiriendo la tarde,
    hacia allí has de volar.





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