El blog de Víctor Mileo

Los lugares comunes en los que
crecimos ya no existen,
se han transformado en cadalsos
para la juventud,
Apremia vigilar la caldera del recuerdo con minucioso
cariño.
Tan solo admirar que lo que no cambia es el amor florecido en aquellos lugares que fueron testigo
de nuestras conjunciones, predicadas
en el llano atril de nuestro deseo.
Y así saber que siempre fue un eterno giro postal que nos llegó
para comprometernos en la lira
del soñador.
Emparejados con un flechazo.




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Patíbulo de imágenes
transitando soledades para exponer
el cálido auspicio del despertar
tierna infancia que escarba entre
los recuerdos la imaginación
de lo que pudo ser y no fue.
Pero el eje, del globo
gira como un pollo asándose en la
lenta inercia del domador
de las decepciones, preñeces
de un dolor que agudeza la lírica
sembrando versos en las huertas
del cielo.





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La niña de las sonrisas de abril
tiene mocasines de huellas que
en la nieve balancea atriles del yo
mendigo.
Su esperanza disipa cualquier caída
entre abismos de yugulares, carencia
de una trasfusión mayor para la anemia pellizcada del corazón
pérdidas del añejo sabor a canción del trino.
Pajarillo de jaula sin destino
puertas abiertas del soñador
melodía palpitante en un grato recuerdo de amiga.




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Días que son latigazos en la espalda del tiempo.
El hueso mece su pudrir
naciendo hollín
en un invernadero de nostálgica
despedida la acerada multitud
crea precoces llamas de la hoguera
que en la micro estancia del ecosistema donde riega la natalidad
su permiso para acampar en la escena del teatro de lo efímero
alumbra a todos con un único foco.
La luna.
No hay escenario que palpite
sin ayudar al crecimiento
del actor, el suyo y el del espectador
que como cuarta pared refleja
capitulación ante el arte de la oratoria.




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Yeguas negras respiran la mañana
y dibujan sus contornos entre la niebla
sus dos tubos de humo respirados, se mezclan con la bruma de otoño palidecida por una pintura
en un cuadro onírico.
Que pintó algún artista.
Sus lomos se platean de un brillo
nácar, toda esa espesura en el iris
mantiene la imagen viva
aunque esté suspendida en el tiempo
que detectan los pintores para embellecer el momento,
en la retina se mezclan la actividad y la pasividad.
Un instante virtuoso que prende una llama incendiando la lejanía del sol
con la fotocopia de su sombra
amanecida en la Luna.
Yo creo que esos caballos son la noche
que respira los primeros rayos de luz y niebla están quietos como esperando que la luz los borre
los últimos testigos de la libertad que te da la nocturnidad.
Y que zarandea vibrando el incendio
del amanecer.





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Si yo tuviera la merma del bulo
entre mis manos
la destruiría sacándola de su matriz
¿cuánta gente se oculta
detrás del rumor?
Hiriendo engordando con cebo
la sombra de la reputación
desmayo del mundo que gira como
noria de simulacros amperaje
de energías que suben bajan
y destruyen el destello de la diferencia
pero también el de la indiferencia
ese breve destello
como ligereza del arte cuando
aparece luz,
búsqueda interminable
de ese brillo
que ilumina todo origen
y destino
por todo y por nada
escribo yo.
La expresión artística mutilada
por la mentira
deja posos de envidia
obstruyendo la arquitectura
de la libertad.



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Los besos son mensajes sellados con lacre que
cicatrizan en la duna de tu sonrisa
calle del barrio amparado por silencios y dicotomías.
Los trabajos son la condena de los sueños que en aullidos conocen
el grito de cometa y retuercen tu sumisión hasta que la voladura
del mito no corresponda con un
sincero adiós al impermeable
segador de victorias. Aunque tu trabajo no te guste.
La razón de mirlos avalará
siempre tu arte con destinos
inconclusos pero con un impulso
de sana salud mental.
sólo la locura deja permeables silencios donde ahogarse sumiso
ante la voluntad atrapada en letras bancarias.





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Ecos de un cementerio de gritos
ascienden por la violenta paz
alcanzada en los silencios
del verso, y siempre adúlteros
están los mundos pelados como naranjas gordas exprimidas
avisando que la roca de tu aprendizaje empiezan a pulirla otros
sin permiso.

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Tengo una soledad que se mete
como las ratas en los recovecos
de las alcantarillas
ella mancha la precocidad
del momento
tallado en normas y más normas
que impiden expresar la ornamentación del silencio.
Donde se busca como una mosca
atrapada en la mendicidad de la araña
un mundo rellenado por la indiferencia
es la misma que la soledad
exprime en sus vasos coronarios
el tumulto aplastado en el metro
a su hora más dulce.


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Lluvia de garbanzos del ego.
riegan como canicas la impronta
necedad del torturador.
Camuflándose entre aullidos y ecos
la indolencia marítima del seno
agrieta sin dulzura un involuntario perdón con bulos y renglones que se pierden en el adiós.
Las crueles humanidades que
siembran violaciones en los zapatos
de la doble cara del mundo
dejan huellas sin marcas
para franquear la delgadez
de tu tallo.




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Los vacíos son hogares del silencio
cavernas del papiro ,
invención de los solsticios
calidez del muro sudando en sus riberas la magia carencia del múltiplo cegado por soliloquios
de tierna preñez.
También disturbio del pozo
romance de eléctrica mama
que al llorar mutila la singular
paciencia para querer
el límpido deshuesar de tu inmadurez ya tierna sabiduría
de tu miel.
No exuda dioses de álgebra.




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Cruces en un mapa sonoro
pliegos del mundo ansiando
calibres de suspiros donde
los antihéroes se miran frente
al paredón , pero la historia rellena
de hombres mundanos la resaca
que la gente matricula en su mente.
El legado anónimo de todos esos seres son los infortunios que a jirones en la
segunda piel , la plasticidad
de los disfraces des maquilla la charada con la dureza cuando el hombre juzga al hombre.




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Los sucios compases de la vida no son disimulos que reconozcan
su arbitrariedad,
son pura invasión del íntimo desgarro
cuando miro la sombra de tus pulidos estómagos
digiriendo las calles del decorado
el párvulo des nacer de tu mirada ansiaba una
transfusión de gente sin dolor,
gente que amó una vez y perdió.



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Te siento cercana
desde una desmesura tallada
arropo tu sendero como un cable
conectado conmigo.
Nunca te he visto
simplemente te presiento.
candor de mi vida rota.
Tensión del maltrato que recibí
que me piensa en un sincero
dolor que me hunde en
la realidad abstracta.
de mi paternidad.
Perdido alojo
del mundo metido
en tu vida,
Hija.



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Di nostalgia del viento
te vuelas camino entre huellas
tu sabor a continente me pide
perseguir quimeras.
dentro de burbujas de aire están los
besos y pellizcos del sol cuando tu noche te alcance hay que poner en hora de nuevo tu reloj.
Las flores tentadas crecen más hermosas como sabiendo que las desean niños hambrientos
siempre tienen a alguien que les
rieguen con dulce tiento y
cera derramada en los sueños aunque me toque perder
tengo sangre en tu lienzo.
Sellando caminos antiguos
sin ti resto vida tirado por los suelos
como limpian la sangre de toro.
Todos los locos.




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