1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. Los candiles con su luz des obturada
    son como pupilas escondidas tras la luz hirviente en el asfalto del ojo
    prensando el calor de los días.
    Y sintiendo la voraz venganza
    clavada en la espalda.
    Su traje de voz compuso orillas
    de deseo en la playa tragedia de sí mismo, auscultando paredes
    heridas con clavos, sangrando en envoltura la paradoja de ironía
    que se comía la multitud.
    Como una pincelada de nervios y pelos, deslizándose entre la mentira.





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  2. Sordera vocal elevada, en
    diagnósticos, de pereza
    por un pasillo de incredulidad
    que se encuadra en la lejanía
    cuando se ve venir al dolor
    atrapando lunas de papel
    húmedas como piernas
    de nadadoras.



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  3. Mi ingenua mirada me traicionó.
    La tuve disuelta vagando por el urbano, decorado.
    Ese tránsito era hipnótico
    balanceando a la muerte
    que emergía de entre las sombras,
    las calles sangraban mitómanos
    perdidos en una fracasada fama cayendo, cayendo por la cascada de decisiones erróneas.
    Mi visión se hizo mayor.
    Quebró tapiando la pupila con muros invisibles, desde dentro
    la mirada al ver no dejaba que penetrase el horror
    pero, sí el dolor
    toda mi existencia
    absorbía como
    una esponja, la crueldad con la que
    se disparaba humillación, un mal tiro
    se llevó una vida, de las siete
    aun no corrompidas, por lo mal
    construida que estaba la escalera
    social.
    Guetos de infamia reproducían
    la infancia frágil y expuesta
    ante los retos, que la senda
    me llevaba hacia calles sin salida.
    El vómito del mundo era irónico.
    Porque era la herramienta con la que soportar toda la mentira,
    construida en el día a día.

    Busqué campo después de la jungla
    de asfalto.
    Y en la soledad encontraba mis defensas
    Aunque, la desestructuración
    del andamio mal montado
    no dejaba que acabase mi
    refugio, conseguí hacerme con
    un cinturón de herramientas. Para que mi mundo conocido
    no me maltratase más, y empezase a domar.
    El monstruo reproducido a base de golpes que quería venganza, construí
    para mi Mr. Hyde un velo de paz,
    sin ira.
    La mirada entumecida se deslizaba
    buscando belleza, y así fue como
    la poesía me encontró lleno de la surrealista mirada de
    exposición al caos.
    Y empecé a escribir, a expresarme
    ante tanta violencia.




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  4. Durante el tiempo que nos amamos,
    fue como degustar el río de miel,
    mermelada y chocolate, de tu piel.
    Triunfando cada noche en la que
    rezumaba el flujo de ese mismo
    río, potenciado por costas de frutas
    y bienvenidas, un deporte donde
    los dos nadábamos sobre ligeras estrías de espuma y olas que nos acercaban al dulce contorno.
    Deleite de nudos de lazos contundentes.
    Ahora después de todo aquello.
    La irascibilidad del tiempo
    Me ataca como si yo fuera un muro
    lanzándome una y otra vez una dura
    pelota que arañaba la pared, levemente pero cuando estaba mojada, dejaba sus golpes impactados en mi coraza de ladrillos.
    Levantada tras la frustración
    de nuestra desunión.






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  5. Los orgasmos estallan como hongos
    atómicos, su ráfaga polar arrasa con todo como injuria de unos lazos tiernos con la suavidad cayéndose
    al precipicio de lo neutro.
    Y entonces candentes ojos en llama
    arden de placer durante toda la noche, frágiles y capaces de adormecer,
    la paredes que se ablandan.
    Son paños de vitalidades, muriéndose
    destiñéndose en los arcos vitales.
    La ráfaga del viento pule el absurdo
    deleite de las preguntas.
    Desafortunadas.





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  6. Los puzles de los sentidos, anclan
    en el dolor, las raciones de pereza.
    Deambulan con estilo ,una levedad
    de astucias, que empiezan siendo
    una rabiosa basura que se va convirtiendo en silencio empaque tado, dispuesto a enmudecer, con directrices los sorbos del júbilo.
    Amanecidos en distancia y vulnerabilidad.




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  7. Un traje de ceguera, de tacto involucrado en el despunte de su
    reanimación,
    la nube dactilar
    escribe mutilaciones del iris
    cuando a saltitos, los nombres
    rotos amplían la memoria,
    también sentados en la falta de diversidad están, los pícaros
    meciéndose en hamacas
    casi rozando el perímetro,
    pulen dorsos de genialidad
    entregada en números
    corrosivos.






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  8. La bailarina de las tardes del oro y caricias
    gira llena de hipnosis inmaterial
    como una estela de sabor a la que largas multitudes organizan orgías
    buscando el éxtasis
    incubando el delito de no saber
    nada, ahí terreros cm de un auge
    capitulan y se duermen victoriosos
    por llegar a la esencia mecida
    de la falta de gravedad.
    Y la bailarina gira con el eje
    reverenciando el sol hasta
    difuminarse en la otredad
    con pinceladas de rubor
    frágil.




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  9. Sólo el horror desencadena unas
    inevitables coincidencias
    que aun sin querer se desarrollan en imitaciones, como simulacros
    empapelados, en el orar del sucio
    campo de estrías, inflamándose
    en cúspides, el hermano perro
    segrega la saliva con la que se cura
    y en su fidelidad no se mueve de la tumba donde hay huesos de su dueño
    irrigado por el suero de la psicosis.



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  10. El descanso del tórrido camino
    no deja que los que lucen su esclavitud te arengan una fama de ejemplos incorrectos, ya
    designios de la parábola social
    víctima del gueto.
    Anclaje del dolor cuando te etiquetan
    con crueldad. La sádica ocurrencia
    de la fama que es como tu sombra
    No te puedes despegar de esa maleta de errores, y a veces mentiras abonadas en el jardín crecen hacia todas partes, una hiedra de malicia
    y digestión.




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  11. El curso de los días no tenían
    el sabor a ti, sus interrogantes,
    eran como modular en la radio.
    El programa de las seis.
    A veces cuando cogía nieve me quedaba absorto como si fuese,el sonido encriptado del dolor supuesto.
    Y quedó algo muy claro, los paréntesis de la negación
    van cerrándose, cada vez más estrechos
    su dirección, en filada en colas de gente que mal quiere, así desean
    domar el sereno y ungido, trago de la mala suerte. Sin paciencias.



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  12. Surjo del tiesto plantado con inercia
    con el sabor vegetal del nacimiento.
    la fotosíntesis me ayuda a mercadear
    cambios de realización en llanuras
    mercantiles,
    nacer como guisante y ayudar a la lastrada inmersión focal. Del torso
    acerado como una coraza de absurdez
    tangible, merodeando la llanura
    cromática versión del Junco polar
    y salirme del tiesto.




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  13. Siempre el camino donde intuyo
    la necesidad, que cojea y ofrece la ayuda entre arrieros,
    pero la traición y la envidia,
    rezuman auténticas.
    Del canje que te obliga a madurar.
    Este impulso de protección
    merodea rabiosa la venganza.
    El ingrato que se sube al tren de las oportunidades, y se baja sin dar las gracias, como una cucaracha, difícil
    de eliminar.
    El trazo que quedará en la historia
    serán el eco remoto del brazo por brazo, siempre su antagónico grosor
    de negrura atará a todos en un embrujo de estafa y maldición.
    El camino de socializar de crear
    los vínculos, es una pugna contra
    la oscuridad del vencedor.




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    A LunahSwarovsky le gusta esto.
  14. El vapor de la alcantarilla
    esconde entre el sigilo
    del aliento ,que duerme
    paciente, a un monstruo
    de hojaldre
    divulgando su retorno
    amparado por el ministerio
    del sollozo. Y
    la adversidad trinando en un embudo carencial donde hay residuos anclados al desliz
    de la radioactiva muerte blanca.




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  15. Suspiros de siempre, maquillan
    en el invierno de los sauces llorones, la verdad oculta, una vez encontrada
    tiene que reposar por su porosa piel
    de naranja el humillante color del trino que suena a hambre, a muerte
    para alimentar ese hambre
    y a sucio adiós, calidez de la noche
    abrigando el trueno nocturno.
    La perdiz del camino.





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