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______________-☀-Sólo para CONTARLO-☀-_______________

Publicado por Gladiadora en el blog El blog de Gladiadora. Vistas: 855


-Registrado en Derechos de Autor-


¡Estoy sola en la Tierra,
el mundo ha terminado
y yo he quedado en pie
sólo para contarlo!...

Lo único vivo que contemplo
es ese vuelo trágico
de las sombras rapaces de los buitres
que invaden el espacio
con la urgencia inmediata de iniciar
su banquete macabro.
Los cadáveres yacen a mis pies
grotescos y pálidos,
como una promesa siniestra
de esqueletos escuálidos.
Me rodean los cuerpos exangües,
como frías siluetas de tatuajes violáceos.
El suelo finge inconcebible lecho
glacial y funerario,
que lágrimas y sangre con raudales
de pavor incontenible amortajaron
y el cielo, amenazante y gris,
semeja un gran sudario.
¡Allá, retumba el trueno,
centellea el relámpago!!!...
Aquí yace un soberbio General
de uniforme entorchado
y ostentosas medallas,
que dudosos honores han premiado
y, junto a esa gala, hecha jirones,
está el cuerpo desnudo de un Soldado
que se amparó de las ansias de la muerte
en el frío metálico
de su inútil fusil
para siempre callado.
Acá veo a los Reyes y las Reinas
mortalmente abrazados,
sobre las ostentosas gemas de sus coronas rotas
y a sus desnudos pies, todos sus Lacayos.
Más allá, al pie de la ladera
de la montaña que limita el campo,
emergen de la lava de un volcán
los despreciables restos de un Tirano
y, sobre las protuberancias
de su cuerpo malvado,
envuelto en un jirón de la bandera,
se encuentra el de un pobre Ciudadano.
De las cumbres bajan los hedores
de irrespirable vaho
sobre aquellas pupilas entreabiertas,
de brillo tristemente opaco,
sobre aquellas piernas extendidas,
sobre las soberbias y humilladas manos,
lo mismo de aquél que fue infeliz
sirviendo como Esclavo
y oprime con un gesto póstumo
el lamentable látigo,
que de éste, que en vida fue implacable,
su temible y poderoso Amo.
Con los ojos abiertos y vidriosos,
reposa, bocaarriba, un Mercenario
y sobre su pecho descansa la cabeza
de un Héroe legendario,
dentro de la escena más terrible
del más dantesco cuadro.
Irónicamente unidos en la muerte
y burlados por ella, dándose la mano,
en una simbiosis antes imposible,
hay un Negro y un Blanco
y a su lado, en lastimosa pose,
el patético cadáver de un Anciano
que intenta proteger inútilmente a un Niño
dormido para siempre en su regazo.
Más allá de toda diferencia injusta
impuesta en vida por el género humano,
cubiertos por el cieno y los escombros,
inertes un Gigante y un Enano,
y, casi sumergidos en sus propias heces,
por un común destino ajusticiados,
en una paradoja insospechada,
Ateos y Creyentes abrazados,
petrificados paralelamente
con restos de un Ladrón y un hombre Honrado.
El rigor mortis del típico Ignorante
permanece de bruces en el mismo ángulo
donde yace aferrándose a sus libros,
sus diplomas y premios, el cádaver de un Sabio.
Mientras, bocaabajo, se encuentra el Generoso,
a su lado, en el sentido inverso,
sobre su tesoro miserable, el cuerpo de un Avaro
y, entre las cenizas húmedas del suelo,
el Mendigo frente al Millonario,
confundidos los cuerpos en el lodo,
las joyas, la sangre y los harapos,
el Cobarde murió junto al Valiente,
¡aquí veo sus cuerpos desmembrados!,
de sus complejos y equivocaciones
inesperadamente despojados,
en un final común que los iguala,
rebajándolos hasta el nivel exacto
donde nadie es superior a nadie,
donde no valen ruegos, blasfemias, ni pecados,
ni arrepentimientos a la última hora,
ni juramentos falsos
ridículamente repetidos,
ni imposibles milagros,
ni pomposos altares erigidos
en nombre de LO ALTO,
ni ningún artilugio inventado por el hombre
que, supuestamente, lo pondría a salvo.
En este alucinante Apocalipsis,
protagonizando el último holocausto,
el Mármol de Carrara de los ídolos
se esparció en mil pedazos,
el fuego ha derretido al Oro puro
y las piedras preciosas de los báculos,
exentos de poder para evitar
este Juicio Final que han provocado
el hambre de Poder y la Ignorancia
que la miseria humana generaron...
No ha quedado en pie ni un solo templo,
ni choza, ni castillo, ni palacio,
durante esta profética hecatombe
absolutamente todos derribados.
Al estallido del espacio sideral,
el cosmos, de su curso desviado
precipita un Hiroshima Universal,
que, de polo a polo, extiende el escenario,
en una catástrofe que abarca este planeta
hasta su rincón más apartado
dónde los Ejércitos y las Religiones,
han sido de los mapas, de súbito, borrados
y, con ellos, las Fronteras y las Guerras,
soberbios Gobernantes y absurdos Gobernados,
despiadados Esclavizadores
y sumisos Esclavos,
en este cataclismo merecido
que ha pulso se ha ganado
toda la raza humana, víctima de sí misma
y de todos los monstruos que ha creado.
La Ambición mezquina del Poder,
las Banderas, los Himnos, las Insignias
y todos los Símbolos, han sido aniquilados,
ya no inspiran al Odio y la Venganza
por ellos propagados.
Libre de sus perversos Asesinos,
la fauna está de fiesta, pisoteando
montañas de cadáveres
de absolutamente todos los estratos
de la escala social,
por la muerte igualados.
Con este temblor incontenible
de mi mortal espanto,
camino zigzagueante y aterrada
con vacilante paso,
los cadáveres sucios, con mis pies
llenos aún de vida, sin querer, hollando
y tal parece que los pétreos ojos
me miran con sarcasmo.
Ni siquiera hay lugar para que el luto
tenga razón de ser, desalojado
de su inútil y típico propósito,
a la doble moral acostumbrado.
El frío irrevocable de la muerte
impera en este caos,
que hasta piadosamente para los demás,
ha barrido con todos en el acto,
mientras el sufrimiento para mí
ha, sin piedad alguna, prolongado,
condenándome a apenas existir,
sólo para contarlo.
Te busco enloquecida y no te encuentro,
mis pupilas se queman con el fuego del llanto,
mi garganta te grita dolorosa
un requiebro macabro
y, como en un lamento, me responde el eco
de mi voz anónima, que trato
de reconocer, mientras rasga el silencio
al conjuro aterrador del rayo.
Te espero inútilmente,
me adormece el letargo
de esta fatiga interminable,
del más triste cansancio
... sólo por ahora sobrevivo
a este drama fantástico.
Y... caigo de rodillas
sobre este suelo blando
que reservó para este cuerpo mío
un diminuto espacio.
¡Le suplico entonces a los buitres
que acuden a la voz de mi reclamo!:
-'¡Por piedad!, ¡sáquenme los ojos,
el corazón del pecho, la carne de las manos,
beban mi sangre ardiente,
dejen mi cuerpo mutilado,
que no quiero vivir inútilmente
ni arrancar mi vida con mi propia mano!...
¡No soy ninguna santa, yo también soy culpable,
no merezco tampoco ni siquiera un hálito
del aire que aún respiro!'-...

-'¡Que devoren las hienas y los lobos
mi cadáver exhausto,
....que ya sobreviví lo suficiente
sólo para contarlo!'-...

Gladiadora______________
A dragon_ecu, Khar Asbeel y Maramin les gusta esto.
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