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Blancura-.

Publicado por BEN. en el blog Vástagos-.. Vistas: 593

Los blancos ataúdes, las blancas líneas, los azules cielos, los roquedales infatigables, los augures delicados, las vastas concentraciones de átomos y partículas, el aire que respiro, la materia gris convencional, los pisos uniformes, las bandejas de plata o de granito, la cubertería fatal con su brillo condensado, las autopistas llenas de mendigos, los geranios en sus floreros, las comprobaciones a destiempo, los sueños inútiles, los adeptos perdidos, las flores bajo la cama, el orinal junto al muérdago; la visita de los familiares, los interrogantes y su claustrofobia, las mafias secuestradas, los racimos sin ramas níveas decorándose. La multitud agazapada en un atroz grito, las serpientes y los truenos, las motocicletas estivales, los lampiños campos sin abedules ni resinas, los herméticos medio fondistas, los paseantes; la anónima casucha donde vivo, el declive de mi vida, la anarquía y sus secuelas, los ladrones con sus capuchas. Vivo en la ignorancia, duermo como Judas, en los trasfondos quietos de las móviles sustancias, donde se estragan las formas de las metalúrgicas factorías. Me desligo de los blancos cementerios, recito de memoria los antiguos versos bíblicos, reniego de mi esencia múltiple, fustigo los lamentos en la erosión de la vida sin mirada. Y miro, lo pálido del día, sin llamas apenas, los cigarros encendidos en materiales adversos, botellas de plástico naufragadas, y observo, lo ecuestre del lienzo que me observa, su suave manía de hacerse periferia de mis ojos secuestrados. Desplazo la mirada, vivo en la mirada, sueño, gozo, pernocto en la mirada, que eleva su crucificada madera, desde los rayos hasta el placer de los enseres. Cimientos desvanecidos, mi casa hecha un pandemónium de etcéteras imposibles y porosos. La sangre que avecina un lugar corriente, la luna con su luz de ascenso portátil, y ese eco de los bosques que penetran los adoquines bulliciosos.





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