-
Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"Cerrar notificación
!!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!
Calvario sin sed-.
Publicado por BEN. en el blog Vástagos-.. Vistas: 510
Sueñen los niños hipócritas
con carnets deficientes de inteligencia,
y se adviertan los náufragos en sus distancias
equivalentes, que tú soñarás
con lo que dios te niega.
Busca en la palabra la tentación profanadora
del aire, embalsama con tu licor de protesta,
la décima parte de una lira ajusticiada en invierno.
Que yo pronunciaré mis lisonjas adquiridas,
las vetustas madres que abolieron todo un sistema.
Sueñen y descansen los hijos terroríficos del hambre,
que tú soñarás con lo que dios te negó en aquellos instantes.
Musicalidad trivial, empecinamiento oscuro, sueño
de reyes vírgenes, en destartalado templo; tu ignorancia
supina maltrata el diccionario y cumple su enemistad.
Palabra de niño hipócrita, de niño serpiente, que se acuesta
a través de la tarde sin la leche materna.
La noche funde el calor sobre tu cuerpo,
en ese momento tu miserable aspecto, exhorta el triunfo
visceral
de la nada en su aposento, ya te lo dijeron, qué
futuro; mas ibas, por aquel entonces, y emulabas rosas sangrantes.
II-.
Empalizadas rotas por el murmullo de la tarde
contrarias costas debilitadas a su sumo sacerdote
reinas de un día acostándose en su matriarcal cenote
habitaban un mundo irreal de día de noche
contenedoras de un depósito cósmico vital
sueñan todavía los hijos del solsticio, primavera
puesta en pie por ladrillos y usureros,
mas te gusta la caricia intermitente de la nada,
su fusil ametrallando puertas evanescentes,
la consagración rebelde de una extinción invalidada,
el sueño que acometen en detrimento cobardes y furcias
de soslayo,
la persiana bajada y el control automático de las emociones,
ese fingimiento y ficción de los números cuando se saltan
los muros de las bibliotecas, asaltando el cielo, con prevención
incurable.
Vuelve a tu puto reino, de escobas y ardientes tizones,
rey de simétrica inseguridad, cómo duermen tus dientes
de tiburón o rosácea carne entre ellos.
Comandas el hálito calcáreo de la saliva impertinente
accediendo del dolor su pestilente caos rojizo
y esas marismas de absorción lenta y patética,
donde se depositan los vellos púbicos de una marea
indigente: mira, tu alma acariciada por susurros y no
por palabras insaciables, actos tras la avenida.
Cristo tiene discípulos, rojos membretes, apneas
y un millón de juguetes para niños hipócritas
que apenas saben mentir de verdad. Tu rosa saciada
castiga los dientes en su territorio invernal, la lasciva
carta emitida por los octogenarios apenas si recibió
respuesta o contestación, el colmo de lo expresado por
hilos de tiniebla. De las noches y playas, de lo lógico
e inexacto, de lo tembloroso como confitura, y el sexo
orinando sobre longevos sillones de cuero embrutecido.
No alcanzan tus monedas, oh Judas tadeo, para admitir
el saldo beneficioso, la contrariedad de tu talento ignorante
de recibos y fraudes; es entonces que el dolor tiene nombre
nombre de lagarto tullido omitiendo el suplicio del sol cenital,
y en los labios, en las avenidas, todavía se calientan
las bujías impenetrables.
©
A Melementos le gusta esto.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario