1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Cinco Plagios Cinco

Publicado por Cris Cam en el blog El blog de Cris Cam. Vistas: 554

Cinco plagios cinco

I

Solsara:
"DEVOCION enraizada criatura"


Tú eres el enigma donde la soledad no tiene sitio
hachas mi día en treinta y siete mail

(papeles virtuales que me estremecen)


Cuando dices: isobaras o kandinsky – que importa-
me asombro como nueva y me resuelvo viva.


Debo espiar a sorbos

(corduras me faltan)


oh escucho el susurro de las orugas
ellas traen el viento del azúcar

(sueño)

se suicida mi boca en la tuya
repaso tus columnas de marfil
monasterios de blancura
dientes que muerden al amor.


Tú eres como rodillas que suaves se modelan

Dulces esculpen estos médanos al atardecer

(canto)


Nosotros peces de océanos
que aún no regresan a sus cuerpos.



Solsara es Rosa Buk

Publicado en Sensorios Circuitos. Pág. 30

ISBN 987-552-023-3 Ediciones Baobab 2003




Plagio I: “Devo(lu)ción... que rara bebita”

Vos sos el nick donde mi soledad cubre todo el foro.

Dedos suaves con sabor a tecla.
Virtualidad que atraviesa la piel.


Cuando decís: Che o pibe, (sin conocer el Río de la Plata),
me revuelvo creyéndote a mi espalda.

Mientras espío, celoso meridiano;
todos tus ciberamantes.


Ahhh, escucho el ring del teléfono,
él me trae tu boca con gusto a mango... o menta... o saliva.

(bostezo de mis dos de la mañana)

mi boca que sopla el tubo queriendo sorberte los labios,

una jpg me allana los soles de tu vía láctea,
y te convierto, vieja costumbre, en mi nueva e indiscutible, diosa,
mientras mis dientes te muerden en la pantalla.


Sos, partís, tenés, rodillas que sostienen tu sonrisa;
donde perderme como cíclope en su cueva
(sirenas en Welcome to Machine)

Dejemos de ser almas perdidas
nadando en la pecera.*

Atravesemos los paralelos.

Las líneas de la pantalla.
Para corporizarnos el uno dentro el otro.




*”No somos más que dos almas perdidas nadando en una pecera” (Whish were here/ Pink Floyd




II

Circe:
“Así fue después”


Había quedado así el mundo después de la vorágine

Banderas rojas emergían desde el fondo de los océanos,
dioses paganos invadían los altares

y las vírgenes,

en procesión hacia el infierno

llevaban en las manos velas azules

y vestidos carmesí.

Confusión, falsa idolatría.

Frenéticas danzas en la villas,
pozos oscuros en la orilla del mar.
Naves entregadas al terrible naufragio.
Cruces clandestinas, murciélagos.

Cretinos y fasantes,

egolatras.

Habitantes de la sombra,

tintas violetas en las manos,

huellas sucias en las paredes blancas.

Así fue después de la catástrofe:

Ollas hirviendo en cuantos húmedos

y llenos de grasa.

Sótanos irreales

donde gime una mujer

con el vientre exuberante y desnudo

sobre el portland.



Circe es Carina Alejandra Brzozowski

Publicado en Niña de Sábado y soles Pág 23

Ó 1999 Carina Brzozowski Ó 1999 Ediciones Baobab I.S.B.N. 987-9270-16-0



Plagio II:
“Así fue la cosa”


Había quedado así Ezeiza el día del retorno.
Banderas rojas que surgían desde las avenidas,
dioses esvásticos trepados al palco,
y Evita,
que presenciaría todo el infierno,
a través de los estandartes, llevando en sus manos
el micrófono de su último discurso.

Disparos. Confusión.Idolatría.Paranoia. Gorilas. Un brujo.
Esperanzadas hordas de simples surgían desde las villas,
cabecitas sumergidos en el ostracismo por el terrateniente.
Un país entregado al terrible castigo
(ser estrellita asociada a la bandera del águila voraz).

Ovejas trémulas, lobos despiadados,
Cretinos, criminales. Falsos, profetas. Un líder acorralado.
Los sarracenos de la noche,
sangre de compatriota, vecino, hermano,
llevada, como tributo, a las columnas blancas del Capitolio.


Así quedó el pueblo luego de Ezeiza,
ollas huecas,
la grasa de los soñadores quemándose en las picanas.
Altar de la patria. Chupaderos de lápices.

Y la Mujer que gime (parto de millones), mientras pide que no la lloren,
con las llagas recién muertas,
de los obreros sometidos, por las caras de cemento.







III

Gala:
“Los zapatos no van en el ropero”


primero es así: tengo frío, la estufa está a mi lado
consumiéndose el oxígeno y mi corazón de carne
después es así: tengo los dos pies sobre la silla
apretando los talones y siento la sangre subiendo en coágulos
es siempre así cuando digo que los tontos ponemos siempre
el amor en cualquier lado, lo dejamos en una persona cualquiera,
ya no somos nosotros cuando ponemos el amor en ninguna parte,
me da miedo construir poemas que empiezan cada vez con una letra distinta
porque parece que quisieran decir algo por separado
pero no lo hacen
dicen cosas que no tienen pies ni cabeza, yo ahora hablo de que ponemos
el amor y las comillas en cualquier parte y en ninguna, como cuando ponemos
los zapatos en el ropero: no van ahí, van acá.
quiero decir, como dije hace un momento, que estoy triste y no me curo,
porque siempre decir cualquier cosa es un momento oportuno para la tristeza.
tengo el despertador preparado para la mañana
y tengo un silencio como de estar hace siglos en la cuenca más honda del océano
quizás suene algo que es parecido a mi boca contra el vidrio,
dejando el redondel de vapor, y el centro escriba la letra con que empieza un nombre
que tiene el abecedario entero, que no es el mismo abecedario que lleva este poema
sino que es otro, construido para que ese nombre se la primera letra que
recuerde cuando diga que abecedario es una palabra larga y empieza con
una letra que no es la misma con que empieza este abecedario que empieza con a.
mas tarde es así: tengo un ojo mirándose a si mismo diciendo que octubre
es un mes precioso para hacer el amor en el borde perlado del río que
empieza a bajar turbio porque es deshielo.
mas temprano es así: soy un xilófago, quiero deshacerte y hacerte otra vez,
para que no esa tanto témpano conmigo, para que no seas
un poco de papel y un poco frase, otro poco de papel y otro poco de frase.
es así: tengo dos manos y una que no quiere ser una mano, porque le
teme a la caricia.
es otra vez de nuevo así: quiero que no tener que nombrarte en un poema
sea la tristeza
porque la muerte tiene ese espacio del silencio ya ganado
y mis espacios de duelo tienen la saliva dibujada
y el silencio tiene dos palabras escritas
y la noche es un huerto de sanguinolentas estrellas
y los témpanos tienen tu rostro cuando es de día
y cae la escarcha en los cielos de buenos aires
cuando ni vos ni la gente saben que hablo de vos y de ninguna otra gente
que acaso llevara tu contorno.




Gala es María Cristina Cambareri

Publicado en Poesia.com el 22/06/2001


Plagio III:
La amoladora no va sobre el balancín


A lo primero é así: ace tornillo, la salamandra stacá en el rincón,
gastando osígeno y carburo, y mi empanada de carne
dispué é asá: tengo la do patas sobre el cabayete
aprietando lo talone y siento la nasta suviendo en baos
é siempre así cuando digo que lo salame ponemo siempre,
el tiner en cuanquié lao, lo dejamo en cualquié estante
ya no somo lo mismo piolas cuando ponemo la lata en ningún lao,
me da cagaso pintá puertas quempiezam cada ve en un boyo distinto,
porque parece que fueran de otro auto,
pero son d´este,
son enduidos que no tienen ton ni son, ahora chamuyo que ponemo
el tiner y la lijas en cualquié lao, y lo perdemo, esiguá como cuando ponemo
la amoladora sobre el balancín, no va aí, va ca
o sea, como cuando me rifregaba lo nudillo denfrente a la yama,
estoy bajoneo y no me va,
¿porque le vuá decí al cliente “lindo coló” cuando esta pal culo?,
tengo la radio clavada en el Rotativo del Aire,
y tengo el cuiqui que algo como destar siempre en la fosa má onda del taller,
a lo mejó se oiga masomeno como mi jeta contra el zulejo,
dejando un redondo de grasa, y denmedio ponga el primé número de presupueto,
que le buá cobrá todo lo número, que no é iguá a lo que le vuá cobrá al comesario;
ma bien ques otro, pintao pa que no se apiole de la masilla que tapa la letras de tasi afanao.
a la tarde é así: tengo al otario bizco mirándose a él mismo por el espejito diciendo que
otubre e un lindo me para salí de afano por la oriya del riachuelo,
que ole así porque baja la podrida de la curtiembres, la quimiscas y lo matadero,
ma a la maniana é así: soy un traganasta, la quiero despintá y pintá lunga,
pa que no se ponga cabrero, pa que saque, ponga lo billete, me putee un poco,
ponga otro morlaco, y me ponga cara de orto, que no le gustó,
siempre el mismo verso
masí: sólo tengo do manos, y una que ya no é mano, rajada de tanta pulida,
y otra vuelta: no quiero tené quesplicarle que la puerta quedó joya,
poqué la chapa tiene un buraco reyeno con el cintoplom,
y la chapa siempre va sé así;

y ya me agarró la noche en este piso de grasa vieja,
y el tornillo me ase acordá a mi gorda dandome el sanguche o perándome con sopa,
y si cae elada me cuartea la pintura, ques como el cielo grí deste invierno,
y la gorda ni lo chico saben que me ricuerdo siempre deyos,
y la doña chusma, que pasa por la vedera,
no ve quel ñato se lleva el auto con la piña con una aureola de contorno.



IV

Alma Perdida:
“Otoño de rosas amarillas”


Otoño de rosas amarillas...
Otoño de soles gigantescos...

El otro día me perdí entres esos astros que brindaban
algún que otro amanecer descuidado de rencores,

Yo caminé sobre el piso del cielo, me maravillé con los sonidos de ñps pájaros en el momento que le roban una canción a la vida.

Otoño de pimpollos...

Otoño imcomprensible, inexplicable, quisiera de corazón
no te escondas cuando llegue apresurado el invierno loco...
Quisiera que permanezcas como permanecen las rosas en sus hoyuelos,
como permanezco yo recostada sobre la hierba frescas sin imaginar quizás,
que sobre toda hermosura del invierno, te hallas tú, robándole momentos.
Por eso cuando viene el invierno, al otoño le cuesta desprenderse de su día, trata de sujetarse de todas las ramas frágiles que cuelgan de los árboles mudos, pero es imposible que el invierno no lo arrastre hasta el olvido.
Uno se acostumbra a sentir nostalgia por el otoño cada 21 de julio...
Pero es extraño, es inaudito, creer que el invierno ha tomado posesión de este día.

Todavía siento el calor sacudiéndome, aún las risas de las flores me contagian, los himnos de los cielos se aventuran a desafiar a los unicornios que huyen despavoridos de sus cárceles; los niños huelen a trigo, las mamas se sientan a contemplar las minuciosas pérdidas de alguna que otra hoja que estaba desprevenida, y creo que hasta la toman y las devuelven a su sitio.

Otoño de promesas...
Otoño de aventuras...
Otoño sobre las ruedas de algún invierno lento, que no ha podido abrir sus alas completamente, aún se encuentra dormido, vaya uno a saber por que campos vespertinos...

Otoño no te vayas...

Invierno no te precipites sobre nosotros, robándonos nuestro otoño mágico...

Y si realmente vienes porque la madre naturaleza te lo ha exigido, no tomes al otoño
del cuello y lo lances a patadas, dejalo que viva entre las flores dormidas, aquellas que sólo se despiertan cuando viene el otoño con milagros a su espalda; también deja que los días sean buenos y....


Alma Perdida es Verónica Natalia Cento

Publicado en Poesía.com el 02/08/2001



Plagio IV:
Invierno de soles rojos

Invierno de soles rojos, enanas blancas. Invierno de manchas solares. El otro día perdí el azimut entre esos astros. Algún amanecer de sextante entre mis espejos.
Yo floté de arneses sobre la bóveda del observatorio. Rajé a patadas a los cormoranes que me cagaban la lente. Y siguieron cantando a la vida, ¿Qué será eso?

Invierno de teleobjetivos. Invierno de trayectorias erráticas, gravitatoriamente inexplicable, quisiera con razón, que K12787 no se esconda cuando pase M4555 como loco. Quisiera que permanezca como lo tengo calculado entre la boca de la Hydra. Como yo, que permanezco con el cuello duro y las escleróticas hinchadas,
sin imaginar que quizá en toda esa belleza del universo, se halla jugando a las escondidas con los quasares, robándole ceremonias al Cosmos.

Por eso cuando vienen los días exactos del perihelio, al equinoccio le cuesta abandonar su eclíptica, intenta vibrar en todas las cuerdas de los espacios tubulares, pero el afelio acomete de Coriolis, temblando la Falla de San Andrés. Ya me acostumbré a esperarlo cada 24 de junio a las 2: 45hs desde aquel 1969.

Es inaudito que yo ser racional, cientificista, crea que aquel niño que dormía en la habitación de al lado esté prendido de la roca de K12787.

Si todavía recuerdo cuando jugábamos a las bolitas, su corazón palpitando, su sonrisa, su canto a la vida no transitada, desafiando el titilar de la Géminis V que pasaba exactamente a las 7 de la tarde. Creo que se escapó con un cometa de Saint-Exupéry, dejando a una madre más demente por el retoño que volaba, un hermano oliendo el aroma a calas, buscando el alma en los rincones para volverla a poner en su sitio.

Invierno de despedidas.

Invierno de carabelas a la luna.

Invierno de saltos largos y lentos sobre la luna. Sin poder conocer sus alas, se quedó dormido, y andará navegando, vaya uno a saber entre que campos gravitatorios.

K12787 no te vayas...

Universo no te precipites sobre nuestros agujeros negros, que tengo una magia de espejos y refractarias, y, si realmente quedamos sin tiempo, porque es fin de este eón, no tritures los meteoros y los lances en picada al centro de las estrella fijas, dejalos que vaguen entre los cinturones opacados, esos que despiertan cuando los planetas estallan de iniquidades, dando la espalda a los milagros, dejá que las traslaciones sean calculables y no difumines sobre el manto oscuro de la noche, esas constelaciones nuestras, cuentas de certezas, de dados que siempre dan resultados distintos.*

No te inmiscuyas en mis momentos** mientras evalúo el tensor de inercia de las Pléyades para poder rebautizar los guijarros con nombres más humanos. Nuestro último consuelo.



* “Dios no juega a los dados” (Albert Einstein, al oponerse en un principio a la teoría cuántica)

**Momento, en el sentido físico de la palabra.


V


Orietta Delmar:
“Inquietudes II”


Hay huéspedes internos en el hoy,
aunque la arena y el espejo siguen intactos,
hay conjeturas sutiles con saliva,
también hay soles limpios y hay temblores.

(lo que no hay es prontos en los lienzos,
ni tiempo de colores definidos)
retratos hablados de aires finitos,
alguno que otro desvanecimiento.


Tal vez sirva para amarrar sospechas,
o para cautivar a los huecos de la nada.


¿Contarán los siglos de los mansos acertijos
y el borde del rito mágico inacabado?


No pueden callarse los precipicios,
tampoco las palpitaciones de piedra,
no las manos descubriendo signos

(uno que otro indescifrable).


Quizá hoy baste un solo abandono,
un beso de cal recorriendo omóplatos
o espumas, seguramente, inciertas.


Esta vez no apresurará a los pájaros,
tal vez se decida por el cristal
para imprimir los agudos silencios.


Quiere darle forma de aliento,
enroscar primaveras en las sienes,
pervertir, con gozo, sus días suicidas.


No olvida que la piel será testigo mudo,
sin embargo, sus pies estarán descalzos.


Inevitablemente no faltará la costumbre
de un vientre con patios vacíos,
de lenguas pudorosas e inalteradas,
del vuelo de fragilidades insomnes
y de dedos húmedos, impacientes
por los reflejos cambiantes del desvelo.


Ha trazado, sin memoria e indefinidamente,
los rasgos y señales de la nunca espera,
pintando bocas en los costados del viento,
profanando ombligo de aguda sensibilidad.


Conoce los roncos aullidos de la luna,
como también que los marcos, siempre,
estarán dispuestos en el estante azul
donde guarda los abrazos inmaculados
y los besos de razones interminables.


Orietta Delmar es Damaris Montano
Publicado en Poesiapura.com el 25/12/2002




Plagio 5:
“Dos inquilinos”


Se han hospedado dos foráneos hoy.
Los espera el arena y los espejos que siguen intactos.
Hemos limpiado hasta los cojinetes con saliva.
Afuera un sol sutil que aún no impide los temblores de frío,
(lo que no hay es tiempo de lavar los lienzos;
los manteles, las sábanas, que ni color definido tienen)
trajimos un retrato, un turbo que ni anda,
alguna que otra jarra desde los cimientos del desván.


Los fulanos de amarras me traen sospechas,
se pasan los siglos resolviendo acertijos,
dejan el cubo mágico en la nada,
cuentan los huecos del bordado inacabado.


Ni pueden precipitarse callados,
tampoco palpan los tazones de piedra,
ni descubren sus manos consignadas,
(cifras indecisas, troquel uno)


Hay abandono por un as de basto,
un beso callado, un alzar de omóplatos,
mentira, pura espuma. Falta envido.


Otra vez apresarán los pájaros,
seducidos tras el cristal, mosquito en ámbar,
Van Gogh de silenciosa impresión aguda.


No se desalientan, le dan al formón,

Desenroscan madreselvas de las sienes
advierten un gozne, ritos suicidas


No olvidan las pieles de los pies descalzos
se embargan del mudo testigo.


Inevitable, no ignorantes de las costumbres,
llenan de vientres los patios vacíos.
lenguas, tibias, rótulas, adornos inalterados.
Desvelan el sueño frágil,
con sus falanges secas impolutas,
espejos volátiles del cambio.


Buscan trazas de la indefinida memoria,
las señales de algún Nunca Jamás,
boquitas pintadas al refugio del viento,
profanadas por el ombligo blanco insensible.


Ellos conocen los ronquidos oráculos de Mamaquilla,
las sendas marcadas de las grutas,

Siempre dispuestos, ordenados en los estantes.
Guardan los brazos y los dientes inmaculados,
termitas de huesos.
En fin, arqueólogos.





Pd: Las cinco poetas han sido amigas personales mías.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario