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EL GALPÓN CULTURAL (EGC) - Presenta: "El espíritu de unidad en Rubén Darío" - Por Lic. César Lacayo

Publicado por Katia N. Barillas en el blog EfÍmera ilusión. Vistas: 456

ESPIRITU DE UNIDAD EN RUBÉN DARIO. POR LIC. CESAR LACAYO
Señores miembros de la Comision del Centenario Ruben Dario
Señores miembros de la mesa que presiden
Distinguidos invitados
Damas y caballeros
Me corresponde el honor de hablar del espiritu de unidad de Ruben Dario.
El poeta, el hombre y el intelectual abogo por el sueño de la Union centroamericana.
“Son muchos los textos que presentan a ese Dario precursor de la unidad latinoamericana, escribio la Dra. Nydia Palacios-- pero el que es mas significativo para mi, es Salutacion del Optimista en su libro Cantos de vida y esperanza, porque su proposito es exaltar la identidad de los pueblos hispanicos, costituyendo un himno de fe y optimismo a los que les dice: “Unanse, brillen, secundense, tantos vigores dispersos; formen todos un solo haz de energia ecumenica”…
Dario es precursor de la unidad y defensor de los principios integracionistas de la Unión nacional, centro y lationoamericana.
Promovió la unión nacional, sin desconocer que los odios y continuas disputas internas constituían la principal oposición para la unión. En su libro “El viaje a Nicaragua e Intermezzo Tropical”, escribio: “Esta lamentable desunión viene desde tiempos de la colonia y ha costado a Nicaragua mucha sangre y muchos perdidos intereses”.
Las ideas de unidad de Dario abonan esperanza a los principios de ciudadania y patriotismo.
Fratricidas confrontaciones internas, afectaron a varias generaciones del pueblo nicaragüense, y han originado consecuencias y apatia que prevalecen hasta hoy, generando un profundo deterioro nacional, escepticismo, desunion y discordia.
Dentro de este estadio político se pierde la voz de nuestro poeta y su grito de unidad es apagado por grotescas realidades y malos hijos que no le han permitido a Nicaragua, alcanzar esa unidad, añorada por todos y cantada por Darío, para consolidar esos profundos ideales de patriotismo.“Únanse, brillen, secúndense de tantos valores dispersos”…
Ese objetivo del visionario nunca se dio. Pero bien dijo, Mahatma Gandhi: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. Dario es el mayor poeta unionista que enarbolo el estandarte de identidad y unidad nacional y latijoamericana.
Para enfrentar el desafío actual que presenta la unidad cantada por Darío, es indispensable definir que entendemos por la unidad, revisar los factores del fracaso, corregir las estrategias y procedimientos incorrectos, cambiar la manera de pensar y volverlo a intentar con el equipo de participantes vistiendo los colores patrios de nacionalidad e identidad.
Cada nicaragüense debe ocupar su lugar en la gran corporación estratégica de la familia nacional o comunitaria. Seguir el ejemplo del cuerpo humano y su conjunto de órganos. Revestidos de una nueva manera de pensar; porque no se puede resolver un problema con la misma mentalidad que la creo.
Al centro de nuestra experiencia, tenemos un conjunto de valores comunes que nos unen a pesar de todas nuestras diferencias y nos brinda esperanza que nos conduce a caminar juntos hacia un futuro proximo. Podemos cultivar esos valores de nacionalidad que nos identifican y continuan vivos en las mentes y corazones de la mayoría de los nicaragüenses, hacen que nos sintamos orgullosos de nuestra nacionalidad, y nos motivan a cumplir nuestro deber histórico como ciudadanos y nacion.
Necesitamos adoptar una nueva manera de pensar, que sea capaz de edificar una verdadera y sincera plataforma para construir sobre lo que nos une como nicaragüenses y no sobre lo que nos separa.
Rubén Darío creyo en la posibilidad de la unidad nacional. Aposto fe y optimismo al futuro de Nicaragua. A su regreso a la Patria, en 1889, escribió: …”esta mi patria, que si teje y desteje la tela de su porvenir, es solamente en espera del instante en que pueda bordar en ella una palabra de engrandecimiento, un ensalmo que será pronunciado para que las puertas de un futuro glorioso den paso al triunfo nacional y definitivo. Y continua diciendo con orgullo: “Encontré un tesoro de entusiasmo, una corriente que tan solo necesita ser bien encauzada, una fuerza que con un poco de apoyo y de estimulo, con paz en la República y con voluntad en los espíritus dirigentes, puede convertirse en el impulso dinámico que transforme el alma del país”.
Sin embargo, el tema de la patria y la realidad de Nicaragua, abruma y ensombrece su espiritu asolado por el futuro de la nación y se interroga: “Demasiadas son las rencillas; demasiados son los odios que han dividido al país desde hace tanto tiempo”. Y al no poderse llevar a cabo la unión de las cinco repúblicas centroamericanas, se pregunta, aferrado a una débil esperanza de paz y progreso: ¿no será posible realizar la concordia en un solo país?
Dario exhorta a Nicaragua por la unidad y escribe: “…y no olvides las palabras de Jerez: “Para realizar la unión centroamericana, vigorízate, aliéntate con el trabajo y lucha por unirte a tus cinco hermanas”.
En una apasionada crónica política, titulada “La Unión”, escrita para el diario del mismo nombre, leemos su ideario patriótico:
“Venimos a ser trabajadores por el bien de la patria… “Pensamos en que los hombres de buena voluntad, los verdaderos patriotas deben ya prácticamente hacer su labor en la obra del porvenir” y continua el artículo: “Que cada cual ponga su contingente; que la Asociación, la iniciativa individual y la Prensa hagan su labor””No mas discusiones y pequeñas rencillas: brille la paz serena “y más adelante del citada escrito, el llamado a la intelectualidad a involucrarse: “Pensadores: que en vez de las sombrías nubes que ha amontonado el separatismo, vuelen vuestras ideas vencedoras a los altos ideales, como águilas bajo relámpagos”.

Para Darío, nos cuenta, el poeta Pablo Antonio Cuadra, que “La patria no solo es la tierra sino también una herencia de civilización y cultura”.
En su libro, “El Nicaragüense” escribe Pablo Antonio Cuadra:
“La historia del nicaragüense es una historia larga de confrontaciones y enfrentamientos con extranjeros porque esta ha sido tierra de transito”. Estos antecedentes agregados a los provenientes del cauce político han mantenido viva una dialéctica conflictiva de odio y resentimiento, que con el tiempo, se han convertido en obstáculos que arrastran dañinas actitudes.
En el prologo que escribe el Dr. Sergio Zeledón, al libro del historiador Marco Cardenal, “Nicaragua y su Historia”, hace la siguiente observación: que “La idea, y no solo la idea, la palabra <Unión Nacional>, penoso es decirlo, ha llegado a estar proscrita”.
En el citado libro, “Nicaragua y su Historia” para ilustrar los motivos o causas fundamentales que no han hecho posible la unidad nacional, plantea el historiador Marco Cardenal: “Nuestro destino es siempre andar de guerras civiles a revoluciones o de tiranías a dictaduras, en la que no hay jamás vencedores, sino solo vencidos, ya que Nicaragua es la única perdedora”.
Darío, con su vision nos devuelve la esperanza:
<Únanse, brillen, secúndense de tantos valores dispersos>.
Es una invitación antigua, y una necesidad presente y necesaria en nuestra sociedad.
La unidad como una posibilidad real, ciertamente, no creo que provenga del cauce politico. Puede y va a darse a través de la cultura y del entendimiento cultural enfocado hacia un autentico rescate de nuestro verdadero sentido de nacionalidad.
Corresponde a nosotros el privilegio de levantar el estandarte de unidad, solidaridad, nacionalidad y nicaraguanidad. Corresponde a nuestros escritores, maestros y nuevos lideres, alumbrar este fin a atraves de sus esfuerzos y obras. Comenzar a caminar hacia ese objetivo y realizar el trabajo con intencionalidad de éxito.
¿Qué estamos haciendo por promover la unidad nicaraguense?
¿Qué estamos haciendo por mejorar nuestra comunidad?
¿Qué estamos haciendo por agregar valor a nuestros compatriotas?
¿Qué estamos haciendo por prestigiar a Nicaragua?
Parafraseando al presidene John. F. Kennedy podemos decir: “Pensemos que podemos hacer nosotros por nuestro pais y no lo que nuestro pais puede hacer por nosotros”.
Nos corresponde esforzarnos por hacer posible, alentar y reunir la fuerza y la energía necesaria para desencadenar el entusiasmo y el impulso que nos conduzca hacia ese objetivo y nos permita con voluntad, revisar nuestros patrones de conducta comunitaria, los valores y el respeto que nos debemos todos.
La madre Teresa de Calcuta, nos dijo, que “Dios no nos pide que realicemos grandes obras, solo pequeñas obras con gran amor”.
Hacer las cosas con pasión y con amor marcan el seguro camino a la excelencia y son características que convierten al usurio en el mejor del mundo en lo que haga.
Apliquemos nuestra diversidad cultural y talentos en beneficio del crecimiento de los nuestros y de la humanidad.. Ayudemos a crecer el prestigio de nuestra comunidad y de nuestro paìs colocando nuestros talentos y diversidad a favor de esa causa.
Miguel Ángel, dijo que, “el peligro más grande no radica en que sus expectativas sean demasiado altas y no logre alcanzarlas, sino en que sean demasiado bajas y las alcance”.
Este es el momento histórico para revaluar, buscar y reflexionar sobre el alcance de nuestras actitudes y destino como comunidad y nacion.
Podemos cambiar el rumbo histórico de nuestro país comenzando a pensar de manera diferente a los patrones de oportunismo, división, totalitarismo y violencia.
Asumimos la responsabilidad de nuestro presente o el pasado nos roba nuestro hoy y nuestros sueños.
Los invito a tener el privilegio de poder decir a la patria, lo que Darío, le escribió a Nicaragua:
“…y te ofrezco mi esfuerzo, y mi nombre y mi sueño”.
Tiene urgencia la practica de la convivencia fraterna. Aprender a soportarnos por el bien de la paz, el desarrollo personal, colectivo y comunitario. Dejar la murmuración. Celebrar el éxito de nuestros compatriotas. Honrarlos. Reconocer sus meritos. Dijo el expresidente John F. Kennedy: “A una nacion se le conoce por los hombres que produce, pero tambien por los hombres a quienes honra”.
En nuestras manos está el destino de la unidad soñada por Darío. El poeta, Jalil Gibran, decía, “cuando nacemos, se nos asigna nuestra tarea en el corazón”. Creo que todos llevamos asignada esa tarea de consolidar la unidad en el corazon.
Nuestro compromiso es trabajar y fortalecer una verdadera y sincera cultura de unidad, de convivencia pacífica que sustente verdaderos valores de aceptacion, altruismo, colaboracion, compromiso, compasion, consideracion, cooperacion, dedicacion, empatia y confianza.
Solo el miedo puede evitar que alcancemos nuestro propósito. “El único limite a nuestra realización de mañana son nuestras dudas de hoy”, dijó el presidente Franklin Delano Roosevelt y dijo el libertador, Simón Bolívar, “Seguramente la unión es la que nos hace falta para completar la obra de nuestra regeneración”.
“La felicidad depende de la calidad de nuestros pensamientos, cuida de no albergar ideales indeseables para la virtud y la naturaleza razonable, escribió el romano, Marco Aurelio.
Nuestra mejor opción esta en alimentar la mente de las energías más poderosas del mundo: amor, paz, entusiasmo, fe, bondad y perdón..
“Únanse, brillen, secúndense de tantos valores dispersos”.
Tiene un sentido profundo de amor, patriotismo y nacionalidad.
“Si crees que vale la pena vivir la vida, tu creencia te ayudara a convertir esta idea en realidad, dijo William James, el padre de la sicología pragmática norteamericana. Creamos que si es posible alcanzar la unidad para que ocurra.
Edifiquemos una verdadera unidad alejada de la guillotina del egoísmo.
Libre de la maldad de los mercaderes de hombres que aun llenan los templos, libre del <sindrome del yoismo> enfermizo de las ideologías, del salvaje flagelo de la ignorancia, y de la horca fatal de las viejas mentalidades que ultrajan y azotan nuestra historia.
“Yo he luchado y he vivido, no por los gobiernos sino por la patria…escribió, Darío.
La ignorancia es el cancer de los pueblos. Cultivemos una nueva actitud de intencionalidad y de unidad. Entendamos que la falta de principios y valores no pueden ser aceptados como solucion o estilo de vida.
Dario, no claudico nunca frente a su ideario de unidad. Es nuestra responsabilidad y de las futuras generaciones descubrir a Dario y a su incomprendida dimension humana, cultural y profetica.
Para realizar este sueño de unidad de ese Darío, que todos leen y pocos entienden; que todos estudian y muy pocos siguen; que todos llaman maestro, y muy pocos escuchan, precisamos con urgencia, redefinir conceptos, establecer la prioridad de la unidad, y trabajar con base a una agenda comunitaria y nacional, para honrar verdaderamente su memoria en el centenario de su muerte.
La desunion persiste ahora mas que ayer. “Los motivos del lobo agitan el espiritu del hombre perdido entre las multitudes humanas.
Podemos cambiar, influir y renovar la historia nacional, el día que asumamos con determinación el compromiso de lograrlo, y nos atrevamos a dar el primer paso, al renovar nuestra visión de nacionalidad, de amor a Nicaragua y de hermandad.
Podemos comenzar a vivir el cambio con la disposición inicial y sincera de respetar y valorar a cada uno de nuestros compatriotas. Descalificar y excluir a nuestros paisanos es atentar contra el potencial y la grandeza de nuestra nacionalidad. El que habla mal de sus compatriotas es igual al que desprestigia y habla mal de su familia. ¿Que hacemos por mejorar y agregar valor a nuestro comunidad? ¿Que hacemos por prestigiar a Nicaragua? ¿Que hacemos por prestigiar a nuestro pueblo?
Como dijo el profeta Nehemias:” ha llegado la hora de construir”. Es tiempo de cambio. Ha llegado la hora de avanzar.
Nuestro poder más grande está en la unión y la desgracia más grande es nuestra desunión.
La victoria y el poder, la reforma, el progreso y la paz está en el cambio, y este solo se logra a traves de la unidad.
A manera de reflexión quiero plantear dos preguntas:
¿En hechos y perdidas de todo orden cuan grande es el daño, dolor y sufrimiento que la desunion ha causado a Nicaragua?
Y la segunda pregunta es: ¿Que esperamos para actuar? Parafraseando al expresidente Ronald Reagan les pregunto: ¿Si no lo hacemos ahora, cuando? ¿Y si no lo hacemos nosotros, quienes? ¿Qué vamos a cambiar si primero no nos decidimos a cambiar?
Darío, vio a la patria flagelada por la apatía de unos pocos. Llamo a la unidad a las muchedumbres americanas para conservar la estirpe y la riqueza americana, y sobre todo, para preservar las raíces de origen y nacionalidad. Exhorto a sustentar una cultura de paz y trabajo y sobre todo, a mantener viva la esperanza al decirnos: “Y así sea esperanza la visión permanente en nosotros,
Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!
La voz de Dario y su esperanza fundida en la esperanza de los nicaraguenses, vibra a traves de sus versos:
“A traves de las paginas fatales de la historia,
nuestra tierra esta hecha de vigor y de gloria,
nuestra tierra esta hecha para la humanidad”.
La pregunta inmediata es: ¿que vamos a hacer para establecer los fundamentos de una autentica unidad?
Intencionalidad y accion serian dos palabras oportunas. Mantener la intencionalidad como estilo de vida y convivencia. Mantenernos activos hacia ese fin conjunto.
Hoy nos corresponde levantar la antorcha en que brilla la unidad del espiritu dariano.
Unidad de armonia entre nosotros como el motor que concentre la energía y dirija el pensamiento y las acciones. La unidad implica responsabilidad y respeto. Que acepte y aprecie el valor de la rica variedad de los participantes y reconozca la contribución que cada ciudadano puede aportar, y sustente el propósito de permanecer leal a la causa y a la intencionalidad de propósito.
Construir esa unidad mediante una visión compartida de esperanza, paz, justicia, trabajo, bienestar, crecimiento, derecho, libertad e igualdad.
La unidad es el camino para concentrar la energía vital de muchas mentes y el mecanismo para que las cosas se realicen con la participación, determinación, compromiso y perseverancia de todos.
Hablar de unidad es mantener el balance en el espíritu de igualdad e identidad de los valores y principios universales y fundamentales de convivencia.
La unidad es poder e implica respetar a todos. Unifica y no excluye. Es una especie de gran corporación, que crea la experiencia de aprendizaje y cooperación, mano a mano. Todos trabajando y concentrando esfuerzos y las mejores energias por el mismo objetivo del bien comun.
Por su diversidad la representacion de la unidad no se atribuye a una sola organización o persona. Es responsabilidad de todos.
La unidad sintoniza el cuerpo entero de la familia como el cuerpo humano a cada miembro.
Concentra la energía y la contribución única de cada uno de sus miembros. Acepta el valor integral de los participantes . Inspira metas y eleva el sentido de compromiso personal para logros colectivos mayores.
Bajo este enfoque de mantener la intencionalidad de la unidad en accion, podemos analizar, ¿que es lo que nos hace falta como comunidad, con el fin de trabajar en equipo para suplir esas necesidades o condiciones?
Entender que interrumpir el esfuerzo personal o colectivo es razón de ruptura en la unidad. Evitar creernos en dominio de la verdad absoluta y la critica destructiva. Apreciar la diversidad de las personas y la ideas. Evitar el irrespeto de palabras, actos y hechos. Preocuparnos por los demas y contribuir con nuestro aporte a mejorar y agregar valor a las personas.
La unidad no envidia el éxito de sus miembros ni descalifica meritos y valores. La unidad suma y no resta. Agrega y no sustrae. No dispersa esfuerzos y talentos en pequeños grupos y subgrupos provocando oposicion y conflicto. La unidad debe ser autentica. Participativa y sin temor al desplazamiento. Es compromiso en el liderazgo. Seguridad. Conocimiento. Valor.
La unidad hay que abonarla con sincera intencionalidad para que permanezca.
A las personas les gusta sentirse apreciados y ser tratados de manera sincera y genuina. La gente elige la idea de estar juntos para actuar juntos.
Las energías contrarias de confrontación y conflicto fragmentan la unidad.
Para crear unidad precisamos distanciarnos de los puntos de conflicto y confusión. Concentrarnos en la dirección positiva de entendimiento y cooperación. Esta actitud acerca a los unos con los otros. Incorpora en lugar de excluir, y en esa humanidad compartida, florece el poder de una fuerza colectiva para investigar, recorrer y sostener una transformación fundamental y constructiva de entendimiento mutuo.
Recordemos que lo único que nos puede unir son los anhelos de libertad , justicia, respeto, paz y trabajo. Esos pueden ser los fundamentos principales de la unión nacional y comunitaria, comenzando por unificar a nuestras organizaciones culturales.
Los invito a reflexionar para dar los primeros pasos hacia una autentica unidad de los nicaragüenses. Olvidemos el pasado y proyectemos nuestra visión hacia el futuro.
De esa manera podemos rendir un verdadero homenaje a Ruben Dario y su ideario de unidad en el Centenario de su muerte, y asi cobre fuerza y vida su mas alto espiritu de unidad que nos dice:
“Unanse, brillen, secundense de tantos valores dispersos…
Formen todos un solo haz de energia ecumenica. Sangre de Hispania fecunda,
Solidas, inclitas razas…
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espiritu ardiente”.
Muchas gracias.
Cesar Lacayo
Presidente Circulo de Escritores y Poetas Iberoamericanos, CEPI
www.cesarlacayo.com
Febrero del 2018

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