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El rapto de Dulcinea------Trio Lorenha & Luis & Malco.

Publicado por malco en el blog El blog de Malco / El solar de la palabra.. Vistas: 332

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Trio
Lorenha & Luis & Malco.


Negritas (Narración ): Malco
Letras lila: Malco.
Letras azules: Luis Prieto.
Letras fucsía: Lorenha.

El rapto de Dulcinea


Pasada la aventura, del yelmo de Mambrino,
ha salido sin destino nuestro caballero andante
y en lomos de Roscinante, cabalga por mil caminos.
A su lado Sancho Panza, leal y fiel escudero
sobre su triste jumento, obediente no se cansa
y dispuesto en todo momento, sin entrar en desespero
de tantos entuertos y enredos, y de viles acechanzas
cabalgan con fija idea, y es menester importante
para el caballero andante, hallar a su Dulcinea.
Acontecióse que en aquél instante,
vislumbróse entre polvaredas
unas dos leguas distante, una ruinosa posada
del mas bajo talante,por ser infame morada
de gentuza desalmada, y veréis sin mayor rareza
como al caballero andante, le aguardará una sorpresa...

Malco

Mirad allí en lontananza
aquel hermoso castillo
ha de ser de grande brillo
lo que mi vista alcanza,
habrá de ser morada
de noble caballero
y no ha de negadnos posada
por esta noche espero.
Oídme fiel escudero
aguzad bien las orejas
pues siendo de pocas quejas
referiros esta quiero...
He de sufrir mi condena
en lomos de Roscinante
desde el poniente al levante
y como cruz cargar las penas
sin dar pasos vacilantes,
haz de verme lagrimear
pues es grande mi penar
mi dolor y mi congoja
que el corazón se deshoja
cual ramaje en el otoño
dejándolo sin alguna hoja
sin latir y sin retoño.
¡ Donde estáis señora mía !
que en lado alguno os encuentro
sin descansar un momento
y venciendo tropelías,
enfrentado a villanos,
tagarotes y ganforros
sin hallar ningún socorro
y con denodado arrojo
con mi lanza he vencido,
en procura de su estampa
de beldad incomparable
por ninguna conocido
donde mi amor se estanca
y sus espigas han florecido.
De ámbar y argalía
manan sus aromas
y entre nubes de algodones
os siento en cercanía
mas solo es un sueño
que al despertar me deja,
vahos y melancolía.
Vayamos fiel escudero
a descansar el cuerpo y el alma
y pasemos la noche en calma
sin afrentas ni desafueros
pues de caballero a caballero
al amo de ese castillo
ofrendar mi amistad quiero.
*
Luís Prieto

Heme aquí mi señor
coñeciendo vuesa desgracia
y no me hace gracia
lo que oyen mis oídos
pues muy bien he sabido
de vuestros sufrimientos
que cuando andáis contento
algún sueño habéis tenido
de espumas y mareas
que le ha traído a los sesos
la estampa de Dulcinea.
¡Ya veo mi señor!
Mi jumento también dióse cuenta
al poner gachas las orejas
seguramente presienta
que avecínase una tormenta
de zafarranchos y gazaperas
y dame vueltas en la mollera
bajo este sombrero de paja
que el lío será de espadas
y nos abrirán troneras.
Y os digo mi señor...
que habido el presentimiento
lo siento en acechanza
pues allá en lontananza
hasta donde mi vista alcanza
no paréceme un castillo
y menos que tenga brillo
ni de nobles caballeros
sino una ruin posada
donde tienen su morada
rufianes y zascandiles
y pueda ser que con saña
en vez de darnos posada
con alguna artimaña
para con fines viles
dejarnos en el cuero
y luego de garrotazos
rompernos el morro entero.
Abra vuesa merced bien los ojos,
afínaos el bigote
y cambiemos de llanura
saliendo enseguida al trote
que más vale cabeza sana
que con muchas partiduras,
y no os preocupéis, de vuestra Dulcinea
que siendo, gran caballero andante
veréis que mas adelante
seguramente la vea.
*
Malco

¡No me repliquéis
fatal y quejumbroso escudero,
es que acaso no sabéis
que siempre he sido certero!
y os juro que es castillo
de noble caballero
no digáis baladronadas
de seguro tembláis de miedo,
y debo recordaros
que a este caballero andante
los rufianes no lo arredran
pues en feroces lances
con lanza o con espada
en mortales combates
jamás le ha pasado nada,
mientras que los rufianes
mordieron la polvareda
y he marchado triunfante
por las anchas alamedas.
No nombréis a Dulcinea
pues entro en desespero
encontrarla cuanto antes quiero
y no hay forma que la vea.

Sigamos adelante, ascendamos el altillo
y en la aquietada noche, de estrellas rebosada
en el noble castillo, hagamos la posada.
*
Lorenha

¡Oh mi casto caballero
paladín de mis tormentos!
os lleve en alas el viento
mi deliquio y gimoteo
y dulcísimas fragancias
de ámbar y argalías
os lleven hasta mi estancia
a salvar la vida mía
con toda vuestra prestancia
su amor y su valentía.
Vos que ni blanca rosa
dejasteis me cause herida
ya que en morada brumosa
hállome desvalida.
¡Clamo a vuesa merced
por vuestro pronto rescate!
Un tropel de truhanes pillos
me han raptado en cruel embate,
lleve un lucero en su brillo
hasta mi gruta remota
encuéntrase mi alma rota
sin vuestro trato furtivo,
en esta lóbrega posada
do su afecto me es esquivo
más que ayer enamorada
hállome sola y con frío.
Vos que me proclamáis bella
la dueña de vuestros suspiros
presentid en cada estrella
centellas de mis latidos
y la luna centinela
de mi simpar fermosura
relumbre en lustrada estela
el porqué de mi tristura.

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En llegando a la posada,
aún creyendo ser castillo
Don Quijote antes que nada,
revisóse los bolsillos,
no encontró ni un cuartillo
y pensó en el escudero...
"Sancho precavido
siempre guarda mi dinero".

Presentosé galantemente
a todos los allí presentes...
"Como andante caballero,
ofreceros sin tardanza
una jarra de vino quiero
amen de mi amistad
a tan granada nobleza
y pedir posada
a su excelsa alteza".
Y reían los rufianes
de manera burlesca
y Sancho con maña
como es de costumbre
ve que su señor se engaña.

"Andante caballero, es honor recibiros
y cómoda posada en mi castillo compartiros
y por la jarra de vino haceros baza
tomadla, como una ofrenda
de Jose Galeote Matas
príncipe heredero
dueño y señor de la casa".
Y retiróse Don Quijote
a los aposentos ofrecidos
a descansar los huesos
del camino recorrido.
*
Luís Prieto

Despertaos mi señor,
que ya pronto que amanece
y sería mejor me parece
tomar las de villadiego,
seguid señor mi consejo
y marchémonos bien lejos
desta guarida malsana
y salvémonos el pellejo.
No os engañéis mi señor,
no perdáis el buen tino,
ofrecisteis jarras de vino
a esos bajos rufianes
y vuesa merced se engaña
con estos perdidos vivianes
que son de la peor calaña,
burlándose nuestro estaban
con ofensivas chanzas
de su vuesa merced en su figura
y de mi por la abultada panza.
No son caballeros
ni señores de nobleza,
mucho menos de realeza,
le aseguro con certeza
no son mas que rufianes
engañando de manera aviesa.
Y oid vuesa merced...
os juro y os lo confieso
pareceme haber oído
venidos de algún encierro
o quizás calabozo
unos leves gemidos,
lamentos, también sollozos
de abrumada damisela
por su delicada voz
y que liberada fuera.
Mas si eso fuere cierto,
alejémonos de ese entuerto
que de varios os he librado,
perdonadme mi señor
mas no quiero verlo zurrado.
*
Malco

Salto como un resorte
al escuchar vuestras palabras
que habiendo una dama raptada
eso a vos no os importe,
es del caballero andante
la mas elevada ventura
rescatar con su bravura
a la cautiva damisela
y de manera galante
consolar su desventura.
Habéis perdido el tiempo
en inútiles consejos
mientras la dama sufre
los rigores del encierro,
y no creáis Sancho escudero
que no me asaltan las dudas
y la razón me las delata
creo haber reconocido
al tal José Galeote Matas
haciéndose pasar
por príncipe heredero,
y alcanzo a recordar
cuando era prisionero
en cadena de galeotes
este caballero andante
lo liberó primero.
*

Lorenha

¡Oh mi caballero andante,
han sido vanos mis gritos
entre lágrima y sollozo.
Mi voz tenue sin reposo,
clama su nombre bendito!
Mi alma sin su vislumbre
como lirio se desmaya,
no hay rayo de sol que alumbre
ni horizonte, ni atalaya.
Las lucernas de mis ojos
se tornan palidecidas
pareciesen en cerrojos
mariposas desvaídas.
Llega la noche entre sombras
a atormentar estos claustros,
entre luces dealabastros
mi amor perdido le nombra.
Ya fenece el plenilunio
y avecinase el ocaso,
ahógame el infortunio
sin el fervor de su abrazo.
Traigo clavada una espina
y en mi pecho honda tristura
mas mi alma de sibila
muy cercano os augura.
Habéis escuchado mi canto
de afligida golondrina
y entre nubes y neblinas,
habéis sentido mi llanto.
¿Quién sino vos en arrojo
de hidalgo soberano
vendréis con claveles rojos
a besar pronto mi mano?
¡Próximo a mi os intuyo
colindante de mi ensueño!
Deste amor que ha sido suyo
y habéis de ser el único dueño.
Os espero bien amado
con mi cariño vehemente,
mi ser de su ser prendado
junto a mi pecho presiente.
*

Malco

Apartaos fiel escudero
pues el deber lo reclama,
he de liberar a esa dama
o no seré caballero,
por vos es ya sabido
que en nuestra edad de hierro
con única causa he nacido
por enfrentar cualquier peligro
sin temor y con denuedo,
destinado por los hechos
para mi siempre se hayan
guardadas grandes hazañas
con valerosos fechos.

Creíais haber engañado
a este caballero andante,
sois una sarta de farsantes,
vuestro ardid ha fracasado,
ha sido crasa torpeza
desafiar mi entendimiento,
ninguno tenéis nobleza
más la tiene un jumento.
Al instante he reconocido
que sois de los galeotes
de procederes torcidos
que os llevaban en cambote
condenados al azote
y con férreas cadenas
a cumplir largas condenas
en las tétricas galeras
y que yo en mala hora
los hube liberado
creyéndoles confiado
las fingidas historias
guardadas en la memoria
que aún no las he olvidado.
Decidme viles rufianes,
malandrines de poca monta
que atroces desmanes
planeáis ahora en mi contra,
rumores de sollozos
lamentos y gemidos
llegan a mis oídos
y son de turbada dama.
Presiento en forzado encierro
así mi nobleza clama
y a su voluntad me apego,
que por sobre lo que fuere
liberaré a la dama.
Ahora conoceréis rufianes
con sobrada premura
de un caballero la bravura
desfaciendo entuertos de truhanes,
sufriréis de mi desnuda espada
y de su temible filo
un merecido castigo
por mi honor y mi prestigio
que ha de dejaros en vilo.
A vos JOSE GALEOTE
el de la barba poblada
el que usáis el sombrerote
y sois oriundo de Granada
el astuto tagarote
que mandáis a esta manada,
os exijo liberéis
a la dama raptada.
¿Os negaís a mi pedimento?
pues daré cumplimiento
a mi palabra empeñada
que envestiré con aliento.

¡Defendeos galeote!
he de pararte el trote
en vuestras fechorías
y poneros tras los barrotes
por el resto de vuestros días.
*

Sucedió en aquél momento, en plena gazapera,
que Sancho se escabullera, a liberar la doncella
y una vez al frente de ella, créalo o no lo crea
descubre que se trataba de la hermosa Dulcinea,
raptada por Jose Galeote Matas
enamorado empedernido pensaba hacer su nido
con ceremonia barata .
Mientras Don Quijote enviste con su espada,
un puñete en la quijada lo vuelve una zaranda
y enseguida sin demora un galeote se abalanza
y con el cabo de la lanza el costado le levanta
y Don quijote chilla,pues le han roto tres costillas,
la nariz y la garganta.
Atado con siete cuerdas, vendado para que no vea,
y sin compasión alguna, lo avientan a la chimenea,
huyendo esos rufianes sin mirar ni vuelta atrás
pues estaba muy cerca la implacable Santa Hermandad.
*

Luís Prieto

¡Al fin os he encontrado
traído por vuestros sollozos!
¡Por las orejas de mi jumento,
es cosa que no se crea
que sois la del Toboso
la hermosa DULCINEA!
Encuentrasé mi señor
liado en gazapera
y liberaros a vos espera
sin saber quien sois
de los rufianes galeotes
desafiándoles noblemente
como ordenanse en las caballerías
y detenerles el trote
de sus viles fechorías.
Reconoció mi señor Quijote
al tal Jose Galeote
faciéndose pasar
por príncipe heredero
el que raptó a vuesa merced
sumiéndola en cruel encierro.

¡ AY SEÑORA MIA !
Venid demonos prisa
que ha de estar mi señor
recebiendo una paliza,
aunque siendo hombre pequeño
tengomé por mal genio
de arrebatos montarazgos
y desfago los entuertos
a limpios garrotazos,
llevadla a lugar seguro
es lo que haré primero
y encontrar a mi señor
de una pieza entero lo segundo
y haber vencido en la batalla
y salvado vuestro honor
de este sufrido encierro
pues es caballero de talla
osado y de gran valor.
¡Paréceme estar salvados
de este embarazoso entuerto!
pues alcanzo a ver agrupados
venir en lontananza
con enarboladas enseñas
y sus espadas y lanzas,
a la SANTA HERMANDAD
en permanente acechanza.
Venid, venid conmigo,
os llevaré a sus brazos
y consoladle con vuestros abrazos
de tanto sufrimiento
pues lleno de pesares
por no alcanzar vuestro encuentro
sumido en un cruel tormento
no descansan sus penares.
*
Lorenha

¡ Que han hecho con vosotros !
Mi salvador penitente
esos viles rufianes
dejandole casi inconsciente
pero mi corazón no me miente
y veo solo en mi amor
un caballero andante
valeroso y reluciente.
¡Oh mi gentil caballero
esforzado y valeroso
mi corazón tremola en gozo
en cánticos de jilguero!
¡Irradiáis como diamante
con tu túnica de acero!
¡Relumbráis albo y glorioso
en lomos de Rocinante,
junto a tu leal escudero!
Mi hálito tiembla y se inflama
en férvido regocijo,
intacta ondula la llama
de mi amor que es tu cobijo,
los jazmines de mis labios
guardan candoroso beso
y mi cariño ileso
os acoge sin resabios.
Veros a vos frente a frente
es mirar la primavera,
soy yo la flor primera
que renace en vuestra fuente,
resbalan lunas a mis ojos
en rocío de plata fina
arrobadas en sonrojos
entre lágrimas divinas.
¡Cómo podré yo pagaros
a vuesa merced!
Digo a vos sin altivez:
¡Todos mis días he de amaros!
Tú gloria y honor admiro,
noble sois como ninguno,
has llegado a mi camino
derrotando uno por uno
tantos pillos y jayanes
en feroces tropelías.
Alabo tu bizarría
¡De la mancha esplendor,
luz de brillante lucero!
Os entrego el alma mía
a vos vuestro señor,
bien amado caballero.
¡Venid, retozad en mis brazos,
dejadme curar estas heridas,
mi alma hecha de retazos
volviose en vos a la vida!
*
Y es asi de esta manera
en casual forma fortuita
que acaban las sufridas cuitas
del andante caballero,
y asi todo maltrecho
unieron pecho con pecho
y con apasionado beso
estallaron los luceros
en todo el firmamento entero.
Sancho en su regocijo
al ver a los dos unidos,
lanzó al aire un suspiro
de tenor emocionado,
y sintiéndose cansado
despertando su apetito
abriendo una barrica de vino
y sentado como al descuido,
acabó con los embutidos,
los quesos y las vituallas,
y al instante, su panza explaya
pensando si en la alacena
entre puntos y rallas
ha de conseguir algo para la cena.
Unidos sus destinos
nombrado Sancho el padrino,
celebróse la afamada boda
sintiéndose complacido
copas de vino acoda.
De esa feliz unión,
nacieron siete hijos
hermosos y rozagantes
delirio de Roscinante
al ver a su amo prolijo,
pasado el tiempo y sus días
púsose Dulcinea vieja, gorda y fea
mientras el caballero andante rejuvenecía,
y así...
fueron felices
como felices lombrices.
COLORIN, COLORADO....

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