Ensayo

Las personas, separadamente, tiene cada una su labor. su potencial. La forma de apreciar desde su perspectiva, lo que es propio. Y de este modo, se hace un todo de un interés mediático hacia alguien que tiene características de un buen artista. No sé hacer ensayos y al leer este trabajo me doy cuenta que es saber hablar con argumentos sólidos de una obra, de un autor. No agregaré nada del poeta Miguel Esteban Martínez García porque algunos hemos tenido nuestro momento para hacerlo. Sólo es expresar a usted que para mi gusto personal, su ensayo es magnífico. Que ha sido observante del poeta y de su trabajo, llegar a una conclusión sabia y valedera; justa y razonada; estudiada. Reciba mis saludos porque Miguel Esteban me ha pedido que lea su trabajo y al hacerlo no puedo pasar sin decir a usted, Fernando Zúñiga, con permiso y respeto, que es una verdad expresada a su modo y me parece solventemente admirador y ha magnificado el hacer, con creces el trabajo poético ya magnífico de Miguel Esteban Martínez García. Mis respetos a su percepción de gran ensayista.

Ha de haber excepción que exceptúe la regla, y yo aprecio en tu obra de largo tiempo empleado como me señalas, buena forma digna a estampar en papel, un lenguaje bien comedido con proyección centrada en lo que quieres trasmitir vocabulario moderado porser ensayo, la sobriedad que te conozco amigo y en este caso mi subjetiva apreciación de que es objetivo lo que tratas, un poeta o cualquier persona no es capaz de verse las ventajas ni portentos de lo que hace por consecutivos años hasta que alguien llega como tú a desbancar una asociabilidad permitida hacia la sociedad rodera, adjunto el poema completo de caracol serrano por ser puntilla a tu excelente no lo siguiente trabajo:

Caracol serrano

Espíritu dichoso labrado
fulgente resplandor arrebolado,
mieses en colmena,
al verdor de fuentes
el sol compitió con este globo verde,
enjaulado, le nacieron
opacos rayos de tierras,
en su condición brillaron
blancas sienes regentadas.
Espigas compitieron
con lanzas de rayos,
argénteas manos caricia brindaron,
solares sin sol, que Ares riega con almas,
acequias de sangre de tierra,
ababol ensimismado,
al calor del Dios lucero,
ese que cabalga en luz montado, los cielos,
plomo de sus hijas
precipitando llantos grises,
que los verdes del suelo reflejan con alegrías,
entre una flor y un abrojo acaso nacería,
son y sones
suenan de la tierra sus tambores,
albas ocres me acogen fieles,
al candor y fuego,
al estruendo y amor,
de este mi Sol,
porque yo moriré cuando él muera,
mi letra dorará desdoblada mi compostura,
que respirará mientras pueda,
réquiem por esta tierra parca,
elegía por todas las almas que en ella descansan,
surco de vid y centeno,
surco de olivo y girasol,
la grama del monte con verde intransigente,
el río de almas en sus gotas,
viaja por valles y empeños dulces,
entre montañas de azores y cuervos
yo vine por sus voces,
vine destapando fulgor entre fulgores,
me reñí entre del tiempo sus leones,
avanzando lapsos muertos,
abrazando jinetes entre mármoles del sueño,
me descubrió la ausencia
que torné bella
con el calor y palabra
de mi morena fada,
entre sierras y bosques
entre asolados pulmones de savia,
que predican que Galicia
siempre brillará verde,
así como un día leí
que sin poesía no hay ciudad,
sin sangre en el corazón
no hay poesía, contesto yo,
entre brumas acrisoladas
y luz coronada entre reyes,
vivirán siempre mis ilusiones.

Evasto Tellano El Castellano

a 19/10/2016 Enhorabuena amigo Fernando Zúñiga Fajardo me agradó pá' riba tu esfuerzo.