1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Intuición Femenina

Publicado por Robsalz en el blog El blog de Robsalz. Vistas: 410

Hay hombres tan machistas que hablan como si hubieran nacido por generación espontánea. Se creen eso de que son el sexo fuerte... díselo a mi marido, cuando a los tres minutos de tener sexo conmigo, termina y yo mirando hacia el techo me pregunto "¿es todo? ¿en serio?". Estoy segura de que nunca podría serme infiel, no está tan guapo, no es millonario y ninguna mujer le va a aplaudir su desempeño en la cama.

Por eso, me resulta extraño que justo ahora que le lavo la ropa, noto un ligero aroma femenino en su camisa, un perfume que no es mío, yo no usaría una cosa así. Tengo que hacer memoria y tratar de recordar el posible punto desde donde me es infiel, si es que fuera así.

¡Por Dios! ¿habrán mujeres tan desesperadas que busquen un hombre como él?... no me cabría en la cabeza eso, yo estoy mejor que él y ningún hombre me ha ofrecido una propuesta indecorosa.

No recuerdo ese perfume en ninguna amiga en común, estoy segura que no. Esto debe ser de alguna tipa del trabajo o me estoy volviendo psicótica, después de veinte años de matrimonio todo es posible.

Le conté mis dudas a Juliette:

- ¿Papá infiel?, ay mamá sé más seria, ninguna de mis amigas se metería con él ni por dinero.
- Es lo mismo que yo pienso, pero ¿y si fuera así?.
- Mamá, mi papá podrá ser lo que quiera, pero estoy segura que no anda con viejas.

Acaba de llamarme, esta noche tendrá una reunión del trabajo, algo extraordinario, de último momento, prefiere que cene sola para no esperarlo hasta tarde, le digo que está bien, le cuento que Ángela me invitó a cenar y que estaré donde ella, por si ocupa algo...

- ¿Estás segura?.
- Mira Ángela, ¿estás conmigo o no?.
- Ok, paso por ti a las 4.

Cuarenta y siete minutos después:

- No sé Margot, ¿no te parece raro esto?, digo, es tu marido, pero estar jugando a Sherlock Holmes es un poco extremo.

- ¿Extremo Ángela?, si este infeliz me es infiel quiero verlo por mis propios ojos.
- Yo lo que digo es... es Humberto, no es Melendi ni Chayanne... ay Dios... mira Margot...

El infeliz acaba de salir del trabajo, cinco minutos antes de la hora de salida, portafolios en mano, abre el carro, los lanza en el asiento de atrás y se sube. Queda descartada la reunión y mi intuición me dice que este hombre va a verse con la mujer que le dejó el perfume en la camisa, con una mujer que coge lo que es mío (habiendo cosas mucho mejores para escoger).

Le hago una señal con la cabeza a Ángela, quien enciende el carro y nos vamos detrás de Humberto a una distancia prudente, he visto muchas películas de detectives y sé cómo se manejan estas situaciones.

Tengo dos opciones, que vaya directo a la casa de ella o que la recoja y se vayan a algún sitio, posiblemente un restaurante o un motel.

Me siento como Tom Cruise haciendo una persecución en Misión Imposible, con la gran diferencia de que yo no llevo un arma, no... llevo algo mejor, mis manos para asegurarme de que Humberto y la desgraciada esa sepan quién soy yo, ya luego le tiraré sus cosas a la calle.

Algo me va diciendo Ángela, pero sinceramente no tengo tiempo para oírla, voy en mis propios pensamientos, ni siquiera le contesté la llamada a Juliette, ahorita mi prioridad son mis pensamientos.

- Margot, ¿ya viste?.

Reacciono, estamos frente a un motel, por un segundo me perdí. Venía inmersa en mí, leo el rótulo, ¡qué distinto es todo estando acá!, siento un par de lágrimas que se me salen.

- Sabes Margot, vámonos, no necesitas entrar, ya tienes tu respuesta. Ya vinimos y pudiste ver, ya no hacemos nada acá.

- No, no lo he visto. No lo he visto.
- Tampoco ocupas ver nada amiga, vamos, no necesitas verlo.

Pero ocupaba verlo, ocupaba ver lo que ya sabía, que estaba en la cama con otra mujer. Bajé del carro, Ángela bajó también. Al inicio el empleado no quiso decirnos el número de cuarto, Ángela tomó la iniciativa, le mostró sus pechos y lo besó, teníamos el número. Dormitorio B-11, iniciamos el conteo de dormitorios. Llegamos...

Tenía la puerta frente a mí, harían 10 minutos desde que llegamos, poco se oía dentro. El empleado nos dio otra copia de la llave. Dudé sobre entrar o no, pero tomé aire, le pedí la llave a Ángela.

- Aún podemos irnos Margot.

Abrí la puerta, Ángela me miró sin pronunciar palabra, yo me eché hacia atrás, él quedó mudo... cerré la puerta y quedé fuera con Ángela. Dentro estaba él, con mi ropa interior puesta, besando a otro hombre...

Fin.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario