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Le pintaré una primavera

Publicado por spring en el blog Inventándome primaveras.... Vistas: 407

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Era por los primeros días del mes de noviembre, época de feria en la ciudad, víspera del día de la Virgen patrona, cuando en un reconocido hotel de la ciudad se realizaba una exposición de pintura a muy buenos precios ¡precios de feria! Alba e Iván tenían en sus planes de recién casados ponerse en unos buenos cuadros para decorar su inaugurado hogar, fue cuando la feria llego como caída del cielo, en la exposición había a todos precios, tamaños y calidad, después de discernir mucho sobre el asunto decidieron que si eran las imágenes que alegrarían sus paredes debían apuntar a una buena inversión y se fueron por los de mejor calidad ahí la cosa se puso fuerte pues divergían en los gustos.

Alba quería flores y colores brillante e Iván se inclinaba por paisajes solitarios de mares y otoños, al fin tomaron la decisión por uno muy costoso que de alguna manera traía el gusto de ambos, era una amplia pradera, esplendorosa en su verdor, a lo lejos casi sobre la línea del azul horizonte se encontraba una pequeña y acogedora cabaña. Al pagarlo el encargado de la exposición les pidió se lo dejara unas horas más hasta el cierre de ese día para atraer compradores, ellos aceptaron pero ese mismo día no pudieron regresar por la pintura.

Al siguiente día Alba no pudo ir, fue Iván a retirar la obra y llego a casa con otra.

-Alba : ¿Qué pasó aquí? Este no es el paisaje que ambos escogimos.

-Iván: Nada de qué preocuparse, cambie de estación porque aquella era muy femenina y romántica, me traje esta con colores más adecuados para nuestra decoración.

No dejaba de tener razón en ese sentido, pero no lo consulto, ese no fue el acuerdo.

-Alba: ¡TRAICIÓN! Eso es traición……….

Sin embargo Alba no se colgó en el asunto y trato de ser amigable con el otoñal paisaje, pasados los años siempre él le llevaba a caminos de soledad, nostalgia, melancolía, se fueron acostumbrando a su presencia hasta el punto de ignorarlo, su Iván después de hacer lo que hizo nunca se sentó frente al paisaje para admirarlo, la rutina hizo que el asunto se olvidara como se olvidan y enfrían los detalles en algunas parejas en ciertas etapas de la vida conyugal, el tiempo pasaban y la pintura colgada en la pared, como sus sentimientos que se habían congelado por la cotidianidad, cada vez más distanciados, menos comunicativos, ya casi no se reconocían, cada uno por su orilla y el río llevándose el amor, cubriendo las piedras con sus aguas y siguiendo el rumbo sin novedades ¡pero juntos, ahí! la monotonía casi se los come.

Hasta que un buen día en la misma época de un mes de noviembre Alba decidió cambiar las rutinas para refrescar el amor, tomo la iniciativa y empezó por remover el ambiente hogareño, hizo limpieza profunda, se deshizo de cosas innecesarias para ellos, impulsiva lavo todos los cuadros colgados en las paredes, ¡ah! pero con la pintura en cuestión se afinco, pues mientras le pasaba la esponja repaso en su mente todo lo acontecido con ese lienzo, se dio cuenta que esa obra era una representación de lo que había pasado con su matrimonio y el de muchos otros. ¡Se descuido! froto demás el lienzo y la obra se decoloro “un poco…bastante” removió el oleo sin querer queriendo al dormirse en sus recuerdos haciendo metáforas entre la pintura y su vida matrimonial, al darse cuenta casi colapsa su corazón.

¡MI MADRE! ¿QUÉ HE HECHO? Y ahora que hago, que le digo a Iván.

Lo enjuago enseguida, seco a toquecitos con esponjas de algodón y lo puso a que le diera algo de calor, no lo arruino del todo pero el cielo se veía más gris de lo que estaba, al disolverse los colores caía un tormentoso aguacero desde sus entrañas, de los árboles se desprendieron casi por completo sus mustias hojas dejándolos desnudos, sus ramas permanecían en su sitio, bien delineadas, como músculos achocolatados anunciaban ¡se fue el otoño! el tímido río que atravesaba entre los sedientos arbustos se diluyo entre la maleza, el poco sol que lograba entretejerse por las lejanas y nubladas colinas se volvió un moribundo amanecer.

Alba detuvo todo quehacer y se concentro en remediarlo, tenía todo el día para darle solución. Se arriesgó a lo que nunca se había atrevido, pintar al oleo, aun teniendo las herramientas, materiales y habilidades que hasta el momento creía no poseer, no se atrevía…pero lo hizo, lo más fuerte fue decidir cómo hacerlo.

-Alba: no me da tiempo a documentarme, investigar, preguntar a pintores…

Se decía a sí misma, tengo que hacerlo, ella no quería mas otoños que de paso llegaron prematuros a su vida conyugal, luego viene el invierno que ya se estaba colando en sus almas, se impuso la decisión y dijo ¡Le pintaré una primavera! solo debo imitar la naturaleza, así emprendió su primera clase autodidacta, poco a poco…muy tímidamente empezó a retocar el desmaquillado paisaje, cuando se apoderó en autoconfianza ya el reloj la miraba con ojos de preocupación, mas ella le dio la espalda y sus pinceles, paletas y dedos volaron mágicamente como golondrinas viajeras alegrando el paisaje, ya nada la detenía, la primavera se implanto y saco del camino al otoño e invierno. Todo reverdecía, de los puños de hierba fresca se erigían silvestres florecillas, el cielo estaba celeste, claro y despierto abrazaba el paisaje acunando al dorado que en su generoso tejido iluminaba el primaveral escenario, se veía tan real que hasta se podía escuchar el sonido bajo y suave del canto de algunas aves y los tímido aplausos del viento entre las hojas de aquellos árboles enmarcando el lugar.

Quedo estupendo, extenuada lo ubico en otra pared, organizo el lugar, se arreglo un poco y elaboro un rica cena, cuando Iván llego, quien tenía muy mala memoria, gratamente se sorprendió de todos los cambios, juntos disfrutaron del momento amable donde le dieron una nueva oportunidad al amor, reflexionaron sobre las ruinas que traen las cotidianidades y la rutina a una pareja, nunca se dio cuenta del accidente con la obra, solo dijo:

-Iván: Tan hermoso el paisaje, no sé por qué no te gusto cuando lo traje, si hasta parece más alegre y colorido en esa otra pared, tal vez sea la luz que lo ilumina mejor o será que yo ahora es cuando lo vengo a admirar disfrutando el hogar que fundamos y valorando todo lo que tiene alma en él, como la tuya que le imprime vida.
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