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Poema XXXII: Descanza en paz abuelo

Publicado por Abrahám Emilio en el blog El blog de Abrahám Emilio (Todos los derechos reservados). Vistas: 912

Yo sé que tú estás aquí,
tu voz es como el viento,
te veo al cerrar mis ojos,
no te puedo tocar, pero te siento,
puedo hablar contigo en mis sueños
y sé que existes por los momentos
cuales disfrutamos, y la confianza que recibí.

No te fuiste lejos,
estarás en un hogar,
un rato te resentirás conmigo,
porque sé que a pesar de todo
todavía tu vida no llega a su fin,
tú no puedes sufrir mi soledad,
no sientes que te oprime el pecho;
pero como un alma..tus lagrimas
esas mismas serán como la lluvia
que divinamente embellecen las flores.

Vives en mi memoria,
puedo hablar contigo en telepatía ,
no te fuiste del todo,
al mirarme al espejo me veo y te veo
sé que tengo rasgos de ti,
esos genes que marcaron tu vida.

Ahora tu vives en la dicha,
te reúnes con tus seres queridos,
en vida sufriste las penas y el calvario...
desde ahora pasarán días, meses, años
y en poco tiempo milenios,
pero en la tierra quedarán tus huellas
o algo que contenga tu recuerdo;
te busco impaciente en mi casa y en otras
es inútil, jamas te encontraré allí,
pues mi cabeza ensangrentada todavía
aún no se resigna a perderte,
piensa que te fuiste de viaje
y si tú quieres vendrás a abrazarme.

Sé que no eres tú, es otra persona
quien su cuerpo descansa en lo profundo de la tierra
ese que tiene su rostro avejentado que se enfermó
ese que tiene sangre fría y palmas heladas,
pero un corazón verosímil generoso
que daría su vida y moriría de felicidad.

Esa flores coloridas de tu lápida flamean y me
consuelan al leer tu nombre inscrito,
tus allegados esconden su congoja
pues como yo sienten la dureza
la nostalgia y la culpa en el corazón,
y por tu repentina ausencia
un mundo de desolación.

Todavía abuelo, tú vives, pues presiento,
pues alégrate, vas a renacer pronto,
digo que volverás y no miento,
vendrás aquí he iremos a caminar,
aunque sólo sea por una horas,
pues tu siempre me quisiste ver contento
y con la resignación te digo:¡descansa en paz!.
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