Terredad

Terredad

En lejanos tiempos de veleidades
aferrada mi alma a las esperanzas
pude volverme sin más tardanzas
en andante azul de las terredad
en antiguo Sol de las verdades
visible sueño de soledades
y liberta lluvia de las bondades.

Madero gris de gris invierno
herida abierta, sangre y ceniz
los blancos huesos son solo polvo
en los ayeres roca caliza,
en el ahora simples rescoldos
oscuros pasos, sombras perdidas
por los caminos ciegos y sordos
se van abriendo hondas heridas.

Por qué si el mal es desasosiego
me la nombran en los juncales
y voy sufriendo de otros males
de cruel ausencia y fríos glaciales,
rosa sangrante lo mismo sufres
cuando el desprecio se vuelve herida
y la cercanía cuando es fingida
la traición artera de pasión se cubre.

Permitan los tiempos con punto exacto
caigan los muros de los quereres
y por los prados en vez de pasto
crezcan amores de atardeceres
y sean regados con lluvia y llantos
de la vez primera cuando se quiere.

He aquí lo más sagrado,
he aquí lo más profano,
tengo la luz fractal
atrapada entre mis manos,
en grutas y cavernas
y en lo oscuro absoluto
a borrascas de galernas
con mi pecho las disputo.

Solo estoy bajo mi sombra
apagado y clandestino
la oscura noche no me asombra
y al mismo miedo lo confino,
ansiedades que partieron
deshojadas en invierno
se ocultaron en la nada
o cayeron al averno.


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