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Treinta y cinco pensamientos

Publicado por E.Fdez.Castro en el blog El blog de E.Fdez.Castro. Vistas: 772


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Óleo del gran pintor Xavier Lemos Godoy de Vigo.

Dieciséis elementos corporales
componen nuestro cuerpo material,
una sombra del hombre imperceptible,
el cual consta de otra forma astral,
formada por eléctricas corrientes,
y por ideas, el tercer, causal.
Diecinueve elementos que contiene
el perfil invisible celestial
y sumando los dos cuerpos
forman los treintaicinco del causal;
son todos pensamientos que vio Dios
para tres cuerpos del hombre crear.
Así tu cuerpo es esencialmente
un enclaustrado organismo causal
con unos treintaicinco pensamientos;
diecinueve de luz son del astral
y dieciséis químicas sustancias
en el nuestro organismo corporal.
Al principio creó hierro y potasio
y demás como ideas fue a crear
después los pensamientos en el físico
pensados para materializar.
Cuando mueras, tu burda complexión
tangible, pronto se corromperá;
pero el sutil cuerpo astral interior,
de inmediato, consciente de él serás.
Tu tal cuerpo causal es reducido,
al tener desarrollo espiritual,
a unos treintaicinco pensamientos,
que ciertamente es la Realidad,
puesto que tu alma es una chispa
de la más Consciente Divinidad.
Cinco corrientes fluyen del cerebro,
creadora energía en actividad:
la tierra, el agua, el aire, el fuego, el éter.
Y éstos se consiguen condensar
en la pantalla de la creación
para el cuerpo materializar.
Por medio de los cinco percibidos
aprendemos del cosmos sideral
correspondientes con los elementos,
para la creación realizar.
Unas formas de luces irreales,
algún día se te presentarán,
no siendo más que un simple espectáculo,
formando el drama de nuestra Deidad.
La creencia de que eres solo cuerpo
de burda carne y huesos, es soñar.
De luz y de consciencia, constituido,
el nuestro verdadero ser está.
No somos cuerpo físico, aunque logre
engañar la consciencia material.
Si desarrollas la supraconsciencia
a esta conclusión arribarás:
el cuerpo es solo la proyección
del invisible ser espiritual.
Si no tuvieses hombre imperceptible
el manifiesto nadie lo verá.
Y al abandonar la forma física
el exterior se desintegrará.
Si comprendieras esta relación,
materializaría a voluntad.
Estamos próximos a comprender,
que somos invisibles en verdad.

Basado en el capítulo 43, La resurrección de Sri Yukteswar, del libro, Autobiografía de un Yogui, de Sri Paramahansa Yogananda.​
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